El reciente fallecimiento de Gianni Vattimo ha tenido su reflejo en la prensa, pues el filósofo italiano, sedicente "católico", en sus últimos años había difundido mucho sus ideas más allá de los ámbitos académicos, en artículos de divulgación y notas periodísticas. Ante semejante repercusión, incluso en medios de comunicación del Vaticano, creo conveniente hacer algunas aclaraciones acerca del perfil de su propuesta "cristiana".
El filósofo del pensamiento débil
----------Gianteresio Vattimo [1936-2023], conocido como Gianni Vattimo, falleció a sus 87 años en Turín, el 19 de septiembre. Filósofo, sociólogo y político italiano, que fue considerado destacado miembro de la llamada filosofía posmoderna, ha sido usualmente denominado "el filósofo del pensamiento débil".
----------Dado que es la primera vez en este blog que me refiero a Vattimo con un artículo a propósito (aunque ya lo he mencionado de paso en varias ocasiones), creo que conviene ofrecer aquí algunos de sus datos biográficos generales, y un breve panorama de sus ideas filosóficas, políticas y religiosas, aunque lo haré en este primer momento de modo acrítico, vale decir, sin observaciones, y tal como su pensamiento es presentado en las corrientes enciclopedias. Por supuesto, aquel lector que se considerara ya bien informado de estos datos, puede convenientemente saltarse este primer punto de mi artículo.
----------Vattimo había nacido en Turín, el 4 de enero de 1936, en una familia humilde, hijo de un policía calabrés que había emigrado a la capital del Piamonte italiano, y que murió de pulmonía cuando Gianni tenía apenas 16 meses. Refiriéndose a sus progenitores, Vattimo siempre reivindicó su origen proletario. Muerto su padre, fue su madre costurera quien sobrellevó la carga familiar y administró la escasez de aquellos años. Buen alumno en la escuela y también formado en un oratorio católico, a los dieciocho años se convirtió en delegado de los estudiantes de la Acción Católica, movimiento de laicos de la época del papa Pío XI, del cual fue expulsado por sus posiciones críticas hacia las autoridades eclesiásticas.
----------Cercano a sus veinte años, en 1955, entra a trabajar en la Radio Televisión Italiana (RAI) junto a Umberto Eco, quien entonces era su amigo. Pero en la RAI apenas estuvo un par de años. Habiendo advertido que su verdadera pasión era lo académico, estudió filosofía en la Universidad de Turín y luego en la de Heidelberg, doctorándose en 1959 con una tesis sobre Aristóteles, publicándola en 1961 con el título de El concepto de producción en Aristóteles. En 1964, a sus 28 años, se inicia en la docencia, enseñando Estética en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Turín, de la que llega a ser decano en la década de los años 70. Por ese entonces, ya había escrito un libro sobre Heidegger, Ser, esencia y lenguaje en Heidegger, quien junto a Nietzsche y Gadamer, fueron sus influencias más reconocibles.
----------Fue en los años 80 cuando su nombre comienza a adquirir fama, dedicándose a viajar por todo el mundo dando conferencias y también volcado al periodismo, escribiendo en el diario La Stampa. Adquirió así un lugar destacado en la escena filosófica italiana y europea, con una serie de obras muy difundidas, como El fin de la modernidad (1985), en la que indagó sobre la superación de la racionalidad moderna y el surgir de la post-modernidad. Junto a Pier Aldo Rovatti, en 1983 presentó El pensamiento débil, una obra que introdujo ese concepto como crítica a los fundamentos de la metafísica escolástica. Amplió ulteriormente esta idea en otra de sus obras: Más allá de la interpretación, en la que Vattimo puso sobre el tapete el rol central de la interpretación en la filosofía contemporánea. También se ocupó de temas de fe y religión, como demostró en Creer que se cree, obra en la que propuso un "cristianismo débil" que él consideraba apropiado para la post-modernidad. En Después de la cristiandad, en cambio, puso la lupa sobre la relación entre la post-modernidad y la religión, destacando las transformaciones de la fe en el contexto actual.
----------Claramente influido por Heidegger y Nietzsche, Vattimo fue profesor universitario en Los Ángeles y Nueva York. Fue, asimismo, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Palermo, por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de La Plata, en Argentina, por la UNED, en España, y la Universidad Inca Garcilaso de la Vega y Universidad Nacional Mayor de San Marcos (ambas en Perú), entre otras, siendo también miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes. Al mismo tiempo seguía siendo colaborador en distintos periódicos italianos, actividad que no abandonó, pues luego de retirarse de la actividad docente, continuó siempre vigente en la prensa y en diversas actividades públicas.
----------En cuanto a sus actividades ciudadanas como político, inició su trayectoria en la política italiana en el Partido Radicale, luego en Alleanza per Torino (Olivo) y más tarde en Demócratas de Izquierda, en el Parlamento Europeo, formación que abandonó en el 2004. También fue miembro de la dirección nacional de Coordinamento Omosessuale (Coordinación Homosexual).
----------Respecto a sus ideas filosóficas, hay que tener ante todo en cuenta que Vattimo había nacido en la era de los nacionalismos, época del abandono de la metafísica clásica y luego del horror frente al maquinismo irracional, los campos de concentración y la bomba atómica. Turín, su patria natal, ha sido una ciudad italiana marcada por la influencia de Nietzsche, quien había encontrado allí alojamiento y donde le sobrevino el desorden psíquico que terminó por hacer cesar su producción filosófica. Pues bien, todo ese contexto fue el ambiente vivido por Vattimo para el estudio de la filosofía, que luego completó en Heidelberg, cuya impronta lo introdujo a la filosofía de Gadamer, bajo cuya influencia publicó en 1966 Ser, esencia y lenguaje en Heidegger y, continuando con sus estudios estéticos en la misma orientación, en 1967 publicó Poesía y ontología.
----------En cuanto a sus ideas religiosas, varios de sus últimos textos tratan el tema de la religión en general, y del cristianismo en particular, entre ellos, como he dicho, Creer que se cree, de 1996, Después de la cristiandad, de 2002 y El futuro de la religión, esta última del 2005. Vattimo encuentra un sentido trágico a lo que él llama la era post-metafísica, sentido que él rencuentra en estrecha relación con la historia de la religión católica, la cual, según él está convencido, pertenece a la esencia trágica de Europa. Así hay un retorno a la fe cristiana, a manera de una búsqueda afirmativa y amable hacia el catolicismo, señalada por su tradición y por su concepción de la verdad (raíces tradicionales que Vattimo había vivido en su infancia), pero que desemboca en un pensamiento religioso crítico de la Iglesia, aunque también con matices de deudor agradecido. Se nota, así, en las ideas religiosas de Vattimo, una inestabilidad y falta de conclusión, a tal punto que afirma creer "más en el Dios del Nuevo Testamento que en el del Antiguo Testamento".
----------En una entrevista de 2006 con el diario Clarín de Argentina (Vattimo visitó repetidamente nuestro país), llegó a decir: "Todos tenemos un cristianismo heredado (ya que ninguno de nosotros conoció a Cristo directamente). Pero para mí, cristianismo heredado significa -crudamente- que gracias a dios soy ateo, que no creo en los ídolos, ni que Dios esté aquí o allá; no sé ni siquiera si creo que Dios existe como un objeto. ¿Dónde estaría? ¿En el cielo? ¿Debajo de la tierra? Encima, después, dado que existe, debe ser representado. Y dado que tiene que ser representado, lo representa el Papa. Y si el Papa representa a Dios, se vuelve autoridad. Hay que dejar de lado todo esto en nombre del Evangelio".
----------Eran los tiempos del comienzo del pontificado de Benedicto XVI. Esta actitud de Vattimo hacia el Papado cambiará años después, con el pontificado de Francisco, de quien jamás ocultó su admiración: "Este Papa me quita la vergüenza de declararme católico", declaraba en 2018 luego de una charla telefónica que mantuvo con el Papa argentino, al que le había regalado un ejemplar de Una autobiografía a cuatro manos, su libro de memorias. Vattimo hablaba perfectamente castellano y, admirador de Francisco, lo visitó más de una vez en el Vaticano. "Yo mismo como creyente me siento más creyente con Francisco que con los dos papas anteriores", dijo al diario argentino La Nación en una entrevista que concedió en 2014, en la que también se mostró convencido de que Jorge Bergoglio, "la voz de los sin voz, la voz de los más débiles, puede ser considerado un punto de coágulo de una visión del mundo alternativa a la de los capitalismos de los países desarrollados".
----------Es evidente que una categoría de fondo en Vattimo es la de "postmodernidad". Según él, nuestra era es la de la postmodernidad, una especie de "Babel informativa", donde la comunicación y los medios adquieren un carácter central. Según Vattimo, la postmodernidad marca la superación de la modernidad dirigida por las concepciones unívocas de los modelos cerrados, de las grandes verdades, de fundamentos consistentes, de la historia como huella unitaria del acontecer. La postmodernidad abre el camino, según Vattimo, a la tolerancia, a la diversidad. Es el paso del pensamiento fuerte, metafísico, de las cosmovisiones filosóficas bien perfiladas, de las creencias verdaderas, al "pensamiento débil", a una modalidad de nihilismo débil, a un pasar despreocupado y, por consiguiente, alejado de la acritud existencial. Para él, las ideas de la postmodernidad y del pensamiento débil están estrechamente relacionadas con el desarrollo del escenario multimedia, con la toma de posición mediática en el nuevo esquema de valores y relaciones.
----------La concepción de Vattimo es que nuestra época, la postmodernidad, está basada centralmente partir de los medios de comunicación y las estructuras por las que accedemos a la información, superando las rígidas arquitecturas de circulación del conocimiento que estaban aún vigentes en la Modernidad, donde los conceptos todavía eran unívocos, estables y consistentes, y la historia quedaba consolidada en una única versión posible. Como se ha dicho, según Vattimo la postmodernidad es la que abre el camino a la tolerancia, a la diversidad de opinión, donde, frente a las concepciones del mundo totalizadoras, surge un pensamiento que él considera menos atribulado, ajeno a una posición dominante, denominado "pensamiento débil".
----------Pues bien, esta forma de pensar se relaciona con los fenómenos multimedia, donde el escenario icónico visual relativiza las relaciones de dominación, "democratizando los valores" (vale decir, los vuelve relativos). Es en su obra de 1990, La Sociedad transparente, donde Vattimo señala el papel preponderante de los medios en la mentalidad de la época actual, erigidos en los difusores de verdades parciales, contrapuestas y complejas, sin dar acceso a la construcción de un mundo consolidado, sino que éste está esparcido en sus innumerables contenidos. En el seno de esta cultura postmoderna se diluyen los que él llama "valores autoritarios universales", que lo que reproducen es apenas la huella de la complejidad, representaciones en las que se reproducen infinitamente las percepciones, los valores, las opiniones, y se instaura la muerte de los dogmas y la intolerancia. Se preserva de este modo el valor principal, que para Vattimo es el de la libertad.-
---------- Al dar la noticia de su muerte, L'Osservatore Romano publicó un artículo que comienza así: "Entre las diferentes definiciones que se podrían asumir lo que ha sido y lo que nos deja el pensamiento de Gianni Vattimo (la koiné hermenéutica, el pensamiento débil o el relativismo post-metafísico) tal vez la más adecuada sea considerarlo uno de los más interesantes pensadores 'católicos' de nuestro tiempo. La definición parecería paradojal, pero puede iluminar el recorrido de este filósofo, nacido en la tradición cristiana, que de ella tomó luego decididamente las distancias, para después retornar a ella, no como el pacificante refugio de la senilidad, sino como el vector de la gran transformación exigida por el 'espíritu' de nuestro tiempo".
---------- Ciertamente esta forma de expresarse no se parecen al estilo y contenido del L'Osservatore Romano que hemos conocido en otros tiempos menos confundidos que los actuales, y ciertamente no se parecen para nada a las reflexiones que por mi parte iniciaré a continuación.
El cristianismo corrupto de Gianni Vattimo
----------El reciente fallecimiento de Gianni Vattimo, como he dicho, ha traído como consecuencia que prestigiosos medios de prensa de todo el mundo, y portales de noticias en internet dedicaran muchas notas, siempre elogiosas, al filósofo italiano. Deseo llamar la atención del amable lector sobre el artículo aparecido en el sitio La settimana news del 24 de noviembre pasado, artículo firmado por Flavio Lazzarin con el título: Vattimo, el cristianismo, la verdad. En todo el desarrollo posterior de mi presente publicación me referiré precisamente a este artículo, tomando algunos pensamientos o tesis de Vattimo reportados por el articulista.
----------Sin embargo, antes que nada, deseo introducir lo que diré sobre Vattimo con un preámbulo a fin de insertar mi discurso en el correcto contexto, porque Flavio Lazzarin comienza por decir que "hoy la Iglesia está dividida entre tradicionalistas y conciliaristas". Ahora bien, el cuadro completo de la situación de la Iglesia hoy no es la simple oposición entre tradicionalistas y seguidores del Concilio Vaticano II, sino que a este conflicto se necesita añadir una distinción, que es aquella que existe entre verdaderos y falsos intérpretes del Concilio, es decir, entre los verdaderos católicos fieles a la interpretación que del Concilio dan los Papas del postconcilio, los verdaderos progresistas, y los pseudo-católicos modernistas, autodenominados "progresistas", que interpretan el Concilio para su conveniencia, en sentido modernista.
----------Y además, también entre los llamados "tradicionalistas", si queremos hacer un cuadro verdaderamente completo, deberíamos clarificar los conceptos, haciendo una distinción entre tradicionalistas lefebvrianos y tradicionalistas postconciliares. Los primeros son los que se oponen al Concilio, considerándolo infectado de modernismo e infiel a la sagrada Tradición; los segundos son aquellos que, respecto de las doctrinas del Concilio, se sienten inclinados a subrayar la importancia de la Tradición, o sea, ven en el Concilio un testimonio de la Tradición, y tratan de recuperar valores tradicionales hoy olvidados.
----------Los tradicionalistas lefebvrianos o filo-lefebvrianos son aquellos a los que el papa Francisco llama "indietristas" (y que yo suelo llamar "pasadistas" como apelativo que los mancomuna) y que en realidad no son fieles a la Tradición sino que la falsifican y por tanto son cismáticos. Los sanamente tradicionalistas son aquellos católicos a pleno derecho, que están acompañados por los progresistas en la mutua aceptación de la doctrina católica y de la comunión con el Sumo Pontífice, en una fraterna colaboración por el bien de la Iglesia y en una recíproca complementariedad que une el valor de la conservación con el valor del progreso, es decir, la unión de aquello que en la Iglesia permanece con aquello que debe cambiar, el deber de la preservación con el de la renovación, y de la reforma según el programa del Concilio.
----------Pues bien, Vattimo entra sin duda en la categoría de los "modernistas". Con su muy conocida teoría del "pensamiento débil", concibe el pensar según el modelo de una energía psíquica sujeta a un más y un menos, de modo de poder ser fuerte o débil al afirmar o al sostener algo o al adherirse a algo.
----------En su gnoseología, Vattimo concibe la adhesión al objeto del conocimiento, como cualificada por diferentes grados de fuerza, resolución, firmeza o decisión. Según él, la exigencia de la verdad del conocimiento y de la modestia en este adherir, y la necesidad del respeto hacia el otro, requieren que la adhesión al objeto sea débil y desapegada y no fuerte, absoluta e intransigente, porque según Vattimo el adherirse con fuerza, convicción, decisión y resolución traería con ello una voluntad de dominio sobre el otro, frente al cual se afirma la propia posición, y ello comportaría una forma de violencia que impone al otro la propia posición y el propio juicio como verdadero, declarando falso el eventual juicio contrario del otro. Según Vattimo, no existe una verdad absoluta del juicio sino que la verdad es relativa al sujeto que la afirma. Por ello no es lícito hacer afirmaciones absolutas, dejando como verdad también la tesis opuesta por el interlocutor.
----------Vattimo está de alguna manera vinculado a la antigua sofística griega de Protágoras y al escepticismo de Pirrón, con la diferencia de que Vattimo no se funda en el principio de la duda ni pretende abrazar el relativismo subjetivista protagóreo, sino que más bien propone una teoría original de la adhesión del pensamiento a lo real, basada en el temor de que el asentimiento neto e incondicional al objeto, basado en una certeza absoluta, sea una forma de presunción y de falta de respeto hacia la idea diferente del otro.
----------Como hemos dicho, Vattimo se declara "cristiano". Sin embargo, si consideramos el ejemplo de Cristo, se debería llegar a decir, en base a la teoría vattimiana, que Cristo ha sido un violento porque se declaraba seguro de la verdad que sostenía. Vattimo parece no darse cuenta de que, mientras Cristo propugna la fuerza y la firmeza del pensamiento en el adherir a la verdad divina y testimoniarla con una conducta hecha de mansedumbre y fortaleza, sus enemigos, a fin de sustraerse a las obligaciones absolutas que derivan de la voluntad divina, navegan en la doblez, profesando un pensamiento ambiguo, fluido y gelatinoso, que los llevaba a ser sepulcros blanqueados, a construir su casa sobre la arena y a ser juncos batidos por el viento.
----------Vattimo es víctima de un vicio muy extendido hoy en día: el de definir el ser católico no en base a lo que enseña la Iglesia católica o el Catecismo de la Iglesia católica, sino en base de un criterio subjetivo ligado a elecciones arbitrarias personales o individualistas, según lo que uno prefiere en la vida no porque sea más importante, sagrado o ventajoso para el alma, sino porque satisface y contenta mejor los propios deseos o las malas inclinaciones, ya sea la tendencia a la soberbia, o al egocentrismo o a la auto-referencialidad o al exhibicionismo o a la agresividad o a la anarquía o al narcisismo o a la lujuria o a la avaricia o a la pereza o al oportunismo o a la mundanidad o al materialismo, y así podríamos seguir.
----------Por lo tanto, en Vattimo el deseo de definirse "católico" no está motivado por la atención a lo que enseña la Iglesia sobre el ser católico, sino que hace referencia a un concepto que es expresado por tendencias sectarias internas a la Iglesia católica, las cuales sin embargo, abusando de la cualificación de "católico", abusan del término, a menudo lamentablemente tolerados por los Obispos, reivindicando para ellos, de manera fraudulenta, lo que pertenece sólo a la Iglesia católica, y haciendo pasar por católico lo que no lo es, y con su acción sectaria y disgregatoria o divisiva dentro de la Iglesia, incluso si hablan de diálogo, fraternidad, inclusividad, acogida y escucha, en realidad dividen las almas, crean equívocos y confusión sobre lo que significa "católico", de modo que hoy, y ya desde hace sesenta años, existe en acto una competencia o batalla tenaz y despiadada en la Iglesia entre partidos adversarios, todos con la pretensión de ser ellos los verdaderos "católicos", contra cuanto la Iglesia misma enseña acerca del ser católico.
----------Lo cierto es que ningún fiel, ningún teólogo, ningún Obispo, ningún grupo, en la Iglesia, tiene el derecho y la autoridad de atribuir a sus propias ideas la cualificación de "católicas" si no son aprobadas por la Iglesia, o independientemente de cuanto la Iglesia define como ser católico.
----------Y el caso es que, en este caos, donde ya no se entiende lo que es ser católico, en un coro de voces desentonadas y discordantes donde reina la cacofonía, un caos donde aparece todo y también lo contrario de todo, urge una intervención decidida colectiva de la autoridad eclesial, Papa y Colegio Episcopal, autoridad encargada por Cristo para custodiar la definición del ser católico, intervención encaminada a prohibir el uso del calificativo de católico por parte de quienes abusan de él, reiterando incansablemente las verdaderas características del ser católico (este tipo de abuso es incluso peor que la pedofilia, porque ésta es el efecto del primer abuso). Este sería precisamente un tema de elección para tratar en un futuro Sínodo de Obispos. De lo contrario, el hablar de Iglesia "colegial" o "sinodal" es sólo palabrería, cháchara.
----------Digamos las cosas a clara letra: el ser católico tiene una propia, precisa, definida, clara, inmutable e irrevocable identidad. No hay modo de resbalar o deslizarse o escabullirse. Ser católico no es un sí-no o un sí-pero, sino sólo un sí a Dios y un no al pecado. La multiplicidad y diversidad de las opciones sólo es legítima en este preciso marco de limpidez, claridad, lealtad y honestidad. Al fin de cuentas, el católico es la esposa de único Esposo, no es la prostituta que se ofrece al mejor postor.
----------Ya no es tolerable que se cualifique como "católico" a quien mezcla su fe en Cristo y en la Iglesia con los errores de Parménides, Heráclito, Protágoras, Pirrón, Sexto Empírico, Ockham, Lutero, Descartes, Kant, Hume, Rousseau, Hegel, Marx, Darwin, Freud, Husserl, Heidegger, Severino y otros similares, cuando no es también el caso que se quiera desposar el catolicismo con la cábala, la teosofía, la antroposofía de Steiner, la ufología, el gnosticismo, la magia, la new age, el budismo o el hinduismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios sin debido respeto hacia la Iglesia y las personas, serán eliminados. Se admiten hasta 200 comentarios por artículo.