domingo, 24 de marzo de 2024

Fascismo y nazismo: orígenes, doctrina y actualidad (8/9)

Hegel ya había teorizado la guerra como ley dialéctica del progreso histórico y de la purificación de los pueblos. De ahí que en la ética nazi, el asesinato deviene ley de la vida, aunque disfrazado bajo el pretexto de la defensa nacional (o de la "seguridad nacional" entre nosotros). La vida es imposible sin la lucha y la victoria sobre un enemigo. O lo matas o él te mata a ti. Mors tua, vita mea. La ética nazi no conoce conciliación de los contrarios ni armonía entre los diferentes. El diferente es el enemigo. El amigo debe ser idéntico. La ética nazi es de tipo dialéctico. El conflicto deviene institucional. El homicidio está amparado por la razón de Estado. Está legalizado bajo las apariencias del deber o el pretexto de la obediencia. Los criminales nazis de Nuremberg creían que podían justificarse alegando que habían obedecido a sus superiores; y esta misma falsa justificación se ha pretendido en Argentina. Y es bueno recordarlo precisamente hoy, en un aniversario más del nefasto golpe militar del 24 de marzo de 1976. [En la imagen: Alfred Rosenberg -izquierda- junto a Adolf Hitler durante la inauguración de un monumento a los caídos en la guerra en 1923, según una fotografía del Dr. Wilfried Bahnmüller].

La contribución de Alfred Rosenberg
   
----------Después de Adolf Hitler [1889-1945], el principal creador o ideólogo declarado y explícito de la doctrina nacional-socialista fue el ingeniero arquitectónico, constructor, político, escritor y criminal de guerra, Alfred Rosenberg [1893-1946] con su libro de 1930: Der Mythus des zwanzigsten Jahrhunderts (El mito del siglo XX). Comencemos reportando algunas palabras del autor de ese texto:
----------"Hoy despierta una nueva fe: el Mito de la Sangre, la fe de que con la sangre se defiende también la esencia divina del hombre. La fe identificada con el saber más nítido de que la sangre nórdica representa aquel misterio que reemplaza y ha superado a los viejos sacramentos" (cf. Alfred Rosenberg, El Mito del Siglo XX, Ediciones Sieghels, Buenos Aires 2014, p.44). "El mito del siglo XX es el Mito de la Sangre, que bajo el signo de la cruz esvástica desencadena la revolución mundial racial, es el despertar del alma racial, que después de largo sueño pone fin victoriosamente al caos racial" (Ibid., p.4). "El derecho no es más que un esquema exangüe como la religión y el arte, sino que eternamente está enlazado a una determinada sangre, con la cual aparece y con la cual desaparece" (Ibid., p.202).
----------"Jesús se nos aparece hoy, lleno de autoconfianza, como señor en el mejor y más elevado sentido de la palabra. Su vida es lo que posee significación para los hombres germánicos, no su atormentado morir, al que debió el éxito entre los pueblos alpinos y del Mar Mediterráneo. El potente predicador y el iracundo en el Templo, el hombre que arrastraba y al que todos ellos seguían, no el cordero de sacrificio de la profecía judía, no el Crucificado, constituye el ideal plasmador que nos resplandece desde los Evangelios" (Ibid., p.213).
----------Rosenberg erigía a Jesús como superhombre, símbolo de la raza aria. En particular, exaltaba de él los aspectos de su vida en los cuales, según los Evangelios, había expresado oposición frente a las instituciones judías. Sin embargo, no hay que olvidar que, en el pensamiento de Rosenberg, Jesús no era el Hijo de Dios, ni resucitado de entre los muertos (Rosenberg las define como "leyendas"). En la práctica, la figura de Jesús queda privada de todo atributo divino y mesiánico y viene comparada con las figuras de los grandes pensadores como Confucio o Meister Eckhart. A Jesús se le reconoce el mérito de haber superado la fractura "siríaco-etrusco-judía" entre lo humano y lo divino, mostrando en ello perfecta sintonía con el panteísmo propagandeado por el nacionalsocialismo, hostil a la idea de un Dios personal (el concepto de "Providencia" para el nazismo es, de hecho, completamente diferente del monoteísmo judío, cristiano e islámico).
----------No obstante la difusión del libro (comparable a la de Mein Kampf), las reacciones de los demás jerarcas fueron, en su mayor parte, negativas. Muchos subrayaron el conflicto que se vendría a crear con los ambientes católicos y protestantes, ya que Rosenberg se oponía tenazmente a entrambas religiones, mientras que la mayoría de los jerarcas eran seguidores de una u otra. Goebbels se manifestó particularmente crítico frente a la obra y frente a su autor, para el cual acuñó la locución fast Rosenberg (casi Rosenberg), a fin de indicar a alguien "casi capaz de convertirse en un filósofo, en un periodista o en un político, pero sólo casi".
----------De hecho incluso Hitler mismo, quien siempre pretendía aparecer como el único capaz de salvaguardar el cristianismo del ateísmo comunista, calificó al libro de Rosenberg como "ilógico y derivativo", pero al mismo tiempo aseguró a Rosenberg que se trataba de un libro "muy inteligente". La actitud del partido nazi hacia "El mito del siglo XX" fue ambivalente: mientras que, por un lado, las doctrinas de Rosenberg habían sido declaradas una obra privada de valor no oficial, por otro lado, esas mismas doctrinas venían ampliamente propagandeadas por los periódicos y por las asociaciones nazis.
----------El Vaticano tomó sus explícitas distancias de Rosenberg. El 7 de febrero de 1934 L'Osservatore Romano publicó un artículo en el cual informaba que el libro de Rosenberg había sido incluido en el Índice de los libros prohibidos, ya que "muestra desprecio por todos los dogmas de la Iglesia católica, es decir, los fundamentos mismos de la religión cristiana y los rechaza completamente. Sostiene la necesidad de fundar una nueva religión o una iglesia germánica y proclama el principio: 'Hoy se está despertando una nueva fe, el mito de la sangre, la fe en el defender con la sangre la esencia divina del hombre'...".
----------Rosenberg, entre otras cosas, ya se había distanciado de las Iglesias tradicionales en 1933 solicitando, mediante un acto oficial (Kirchenaustritt), que su nombre fuera eliminado de las listas de los bautizados en la Iglesia católica. No obstante las diversas controversias inherentes al libro, el aporte ideológico de Rosenberg a la doctrina nacionalsocialista sigue siendo de primordial importancia.
   
La visión heideggeriana del nacionalsocialismo
   
----------La mente que ha concebido el nazismo en sentido espiritual y metafísico ha sido Martín Heidegger [1889-1976]. El famoso filósofo alemán ve el nacional-socialismo no tanto como una doctrina política, o de Estado, como había hecho Schmitt, o religiosa, como había hecho Rosenberg, y menos aún como la teorización del primado de la raza aria, sino más bien como el destino espiritual de Alemania en cuanto reveladora para la humanidad del sentido del ser. Por eso Heidegger subraya la espiritualidad del nazismo. Heidegger habla de "nacional-socialismo espiritual" (cf. el libro de Andrea Colombo, I maledetti. Dalla parte sbagliata della storia, Edizioni Lindau, Torino 2017, p.68), de "misión espiritual" (Ibid., p.64), de "mundo espiritual" (Ibid.), de "nobleza espiritual" (Ibid., p.66), de "frente invisible de la Alemania espiritual" (Ibid., p.68).
----------Es aquí donde Heidegger se separa de Rosenberg, que en cambio da más importancia al factor biológico, y que agradaba más al régimen; y es en este punto cuando Heidegger reivindica una concepción más profunda, metafísica, aquella a su juicio auténtica, reveladora del ser en el sentido nietzscheano, que la de los propios jerarcas del Partido, sumidos, en palabras de Heidegger, en el "cuidado" y en la "existencia inauténtica".
----------Hay que reconocer que es cierto que Heidegger se mantuvo frío frente al antisemitismo. Ha sido demostrado que nunca dijo una palabra a favor del antisemitismo e incluso tuvo amigos hebreos como Husserl y Hannah Arendt. Para él la cuestión judía no era una cuestión de raza, sino una cuestión espiritual. No mantuvo alejados en absoluto a los judíos que se acercaban a sus ideas.
----------De ahí que puede comprenderse que más tarde Heidegger, decepcionado por la cruda interpretación de la espiritualidad nazi, dimitió como Rector de la Universidad de Friburgo apenas un año después de haber asumido y de haber pronunciado el famoso discurso inaugural, en el cual hacía los elogios del nazismo. Esto no le impidió mantener su idea del nazismo como revelador del ser.
----------Según Heidegger, lo Eterno para el nazi existe, pero no es lo Eterno del cristianismo. Es el Espíritu absoluto de Hegel, el Gott mit uns, aunque siempre esté mezclado con el tiempo, siempre está en la historia. Pero la historia también es eterna, porque es historia de Dios. Aquí tenemos el eterno retorno. Dios está por esencia con el mundo, en el mundo y para el mundo. Como dice Hegel: "sin el mundo, Dios no es Dios".
----------Si al lector le interesa profundizar acerca de la tesis aquí expuesta acerca de la relación de Heidegger con el nazismo y cuestiones conexas, le sugiero recurrir en este mismo blog a mi artículo en tres partes, titulado: El Nazismo en Martín Heidegger: sus vínculos con Karl Rahner y prospectiva de la actual situación eclesial de crisis de fe, publicado a finales de enero de 2022.
   
El significado nazi de la muerte
   
----------Este es un punto importante para entender el nazismo. En el nazismo la vida está estrechamente ligada a la muerte. La vida está en la muerte y la muerte está en la vida. Se aplica el dicho masónico kein Leben ohne Tode, kein Tode ohne Leben. La vida produce la muerte; la muerte produce la vida. Se trata de una concepción cosmológica cíclica de eterna alternancia, que se inspira en el alternarse de las estaciones y de los ciclos astrales, ya presentes en la antigüedad tanto occidental como oriental, y está representada por el símbolo sánscrito de la esvástica o por la Diosa Shiva, que da la vida y la muerte.
----------A esta concepción de Oriente corresponde en Occidente la Pachamama. Corresponde también a la dialéctica hegeliana, en cuanto lo positivo produce lo negativo, y lo negativo produce lo positivo. Severino habla del "anillo de retorno". Es el eterno retorno de Nietzsche.
----------Por lo tanto, en la visión nazi, parece a primera vista no haber lugar alguno para la supervivencia del alma ni para la vida eterna. Y así parece faltar la idea del crecer, del aumentar, del avanzar, del mejorar, del progresar. Pero eso es sólo aparente, y en realidad no es así. Existen ambas ideas, la una y la otra, pero es necesario saber cómo encontrarlas y entender cómo lo entiende el nazismo.
----------En la cosmovisión nazi hay algo que surge perpetuamente, que se corrompe, que pasa y que retorna. Y este es el evento mundano y físico. Y hay algo, que es lo Eterno, el Espíritu, el superhombre, que va más allá para no pasar más y no retroceder en lo humano. El individuo humano muere, pero al morir se eterniza. Tal es el superhombre, tal es el alemán, tal es la raza aria o, como la llama Nietzsche, la "raza de los Señores". Ésta es precisamente la escatología de Nietzsche.
----------Dios, en cambio, no ha muerto para revivir, sino que ha muerto para siempre. El Anticristo nietzscheano ha matado a Cristo. Esto es el progreso. El superhombre, el nazi, es el verdadero Dios, definitivo e inmortal, que supera y suplanta al viejo Dios cristiano, y que permanece supremo y eterno, aunque siempre en la rueda del devenir y en el "amor Fati", como dice Nietzsche, o sea, en la aceptación gozosa del sufrimiento y de la muerte (la "gaya ciencia"). El panteísmo indio sugiere el secreto para ser inmortales y, sin embargo, estar inmersos en la rueda del devenir. Leamos este texto muy interesante y significativo de la filosofía india:
----------"En la incansable e interminable rueda de Brahman, vaga trépido lo individual, puesto que siente al señor de la rueda (chakravarti) como otro respecto de él; pero en el momento de su reconocimiento en aquel Yo que eternamente da vuelta la rueda, él inmediatamente realiza la paz de la inmortalidad (Shvetashvatara Upanishad, I, 6)" (citado por Julius Evola, Ensayos sobre el idealismo mágico, Ediciones Heracles, Buenos Aires 2003, p.108). He aquí que aparece claramente el "amor Fati" de Nietzsche.
----------No obstante el retorno de la vida, la muerte nunca parece darse por vencida. La vida parece no triunfar. Lo que sube, parece volver a descender. Siempre se vuelve a ser lo que habíamos sido. Pero en realidad este no es así. Del superhombre no se vuelve atrás. La nueva humanidad de Rosenberg no envejece. El Dios muerto no resucita. Pero existe, como dice Heidegger, el "Dios divino": es el superhombre, es el pueblo alemán, lo Sagrado de Hölderlin (cf. M.Heidegger, Hölderlin y la esencia de la poesía, Editorial Anthropos, Barcelona 1994).
----------La muerte, según el nazismo, es el acto moral supremo, es el efecto de la suprema y definitiva decisión de la libertad. El acontecimiento de la muerte no debe ser considerado una triste necesidad causada por la corrupción de la materia, a la cual es necesario resignarse, sino que debe ser vista como un objetivo moral, efecto de una decisión de la voluntad, una meta de perfección decisiva y de libertad.
----------No es que el nazismo quiera hacer una apología del suicidio, el cual sin embargo no está completamente excluido, sino en el sentido de que en el momento en que se presenta la ocasión de morir, el hombre debe aprovechar esa ocasión para cumplir en el morir el acto de su suprema libertad. Esto lo aclara bien Rahner, que retoma la tesis heideggeriana, inspirada en Nietzsche, y hecha suya por la ética nazi. De hecho, veamos primero lo que dice Heidegger y luego la explicitación rahneriana.
----------En Ser y tiempo, Heidegger se detiene extensamente sobre esta voluntad de muerte, la suya y la de otros, a la que llama "ser-para-la-muerte" (sein zum Tode). Parece que la muerte sea el propósito de la existencia. Y de hecho esto es así porque para Heidegger morir es "la posibilidad de la existencia auténtica" (Ser y Tiempo, Editorial Universitaria, Santiago de Chile 1997, p.282). "La muerte es la posibilidad más propia del Dasein. El estar vuelto hacia esta posibilidad le abre al Dasein su más propio poder-ser, en el que su ser está puesto radicalmente en juego" (Ibid., p.282). "Las características del proyecto existencial del modo propio de estar vuelto hacia la muerte pueden resumirse de la siguiente manera: el adelantarse le revela al Dasein su pérdida en el 'uno mismo' y lo conduce ante la posibilidad de ser sí mismo sin el apoyo primario de la solicitud ocupada, y de serlo en una libertad apasionada, libre de las ilusiones del uno, libertad fáctica, cierta de sí misma y acosada por la angustia: la libertad para la muerte" (Ibid., p.285).
----------Y Rahner explicita: "La muerte es por su naturaleza cumplimiento personal de sí". "En la muerte… el alma alcanza el cumplimiento de su autogeneración". "La muerte... es activo llevarse-a-cumplimiento, generación creciente y comprobante del resultado de la vida y total tomarse-en-posesión de la persona, es un haberse-realizado-a-sí-mismo y plenitud de la realidad personal libremente" (textos citados por Giovanni Cavalcoli, Karl Rahner. Il Concilio tradito, Edizioni Fede&Cultura, Verona, 2009, pp. 211-212).
----------Ciertamente, también en el cristianismo existe el concepto del morir hecho propio por la voluntad, pero no por un morboso amor por la muerte, sino como acto de virtud y de supremo amor por Dios y por el prójimo. También Cristo habla del "grano de trigo", que para dar fruto debe morir (Jn 12,24), sólo que aquí no es la muerte como tal la que es productiva; no se trata de morir por el gusto de morir, sino de morir con Cristo y por Cristo, por el mismo motivo por el cual Cristo ha querido morir, es decir, en nombre de la vida y por la vida, ya que el Dios cristiano no es no el Dios de los muertos, sino de los vivos.
----------Por lo tanto, hay que afirmar a claras letras que en el cristianismo el morir como tal sigue siendo siempre en sí mismo un mal de pena, que sin embargo viene transformado en un bien salvífico, si la muerte es aceptada en unión con la muerte sacrificial y expiatoria de nuestro Señor Jesucristo.
----------En tal sentido, la muerte puede ser incluso buscada, como hace el mártir. Pero en Heidegger la muerte es apreciada en sí misma y por sí misma en cuanto muerte, como si en sí misma fuera un bien e incluso el máximo bien que pone al hombre definitivamente en la existencia auténtica. En este sentido, como explica Rahner, la vida eterna no es después de la muerte, sino en la muerte.
----------Debe notarse bien cómo Heidegger caracteriza con la "angustia" (Angst) este "ser-para-la-muerte", y tiene buenas razones para ello. Puesto que en la espiritualidad de Heidegger no hay espacio para la beatitud. Por eso Rahner en sus innumerables de escritos tampoco nos dice nada sobre la visión beatífica, ni sobre las alegrías del paraíso ni sobre la paz eterna del alma liberada de todo mal de pena y de culpa.
----------En sustancia, en esencia, tenemos aquí con Heidegger y con Rahner lo que Nietzsche llama "amor Fati", con expresión de evidente entonación pagana, amor que incluso define la existencia humana, la muerte no querida en el sentido cristiano de la expiación o reparación en Cristo, sino precisamente querida por sí misma, y que se expresa eminentemente en la mística nazi de la guerra.
----------Por lo demás, Hegel ya había teorizado la guerra como ley dialéctica esencial del progreso histórico y de la purificación de los pueblos. De ahí que en la ética nazi, el asesinato deviene una ley de la vida, aunque disfrazado o enmascarado bajo el pretexto de la defensa nacional ("seguridad nacional"). La vida es imposible sin la lucha y la victoria sobre un enemigo. O lo matas o él te mata a ti. Mors tua, vita mea.
----------La ética nazi no conoce conciliación de los contrarios ni armonía entre los diferentes. El diferente es el enemigo. El amigo debe ser idéntico. Es de tipo dialéctico. El otro es, como en Fichte, el "no-yo". Lo mismo ocurre en la dialéctica hegeliana, que Hegel toma de Fichte. El conflicto deviene institucional, pasa al derecho con Carl Schmitt. El homicidio está amparado por la razón de Estado. Está legalizado bajo las apariencias del deber o el pretexto de la obediencia. Los criminales nazis de Nuremberg creían que podían justificarse alegando que habían obedecido a sus superiores. Y esta misma falsa justificación se ha pretendido en Argentina. Y es bueno recordarlo precisamente hoy, en un aniversario más del nefasto golpe militar del 24 de marzo de 1976.

2 comentarios:

  1. Hace 80 años los judíos ganaron la guerra y mataron a los nazis. Ahora los nazis con los judíos y los comunistas chinos están juntos para dominar el mundo. ¿Qué hacer? ???

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    1. Estimado Vicente,
      ante todo demos nosotros el buen ejemplo; en segundo lugar realicemos una labor educativa; en tercer lugar, unámonos con la gente buena; y en cuarto lugar confiemos en la Providencia.

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