viernes, 15 de marzo de 2024

Fascismo y nazismo: orígenes, doctrina y actualidad (5/9)

¿Se da cuenta la Alemania luterana de haber perdido esos inmensos tesoros, que los santos alemanes habían acumulado en el Medioevo? ¿De qué le ha servido desquitarse con la teología escolástica? ¿Rechazar al Papa como si fuera el anticristo? ¿Odiar a santo Tomás? ¿Qué logros espirituales ha obtenido? ¿Qué clase de grandeza ha alcanzado? ¿Han entendido los alemanes que la rebelión de Lutero los ha conducido a Descartes, a Kant, a Hegel, a Nietzsche, a Husserl, a Heidegger, a Rosenberg y a Hitler? [En la imagen: fragmento de "Demócrito y Protágoras", Demócrito en el centro y Protágoras a la derecha, óleo sobre lienzo, c.1663-1664, pintado por Salvator Rosa, conservado y expuesto en el Museo Estatal Hermitage, San Petersburgo, Rusia].

Características del pueblo alemán
   
----------Al formular un juicio sobre la doctrina del nazismo es bueno tener en cuenta las características del pueblo alemán, caracteres tanto positivos como negativos. Por más increíble que pueda parecer la ideología nazi, sin embargo, en los hechos es el punto conclusivo de una secular historia psicológica, filosófica, literaria, teológica y espiritual, por más desviada y aberrante que sea, de larguísimos estudios, meditaciones, reflexiones críticas, investigaciones precisas e indagaciones universitarias eruditas o estadísticas, citas doctas, documentaciones meticulosas, recopilación de innumerables datos, llevadas a cabo por numerosísimos estudiosos, eruditos y científicos en las diversas ramas del saber, de los cuales la Alemania abunda desde hace siglos, a diferencia de los pueblos Griego y Latino, que son mucho menos estudiosos y prefieren las conversaciones al aire libre, por lo general irresponsables, o el peripatos aristotélico, o los diálogos platónicos.
----------Y todo esto es indudablemente favorecido por el hecho de que el alemán vive en un clima frío, lo que desalienta estar al aire libre, y por tanto está habituado a permanecer en casa o en el Stube; lo que lo lleva a la lectura y al estudio, a ser un meticuloso recolector de datos y de noticias, curioso acerca de todas las ciencias experimentales e históricas, versado en las ciencias matemáticas, trabajador en la labor y en la técnica, mientras que con tantos días nublados, privados de sol y sometidos a las nieblas y las tormentas, es un pueblo que lucha por ver en el sol, con su clara luminosidad tan próxima al logos, el símbolo de la divinidad como los Griegos y los Latinos. Habituado al cielo nublado, al torbellino y a las tormentas, prefiere el símbolo de la oscuridad, de la confusión, de lo indistinto, del trueno y de la tempestad. El caos es preferido al Logos. Muy significativo es el famoso lema del romanticismo: "Sturm und Drang".
----------El alemán aprecia la fineza del intuir emotivo, para expresar el cual utiliza su propio término característico, el Gemüt, que siempre está presente en su modo de concebir tanto los valores morales como el conocimiento de las personas y de Dios y se lo encuentra todavía en la fenomenología de Edith Stein. El Gemüt es apto al mismo tiempo al corazón, al intelecto, al sentimiento y a la emoción.
----------Al mismo tiempo, el alemán es un espíritu dado al radicalismo, a los sentimientos abrumadores, a los excesos y a las oposiciones extremas. Esto explica la dureza de la dialéctica hegeliana. Esto explica la perenne conflictualidad interna de alemanes contra alemanes, aunque el alemán sienta fortísima la necesidad de la Gemeinschaft. Piénsese en la brecha alemana entre católicos y protestantes.
----------La imagen de Dios que se deriva de la mitología germánica oscila entre la del Dios aterrador y fulminante y la del Dios condescendiente a que el hombre dé rienda suelta a sus pasiones -un preanuncio de la concepción luterana de Dios-. Y se comprende cómo a Heidegger le complacía el dicho de Heráclito "el rayo lo gobierna todo" y la frase del República de Platón: "todo lo grande está en la tempestad".
----------Por una parte, el alemán se somete al totalitarismo de Estado, al Führer, pero, por otra parte, se rebela a la autoridad en nombre de una conciencia subjetivista, como Lutero. Su espiritualidad es monista, pero es síntesis de los opuestos; es, como dice Nicolás de Cusa, coincidentia oppositorum. El contraste entre bien y mal, según Jakob Böhme, muy admirado por Hegel, existe incluso en Dios.
----------El alemán frecuentemente pasa de la delicadeza conmovedora y sentimental, musical y romántica, el Gemüt, al estallido de ira furibunda (piénsese por ejemplo en Lutero o en el propio Hitler), a la violencia cruel e inexorable. Pasa a menudo de la obediencia fanática y servil hacia el Führer, a la rebelión anárquica y revolucionaria (piénsese por ejemplo en Marx). Inclinado a la interioridad y a la mística, el alemán, antes que ver a Dios objetivamente, delante y por encima de sí, más allá del mundo y de la naturaleza, bello pero también hostil y aterrador, prefiere sentirlo escondido en sí, en su propia intimidad, en su corazón y en su propia conciencia. El alemán está más cerca de Agustín que de Tomás, de Platón que de Aristóteles.
----------Un aspecto paradójico del pueblo alemán es la tendencia al alternarse y al conjugarse en él de una desordenada multiplicidad y desarmonía de los individuos que componen su misma sociedad civil, cada uno constituyendo un absoluto en sí, con la más impresionante compacidad y férrea disciplina colectiva en ciertos momentos exaltantes de su historia, precisamente cuando el pueblo está preso del entusiasmo por alguna empresa colectiva o por algún líder que le agrada.
----------Se diría que se verifique en el pueblo alemán una especie de secularización del misterio de la relación de Cristo con la Iglesia y con las almas individuales. Parecería que el Estado deviniera la Sustancia divina de los individuales yo de los ciudadanos, los cuales luego aparecen totalmente funcionales al Estado o fundados en el Estado, como los sarmientos dependen de la vid.
----------Las cualidades más bellas del pueblo alemán aparecieron a partir del siglo XII con santa Hildegarda de Bingen, a quien el papa Benedicto XVI, de nacionalidad alemana, ha proclamado Doctora de la Iglesia y Patrona de Europa. Pero el verdadero florecimiento alemán comenzó en el siglo siguiente, con la llegada de las Órdenes mendicantes, los Dominicos y los Franciscanos, después de que ya a partir del siglo VIII se iniciara la cristianización de los Alemanes por obra de san Bonifacio.
----------Fueron los frailes Dominicos y los frailes Franciscanos quienes comprendieron y valoraron lo íntimo y la profundidad del alma alemana, su profunda sensibilidad, su sed de Dios, de tenerlo consigo benévolo y misericordioso, alentador y fortalecedor (Gott mit uns), la necesidad propia de los alemanes de ir al fondo de las cosas y de encontrar un principio que explique y ordene todo; la necesidad de Absoluto, de Eterno y de Infinito; el amor por la naturaleza; sus grandes recursos de laboriosidad y de generosidad, su necesidad de orden, de método, de unidad, de comunidad y de disciplina. Por otra parte, el alemán expresa lo más profundo de su alma, su sed y experiencia de lo Absoluto en la música.
----------Alemania es el pueblo más musical del mundo. Sabe expresar con la música lo que el concepto no llega a expresar, el alemán conoce como ninguno el lenguaje de la música. El alemán enseña teología con la música. Por eso es incomparable en el canto sagrado. Su propio modo de concebir el filosofar está bajo el signo de la inventiva, de la creatividad musical y poética, simbólica y mítica.
----------Además, el alemán destaca en el apreciar la espiritualidad femenina. De hecho, el alemán tiene en sí mismo algo femenino: la intuición, la emoción, el sentido de lo concreto y de la irrepetibilidad de la individual persona, el sentimiento, la fe, el amor, la dedicación, la fidelidad.
----------La primera manifestación de la literatura femenina ha tenido lugar en la Alemania de los siglos XIII-XIV con las monjas benedictinas santa Gertrudis de Helfta, Gertrudis de Hackeborn, santa Matilde de Hackeborn y las dominicas Elisabetta Stagel y Margherita Ebner. En el siglo XIV el Valle del Rin fue llamado el valle santo, porque contenía 40 monasterios femeninos dominicos.
----------Entre los santos emergen san Alberto Magno y el beato Enrique Susón. Grande ha sido en el siglo XV el místico Juan Taulero. Sin embargo, Meister Eckhart, de santa vida, muestra los primeros signos de esa tendencia al panteísmo cristológico, que se manifestará más tarde plenamente con Hegel en el siglo XIX.
----------Ahora bien, el alemán debería conservar la memoria de este pasado luminoso y fecundo como estrella polar, como brújula y guía, de su camino aún hoy. Éste es el verdadero y útil andenken del cual habla Heidegger, el útil "pensamiento rememorante". ¿De qué le ha servido separarse de la comunidad católica europea con Lutero? ¿Qué grandeza ha conquistado con ello Alemania?
----------¿Se da cuenta la Alemania luterana de haber perdido esos inmensos tesoros, que los santos alemanes habían acumulado en el Medioevo? ¿De qué le ha servido desquitarse con la teología escolástica? ¿Rechazar al Papa como si fuera el anticristo? ¿Odiar a santo Tomás? ¿Qué logros espirituales ha obtenido? ¿Qué clase de grandeza ha alcanzado? ¿Han entendido los alemanes que la rebelión de Lutero los ha conducido a Descartes, a Kant, a Hegel, a Nietzsche, a Husserl, a Heidegger, a Rosenberg y a Hitler?
----------Hoy los luteranos alemanes aman el ecumenismo. Muy bien. También nosotros, los católicos, amamos al ecumenismo, tanto es así que la Iglesia ha convocado un Concilio específicamente para promover el ecumenismo. ¿Podría ser una oportunidad para que los luteranos y los idealistas, que provienen de los alemanes, reflexionen sobre las cosas que he dicho anteriormente?
   
La conciencia subjetiva como regla de la verdad
   
----------Los orígenes primarios del nazismo se encuentran en una concepción errónea de la conciencia bajo el impulso del voluntarismo de Guillermo de Ockham. El camino a tal concepción está dado por las famosas y fatales palabras que Martín Lutero pronunció en la Dieta de Worms de 1521, cuando declaró que no podía retractarse porque estaba atado por su propia conciencia de la Palabra de Dios. No estaba en juego el principio de que la conciencia errónea es vinculante, principio ya admitido por santo Tomás de Aquino, sino que aparecía la conciencia como principio absoluto de verdad.
----------Ahora bien, aquí aparece un concepto de conciencia como "mi" conciencia, a la cual Dios le habla directamente porque está en mí. Viene a menos entonces y desaparece el deber de la conciencia de informarse y de adaptarse a una verdad objetiva externa a la conciencia, sea ella humana o divina, corrigiéndose o retractándose en caso de error, porque la verdad ahora es concebida como adhesión a la propia conciencia o, como dirá más tarde Kant: "coherencia del intelecto consigo mismo".
----------La verdad ya no es adecuación del intelecto a lo real externo, como había enseñado santo Tomás, sino revelación interior del ser que se me aparece, el ser-para-mí, el ser-fenómeno de conciencia, como dirá más tarde Husserl. y como explicitará Heidegger cuatro siglos después.
----------Ya no es el yo el que se adecua a lo real, sino que es lo real que gira alrededor del yo, manifestándose interiormente al yo. Ya tenemos en su núcleo la "revolución copernicana" de Kant. El criterio de la verdad ya no es el ente, sino el yo. Descartes, al establecer su concepto de conciencia como principio de la verdad, no hará más que retomar el principio luterano de la conciencia, transponiendo a la razón lo que Lutero había dicho con relación a la fe. Esto es lo que Maritain llamó "el advenimiento del yo".
----------Ya no el sujeto humano que se regula por el objeto real externo (las cosas, los demás, el mundo, Dios), sino que es el objeto el que está regulado por el sujeto. Estar en la verdad, de ahora en adelante, ya no significará ser objetivos, lo cual es imposible o vulgar o hipócrita, sino ser subjetivos bajo el pretexto de la primacía de la conciencia espiritual sobre las cosas materiales. Es aquello que Rahner llamará "vuelta al sujeto", después de que Hegel había dicho: "el sujeto [es decir, el cogito cartesiano] sustituye a la sustancia" entendida como ente extramental, material o espiritual.
----------Es el triunfo de la gnoseología de Ockham: el sentido sustituye al intelecto, la experiencia sustituye a la conceptualización, la intuición sustituye a la representación, lo particular sustituye a lo universal, lo concreto sustituye a lo abstracto: la exacta inversión de la gnoseología de Aristóteles y de santo Tomás. Nace la ideología: una particular idea elevada al orden de lo absoluto, lo individual en el puesto de lo universal, la parte en el lugar del todo, lo que es privado en lugar de lo que es común.
----------En definitiva, es el retorno de Protágoras, vale decir, del "hombre como medida de todas las cosas", a lo cual ya Platón objetaba que no es el hombre sino Dios quien es la medida de todas las cosas. Aristóteles observa que el saber humano es medido por las cosas o, si realmente queremos decir que las mida, podemos referirnos a la operación del agrónomo, quien haciendo uso de una unidad de medida, mide la amplitud de un campo, aprende cuáles son las dimensiones de un campo. Pero estas dimensiones no las ha hecho el agrónomo: ya estaban allí, en el campo, antes de que el agrónomo lo midiera.
----------Está claro que sobre estas bases la comunicación intelectual y verbal se vuelve imposible. Sólo hay dos alternativas, entrambas destructivas de la comunicación, del diálogo y de la misma dignidad humana: 1. imponer a los demás bajo amenaza la propia idea, o con la violencia o con la astucia (estilo coránico); 2. o bien renunciar a todo, por amor o por fuerza, por ingenuidad, por conveniencia o por miedo a las ideas dominantes, por ejemplo las modernistas, que piensan por todos (pluralismo postconciliar).
----------Es necesario observar al respecto que el pensar o creer o decir todos la misma cosa es algo bellísimo, utilísimo y edificante, si se trata de la misma verdad, por todos entendida y compartida. De hecho, la verdadera comunicación humana se basa en el encontrarnos todos a una en el aceptar la misma verdad -lumen publicum, como la llamaba san Agustín de Hipona-, y no en el repetir todos como loros la misma consigna o el mismo prejuicio común porque se falta al esfuerzo del pensar y prevalece el interés por la vida tranquila.
----------Lutero tiene presente el dicho paulino: "Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?". De acuerdo. ¿Pero estás seguro de que Dios está contigo? También los nazis estaban convencidos de que Dios estaba con ellos. Y sin embargo, para ninguno de ellos viene propuesta la causa de beatificación.
----------El caso es que para estar razonablemente y fundadamente convencidos de que Dios está con nosotros debemos hacer referencia (adaequatio intellectus et rei) a la realidad externa sensible e inteligible, de razón o de fe, natural o sobrenatural y no hacer de nuestra conciencia el Absoluto, como si ella fuera Dios. Sólo con esta condición, si cometemos errores estamos excusados; si no, no.
----------En cuanto a Descartes, está claro que si pienso, existo. Nadie duda de esa certeza experimental. Pero este principio no puede preceder al otro que es precedente, al que es verdaderamente primero, y que nos dice que el objeto primero e inicial del intelecto humano son las cosas sensibles, de cuyo conocimiento se deriva la noción de ente y la conciencia del propio existir. Ahora bien, mi existir no es el existir. No existo sólo yo, sino que también existen las cosas, existen los demás, existe Dios.
----------Entonces, es necesario advertir que tanto en el principio luterano como en el principio cartesiano de la conciencia hay una indebida interferencia o intromisión de la voluntad subjetiva, que se sustituye al intelecto. La decisión de lo que es verdadero, tanto en el primer caso como en el segundo caso, no depende de una adecuación del intelecto a lo real externo, ya sea la naturaleza, ya sean los demás o ya sea la autoridad humana o divina, sino de mi voluntad que decide que es así.
----------Lutero no se detuvo, no desistió, cuando le demostraron que de hecho estaba equivocado, porque había decidido que su criterio de juicio no debían ser los argumentos o las objeciones que le habían presentado, sino la escucha de su propia conciencia, en la cual Dios le hablaba directamente. Gott mit uns.
----------Descartes, de manera no muy diferente, se convenció de que su cogito era el verdadero primer principio del filosofar, no porque lo hubiera demostrado, porque los tomistas le habían demostrado a Descartes que estaba equivocado, sino porque así lo había decidido él.
----------Descartes, con su cogito que pone el ser, introduce el concepto bastardo de causa sui, aceptado por Spinoza, Leibniz, Fichte, Schelling y Hegel, concepto del cual Tomás había mostrado su absurdidad y que también habrá de temer enorme éxito en el idealismo alemán hasta la "autoctisi" del italiano Giovanni Gentile, quien, como sabemos, ha sido el filósofo oficial del fascismo en la época de Benito Mussolini.

2 comentarios:

  1. Estimado padre Filemón, volviendo al tema del diálogo mantenido ayer. He leído sobre Descartes, y le pregunto: ¿hay libros que critiquen a Descartes, pero libros de impronta católica?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimado Dino,
      ciertamente que los hay. Le recomiendo el libro de Jacques Maritain "Tres reformadores", del cual se han hecho numerosas ediciones, en muchos idiomas. En Argentina fue publicado por la editorial del Club de Lectores, y todavía se lo encuentra en los estantes de las librerías. En la versión italiana lo publicó la editorial Morcelliana, de Brescia, con traducción del padre Juan Bautista Montini (luego papa san Paulo VI), cuando era asesor de la FUCI, en las primeras décadas del siglo pasado.

      Eliminar

En ciertas horas del días se permitirán comentarios sin moderación. Los comentarios no cónsonos con el blog serán removidos. Igualmente los que falten a las normas del respeto personal.