sábado, 23 de marzo de 2024

Radiografía del gnosticismo (3/3)

Con la Gaudete et exsultate, documento sorprendente y genial, que todos aquellos estudiosos honestos del gnosticismo, preocupados por la salud mental del hombre moderno, esperaban desde hacía dos siglos, el papa Francisco ha aplastado la cabeza de la serpiente, ha liberado con la verdad de Cristo la inteligencia moderna del yugo satánico del yo cartesiano, principio de aquello que los cartesianos llaman "filosofía moderna", generadora de todos los males del espíritu de estos últimos cuatro siglos, para reconducirla al camino de la humildad y de la adaequatio intellectus et rei, con la referencia explícita, entre otras cosas, a la importancia del pensamiento de santo Tomás de Aquino, referencia que aclara la intención de fondo de la Gaudete et exsultate. Ella de hecho -no parece inapropiada la comparación- es la Pascendi del papa Francisco. [En la imagen: fragmento del grabado "Universum", versión coloreada de la conocida versión en blanco y negro de Camille Flammarion, en el libro L'atmosphère: météorologie populaire, Hachette, París, 1888].

La condena pontificia del gnosticismo
   
----------Es extraño que Luigini Bruni, en el artículo sub examine, no cite las autorizadas palabras de condena del gnosticismo que el Santo Padre ha pronuncido en la Exhortación apostólica Gaudete et exsultate del 19 de marzo de 2018. El documento es de enorme interés e importancia, porque nunca había sucedido que un Papa condenara el gnosticismo. De hecho, cuando surgió el gnosticismo, en los siglos II-III, fueron suficientes los Padres Apostólicos y los primeros Padres de la Iglesia para erradicarlo.
----------¿Cómo entiende el Papa el gnosticismo? El papa Francisco define el gnosticismo como "una fe encerrada en el subjetivismo". Está todo dicho. Aquí encontramos a Lutero y a todos los modernistas de ayer y de hoy. Y de nuevo, el gnosticismo es la "transformación de la experiencia cristiana en un conjunto de elucubraciones mentales que acaban por alejarnos de la frescura del Evangelio" (n.46). Es la pretensión de captar la verdad con las propias ideas por encima de la verdad del Evangelio. Por eso, al fin de cuentas, el gnóstico ni siquiera es un creyente, sino un presuntuoso que quiere sustituir la fe por el saber.
----------Ahora bien, ¿qué entiende entonces el Papa por subjetivismo? Se trata del defecto de fondo de la gnoseología nacida de Descartes, que se desarrolla a través del idealismo alemán hasta llegar a Husserl. El subjetivismo consiste en el hecho que el sujeto cognoscente, en el conocer, no se adecua al objeto a conocer, sino que relaciona a sí al objeto y produce el mismo objeto.
----------La verdad del saber para el gnóstico no depende del hecho de que el sujeto refleje o espejee o represente un objeto externo, sino del hecho de que el objeto es conforme al sujeto. El conocimiento según el gnóstico es simple autoconciencia, es producción del objeto -el propio yo- que es el único objeto del saber, porque el yo es lo absoluto, es el ser. Como Dios, el gnóstico dice de sí: yo soy.
----------Todo el problema, entonces, todo el interés del gnóstico es conocerse a sí mismo porque no admite otra realidad por afuera de su propio yo. Para él todo es por el yo, todo está en el yo, nada está fuera del yo, todo es del yo y todo es para el yo. Es el egocentrismo absoluto, cuya consecuencia moral es el egoísmo. Dice bien por tanto Bruni, siguiendo al Papa, que el gnóstico no sabe amar: se ama sólo a sí mismo.
----------Ahora bien, está claro que si el yo es ontológicamente auto-suficiente y auto-fundado, entonces no hay que preguntarse quién causa o crea el yo. El yo existe por sí. Por eso, el egocentrismo gnóstico es al mismo tiempo ateo y panteísta: ateo, porque es ya Dios para sí mismo, no tiene necesidad de ningún Dios preexistente y trascendente que lo crea; panteísta, porque el yo lo es todo en sentido parmenídeo, es al mismo tiempo yo y mundo, yo que pone el mundo en el yo. Pero si el yo es Dios, y el mundo está en el yo, entonces Dios y el mundo son el yo, es decir, son la misma cosa. Por tanto, panteísmo.
----------De esta manera, para el gnóstico, la conciencia no sigue al conocimiento directo de lo real como reflexión subsecuente sobre lo conocido inmanente a la conciencia, sino que está en el inicio del saber, porque el objeto no debe ser alcanzado, como si se encontrara afuera, sino que ya está constitutivamente presente a priori en la conciencia. Sólo hay que dar con él, sólo debe ser encontrado. Para saber, el sujeto no debe hacer otra cosa más que  reflexionar sobre sí, ir al fondo de sí.
----------Debemos observar que es verdad que la conciencia ha salido de sí en sí y ha retornado a sí. Pero si ella no ha sido precedida por un contacto sensible con la realidad externa, transportada representativamente a lo interno de la conciencia, la conciencia está privada de contenidos, gira en el vacío o vaga sólo en la imaginación.
----------La ciencia para el gnóstico no implica una intencionalidad, una salida fuera de sí, no implica el alcanzar una realidad externa y objetiva, sino que sólo consiste en un movimiento interior de salida y retorno a lo interno de sí, porque fuera de la conciencia no existe nada. Nada penetra en ella desde fuera. La conciencia, en el conocer, no alcanza, no capta, no aprehende un objeto externo, sino que el objeto es ya interno y es inmanente a la conciencia. Husserl lo dice con mucha claridad.
----------Un texto suyo muy expresivo es el siguiente: "La conciencia, considerada en su pureza, debe tenerse por un orden del ser encerrado en si, como un orden de ser absoluto en que nada puede entrar ni del que nada puede escapar; que no tiene un exterior espacio-temporal ni puede estar dentro de ningún orden espacio-temporal; que no puede experimentar causalidad por parte de ninguna cosa ni sobre ninguna cosa puede ejercer causalidad, supuesto que causalidad tenga el sentido normal de causalidad natural o de una relación de dependencia entre realidades, en sentido estricto" (Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, Fondo de Cultura Económica, México Buenos Aires 1962, p.114).
----------Y otro texto es éste: "Un mundo, un existente en general de cualquier tipo pensable, no penetra desde fuera en mi yo, en mi vida de conciencia. Todo lo externo es lo que está en esto interno y obtiene su verdadero sentido de las ofertas originales y de las confirmaciones que son internas a este 'adentro', su verdadero ser, que por lo tanto pertenece él mismo al 'adentro' como polo unitario de mis multiplicidades reales, con posibilidades como facultades" (Lógica formal y lógica trascendental, Ediciones UNAM, México 1962, p.309).
----------La conciencia no depende del ser y el ser no es la medida de la conciencia. Mucho menos la conciencia es creada por el ser. El ser es simplemente el correlato de la conciencia, por lo cual entre ellos sólo existe correspondencia recíproca: no hay ser sin conciencia, no hay conciencia sin ser.
----------El sujeto o conciencia posee ya por cuenta propia (a priori) la forma del objeto, que es la regla de la verdad: si el objeto es adecuado a esta regla, entonces el conocimiento del objeto es verdadero, si no, no. La verdad está dada por el ser subjetivos, no por el ser objetivos, como se da en el concepto realista del conocer. Ser subjetivos no es un error, sino un deber. Para el idealista y el gnóstico, el subjetivismo no es un vicio sino una virtud. En cambio, en el error está el realista, que se esfuerza en ser objetivo.
----------El papa Francisco define también el gnosticismo con la categoría de la experiencia, un concepto hoy usadísimo, propuesto con desenvoltura por muchos con aire de entendedores y con significados contrastantes, como garantía de verdad, acerca de todas las temáticas más arduas de la existencia, de la vida y de la moral, para hacer pasar o transmitir cualquier tipo de impostura: "una determinada experiencia o una serie de razonamientos y conocimientos que supuestamente reconfortan e iluminan, pero en definitiva el sujeto queda clausurado en la inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos" (Gaudete et exsultate, n.36). ¿Acaso no se reconoce aquí la experiencia preconceptual atemática trascendental de Rahner?
----------Ahora bien, ¿son sólo los modernistas los afectados, o también lo son los indietristas? Sabemos cómo estos segundos, aunque tomistas, se han mantenido detenidos en teología al modo de ser tomista precedente a ese modo propuesto por el Concilio Vaticano II. Se trata de un tomismo demasiado hostil a la modernidad, con la tendencia aún hacia una moral, una pastoral y hacia una liturgia que resultan superadas por los progresos, por las exigencias, por las necesidades y por las posibilidades del mundo de hoy.
----------Quizás se puede encontrar una referencia a esta teología superada en las declaraciones del Papa contra un cierto abstraccionismo o una cierta rigidez que carecen de esa ductilidad y esa elasticidad necesarias para afrontar convenientemente la diversidad y la concreción de las situaciones.
----------Además, el Papa denuncia repetidamente el error de quienes anhelan un "Dios sin carne" (n.37), les acusa de "desencarnar el misterio" (ibid.), una "mente sin encarnación, incapaz de tocar la carne sufriente de Cristo en los otros" (ibid.), de "espiritualidad desencarnada" (n.40). Se puede aquí identificar el dualismo gnóstico del espíritu opuesto a la materia como fuerza hostil o vanidad ilusoria.
----------¿A quién puede referirse el Papa sino a una metafísica que resuelve la materia en el espíritu y el ser en el pensamiento? ¿Cómo no reconocer aquí la metafísica del idealismo, hoy difundida en ambiente modernista, como por ejemplo la de Rahner, cuando afirma: "la esencia del ser es conocer y ser conocido en su unidad primigenia, que nosotros queremos llamar conciencia o transparencia ('subjetividad', 'conocimiento') del ser de todo ente" (Oyente de la Palabra, Biblioteca Herder, Barcelona 1976, p.60).
----------Cómo no reconocer la gnosis hegeliana según la cual: "La ciencia pura presupone en consecuencia la liberación con respecto a la oposición de la conciencia. Ella contiene el pensamiento, en cuanto éste es también la cosa en si misma, o bien contiene la cosa en sí, en cuanto ésta es también el pensamiento puro. Como ciencia, la verdad es la pura conciencia de si mismo que se desarrolla, y tiene la forma de sí mismo, es decir que lo existente en sí y por si es concepto consciente, pero que el concepto como tal es lo existente en sí y para sí" (Hegel, Ciencia de la Lógica, Solar/Hachette, Buenos Aires 1968, p.46).
----------¿Cómo no reconocer el idealismo de Bontadini que resuelve la materia en el pensamiento? Leamos sus palabras: "Toda distinción y aún más toda separación que se encuentre o pueda rencontrarse en la realidad, deberá ser considerada como dependiente de un principio, opuesto al conocer y pr tanto, siendo el conocer lo íntimo del ser, opuesto al ser, un principio de ininteligibilidad que es al mismo tiempo un principio de irrealidad: la materia. No nos detendremos ahora en las aporías que surgen de este concepto; nuestra intención aquí es resaltar la estrecha solidaridad, o más bien la identidad que pasa entre el conocer y el ser" (Studi sull’idealismo, Edizioni Vita e pensiero, Milano 1995, p.282-283).
----------Como si el ser fuera sólo el pensar y lo material repugnara al ser, típica concepción gnóstica de la realidad, para la cual la reducción de la materia al pensamiento conlleva como consecuencia precisamente esa materialización del pensamiento que el idealista quisiera evitar. El verdadero espiritualismo es el de Aristóteles y de santo Tomás, que reconoce la dignidad del ser material y su cognoscibilidad por parte de la mente divina que lo ha proyectado y creado: "ni siquiera las tinieblas son oscuras para ti" (Sal 139,12).
----------En las palabras del Santo Padre también podemos reconocer el idealismo de Gentile, piedra angular del modernismo: "La filosofía moderna, si se considera detenidamente, simplemente afirma, con toda discreción, esta modestísima exigencia, que el pensamiento sea algo, aunque luego, al profundizar en el concepto de esta exigencia, la filosofía moderna siente la necesidad de afirmar el pensamiento, no simplemente como algo, sólo un elemento y casi un apéndice de la realidad, o más bien como totalidad o Realidad absoluta" (Giovanni Gentile, L’attualismo, Edizioni Bompiani, Milano 2015, p.80).
----------El Romano Pontífice denuncia también las exorbitantes pretensiones especulativas del gnóstico, cuya soberbia le convence de alcanzar una tal perfección en el saber como para poseer la misma ciencia divina omnisciente y legisladora del bien y del mal, y creadora del ser.
----------El Santo Padre expresa esta loca pretensión del gnosticismo, heredera de la influencia de la serpiente genesíaca, la serpiente que se muerde la cola, haciendo uso de expresiones metafóricas y populares, que pueden parecer ingenuas, pero que estando al alcance de todos, incluso de aquellos ignaros del lenguaje filosófico, son fuertemente eficaces: el gnóstico, lleno de sí mismo, hinchado de su propia soberbia, confiando en su propia inteligencia capciosa y sofista, hace que todo deba depender de él y que todo deba converger hacia él, él todo lo comprende y todo lo sabe, su yo, su pensar y su querer coinciden con el ser, él es la verdad hecha persona que construye una: "enciclopedia de abstracciones" (Gaudete et exsultate, n.37), que "puede asumir la apariencia de un orden que lo abarca todo" (n.38): el gnóstico tiene la pretensión de "hacer plenamente comprensibles toda la fe y todo el Evangelio" (n.39); "pretende reducir la enseñanza de Jesús a una lógica fría y dura que intenta dominarlo todo" (ibid.); pretende "dar las respuestas a todas las preguntas" (n.41); "quiere que todo sea claro y seguro, pretendiendo dominar él la trascendencia de Dios" (ibid.).
----------En suma, el gnosticismo es la expresión de un pensamiento conflictual, que no construye, no genera amor y unidad, sino que destruye y genera odio y división. No es verdadera sabiduría, concluye el Papa, porque "la verdadera sabiduría cristiana no debe separarse de la misericordia hacia el prójimo" (n.46). Y aquí Bruni ciertamente ha dado en el blanco. Pero decir que el pensar cristiano no debe ser conflictual, no quiere decir que, cuando sea necesario, no deba ser combativo, porque a veces la paz sólo se obtiene al precio de una victoria sobre los enemigos de la paz, refutando sus errores.
----------Con este documento sorprendente y genial, que todos aquellos estudiosos honestos del gnosticismo, preocupados por la salud mental del hombre moderno, esperaban desde hacía dos siglos, el papa Francisco ha aplastado la cabeza de la serpiente, ha liberado con la verdad de Cristo la inteligencia moderna del yugo satánico del yo cartesiano, principio de aquello que los cartesianos llaman "filosofía moderna", generadora de todos los males del espíritu de estos últimos cuatro siglos, para reconducirla al camino de la humildad y de la adaequatio intellectus et rei, con la referencia explícita, entre otras cosas, a la importancia del pensamiento de santo Tomás de Aquino, referencia que aclara la intención de fondo de la Gaudete et exsultate. Ella de hecho -no parece inapropiada la comparación- es la Pascendi del papa Francisco.
----------La diferencia está dada por el hecho de que si el papa san Pío X en la Pascendi se parece al terrible Jinete del Apocalipsis que derrota a todos sus enemigos, Francisco en la Gaudete et exsultate se parece a David que con cinco piedritas mata al gigante Goliat.
----------Hay que añadir que entre Pío X y Francisco ha existido el Concilio Vaticano II, el cual, como es sabido, ha reenfocado o reseteado la relación del católico con la modernidad, arrebatando a los cartesianos la jactancia de ser ellos los modernos y atribuyendo al tomista ese orgullo, como hubo de observar ya Maritain en la época de Pío X en ese libro profético que fue Antimoderno (Editorial UCALP, La Plata 2019).
----------No niego, como no lo niega Maritain, que un mérito del pensamiento moderno haya sido una mayor toma de conciencia de la subjetividad y del misterio de la divina misericordia. En este sentido, entre la severidad de la Pascendi y la Gaudete et Exsultate hay indudablemente un progreso en la pastoral hacia el mundo moderno. Pero en ambos Papas la preocupación pastoral es la misma, y es tremendo en ambos el golpe de espada con el cual ellos, ministros de Cristo, golpean al horrible enemigo.

2 comentarios:

  1. Estimado Padre, usted ha hecho una excelente descripción del gnosticismo. Es un consuelo que recurra a las palabras del papa Francisco para definirlo de modo estricto: "una fe encerrada en el subjetivismo".
    Y enseguida usted nos dice que todo el gnosticismo está allí cifrado, pues allí encontramos a Lutero y a todos los modernistas de ayer y de hoy.
    Perfecto.
    ¿Pero, por qué no decir que allí encontramos también al lefebvrismo?
    Al fin de cuentas, el lefebvrismo se resume en el subjetivismo. Y de hecho usted ha dicho hace poco que el lefebvrismo puede calificarse de gnosticismo.
    Yo incluso iría más lejos. El gnosticismo es, ciertamente, lo que mancomuna a modernismo e indietrismo. Pero también podría decirse que el gnosticismo es la raíz de toda herejía, en cuanto negación del Dogma católico. O, como hoy suele decirse, ya que los Papas hace décadas que no quieren usar la palabra herejía, el gnosticismo es la raíz de toda ideología cristiana.
    ¿No le parece?

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    1. Estimado Joaquín,
      no es fácil definir el gnosticismo, porque históricamente ha sido un fenómeno muy complejo y también contradictorio, basta pensar en los dos conceptos del ghnostón=conocido y del ághnoston=desconocido, referidos a Dios.
      En cualquier caso, la esencia del gnosticismo es la pretensión de la razón humana de superar la fe.
      Un claro ejemplo del gnosticismo moderno es Hegel, quien sitúa la filosofía por encima de la religión. E incluso la concepción masónico-kantiana-iluminista es una forma de gnosticismo implícito, porque no admite una religión revelada o sobrenatural.
      Por cuanto respecta a los lefebvrianos, yo diría que estrictamente hablando, si queremos definir su corriente, se trata de una corriente cismática, porque desobedecen al Papa, e indirectamente se trata de una corriente herética, porque acusan de modernismo a las doctrinas del Concilio Vaticano II y al consiguiente magisterio pontificio.
      Por cuanto respecta a Lutero, he hecho referencia al gnosticismo en cuanto el Papa ve el gnosticismo como una fe subjetivista. Y esta es precisamente la fe luterana.
      Sin embargo, para ser precisos, como he dicho, el gnosticismo es una tal forma de soberbia que pretende poseer un conocimiento absoluto de Dios con la pura razón, superando a la misma revelación cristiana.
      Podríamos preguntarnos qué relación existe entre gnosticismo y herejía. En base a lo que he dicho, se deriva fácilmente que el gnosticismo es ajeno a la cuestión de la herejía, porque niega esencialmente la verdad de fe. En este sentido, se puede considerar al gnosticismo como un principio o raíz de herejía.
      Sin embargo, no se puede hablar propiamente de herejía a propósito del gnosticismo, porque la herejía es la negación de una verdad de fe. Ahora bien, como he dicho, el gnosticismo pretende prescindir de la fe y por tanto alcanzar con la razón un conocimiento superior a la fe.

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