La Palestina para los Judíos, ¿sí o no?

La cuestión del actual conflicto entre Israelíes y Palestinos por la posesión de la Palestina y de Jerusalén es, más allá de ser una cuestión política, una cuestión teológica: se trata de saber quién tiene razón. ¿Dios ha asignado la Palestina a los Hebreos o a los Musulmanes? ¿Es verdad que Dios ha asignado la Palestina al pueblo judío? [En la imagen: fragmento de "Rey David entronizado toca el arpa", ilustración del Salterio de Egbert, manuscrito latino miniado, Aquisgrán, c. 977-993, fol. 20v. Museo Archeologico Nazionale, Cividale].

----------Es sabido que los Judíos reivindican la posesión del territorio palestino como territorio del Estado de Israel con capital en Jerusalén. Sin embargo, los palestinos musulmanes reivindican para sí mismos la posesión de la Palestina y de la ciudad de Jerusalén en virtud de la autoridad del Corán, según el cual Dios en cambio ha concedido a los musulmanes la posesión de la Palestina y de Jerusalén.

----------La cuestión del actual dramático y sangriento conflicto entre Israelíes y Palestinos por la posesión de la Palestina y de la ciudad de Jerusalén, más allá de ser una cuestión política, es una cuestión teológica: se trata de saber quién tiene razón en una precisa cuestión: ¿Dios ha asignado la Palestina a los Hebreos o a los Musulmanes? ¿Cuál es la verdadera revelación divina? ¿Aquella hecha a Abraham en la Sagrada Escritura o aquella hecha a Mahoma en el Corán? ¿Quién ha interpretado en el sentido correcto la revelación divina hecha a Abraham? ¿Somos nosotros, los cristianos, o son los musulmanes, o son los judíos?

----------Sobre esta puntual cuestión teológica, la palabra decisiva que revele la verdad sólo puede venir de los cristianos, a los cuales, gracias a nuestro Señor Jesucristo, cumplimiento de las Escrituras, les es dado conocer la verdadera y plena voluntad de Dios respecto a este problema.

----------Aquí vemos en todas sus dimensiones la importancia del diálogo iniciado por el Concilio Vaticano II entre cristianos, judíos y musulmanes, todos hijos de Abraham, en nombre del único verdadero Dios creador del cielo y de la tierra, el cual, como se desprende del Antiguo Testamento, efectivamente ha asignado al pueblo judío la posesión de la tierra palestinense con capital en Jerusalén.

----------Esta verdad implica que la revelación divina hecha a este respecto a Mahoma no es una revelación auténtica, sino que se trata de una opinión de Mahoma, demasiado apegado al pueblo árabe, que él ha confundido por revelación divina, sin haber tenido en cuenta cuanto resultaba de la Escritura así como sobre este punto ella había sido comprendida y aceptada por hebreos y cristianos.

----------De la Sagradas Escrituras se desprende también que, dado que los Musulmanes se consideran hijos de Abraham, entonces también los musulmanes son llamados a la salvación en nuestro Señor Jesucristo y también a ellos les es concedida la residencia en Palestina, pero como súbditos del reino de David, rey de Israel, el cual, como es sabido, es el precursor de Cristo, rey de Israel.

----------En cuanto a los Hebreos, Nuestro Señor ha confirmado la posesión de Palestina a la que ellos tienen derecho, pero les ha advertido que debían acoger al Mesías y que el reino de Dios en su persona había llegado, por lo cual, si no acogían al nuevo Israel por él fundado con la nueva Alianza en su sangre, o sea el nuevo pueblo de Dios que acogía a todos los hombres, la Iglesia gobernada por Pedro, ellos habrían perdido la guía hacia el Reino, guía que habría sido pasada a otros.

----------Y de hecho, dado que gran parte de Israel todavía hoy no ha acogido al Mesías, la guía de la humanidad hacia la salvación ha pasado a la Iglesia católica, compuesta por todos los pueblos de la tierra.

----------Pero Jesús nunca ha dicho que Israel había perdido su derecho a la posesión de la Palestina; de hecho, el apóstol san Pablo posteriormente reiteró que las promesas hechas por Dios a Israel son irrevocables. Por tanto, el retorno de los Judíos a Palestina, iniciado en el siglo XIX y aún en curso, es algo enteramente conforme a la voluntad de Dios y a la revelación bíblica proclamada por los profetas.

----------Por otra parte, es necesario que recordemos también que la ocupación del territorio palestino hecha por los musulmanes en el siglo VII, ocupación que luego se transformó en región del Imperio otomano que se derrumbó en 1918, no ha podido nunca significar, según el dato bíblico y cristiano, la pérdida del derecho a la tierra palestinense por parte de los judíos. Por eso, los musulmanes allí residentes habrían debido y deben aceptar de buen grado el retorno de los judíos a su tierra.

----------Sin embargo, el derecho que indudablemente tienen los hebreos a poseer la Palestina no carece de contraprestaciones y obligaciones que pesan sobre los Judíos. Me refiero a que los Judíos, por su parte, deben aceptar las condiciones de vida del Estado moderno, que por lo demás surge de la revelación bíblica interpretada por los cristianos, según la cual vale el principio de la laicidad del Estado, el derecho a la libertad religiosa, la convivencia de diferentes grupos étnicos y el pluralismo racial.

----------En este marco de moderna democracia, de pluralismo y de libertad, en mi opinión, no es necesaria la fundación de un Estado palestino en territorio palestinense, Estado que sea distinto del Estado judío, sino que debe ser suficiente con el Estado de Israel, como ocurre en todos los Estados democráticos del mundo, en los cuales existen minorías étnicas, nacionales o religiosas. A lo sumo se podría hipotetizar un Estado federal, siguiendo el modelo de Suiza o de los Estados Unidos de América.

----------Finalmente, debemos observar que si el derecho hebreo a la posesión de la Palestina es ciertamente un dato revelado, no ha sido para nada querido por Dios el modo violento y cruel con el cual Israel ha conquistado la tierra prometida, sino que se trató de una convicción subjetiva de aquel entonces, quizás en buena fe, de los propios judíos, que adoptaron ciertas costumbres bárbaras de la época, cosa que hoy, a la luz del derecho y del Evangelio, sería absolutamente inaceptable y criminal.

----------En efecto, el derecho de un pueblo, que se ha constituido y organizado como Estado, a la posesión de un determinado territorio, es de por sí un derecho natural, un derecho perceptible por la simple razón práctica. En cambio, Israel es el único caso en toda la humanidad de un pueblo al cual el derecho de propiedad sobre un determinado territorio le ha sido revelado por Dios.

----------Por eso Israel, en términos de relaciones con los no-creyentes, no puede reivindicar su derecho a la posesión de la Palestina en base a la revelación bíblica, sino más bien aportando pruebas arqueológicas e históricas de su presencia en la región de la Palestina desde un lejano pasado.

----------Por cuanto respecta a los historiadores palestinos, ellos se esfuerzan por demostrar que antes de la llegada de los judíos a Palestina estaban los habitantes palestinos, que luego fueron expulsados ​​de su territorio por las acciones bélicas de Israel. Por ello consideran a los judíos como invasores, privados del derecho a poseer ese territorio con exclusión de los palestinos.

----------Los judíos, sin embargo, si confían en Dios, tendrán de Dios mismo y no de la violencia de las armas, la posibilidad de vencer a sus enemigos y demostrar a todos, incluso ante la ONU, sus buenos derechos.

----------Está claro, en efecto, que bajo el truculento relato bíblico de la invasión violenta y sanguinaria de los judíos en territorio palestino, se esconde un derecho natural, que permanece sólo implícito, ya que la verdadera voluntad de Dios no puede basarse en la violencia, sino sólo en el derecho. Es este derecho el que es necesario poner en luz por medio de una exégesis histórico-crítica que sepa captar la verdadera Palabra de Dios más allá de las caducas formas históricas de las cuales está revestida.

----------En cualquier caso y de todas maneras, Israel no debe temer la amenaza de su destrucción por parte de sus enemigos: y por eso no debe defenderse recurriendo a la violencia y a la crueldad, sino que debe confiar en ese Dios que él mismo ha anunciado a los pueblos, ya que, como ha dicho nuestro Señor Jesucristo, refiriéndose a sí mismo, "la salvación viene de los judíos".