Mi propuesta es hoy que tratemos de imaginar un diálogo entre Aristóteles, la materia y la forma. Un sabio amigo me contó que ha sido un sueño que tuvo el propio Aristóteles, y que luego puso por escrito (créalo o no el amable lector), en un manuscrito recientísimamente descubierto. [En la imagen: fragmento de una traza hipotética del Bosón de Higgs en una colisión simulada de protón-protón. Se trata de un ejemplo de simulación a partir de los datos de la desintegración de dos protones de muy alta energía generando un Bosón de Higgs en el decaimiento en dos haces de hadrones y dos electrones en el detector CMS del LHC en el CERN. Las lineas representan las posibles vias de desintegración, mientras que la zona en azul claro representa la energía obtenida en la desintegración de las partículas en el detector].
"Calamum quassatum non conteret, et linum fumigans non extinguet" (Is 42,3). Blog de filosofía y teología católicas, análisis de la actualidad eclesial y de cuestiones de la cultura católica y del diálogo con el mundo.
viernes, 1 de diciembre de 2023
Un sueño de Aristóteles: la materia y la forma
----------Un día Aristóteles se encontraba en su estudio inmerso en sus indagaciones filosóficas, cuando escuchó un golpe en la puerta.
----------Aristóteles - Adelante, ¿quién es?
----------Se presentan dos damas: una con un vestido vistoso y elegante, la otra con un vestido gris y modesto. De la primera Aristóteles llegaba a discernir los contornos. De la otra -no sabía por qué- la veía sólo confusamente, aunque vislumbraba su belleza.
----------A - ¿Quién eres?
----------Responde la primera dama:
----------Forma - Yo soy la Forma sustancial y mi compañera es la Materia prima.
----------A - ¡Ah! A ti, Forma, ya te conocía. Sin embargo, estoy muy feliz de conocerte, Materia, porque hasta ahora no había llegado a ver cómo eres. En efecto, sabiéndote destituída de todos los accidentes y de la forma misma, sólo sabía que existías, porque he deducido tu existencia de mis análisis de la transformación sustancial. Pero nunca había podido verte directamente. Eres de una belleza que no sospechaba, porque te consideraba mucho menos interesante de cómo te me apareces. De hecho, sé que estás en el grado más bajo del ser. Sé que eres el poder ser una tal sustancia material. Ahora me alegro de verte, aunque bastante confusamente, con el intelecto y no con el sentido.
----------Materia - Querido Aristóteles, he venido a visitarte con mi hermana Forma, ante todo porque quiero felicitarte por cómo has descripto las relaciones entre nosotras dos. Has captado muy bien el amor que nos une la una a la otra, aunque también existan Formas que viven sin mí y que tú, retomando el nous, el intelecto de Anaxágoras, has llamado usíai coristai, esencias o sustancias separadas.
----------Mi Hermana Forma es mucho más bella que yo, pero no le soy en absoluto envidiosa, porque ella se dedica enteramente a mí y me da todo de sí misma, tanto es así que muchos creen que yo me resuelva en ella y me confunden con ella, mientras que toda la bella figura que tengo se la debo sólo a ella. Al verla, creen verme a mí, y no se imaginan que yo me encuentro escondida bajo ella. Sólo tú me has encontrado y me has presentado al mundo de los filósofos. Y te estoy muy agradecida. Sé que a vosotros, los mortales, os resulta muy fatigoso comprender quién soy, porque no sois capaces de comprender sino formas. Pero a mí me basta con ser comprendida por Dios que me ha creado. Él me ve perfectamente, como tú ves a mi Hermana.
----------Mi Hermana, además, no me deja nunca sola, sino que siempre está conmigo para formar conmigo una única cosa compuesta de ella y de mí, lo que tú llamas sínolo (synolon). Si tiene que dejarme, a causa del devenir, de la generación o de la corrupción, inmediatamente se reemplaza por otra Forma. Yo por gratitud a ella, me dedico por completo a ella: ella es mi fin y mi bien, de modo que con ella alcanzo esa perfección que tú llamas entelequia (entelecheia).
----------Pero en segundo lugar quiero agradecerte por haberme encontrado y dado a conocer en mi verdadera realidad, porque hasta ti y antes de ti ningún filósofo me ha conocido verdaderamente y por tanto ningún filósofo ha podido estimarme según mi verdadero valor.
----------A - ¿Qué quieres decir?
----------M - Que Platón se fijó en mí, pero no ha sido capaz de comprenderme y de hecho me ha ofendido.
----------A - Explícate mejor.
----------M - En primer lugar, Platón no ha proyectado una mirada tan aguda sobre la realidad corpórea como tú, que has descubierto lo que sucede en las transformaciones sustanciales. Él ha permanecido impresionado, fastidiado y perturbado por cómo mis hermanas Formas se turnan sobre mí durante el curso de la existencia temporal y del devenir de las cosas.
----------Platón tiene, con razón, la necesidad de vosotros, mortales, de que el objeto del saber sea de algún modo fijo e inmóvil, porque efectivamente el devenir os desconcierta y os parece un hecho contradictorio. Un objeto que pasa y se mueve no lo puedes arreglar y se te escapa. Pero no es del todo así. Tú, Aristóteles, has comprendido que incluso lo contingente, lo deviniente, en el momento en el cual es, no puede no ser, aunque al instante siguiente ya no sea lo que era antes.
----------Sólo Dios que me ha creado, habiéndome ideado, sabe captarme intelectivamente sin molestias y con precisión en mi fluir junto a la Hermana de turno que me da forma. Tú, sin embargo, querido Aristóteles, te has dado cuenta de que yo soy pura potencia (dynamis) de ser una sustancia dada; por lo cual mi ser en potencia es pasaje al acto y este pasar al acto no es otra cosa que ese devenir, ese cambiar, ese metabolé, a propósito del cual Platón, demasiado apegado a lo inmutable, se ha estancado y ha terminado por designarme llamándome de modo ofensivo como "ser que no es": ¡una definición absurda! Me ha visto como frustrada, una autolesionista, una fracasada, una cosa que se niega a sí misma. En cambio, bien lo has visto tú, formando el concepto de dynamis.
----------Ciertamente, yo no tengo un acto de ser, pero no por eso me contradigo. Mi ser es dynamis y junto con mi Hermana Forma que es acto (energheia), formamos un único ente compuesto de potencia y acto, donde cuando hay generación la potencia pasa al acto y cuando hay corrupción el acto es sustituido por la potencia. Mi esencia es esencia potencial; mi ser es poder ser, es tendencia al acto, es poder pasar al acto, movida e informada por mi queridísima Forma, sin la cual, por sí sola, no podría existir. Ella educe de mi seno, actuando sobre mí, las Hermanas Formas que yo misma potencialmente poseo como si fuera su madre.
----------Y de hecho soy llamada Materia precisamente por eso, de meter, que en griego quiere decir madre. ¡Soy la madre de las Formas materiales, soy la Madre Tierra! De mi polvo surge, formado por la Forma, el cuerpo de los vivientes y a mi polvo el cuerpo regresa. ¡Tú, querido Aristóteles, nos has comprendido verdaderamente en nuestra relación durante el devenir, en la generación y en la corrupción, en la vida y en la muerte!
----------De hecho, te diré más: Platón me ha ignorado de tal manera, que ha llegado al punto de llamarme cora, o sea espacio vacío entre dos formas, que él pretendía concebir sin sujeto, es decir, ¡sin mí! Para interpretar, por ejemplo, cómo el leño al quemarse se convierte en ceniza, se limitaba a decir que la forma del leño era sustituida por la forma de la ceniza, como si leño y ceniza fueran dos simples formas, dos ideas sin materia.
----------Ignoraba así que bajo la sustitución de la forma del leño por la de la ceniza estoy yo como sujeto común a ambas formas, sin preguntarse por qué el leño es duro, mientras que la ceniza es blanda, por qué el fuego arde, mientras que el leño y la ceniza no arden, es decir, sin tener en cuenta la veracidad de las sensaciones, por él reducidas a simples ideas o imaginaciones.
----------De hecho, si la madera tiene cualidades sensibles diferentes a las de la ceniza, esto depende del hecho de que yo soy potencialmente esas cualidades, aunque sea por medio de mi Hermana. Pero si esas dos sustancias tienen esas diferentes cualidades sensibles, se lo deben al hecho de que ellas están potencialmente en mí o yo soy potencialmente ellas gracias a dos de mis Formas Hermanas, la del leño y la de la ceniza.
----------Así, Platón no explicaba para nada por qué una forma sucede precisamente a otra y no a otra cualquiera, porque a la forma del leño le sucede la de la ceniza y no la del agua o la del aire. ¡No reconocía lo que esas dos formas tienen en común, que soy yo!
----------Con esto ofendía también a mi Hermana, quitándole aquellos accidentes que son las cualidades sensibles, que él pretendía reducir a simples ideas. De esta manera los cuerpos se convertían en cosas puramente imaginarias, que Platón reducía a mera extensión. Ciertamente él podía medirlos matemáticamente, pero los confundía con entes puramente matemáticos, que no son entes reales, sino que son entes abstractos existentes sólo en la mente.
----------Al final, entonces, al reducir la sensación a idea, se arriesgaba a reducir la idea a sensación, cayendo precisamente en ese materialismo y sensismo que quería evitar por haber sobrevaluado el poder del espíritu y haberme despreciado. Pero a los que me ofenden yo les hago pagar y a los que quieren prescindir de mí para exaltarse a sí mismos, los hago precipitar de sus locas empresas, como le pasó a Ícaro.
----------F - Confirmo cuanto te ha dicho mi Hermana y agrego por mi parte, que nosotras las Formas somos, como bien has comprendido tú, querido Aris -déjame llamarte así- de dos tipos: algunas, inmediatamente creadas por Dios, que tú llamas "formas separadas" (usíai coristái) o bien nous, intelectos. Ellas existen sin mi Hermana, porque no tienen necesidad de ella para existir. Los Hebreos las llaman "espíritus" (rúach).
----------Y hay otras Formas, que tú llamas morphé o eidos, que en cambio son hechas para existir unidas a mi Hermana para formar la sustancia o el individuo, el tode ti, como lo llamas tú, o bien el sinolo (synolon), compuesto de Materia y Forma, como todos los cuerpos del universo material, vivientes y no vivientes, plantas, animales y hombre.
----------Algunas de estas Formas, las espirituales, cuando ellas abandonan el cuerpo en el momento de la muerte del sínolo, continúan subsistiendo por sí solas, aunque sean esencias incompletas. Y estas son las almas de los hombres. Otras Formas no son inmortales, pero están potencialmente en mi Hermana para ser educidas de ella por obra de un agente suficiente. Tenemos aquí Formas vivientes y no vivientes. Las primeras son las almas de los animales y de las plantas.
----------Las otras, las Formas no vivientes, son formas de esos sinolos no vivientes, que dentro de 2000 años serán llamados "elementos químicos" y que tú llamas stoicheion, elemento físico de las sustancias vivientes animales y vegetales. Luego sucederá que después de 2200 años los científicos se darán cuenta de que estos elementos están compuestos de otros más pequeños, que no les enumeraré y que confirman tu teoría según la cual el sinolo es infinitamente divisible en potencia y no en acto, tanto es verdad que descubrirán continuamente elementos cada vez más pequeños sin llegar nunca a elementos primeros indivisibles, como creía Demócrito con su teoría de los átomos, que confundía la composición del sinolo con el ábaco con el que juegan los niños.
----------Las Formas espirituales son creadas inmediatamente por Dios en el acto de su concepción por parte de los genitores, mientras que las demás, las Formas de los entes inferiores al hombre, vienen educidas del seno de mi Hermana por parte de Formas agentes sobre ella.
----------Al mismo tiempo, querido Aris, te hago presente que incluso las formas educidas desde el seno de mi Hermana son creadas por Dios, aquellas que dan la forma no viviente son creadas inmediatamente, y son creadas mediatamente por medio de la acción formativa del agente físico, mientras que las formas vivientes infrahumanas son generadas inmediatamente y creadas mediatamente.
----------A - Habéis hablado de creación. ¿De qué se trata?
----------F - Tú, querido Aris, has descubierto mi existencia y la de mi Hermana, pero no te has preguntado por qué existimos, de dónde viene nuestro ser, quién lo ha causado, ya que, como bien has comprendido, del Motor inmóvil no es necesario preguntarse la causa, ya que él es el motor de todos las entes y es Pensamiento del Pensamiento, ente supremo y óptimo. Él, como el Ser de Parménides, es Uno, Eterno y Necesario. Pero no has reflexionado que no es lo mismo para mí y para mi Hermana Materia, ya que mi acto de ser es causado, mientras que el ser de mi Hermana es un simple poder ser.
----------A - Es verdad, queridas hermanas, nunca me he preguntado la causa de vuestra existencia, sino que pensaba que vosotras habíais existido desde siempre, tal es la estima que os tengo y la conciencia de vuestra importancia. Verdaderamente me habéis iluminado. Bastaba que yo aplicara hasta el fondo el principio de causalidad eficiente que he descubierto y habría podido perfectamente llegar a la conclusión que me propones.
----------Pero también está el hecho de que cuando he hablado del acto (energheia), he pensado en ti, oh Forma, como acto de tu Hermana Potencia. Me había limitado al nivel de la esencia (usía) o al nivel del ente (on). No había pensado en el acto de ser (einai), que me ha parecido sólo la cópula del juicio. Sí, conocía a Parménides; pero no se me ha ocurrido poder valorizar o explicar el einai en el sentido que me habéis indicado vosotras. En Parménides he visto sólo al panteísta monista, me he indignado y no he reflexionado sobre el hecho de que hubiera podido y debido reflexionar mejor sobre el significado y la importancia del einai como acto del on. Por eso me habría dado cuenta de que no sólo tú, Materia, eres potencia respecto a tí, oh Forma, sino que también la esencia compuesta de Materia y Forma es potencia a su acto de ser.
----------F - Querido Aris, quisiera añadir algo más sobre este punto.
----------A - ¿Qué cosa?
----------F - Los Judíos tienen un gran filósofo de nombre Moisés, a quien Dios le ha dicho su nombre, es decir, le ha revelado quién es.
----------A - ¿Y con eso?
----------F - Esto es importante y se refiere a la cuestión del einai, porque Dios le ha dicho a Moisés: "Yo Soy", es decir, yo soy el ser subsistente, que corresponde al Pensamiento del Pensamiento. Por tanto Dios es la causa del on y por tanto del einai del on. Pero si es la causa del einai, quiere decir que no lo ha educido del seno de mi Hermana, porque también mi Hermana tiene su ser causado por Él. Y por tanto tanto yo como mi Hermana fuimos creadas de la nada.
----------A - Tu deducción es exacta y se deriva de mis principios, por lo cual ciertamente me adhiero a ella y te agradezco esta iluminación.
----------F - Es un signo de gratitud por todo el interés que has tenido por mí y por mi Hermana.
----------M - Pero también tengo otro motivo para lamentarme de Platón por cómo me ha tratado.
----------A - ¿Cuál es ese otro motivo?
----------M - Que Platón descargó sobre mí, inocente, el impulso a pecar y la tendencia al engaño, que yo no ejerzo en absoluto sobre el ánimo de los mortales engañando los sentidos, agitando la fantasía, ofuscando la mente y atizando sus pasiones. Yo no tiento a nadie, no seduzco a nadie y no engaño a nadie. No soy yo, como él creía, la prisión del alma, sino que son los vicios de la voluntad los que hacen al hombre esclavo de sí mismo. Yo, a través de mi Hermana, estoy hecha para ayudar y hacer mejor el ejercicio de la virtud y no para obstaculizarla.
----------Con esto no sostengo en absoluto que, como creía Epicuro, sea mejor el placer del cuerpo que el del espíritu. Esto significaría caer en el extremo opuesto. Tú, en cambio, Aris, has encontrado la unión y el equilibrio entre pasiones y voluntad con tu teoría del alma como Forma de la Materia corpórea.
----------No es de mí, sino del corazón del hombre de donde provienen las miradas turbias y sensuales, la concupiscencia de los ojos y de la carne, los malos pensamientos y las malas intenciones, los actos malvados y delictuosos. Es sólo culpa del hombre, no es culpa mía, creada como soy por Dios buena y estimuladora del recto pensar y del recto actuar, obediente como soy, gracias a mi Hermana Forma, a las sapientísimas leyes que el Creador ha puesto en la espléndida unión que tengo con mi Hermana.
----------Tú, en cambio, querido Aris, no tienes esta obsesión hacia mí y sabes muy bien que el pecado no viene ni de mí ni del cuerpo, sino de la mala voluntad. Al mismo tiempo, también sabes bien que se necesita disciplina y renuncia, que las pasiones deben ser moderadas, pero ellas no son malas en sí mismas y, así moderadas, forman ese medio, ese equilibrio, esa mesotes, que es el valor de la virtud.
----------A - Sí, es verdad, queridas Hermanas. Estas son precisamente mis ideas. Pero me gustaría aprovechar esta vuestra extraordinaria e inesperada visita para hacer una pregunta a Materia.
----------M - Adelante, Aris.
----------A - Querida Materia, tú no sólo me has confirmado en mi convicción acerca de tu existencia, y que de hecho tú eres distinta de tu Hermana; sino que también me has dejado en claro que no existes desde la eternidad independientemente de Dios, como he creído hasta ahora.
----------También me has confirmado que, en relación con las Formas materiales, tú y tu Hermana Forma, estáis hechas la una para la otra y si tú estás formada por un alma espiritual, esta alma advierte como incompleta su esencia humana sin ti; por lo cual Platón se equivocaba al creer que la beatitud del hombre consista en abandonar el cuerpo.
----------Por el contrario, reflexionando sobre cuál es la plenitud de la felicidad humana, la eudaimonia, me gustaría pensar que después de la muerte, cuando el alma sea separada del cuerpo, Dios, por su bondad, querrá restituirselo en una eterna vida futura, mientras el intelecto contempla beato lo óptimo inteligible y la voluntad ama el sumo bien.
----------He escuchado algo de ese tipo de algunos Judíos que de alguna manera terminaron aquí en Atenas, los cuales sostienen que su Dios efectivamente les prometió algo como eso. Pero no sé si el Dios que adoro yo pueda tener tanto interés por una criatura tan mísera y limitada como somos nosotros y no encontrará satisfacción suficiente y algo más digno de Sí en amarse a sí mismo como bien infinito.
----------Hasta ahora, sin embargo, no había imaginado que Dios pudiera también cuidar de nuestra felicidad material creándote a ti, como primer sustrato (ypokéimenon) de la Forma sustancial con todos sus accidentes. Veo así que todas las notas de la felicidad humana, que he descrito en mi Ética, si Dios quisiera, podría alcanzarlas.
----------Sería necesario por nuestra parte, en lugar de ofrecer sacrificios a los dioses, sacrificar a este Dios, cuya existencia como persona y como espíritu es mucho más cierta, habiéndola demostrado con razones físicas, psicológicas, cosmológicas y metafísicas.
----------Después de esta larga introducción, la pregunta es ésta: nosotros los mortales confiamos en el hecho de que el ejercicio de la virtud y la huida del vicio, la templanza y el dominio de las pasiones pueden atraernos una vida divina desde los dioses, como ya esperaba Platón. Y tú, querida Materia, ¿cómo enfocas tu relación con Dios?
----------M - Sigo algunas pistas. Primero la humildad: me encuentro en el peldaño más bajo del ser. Debajo de mí no hay sino la nada. Sin embargo, Dios me ha pensado y me ha creado. Dios me ama y por mí a través de mí también os ama a vosotros, hombres, porque también vosotros tenéis un cuerpo material. Por tanto, no temáis vuestra bajeza, sino abríos humildemente a la gracia que Dios quiere daros. Sé que en ética tú, querido Aris, estás en contra de la ybris, la arrogancia y la apaideusia, la indocilidad que nace del orgullo, como le ha sucedido a Protágoras, que con razón tú refutaste. Insiste en este camino, que es el correcto.
----------En segundo lugar, es importante la disponibilidad. Yo estoy abierta a todas las Formas, porque puedo convertirme en Materia de cualquier sustancia. Abre tu espíritu a todas las inspiraciones divinas, como ya lo hacía Platón.
----------De nuevo con Platón, en tercer lugar, esfuérzate por ascender a las cosas celestiales. Yo estoy en la planta baja, pero apunto a lugares altos. No puedo llegar allí personalmente, porque cuando vengo a darle materia a la Forma, después las Formas más altas viven sin mí, hasta la Forma más alta, que es Dios, pura de cualquier materia. Sin embargo, de alguna manera Dios la precontiene, porque es Él que me ha creado, y la causa, para poder causar el efecto, debe virtualmente y eminentemente contenerlo.
----------A - Gracias querida Materia, me animas a proseguir por el camino que estoy recorriendo. Has entendido que ha sido Platón quien me ha dado el empujón inicial. No creo que pueda imitarlo en su impulso hacia las Formas más elevadas. En este sentido él sigue siendo mi maestro. He corregido su falta de respeto hacia ti. Pero también hay que saber interpretarlo.
----------Tal vez el hecho fuera que Platón no estuviera precisamente enojado contigo, sino con sus propias pasiones, que estaban demasiado atraídas hacia ti. ¿Y quién ha dicho que realmente te despreciaba? ¿Su ascenso hacia las Formas más altas no parte del gusto por las Formas más bajas? Y para llegar al gusto por la belleza espiritual, ¿no se debe partir del placer de la belleza física?
----------Dichas estas palabras, la Forma y la Materia decidieron despedirse de Aristóteles y éste permaneció meditabundo en su estudio, satisfecho por la extraordinaria experiencia que había vivido, pero también un poco perplejo. ¿Era apropiado hacer pública la revelación recibida? ¿No lo confundirían con un fanático exaltado? ¿No podría comprometer su fama como científico experimentador? De modo que, Aristóteles decidió guardárselo todo para sí, limitándose a disfrutarlo en lo más profundo de su espíritu. Sin embargo, si le tenemos que creer a mi sabio amigo, que me contó todo esto, Aristóteles finalmente no pudo resistirse a publicarlo, y de ahí que hoy podemos conocer nosotros aquel sueño revelador.
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Para comprender la "forma" es necesario comprender el éter, particularmente en lo que respecta al hombre, el "éter vital".
ResponderEliminarPara comprender el "éter vital" y su "fuerza", se puede partir de su "forma degradada", que da origen a la energía más poderosa que el hombre conozca: la energía nuclear.
ResponderEliminarEstimado Alberto,
Eliminarquizás podría yo comprender mejor su intervención si desarrollara usted un poco más sus ideas.
Usted dice que "Para comprender la forma es necesario comprender el éter", con lo cual está relacionando dos categorías que, sin embargo, se ubican en dos planos distintos. La "forma" es un concepto aristotélico en el plano de la filosofía, el "éter" es un concepto hipotético, antes y hoy, pero en el plano de la ciencia experimental (aunque no ha podido ser experimentado, por lo que se mantiene como hipótesis científica por algunos).
La noción de éter se remonta a Aristóteles (cf. Fisica, Del cielo), y según él constituye el "quinto elemento" (pempton stoicheion), la materia astral, una adición a los cuatro elementos mundanos: aire, agua, fuego y tierra. Pero para Aristóteles estaba claro que el plano aquí no es el filosófico.
Felicitaciones padre Filemón, me ha gustado mucho su adaptación narrativa de la filosofía de Aristóteles.
ResponderEliminarQuerido Ernesto,
Eliminaragradezco tu consenso, y me complace que mi artículo te haya sido de utilidad.
Quién sabe qué pensaría hoy Aris:
ResponderEliminarla materia, con la que normalmente tenemos contacto, está constituida por unos sesenta elementos atómicos, de los 120 que conocemos, átomos casi eternos en las normales condiciones terrestres normales, y las miríadas de moléculas que ellos forman son sus formas que agregadas de diversas maneras hacen las sustancias reales que observamos.
El pedazo de madera, formado por celulosa, una molécula orgánica hecha de carbono, hidrógeno y oxígeno, reacciona a una cierta temperatura con el oxígeno del aire, se quema y forma dióxido de carbono que es un gas y pasa al aire y se vaporiza acuoso, mientras que la ceniza es la pequeña parte de los componentes minerales de la madera, luego las plantas transforman el dióxido de carbono nuevamente en celulosa a través de la fotosíntesis.
¡Quién sabe qué pensaría Aris de un televisor o de una laptop!, quizás que pudieran tener su propia alma específica, ni vegetativa ni sensitiva sino televisiva o informática, ¿no es así?!
Pienso que ya no hay hoy un solo biólogo que intente explicar la vida de las plantas o de los animales con esos conceptos antiguos, e incluso el ser humano es visto científicamente sin ninguna cualidad trascendente y eterna, el alma espiritual, poniendo en crisis, en consecuencia, también la esencia divina... ¿y los teólogos...?
Sr. Juan C. Castelli, yo creo que Aristóteles pensaría de los televisores, de las computadoras, etc. lo que pensaba en su época de todo ente artificial/artefacto, es decir, que no tiene ni alma ni una forma sustancial, sino una forma accidental, siendo un mero agregado de sustancias primarias (éstas sí, efectivamente, con una forma sustancial propia) y sin un propio telos intrínseco.
EliminarEntonces, en sí, no habría nada de malo en el hecho de que un biólogo mire al viviente sin recurrir explícitamente a categorías filosóficas, ya que lo que le interesa (en cuanto biólogo y, por tanto, como científico) son sólo las causas próximas de los fenómenos, y por lo tanto, las leyes de la naturaleza por las cuales esos fenómenos están regulados. El problema, en todo caso, reside en la "tentación científica" de querer reducir la totalidad del ser a la sola totalidad de la experiencia y, por tanto, la tentación de querer referirlo todo a la sola explicación de las ciencias naturales.
Estimado Juan C.,
Eliminarcreo que Aris estaría muy contento de saber estas cosas, haciendo algunas precisiones. Y es que toda sustancia material, que Aris llama materia segunda, está compuesta de materia prima y forma. Por lo cual, si la molécula está compuesta de muchos átomos, cada uno de estos átomos está compuesto de materia y forma, mientras que la forma de la molécula resulta de la composición de los átomos que la componen. A su vez es evidente que la sustancia del leño está compuesta de las moléculas del leño. Si luego esta madera es un trozo de leño, se puede decir que es una parte de un árbol, mientras que el árbol es una sustancia material compuesta de materia y forma.
Por cuanto respecta a la descripción del proceso químico de combustión de un trozo de madera, Aristóteles sin duda le agradecería a usted esta información, que le ofrecería datos sobre cosas que él desconocía en absoluto en su época.
Por cuanto respecto al televisor o al computer, si bien Aris no ha podido conocerlos, le bastaría verlos para darles una definición filosófica, lo cual es decir, son obras de la técnica. De hecho, el concepto de técnica ya ha sido desarrollado por Aris, quien la define como el recto criterio de la inducción de una forma accidental en una sustancia material. Lo que significa que el constructor del televisor o del computer induce formas accidentales a sustancias naturales, las cuales por tanto son organizadas y ordenadas según un diseño concebido por el hombre, diseño que es realizado en este complejo de sustancias materiales, para formar así aquellos productos de la técnica que nosotros llamamos precisamente televisor o computer. El alma no entra absolutamente para nada en esto, porque el alma no es la forma sustancial de una sustancia no viviente, como la sustancia química, sino que es la forma sustancial del viviente, y el televisor y el computer evidentemente no son sustancias vivientes.
Debemos distinguir la biología de la filosofía natural. Los conceptos son diferentes. Por ejemplo, el concepto de la vida en biología es diferente al de la filosofía natural. En biología, la vida es un complejo de fenómenos físicos, estáticos y dinámicos, describibles según fórmulas matemáticas o procesos químicos. En cambio, la vida según la filosofía de la naturaleza, es una actividad inmanente al sujeto, tendencialmente inmaterial y finalizada en el autoperfeccionamiento, la autodefensa y la auto-reproducción del sujeto.
Lo que usted llama conceptos antiguos, como por ejemplo el concepto de materia, forma, acto, potencia, facultad, sustancia, accidente, esencia y naturaleza, no están en absoluto abandonados, sino que, aparte de su uso científico, entran a formar parte del lenguaje corriente. Por lo tanto, el pretender prescindir de ellos impediría el ejercicio del pensamiento y del lenguaje.
Por cuanto respecta a la cuestión del alma espiritual, su existencia ya había sido demostrada por Platón en su famoso diálogo Fedón. Tal demostración ha sido perfeccionada por Aristóteles. Santo Tomás ha precisado que el alma humana es creada por Dios. La tesis de la inmortalidad del alma es dogma de fe definido por el Concilio Lateranense V de 1513. Por tanto, el teólogo, frente a las teorías de la biología, no tiene nada que temer respecto a la solidez de su ciencia, porque no es el resultado de simples constataciones empíricas, que existen hoy y cambian mañana, sino que, aunque basada en la experiencia, es un saber que la trasciende, demostrando la existencia de la realidad espiritual.
Los progresos de la biología siempre pueden ofrecer al teólogo la ocasión de ilustrar la doctrina de la espiritualidad del alma, con datos experimentales, que testimonian cómo el espíritu puede manifestarse a través de las realidades sensibles.
Estimado Osvaldo,
Eliminarme uno complacido a cuanto usted dice, y le felicito por la sabiduría de sus afirmaciones, en base a las cuales se deriva la clara distinción entre la ciencia filosófica de la vida y la ciencia biológica de la vida.
Muchas gracias, padre Filemón. Llevo mucho tiempo meditando sobre ciertas cuestiones a la luz de la enseñanza aristotélica y tomista, bajo la guía de ilustres Maestros e Intérpretes entre los que, ciertamente, también figura usted. Por lo que la sabiduría que se trasluce en lo que he escrito no es nada más que un reflejo de tal lección. Saludos cordiales, O.
EliminarEstimado Osvaldo,
Eliminarme complace mucho éste su interés por la filosofía aristotélico-tomista, hoy más necesaria que nunca, como nos ha recordado el propio Sumo Pontífice. Por lo tanto, le exhorto a que dedique a ella sus esfuerzos, tanto como le sea posible, manteniéndose en contacto con otros estudiosos de este campo. Por mi parte, le ofrezco toda mi disponibilidad.