viernes, 22 de marzo de 2024

Radiografía del gnosticismo (2/3)

Es por demás urgente hacer un balance en profundidad de la vasta e influyente obra de Karl Rahner a fin de disipar el generalizado prejuicio de que su modernismo gnóstico haya influenciado el Concilio Vaticano II, prejuicio común tanto a indietristas filolefebvrianos como a modernistas rahnerianos: los primeros para aunar a Rahner y al Concilio en la acusación de modernismo, los segundos para instrumentalizar el Concilio para sus fines modernistas. [En la imagen: fragmento de "Elohim creando a Adán", acuarela de 1795, obra de William Blake, conservada y expuesta en la Tate, Galería Nacional de Arte Británico y Moderno, en Londres].

El gnosticismo de Karl Rahner
   
----------La fama que Karl Rahner se ha procurado como teólogo falsamente "católico", puede ser explicada en alguna medida como efecto de un grandioso y habilísimo lanzamiento publicitario organizado por los modernistas en connivencia con la masonería para destruir a la Iglesia desde lo interno, empujándola a una falsa puesta en acción del Concilio Vaticano II, que ha dado resultados opuestos a los que habría dado si se hubiera realizado según sus verdaderas intenciones. Así, en el propagandear a Rahner se han mezclado los ingenuos con los astutos: los primeros, que han sido conducidos al error sin darse cuenta; los segundos, que se han hecho conscientemente cómplices de Rahner para destruir a la Iglesia desde dentro.
----------Un querido amigo mío y cofrade, me contó que en los años '80, mientras él trabajaba en la Secretaría de Estado, tuvo contacto con el cardenal Mario Luigi Ciappi, por entonces teólogo de la Casa Pontificia, y le expresó su parecer de que Rahner debería ser considerado un lobo con piel de cordero. Ciappi estuvo de acuerdo con él. Recordemos la advertencia de san Pablo: "incluso Satanás se disfraza de ángel de luz" (2 Cor 11,14).
----------Hoy, después de sesenta años de acción del rahnerismo en la Iglesia, debemos hacer balance de los resultados de esta colosal operación, dada la abundantísima producción teológica de Rahner con la intención de tocar todos los aspectos de la Iglesia y del cristianismo a la luz de las nuevas doctrinas conciliares.
----------En efecto, debemos constatar que en estos sesenta años la Iglesia, si bien en pequeña proporción ha avanzado en la aplicación de la reforma conciliar, en su mayor parte ha sido golpeada por muchos males que han provocado un proceso de corrupción y decaimiento. ¿Cual es la causa?
----------El hecho es que los rahnerianos, ante este cotidiano agravarse de los males, deberían finalmente abrir los ojos y comprender que estos males tienen precisamente su origen en el gnosticismo rahneriano. Naturalmente, nadie discute los grandes méritos que Rahner ha tenido en la promoción de los valores del Concilio. Pero en esto él no ha sido original: a su lado, y también mejor que él, han trabajado también otros teólogos, como Maritain, Congar, Chenu, Von Balthasar, Ratzinger, Journet, Spiazzi, etc.
----------Lo que en cambio Rahner tiene de propio son sus errores, de origen hegeliano, heideggeriano y protestante. Una verdadera reedición del modernismo, que hábilmente disfrazado de catolicismo y de renovación conciliar, ha invadido muchos ambientes de la Iglesia, provocando la actual crisis por la cual es golpeada.
----------Por lo tanto, es urgente hacer un balance en profundidad de la vasta e influyente obra rahneriana a fin de disipar el generalizado prejuicio de que su modernismo gnóstico haya influenciado el Concilio, prejuicio común a indietristas y rahnerianos: los primeros para aunar a Rahner y al Concilio en la acusación de modernismo, los segundos para instrumentalizar el Concilio para sus fines modernistas.
----------Balances ya se han intentado unos cuantos en estos últimos veinte años, pero habría que hacer un trabajo mejor, más detallado y más profundo. El balance hecho en la obra colectiva editada por Ignazio Sanna, L’eredità teologica di Karl Rahner (Lateran University Press, Roma 2004), es una obra sesgada, partidista, porque estuvo influenciada por los propios rahnerianos. Verdaderos estudios críticos, con riqueza de documentación, son los siguientes: la colección hecha por Davide Berger, Karl Rahner. Kritische Annäherungen (Verlag Franz Schmitt, Siegberg 2004); la colección de estudios editada por Serafino Lanzetta, Karl Rahner. Un ‘analisi critica (Edizioni Cantagalli, Siena 2009) y el estudio del padre Giovanni Cavalcoli OP, Karl Rahner. Il Concilio tradito (Edizioni Fede&Cultura, Verona 2009). Sería necesario retomar estos trabajos con una documentación más amplia y con citas del Magisterio de la Iglesia y de la Congregación para la Doctrina de la Fe que pueden tener mayor relevancia sobre los errores rahnerianos, aunque en ellos no se nombre al autor. Hasta que no se haga este trabajo de clarificación, la obra del Concilio Vaticano II será falsificada por los rahnerianos y los males aumentarán con riesgo no sólo para la Iglesia, sino para la misma paz internacional.
   
Los errores del gnosticismo
   
----------A Luigino Bruni (en el mencionado artículo suyo, que aquí analizamos) se le ha pasado por alto un error del gnosticismo consistente en su pensamiento conflictual y circular, hoy lo llamaríamos "dialéctico". Es curioso que en el artículo hayan puesto la imagen gnóstica de la serpiente mordiéndose la cola (que se reproduce también en mi artículo), pero que Bruni no se haya molestado en comentarla. En cambio, se trata de un concepto fundamental del gnosticismo. He dicho pensamiento conflictual-circular.
----------¿Qué quiere decir? ¿Por qué conflictual? Se trata efectivamente del dualismo, pero dualismo no significa en absoluto distinguir el ser del no-ser, lo verdadero de lo falso y el bien del mal. El dualismo no es el principio de no-contradicción ni el principio del tercero excluido, que son en cambio los principios de la verdad y de la honestidad intelectual, sostenidos en su tiempo por Aristóteles contra los escépticos y los sofistas, que eran los gnósticos de aquella época, como también lo eran los fariseos, contra los cuales polemiza Cristo. De hecho, el gnosticismo en cuanto pretensión de igualar el propio saber con el saber divino se encuentra en todas las religiones. Así, por ejemplo, Julio Meinvielle ha podido escribir un estudio sobre el gnosticismo judío originado en la Cábala. Recomiendo su versión italiana: Influsso dello gnosticismo ebraico in ambiente cristiano, con notas de Ennio Innocenti (Edizioni della Sacra Fraternitas Aurigarum in Urbe, Roma 1988).
----------¿Por qué circular? ¿En qué sentido? ¿Qué quiere decir? Se trata del principio metafísico del movimiento del ser. El círculo representa la coincidencia de la salida con el retorno, del inicio con el fin, la atracción que la causa final ejerce sobre la causa eficiente. Primum in intentione est ultimum in executione. El ente en movimiento va allí desde donde ha partido. Ahora bien, esto es verdaderísimo si se trata de la creatura que, causada por el Creador, es movida por Él hacia Él mismo como su fin.
----------Pero el problema del gnosticismo es que su concepción, siendo como es una forma de panteísmo (algo que se le escapa a Bruni), representa a Dios mismo que sale de Sí, se niega a Sí en el mundo y como mundo retorna a Sí y va hacia Sí. De tal manera se cierra el círculo. Pero hay que tener presente que este círculo es Dios mismo y el gnóstico en Dios, tal como resulta de la dialéctica hegeliana. Sin embargo, esto implica necesariamente la identidad de Dios con el mundo y con el mismo gnóstico.
----------De ahí la duplicidad y el dualismo del pensamiento conflictual. Dios es el mundo y no es el mundo, como dice el propio Karl Rahner, Dios es a la vez inmutable y mutable. Ahora bien, cómo esto sea posible, que se lo pregunte el lector buscando en sus obras... Rahner no le responderá.
----------El pensamiento circular gnóstico es, por lo tanto, el retorno de lo igual y retomado por Nietzsche y reaparece en la dialéctica del devenir ideada por Hegel. Es el dualismo hipócrita condenado por Cristo como diabólico, cuando Él prohíbe decir sí al no y no al sí (Mt 5,37), porque ese es el principio de la mentira y no de la verdad; en cambio los principios de la verdad (sí, sí, no, no) son los actos fundamentales de la lealtad del pensamiento y del lenguaje, deberes morales absolutos para evitar ser personas falsas, dobles y abyectas.
----------El verdadero y abominable dualismo gnóstico reside precisamente en la unión de lo verdadero y de lo falso, del sí y del no, para negar así una verdad absoluta privada de falsedad y para negar un bien absoluto privado de mal. ¿En qué sentido estamos hablando de pensamiento conflictual? En el sentido de que se trata de un pensamiento que no llega a resolver el conflicto y a procurar la paz y la concordia.
----------¿Y por qué? Porque en el dualismo gnóstico no se da ser que no sea negado por el no-ser, por lo cual, como ya en la antigua sofística griega, no puede existir la afirmación y la certeza absoluta e indiscutible, que no ponga fin a la discusión, afirmación que no pueda ser contradicha; en la visión gnóstica es imposible afirmar un sí claro y decisivo, definitivo e incondicionado, sino que la afirmación va siempre acompañada -se quiera o no se quiera- de la negación, porque sólo es en esta conjunción de la afirmación con la negación que estaría la verdad. Pretender un sí absoluto es imposible y en cualquier caso sería falsedad.
----------Por esto -y es digno de señalarse- el gnosticismo va acompañado del agnosticismo. El sí siempre va con el no. Para el gnóstico, Dios era al mismo tiempo ghnostón y ághnoston, conocido y desconocido. O clarísimo o oscurísimo. O totalmente comprensible o totalmente incomprensible.
----------Por eso el misterio está privado de cualquier luz; es una oscuridad total. Ésta es la concepción rahneriana del misterio divino. Para Rahner el misterio divino no es algo en lo que se ve algo y algo más se escapa, sino que es algo donde no se entiende absolutamente nada. Tanto Hegel, que niega el misterio en nombre de la razón, como Rahner, que lo afirma, son gnósticos.
----------Para el gnóstico o se sabe todo o no se sabe nada. Vale decir: o el escepticismo o el dogmatismo. Para el gnóstico, o todo es cierto o nada es cierto. O todo está bien o nada está bien. Por lo tanto, no hay término medio, porque falta el sentido de la analogía y de la diversidad del ser. Es una forma de parmenidismo. El ser es uno y doble al mismo tiempo. O existe la identidad absoluta o existe la contradicción. O todo es uno o existe lo contradictorio: he aquí el dualismo dialéctico y conflictual.
----------Para el dualismo gnóstico los dos términos opuestos ser-no-ser, verdadero-falso, bien-mal, no pueden ser el uno sin el otro. El Uno, el Entero, el Todo, como en Hegel, es la unidad de los opuestos, la coincidentia oppositorum, de la que ya hablaba Nicolás de Cusa.
----------Este principio gnóstico dualista-cíclico reaparece en la dialéctica hegeliana, se rencuentra en Nietzsche en el mito del eterno retorno, está presente en la masonería esotérica con el lema "No hay vida sin muerte, no hay muerte sin vida", en la cusana coincidentia oppositorum, y tiene sus antiquísimos orígenes en el mito indio, representado por el símbolo de la esvástica, de la diosa Sciva que da muerte y vida al mismo tiempo.
   
Malentendidos de Bruni
   
----------Bruni no tiene en cuenta el hecho de que el dualismo no es el simple distinguir entre cuerpo y alma. Distinguir cuerpo y alma no quiere decir necesariamente separarlos y contraponerlos. Ésta es la operación de Descartes, ciertamente equivocada y reprobable, aunque en realidad de hecho es cierto, como observa san Pablo, que en el presente estado de naturaleza caída existe un doloroso conflicto entre la carne y el espíritu, conflicto que, sin embargo, puede y debe ser resuelto gracias al ejercicio ascético de la vida cristiana.
----------Pero oponer alma y cuerpo como se opone realidad a la apariencia a la manera de Platón o del hinduismo es también equivocado y fuente de nefastas frustraciones y de peligrosas ilusiones. Pero es dogma de fe, y verdad demostrada por Aristóteles, la distinción entre el alma espiritual y el cuerpo, así como se distingue en la sustancia material la forma sustancial de la materia primaria.
----------Además, Bruni se equivoca al acusar a san Juan de que la oposición verdad-falsedad y bien-mal sería dualismo gnóstico. Lo cual es del todo falso, mientras que en cambio es necesario decir que esos binomios dicen, suponen e implican sinceridad, veracidad, franqueza, simplicidad, honestidad y lealtad del pensar y del hablar que rechaza la doblez, el escepticismo, la hipocresía, la astucia, la simulación, la ambigüedad, el doble juego, el oportunismo y el servicio a dos señores.
----------Por otra parte, la oposición joánica Dios-demonio no es en absoluto dualismo gnóstico, sino que está conectada con la elección inevitable que se impone a todos y cada uno para decidir su propio destino eterno. Además, la perspectiva de ver a Dios en Juan no es una influencia gnóstica, sino que es el fin de la vida cristiana que Dios nos ha revelado.
   
El gnosticismo hasta la modernidad
   
----------El gnosticismo fue una operación conducida por filósofos paganos, sobre todo neoplatónicos, para demostrar que el paganismo griego era superior en sabiduría al cristianismo. El gnosticismo, así, se presentaba como la ciencia suprema y divina, el pleno conocimiento de la verdad sobre Dios o sobre el Absoluto.
----------En los siglos siguientes hasta hoy el gnosticismo ha mantenido esta convicción. Al contrario de los cristianos que utilizaban ciertamente los filósofos paganos, pero para interpretar el dato revelado cristiano, rechazando lo que era incompatible con la fe, sin la pretensión de sustituir el saber al creer y para formar los dogmas de la Iglesia, los gnósticos consideraban que la sabiduría suprema no fuera la de Cristo y de la Iglesia, sino la de Anaximandro, la de Zoroastro, la de Protágoras, la de Parménides, la de Pitágoras, la de los misterios órficos y eleusinos, la de Dioniso, la de los estoicos, de Platón, de Plotino y de Proclo, y por tanto se permitían corregir la doctrina del Evangelio o de la Iglesia. como si fueran mitologías pueriles incapaces de expresar la sublimidad de lo divino que sólo ellos habían comprendido y experimentado.
----------Si entre los paganos hubo un maestro de sabiduría, ese fue Aristóteles. Es interesante cómo ellos lo habían dejado fuera, porque era el pagano que mejor que todos facilita el acceso a la fe cristiana, y de hecho, como es sabido, fue precisamente utilizado por santo Tomás para este propósito.
----------En los siglos siguientes el problema del gnosticismo ya no se presentó sino hasta volver a surgir en el siglo XII con el fenómeno del catarismo en la Francia meridional y en la Italia septentrional. Pero fue suficiente para derrotarlo la obra desarrollada por santo Domingo de Guzmán y sus seguidores.
----------La tentación gnóstica reaparece en el Renacimiento, que operó una revalorización de la misteriosofía pagana, del hermetismo y del esoterismo neoplatónico, a lo cual se agregó la influencia de la Cábala. La Reforma luterana, aunque pretendiera ser un retorno al misterio de la Redención contra el paganismo renacentista, si no al principio, sí más tarde, con Jakob Böhme, se dejó infectar por el subjetivismo gnóstico griego y cabalístico, que había inspirado el antropocentrismo renacentista.
----------A partir de este momento el espíritu de la gnosis pagana comenzó a operar secretamente en la filosofía de Descartes, en la Fraternidad de los Rosacruces, en Leibniz y en la masonería, surgida en Londres en 1717. La misma masonería declara que el fin supremo del masón es el logro de la gnosis, el saber absoluto, la ciencia de la totalidad y del Uno, para la cual él sobrepasa y domina el saber fragmentario de las diversas religiones, las unifica y las conecta entre sí, dejándolas en la libertad de cada una, ninguna de ellas sin embargo de valor absoluto supra-racional o divinamente revelado, sino todas igualmente sujetas y relativas a la razón, que es divina por esencia, por lo cual el hombre es divino por el hecho mismo de razonar, como dice Hegel.

17 comentarios:

  1. Estimado padre Filemón,
    ¡Usted le echa toda la culpa a Rhaner! Creo que muchos son culpables y cómplices del modernismo dentro de la Iglesia, y del fracaso postconciliar al cual estamos asistiendo. Lo peor ahora es que obstinadamente, no importa si estamos chocando contra un muro y la Iglesia continúa, en esencia, están cada vez más divididos: muchos católicos son tibios y están desconcertados. ¿Hace falta dar ejemplos? En mi ciudad siempre he estado atento a la Semana Santa. Las iglesias están vacías. ¿De quien es la culpa? ¿Del gnosticismo, del modernismo, del misericordismo? ¿O que? En mi parroquia, una de las más activas de la zona, los niños de primera comunión, mientras estuve trabajando allí, eran incontables, y no alcanzaban los catequistas para atenderlos. Ahora se reducen a unos pocos... Meditemos estas cosas... ¡Otra que gnosticismo elitista!

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    1. Señor Bruno G.:
      Lo que más me sorprende es la actitud de muchas personas que citan a la Iglesia, acusándola de las peores atrocidades, como si la Iglesia fuera una entidad abstracta, totalmente ajena a ellos, como si ellos no tuvieran nada. que ver con el misterio de la Redención y la Pasión de Nuestro Señor. Ahora me pregunto: ¿pero qué fe siguen estas personas? ¿A qué iglesia pertenecen? ¿Comparten su fe con alguna comunidad? ¿O más bien creen que la fe es un asunto exquisitamente personal e individual? Ante semejantes actitudes quedo atónita. Estas personas también son profundamente cultas, (!) explican su cultura con gran detalle, tal vez hayan estudiado aquí y allá en los conocidos blogs que desacreditan a la Iglesia y al Papa y se encuentran cara a cara con eruditos verdaderamente competentes, como es el caso del autor de este blog, y le contestan al Padre Filemón con acritud y desprecio mal disimulado. Mala tempora currunt. (Un latinazgo de Manzoni que se adapta precisamente a esta situación absurda).

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    2. Querida señora: ¡No sé de qué está hablando! No hablé de ninguna atrocidad ni contra nadie, sólo subrayé la profunda crisis que atraviesa la Iglesia y la actual crisis de fe que se revela también en la pobre y evidente falta de participación de los fieles en el Santo Sacrificio de la Misa. Así que, como puede ver, no he desacreditado a nadie, mucho menos al padre Filemón de la Trinidad, a quien respeto, sino que simplemente he constatado una realidad que está a la vista de todos.

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    3. Estimado Bruno,
      está claro que el modernismo es un movimiento muy complejo, que resulta del concurso de muchos teólogos. Cuando yo menciono el nombre de Rahner, queda claro que no le atribuyo solamente a él todas las culpas del modernismo, sino que simplemente pretendo referirme al principal exponente, que no excluye la presencia junto a él de muchos otros de menor importancia.
      Por cuanto respecta a esos males que usted enumera, puedo confirmar su existencia. Lo importante que debemos hacer ante todo es pensar en dar buen ejemplo, conectándonos con los buenos católicos, que, aunque sean pocos, siempre gozan de las ayudas divinas.

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    4. Estimada Rosa Luisa,
      le agradezco su solidaridad. Pero mis cofrades y yo estamos habituados a estas situaciones, y estamos dispuestos a sufrir incluso cosas peores, naturalmente con la ayuda del Señor, ayuda que nunca deja de llegarnos cuando nos comprometemos con todas nuestras fuerzas en la causa de Cristo.

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    5. Estimado Padre: usted dice que "el modernismo es un movimiento muy complejo", y supongo que por eso mismo no es algo que pueda ser explicado fácilmente, ni siquiera con aquella expresión "la síntesis de todas las herejías", de san Pío X, porque es obvio que eso no sirve como definición, en tanto que también debe ser explicada. No sé si usted conoce el sitio del padre Javier Olivera Ravasi, un sacerdote argentino, con un canal de youtube muy visitado. Hace pocos días publicó un video titulado: "En dos palabras: ¿qué es el modernismo?", y allí dice algunas cosas que me han hecho algo de "ruido".
      Por ejemplo: "... Lutero apostata de su fe, rompe con la Iglesia, y finalmente termina armando una secta, que es la secta protestante, que con el tiempo van a ser los luteranos, los calvinistas, y después hay la enorme cantidad de sectas protestantes que hoy en día pululan en el mundo."
      "El modernismo ha sido definido por el Papa San Pío X como la más grande de las herejías, o más bien la síntesis de todas las herejías, y es en las mismas venas de la Iglesia haberse metido esta herejía, que plantea que la Iglesia debe acomodarse a los signos de los tiempos, no tanto iluminando al mundo, o sea, siendo sal de la tierra y luz del mundo, sino acompañando o como dicen algunos ahora 'caminando juntos' con el mundo. Y no para elevarlo, para santificarlo, para predicarle a Jesucristo crucificado y resucitado, sino sobre todo para ser una especie de adorno más del mundo, y por eso es que los modernistas, o también llamados progresistas, que es el nombre que les ponen los liberales católicos modernos del día de hoy, son aquellos que plantean que nosotros no tenemos que estar diciéndole al mundo lo que Cristo dijo, porque como que el mundo no está preparado para eso, simplemente tenemos que ir acomodando nuestra propia fe a los planteos actuales del mundo."
      "Lo que termina sucediendo con esto en la práctica es que la gente se termina alejando de la Iglesia. Por eso es que mucha gente que después se va a las sectas protestantes, no se va porque sea mala, se va porque lo que están buscando es a Jesucristo muchas veces, y como el cura de turno predica cualquier tontera, habla de cualquier idiotez, entonces la gente se va a buscar a Jesucristo. Por eso yo siempre digo que los protestantes que se han ido del catolicismo a las sectas protestantes son católicos defraudados, católicos estafados, se fueron para otro lado porque encontraron el modernismo en la Iglesia, y entonces muchas veces se fueron a encontrar a alguien que les hable de Jesucristo".
      Como dije, hay varias cosas que me hacen ruido... como lo de llamar "secta" a los protestantes, o el modo como habla de sus colegas sacerdotes "que hablan de cualquier idiotez", o el modo como equipara a los modernistas con los progresistas... por mencionar solo tres cosas. ¿Me podría dar su opinión?

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    6. Estimado Mario,
      efectivamente, el modernismo es una corriente muy compleja, nada fácil de definir, porque precisamente no hay una sola especie de modernismo y, de hecho el actual modernismo no es el mismo que el que existía en tiempos de la condena del papa san Pío X, hace más de un siglo.
      Efectivamente, el afirmar que el modernismo sea la síntesis de todas las herejías es una expresión indicativa de su nocividad, pero a la vez también que el modernismo implica una raíz fundamental que está en la base de todas las herejías, y esta raíz es la siguiente: que se toma del Evangelio aquello que puede armonizar con el mundo, descartando todo lo demás, cuando debería ser al revés: es el Evangelio el que debería ser el criterio rector para distinguir lo bueno y lo malo en el mundo y en la historia. Esa es la raíz de todas las herejías, y ese es en su fondo común la substancia del modernismo.
      En referencia al texto que usted me indica (y ateniéndome por mi parte sólo al texto que Usted me ha indicado), hago un breve comentario a los tres aspectos que usted me ha señalado:
      Por cuanto respecta a llamar "secta" a las diversas confesiones protestantes, efectivamente llama la atención el modo cómo se repite esa cualificación: se insiste en ella de un modo que no parece ser casual, y no se puede evitar la sospecha de que quien así se expresa manifiesta un nada oculto desprecio por estos cristianos no-católicos. No hay duda que se trata de un modo de expresarse anterior al Concilio Vaticano II y al actual Magisterio pontificio, los cuales ya no se expresan de ese modo. Los Papas posteriores al Concilio sólo usan el término secta en sentido despectivo, pero nunca referido a las distintas comunidades de cristianos no-católicos.
      Es evidente que no puede usarse el término "secta" referido a los luteranos, calvinistas, anglicanos, etc. si se pretende (como es nuestro deber como católicos) desarrollar una obra ecuménica, y por lo tanto evangelizadora, hacia ellos.
      ¿Podemos de veras afirmar que estamso en comunión plena con la Iglesia y con el Papa expresándonos de ese modo? ¿Cómo podemos desarrollar así una obra ecuménica si comenzamos despreciando los valores de los cristianos no-católicos? La existencia de estos valores ya ha sido afirmada dogmáticamente.
      Por cuanto respecta al modo en que se hace referencia a los sacerdotes, como que "hablan de cualquier idiotez", apenas si merece comentarse, porque salta a la vista el tono soberbio y despreciativo. Nadie niega que el renacido modernismo hoy es un problema grave en la Iglesia, por su enorme difusión, ¿pero qué solución se da al problema con tales descalificaciones? ¿Quiénes serían los sacerdotes que no hablan idioteces? ¿A quién deberían acudir los fieles? ¿Al sacerdote autor de estas expresiones?
      Respecto a esto mismo, llama la atención que no se haga mención al Papa, como Maestro de la Fe y visible principio de la unidad en la Iglesia. ¿Tampoco los fieles deberían acudir al Papa y a su enseñanza? ¿También el Papa hablaría idioteces? ¿Tampoco habría que acudir a los Obispos, sucesores de los Apóstoles? Repito: ¿Quienes serían los que hoy conducen a Jesucristo según el autor de esas expresiones? No queda claro.
      Finalmente, por cuanto respecta al modo de equiparar "modernismo" y "progresismo", como si se tratara de una misma cosa, es claro indicativo de una posición pasadista, o "indietrista" como la llama el Santo Padre, o sea, una postura filo-lefebvriana, negadora del progreso en el conocimiento de la divina Revelación, es decir, negadora del progreso en la Sagrada Tradición y en el conocimiento de la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura.
      Para el católico debe estar claro que tanto progreso como conservación son dos aspectos esenciales a la vida de la Iglesia, por lo cual existe un sano progresismo y un sano tradicionalismo en la Iglesia, que no tienen nada que ver ni con el modernismo ni con el lefebvrismo, filo-lefebvrismo o pasadismo.

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  2. Alma espiritual en Aristóteles?

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    1. Estimado Juan,
      ciertamente. Es aquello que Aristóteles llama "usia coristé", es decir, forma separada, separada de la materia, por tanto subsistente por sí. El mismo santo Tomás de Aquino retoma esta expresión para hablar de la condición del alma después de la muerte.

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    2. Estimado Padre: en Aristóteles no hay una forma separada de la materia a excepción de Dios. Incluso las inteligencias celestiales están hechas de éter.
      Recuerdo además las discusiones sobre el intelecto agente, que sí está separado, pero que no concierne a los individuos, como algunos piensan.

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    3. Estimado Profesor,
      es cierto que Aristóteles dice que el intelecto viene "de fuera" (thyratehn), pero este "de fuera", como explica santo Tomás, no significa desde fuera del individuo humano, sino "de fuera" de la materia. Por tanto esta expresión no indica en absoluto, como creía Averroes, una entidad espiritual de la cual cada individuo debiera depender para ejercitar el intelecto, sino que simplemente indica la inmaterialidad y por tanto la espiritualidad del intelecto de cada uno de nosotros.

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    4. Por cuanto respecta al intelecto activo o agente en Aristóteles, es el intelecto humano, en cuanto abstrae lo universal de lo particular concreto existente. Ahora bien, esta función abstractiva para Aristóteles es precisamente propia de cada uno de nosotros, por el hecho de que él reconoce que tal operación depende de nuestra voluntad, por lo que hay quienes la realizan y hay quienes no la realizan. De lo contrario no se entendería por qué uno entiende y otro no entiende, porque el comprender implica el abstraer la esencia universal de lo particular.
      El entender consiste en la obra del intelecto pasivo, el cual, según Aristóteles, es el intelecto en cuanto representa en sí mismo el concepto de la cosa externa.

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    5. Pero esa es solo úna de las interpretaciones.

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    6. Estimado Profesor,
      es la correcta, porque toma en cuenta de manera lógica todos los elementos que Aristóteles pone en juego, y es respetuosa de la dignidad de su teoría, que la hizo apta para ser asumida por santo Tomás, quien de esta manera fue capaz de sentar las bases filosóficas de la psicología racional, en la que se basó la Iglesia católica para definir los dogmas del alma como forma del cuerpo en el Concilio de Viennes en 1312 y de la inmortalidad del alma, en el V Concilio de Letrán de 1513.

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    7. Me sigue costando aceptar el concepto de un alma espiritual en Aristóteles...

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    8. Insisto. Lo que está separado en Aristóteles es sólo el intelecto agente, que no se corresponde con las almas individuales sino que es universal.

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    9. Estimado Profesor,
      que el intelecto humano sea uno para todos, es la interpretación de Averroes respecto a los textos de Aristóteles, y santo Tomás demuestra que es falsa.
      De hecho, Tomás demuestra que la universalidad del intelecto en Aristóteles es la universalidad de la naturaleza del intelecto, es decir, que Aristóteles habla de la esencia universal del intelecto, que es una universalidad abstracta y no real, una universalidad que no excluye en absoluto la esencia individual.
      Por consiguiente, Aristóteles no quiere decir que el entendimiento sea uno solo para todos los individuos. De hecho, Tomás demuestra que Aristóteles enseña que cada hombre tiene su propio intelecto, porque en el Tratado sobre el alma Aristóteles dice claramente que cada uno de nosotros formamos nuestras propias ideas con nuestra propia actividad abstractiva, partiendo de la experiencia sensible de cada uno.
      De aquí se sigue que cada uno de nosotros posee un alma espiritual e inmortal, que es la forma sustancial del cuerpo. Esta forma sustancial es lo que Aristóteles llama usia coristè, para distinguirla de la forma material, que existe sólo en aquellos compuestos de materia y forma, aunque vivientes, pero que están por debajo de la forma humana, como los animales y las plantas. Aristóteles siempre habla de estas formas inferiores en el Tratado sobre el alma, distinguiendo alma vegetativa, sensitiva e intelectual.

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