lunes, 25 de marzo de 2024

Verdades de Fe (2/24) El dogma

Para que alguien sea considerado verdaderamente, formalmente y culpablemente hereje, no basta el simple hecho que pronuncie una proposición contraria a un dogma, sino que es necesario que el sujeto sea consciente de tal oposición, despreciando o relativizando el dogma. En efecto, si ese sujeto está en buena fe, es inocente y no se puede considerar formalmente hereje. La diferencia entre quien está en buena fe y quien está en mala fe, emerge claramente del hecho de que mientras el primero, una vez advertido se corrige, el segundo es incorregible, incluso delante de las más claras demostraciones de su herejía.

Notas: 1) Las proposiciones entre comillas " " son las palabras textuales de los dogmas (1° y 2° grado) o de las proposiciones próximas a la fe (3° grado). El resto es mi comentario o explicación: 2) las frases en negrita grande evidencian los dogmas de primer grado, las que están en negrita normal los dogmas de segundo grado; 3) en la medida que me ha sido posible he convertido en positivo las sentencias en negativo para así mostrar al lector qué es lo que la Iglesia enseña. De lo cual se comprende fácilmente qué es lo que la Iglesia condena.
   
El dogma interpreta las verdades de fe
   
----------El dogma es una interpretación absolutamente e indefectiblemente verdadera de la doctrina o verdad de fe o de la Palabra de Dios o del dato revelado proclamado por el Papa por sí solo o en conjunto con el episcopado en el concilio ecuménico.
----------"Aunque cada uno de los Obispos no goce por si de la prerrogativa de la infalibilidad, sin embargo, cuando, aun estando dispersos por el orbe, pero manteniendo el vínculo de comunión entre sí y con el sucesor de Pedro, enseñando auténticamente en materia de fe y costumbres, convienen en que una doctrina ha de ser tenida como definitiva, en ese caso proponen infaliblemente la doctrina de Cristo. Pero todo esto se realiza con mayor claridad cuando, reunidos en concilio ecuménico, son para la Iglesia universal los maestros y jueces de la fe y costumbres, a cuyas definiciones hay que adherirse con la sumisión de la fe.
----------Esta infalibilidad que el divino Redentor quiso que tuviese su Iglesia cuando define la doctrina de fe y costumbres, se extiende tanto cuanto abarca el depósito de la Revelación, que debe ser custodiado santamente y expresado con fidelidad. El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio episcopal, goza de esta misma infalibilidad en razón de su oficio cuando, como supremo pastor y doctor de todos los fieles, que confirma en la fe a sus hermanos (cf. Lc 22,32), proclama de una forma definitiva la doctrina de fe y costumbres. Por esto se afirma, con razón, que sus definiciones son irreformables por sí mismas y no por el consentimiento de la Iglesia, por haber sido proclamadas bajo la asistencia del Espíritu Santo, prometida a él en la persona de San Pedro, y no necesitar de ninguna aprobación de otros ni admitir tampoco apelación a otro tribunal. Porque en esos casos, el Romano Pontífice no da una sentencia como persona privada, sino que, en calidad de maestro supremo de la Iglesia universal, en quien singularmente reside el carisma de la infalibilidad de la Iglesia misma, expone o defiende la doctrina de la fe católica. La infalibilidad prometida a la Iglesia reside también en el Cuerpo de los Obispos cuando ejerce el supremo magisterio en unión con el sucesor de Pedro" (Constitución dogmática Lumen gentium, cit., n.25).
----------El Papa, también tratando de fe y de moral, pero no oficialmente como maestro universal de la fe y sucesor de Pedro ("ex cathedra Petri"), sino como doctor privado o para expresar una opinión personal, se puede equivocar. Un ejemplo de este tipo son los tres libros que el papa Benedicto XVI ha escrito sobre Jesucristo.
   
La Iglesia utiliza conceptos sacados de la común experiencia de los hombres
   
----------La Iglesia, para la formulación del dogma utiliza conceptos universales fundamentalmente, absolutamente e inmutablemente verdaderos, tomados de la común experiencia de los hombres.
----------"Las fórmulas dogmáticas son expresiones adecuadas a su objeto, expresan una verdad absoluta, no cambian, no son variables, ni sujetas a evolución y son conexas al eterno concepto de verdad" (San Pío X, encíclica Pascendi, del 8 de setiembre de 1907, nn.18-20).
----------"Todos conocen bien cuánto estima la Iglesia el valor de la humana razón, cuyo oficio es demostrar con certeza la existencia de un solo Dios personal, comprobar invenciblemente los fundamentos de la misma fe cristiana por medio de sus notas divinas, establecer claramente la ley impresa por el Creador en las almas de los hombres y, por fin, alcanzar algún conocimiento, siquiera limitado, aunque muy fructuoso, de los misterios.
----------Pero este oficio sólo será cumplido bien y seguramente, cuando la razón esté convenientemente cultivada, es decir, si hubiere sido nutrida con aquella sana filosofía, que es como un patrimonio heredado de las precedentes generaciones cristianas, y que, por consiguiente, goza de una mayor autoridad, por que el mismo Magisterio de la Iglesia ha utilizado sus principios y sus principales asertos, manifestados y precisados lentamente, a través de los tiempos, por hombres de gran talento, para comprobar la misma divina revelación. Y esta filosofía, confirmada y comúnmente aceptada por la Iglesia, defiende el verdadero y genuino valor del conocimiento humano, los inconcusos principios metafísicos -a saber: los de razón suficiente, causalidad y finalidad- y, finalmente sostiene que se puede llegar a la verdad cierta e inmutable" (Pío XII, Encíclica Humani generis, del 22 de agosto de 1950, nn.22-23).
   
A las fórmulas dogmáticas antiguas se le pueden agregar nuevas
   
----------A las fórmulas dogmáticas antiguas se le pueden agregar nuevas, que hacen comprender mejor la verdad de fe que ellas intentan expresar:
----------"Puede suceder también que algunas fórmulas dogmáticas antiguas y otras relacionadas con ellas permanezcan vivas y fecundas en el uso habitual de la Iglesia, con tal de que se les añadan oportunamente nuevas exposiciones y enunciados que conserven e ilustren su sentido primordial. Por otra parte, ha ocurrido también alguna vez que en este mismo uso habitual de la Iglesia algunas de estas fórmulas han cedido el paso a nuevas expresiones que, propuestas o aprobadas por el sagrado Magisterio, manifiestan más clara y plenamente su sentido" (Congragación para la Doctrina de la Fe, Declaración sobre la doctrina católica acerca de la Iglesia para defenderla de algunos errores actuales, Mysterium Ecclesiae, del 24 de junio de 1973).
----------Observamos que aquí el Papa con la expresión "han cedido el paso" no entiende sostener que la expresión precedente deba caer en desuso o venir degradada, sino que se la deja dignamente al lado para dar espacio a la nueva, que puede ser mejor o más significativa.
----------Por ejemplo, el título de María Madre de la Iglesia es un nuevo modo expresivo del dogma mariano, respecto al título precedente de Madre de Dios, título que cede el paso a la nueva fórmula, sin que en absoluto la fórmula anterior disminuya de valor. Con la nueva fórmula, nosotros conocemos mejor y más explícitamente la maternidad divina, que esta novedad, muy lejos de ponerla en sombra, pone más en luz.
----------"El dogma no contradice los datos de la exégesis bíblica y los datos de la historia sobre los más verídicos orígenes de la religión cristiana" (Santo Oficio, Decreto Lamentabili, cit., Denz. 3403).
   
El dogma se incultura en la pluralidad de las culturas
   
----------Existe una pluralidad de culturas relativas y mutables. Ellas están situadas en el plano de las apariencias, de los fenómenos y de las opiniones, o bien tienen contenidos particulares y contingentes. Están privadas de solidez, de objetividad y de universalidad, e interesan sólo áreas circunscriptas de humanidad en el espacio y en el tiempo, a diferencia del saber científico y filosófico, que es bien fundado, objetivo, universal e inmutable, igual para todos y compartible por todos y siempre.
----------Sólo la ciencia universal y no la opinión o una particular cultura, funda, justifica y crea un acuerdo universal, tal como para interesar a todos y siempre. Y así como el dogma es de supremo interés para toda la humanidad en orden a su salvación, él correctamente pide una atención y un acuerdo universal, por lo cual todos, si quieren salvarse, deben aceptar el dogma.
----------Por eso la Iglesia, al formular los dogmas, no utiliza las culturas, sino la cultura; no utiliza una cultura o una filosofía cualquiera, sino, como dice Pío XII, la "sana filosofía", adecuada no a esto o a aquello, sino al hombre, a la razón como tal. Por eso la Iglesia, al formular los dogmas, no se liga a ninguna cultura particular, sino que utiliza las nociones de la razón natural comunes a todos los hombres, por más o menos doctos o indoctos que sean. Utiliza no las culturas sino la cultura.
----------Las culturas, en cambio, sirven en la obra de inculturación misionera y evangelizadora, como enseña san Juan Pablo II en la encíclica Fides et ratio -véase debajo- para expresar el dogma en categorías e imágenes comprensibles a la cultura del oyente, mediando así la cultura utilizada por el dogma con la cultura del oyente.
----------Las notas elogiosas dirigidas a la cultura greco-romana por Benedicto XVI, quien se había formado en la cultura alemana, no han sido más que los elogios a la universalidad e inmortalidad de esa cultura, que todo hombre de mente sana puede comprender, apreciar y compartir, en cuanto es adecuada a la razón en cuanto tal y por eso, como dice Pío XII, la Iglesia la utiliza para expresar los dogmas.
----------Como el Dios de Israel no es un Dios particular propio de Israel, diferente de los dioses de los otros pueblos, así el logos de los Griegos no responde a una particular cultura como la griega, sino que es el logos propio del hombre como tal, de cualquier hombre, sea griego como bárbaro. Por eso, así como la Iglesia tiene un mensaje universal de salvación para entregar a toda la humanidad y sabiendo que la recta razón condiciona el ejercicio de la fe, cuando la Iglesia en su Magisterio habla de "razón" evidentemente entiende la razón de Aristóteles perfeccionada por Santo Tomás, como repetidas veces ella misma ha declarado recomendando la doctrina de Santo Tomás.
----------En efecto, el Aquinate sobresale entre todos los Doctores por su fidelidad al Magisterio de la Iglesia, por lo cual ha sucedido que la Iglesia, encontrando de tal modo en su doctrina la de Santo Tomás, ha llegado a afirmar con el papa Pío XI, en la encíclica Studiorum Ducem, del 19 de junio de 1923:
----------"Nos, mientras nos hacemos eco de este coro de alabanzas de nuestros predecesores dirigidas a ese genio sublime, aprobamos que no sólo se le llame Angélico, sino también que se le dé el nombre de Doctor Común y Universal, porque la Iglesia ha hecho suya su doctrina, como lo atestiguan muchísimos documentos de todo tipo".
----------El papa Francisco ha vuelto recientemente a confirmar a santo Tomás de Aquino como maestro universal y "Doctor Communis Ecclesiae", un título que no había sido indicado por sus inmediatos predecesores: "Santo Tomás de Aquino, este grandísimo teólogo -el "Doctor común" de la Iglesia- es ante todo un santo, un fiel discípulo de la Sabiduría encarnada. Por este motivo, en la oración colectiva de su memoria pedimos a Dios, "que lo hizo grande mediante la búsqueda de la santidad de vida y la pasión por la sagrada doctrina", que "nos dé el don de comprender sus enseñanzas e imitar sus ejemplos". Y aquí encontramos también vuestro programa espiritual: imitad al Santo y dejaos iluminar y guiar por el Doctor y Maestro" (Francisco, discurso a los participantes del Congreso Tomista Internacional, 22 de septiembre de 2022).
   
Santo Tomás de Aquino es el príncipe de la teología escolástica
   
----------Santo Tomás de Aquino es el príncipe de la teología escolástica, vale decir, de aquella teología fundada sobre la divina Revelación, que sabe utilizar la sana filosofía para la interpretación del dogma, Se trata de la teología que se aprende y se enseña en la escuela, patrocinada y aprobada por la Iglesia. La teología escolástica progresa, pero conservando los resultados adquiridos.
----------"El método y los principios con que los antiguos doctores escolásticos cultivaron la teología, están concordes con las necesidades y el progreso de las ciencias modernas" (Beato Pío IX, Syllabus de los errores modernos, del 8 de diciembre de 1864, Denz. 2913).
----------"El Magisterio de la Iglesia, con su autoridad, ha dado su aprobación a la teología escolástica. Por eso quien desprecia a la teología escolástica fácilmente pasa al desprecio del mismo Magisterio de la Iglesia" (Pío XII, Encíclica Humani generis, del 22 de agosto de 1950, n.12).
   
El Magisterio preside y dirige el progreso de la teología
   
----------"Es de pertenencia única de la potestad eclesiástica de jurisdicción, por derecho propio y nativo, dirigir la elaboración de las doctrinas teológicas" (Pío IX, Syllabus de los errores modernos, cit., Denz. 2933).
----------El Papa evidentemente no excluye que el teólogo tenga una iniciativa que le sea propia y su autonomía o libertad de investigación; sin embargo, dado que el Magisterio, por mandato de Cristo guía al Pueblo de Dios en la continua profundización del dato revelado y confirma el valor de los resultados alcanzados por la indagación teológica, mientras que el teólogo es discípulo del Magisterio, es constitutivo del orden que Cristo ha querido para su Iglesia, que sea el Magisterio, en la luz del Espíritu Santo el que guíe al teólogo a la plenitud de la verdad, así como el pastor guía al rebaño a los campos de buenos pastos. Esto no quiere decir que el Papa deba ser un teólogo, sino que el oficio apostólico sobresale sobre el oficio del doctor (1 Cor 12,28; Ef 4,11).
----------Sin embargo, tal vez alguien podría decir: ¿pero no bastan las categorías y el lenguaje de la Escritura? ¿No es ya ella Palabra de Dios? No, no bastan; y por eso Cristo ha encargado a los apóstoles y a sus sucesores el explicar y el interpretar, según las necesidades y circunstancias, precisamente mediante la formulación de los dogmas, los datos de la divina Revelación.
----------Sin embargo, es necesario ante todo evitar confundir cultura y culturas. La cultura, por ejemplo, es análoga al alimentarse, que es algo que todos los hombres deben hacer; las culturas, en cambio, corresponden a los diferentes alimentos elaborados por las diversas artes culinarias. Pues bien, la utilización de las culturas para la formulación del dogma requiere el partir de la consideración de las diversas culturas.; después de que se abstrae el concepto de la cultura como valor universal.
----------Ahora bien, es ésta la cultura, pensemos en la greco-romana, que por su universalidad, es adecuada para representar la universalidad del dogma. El querer pasar directamente de las culturas al dogma o del dogma a las culturas sin la mediación de la cultura, haría ciertamente que el dogma perdiera su universalidad y viniera constreñido a esta o aquella específica cultura contingente y pasajera, deviniendo relativo a ella, y por tanto no podría ya trascender la cultura y las culturas para permanecer en el plano de la doctrina revelada.
   
El relativismo dogmático
   
----------El relativismo dogmático, destructor del dogma, característico del modernismo, surge, bajo pretexto de los diversos modos de expresar el dato revelado, por el uso de conceptos opinativos o particulares, si no errados, en lugar de seguros, científicos y de universal interés. Las culturas, sin embargo, como enseña san Juan Pablo II en la encíclica Fides et ratio, pueden y deben ser utilizadas para la inculturación, o sea para expresar la fórmula dogmática de modo tal de hacerla comprensible a las diversas culturas.
----------"El hecho de que la misión evangelizadora haya encontrado en su camino primero a la filosofía griega, no significa en modo alguno que excluya otras aportaciones. Hoy, a medida que el Evangelio entra en contacto con áreas culturales que han permanecido hasta ahora fuera del ámbito de irradiación del cristianismo, se abren nuevos cometidos a la inculturación. Se presentan a nuestra generación problemas análogos a los que la Iglesia tuvo que afrontar en los primeros siglos.
----------Mi pensamiento se dirige espontáneamente a las tierras del Oriente, ricas de tradiciones religiosas y filosóficas muy antiguas. Entre ellas, la India ocupa un lugar particular. Un gran movimiento espiritual lleva el pensamiento indio a la búsqueda de una experiencia que, liberando el espíritu de los condicionamientos del tiempo y del espacio, tenga valor absoluto. En el dinamismo de esta búsqueda de liberación se sitúan grandes sistemas metafísicos. Corresponde a los cristianos de hoy, sobre todo a los de la India, sacar de este rico patrimonio los elementos compatibles con su fe de modo que enriquezcan el pensamiento cristiano" (San Juan Pablo II, Encíclica Fides et ratio, del 14 de septiembre de 1998, n.72).
----------El Papa está hablando de inculturación del dogma, es decir, de expresión del dogma utilizando categorías propias del destinatario de la enseñanza del dogma. No se está hablando del uso de la filosofía india para interpretar el dogma. El Papa no habla de sustituir a Aristóteles y a santo Tomás de Aquino por el hinduismo, en la interpretación del dogma.
----------El papa Wojtyla, con el Concilio Vaticano II, reconoce a santo Tomás como modelo de teólogo para toda la Iglesia y, por tanto, también para la teología india. Quiere solamente poner en luz el valor de la inculturación en la transmisión de los contenidos de la fe. Debemos retomar la obra de los Padres y de los medioevales no en el sentido de buscar una filosofía adecuada para interpretar el dogma, dado que esta existe ya en Aristóteles y santo Tomás, sino en el sentido de abrirse a filosofías extra-bíblicas para hacernos entender en la obra de la evangelización de aquellos que han sido educados en aquellas filosofías.
   
Al dogma se le opone la herejía
   
----------Al dogma se le opone la herejía, así como a lo verdadero se le opone lo falso. Y así como el dogma es la interpretación oficial de la Iglesia del dato revelado, así también, de modo similar, la herejía es la oposición a la interpretación que hace la Iglesia de un dato revelado.
----------Esencial al concepto moral y canónico de herejía no es simplemente el hecho de ser una proposición falsa en la fe, sino que sea sostenida voluntariamente y pertinazmente por el cristiano bautizado. Así, por ejemplo, la Iglesia no define herejía la negación de la divinidad de Cristo pronunciada por un musulmán, sino que ella sería herejía en la boca de un católico. Por otra parte, para que alguien sea verdaderamente, formalmente y culpablemente hereje, no basta el simple hecho que pronuncie una proposición contraria a un dogma, sino que es necesario que sea consciente de tal oposición, despreciando o relativizando el dogma.
----------En efecto, si este sujeto está en buena fe, entonces es inocente y no se puede considerar formalmente hereje. La diferencia entre quien está en buena fe y quien está en mala fe, emerge claramente del hecho de que mientras el primero, una vez advertido se corrige, el segundo es incorregible, incluso delante de las más claras demostraciones que se le hagan de la herejía en la que ha caído.
----------A la inversa, el católico formalmente hereje y obstinado, sobre todo si produce grave daño a las almas y perturba la unidad y la paz de la Iglesia, puede ser sometido a proceso canónico. Por eso, no sólo la teología moral, sino también el derecho canónico, contempla y sanciona, desde su punto de vista, el crimen de herejía y lo define en los siguientes términos:
----------"Es hereje aquel que, después de haber recibido el bautismo, conservando el nombre de cristiano, niega pertinazmente alguna de las verdades que han de ser creídas con fe divina y católica o la pone en duda" (can. 1325 § 2 del Código de Derecho Canónico de 1917).
----------Y esta es la sanción actualmente prevista por el nuevo Código de Derecho Canónico: "Can. 1364 - § 1. El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiae, quedando firme lo prescrito en el c. 194, § 1, n.2; el clérigo puede ser castigado además con las penas enumeradas en el c. 1336, § 1 nn.1, 2 y 3.
----------§ 2. Si lo requiere la contumacia prolongada o la gravedad del escándalo, se pueden añadir otras penas, sin exceptuar la expulsión del estado clerical".

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