La guerra de España fue un ensayo general de la segunda guerra mundial, con la diferencia de que mientras en España venció el filo-fascista Francisco Franco, en la segunda guerra mundial los gobiernos de derecha fueron derrotados por fuerzas aliadas que incluían a sinceros demócratas como los estadounidenses y también a falsos demócratas como los gobiernos comunistas. [En la imagen: Francisco Franco y Benito Mussolini].
El fascismo y la Iglesia católica
----------Importantes para conocer el punto de vista de Mussolini sobre el catolicismo, son también estas palabras suyas, que también pueden ser interpretables a la luz de los Pactos Lateranenses:
----------"Nosotros vemos en el catolicismo la tradición de Roma; en la autoridad sentada en el Vaticano, la única idea universal que hay en el mundo. Si el Vaticano renuncia a Roma, nosotros le daremos los medios para sus iglesias y para sus actividades benéficas. Nosotros vemos en los destinos del catolicismo los destinos de Roma".
----------Palabras, estas, en las cuales se encuentra por primera vez esa exaltación fascista de la antigua Roma y de los valores espirituales por ella representados, que luego se convierte en uno de los motivos centrales del fascismo y que marca su plena separación del fascismo de los iniciadores, casi suspendido entre cielo y tierra y sin terreno histórico bajo sus pies. Pero también se encuentra un homenaje al catolicismo: es decir, un paso no hacia el partido popular, sino hacia los católicos italianos o la Italia católica.
----------He aquí el comentario de Mussolini sobre los Pactos Lateranenses:
----------"El 11 de febrero de 1929 se llegaba al Tratado de Letrán: pacto doble, en cuanto conciliación, disolución de la cuestión romana por una parte, y Concordato por la otra; pacto uno, en cuanto conciliación y concordato se condicionaban prácticamente entre sí. Con el Tratado de Letrán, el gobierno fascista cumplía un notable esfuerzo para llevar mayor suma de valores religiosos a la vida civil de la nación, para sanar lo que quedaba del antiguo conflicto totalmente italiano entre el ciudadano y el creyente, para eliminar una causa no despreciable de inferioridad internacional de Italia. Un pensamiento político, ciertamente, presidió este pacto, por parte del gobierno italiano: pero no un vulgar maquiavelismo.
----------Es que, más allá de esa nueva actitud espiritual antes mencionada, los nuevos italianos ya no daban gran importancia a ciertos 'principios' que casi habían sido la vida de las dos o tres generaciones precedentes. No veían ninguna ofensa a la conciencia civil y al honor nacional, en pequeñas transacciones territoriales (el Estado Vaticano). La nación, ahora, ya no estaba casi sola en el territorio. Ella vivía, esencialmente, en los espíritus. E Italia se sentía lo suficientemente fuerte y grande como para hacer en su capital, a la cabeza de la cristiandad, un lugar mayor del que había hecho después del '70. La nación estaba realizando ahora un enérgico acto de presencia en Roma. Dejaba signos de sí cada vez más numerosos, una huella de sí cada vez más visible".
Fascismo y democracia
----------Sobre este tema, dice Mussolini en el artículo "fascismo" de la Enciclopedia Treccani: "El fascismo está contra la democracia que iguala al pueblo al mayor número, rebajándolo al nivel de la mayoría; pero es la forma más sincera de democracia si el pueblo es concebido, como debe ser, cualitativamente y no cuantitativamente, como la idea más poderosa porque es más moral, más coherente, más verdadera, que en el pueblo se actúa como conciencia y voluntad de pocos, o más bien de Uno, y como ideal tiende a actuarse en la conciencia y voluntad de todos aquellos que de la naturaleza y de la historia, étnicamente, extraen razón para formar una nación, puestos en la misma línea de desarrollo y formación espiritual, como una conciencia y una voluntad sola. No raza, ni región geográficamente individuada, sino estricta históricamente perpetuándose, multitud unificada por una idea, que es voluntad de existencia y de poder: conciencia de sí, personalidad".
----------El fascismo ignora qué es la democracia (para un sano concepto de democracia, que muestra de ella su fundamento en la ley natural, en la naturaleza social del hombre y en el Evangelio, véase de Jacques Maritain, Chrstianisme et démocratie, ed. Hartmann, Paris 1943). La democracia implica sólo secundariamente, aunque esencialmente, el principio de la mayoría, el pluripartidismo y el sistema parlamentario y electoral. En su sustancia, la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, como decía Lincoln. Es claro que el principio de toda autoridad es Dios; pero el gobernante en democracia, aunque designado por el pueblo y aunque el pueblo pueda deponerlo, goza de verdadera autoridad sobre el pueblo y tiene derecho a ser obedecido (este tema también es acabadamente explicado por Maritain en sus obras).
----------¿Es el fascismo "la forma más sincera de democracia si el pueblo es concebido, como la idea más poderosa porque es más moral, más coherente, más verdadera"? ¿No es, esto, un énfasis excesivo dado a la idea de pueblo? El concepto de democracia no requiere una semejante idea idólatra del pueblo. Ciertamente, el pueblo tiene el derecho al autogobierno en las cosas temporales; pero ¿cuál es la idea que podría ser la idea más poderosa, más moral, más coherente y más verdadera si no la idea de Dios? Y entonces estamos siempre en el principio: la divinización del pueblo, como hemos visto, la divinización del Estado.
----------El gobernante, como decía ya hace ocho siglos santo Tomás de Aquino, es "vicem gerens multitudinis", el gobernante es el vicario de la multitud. Por el contrario, para el fascismo el pueblo no es una comunidad de personas como sujeto de autoridad, aunque derivada de Dios, teniendo derecho al autogobierno, sino que es, maquiavélicamente masa de maniobra del Duce y materia del Estado (véase de Maritain, en su libro Por una política más humana, el capítulo: El fin del maquiavelismo).
----------Aquí hay que darse cuenta que Mussolini confunde el ser líder político con el ser líder religioso. El líder político está al servicio del pueblo; mientras que el líder religioso es el guía del pueblo. En la historia bíblica del pueblo judío rara vez aparece su actividad de autogobierno, la cual hoy es normal en los países democráticos, porque en Israel, como en todos los pueblos antiguos, el líder -por ejemplo Moisés o Josué- es líder político y religioso al mismo tiempo. Se agrega luego la convicción de Israel de ser guiado por Dios mismo en todos los asuntos, tanto los políticos como los religiosos.
----------Mussolini, en cambio, impulsado por una especie de exaltación de sí mismo, habiendo absorbido con su mente apasionada, ferviente e intuitiva, algunas ideas del socialismo utópico, del estatismo hegeliano, del accionismo dannunziano, del praxismo fichteano y del superhomismo nietzscheano, concibió, de una manera desproporcionada y anormal, la tarea que le había sido confiada por el Rey de Italia, tarea de por sí revocable en cualquier momento, evidentemente restringida al manejo de los asuntos temporales del Estado, por más importantes que fueran en aquella coyuntura histórica, casi como si se tratara de refundar la concepción del Estado y de la cosa pública, e incluso una nueva concepción del hombre y de la vida, por lo cual se empezó a hablar de "revolución fascista" y de resurrección del antiguo Imperio Romano, dando orden de que se iniciara una nueva era, precisamente la "era fascista". Decir que a Mussolini estas ideas se le habían subido a la cabeza sería quedarse corto. Pero lo más sorprendente es el gran número de seguidores que pronto conseguiría entre el pueblo italiano, aunque obtenidos mediante la violencia y la intimidación. Otros hubo que no necesitaron ni violencia ni intimidación, también visitantes extranjeros, como los argentinos padre Leonardo Castellani o Juan Domingo Perón, impactados por la prédica mussoliniana.
----------Mussolini, al decir que el pueblo se actúa como conciencia y voluntad de pocos, o más bien de Uno, y como ideal tiende a actuarse en la conciencia y voluntad de todos, viene a decir sin demasiados sobrentendidos que la voluntad del Duce es la voluntad del pueblo y viceversa. Por tanto, no se necesitan decisiones tomadas por mayoría, basta con obedecer al Duce, que interpreta la voluntad del pueblo.
----------Para el fascismo el pueblo es una persona y la persona del Duce es la encarnación del pueblo. La persona individual tiene su razón de ser, su subsistencia y su sustancia en el Estado y en la persona del Duce, el cual es la idea que unifica a la multitud. No es necesaria una pluralidad de partidos, de hecho es perjudicial, porque es fuente de incerteza, tergiversaciones, discordia y de desorden. El Duce, en cambio, da certeza en sus decisiones y manifiesta lo que es correcto. Es necesaria la fe en él, obedecer y combatir a los enemigos del Estado, porque nada debe ser contra el Estado y todo debe ser en el Estado.
----------"El fascismo, en suma, no es sólo dador de leyes y fundador de instituciones, sino educador y promotor de vida espiritual. Quiere rehacer no las formas de la vida humana, sino el contenido, el hombre, el carácter, la fe. Y para este fin quiere disciplina, y autoridad que descienda a los espíritus, y domine allí sin oposición. Su insignia es, por tanto, el haz de lictores, símbolo de la unidad, de la fuerza y de la justicia".
----------Observamos en estos pasajes de Mussolini que la forma más alta y poderosa de la personalidad no es Dios, sino el Estado. Mussolini quiere poseer las almas, dominar las almas. Y podemos decir que por una veintena de años lo logró en muchos italianos. Ha sido, éste, un fenómeno aturdidor, que tiene características de increíble. Sin embargo, los testimonios históricos están ahí para narrárnoslo.
----------Salvo para luego experimentar la terrible desilusión y el descubrimiento de haber sido engañados. Y entonces el entusiasmo se transformó en amargura, el fanatismo se transformó en odio. La voluntad de recordar se ha convertido en voluntad de olvidar, la fiereza se ha convertido en vergüenza, la imprudencia se ha convertido en arrepentimiento. ¡Nunca más! ¿Pero, estamos seguros de que hoy no están todavía en circulación las ideas que han producido a Mussolini y al fascismo?
Cómo explicar el éxito de Mussolini
----------A decir verdad, no es tan difícil explicar el por qué del trágico y ignominioso final de Benito Mussolini. Lo que nos crea dificultad es cómo explicar el éxito del que disfrutó durante dos décadas, el fanatismo del cual estuvo circundado, la credulidad con la cual el pueblo se dejó engañar por sus ideas, por su nacionalismo exasperado, por su concepción hegeliana del Estado, por su espíritu sustancialmente anticristiano, por sus programas imperialistas completamente anacrónicos y por su disponibilidad a afrontar una guerra junto con la Alemania nazi contra las potencias democráticas europeas y potencias gigantescas como los Estados Unidos de América y la Unión Soviética. ¿Cómo los italianos pudieron cometer semejante locura? ¿En base a cuáles ideas? ¿Con cuáles medios? ¿Con cuáles métodos? De ello hablo en este artículo.
----------Mussolini ciertamente tenía en el corazón, como su más caro anhelo, el bienestar, la prosperidad y la grandeza de toda Italia, por lo cual, dotado de indudables capacidades dirigenciales, intuición para comprender las necesidades, oratoria arrastradora, franqueza e impulsividad propias de los naturales de la Romaña, pero también diplomático fingimiento, astucia maquiavélica, "zorro y león", habría dicho el Secretario florentino, rapidez en el decidir, coherencia en el actuar, coraje y fuerza en el poner en acto, sostenido por el entusiasmo de sus admiradores y colaboradores, obró ciertamente por el bien de Italia, obtuvo grandes éxitos, llegó, aunque con la violencia, a instaurar un clima de orden, de compactación social, de respeto a la ley, de seriedad moral, de laboriosidad, y desarrollo económico, hasta el punto de que ciertas instituciones del régimen han sobrevivido hasta hoy y ciertamente no están prohibidas por la actual Constitución italiana.
----------Sin embargo, Mussolini ha sido sustancialmente un incomparable seductor megalómano. Él habla mucho de espiritualidad, pero la suya no es la espiritualidad cristiana, de la humildad ante Dios, sino que es la espiritualidad hegeliana y gentiliana del único espíritu absoluto, desarrollo extremo panteísta del yo cartesiano y luterano, absorbido por el idealismo alemán y realizado a la italiana en el modernismo de la época de san Pío X. Mussolini es sustancialmente un modernista que aplica el modernismo a la política.
----------El dominico Mariano Cordovani, Maestro del Sacro Palacio en los tiempos de Pío XI, tuvo el coraje de refutar abiertamente el panteísmo gentiliano en su libro Cattolicismo e idealismo (Vita e Pensiero, Milán 1928), cuando se sabe cuántos intelectuales italianos, como por ejemplo Bontadini, se dejaron seducir por Gentile. La misma refutación la hicieron los dominicos Angelo Zacchi en II nuovo idealismo italiano di B.Croce e G.Gentile (Editore Francesco Ferrari, Roma 1925) y el franciscano Emilio Chiocchetti, en La filosofia di Giovanni Gentile (Vita e Pensiero, Milano 1922): profetas que desde el comienzo de la desafortunada tragedia fascista señalaron el peligro. Otros, como el dominico Eugenio Toccafondi, hicieron una exposición de la gnoseología realista tomista en clave anti-idealista: La ricerca critica della realtà (Edizioni Arnodo, Roma 1941).
----------Es algo difícil comprender la relación de Benito Mussolini con el cristianismo, porque a veces parece instrumentalizarlo como un instrumentum regni, a veces parece adherirse sinceramente. Antes de morir se confesó ante un fraile capuchino. Un final muy distinto al de un Hitler, un Stalin, un Lenin.
----------La tragedia de Mussolini fue aquella, similar a la de Hitler, de aplicar hasta las extremas consecuencias en política y en su vida personal una síntesis de egocentrismo cartesiano, de imperialismo romano, de voluntarismo fichteano, de socialismo utópico, de prometeísmo hegeliano y de superhomismo nietzscheano.
----------El fascismo es un efecto del malestar y de la agitación de los italianos, subsecuente a una victoria en la primera guerra mundial, victoria que si, por un lado, se les subió a la cabeza a los italianos, empujándolos a una autoestima exagerada, por el otro lado, insinuó en sus mentes la convicción, no del todo errada, de que las potencias aliadas que habían vencido con los italianos en la guerra, quisieran frenar a Italia en su autoafirmación. Al mismo tiempo, Alemania, que había sido derrotada y maltratada en los tratados de paz, comenzó a cultivar odio hacia las potencias vencedoras y concibió con el nazismo una irrefrenable sed de venganza.
----------Italia y Alemania se encontraron aisladas y hostigadas en Europa y este fue uno de los motivos que impulsó a Mussolini a la alianza con Alemania, pero el más profundo motivo fue que los italianos se dejaron seducir por el totalitarismo hegeliano, exaltado por Giovanni Gentile, filósofo oficial del fascismo, para así dejarse envenenar por una forma morbosa de nacionalismo, completamente ajena a la tradición italiana. Para hacer un parangón que sin embargo necesitaría de algunos matices, algo de esto último conocemos en cierta medida los argentinos, testigos de ese nacionalismo llamado "católico" y aliado de recientes dictaduras fascistas que aún no ha muerto y que incluso se presenta hoy promoviendo la ultraderecha liberal.
----------De hecho, debe decirse que los italianos nunca han sido nacionalistas. Cuando en el siglo XIV surgió en ellos, los italianos, con Dante Alighieri y santa Catalina de Siena, la conciencia de la italianidad, no pensaron nunca en imponer los valores italianos a las otras naciones. Nunca han sido expansionistas los italianos, y, de hecho, más bien han tenido que soportar durante siglos dominaciones extranjeras.
----------Durante largos siglos los italianos, que desde siempre se habían venido organizando en una multiplicidad de pequeños Estados, Ducados y Señoríos, también han hospedado voluntariamente el Estado de la Iglesia, el cual, habiendo devenido ya evidentemente anacrónico en el siglo XIX, mientras crecía en el Risorgimento la aspiración a la unidad de toda Italia, sólo a finales de ese siglo, como se sabe, llegó a su extinción forzada por obra de la Corona de Saboya y se pudo lograr la ansiada unidad.
----------Este final forzoso, aunque ya requerido por la historia, comprensiblemente suscitó en el Papado un estado de permanente fricción con el Estado de Saboya, atizado por otra parte por la masonería, hasta que, con los pactos lateranenses de 1929, se llegó a la conciliación entre Estado e Iglesia, gracias a la sabiduría de las dos partes, ambas atentas, el Estado, al bien de los italianos, la Iglesia, ahora ya convencida del derecho de los italianos a poseer su propio Estado nacional.
----------Por el contrario, en Inglaterra, en Francia y en Alemania, desde el siglo XIV comenzó a manifestarse un orgullo nacional, que habría de crear dificultades para la unidad doctrinal católica en la otrora Cristiandad europea, por ejemplo con el caso de Ockham en Inglaterra, Eckhart en Alemania, Felipe el Hermoso en Francia, y con Hus en Bohemia. Por su parte, los Papas del período de Aviñón dejaron transparentar su nacionalismo francés. En el fondo, el fenómeno Lutero en el siglo XVI, tendrá un indudable aspecto de nacionalismo alemán contra la universalidad de Roma. La historia de santa Juana de Arco en el siglo XV es un claro testimonio de los intereses ingleses bajo el disfraz de la defensa de la ortodoxia.
----------Este es el motivo por el cual en los siglos pasados los Papas siempre han sido italianos, porque los extranjeros siempre han reconocido en el carácter y en la cultura de los italianos esa moderación y esa mentalidad super partes, que caracteriza la tradición romana del jus gentium, por el cual Roma respetaba los usos, las leyes y las religiones de los distintos pueblos, siempre que aceptaran el jus gentium.
----------El contraste que tuvieron los Romanos con los Germanos, cuando intentaron civilizarlos, dependió del hecho de que se encontraron con un espíritu salvaje, cruel y belicoso. La Iglesia tuvo que esperar hasta el siglo VIII con san Bonifacio, para que Germania acogiera el cristianismo. Similares a los Germanos eran los Eslavos y luego los Rusos, por lo cual solo en el siglo IX Los santos Cirilo y Metodio lograron evangelizar a los Eslavos. El pueblo alemán ha mantenido este carácter guerrero y rebelde, hasta tal punto que encontramos huellas de ello en la propia visión dialéctica de la realidad y de la moral de Hegel.
----------Así, en el momento del surgimiento del totalitarismo nacionalista, Italia y Alemania acentuaron su nacionalismo y comenzaron a sentirse afines y cercanas en su impulso imperialista y en su odio contra las potencias democráticas occidentales, europeas y los Estados Unidos de América, desatando un arrogante y provocador proceso de autoafirmación y de autoexaltación, y haciéndose un ídolo de sí mismos y de su propio Estado, concebido como Estado totalitario, sin tener en absoluto en cuenta los derechos de la ya fundada Sociedad de las Naciones, o sea, se auto-percibieron como un Estado altivo y autárquico, completamente aislado de la comunidad europea e internacional, y de hecho con el deseo de dominar sobre ella.
----------Para complicar las cosas, en 1917 se produjo la Revolución bolchevique, que derrocaba al régimen zarista, cercano al cristianismo y a las potencias occidentales, hasta el punto de figurar entre los aliados contra Alemania, e instauraba violentamente un régimen dictatorial ateo y colectivista.
----------El peligro de una expansión del comunismo en Europa era real y se vio con el ascenso al poder de los comunistas en España en 1936. Pero los fascistas y el propio Pontífice no se dieron cuenta de que deberían haber mirado a Francia, donde el "frente popular", hecho de colaboración entre católicos y no-creyentes, sugería y anticipaba ya entonces, sesenta años antes del Concilio Vaticano II, aquello que los católicos deberían haber hecho para bloquear el desencadenamiento del odio y conjurar el inmenso baño de sangre que de allí a unos pocos años habría de sumergir a la desgraciada Europa, olvidada de sus raíces cristianas.
----------En aquella dramática circunstancia, fueron poquísimos los que supieron apreciar la sufrida decisión de Jacques Maritain, el cual, ante el espectáculo horrendo del conflicto en España entre fascistas y comunistas, donde el odio era ferviente en ambos bandos, y llegaban para combatir fascistas de Italia y comunistas de Rusia, el filósofo francés no se pone de parte de los franquistas contra los comunistas, sino que se limita a condenar el odio desencadenado por ambos bandos. Mientras tanto, los Obispos españoles habían publicado una imprudente carta colectiva en la cual condenaban la acción de los comunistas sin reconocer en su acción nada de bueno, mientras aprobaban sin reservas la acción franquista.
----------Ahora bien, en el enfrentamiento bélico que venía a bañar de sangre a España, podemos ciertamente aprobar que Franco haya logrado en 1939 con su victoria sobre los republicanos impedir la instauración de un régimen comunista. Sin embargo, debemos recordar que la verdadera paz entre dos contendientes se obtiene cuando quien tiene razón reconoce sus errores, al mismo tiempo que reconoce al adversario una parte de razón. Éste es el verdadero método para obtener la paz entre los adversarios. Cuando se nos presenta un conflicto, sobre todo si es de proporciones colectivas, donde una parte sólo es culpable y la otra sólo inocente, podemos estar seguros a priori de que se trata de una tesis construida sobre escritorio. Pero aún no había llegado el Concilio Vaticano II con sus enseñanzas sobre el diálogo.
----------Por otra parte, se hace necesario decir que tanto la doctrina marxista como la doctrina fascista no son capaces de ser interlocutores entre sí, ni de construir la paz y resolver los conflictos, porque ambas, con su dogmatismo, no admiten la posibilidad de la discusión, de la integración, de la corrección y de la confrontación de ideas. En ambas vige el principio de: o tomarlo o dejarlo. Quien disiente es, por eso mismo, un enemigo o un demente o un criminal que debe ser castigado o silenciado. No son ajenas a este ideario totalitario aquellas palabras de Perón en 1973: "Al amigo, todo; al enemigo, ni justicia". El anciano líder argentino no había podido entender nada de todo esto ni siquiera al final de su vida.
----------Lo que sin embargo sorprende, es cómo el marxismo pueda tener el descaro de presentarse como un sistema democrático. El fascismo es franco y coherente: el Duce siempre tiene razón y ¡ay de quien le contradiga! Sin embargo, el sistema marxista también es totalitario, por lo cual incluso hoy notamos la sordera general de los marxistas hacia quienes les muestran lo absurdo de su materialismo colectivista ateo.
----------El individuo, dice el propio Marx, coincide con el ser social. Es la misma doctrina de Hegel que se encuentra en el concepto fascista del ciudadano. Debemos concluir, entonces, que las así llamadas "democracias populares" de los regímenes comunistas son una estafa. En realidad, en estos regímenes no existe un pluralismo de partidos, ni una confrontación entre católicos y no católicos, sino que la religión simplemente está prohibida como opio del pueblo.
----------La guerra de España fue un ensayo general de la segunda guerra mundial, con la diferencia de que mientras en España venció el filo-fascista Francisco Franco, en la segunda guerra mundial los gobiernos de derecha fueron derrotados por fuerzas aliadas que incluían a sinceros demócratas como los estadounidenses y también a falsos demócratas como los gobiernos comunistas.
----------Y sin embargo, hoy por hoy, nosotros, los católicos, tenemos la necesidad de saber convivir también con los ateos. De hecho, junto a los ateos, los italianos han elaborado la Constitución que los viene rigiendo desde 1946, después del estrepitoso colapso del fascismo. Sin embargo, como hemos visto, muchas de las ideas del fascismo todavía están en circulación y están en el corazón del actual modernismo, así como también en el corazón del lefebvrismo, y están esperando que un nuevo Mussolini las ponga en práctica.
----------Hoy es interesante observar cómo los marxistas, si bien sostienen un totalitarismo ateo, se consideran democráticos y nos acusan a los católicos postconciliares de autoritarismo, o sino de fascismo. A ellos les caen bien los católicos modernistas, medio marxistas y falsificadores del Concilio Vaticano II. Los más cercanos a los fascistas son los lefebvrianos, todavía apegados a la religión de Estado y cerrados al diálogo con los marxistas. Sin embargo, como he demostrado, los marxistas tienen con los fascistas un padre común, padre de todo totalitarismo de derecha y de izquierda: Georg Wilhelm Friedrich Hegel.
Considero probable que el origen de la animosidad de ciertos círculos filosóficos contra Jacques Maritain, en particular en las corrientes de pensamiento nacidas en los años 1930 y 1940, haya sido la creencia generalizada de que el pensamiento fascista armonizaba con el catolicismo, y porque la admiración por el fascismo había penetrado en las mentes de muchos pensadores católicos en esos años.
ResponderEliminarEstimado Dino,
Eliminara mediados de los años '30, Maritain comenzó a simpatizar con lo que en Francia era el Frente Popular, que fue una coalición de católicos y de comunistas. Más tarde Maritain se hizo amigo de Emmanuel Mounier en los años '50. Lo cual lo llevó a iniciar un diálogo con los comunistas. Ha sido en los años '30 que Maritain adoptó posiciones de izquierda, aunque permaneciendo católico.
En 1936 se produjo la tragedia de la guerra en España y Maritain se negó a apoyar a Franco, aunque al mismo tiempo condenó la acción de los comunistas. Franco había sido apoyado por una carta colectiva de los obispos españoles. La actitud de Maritain provocó cierta hostilidad hacia él en los ambientes de la Santa Sede.
Este hecho doloroso hecho llevó también al padre Garrigou-Lagrange, quien por entonces estaba en Roma, a adoptar una actitud hostil hacia Maritain. Maritain sufrió muchísimo por este cambio por parte de este gran teólogo dominico, con quien había entablado una gran amistad durante treinta años y a quien consideraba un verdadero padre espiritual.
Le agradezco, Padre, por su información. Mis preguntas se referían a la influencia del fascismo en América Latina (Uruguay, Argentina, Brasil, etc...). Lo que usted me cuenta sobre el conflicto de Maritain con Garrigou Lagrange también podría explicar la animosidad de los pensadores sudamericanos contra Maritain, algunos filósofos (Nimio de Anquin, Julio Meinvielle, etc.) que tenían claras simpatías hacia Franco y el falangismo. De hecho, considero al falangismo una rama del tronco del fascismo.
EliminarEstimado Dino,
Eliminarya conocía la hostilidad hacia Maritain en América Latina y usted a su vez nos ilumina sobre este punto informando que en América Latina había simpatías por el falangismo y el fascismo. Efectivamente, así ha sido (al menos lo puedo asegurar para el caso de Argentina).
Sin embargo, hasta donde yo sé, al menos hoy en América Latina también hay admiradores de Maritain.
Marx es la impostura política, Mahoma es la impostura religiosa.
ResponderEliminarHasta el Juicio Final, siempre reaparecerán 2 Bestias Malas y 2 Testigos Buenos, en guerra entre sí.
Hegel es muy útil porque se ha equivocado en CASI todo, por lo que un idealista puede convertirse en un Aguila rápidamente.
Nos acercamos a los 1000: ¡bienaventurados los que acogen la Transfiguración!
Estimado Barrabás,
Eliminarsus palabras son bastante extrañas. Le aconsejo hablar con mayor respeto sobre estos temas, que tocan a nuestra salvación eterna.
Querido Padre Filemón,
Eliminar¡Solo hay 1 "Duce"! ¡NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO! ¡El rey de los reyes!
Estimado Barrabás,
Eliminarsí, es verdad, Jesús es nuestro Rey, pero recordemos que él también es el Rey de los reyes, el Soberano de los soberanos. Lo que significa que Jesús no excluye los reinos de esta tierra, porque nos ordena dar al César lo que es del César y a Dios, lo que es de Dios.
Lo que quiere decir que en la visión cristiana el concepto de autoridad es analógico y participativo. Existe la suma y suprema autoridad, la autoridad absoluta, por excelencia y por esencia, el supremo analogado de la autoridad, que es la autoridad divina. Pero esta autoridad es participada y realizada en grados inferiores por los diversos grados de la autoridad civil y eclesial.
Por eso la autoridad humana, que se absolutiza a sí misma, es un abuso de autoridad y en lugar de servir y liberar al hombre, lo esclaviza y lo destruye.
Me parece que el fascismo se comportó con la Iglesia católica en Italia mucho mejor que el anterior Estado liberal masónico.
ResponderEliminarUn dato de hecho a favor de esto es el haber sellado los Pactos Lateranenses.
Sin embargo, la doctrina liberal y masónica no está prohibida.
Estimado Máximo,
Eliminarvale recordar que Cavour se basaba en el principio liberal "Iglesia libre en Estado libre". En cambio Mussolini afirmaba que la Iglesia también debe estar en el Estado.
Entonces, ¿qué ha sucedido cuando se aplicaron estos principios, cada uno en su tiempo?
Que con el anterior régimen liberal la Iglesia había gozado de cierta libertad, pero había sido hostigada por los gobiernos masónico-liberales. Por el contrario, durante el régimen fascista la Iglesia fue apoyada por el Estado, pero también instrumentalizada por el Estado fascista.
No es fácil decir cuál haya sido la mejor condición. Aquí son libres las opiniones, más o menos fundamentadas, más o menos argumentadas.
Mire Padre, algo de la historia de Italia conozco. Y puedo decirle que usted olvida las humillaciones a Pío IX, las persecuciones contra la Iglesia, la ley Rattazzi, la confiscación de los bienes eclesiásticos, incluso de las iglesias (!), la supresión de las órdenes monásticas, los arrestos de los párrocos, la expulsión de los jesuitas, las felicitaciones de los protestantes al Rey, la transformación de los conventos en tabernas, la suspensión de los periódicos católicos, el ostracismo de los diputados católicos, etc. etc.
EliminarLamento que yo, un laico inútil y un simple fiel, tenga que recordarle estas cosas a un sacerdote teólogo de gran calibre como usted.
Pero es mi obligación decírselo: el Fascismo tiene sí sus culpas, pero no hacia la Iglesia, su actitud fue de respeto y de reconocimiento (a pesar de las tensiones de los años 30), el Fascismo intentó fascistizar al Estado, pero no a la Iglesia.
Cavour hizo (mal) a Italia, Mussolini intentó hacer italianos y fracasó, y todavía hoy los italianos están pagando por este fracaso porque lo italiano nunca volvió a concretarse.
Estimado Máximo,
Eliminarreconozco de buena gana que el Estado liberal masónico persiguió a la Iglesia, pero al mismo tiempo la Iglesia tenía su propia autonomía, lo que le permitía promover la religiosidad de los italianos.
Por cuanto respecta al fascismo, estoy de acuerdo en el hecho de que Mussolini declara abiertamente su estima por la Iglesia, algo que el régimen liberal nunca hizo.
Sin embargo, Mussolini concibió un Estado que debía controlarlo todo, incluida la Iglesia. En estas condiciones, ¿era libre la Iglesia? Era libre porque disfrutaba de la estima de Mussolini, pero estaba oprimida porque Mussolini la quería bajo su total control.
En cualquier caso, quisiera señalar que la Constitución italiana no impide (como en cambio usted escribe) la adhesión personal a la doctrina fascista, sino que prohíbe sólo hacer su Apología, es decir, hacer la propaganda y la reconstitución del partido fascista.
EliminarEn otras palabras, todo italiano tiene derecho a adherirse al fascismo (y como corolario -a menudo olvidado- a no ser denigrado por ello), pero no puede hacer propaganda ni intentar establecer un partido fascista.
Estimado Máximo,
Eliminarel problema del fascismo es un problema sustancialmente espiritual, que se vincula a una concepción de la vida personal y colectiva de tipo idealista-panteísta, en referencia a Hegel, a Nietzsche y a Gentile, y este último fue como es bien sabido el filósofo del fascismo.
El mismo modernismo actual no es más que un resurgimiento de Hegel y de Gentile.
Entonces, creo que usted comprenderá la preocupación que cualquier católico culto, sobre todo si se trata de un católico culto italiano, o ni siquiera católico, cualquier italiano culto que ame la verdad, puede tener ante la situación actual. Yo, desde Argentina, lo veo un poco de lejos, aunque sabido es la importancia que para el catolicismo tiene lo que ocurra en Italia, incluída la vida civil italiana y su relación con la Iglesia.
De ahí también que usted deba comprender la importancia de que la Constitución de Italia impida la reconstitución del Partido Fascista, porque el Partido Fascista no es otra cosa que la implementación a nivel político de las ideas de Hegel, Nietzsche y Gentile.
Habría que añadir también a Heidegger, quien fue el filósofo del nazismo y que hoy goza de un inmenso prestigio incluso en el ámbito católico.
Por lo tanto, el peligro hoy ciertamente no es ese tipo de fascismo que surgió en el siglo pasado, sino un nuevo tipo de fascismo (y en cierta medida ya lo tenemos ante nuestros ojos), que proviene de los mismos principios de los que surgió el fascismo de Mussolini.
hoy no veo, ni siquiera en Italia, ese peligro que usted menciona, excepto como una respuesta al caos existente.
EliminarA lo sumo podría surgir un nuevo Fascismo a partir de la deriva de lo Existente, es decir, como respuesta a la Nada y en este caso no sería el primer Mal, sino una respuesta a él.
En cualquier caso, lo que tenemos hoy es Gentile, cuyo pensamiento filosófico distinguiría de su actividad política, que en muchos aspectos también fue meritoria, un legado en muchos sentidos positivo del Fascismo.
Pero lamentablemente no veo ningún Gentile en el horizonte, tampoco en el horizonte de Italia; en cambio, si a usted le tranquiliza, ni siquiera veo un nuevo Mussolini ☺️
Saludos cordiales y buen trabajo.
Que Dios la proteja y lo bendiga.
Estimado Máximo,
Eliminarme permito disentir acerca de su juicio sobre Gentile.
Por supuesto que Gentile también tiene sus méritos. Sin embargo, sigo con mi convicción bien fundada de que él es el inspirador filosófico del fascismo, con su referencia a la filosofía política de Hegel.
Por esta razón yo considero que la filosofía de hoy y la Iglesia no tienen ninguna necesidad de Gentile, considerando los daños que sus ideas han causado en política y en las causas de la misma guerra mundial. Esta tragedia nos debe enseñar que el idealismo es fuente de grandes males.
Lo que hoy se necesita, como nos ha recordado el Santo Padre, es el realismo y en particular el realismo de santo Tomás de Aquino.
Por tanto, si hay que recomendar un maestro para nuestros tiempos, ese es Jacques Maritain, elogiado en su tiempo tanto por san Paulo VI como por san Juan Pablo II.
El filósofo Gentile preexistió al fascismo, así como el fascismo preexistió a la adhesión de Gentile al fascismo.
EliminarPor lo tanto, el Fascismo y Gentile se han entrecruzado y Gentile ciertamente permitió que el fascismo produjera buenos frutos bajo su dirección, obviamente no sin errores y culpas por parte de Gentile y con los límites totalitarios del fascismo.
Gentile ha pagado con su vida su adhesión al fascismo.
No ignoremos sus méritos, que son muchos.
Estimado Máximo,
Eliminarlas raíces profundas del fascismo y del nazismo deben ser buscadas en la línea que va desde Hegel hasta Nietzsche y hasta Heidegger. Se trata de una concepción de la vida, de la moral y de la existencia que tiene su origen en el cogito cartesiano y en el subjetivismo luterano.
En el siglo XIX, esta ideología se encontró con el desarrollo de varios nacionalismos y, naturalmente, con el nacionalismo alemán, que a su vez desarrolló la concepción luterana del cristiano alemán como luz del mundo contra la Roma católica.
Gentile se inserta en este cuadro histórico y filosófico, organizando una adaptación del idealismo y del nacionalismo alemanes a la historia y a la identidad del pueblo italiano. Ciertamente Gentile se ve afectado o refleja el equilibrio y la moderación que caracteriza a los italianos, herederos de la sabiduría romana y de la misma tradición católica italiana. Sin embargo, absorbió el veneno germánico e infectó al pueblo italiano de una manera nunca antes vista. Me refiero en particular a la desafortunada alianza de Italia con la Alemania nazi, alianza a la cual siguió la segunda guerra mundial.
Ahora bien, ¿cuál pudo haber sido la responsabilidad de Gentile en el desencadenamiento de aquel drama apocalíptico del siglo pasado? Indudablemente, el fascismo italiano fue extraño a los horrores indescriptibles cometidos por el régimen nazi, los italianos no tuvieron relación con esos horrores. Sin embargo, el veneno que absorbieron los italianos ha sido la visión totalitaria e idólatra del Estado justificada por Gentile sobre la base de la filosofía de Hegel.
En este sentido, sin menoscabar los grandes méritos de Gentile como organizador de la cultura italiana en los años veinte, debemos señalar con preocupación la influencia que el idealismo de Gentile todavía ejerce hoy -pensemos en el caso de Bontadini y Severino, en Italia- en el seno de la misma Iglesia, en la corriente modernista.
Siendo así las cosas, mi preocupación es que el modernismo, que puede relacionarse con Gentile y no sólo con Gentile, siga causando daños con el riesgo de crear dificultades para la actual convivencia pacífica perturbada, como bien sabemos, por los actuales conflictos bélicos, que corren el riesgo de extenderse a dimensiones incontrolables.
Buenos días, padre Filemón.
ResponderEliminarUsted ha mencionado a Maurras. Quizás se podría profundizar más, pero Augusto del Noce creo que explicó bien las diferencias entre Maurras y el fascismo. Maurras fue nacionalista, fue condenado por san Pío X y luego por Pío XI por el uso político de la religión. Pero no era asimilable al fascismo italiano. Si lo encuentro, le adjuntaré un texto de Del Noce, pero si usted encuentra la época de la secularización de Del Noce y Giuffre '1970', allí está explicado, Del Noce corrigió a Nolte por las tres caras del fascismo que pone juntos a Maurras, a Mussolini y a Hitler, que no deben ir doctrinalmente juntos, como tampoco entra aquí para nada el general Franco, aunque creo que la Falange de Rivera tiene algo que ver.
Estimado Dino,
Eliminarsi no le he entendido mal, el centro de interés de estos discursos suyos es la cuestión del nacionalismo entendido como exaltación de la propia Patria, vista como superior a las demás, con tendencia a la autarquía y a lo que hoy se llama soberanismo, es decir , una soberanía del Estado que no reconoce ninguna autoridad por encima de ella.
Hoy, gracias a Dios, con el establecimiento de la ONU y de la Unión Erupea, estamos empezando a superar estas concepciones particularistas y somos más conscientes y advertidos de lo que es el bien común internacional.
Habiendo dicho esto, yo no he profundizado en el nacionalismo de Maurras y de Franco. Sin embargo, conocemos las simpatías de Maurras y de Franco por Mussolini y por Hitler, salvadas las diferencias, por supuesto.
En cualquier caso, más allá de estas diferencias, creo que el deber de hoy es ciertamente la salvaguardia de los tesoros de cada Patria en particular, pero con la mirada abierta a la colaboración fraterna con los demás Pueblos, según el principio de "todos hermanos", proclamado por el Santo Padre.
Es calumnioso decir que Maurras tuviera simpatías por Mussolini o por Hitler. Maurras era un monárquico tradicional totalmente contrario al nacional socialismo, que concitó incluso el apoyo de Charles de Gaulle. Y de decenas de intelectuales de su época, entre ellos T.S. Eliot, San Pío X, André Gide, T.E. Hulme, etc. Fue el odio comunista postguerra que hizo que De Gaulle no pudiera salvarlo-
EliminarEstimado Anónimo,
Eliminarle agradezco por estas aclaraciones. Reconozco que mi conocimiento sobre Maurras es limitado. El único episodio que he estudiado en profundidad ha sido la historia de la amistad inicial de Maritain con él, a la que siguió su distanciamiento después de que Pío XI condenara la Action Française.
Si usted está interesado, puedo señalarle una colección de intervenciones que justifican la condena pontificia. La colección está titulada “Pouquoi Rome a parlé”, París, Aux Editions Spes, 1927.
Gracias padre, estos artículos son interesantísimos!!!
ResponderEliminarEstimado Pablo,
Eliminarme complace que le sean útiles.
Siga diciéndole filofascista a Franco, qué facil que es hablar ahora, cuando en esa època a ustedes los curas los estaban colgando de un farol. Ingratos.
ResponderEliminarEstimado Anónimo,
Eliminarentiendo la severidad de Franco contra los comunistas.
Sin embargo, yo me pregunto: dado que la izquierda había vencido en las elecciones, ¿no se podría haber encontrado otra manera para salvar la democracia sin una guerra civil tan horrenda por ambas partes?
Debemos bendecir el Concilio Vaticano II, el cual nos ha hecho comprender que no debemos demonizar al enemigo, sino que debemos saber encontrar en él también elementos positivos, que puedan servir de base para una tratativa tal como para evitar el conflicto armado.
La izquierda no habìa ganado las elecciones. Averigüe. Y vaya a negociar con tipos que degollaban y violaban monjas. No sea idiota.
EliminarEstimado Anónimo,
Eliminarsegún tengo entendido, en 1936 había ganado la izquierda. Al menos estos son los documentos que tengo en mi poder. Por lo tanto, depende de usted demostrar su tesis, citándome la fuente.
La cuestión es muy interesante y también es similar a la situación actual, en la que generalmente se observa una oposición entre derecha e izquierda en los gobiernos.
Por ello le pediría que modere su lenguaje, para que podamos iniciar una conversación serena y constructiva, con informaciones recíprocas en problemas como estos de enorme importancia para la sociedad de hoy.
Su tono alterado me hace sospechar que usted se opone a lo que digo, no basándose en informaciones objetivas, sino en una inclinación emotiva y prejudicial hacia los movimientos de izquierda, los cuales, si históricamente son responsables de crímenes gravísimos, también se trata siempre de formaciones humanas, que como tales deben ser tratadas con el respeto debido a las personas humanas.
Si usted es creyente, recuerde que es un pecado grave odiar al prójimo, por muy malvado que sea.
En primer lugar no es pecado odiar al enemigo de la fe, en cuanto enemigo de la fe. Antes de escribir tonterías, estudie. Santo Tomas por ejemplo, en De Caritate.
EliminarEn segundo lugar, la izquierda venía haciendo fraude desde 1933, y habìa propiciado el golpe de Estado de la revolución en Asturias en 1934, en que aprovecharon para cargarse varias decenas de curas y monjas, muchos mártires declarados. La eleccion de 1936 fue una farsa, lea ¨Madrid de Corte a Checa¨ de Agustín de Foxá.
En tercer lugar, el objetivo de la izquierda era entronizar un sistema estalinista, dado que no creían en la democracia.
En cuarto lugar, la guerra civil empezo con el asesinato del principal jefe de la oposiicón, amenazado de muerte en el recinto de diputados por una famosa congresal. No habìa garantías de vida para nadie.
En quinto lugar, si usted cree que se puede negociar con hordas de fanáticos que violaron monjas y asesinaron a cientos de mártires, pues corre el riesgo de ser calificado de idiota, lo que nada tiene que. ver con el Concilio. Vaticano II. Sólo un idiota negociaría con el violador de su madre.
Estimado Anónimo,
Eliminarconozco a santo Tomás desde hace sesenta años. Él no dice en absoluto que se deba odiar al enemigo de la fe. Tomás sigue la enseñanza de Cristo, que prohíbe odiar al enemigo, porque con el odio uno se equivoca, pasa del lado correcto al lado equivocado, y en lugar de construir se destruye. Lo que debemos odiar, en cambio, es el pecado y la herejía, pero esto precisamente con el objetivo de salvar al hereje, persuadiéndolo de su error.
Tenga presente también que la Iglesia ha beatificado a los mártires de la guerra española, precisamente porque han muerto sin odiar a sus asesinos, sino de hecho, siguiendo el ejemplo de Cristo, perdonando a sus asesinos.
Respecto a quiénes hubieran ganado las elecciones, prefiero quedarme con los datos que surgen de la historia, aunque puedo admitir que hayan habido fraudes.
Muchos años atrás, viviendo en Italia, he podido tratar al P. Michele Casali, dominico, a quien he conocido muy bien. Había huido de España durante la guerra civil, con la condena a muerte en contumacia, y me contaba que la izquierda no estaba del todo equivocada al oponerse al poder económico excesivo, que estaba en las manos de la Iglesia, en detrimento de la gente pobre.
Naturalmente, todo esto no justifica el odio comunista contra la religión, pero quizás, si la Iglesia hubiera estado más atenta a las exigencias de la justicia social, probablemente no se habría desatado tanto odio contra ella.
Por cuanto respecta a la intervención de Franco, puedo entender que él haya intentado abatir militarmente un régimen político que, aunque hubiera sido elegido por el pueblo, desacreditaba su programa persiguiendo la religión, que no tiene ninguna culpa en generar la injusticia social, sino que, por el contrario, es fuente suprema de justicia.
Sin embargo, las intervenciones militares deben ser moderadas en su necesidad de golpear al enemigo, sin abandonarse a la crueldad, cosa que lamentablemente fue hecha por los soldados de Franco.
Jacques Maritain, ilustre teólogo y filósofo de la política, que en su momento conocía profundamente la situación española, precisamente porque era un hombre de fe, sin parcialidades y libre de pasiones políticas, se dio cuenta de que si los comunistas estaban equivocados, los franquistas también estaban equivocados. Además, Maritain era un hombre con opiniones muy amplias y, a pesar de ser anticomunista, se había dado cuenta de los lados positivos del marxismo. Por esto, si la Iglesia española hubiera sido más previsora y más atenta a las exigencias de la justicia social, como hace la Iglesia de hoy, inspirada por el Concilio Vaticano II, ciertamente habría ahorrado al pueblo español muchos de los sufrimientos infligidos sobre ellos por parte de los comunistas.
¿Pero qué remedio ha traído Franco? La de reavivar el odio y de aumentar los sufrimientos.
Sin embargo, con esto no niego que al final el mérito de haber logrado la paz es de Franco, por haberse mostrado más fuerte que los comunistas. ¿Pero valía la pena pagar un precio tan alto?
Una última observación: noto en su actitud hacia mí una fuerte animosidad, lo que no habla ni depone a su favor. En discusiones de este tipo no hay que dejarse llevar por la pasión, de lo contrario se pierde lucidez y claridad de juicio, de modo que incluso si uno tiene razón, se termina disparándose en los pies. Estoy dispuesto a continuar con usted la discusión, pero le invito a usar un tono sereno y a responder con argumentos, como yo le propongo argumentos.
¨lados positivos del marxismo¨- yo creía que era intrínsecamente perverso (Pío XI).
EliminarEstimado Anónimo,
Eliminarel papa Pío XI, con esa expresión, justamente y correctamente severa, pretende atacar el principio fundamental del marxismo, que es el ateísmo materialista.
Sin embargo, yo conozco el pensamiento de Marx bastante bien, porque comencé a tomar contacto con él hace ya sesenta años.
Se trata de un pensamiento en el cual confluyen diversos elementos, no solamente de carácter materialista, sino también relativos a la gnoseología realista de Aristóteles, con la percepción del bien común, y también otros temas extractados de la propia Sagrada Escritura, como por ejemplo el tema de Isaías de la nueva humanidad, que es señora de la naturaleza y realiza la plenitud de la justicia.
La visión de Isaias es profanada por Marx en una utopía quiliasta e igualmente materialista, no delire.
EliminarEstimado Anónimo,
Eliminarestoy de acuerdo en que la visión del profeta Isaías entra en Marx en un marco antropocéntrico y, por tanto, efectivamente utópico, una meta irrealizable, sin la ayuda divina y desprovista de una perspectiva religiosa.
Sin embargo, ella está ahí, también con sus aspectos positivos, que usted no puede dejar de reconocer; y por tanto, es necesario tomar nota, a esa respecto, de la sensibilidad de Marx por la temática de la liberación de los oprimidos, de la humanización de la naturaleza y de la humanización del hombre, alienado de su misma esencia a causa de la injusticia social.
Ese es otro embuste. Marx no tiene la menor sensibilidad por la liberación de los oprimidos. En realidad no tiene sensibilidad por nadie. Es un materialista, y escoge al proletariado porque es una fuerza de la dialéctica histórica que va a prevalecer. De hecho, desprecia a los pobres marginales, a los que llama con desprecio lumpen proletariat.
EliminarEstimado Anónimo,
Eliminarde lo que me dice deduzco que usted no conoce verdaderamente el pensamiento de Marx, que yo conozco desde hace décadas, y además, y no menos sugestivo, es que usted usa un tono despectivo, que es ajeno a cualquier actitud crítica que busque sinceramente la verdad.
Existen estudiosos católicos recientes que han abordado el pensamiento de Marx con objetividad e imparcialidad en la línea del diálogo con los no creyentes, inaugurada por el Concilio Vaticano II. Le hago algunos nombres: Maritain, Corvez, Dognin, Mounier, Cottier, el cardenal Pironio.