No es de extrañar que el espíritu de la mentira se ensañe de modo especial sobre el misterio central de nuestra fe: la resurrección del Señor, objeto de elección del anuncio cristiano y, por tanto, de la evangelización a la cual el Papa insistentemente nos llama. Por tanto, es necesario prepararse con el máximo cuidado para el anuncio de este hecho central y decisivo de toda la historia de la humanidad. Sobre todo, es necesario prepararse dando nosotros mismos el testimonio de haber resucitado, como dice el apóstol san Pablo: "si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde Cristo está a la diestra del Padre" (Col 3,1). Nietzsche, que entre sus blasfemias ocasionalmente tenía un destello de luz, dijo en cierta ocasión: "Cuando un cristiano me demuestre ser él un resucitado, entonces creeré en Cristo". [En la imagen: fragmento de "Cristo resucitado", óleo sobre panel, de 1511 ó 1512, obra de Tiziano Vecellio, conservado y expuesto en la Galería Uffizi, Florencia, Italia].
Carta de felíz Pascua a mis Lectores
----------Queridos Amigos,
----------nos encontramos ya en plena celebración de la Santa Pascua y no puedo dejar de enviarles mis más sinceros augurios con un vivo y agradecido recuerdo en la oración.
----------Pienso no sólo en aquellos que aceptan cuanto escribo, los cuales en ocasiones me corrigen y me hacen conocer cosas que no sabía, sino también en aquellos que no se persuaden de mis respuestas, aquellos que me faltan el respeto, aquellos que no aceptan las Doctrina de la Iglesia, inclinados o al indietrismo o al modernismo. También aquellos que me ayudan a hacerme santo poniendo a prueba mi caridad y mi paciencia. Pido disculpas a aquellos a quienes no hubiera tratado con el debido respeto o hubiera malinterpretado.
----------La celebración pascual y, de modo general, todo el tiempo pascual, desde hace décadas viene siendo siempre ocasión para que los modernistas vuelvan a proponer sus habituales tesis erróneas con perseverancia digna de una mejor causa. Les recuerdo sólo algunos puntos, que probablemente oirán repetir en las homilías de estos días y en el período post-pascual. Para más información y aclaraciones me remito a lo que ya he escrito en este blog bajo las etiquetas De Verbo Incarnato y De Christo Salvatore.
----------1. En primer lugar, la Iglesia, ya en los años del modernismo de principios del siglo XX, hizo presente que las narraciones neotestamentarias sobre las apariciones de Cristo resucitado deben considerarse veraces e históricas. Lo que quiere decir que es falsa la tesis modernista que sostiene que los apóstoles se convencieron de que Jesús había resucitado gracias a un acto de fe, y no porque Lo habían visto sensiblemente y físicamente, ni Le habían hablado, ni Él les había hablado a ellos, ni Lo habían tocado, ni habían comido con Él.
----------Las apariciones del resucitado no son, por tanto, una creación poética y simbólica, un modo figurado o imaginativo de expresar la convicción de fe de los apóstoles de que Jesús estaba vivo junto a Dios. Ciertamente ellos tenían esta fe, pero apoyada en la experiencia del encuentro físico con Él.
----------2. En segundo lugar, el descubrimiento de la tumba vacía de Jesús es un claro signo de que Él había resucitado, ya que ¿quién hubiera podido robar el cuerpo de Jesús? ¿Sus amigos? ¿Acaso al precio de aceptar la muerte por difundir una mentira? ¿Los enemigos? Si así fuera, cuando los apóstoles anunciaron que Jesús había resucitado, sus enemigos no hubieran dejado de mostrar su cuerpo para demostrar que estaban equivocados. Por tanto, sólo queda admitir que salió del sepulcro porque resucitó. Un miserable argumento de los negadores de su resurrección es también que nadie lo ha visto resucitado. Pero la respuesta es simple: si lo han visto vivo después de la muerte, quiere decir que había resucitado.
----------3. En tercer lugar, los aparentes contrastes entre las narraciones de los cuatro Evangelistas relativas a las apariciones del Señor, como está bien demostrado por los más serios estudios de hermeneutas católicos, pueden ser resueltos con una exégesis adecuada y, en todo caso, estas aparentes contradicciones no deben tomarse como pretexto para negar la veracidad de cuanto en los Evangelios es narrado.
----------Vale aquí volver a tener presente que si los relatos evangélicos parecen no dar espacio al valor cristológico de la Síndone o Sagrada Sábana de Turín, sabemos sin embargo cómo los estudios que se han venido realizando sobre ella desde hace siglos contribuyen a favor de la convicción tradicional de que se trate verdaderamente del lienzo en el cual estuvo envuelto el cuerpo de Jesús. Para más detalles remito a mi artículo publicado en la Pascua de 2022: La impronta del Rostro de Cristo en la Síndone.
----------4. En cuarto lugar, sabiendo que la Sagrada Liturgia es para nosotros, los fieles católicos, una lex credendi, entonces, en base a la distancia de tiempo entre la celebración de la solemnidad de la Pascua y la celebración de la Ascensión, ateniéndonos a los relatos neotestamentarios, resulta falsa la exégesis que quiere identificar el hecho de la resurrección de Cristo con el de la ascensión al cielo.
----------En estas condiciones, son ignoradas las circunstancias históricas de las apariciones de Jesús durante los cuarenta días que transcurren entre la resurrección y la ascensión, es decir, las circunstancias -por mencionar las principales- de la aparición a las mujeres, de la aparición en el Cenáculo, de la institución del sacramento de la Penitencia, de las últimas instrucciones dadas a los apóstoles y de su despedida de ellos antes de ascender al cielo a la diestra del Padre. En estos cuarenta días Jesús vive en una dimensión trascendente, que ya no es la terrenal mortal, sino que está ahora en el cielo a la diestra del Padre.
----------5. En quinto lugar, la promesa de nuestro Señor Jesucristo al buen ladrón: "hoy estarás conmigo en el paraíso" no puede ser tomada como una prueba de la coincidencia de los dos acontecimientos que antes se han mencionado, porque Jesús, incluso cuando estaba en esta tierra, gozaba de la visión beatífica, para prometerle al buen ladrón que también él tendrá la visión beatífica.
----------No es de extrañar que el espíritu de la mentira se ensañe de modo especial sobre este misterio central de nuestra fe, la resurrección del Señor, objeto de elección del anuncio cristiano y, por tanto, de la evangelización a la cual el Papa insistentemente nos llama. Por tanto, es necesario prepararse con el máximo cuidado para el anuncio de este hecho central y decisivo de toda la historia de la humanidad.
----------Sobre todo, es necesario prepararse dando nosotros mismos el testimonio de haber resucitado, como dice el apóstol san Pablo: "si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde Cristo está a la diestra del Padre" (Col 3,1). Nietzsche, que entre sus blasfemias ocasionalmente tenía un destello de luz, dijo: "Cuando un cristiano me demuestre ser él un resucitado, entonces creeré en Cristo".
¡Felíz Pascua de Resurrección, padre Filemón! ¡Mis mejores deseos para usted, que Dios le bendiga y le siga dando fuerza para acompañarnos día a día como hasta ahora!
ResponderEliminarEstimadísimo Padre Filemón, gracias por sus santas e inspiradas palabras, y le deseo unas Santas Pascuas en serenidad y amor.
ResponderEliminar¡Feliz Pascua Padre! Veo que conoce muy bien lo que pasa, incluso en Pascua. Correctísimo artículo. ¡Resurrexit sicut dixit!
ResponderEliminar¡Grande, Padre Filemón! ¡Felices Pascuas!
ResponderEliminarEstimado Padre Filemón: le hago presentes mis mejores deseos de Pascua... para usted y para su obra de evangelización y catequización... Espero sinceramente que toda la caridad y la paciencia que nosotros, sus lectores, le hacemos actuar..., le hagan cada vez más santo y merecedor de las alegrías celestiales, junto con Tomás de Aquino, y sus santos patronos...
ResponderEliminarGracias y una vez más: ¡Felices Pascuas!