domingo, 17 de marzo de 2024

Verdades de Fe (1/24) La Fe

Con este artículo damos inicio a la prometida serie en la que iremos repasando todas las verdades de fe (definidas y definibles) de la fe católica. Tras haber expuesto semanas atrás la noción, naturaleza y amplitud del Magisterio de la Iglesia, desde ahora iremos exponiendo los dogmas y doctrinas de fe, con una brevísima explicación de mi parte. [En la imagen: fragmento de "Alegoría de la Fe católica", óleo sobre lienzo de c.1670, obra de Johannes Vermeer, conservado y expuesto en el Metropolitan Museum of Art, Nueva York, USA].

Notas: 1) Las proposiciones en letra negrita y entre comillas " " son las palabras textuales de los dogmas (1° y 2° grado) o de las proposiciones próximas a la fe (3° grado). El resto es mi comentario o explicación; 2) las frases en negrita grande evidencian los dogmas de primer grado, las que están en negrita normal los dogmas de segundo grado; 3) en la medida que me ha sido posible he convertido en positivo las sentencias en negativo para así mostrar al lector qué es lo que la Iglesia enseña. De lo cual se comprende fácilmente qué es lo que la Iglesia condena.
   
La Fe es conocimiento de la verdad. La noción de la verdad
   
----------"La verdad es inmutable y no evoluciona con el hombre, en el hombre y por medio del hombre" (Santo Oficio, Decreto Lamentabili, del 3 de julio de 1907, Denz. 3458).
----------Aquí la Iglesia por "verdad" no entiende la realidad, que puede también cambiar, sino la adecuación del intelecto a lo real, adecuación que, abstrayendo del espacio-tiempo, universalmente compartible, comunicable y expresable en el concepto -de aquí el dogma- a todo intelecto, no cambia, incluso si el objeto conocido es mutable. El hombre evoluciona en cuanto sujeto material inmerso en la historia y en el devenir, pero en cuanto dotado de intelecto concibe inmutablemente realidades tanto mutables como inmutables.
----------"La realidad es superior a la idea" y por tanto "la idea -las elaboraciones conceptuales- está en función de la captación, la comprensión y la conducción de la realidad" (Francisco, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, del 24 de noviembre de 2013, nn. 231-232.
   
Esencia de la fe
   
----------La fe es conocimiento conceptual de la verdad, haciendo la precisión que se trata de un asentimiento del intelecto y de la voluntad a la verdad por Dios revelada (cf. Denz. 3008). La fe, por consiguiente, supone que la razón humana sea capaz de captar la verdad de la realidad. Y además la fe supone el concepto de la verdad del conocer como adecuación de la idea a lo real.
----------"La Iglesia católica profesa que esta fe, que es el inicio de la salvación del hombre, es una virtud sobrenatural, con la cual, bajo la inspiración y la gracia de Dios, creemos que las cosas por Él reveladas son verdaderas, no por su intrínseca verdad identificada con la luz natural de la razón, sino por la autoridad del mismo Dios revelante, el cual ni puede engañarse, ni puede engañar" (Concilio Vaticano I, Constitución dogmática Dei Filius, del 24 de abril de 1870, Denz. 3008).
----------Si la realidad trasciende la idea, si el ser trasciende el pensamiento, tanto más la Realidad divina trasciende las ideas que de ella nos hacemos, aún cuando estén fundadas en la fe. Si en cambio se reduce la realidad a nuestra idea, se tiene el gnosticismo.
----------No se puede "pretender reducir la enseñanza de Jesús a una lógica fría y dura que busca dominarlo todo". "El gnosticismo por su propia naturaleza quiere domesticar el misterio". "Quien lo quiere todo claro y seguro pretende dominar la trascendencia de Dios" (Francisco, Exhortación apostólica Gaudete et exultate, del 19 de marzo de 2018, nn. 39-41).
   
De qué nace la fe
   
----------"Pero para que el obsequio de nuestra fe fuera conforme a la razón (Rm 12,1), Dios ha querido que las ayudas interiores del Espíritu Santo, se unieran a los argumentos externos de su Revelación, es decir, las intervenciones divinas, como son principalmente los milagros y las profecías que luminosamente demuestran la omnipotencia y la ciencia infinita de Dios y son signos certísimos de la divina Revelación y aptos para la inteligencia de todos" (Concilio Vaticano I, Constitución dogmática Dei Filius, del 24 de abril de 1870, Denz. 3009).
----------"El uso de la razón precede a la fe y gracias a la Revelación y en virtud de la gracia conduce a la fe" (Sagrada Congregación del Índice, Decreto del 11 de junio de 1855, Denz. 2813).
----------"El asentimiento de fe sobrenatural y útil para la salvación no se concilia con una noticia simplemente probable de los hechos de la Revelación o con el temor de que Dios nos haya hablado, sino que se basa en el conocimiento cierto e históricamente demostrado de que Dios se ha revelado en Cristo" (Santo Oficio, Decreto del 2 de marzo de 1679).
----------"La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida. Transformados por este amor, recibimos ojos nuevos, experimentamos que en él hay una gran promesa de plenitud y se nos abre la mirada al futuro. La fe, que recibimos de Dios como don sobrenatural, se presenta como luz en el sendero, que orienta nuestro camino en el tiempo. Por una parte, procede del pasado; es la luz de una memoria fundante, la memoria de la vida de Jesús, donde su amor se ha manifestado totalmente fiable, capaz de vencer a la muerte. Pero, al mismo tiempo, como Jesús ha resucitado y nos atrae más allá de la muerte, la fe es luz que viene del futuro, que nos desvela vastos horizontes, y nos lleva más allá de nuestro 'yo' aislado, hacia la más amplia comunión" (Francisco, Encíclica Lumen Fidei, del 29 de junio de 2013, n.4).
   
Al conocimiento racional de Dios se añade el conocimiento de fe
   
----------Existe un doble orden de conocimiento de Dios: uno basado en la razón, la cual saca sus conclusiones partiendo de la experiencia de las cosas sensibles; y otro basado en la fe que consiste en el creer en la verdad de la divina Revelación:
----------"El pensamiento ininterrumpido de la Iglesia Católica sostuvo y sostiene que existe un doble orden de conocimientos, distintos no sólo en cuanto al principio, sino también respecto al objeto; en cuanto al principio, porque en uno conocemos con la razón natural, en el otro con la fe divina; en cuanto al objeto porque, más allá de las cosas a las cuales podría llegar la razón natural, nos viene propuesto creer en misterios escondidos en Dios: misterios que no se pueden conocer sin la revelación divina" (Concilio Vaticano I, Constitución dogmática Dei Filius, del 24 de abril de 1870, Denz. 3015).
----------"El asentimiento de fe no estriba en una suma de probabilidades, sino en hechos históricamente ciertos" (Santo Oficio, Decreto Lamentabili, del 3 de julio de 1907, Denz. 3425).
   
La razón iluminada por la fe
   
----------La razón iluminada por la fe consigue una cierta fructuosísima inteligencia de los divinos misterios, y ésta es la teología:
----------"Porque a decir verdad, la razón, cuando es iluminada por la fe y busca diligentemente, piadosamente y con amor, obtiene, con la ayuda de Dios, una cierta comprensión de los misterios, ya preciosa por sí, tanto por la analogía con las cosas que ya conoce naturalmente, como por la conexión de los mismos misterios entre sí en relación con el fin último del hombre. Ella, sin embargo, no es nunca capaz de comprender tales misterios del mismo modo que las verdades que constituyen el objeto natural de sus propias capacidades cognoscitivas. En efecto, los misterios de Dios trascienden por su naturaleza de modo tan elevado al intelecto creado, que aún si son enseñados por la Revelación y aceptados con fe, permanecen sin embargo cubiertos por el velo de la misma fe y casi envueltos en la oscuridad mientras en esta vida mortal nosotros peregrinamos lejos del Señor: ya que caminamos en la fe y no en la visión" (Concilio Vaticano I, Constitución dogmática Dei Filius,del 24 de abril de 1870, Denz. 3016).
----------La razón por sí es capaz de conocer verdades racionales concernientes a Dios. Por eso la fe no es un saber inmediato y originario sobre Dios, sino que es mediado por la razón; es un saber supra-racional que se añade al de la razón. Nadie podría saber que Cristo es Dios, si ya no supiera con su razón que Dios existe.
   
La fe es sólo principio de la salvación
   
----------La fe por sí sola no garantiza la salvación si no está puesta en práctica mediante la caridad. La fe no es fe de salvarse, sino fe en la posibilidad de salvarse a condición de que observemos los mandamientos. Nuestra salvación futura es objeto de la esperanza, no de la fe.
----------"La fe justificante no es la sola confianza en la divina misericordia que perdona los pecados gracias a Cristo" (Concilio de Trento, Cánones sobre la justificación, Sesión VI del 13 de enero de 1547, Denz. 1562). "Así, pues, nadie debe lisonjearse a sí mismo en la sola fe, pensando que por la sola fe ha sido constituido heredero y ha de conseguir la herencia, aun cuando no padezca juntamente con Cristo, para ser juntamente con El glorificado (Rm 8,17). Porque aun Cristo mismo, como dice el Apóstol, siendo hijo de Dios, aprendió, por las cosas que padeció, la obediencia y, consumado, fué hecho para todos los que le obedecen, causa de salvación eterna (Heb 5,8s). Por eso, el Apóstol mismo amonesta a los justificados diciendo: ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos por cierto corren, pero sólo uno recibe el premio? Corred, pues, de modo que lo alcancéis. Yo, pues, así corro, no como a la ventura; así lucho, no como quien azota el aire; sino que castigo mi cuerpo y lo reduzco a servidumbre, no sea que, después de haber predicado a otros, me haga, yo mismo réprobo (1Co 9,24 ss)" (Concilio de Trento, La observancia de los mandamientos, Sesión VI, cit., Denz. 1538).
   
La fe viva
   
----------"La fe transforma toda la persona, precisamente porque la fe se abre al amor. Esta interacción de la fe con el amor nos permite comprender el tipo de conocimiento propio de la fe, su fuerza de convicción, su capacidad de iluminar nuestros pasos. La fe conoce por estar vinculada al amor, en cuanto el mismo amor trae una luz. La comprensión de la fe es la que nace cuando recibimos el gran amor de Dios que nos transforma interiormente y nos da ojos nuevos para ver la realidad" (Francisco, Encíclica Lumen fidei, cit., n.26).
----------El Concilio de Trento y el Concilio Vaticano I entienden la fe en el sentido de simple conocimiento de la verdad revelada, la fe teórica, aceptación intelectual de los dogmas, salvo que se mantiene aquello que he dicho en el precedente segundo subtítulo: Esencia de la fe. En cambio, el papa Francisco habla de la fe en el sentido de puesta en práctica, fe informada por la caridad. Es la fe viva, que se eleva a la experiencia mística, la cual conoce en cuanto vinculada al amor y transforma a toda la persona.
----------Pero el Concilio de Trento nos hace presente que la fe como tal conoce también si el sujeto no tiene la caridad. Sin embargo, tanto el Concilio como el papa Francisco están de acuerdo en el enseñar que esta fe no basta para salvar si no es puesta en práctica por la caridad. El Concilio de Trento está preocupado por evitar el error que reduce la fe a caridad, olvidando el momento cognoscitivo o veritativo, error contra el cual también el papa Francisco pone en guardia en su encíclica.
   
La fe muerta
   
----------"Si se pierde por el pecado la gracia, no se pierde al mismo tiempo juntamente la fe, sino que esa fe que permanece, es en todo caso verdadera fe, aun cuando no sea viva o esté sin caridad" (Concilio de Trento, Denz. 1578).
   
El pueblo de Dios en comunión con el Papa es infalible en el creer
   
----------Esta fe viene expresada solemnemente en la recitación común del Credo en la Santa Misa.
----------"La totalidad de los fieles, que tienen la unción del Santo (1 Jn 2,20 y 27), no puede equivocarse cuando cree, y esta prerrogativa peculiar suya la manifiesta mediante el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo cuando desde los Obispos hasta los últimos fieles laicos presta su consentimiento universal en las cosas de fe y costumbres" (Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, del 21 de noviembre de 1964, n.12).
   
Es necesario distinguir la fe explícita de la fe implícita
   
----------La fe divina o teologal en general es iluminación del intelecto por parte de Dios, que revela su misterio. La fe de la cual habla el Concilio Vaticano I es la fe explícita, por la cual la razón asiente libremente a un enunciado de fe, sobre todo al dogma. Sin embargo, así como Dios quiere salvar a todos y para salvarse es necesaria la fe, los teólogos han elaborado el concepto de fe implícita, por la cual el sujeto puede tener la fe también sin tener la posibilidad de conocer el dato revelado. Se pueden dar dos casos: o el sujeto no está en grado de ejercer la razón, por demencia o porque es menor; o bien el caso de quien puede ejercitar la razón pero sufre de ignorancia invencible del dato revelado.
----------La tesis de la fe implícita es teológicamente cierta, pero deducida de sentencias de la doctrina de la Iglesia. Se la puede considerar próxima a la fe.
   
La doctrina del Beato Pío IX sobre la ignorancia invencible
   
----------"Aquellos que sufren ignorancia invencible acerca de nuestra santísima religión, que cuidadosamente guardan la ley natural y sus preceptos, esculpidos por Dios en los corazones de todos y están dispuestos a obedecer a Dios y llevan vida honesta y recta, pueden conseguir la vida eterna, por la operación de la virtud de la luz divina y de la gracia; pues Dios, que manifiestamente ve, escudriña y sabe la mente, ánimo, pensamientos y costumbres de todos, no consiente en modo alguno, según su suma bondad y clemencia, que nadie sea castigado con eternos suplicios, si no es reo de culpa voluntaria" (Beato Pío IX, Encíclica Quanto conficiamur moerore, del 10 de agosto de 1863, Denz. 2866).
   
La doctrina del Concilio Vaticano II sobre el conocimiento implícito de Dios
   
----------"La divina Providencia no niega los auxilios necesarios para la salvación a quienes sin culpa no han llegado todavía a un conocimiento expreso de Dios y se esfuerzan en llevar una vida recta, no sin la gracia de Dios" (Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, cit., n.16).
   
La fe y la esperanza
   
----------"La frase dice así: 'La fe es hypostasis de lo que se espera y prueba de lo que no se ve'. Para los Padres y para los teólogos de la Edad Media estaba claro que la palabra griega hypostasis se traducía al latín con el término substantia. Por tanto, la traducción latina del texto elaborada en la Iglesia antigua, dice así: 'Est autem fides sperandarum substantia rerum, argumentum non apparentium', la fe es la 'sustancia' de lo que se espera; prueba de lo que no se ve. Tomás de Aquino, usando la terminología de la tradición filosófica en la que se hallaba, explica esto de la siguiente manera: la fe es un habitus, es decir, una constante disposición del ánimo, gracias a la cual comienza en nosotros la vida eterna y la razón se siente inclinada a aceptar lo que ella misma no ve. Así pues, el concepto de 'sustancia' queda modificado en el sentido de que por la fe, de manera incipiente, podríamos decir 'en germen' -por tanto según la 'sustancia'- ya están presentes en nosotros las realidades que se esperan: el todo, la vida verdadera" (Benedicto XVI, Encíclica Spe salvi, del 30 de noviembre de 2007, n.7).

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