lunes, 3 de enero de 2022

¿Aniquilar la liturgia tradicional?

En los ambientes tradicionalistas (no tradicionales) se mantiene la resistencia a las recientes directivas del Papa acerca de la liturgia. En última instancia, tal desobediencia no hace sino manifestar lo justificado del motivo señalado por el Santo Padre al emanar las medidas: corregir la instrumentalización que se hace del vetus ordo para rechazar el novus ordo, el Concilio Vaticano II y el magisterio de los Papas del postconcilio.

Las objeciones, preguntas y dudas planteadas por los lectores del blog
   
----------Las particulares características de este blog (dedicado como está a la reflexión teológica) hacen que no tenga un foro de comentaristas demasiado activo. Sin embargo, mi reciente publicación titulada Documento de la Santa Sede relativo a Traditionis Custodes ha tenido numerosas intervenciones, y la casi totalidad de ellas manifiesta una actitud que excede en gran medida los límites del eventual disenso teórico hacia una directiva pastoral pontificia o medida disciplinaria (lo cual es legítimo siempre que se salve la debida obediencia a la directiva), y adquiere más bien las características de una resistencia a la decisión del Romano Pontífice, que no puede ser sino desobediencia, señal de actitud claramente filo-lefebvriana en el presente ámbito. Este atentado a la unidad de la Iglesia cum Petro et sub Petro, muestra lo justificado del motivo señalado por el Papa al emanar su carta Traditionis custodes: corregir la instrumentalización que se hace del vetus ordo para rechazar el novus ordo, el Concilio Vaticano II y el magisterio de los Papas del postconcilio.
----------A continuación hago un resumen de casi la totalidad de las objeciones tradicionalistas que han sido publicadas en el mencionado artículo, haciendo una interpretada relectura de las mismas, y volviendo a publicar mis puntuales respuestas, completando o matizando algunas de mis expresiones hechas en su momento (como sabe el lector, respondo a todos los comentarios publicados en el foro).
----------Objeción 1. Un lector escribió en el foro de este blog, días atrás sentirse sorprendido por mi actitud de beneplácito ante las normas emanadas recientemente por la Santa Sede. Escribió: "no puedo dejar de sorprenderme mucho al ver que Ud. empieza su artículo diciendo que ha 'recibido con beneplácito, alegría y sentimientos de complacencia' el reciente Documento de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Como han señalado muchas autoridades en el campo litúrgico y canónico, tanto el Motu Proprio como estas disposiciones disciplinarias significan, de hecho, la aniquilación total del vetus ordo Missae, ciertamente no en cuanto lex orandi divina, no abrogada, sino en cuanto ritual vigente en la Iglesia o lex orandi eclesiástica, que ahora se ha vuelto prácticamente imposible de celebrar". De este comentario deseo subrayar la expresión "aniquilación total del vetus ordo". De modo similar se han expresado otros comentaristas, hablando de "aniquilación de la liturgia tradicional". En mi siguiente respuesta señalo el sinsentido que implican estas expresiones, y me explicaré algo más al final del presente artículo.
----------Respuesta: El hablar de "aniquilación total" del vetus ordo, o el hablar de "aniquilación de la liturgia tradicional", o "masacre de la Misa tradicional", como se expresan algunos tradicionalistas sedicentes católicos, es un sinsentido, y ello por varios motivos. En primer lugar, se trata de una afirmación que no se corresponde en absoluto con la verdad, por el simple hecho de que el Documento de la Congregación ofrece un reglamento para una conveniente celebración del vetus ordo. Reconozco que tal reglamento es bastante restrictivo comparado con la situación anterior de concesión o permiso para la celebración del vetus ordo Missae, pero el mismo hecho de que la Santa Sede establezca reglas para su adecuada celebración, implica que no se está "aniquilando" el vetus ordo, como expresan estos tradicionalistas. En segundo lugar, en tales expresiones se falsifica el término "tradicional", como suelen hacerlo los filo-lefebvrianos, en las huellas de los lefebvrianos, quienes rechazan de modo herético la auténtica doctrina magisterial sobre la Tradición. En tal sentido, debe decirse que la liturgia católica siempre es "tradicional". Diré algo más sobre esto al final del artículo.
----------En cualquier caso, para el buen católico, lo esencial es el poder participar en la Santa Misa. El hecho de que sea novus o vetus ordo es algo secundario, accidental. Por otra parte, el obedecer al Decreto de la Congregación conlleva ciertamente en los devotos del vetus ordo un acto de más fatigosa obediencia, pero precisamente por eso, es un acto aún más meritorio para ellos, siguiendo el ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo que, en obediencia al Padre, ha dado su sangre en la cruz por nuestra salvación.
----------Por mi parte entonces, no puedo menos que volver a señalar que he estado contento y he sentido placer de que el Documento de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos explicite la intención del papa Francisco: que todos los católicos estén todos unidos en torno al altar, según la celebración de la Misa en el novus ordo, como única lex orandi hoy, normal y ordinaria de la Iglesia.
----------Objeción 2: Otro comentarista en el foro señalaba: "He venido leyendo todo lo que he podido hallar acerca de estas respuestas de la Congregación del Culto. Y veo que expertos en derecho canónico han expresado que Traditiones custodes es un documento cuestionable, y que en el plano jurídico son aún más debatibles las respuestas de la Congregación para el Culto Divino a las dudas recibidas de los obispos sobre la aplicación de Traditionis custodes. Con todo respeto, frente a estos documentos (tanto el Motu proprio como estas Respuestas) me parece que nos encontramos, una vez más, frente a leyes dictadas por una autoridad de características tiránicas, que se considera por encima de todo ordenamiento jurídico y, por tanto, con derecho para decidir a completa libre voluntad. Sin embargo, me parece que el aspecto más grave de toda esta situación no es la cuestión canónica, sino el enorme daño y el sufrimiento espiritual que estas decisiones del papa Francisco causan a decenas de miles de almas, que son católicos que permanecen fieles al vetus ordo, pero que actualmente sus reclamos no son escuchados, y que simplemente se prefiere (todo así lo hace suponer) verlos completamente marginados y condenados a una extinción más o menos rápida".
----------Respuesta: Personalmente no desconozco ni soy insensible a lo que este lector indica como "sufrimiento espiritual que estas decisiones del papa Francisco causan a decenas de miles de almas, que son católicos que permanecen fieles al vetus ordo". Sin embargo, en tal expresión habría que esclarecer el significado, el alcance y el valor de alguno términos, y no es el menos importante el de esa supuesta "fidelidad al vetus ordo": ¿acaso la "fidelidad" o apego personal a un uso eclesiástico pasado (humano, contingente y accidental como es) es más importante que la "fidelidad" a la unidad de la Iglesia cum et sub Petro?
----------Por lo tanto, entiendo el sufrimiento que se pueda causar por las normas hoy más restrictivas acerca de la concesión para la celebración según el vetus ordo. Pero, por otro lado, no puedo menos que repetir que un buen católico debe estar siempre dispuesto a la obediencia, aunque ella le cueste esfuerzo y sufrimiento, siguiendo el ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo, que incluso ha derramado su Sangre por nosotros. Ciertamente, en lo reglamentado por la Santa Sede acerca de las concesiones para la debida celebración del vetus ordo: en primer lugar, no se le está pidiendo a ningún fiel católico que cometa pecado, y en segundo lugar, no se le prohíbe cumplir con su deber como fiel católico. Sabido es que, como indica la tradicional y recta moral católica, esos son los únicos dos casos en los que el fiel estaría autorizado a desobedecer a un mandato del superior: si ese mandato conllevara pecado o si se le prohibiera cumplir con su deber.
----------Al fin de cuentas, lo que realmente cuenta es la Santa Misa: que sea vetus ordo o novus ordo es cosa secundaria. Por lo tanto: no hay que convertir el vetus ordo en una cuestión de principios. Lo importante es la Misa y ¡ciertamente no será el Papa quien le prohíba a un fiel católico ir a Misa! Si no se comprende esto es porque existe dificultad en entender la diferencia entre lo substancial y lo accidental, que es lo mismo que decir que no se entiende la diferencia entre lex orandi divina y lex orandi eclesiástica, entre la lex orandi de institución divina y la lex orandi de institución humana, entre lo instituído por Nuestro Señor Jesucristo en la Última Cena y lo instituído por la Iglesia en el curso de su historia por consignación de Cristo, no se entiende la diferencia entre Tradición inmutable y tradiciones contingentes y mutables.
----------Objeción 3: Otro lector se refirió a recientes expresiones de mons. Athanasius Schneider, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Astana, en Kazakhstan, quien viene manifestando desde hace algún tiempo una clara deriva hacia posiciones filo-lefebvrianas: "Padre Filemón, ¿usted ha tenido en cuenta que son ya numerosos los obispos y sacerdotes que han llamado a resistir a estas normas del papa Francisco? Por ejemplo, ¿que opinión le merecen los dichos de mons. Schneider en la entrevista que le hace D.Montagna?".
----------Respuesta: Ante todo, no hay que tomar en cuenta el calificativo "numerosos" que usa el lector, que sabe a meramente retórico y efectista. Al fin y al cabo: ¿cuál es el número de obispos que han llamado a "resistir" a la Santa Sede en sus últimas disposiciones de disciplina litúrgica? ¿Dos, tres, cuatro? ¿Cuál de ellos ha reclamado algo al Papa por los canales eclesiales y canónicos que corresponden?
----------En segundo lugar, ¿qué significa la supuesta "resistencia" de un Obispo o de un sacerdote, a una norma pastoral o de gobierno del Papa? Pues bien, como líneas arriba he dicho: significa desobediencia, sin más ni más. Y esto independientemente de la posibilidad de que del Papa emane una norma flagrantemente injusta (que no es éste el caso). La desobediencia a Roma ante esta norma disciplinar litúrgica no es admisible (aunque podría serlo el disenso teórico, por tratarse de cuestión prudencial del ámbito pastoral o disciplinar).
----------En tercer lugar: efectivamente, ya conocía la entrevista que Diane Montagna le hace al obispo auxiliar Athanasius Schneider en el sitio de clara impostación filo-lefebvriana The Remnant. Las declaraciones del auxiliar kazajo no me han sorprendido y, lamentablemente están en línea con lo que Schneider viene sosteniendo desde hace años, rechazando (en mayor o menor grado) las doctrinas del Concilio Vaticano II y del magisterio pontificio del postconcilio. Precisamente, el motu proprio Traditionis custodes ha sido motivado por esta clase de "tradicionalismo" filo-lefebvriano, del cual Schneider es representante (aunque hay que decir que la corriente filo-lefebvriana es muy variada, con diversos grados de gravedad cismática y herética, más o menos clara, o más o menos confusa), que manipula las concesiones para celebrar el vetus ordo para oponerse a la Misa actual, a las doctrinas del Concilio y al magisterio pontificio del postconcilio.
----------Objeción 4: El mismo lector de la objeción anterior, repreguntó: "Comprendo su juicio sobre monseñor Schneider, y sin embargo, pienso que, más allá de las etiquetas que podamos atribuirle, como por ejemplo 'tradicionalista' o 'filo-lefebvriano', sería interesante profundizar en los méritos de sus declaraciones para eventualmente refutarlas. Por ejemplo: 'no es aceptable -como ha afirmado mons. Schneider- que se haya olvidado el principio enunciado por el Concilio Vaticano II, a saber, que: 'La Iglesia, cuando no está en cuestiona la fe o el bien común general, no intenta imponer, ni siquiera en la liturgia, una rígida uniformidad', porque las motivaciones que han impulsado al Papa Francisco al Traditionis custodes, están dirigidas precisamente al bien común general de la Iglesia, en cuanto...' Con todo respeto, padre, pero permítame insistirle: las apreciaciones de monseñor Schneider me parecen sumamente oportunas y bien argumentadas".
----------Respuesta: Ante tal insistencia del comentarista en el foro, debo decir que si tal lector ha venido siguiéndome en este blog, entonces no le será difícil recordar que no han sido pocos los artículos en los que me he referido a la cuestión de la terminología "tradicionalista", "progresista", etc. y creo haber hecho modestamente algún aporte para tratar de utilizar mejor lo que el lector llama las "etiquetas". Al respecto, apelo al lector a que piense que en algunos casos tales "etiquetas" pueden no ser meras etiquetas, sino que podrían tener algún sentido, es decir, pueden ser etiquetas "cum fundamentum in re".
----------En el caso particular y concreto del apelativo "filo-lefebvriano" con el que califico a Schneider, para entenderlo, primero hay que saber qué significa ser "lefebvriano". Pues bien, lo repetiré: en el ámbito de la fe, ser lefebvriano significa compartir al menos tres errores heréticos de monseñor Marcel Lefebvre: 1) rechazo de la validez de la Misa reformada, 2) rechazo de las doctrinas nuevas del Concilio Vaticano II, y 3) rechazo del magisterio pontificio postconciliar. Por ende, ser "filo-lefebvriano" es simpatizar de algún modo, o en algún grado, a veces no del todo explicitamente, con esa tríada de errores.
----------Ahora bien, no hay ninguna duda que en los escritos del obispo Athanasius Schneider hay aspectos valiosos, lados buenos, y muchas verdades, pero convoco al lector a que repase sus declaraciones y textos (yo lo he venido haciendo desde hace años), no sólo esta entrevista hecha por Diane Montagna, y verá la vecindad de muchas afirmaciones de Schneider con la herética tríada lefebvriana antes mencionada. De ahí que, lo que el lector llama la "etiqueta" con la que califico al obispo Schneider, está plenamente justificada.
----------Naturalmente, puedo comprender la amargura de mons. Schneider, amargura debida a su humano apego al vetus ordo. Sin embargo, soy de la idea de que debemos obedecer, por más costoso que sea. Después de todo, ¿la Santa Misa no es un Sacrificio? Y si pensamos en Nuestro Señor Jesucristo, ¿acaso no le ha costado sacrificio obedecer al Padre? Por otra parte, como he dicho, el Papa no nos manda realizar un pecado, ni nos prohíbe cumplir con nuestro deber, que son los únicos casos en los que sería lícito desobedecer.
----------Repito: lo esencial es tener la Santa Misa, no importa que sea el vetus ordo o que sea el novus ordo. A menos que uno esté en contra del novus ordo: caso en el que no debemos estar en absoluto y, por lo tanto, no debemos acusar al papa Francisco de ser un "tirano". Al contrario, la preocupación del Papa es que todos nosotros, los católicos, acojamos el novus ordo, y tiene todo el derecho de hacerlo, porque es la Misa de la reforma promovida por el Concilio. Esto no significa que los amantes del vetus ordo no tengan la posibilidad de disfrutarlo. Las reglas de aplicación de Traditionis custodes han sido establecidas a este propósito. Por lo tanto: estemos atentos a no hacer del vetus ordo un ídolo, porque sería una cosa impía y del todo contraria a la sana Liturgia. Sería sacralizar lo meramente humano. farisaica idolatría.
----------Objeción 5: Otro lector me objetó: "Aquí se ha escrito que: '...el Novus Ordo Missae es actualmente la única lex orandi (eclesiástica) normal y ordinaria de la Iglesia de Rito Romano, y lo es incluso desde antes de que ello fuera confirmado por el Romano Pontífice en el motu proprio Traditionis custodes...'. Disiento. En el pontificado inmediatamente anterior, y estando vigente Summorum Pontificum, todo sacerdote tenía plena libertad para celebrar la misa según el vetus ordo. Ahora no es así".
----------Respuesta: Confirmo lo que he escrito en mi artículo: efectivamente, la única lex orandi para la Iglesia de Rito Romano, después de 1970 siempre ha sido el Novus Ordo Missae. De modo que, ya sea antes, como ya sea después del motu proprio Traditionis custodes del papa Francisco, la única lex orandi (en el sentido de lex orandi eclesiástica, no en el sentido de lex orandi divina, que lo es tanto el novus como el vetus ordo) es el Misal Romano ordenado en los pontificados de san Paulo VI y de san Juan Pablo II.
----------Ha sido el papa Benedicto XVI, actual papa en estado de emeritato, el que ideó la interesante terminología de "rito romano ordinario" y "rito romano extraordinario" (terminología muy útil, aunque como ocurre con toda terminología, con sus virtudes y sus defectos) para recordar que la única ley ordinaria y normal para todo el Pueblo fiel de Rito Romano es hoy el novus ordo de la Misa surgida después del Concilio Vaticano II; mientras que el vetus ordo, o Misal de 1962, o de los rituales anteriores, aunque manteniéndose siempre válidos en cuanto lex orandi de divina institución, sólo podían ser considerados legítimos para ser llevados a la práctica de la celebración según lo permitieran las concesiones hechas por los Romanos Pontífices (condiciones menos estrictas en el pontificado de Benedicto, y más estrictas hoy en el pontificado de Francisco), pero siempre considerándose el vetus ordo como aplicable a casos no normales, casos extraordinarios, y para determinados casos de grupos particulares (por supuesto, según lo estableciera disciplinarmente cada Obispo en su respectiva diócesis, según su propio criterio pastoral).
----------En definitiva: desde 1970, siempre ha permanecido, en cuanto a la ley eclesiástica vigente, el mismo orden jurídico: la única lex orandi para la Iglesia de Rito Romano es el Novus Ordo Missae, aunque concediéndose, en suborden, la posibilidad en casos bien delimitados, de celebrar según el vetus ordo.
----------Objeción 6: Otro lector escribió: "Siempre he asistido a la Misa actual. Nunca he participado en una Misa celebrada con el rito antiguo. Sin embargo, miro con preocupación lo que está sucediendo hoy en la Iglesia. Para ser franco, no tengo ninguna dificultad en admitir que se respete el derecho de tantos fieles que quieren todavía participar en la Misa preconciliar, y con mucha más razón si se tiene en cuenta que incluso el papa Benedicto XVI se había pronunciado a favor de aquel derecho, y les había concedido a esos fieles toda la libertad para participar en la Misa antigua. Mi pregunta es, entonces: ¿por qué la Iglesia se ha embarcado, como lo ha hecho el papa Francisco con su motu proprio Traditionis Custodes, en una guerra que ya había sido superada con lo que había establecido el papa Benedicto en Summorum Pontificum?".
----------Respuesta: Entiendo el disgusto del lector y los sentimientos de compasión hacia aquellos católicos que sienten un gran malestar, por no decir un sentido de rebelión, hacia el Motu Proprio del Papa, pero a la vez me siento complacido por la fidelidad del lector al Novus Ordo.
----------Sin embargo, el juicio del lector acerca del Papa no es exacto. En efecto, todo Papa, en materias como éstas, que conciernen a la disciplina litúrgica, tiene la facultad y puede ejercitarla, si así lo cree, de cambiar las disposiciones de un Papa precedente, ya sea en el sentido de mitigar o en el sentido de restringir. Esto significa, en consecuencia, que el deber del buen católico es el de obedecer, siguiendo el ejemplo mismo de Nuestro Señor Jesucristo, que ha instituído la Misa precisamente sobre la base de su Sacrificio.
----------Objeción 7"En todo esto que está sucediendo con Traditionis custodes, me da la impresión de que los Sacramentos, y sobre todo la Santa Misa, ya no se entienden como lo que son, signos eficaces de la gracia, vale decir, como instrumentos a través de los cuales nos llega la gracia, medios absolutamente necesarios e indispensables para la salvación de las almas, sino como un lugar privilegiado para el ejercicio del poder. Da la impresión que se prefiere dejar a los fieles sin sacramentos, antes que permitirles acceder a ellos, celebrados según el rito que los católicos han seguido durante más de mil quinientos años, y que es un rito que ha sido reconocido como válido y nunca abrogado por el Papa Benedicto XVI".
----------Respuesta: Está claro que los Sacramentos permanecen siendo en la actualidad como lo han sido siempre, es decir, son ordinariamente los medios necesarios de la salvación (y recalco el "ordinariamente").
----------Las restricciones que el papa Francisco ha establecido con respecto al vetus ordo mediante su motu proprio Traditionis custodes y las posteriores normas aplicativas que se produzcan, dejan todavía espacio para este rito. Pero lo que el buen católico debe buscar sobre todo es el novus ordo Missae, que es una Misa tan válida como la del vetus ordo. Por ello, quien encuentre dificultades para acceder al vetus ordo, no se queda en absoluto sin la Misa, sino que tiene la posibilidad de acceder a la Misa del novus ordo.
----------Por eso no se trata de abuso de poder por parte del papa Francisco, sino que se trata de disciplina eclesial acerca de la cual el Romano Pontífice tiene plena competencia y autoridad. Si somos buenos católicos, por lo tanto debemos confiar en su guía, seguros de caminar hacia la salvación.
----------Hago una última precisión: el vetus ordo no tiene 1500 años de antigüedad (como afirma el lector), sino solo 500 años de antigüedad, porque fue establecido por el papa san Pío V. Esto quiere decir también que la Misa precedente al vetus ordo era válida. En conclusión, es necesario decir que lo esencial es ir a Misa, dando igual (siendo accidental) si es el novus ordo o el vetus ordo, eso no tiene importancia. Sería verdaderamente de necios renunciar a la Misa solo porque no es posible en el rito del vetus ordo.
----------Objeción 8: Otro lector comentó: "Lamento tener que disentir, también yo, respecto a sus sentimientos hacia estos documentos de la Santa Sede. Me llama poderosamente la atención que tanto el motu proprio Traditionis Custodes como el documento de la Congregación para el Culto hablen una y otra vez de la 'riqueza' de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II. Pero tengo la impresión de que esto no se corresponde con la realidad. Esta reforma ha sido concebida para promover una más activa participación de los fieles en la vida litúrgica de la Iglesia. Sin embargo, cincuenta años después, lo que en realidad vemos hoy es que las iglesias están vacías, que la asistencia de los fieles a los servicios litúrgicos ha disminuido drásticamente, y que ha quedado reducida principalmente a las personas de mayor edad o ancianos, y que a la vez se han vaciado los seminarios donde se formaban los ministros de culto. Para ser franco, yo no sé qué hubiera pasado si no hubiera existido la reforma litúrgica del Vaticano II. Quizás hubiera sucdido lo mismo, pero lo cierto es que esta reforma, de hecho, no ha sido eficaz para evitar el alejamiento de los fieles católicos de la liturgia. Y esto no es más que una deducción válida a partir de datos obvios. No se puede negar".
----------Respuesta: La disminución en la frecuencia de los fieles católicos a recibir los Sacramentos y la disminución en el número de los sacerdotes no se debe en absoluto a la reforma litúrgica, promovida por el Concilio Vaticano II, porque, si ella hubiera podido ser implementada en sus verdaderas intenciones y en su verdadero significado, a esta hora seguramente se habría producido ese nuevo Pentecostés, que fue auspiciado por el papa san Juan XXIII, como efecto de la reforma conciliar.
----------Sin embargo, como todos bien sabemos, desde el inmediato postconcilio, el fenómeno modernista, liderado sobre todo por Karl Rahner, ha vuelto a estallar poderosamente en el seno de la Iglesia. Se trata de un fenómeno que ha sido completamente imprevisto por parte de los buenos Obispos, que se encontraron del todo impreparados para enfrentar el embate de los modernistas. Los mismos Papas, comenzando por san Paulo VI, por más santos que fueran, no pudieron contener esta fuerza prepotente. Sumado a ello, los modernistas provocaron la comprensible (aunque no justificable) reacción de los lefebvrianos, los cuales indudablemente cayeron después en el cisma y la herejía, en que permanecen, pero, si no se hubiera producido el surgir del modernismo, podemos pensar que tampoco se habría dado esta reacción.
----------¿Cuáles son las perspectivas para el hoy? Debemos rezar por el Santo Padre y ayudarlo a fin de que este execrable conflicto entre modernistas y filo-lefebvrianos o pasadistas finalmente llegue a su término, de tal modo que se produzca la paz, que deberá consistir en una recíproca integración. Y uso el concepto de integración, en cuanto que, en los modernistas, dejando de lado sus errores, existe una exigencia de progreso; mientras que en los filo-lefebvrianos, dejando de lado sus errores, existe la justa exigencia de respetar y conservar el depósito de la fe. Ahora bien, es evidente que la plenitud de la vida cristiana surge de la convergencia entre lo moderno y lo antiguo, entre el progreso renovador y la conservación.
----------Objeción 9: Otro lector escribió: "Usted escribe: 'La disminución en la frecuencia de los Sacramentos y en el número de los sacerdotes no se debe en absoluto a la reforma litúrgica, promovida por el Concilio Vaticano II, porque, si ella hubiera podido ser implementada en sus verdaderas intenciones y en su verdadero significado, a esta hora seguramente se habría producido ese nuevo Pentecostés, que fue auspiciado por el papa san Juan XXIII, como efecto de la reforma conciliar'. Con todo respeto, ¿no es esa una afirmación un tanto por demás ingenua? ¿Un nuevo Pentecostés por la recta aplicación del Novus Ordo Missae?".
----------Respuesta: Como católicos, debemos creer que la reforma del Concilio Ecuménico Vaticano II ha sido actuada con la asistencia del Espíritu Santo, lo que no excluye que ciertas disposiciones pastorales o disciplinarias puedan ser menos prudentes. Sin embargo, los fieles católicos, al adherirse a estas disposiciones (repito: pastorales o disciplinarias), seguramente caminarán en los caminos del Señor.
----------La esperanza del papa san Juan XXIII, de que la aplicación de la reforma conciliar pudiera suscitar "un nuevo Pentecostés" como él dijo, en sí misma es, por lo tanto, plenamente comprensible. En efecto, el Concilio, al dar directivas pastorales o disciplinarias, en el momento en el cual lo hace siendo fiel a la esencia de la Iglesia, da las indicaciones para un progreso y una renovación de la Iglesia, que no es arriesgado parangonar a un fuerte descenso del Espíritu Santo (siempre en sentido metafórico).
----------Por supuesto, mi expresión "descenso" del Espíritu Santo, no se refiere a un nuevo Pentecostés en sentido literal, porque sabemos que Pentecostés ha sido un hecho histórico irrepetible. Y en tal sentido, el Espíritu Santo ya no "desciende" como lo hizo en Pentecostés, sino que, como lo ha prometido el Señor, su Espíritu "permanece" en la Iglesia, hasta su Segunda Venida.
----------Sin embago, de hecho, dondequiera que haya sido aplicado el Concilio Vaticano II, hemos podido ver la acción del Espíritu Santo (soy testigo desde hace décadas de muchos ejemplos de ello). Lo doloroso, como he dicho, es en cambio el hecho de que en ciertos casos la acción del Espíritu ha sido malinterpretada y en otros casos ha sido bloqueada, a causa de una mala interpretación de la reforma conciliar, cuando incluso no se ha llegado a producir una verdadera y propia oposición a causa de ciertos movimientos, que han querido permanecer firmes en la situación preconciliar, creyendo con ello permanecer fieles a la Tradición, cuando en realidad no han comprendido que el Concilio nos hace realizar la Tradición de un modo mejor, para enriquecer el patrimonio de santidad de la Iglesia. Se trata de movimientos que no son tradicionales, sino tradicionalistas, vale decir, tienen un erróneo concepto de la Tradición, y la falsifican.
----------Objeción 10: Señalo ahora la objeción de otro lector: "Si bien el responsable final de estas medidas disciplinarias es indudablemente el Papa Francisco, mi convencimiento es que son otros personajes los verdaderos autores de esta masacre que se está desarrollando no solo de la Sagrada Liturgia y del recto orden litúrgico, sino, al fin de cuentas, de todo el mundo tradicional. Por todo lo que ha venido sucediendo en estos casi nueve años de pontificado, ha sido fácil constatar que la Sagrada Liturgia no es un área de especial interés para el papa Francisco. Y considero que una prueba de ello es que en los inicios de su pontificado no tomó decisiones restrictivas hacia el Vetus Ordo y tampoco contra los Lefebvrianos; sino más bien todo lo contrario. En mi opinión, la responsabilidad recae sobre todo en el grupo de pseudoeruditos de San Anselmo, que junto con la Escuela de Bolonia, son los herederos del "espíritu conciliar" en materia litúrgica. Uno de ellos es el profesor Andrea Grillo. Otro es mons. Vittorio Viola, también de San Anselmo y secretario de la Congregación del Culto, y otro es el padre Corrado Maggioni, hasta hace poco subsecretario del mismo dicasterio, y varios otros. Se trata de una pequeña élite que parece que se consideran verdaderos iluminados, que reconocen como progenitores intelectuales a mons. Annibale Bugnini y a su secretario, mons. Piero Marini, responsables de los habituales excesos litúrgicos que poblaron el pontificado de Juan Pablo II".
----------Respuesta: Concuerdo con el lector en reconocer la influencia dañina en el campo litúrgico por parte de los modernistas. Debo decir, sin embargo, que no conozco a casi ninguna de las personas que el lector menciona. Por el contrario, conozco muy bien a Andrea Grillo, a quien he tenido ocasión de criticar en varias ocasiones en este blog, de modo particular por su errónea concepción de la Transubstanciación. Por otra parte, por cuanto respecta a la Escuela de Bolonia, he tenido la ocasión de criticar a Alberto Melloni.
----------Por cuanto respecta a mons. Bugnini, no se le debería dar más importancia de la que realmente tiene. Es cierto que intentaba hacer desviar al Concilio en sentido modernista, pero cuando el papa san Paulo VI lo advirtió, lo despidió y lo envió a una lejana diócesis en Extremo Oriente.
----------El grave problema de hoy es el hecho de que los mismos Sumos Pontífices, aunque sean santos, no alcanzan a frenar la prepotencia modernista. ¿Entonces, qué se podría hacer? Nuestra esperanza es que el Papado recupere vigor y energía, de modo de resistir a estas fuerzas disolventes, que se presentan falsamente como los puntos de avanzada de la reforma del Concilio. Por lo tanto, es necesario orar, para que la Iglesia pueda liberarse de estos falsificadores, a fin de que pueda finalmente cumplirse el deseo de san Juan XXIII de la llegada de un nuevo Pentecostés, que será el fruto de la verdadera realización del Concilio.
----------Objeción 11: Otro lector indicó lo siguiente: "Me uno a los objetores. Padre Filemón: Creo que otro motivo para que hayan surgido estos documentos es una concepción positivista del derecho litúrgico. Para los positivistas, la liturgia se convierte en ley por decisión de la autoridad competente. Y esta es la actitud que vemos no solo en los legisladores de Roma hoy, sino también en la mayoría de los obispos del mundo que, ante el reclamo de sus fieles, dicen: 'Esto es lo que manda el Papa'. Sin embargo, no creo que ésta sea la concepción católica de la ley, que supone que sea sancionada con vistas a la salvación de las almas y encuentra su legitimidad en el uso constante que deviene consuetudinario. La autoridad, por lo tanto, no crea la liturgia ni la usa, sino que simplemente la purifica para que todos sus elementos sean conformes a la fe. La reforma litúrgica del Vaticano II se ha implementado en un marco de interpretación positivista del derecho, así como Traditionis Custodes y estas Respuestas de la Congregación del Culto. Y luego, si la costumbre y el bien de las almas dejan de ser tomados en consideración y se apela sólo al peso de la ley, todos los medios serán suficientes para afirmar la autoridad y aplicar la severidad de esa ley".
----------Respuesta: Efectivamente, el modo legítimo de celebrar la Santa Misa depende de una forma de derecho positivo, vale decir, la facultad que tiene el Romano Pontífice, facultad consignada por Cristo, de regular los modos de la celebración eucarística según las necesidades de los tiempos y de los lugares.
----------Este poder, que es propio del Papa, no tiene nada que ver con el positivismo jurídico (por ejemplo el de Kelsen), que es una falsa doctrina del derecho, que reduce la ley natural a derecho positivo.
----------En el caso particular de la disciplina eclesial, en cambio, el Papa no se permite en absoluto tocar la esencia del Sacramento, pues el Sacramento es de derecho divino. En este caso específico, la esencia de la Santa Misa es de institución divina. Cuando se habla de vetus ordo o novus ordo no se toca y no se afecta la esencia de la Santa Misa, sino que se hace referencia a dos particulares modalidades de celebración, que caen bajo el así llamado "poder de las llaves", que es propio exclusivamente del Papa.
----------En este ámbito, el Papa no es infalible. Sin embargo, el buen católico está obligado por norma a obedecer sus disposiciones, en cuanto que se supone que ellas no inducen al pecado.
----------Objeción 12: Otro lector comentó: "La Iglesia tuvo siempre múltiples ritos. Algunos parecidos, otros no. Mismo dentro del rito Bizantino tienen la liturgia de San Juan Crisóstomo y para algunos días más solemnes la de San Basilio. Y así con los otros ritos orientales y también con algunos ritos latinos circunscriptos a diócesis o a órdenes religiosas. Este rebrote bunignista es propio de Francisco, un hombre ciertamente atado al pasado. Y la solución a la que empuja es que todo aquel que quiera tener relación con el vetus ordo termine en la San Pío X, total les concedió facultades para confesar y para celebrar matrimonios".
----------Respuesta: Está claro que Bugnini no tiene nada que ver con el novus ordo, porque la Misa del novus ordo depende del papa san Paulo VI. Considerar al Papa vinculado al movimiento del '68 es ofensivo. Quien lo ha definido "Papa revolucionario", no sabía lo que decía.
----------Por lo demás, respecto a la segunda parte del comentario del lector, no parece y no es creíble que el papa Francisco esté sugiriendo a los fieles católicos entrar en la Fraternidad de San Pío X, la cual no está en comunión con la Iglesia (está en cisma formal con la Iglesia), aunque la benevolencia del Papa lo ha llevado a conceder a los sacerdotes lefebvrianos la facultad de confesar durante el Año Santo de la Misericordia.
----------Objeción 13: El mismo lector anterior volvió a comentar con insistencia sobre el mismo punto anterior: "Que Bugnini tuvo que ver no solamente con la reforma litúrgica de Pablo VI, sino también con la reforma de Semana Santa de Pío XII es un hecho histórico. Por supuesto que en ambos casos la promulgación y autoridad provienen del Santo Padre. Sin emgargo el bugninismo es el actual movimiento que sugiere al Papa Francisco esta violenta prohibición. Por supuesto que nuevamente la autoridad del documento la da el Santo Padre al publicarlo. Lo de Francisco y la San Pío X es una conclusión. Para Francisco la comunión imperfecta es suficiente y menos molesta. Ya lo demostró tomando medidas similares cuando era Arzobispo de Buenos Aires. Pero no es un hecho probado. Pero considero que las medidas innecesarias y exageradas que toma con esos fieles -sabiendo como son- los empuja a eso. Del mismo modo que si limitara al extremo los ritos orientales a muchos fieles los empujaría a ir a la ortodoxia. Esa es mi opinión".
----------Respuesta: No ampliaré lo dicho sobre el papel de Bugnini en la reforma litúrgica: afirmar que el novus ordo depende de Bugnini es un sinsentido, como sería un sinsentido decir que las doctrinas nuevas del Concilio Vaticano II (magisterio infalible como son) dependen de Rahner o de Schillebeeckx.
----------Respecto a lo que luego dice el lector acerca de la actitud del Papa hacia la cismática FSSPX, no hay que desconocer que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, aunque carece de una plena comunión con el Papa, lo cual es decir, con la Iglesia, disfruta sin embargo de una cierta organización que le permite, al menos a nivel fáctico, como el lector sugiere, un cierto modus vivendi con la Iglesia Católica.
----------Sin embargo, está claro que el papa Francisco, como buen pastor, no puede contentarse simplemente con la actual situación de esa Fraternidad, la cual es, repito, formalmente cismática, sino que, ciertamente, espera que algún día ella pueda integrarse plenamente en la Iglesia. Esto quiere decir que el Motu Proprio Traditionis Custodes no se refiere ni tanto ni substancialmente a esa Fraternidad, sino que, como dice el Papa mismo, está en contra de ciertos "cismáticos" que, dentro de la Iglesia, llegan a negar la validez de la Misa reformada por san Paulo VI y san Juan Pablo II, niegan el valor magisterial de las doctrinas del Concilio Vaticano II, y niegan la validez del magisterio de los Papas del postconcilio, incluso hasta la validez del pontificado del papa Francisco. Vale decir, se trata de "cismáticos" filo-lefebvrianos.
   
El sinsentido de una confrontación en ámbito católico
   
----------Tras la Carta apostólica en forma de motu proprio Traditionis custodes del papa Francisco, la adjunta Carta explicativa al Colegio Episcopal, y la posterior Respuesta de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos a las dudas planteadas en cuanto a su aplicación, está hoy candente una confrontación entre novus ordo y vetus ordo de la Misa, enfrentamiento que es un sinsentido en ámbito católico, una cosa realmente absurda y que no tiene explicación racional, sino meramente ideológica. 
----------En mi ya larga vida he conocido a muchos sacerdotes que eran indudablemente enamorados del vetus ordo, y he llegado a saber que algunos de ellos manifestaron a sus respectivos Obispos diocesanos, su dolor por el acantonamiento del vetus ordo, ocurrido luego de 1970, sustituído por el novus ordo. Sin embargo, y en esto permítaseme ser bien claro: ninguno de aquellos sacerdotes podía ser considerado un "tradicionalista" en el sentido que este adjetivo ha adquirido en los últimos años, y todos ellos estaban lejísimo de aprobar la tesis lefebvriana, según la cual el novus ordo es semi-luterano y, por lo tanto, celebraban todos los días regularmente en el novus ordo en sus parroquias, capillas, colegios o capellanías.
----------Aquellos sacerdotes eran "tradicionales" como deben serlo todos los sacerdotes, y como deben ser también todos los fieles, pero no eran "tradicionalistas" en el sentido negativo que este término ha adquirido en los últimos años en ambientes filo-lefebvrianos, aún cuando sé muy bien que muchos fieles que se consideran a sí mismos como "tradicionalistas" usan este calificativo en el sentido de "tradicionales".
----------Y aquellos sacerdotes no eran "tradicionalistas" (en el actual sentido filo-lefebvriano) porque eran un ejemplo de obediencia y de sabia conducta, y bien pueden seguir siendo ese ejemplo para los tradicionalistas de hoy, aún cuando hoy indudablemente el papa Francisco ha establecido normas más restrictivas que las vigentes en la época de estos sacerdotes del inmediato postconcilio. Pero no me cabe duda de que aquellos sacerdotes no habrían dudado en adecuarse también a estas normas, aunque la obediencia en este caso les habría costado más, y aunque las normas emanadas o hechas emanar por el actual Pontífice no conciernen pura y simplemente a los enamorados del vetus ordo, sino, como dice explícitamente el Papa, sólo conciernen a los "cismáticos" (y con esa expresión no se refiere, por cierto a los lefebvrianos, formalmente cismáticos, sino a los filo-lefebvrianos, porque el Papa se dirige a católicos, que todavía permanecen en la estructura visible y formal de la Iglesia, aunque pudieran ser virtualmente cismáticos).
----------Efectivamente, lo repito: ¿quiénes son estos cismáticos a los que se refiere el papa Francisco? Son esos filo-lefebvrianos, que rechazan como supuestamente "modernista" al novus ordo, a las doctrinas del Concilio y a las enseñanzas de los Papas a partir de san Juan XXIII hasta el Papa actual. Ahora bien, como he dicho, aquellos sacerdotes de mis recuerdos, enamorados del vetus ordo, no tuvieron nada que ver con las ideas lefebvrianas. Porque eran enamorados de la verdadera Tradición y de la sana conservación, en armonía por lo tanto con la actual línea innovadora del papa Francisco. En definitiva, la actual actitud de los filo-lefebvrianos, que rechazan al novus ordo, sería un sinsentido para aquellos sacerdotes, pues tal actitud implica pura y simplemente desobediencia, lo cual hace ubicar automáticamente en situación cismática, formal o virtual.

8 comentarios:

  1. Usted es la definición viviente de un perfecto sesgado.
    El odio que muestra hacia los verdaderos defensores de la tradición es realmente triste.
    Lamento que esté tan hundido en sus siempre rebuscadas justificaciones.
    Hace años les vienen gritando que han hecho otra religión y ustedes no lo aceptan.
    No hay peor ciego que el que no quiere ver...
    Sus capillas se seguirán quedando vacías y sus fieles seguirán pervirtiéndose por la renovada liturgia (un ejemplo de esto son las encuestas hechas sobre cuántos creen en la presencia real de NS en la eucaristía)
    Mientras tanto, y para su desesperación, la FSSPX seguirá creciendo providencialmente en todo el mundo.
    Por sus frutos los conoceréis.

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    1. Estimado Anónimo,
      Nuestro Señor Jesucristo ha fundado la Iglesia Una Santa Católica y Apostólica y ha confiado su guía al Romano Pontífice, ahora el Papa Francisco.

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  2. Traditionis costodes... está en contra de ciertos "cismáticos" que, dentro de la Iglesia, llegan a negar la validez de la Misa reformada por san Paulo VI y san Juan Pablo II, niegan el valor magisterial de las doctrinas del Concilio Vaticano II, y niegan la validez del magisterio de los Papas del postconcilio, incluso hasta la validez del pontificado del papa Francisco. Vale decir, se trata de "cismáticos" filo-lefebvrianos.

    La verdad es que los que niegan la validez de la Misa reformada, antes niegan la validez del Pontifical Romano, por lo cual NO PARTICIPAN de Misas celebradas por sacerdotes que tengan en su línea sucesoria algún Obispo consagrado con el nuevo Pontifical.
    Por lo que en el ambiente de Summorum pontificum no se daba esa situación. Más aún los sedevacantistas.

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  3. Estimado Anónimo,
    ¿me podría explicar mejor lo que Ud. quiere decir?

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  4. Lo que le quiero decir es que quienes niegan la validez de la nueva misa no asisten a celebraciones autorizadas por el motu proprio summorum pontificum.
    Por lo que el abuso de negar la validez de la misa nueva no se daba en ese ambiente.
    Por supuesto que los sedevacantistas menos aún asisten a esas capillas.
    Eso quiero decir.

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    1. Estimado desconocido,
      me parece claro que el Papa Benedicto XVI, al emanar las disposiciones implicadas en Summorum Pontificum, sobreentendiera que ese motu proprio concedía el permiso de celebrar el rito Vetus Ordo solamente a aquellos que reconocen la validez del Novus Ordo.
      Aquello que, en mi opinión, ha movido al Papa Francisco a emanar su motu proprio Traditionis Custodes ha sido el hecho de que se dio cuenta de que los cismáticos, es decir, los filolefebvrianos o pasadistas, contrarios a la Misa Novus Ordo, usaban como bandera de su cisma el motu proprio Summorum Pontificum del Papa Benedicto XVI.
      Por lo tanto, la intervención del Papa Francisco no es propiamente contra el Papa Benedicto, de hecho al contrario, pues defiende sus intenciones contra la instrumentalización que hacen los cismáticos en detrimento del Novus Ordo.

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    2. Lo que le estoy diciendo es que quienes niegan la validez de la nueva misa, proclaman no necesitar de un permiso para hacer uso del vetus ordo. Por eso le digo que ese abuso no se da en los así llamados grupos summorum pontificum.

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    3. Estimado desconocido,
      puedo entender que "quienes niegan la validez de la nueva misa, proclaman no necesitar de un permiso para hacer uso del vetus ordo". De hecho, demuestran ser cismáticos al rechazar el Novus Ordo, por lo que se puede entender que, de este modo, son desobedientes al Motu Proprio del Papa Francisco.
      En cuanto a esos grupos Summorum Pontificum, me gustaría saber cuál es su actual comportamiento o situación jurídica. De hecho, si el Motu Proprio del Papa Benedicto XVI ha sido derogado por el reciente Motu Proprio del Papa Francisco Traditionis Custodes, ¿la asociación sigue siendo legítima? ¿O bien ha tenido un indulto del Papa Francisco?

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