miércoles, 5 de enero de 2022

¿Antipapa?

Incluso a nueve años del inicio del actual pontificado, no faltan quienes todavía en la actualidad llegan a poner en duda la válida autoridad del papa Francisco en cuanto Papa, y lo ponen en cuestión en variados grados y de diversas maneras expresivas, aunque en todos los casos indicando siempre con ello su alejamiento objetivo de la fe católica y de la plena unidad con la Iglesia católica, fundada por Nuestro Señor Jesucristo Una, Santa, Católica y Apostólica, y puesta bajo la guía del Romano Pontífice, hoy el papa Francisco.

Las opiniones teológicas son posibles, pero sólo en el campo de lo opinable
   
----------Que en los medios de comunicación siempre han abundado los que hablan porque el aire es gratis es un hecho constatable, mucho más en nuestros tiempos de redes sociales, de millones de websites, de foros de discusión, de bloggers, de twitters, de facebookers, de youtubers, de influencers. Lo importante es hoy pegar un grito, influir en los demás, y "medir". Hoy la verdad no le importa a nadie, o bien a muy pocos. Esta historia es tan vieja como el cristianismo, desde aquella mañana en que un influencer posteó en el foro: "¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo?" (Mt 27,17). Sin embargo, bien sabemos que la verdad no depende de estadísticas ni de mayorías, sino de certezas objetivas.
----------El buen sentido común, y la honestidad lisa y llana nos dicen que nadie tiene derecho a opinar de cualquier cosa, sino de lo que es competente. De un hecho determinado sólo puede dar testimonio un testigo, y esto vale para cualquier ámbito del saber humano, con mucha más razón en el ámbito de la ciencia y de la técnica. Si de técnica hablamos, sólo puede opinar quien es ducho en ella, quien es hábil en su oficio: si mi coche ha dejado de funcionar de manera para mí misteriosa, ¿de qué sirve mi opinión, o que lo desarme y lo vuelva a armar, si yo no soy mecánico? Si de ciencia hablamos, lo mismo. Nadie puede opinar de enfermedades y fármacos sino el médico o el farmacéutico. Pero hoy todos hablan de todo, porque todos se creen mecánicos, médicos, farmacéuticos, terapeutas, nutricionistas, astrónomos o físicos nucleares, por el simple hecho de que han googleado el asunto en internet o lo han consultado en wikipedia.
----------El problema se agrava y es un tanto más complejo si nos referimos a la Verdad católica, donde está de por medio la Fe y lo que ella conlleva, pues para el católico se trata de Fe en la divina Revelación, a la cual llegamos por dos fuentes, Tradición y Escritura, ineludible y permanentemente mediadas por la autoridad docente del Magisterio de la Iglesia. También aquí estamos en ámbito científico, porque la teología es ciencia, ciencia de la Fe, inteligencia de la fe, fides quaerens intellectum.
----------Naturalmente, en este ámbito científico que es la teología existe la llamada libertad teológica, pero esta libertad de los teólogos tiene dos condicionamientos: el primero es básico y común a cualquier ciencia, y nos dice que sólo puede opinar de teología aquel que es teólogo, competente en la recta teología; el segundo es un condicionamiento específicamente católico, pues en teología no se puede opinar de todo, ya que hay cuestiones que son opinables y cuestiones que no lo son. Sólo es posible opinar sobre aquellas cuestiones donde el Magisterio aún no se ha expresado. El dogma no es cuestión opinable.
   
¿Es el papa Francisco un antipapa?
   
----------Sobre el asunto al que hoy me referiré, tratando de hacerlo más o menos brevemente, no daré nombres, en la medida de lo posible. Y no lo haré por dos motivos ya indicados en otras ocasiones: primero para no difundir el error indicando sitios que propalan sentencias que frecuentemente saben a herejía o que de hecho a veces constituyen verdadera y propia herejía; y segundo, porque los autores de estas sentencias aún están a tiempo de convertirse, y al no tratarse de personajes demasiado públicos, no merece que se los señale con nombre y apellido, al menos por el momento, según prudencia me indica.
----------En un blog italiano de cierta fama, un periodista, a mediados de diciembre pasado, ha sostenido, siguiendo una cierta tendencia de sedicentes católicos, que el papa Francisco es un antipapa, que ocupa la sede de Pedro en lugar del Papa legítimo, que sería Benedicto XVI, cuya dimisión sería inválida.
----------En particular, aquel periodista acusa fieramente de engañadores a quienes sostenemos (como es mi caso) la ortodoxia del papa Francisco valiéndonos de la distinción, según el pediodista dice mal aplicada, entre el Papa como doctor privado y el Papa como doctor de la fe. En otras palabras, para este periodista, quienes hacemos este tipo de distinción, habríamos atribuido a la primera calificación del Papa como doctor privado, errores doctrinales, que se encuentran en su enseñanza como doctor de la fe.
----------He aquí sus palabras, que cito a pluma alzada: "Según estos teólogos, Bergoglio es católico, en cuanto es Papa (ya que el Papa es siempre católico). Ergo, ya que el Papa no puede ser sino uno, y es Francisco, Benedicto XVI ya no es Papa. Estos teólogos justifican las acciones e innovaciones no-católicas de Bergoglio diciendo que son sólo 'bromas', o 'expresiones lingüísticas infelices', o redefiniéndolas como católicas porque 'hechas por el Papa, que no se engaña y no nos engaña'. La absurdidad del sofisma es patente: imaginémonos dos vasijitas con las palabras 'Azúcar' y 'Sal', pero con el contenido invertido. Según el sofisma, el sabor saladísimo del polvo contenido en la vasijita 'Azúcar' sería sólo un ligero defecto del azúcar, mientras que, viceversa, la vasijita con la etiqueta 'Sal', por exclusión, contendría seguramente sal".
   
El Papa es elegido por los representantes de toda la Iglesia
   
----------Aprovecho, entonces, la ocasión que se me presenta en este artículo, también para ampliar el discurso y referirme al tema tratado por este periodista italiano, que en realidad va más allá de la crítica que él hace a quienes como yo, sostenemos la ortodoxia del Romano Pontífice recurriendo a sus enseñanzas como doctor privado y como maestro de la fe: la cuestión de si el papa Francisco es verdadero Papa o no lo es más bien el papa Benedicto. Enumero algunas razones a favor del papa Francisco.
----------1. Ante todo, debe decirse que el papa Francisco ha sido aceptado desde el inicio por todo el colegio cardenalicio. Ningún cardenal, ni siquiera los que le son mayormente adversarios, ha tenido nada que decir en contra. Esto significa que evidentemente antes de elegir al nuevo Papa, los cardenales (o quien en su nombre) habían podido verificar la validez de la dimisión de Benedicto. Por consiguiente, todos los argumentos destinados a demostrar la invalidez de la dimisión de Benedicto no se sustentan.
----------Por el contrario, los antipapas siempre han sido creados por facciones políticas o extremistas o por la intromisión de los soberanos temporales, ya sea que estuviera vivo o muerto el Papa legítimo. Sólo el antipapa del cisma occidental nació de la secesión de un grupo de cardenales que, por otra parte, como señaló santa Catalina de Siena [1347-1380], lo habían elegido y le habían prometido obediencia.
----------La diferencia entre un Papa legítimo y un antipapa es que mientras el Papa legítimo es elegido por las representaciones o por el colegio electoral que representa de hecho a toda la Iglesia, los antipapas o se han autoproclamado o han sido proclamados o impuestos solo por una parte o partido o facción, cismáticos, internos a la Iglesia o, a veces, incluso externos, simplemente laicales.
----------Es posible, por ejemplo, según el testimonio del cardenal Godfried Danneels [1933-2019], que el grupo modernista de San Galo, compuesto por algunos cardenales, haya conspirado para hacer elegir al cardenal Bergoglio, pero desde el momento en que él ha sido elegido por el colegio cardenalicio y ha sido aceptado, está claro que la elección ha sido válida y Francisco es el Papa legítimo.
----------2. La dimisión de Benedicto es sustancialmente válida, prevista por el Derecho Canónico, incluso si contiene algunos irrelevantes errores de forma; pero su intención es clara, de lo contrario Benedicto no habría hecho profesión de obediencia al nuevo Papa inmediatamente después de su elección.
----------Creer que Benedicto se considere todavía secretamente Papa en función y considere inválida la elección de Francisco, expresándose, como dicen algunos, mediante un lenguaje cifrado, es un teorema ridículo, digno de quien lee demasiadas novelas policiales o películas de espionaje, y hace una gravísima ofensa, sobre todo, al propio Benedicto, quien, si llegara al conocimiento de una tal irreverente trama de novela de ciencia ficción (si no es que ya la ha llegado a conocer) rechazaría ciertamente con desdén tal artificiosa suposición.
----------3. En la declaratio, el papa Benedicto dice renunciar al ministerium, pero no al munus. Cabe señalar que Benedicto entiende munus en un sentido diferente al utilizado por el Código, el cual habla de renuncia al munus (can.332, §2). De hecho, Benedicto dice no renunciar al munus. Por lo tanto, Benedicto es todavía Papa, pero Papa que no ejerce el ministerium, que está ahora en manos de Francisco.
----------Esto significa que el Código Canónico por munus entiende el ejercicio del oficio petrino y por lo tanto identifica munus ministerium, mientras que Benedicto los distingue en el sentido antes mencionado. En efecto, en el Código no aparece todavía esta distinción, que no tiene solo un carácter fáctico, sino también dogmático, porque fue introducida por Benedicto todavía en la plenitud de su autoridad apostólica. En otras palabras, con esa distinción, Benedicto nos aclara qué cosa significa ser Papa como dato de fe.
----------Hasta la Declaratio, el derecho canónico siempre ha identificado munus y ministerium, de modo que si un Romano Pontífice daba la dimisión, simplemente dejaba de ser Romano Pontífice. En cambio, la novedad inaudita, o sea sin precedentes, que ha introducido Benedicto con su distinción entre munus y ministerium es que de ahora en adelante, el Papa que debiera dar la dimisión, sigue siendo Papa, Papa simplemente en reposo, no ya ejercitante del ministerio petrino, que por lo tanto viene asumido por su Sucesor.
----------Por lo tanto, el hecho de que hoy tengamos dos Papas no debe conducir a escándalo; no es un vulnus a la unicidad del Papa deseada por Nuestro Señor Jesucristo, siempre y cuando tengamos la precaución de distinguir el ser Papa del hacer el Papa. También hoy tenemos un solo Papa, en el sentido de que solo uno, el papa Francisco, ejerce el ministerio petrino, mientras que está en dos el tener el munus.
----------¿Cómo se explica, por lo tanto, esta aparente incongruencia entre los dos significados de munus? Se explica con el hecho de que en la Declaratio Benedicto XVI, con plena autoridad apostólica, distingue, por primera vez en la historia del dogma, en la esencia del pontificado, el simple ser Papa (munus) del hacer el Papa o actuar como Papa (ministerium). Benedicto entiende decir que él sigue siendo Papa (Papa emérito), Papa en reposo, mientras pasa el ministerium, es decir, el ejercicio del oficio petrino, a su Sucesor, que es Francisco, el cual ha reconocido el título de Papa emérito que se ha dado Benedicto.
----------Por consiguiente, el papa Francisco es el actual Papa en el cargo y el papa Benedicto XVI es el actual Papa emérito, así como el azúcar está en la vasijita del azúcar y la sal en la vasijita de la sal.
   
Respuesta a algunas de las críticas que hoy circulan
   
----------En referencia a las palabras del periodista italiano (que he mantenido innominado), la acusación que hace al papa Francisco de haber cumplido "acciones e innovaciones no-católicas" es del todo falsa, y es igualmente falso que quienes sostenemos su ortodoxia (como no puede ser de otro modo) minimizaríamos los supuestos errores del Papa, ocultándolos detrás de la etiqueta de "expresiones lingüísticas infelices".
----------Es cierto que en algunas ocasiones he interpretado ciertas expresiones extemporáneas del Romano Pontífice actual como "bromas" o "expresiones lingüísticas infelices", también he hablado de "lapsus", pero he dicho que estas cosas, a razón vista, tratándose sí de materias reconducibles explícitamente o implícitamente, directamente o indirectamente a materia de fe o de moral, en realidad no comprometen su magisterio doctrinal, ya que muestran manifiestamente no la intención de enseñar como doctor de la fe, sino la de expresar una opinión del momento o una visión subjetiva o un repentino pensamiento impulsivo. Sin embargo, se trata solo de defectos humanos, psicológicos o culturales o de lenguaje o de temperamento o de carácter, que no afectan de ninguna manera la substancial autoridad apostólica ni el carisma petrino.
----------Estas palabras improvisadas, a las cuales me refiero, el papa Francisco generalmente las ha pronunciado extemporáneamente, en lugares improvisados, no oficiales y, por lo tanto, no autoritativos y no magisteriales, sino casuales u ocasionales, como entrevistas con periodistas, en tierra o en avión, o en libros impresos o sus expresiones en redes sociales o llamadas telefónicas o coloquios privados. Se trata de expresiones que, por lo tanto, debemos pasar por alto, sin darles más importancia que la que tienen.
----------La crítica que hago al Papa no es la de errar en la doctrina, lo cual es imposible, dada la asistencia del Espíritu Santo. El Papa es el único católico en toda la Iglesia, que puede pecar contra todas las virtudes, pero no contra la fe. Las críticas que, en cambio, le dirijo, aparte de aquellas discutibles sobre algunas de sus decisiones pastorales o de gobierno, es lo precipitado o bien lo reticente en el hablar.
----------En el papa Francisco me parece notar a veces la oscilación entre una excesiva locuacidad, incluso sobre temas profanos, y viceversa, a veces la reticencia a decir lo que es necesario decir, sobre todo si es de específica competencia del Romano Pontífice, que son todas cosas que no tocan al carisma petrino, sino a la pastoral, todos defectos de los cuales un Papa no está protegido por el Espíritu Santo.
----------He notado en particular algunas expresiones que se prestan tanto a favorecer al católico como al luterano, pero que al mismo tiempo podrían interpretarse tanto en contra del uno como en contra del otro. Es cierto que a veces tiene tonos que parecen modernistas y que son habitualmente instrumentalizados por los modernistas. Pero siempre he demostrado cómo pueden ser interpretados en sentido católico.
----------Otro defecto es el de no aclarar o no desmentir después de que han surgido los equívocos, las dudas y las falsas interpretaciones acerca de aquello que ha dicho o que se dice que haya dicho. Ejemplos llamativos han sido las desastrosas conversaciones con Eugenio Scalfari y el hecho de no responder a la solicitud de aclaración (por más bien o, en realidad, mal hecha, que haya sido tal solicitud) que le dirigieron cuatro ilustres cardenales a propósito de la controvertida Amoris laetitiae. Naturalmente, esa exhortación apostólica no contiene errores doctrinales y, sin embargo, existen ambigüedades que deberían ser aclaradas.
----------Si, por el contrario, consideramos los documentos oficiales de alto nivel, como las encíclicas o las cartas pastorales o apostólicas, encontramos, en medio de frases o declaraciones de menor valor, al maestro de la fe. A nivel de autoridad menor pero siempre oficialmente, el Papa también habla en las audiencias generales, en las homilías de la Misa y en los discursos oficiales. Aquí cada tanto podemos encontrar expresiones poco claras o que pueden generar el equívoco o causar dificultades, o expresiones incluso ambiguas, pero que con una atenta y cuidadosa interpretación benévola pueden recibir un sentido ortodoxo.
----------Al mismo tiempo reconozco gratamente que cuando este Romano Pontífice está en vena y de buen humor, llevado por el Espíritu Santo que sopla, sabe usar, como consumado orador y pastor nato, un lenguaje popular franciscano y un tono familiar frescos y espontáneos, con acentos poéticos y vivaces, lleno de anécdotas coloridas, inventa consignas (slogans) eficaces e incisivas, que repite frecuentemente y han dado la vuelta al mundo, es capaz de meterse en el corazón de cualquiera, sensible, como se sabe, a las más graves miserias y debilidades y a las injusticias padecidas por los más frágiles y por los últimos.

16 comentarios:

  1. Estimado padre Filemón,
    sustancialmente estoy de acuerdo con usted, y siempre me ha parecido que los artículos de quienes niegan autoridad y validez de Papa a Francisco, son relatos de fantaciencia, brotados del cisma en el que viven sus autores, o del odio, o de la antipatía, o de la carencia de suficiente fe para superar el escándalo que muchas veces implica el aspecto humano en todo Papa.
    Sin embargo, no comparto el dato de la división de munus y ministerium en el Papa.
    En un obispo cualquiera, esto es posible. Se jubila y no ejercita el ministerio, pero siempre sigue siendo obispo. Lo mismo pasa en aquellos a los que se le otorga cualquier grado del orden sacerdotal.
    En el Papa, en cambio, no es posible eso, en cuanto que se llega a ser Papa por elección cardenalicia y no con un sacramento. Que Benedicto pueda ser llamado papa emérito, para mí está bien, pues él es obispo emérito de Roma y el obispo de Roma es el Papa.
    Me pregunto: ¿Un papa tiene la autoridad para guardar para sí el munus y transmitir a otros el ministerium? El munus petrino es dado Dios en vista del ministerio. Una vez que el ministerio es dado a otro, el munus se pierde. Y esto porque no es posible que haya dos papas contemporáneamente. El término de "papa emérito" no significa que Benedicto XVI sea todavía Papa. Espero y creo que acerca de esto se haga claridad lo antes posible.

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    1. Estimado Aureliano,
      en primer lugar, la distinción entre munus y ministerium la ha hecho el propio Papa Benedicto en la Declaratio, en cuanto ha dicho que él conserva el munus papal, es decir, sigue siendo Papa, pero renuncia al ministerium, esto es, al ejercicio del oficio petrino. En cuanto al Papa Francisco, es evidente que si tiene el ministerium, tiene también el munus, porque para ejercitar el ministerium es necesario el munus, como para decir que para hacer de Papa es necesario ser Papa. En efecto, actualmente el único Papa en ejercicio es el Papa Francisco, y en este sentido se puede decir que el Papa Francisco es el único Papa y no son dos.
      Por cuanto respecta al oficio episcopal, la cosa es diferente porque el oficio episcopal existe o no existe. Por lo tanto, si por ejemplo el obispo de Mendoza da la dimisión, él ya no es obispo de Mendoza. Es cierto que es llamado obispo emérito, pero no en el mismo sentido en que es llamado emérito el Papa dimisionario. De hecho, a diferencia del obispo dimisionario, el Papa dimisionario sigue siendo obispo de Roma, incluso si no ejerce el oficio, el cual viene transmitido al nuevo Papa.
      Es cierto que el obispo dimisionario sigue siendo siempre obispo, pero ya no es obispo de aquella diócesis, que él ya no gobierna. En cambio, el Papa sigue siendo Papa, incluso si ya no gobierna la Iglesia, es decir, no actúa ya como Papa.
      Es cierto que el Papa es Papa en virtud de una elección. Sin embargo, la aclaración que nos ha dado Benedicto XVI, acerca de la permanencia del munus papal, nos induce a pensar que el ser Papa tenga un efectivo vínculo necesario con el sacramento del Orden. En efecto, como se dice: "Tu es sacerdos in aeternum", así el Papa Benedicto, diciendo que él será Papa para siempre, es como si hubiera dicho: "Tu es Papa in aeternum". En efecto, todo Papa es Pedro. Pedro es una figura eterna.
      Si Benedicto, por entonces todavía con la autoridad apostólica, ha dicho en la Declaratio que él conserva el munus, no hay que plantearse la duda ni la pregunta de si podía hacerlo. Si en efecto lo ha hecho, con su autoridad de Papa, quiere decir que podía hacerlo.
      Por cuanto respecta al ministerium, no es que el Papa Benedicto se lo haya concedido al Papa Francisco, sino simplemente el Papa Benedicto ha dado la dimisión, después de lo cual en un cónclave legítimo ha sido elegido el Sucesor del Papa Benedicto, que es el Papa Francisco. Por consiguiente tanto el Papa Benedicto como el Papa Francisco tienen el munus papal, pero solo el Papa Francisco tiene el ministerium papal.
      Una vez que el ministerium es entregado a otro Sucesor de Pedro, el Papa dimisionario es decir, el Papa emérito, no ha perdido en absoluto el munus, porque él mismo, como he dicho antes, ha afirmado mantenerlo. En el paraíso del cielo ningún Papa conserva el ministerium, sino solamente el munus de Papa. El Papa Benedicto XVI nos nos ha revelado este aspecto del Papado, que hasta ahora no conocíamos, que agrega una nueva luz a la gloria del Papado.
      El Papa Benedicto nos ha hecho comprender que en realidad pueden existir contemporáneamente dos Papas, en cuanto entrambos conservan el munus. Si, en cambio, consideramos el ministerium, entonces el Papa es uno solo, y es el Papa Francisco.

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  2. Estimado padre Filemón:
    Gracias por su respuesta, aún cuando no estoy de acuerdo con ella.
    Fui a releer la 'declaratio' de la renuncia y me parece que Benedicto XVI no hace ninguna mención al munus sino que habla sólo del ministerium al que renunciaba. Seguramente porque munus y ministerium en el papa son inescindibles. Creo que el munus petrino consiste en el primado y en la infalibilidad y no puede estar presente sino solamente en una sola persona y esta es el papa que ejercita el ministerio. Pedro no hay sino uno solo y no dos contemporáneamente, y esto por autoridad divina. Quien renuncia a ser papa pierde el ministerio y también el munus porque, como he dicho, papa se convierte por elección y aceptación del elegido y no con un sacramento específico. El papa no tiene un "carácter" indeleble específico de papa como lo tiene el bautizado o el distinguido por el Orden Sagrado. Tiene un título específico, "Papa", que puede mantener incluso después de la renuncia. De hecho, papa Benedicto XVI hay uno solo, así como papa Francisco I hay uno solo. Por lo tanto, distinguidos por el título de papa puede haber más de uno. Pero papa en cuanto tal no hay sino solo uno. Por lo cual a mí no me disgusta el título de papa emérito. Decir que Benedicto mantenga el munus papal junto con Francisco, creo que puede alimentar los desvaríos heréticos de un Minutella, por ejemplo, e incrementar el número de los adherentes a la que ahora se puede llamar su secta. Acabo de leer la entrevista realizada por Vatican Insider con el obispo mons. Sciacca el 16 de agosto de 2016 y creo que es muy esclarecedor sobre este tema.
    Gracias por permitirme dialogar.

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    1. Estimado Aureliano,
      si una persona se atribuye un título, a fin de que esta persona no sea un jactancioso o un fanfarrón, es necesario que este título tenga un fundamento real, de lo contrario se trata o bien de una pura y simple palabra sin significado, o bien eventualmente de una expresión en broma.
      Ahora bien, si el Papa Benedicto se atribuye el título de Papa, quiere decir que es verdaderamente Papa. ¿Pero Papa, cómo? Pues bien: Papa que no gobierna.
      Por lo tanto, estimado Aureliano, hay que admitir una distinción entre el SER Papa y el HACER el Papa.
      Por eso insisto en sostener la distinción entre munus (ser Papa) y ministerium (hacer el Papa). ¿Por qué insisto en esta tesis? ¿Sobre qué me baso? Sobre esta declaración del Papa Benedicto XVI:

      1) "Bene conscius sum hoc munus secundum suam essentiam spiritualem non solum agendo et loquendo exsequi debere, sed non minus patiendo et orando..."

      2) "...qui ultimis mensibus in me modo tali minuitur, ut incapacitatem meam ad ministerium mihi commissum bene administrandum agnoscere debeam"

      (cf. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/la/speeches/2013/february/documents/hf_ben-xvi_spe_20130211_declaratio.html).

      El Papa Benedicto habla de una "esencia espiritual" (munus secundum suam essentiam spiritualem) del Papado, donde se ve claramente que el munus (es decir, el ser Papa), puede ser ejercitado en dos modos: como Papa emérito "patiendo et orando" y como Papa reinante o gobernante (es decir, HACER el Papa) "agendo et loquendo".
      Por cuanto respecta a la segunda frase citada de la Declaratio, es evidente que el término ministerium se refiere al hacer el Papa, es decir, al gobierno de la Iglesia, lo que está haciendo el Papa Francisco. En este sentido, el Papa es uno solo. Pero si consideramos el munus, debemos admitir que efectivamente los Papas son dos: uno que ejercita y el otro que no ejercita.
      Por cuanto respecta a las palabras de mons. Sciacca, es evidente que él se refiere al ministerium, y entonces es lógico que no puedan ser dos Papas que desarrollen juntos el ministerium, y por consiguiente no puede haber un Papado compartido. Sin embargo, existe el munus, que es la esencia del Papado, que tanto puede como no puede ejercitar el ministerio del Papado.

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  3. Buenas noches,
    si me es permitido el comentario, leyendo la Declaratio, entiendo que la referencia al orar y al padecer se refiere a una "espiritualidad pontificia" que el Papa emérito quiere cultivar, en comunión con el Papa Francisco y ad adiuvandum del mismo.
    A mi parecer, no existe ninguna distinción entre munus y ministerium en el papado, ni BXVI habría podido establecerla, siendo de derecho divino.
    No hay ningún carisma como en el caso del Obispo.
    Eso sí: una innovación que ha hecho ha sido la de delinear la figura del Papa emérito (sobre la cual se basa el equívoco de los dos Papas), con el servicio de la plegaria "en el recinto de San Pedro" "en una nueva relación con la sede desde fuera de la concreta sustancia jurídica del Oficio".
    Por otro lado, el propio BXVI afirma claramente que el Papa es uno solo (sin distinción alguna entre munus y ministerium, por lo tanto).
    Por otra parte, más allá de la reconstrucción que mira a desacreditar los actos externos de BXVI, favoreciendo un misterioso código secreto, en vista del cual el primero arrojaría división y confusión conscientemente en la Iglesia para erradicar la presunta cizaña (de manera poco evangélica), una declaración de sede impedida equivaldría al vía libre para una nueva elección válida.
    Gracias.

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    1. Estimado Fernando,
      el papa Benedicto en la Declaratio, mientras dice, por un lado, renunciar al ministerium entendido como efectivo gobierno de la Iglesia, ahora en las manos del papa Francisco, por otro lado, hablando del munus papal como "esencia del Papado", ha distinguido dos modalidades de ejercicio, una de tipo espiritual, que ha reservado para sí, y la otra de tipo jurídico, a saber, el gobierno de la Iglesia, ahora ejercitado por el papa Francisco.
      Ciertamente, la institución del Papado es de derecho divino. Pero la distinción hecha por Benedicto entre munus y ministerium, entre Papa emérito y Papa reinante, entra obviamente en el horizonte del pontificado y, por lo tanto, no afecta para nada el derecho divino. Por otra parte, entra en el poder magisterial del Papa explicitar los contenidos de la fe.
      Ahora bien, está claro que el Papado es un dato de fe. Por lo tanto, la distinción entre munus y ministerium hecha por Benedicto XVI (todavía plenamente vigente su autoridad magisterial petrina) es una explicitación dogmática de la esencia del Papado. La distinción se sitúa en lo interno del mismísimo carisma petrino. No hay ningún problema en admitir dos Papas distinguiendo Papa emérito y Papa reinante. Es necesario precisar, sin embargo, que si se trata de ministerium, es decir, del gobierno de la Iglesia, aquí el Papa es uno solo. Esto es lo que Benedicto ha querido decir cuando ha dicho que el Papa es uno solo. Mientras que cuando ha dicho ser Papa para siempre se ha referido al simple munus.

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  4. Ernesto Vergara:
    Querido padre Filemón,
    Permítame señalarse dos pasajes de un artículo del profesor Roberto de Mattei del 11 de abril de 2018. Quizás Ud. ya conozca estos textos; pero permítame recordarlos, para ver si le sugieren otros comentarios, además de los que ya ha venido haciendo:

    "Para democratizar la Iglesia, los innovadores tratan de despojarla de su aspecto institucional y reducirla a una dimensión puramente sacramental. Es el paso de la Iglesia jurídica a la Iglesia sacramental o de comunión. ¿Y cuáles son las consecuencias? En el plano sacramental, el Papa, como obispo, es igual a todos los demás prelados. Lo que lo sitúa por encima de todos ellos y le confiere un poder supremo, pleno e inmediato sobre toda la Iglesia es su oficio jurídico. El munusespecífico del Sumo Pontífice no consiste en su potestad de orden, que comparte con todos los demás obispos del mundo, sino en su potestad de jurisdicción, o de gobierno, que lo distingue de todos los demás prelados. El cargo cuya titularidad ostenta el Papa no supone un cuarto nivel en las órdenes sagradas por encima del diaconado, el sacerdocio y el episcopado. El ministerio petrino no es un sacramento, sino un oficio, porque el Papa es el vicario visible de Jesucristo. La Iglesia-sacramento disuelve, por la propia visibilidad de la Iglesia, el Primado Petrino."

    "Benedicto XVI tenía la facultad de renunciar al pontificado, pero habría debido, en consecuencia, renunciar al nombre de Benedicto XVI, a la sotana blanca y al título de papa emérito. En resumidas cuentas, tendría que haber dejado definitivamente de ser papa, e incluso haber dejado de residir en el Vaticano. ¿Por qué no lo ha hecho? Porque parece que Benedicto XVI está convencido de que todavía es papa, aunque sea un papa que ha renunciado al ejercicio de su ministerio petrino. Esta convicción nace de una eclesiología profundamente errónea, fundada en un concepto sacramental y no jurídico del Papado. Si el munus petrino es un sacramento y no un cargo jurídico, imprime carácter, pero en ese caso sería imposible renunciar al cargo. La renuncia presupone la revocabilidad del cargo, y es por tanto irreconciliable con un concepto sacramental del pontificado. Con toda razón el cardenal Brandmüller encuentra incomprensible la tentativa de establecer una especie de paralelismo contemporáneo entre un papa reinante y un papa orante: 'Un papado bicéfalo sería una monstruosidad', ha afirmado. 'El derecho canónico no reconoce la figura de un papa emérito.' 'El dimisionario, en consecuencia, ya no es obispo de Roma ni papa, ni siquiera cardenal'."

    (cf. https://www.robertodemattei.it/es/2018/04/11/tu-es-petrus-la-verdadera-devocion-la-catedra-de-san-pedro/)

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    1. Estimado Ernesto,
      La cuestión planteada por De Mattei es efectivamente muy seria, es decir, se plantea el problema de la relación del oficio petrino con el aspecto sacramental y jurídico de la Iglesia. De Mattei afirma acertadamente que el oficio petrino es una institución jurídica y, de hecho, es de derecho divino.
      El punto sobre el cual no estoy de acuerdo con De Mattei es la acusación que él hace al Papa Benedicto XVI de estar influido por una concepción puramente sacramental y no jurídica de la Iglesia, cosa que no resulta absolutamente.
      Un punto delicado es la relación entre episcopado y papado. De Mattei tiene razón cuando dice que el papado no es un cuarto grado del Sacramento del Orden, por encima del episcopado. Sin embargo, el papa Benedicto, ha dicho que seguiría siendo Papa para siempre, aunque ya no esté en ejercicio. ¿Qué ha intentado decir? Nuestro pensamiento no puede dejar de dirigirse al "Tu es sacerdos in aeternum".
      Aquí expreso mi opinión. Y mi opinión es que esta convicción, que tiene el papa Benedicto, de seguir siendo de algún modo Papa, aunque no gobernando la Iglesia como Papa, debe de algún modo estar coligada con su sacerdocio episcopal. Por tanto, la tesis de De Mattei, según la cual el papa Benedicto, dimitiendo de desarrollar su ministerio petrino, no sería ya Papa, queda en netro contraste con cuanto Benedicto ha dicho de sí mismo.
      Indudablemente, mirando la historia, por ejemplo el caso de Celestino V, todos sabemos que, una vez que renunció al ministerio petrino, abandonó el nombre de Celestino V y reasumió su nombre de monje, a saber, Pedro.
      Ahora bien, en este caso del Papa Benedicto, una consideración puramente histórica no es suficiente para dar un juicio acerca del valor de cuanto ha dicho el Papa Benedicto sobre sí mismo, como Papa emérito. En efecto, nuestro deber como católicos, ante una declaración de tal género, no debe ser el de citar aquello que ha sucedido en el pasado, sino el deber de aceptar con confianza lo que el propio Benedicto ha declarado, todavía vigente su autoridad de Papa en ejercicio.
      La idea del Papa Benedicto, entre otras cosas, nos sugiere algo muy bello, y es que los Papas que se encuentran en el paraíso del cielo, aunque obviamente ya no gobiernan la Iglesia, en virtud de su carisma papal, que no han perdido, sino que duran eternamente, desarrollan una preciosa acción de asistencia del Papa reinante sobre esta tierra.
      Si, por el contrario, fuera verdadera la tesis de De Mattei, de que ya no son Papas, perderíamos la preciosidad de esta deducción, que podemos hacer del concepto de Papa emérito.
      Por cuanto se refiere al aspecto jurídico, también el Papa dimisionario no pierde el munus jurídico de ser Papa e incluso lo conserva para la eternidad en el paraíso del cielo. Los Papas fallecidos, y por tanto también los Papas eméritos, siguen siendo sucesores de Pedro para siempre, incluso en el cielo o en el infierno.
      El papa Francisco ha declarado recientemente que el papado emérito ha sido instituído por el papa Benedicto.

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  5. ¿Así que tú eres Rey? Tú lo dices.
    Porque Benedicto sigue siendo todavía Papa, el padre Filemón ha admitido que todavía es Papa en una forma diferente. Ahora bien, el Papa sólo puede ser uno. Si Benedicto es Papa y el Papa sólo puede ser uno, en consecuencia el verdadero Papa es Benedicto.
    Cuando Pedro, después de haber sido liberado de la cárcel, sale de Jerusalén para ir a Roma y Santiago toma las riendas de la iglesia en Jerusalén, este último NO se convierte en la cabeza de la Iglesia, es la cabeza solo de la Iglesia de esa ciudad, Jerusalén. En cambio, Pedro, yendo a Roma, sigue siendo cabeza de la Iglesia Universal y, por lo tanto, también de la Iglesia de Jerusalén.
    Explico lo que he dicho: incluso si Santiago-Bergoglio hace de obispo de Roma, sin embargo, el Vicario de Cristo, el Primado de la Iglesia Católica PERMANECE siendo siempre y en todo caso Pedro-Ratzinger.
    Hay que leer el capítulo 21 de Juan, capítulo profético... Roma es la sede del martirio y Benedicto lo está viviendo.

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    Respuestas
    1. Estimado desconocido,
      la solución a la cuestión acerca de quién gobierna hoy la Iglesia, sobre la cátedra de Pedro, no la puedo recabar de la Sagrada Escritura, sino simplemente de la constatación de los hechos, y esto, en concreto, quiere decir: del hecho de que el papa Benedicto ha dado la dimisión y en su puesto ha sido elegido legítimamente el papa Francisco, al cual Benedicto ha hecho profesión de obediencia, considerándose a sí mismo Papa emérito, título que también le ha reconocido el papa Francisco.

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    2. Estimado Padre,
      por supuesto no tengo ninguna intención de entrar en polémica, pero, desde mi punto de vista, creo que de la Escritura, que es la Palabra de Dios, se puede deducir que Jesús ha establecido a UN solo Pedro al frente de su Iglesia.
      Si Benedicto es todavía Papa, aunque sea emérito, no puede haber un segundo y si hay dos personas con el título de Papa, está claro que se debe dar "precedencia" al primero de estos elegidos cronológicamente.
      En este punto Benedicto debería renunciar al título de Papa, en cuanto que podría, paradójicamente, ser él el antipapa.
      Por otro lado, sabemos que "emérito" puede también tener un significado oculto, pero no quiero, como ya he dicho, ser polémico.
      Como simple cristiano, me planteo en realidad algunas preguntas y creo que Benedicto es Papa, sigue siendo Papa... así que me pregunto si Francisco realmente lo es.
      Y existe una segunda problemática: muchos de los actos de Bergoglio no son católicos y tengo fuertes dudas sobre su vida de fe y de oración, ¿quién lo ha visto alguna vez con un breviario o un rosario en la mano o en adoración? Quizá haya episodios esporádicos testimoniados por las cámaras.
      Por lo tanto, su vida espiritual, unida a ciertos actos (dignos de un apóstata, o de un excomulgado) me hacen dudar mucho de que él sea el verdadero Papa o que todavía lo sea.
      De todos modos, gracias por los contenidos de su blog, que he descubierto recientemente, ¡muy interesante!

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    3. Estimado desconocido,
      es verdad de fe que el Papa reinante es uno solo. Benedicto sigue siendo Papa, como él mismo ha dicho expresamente, en el sentido de que conserva el munus papal, que es la esencia del Papado, a pesar de haber renunciado al gobierno de la Iglesia (ministerium).
      Este hecho inaudito, o sea sin precedentes, en toda la historia del Papado nos obliga a decir que efectivamente hoy tenemos dos Papas, uno emérito y el otro reinante. Por consiguiente, Benedicto, sí, sigue siendo efectivamente Papa. Y usted se pregunta: ¿pero entonces, quién es Francisco? Francisco ha sido legítimamente elegido Papa, en lugar de Benedicto, por lo cual él, según la ley del Señor, es la única Cabeza y Pastor, que apacienta la Grey de Cristo.
      El papa Benedicto no ha renunciado al título de Papa, porque ha distinguido Papa emérito y Papa reinante, y él se ha reservado el título de Papa emérito. Por lo tanto, sigue siendo Papa, Papa para siempre, eternamente, como él mismo ha dicho, por lo cual no se puede absolutamente considerar un antipapa, porque el antipapa es un falso papa.
      Aunque Benedicto haya seguido siendo Papa, usted no se debe plantear la pregunta de si Francisco es verdadero Papa. Basta que usted tenga presente la distinción entre Papa emérito y Papa reinante.
      Por otra parte, debo señalar que las acusaciones que usted hace contra el Papa Francisco, son infundadas. Sobre todo es inaceptable la acusación de herejía, de apostasía y de digno de ser excomulgado.

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    4. Usted me dice: "...debo señalar que las acusaciones que usted hace contra el Papa Francisco, son infundadas. Sobre todo es inaceptable la acusación de herejía, de apostasía y de digno de ser excomulgado".

      Estimado Padre, mea culpa si he sido educado en una fe cristiana de vieja estampa y admito que no tengo competencia teológica ni menos algún tipo de autoridad para emitir juicios.
      Pero ver a un papa aceptando un crucifijo con la hoz y el martillo (la Iglesia siempre ha condenado el comunismo), que pone en escena ritos paganos como la pachamama (la iglesia siempre ha condenado estas formas de culto a los ídolos), sus incontrovertibles actos modernistas (existió un juramento anti-modernista), y una serie de otras cosas similares, innumerables, hacen que un católico como yo tienda a definir a este papa como no-católico.
      Ustedes, sacerdotes y obispos, ¿han comprendido o no que estamos divididos? y un reino dividido cae en la ruina, ¿no es verdad? ¿Por qué entonces no comprenden que muchísimos cristianos, entre los pocos que quedan, dudan constantemente de varias posturas del papa Bergoglio, posiciones que contradicen el magisterio de la Iglesia en muchos puntos?
      Y ¿por qué no se hace mención a la vida sacramental del Papa? ¿recuerda a Juan Pablo? A Bergoglio nunca se le ve en adoración, sus ceremonias tienen muy poca solemnidad, nunca un rosario, la liturgia de las horas (recuerdo que para el clero es obligatoria y el mismo Papa no está dispensado de ella), ¿cómo puede confirmar a sus hermanos en la fe si él mismo da a muchos la impresión de que no cree?
      En lo que respecta a Ratzinger, NADIE ha tenido nunca la menor duda sobre su vida interior.
      Dado que este es mi último mensaje que escribiré sobre el tema, no puedo dejar de decirle que, como he escrito antes, no son pocos los que no tienen ninguna estima por Bergoglio como papa y prefieren y extrañan a Benedicto.
      Obviamente si esto representa una falta a los ojos del Señor responderemos por ello; pero estas dudas (o certezas) sobre la figura de Francisco están motivadas por los comportamientos que pone en práctica.

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    5. Estimado desconocido,
      usted mismo reconoce no ser teólogo. Yo, en cambio, soy teólogo desde hace varias décadas. No dudo de su fe y también puedo compartir algunas de sus críticas. Sin embargo, para orientarle en el modo de poder evaluar la conducta del Papa, quisiera pedirle que siga mis artículos (sobre el Papa ya he escrito muchos), que los siga con confianza, como se escucha la opinión de una persona competente.
      No digo que yo sea infalible. Sin embargo, creo que merezco ser escuchado.
      Lo esencial que le aconsejo sobre esta cuestión, respecto al Papa, es que usted se fije en lo esencial y lo esencial es que, para el católico, el Papa es el Vicario de Cristo, que en el nombre de Cristo tiene las llaves de la Reino de los cielos.

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    6. Rev. Padre, discúlpeme por lo que estoy por escribir y le suplico no tergiverse el verdadero sentido de mis palabras.
      Me hace reír, literalmente.
      Sin duda usted es competente y me pide darle confianza, yo también estaría de acuerdo pero paradójicamente es la misma frase que me dicen otros teólogos igual que usted, con una visión opuesta a la tuya.
      Por eso, no me río de usted, entendámosnos… sino de la situación que viene a crear, de que un teólogo me dice "fíate de mí, hijo" y otro me rebate: "¡no! escúchame a mí, hijo".
      Cuando escribí que los cristianos están divididos me refería precisamente a eso, para mí no es un choque progresistas-tradicionalistas (está claro que la Traditio gana con creces) sino un choque, un diálogo entre sordos, lamentablemente.

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    7. Estimado anónimo,
      usted, como suele decirse, pone el dedo en la llaga. No hace falta decir el dolor que siento al ver a los teólogos surgidos de facultadas pontificias, incluso entre órdenes tan venerables como la de los Dominicos, que deberían ser luz en la Iglesia en cuanto a doctrina, alinearse con las facciones extremas del modernismo y del pasadismo.
      Yo personalmente me esfuerzo en lo posible por evitar estos extremismos deletéreos, que desgarran la estructura eclesial y oponen hermanos contra hermanos y, a la luz de la Escritura, de la Tradición, del Magisterio y de la guía del Papa, cualquier Papa, desde Pedro a Francisco, intento todos y cada uno de mis días, aunque consciente de mi falibilidad, realizar plenamente mis deberes como católico, para poder manifestarme con autoridad y credibilidad ante los fieles y ante la Iglesia misma.
      Por cuanto respecta a usted, el consejo que le doy es lo que dijo una vez el papa Benedicto XVI en un encuentro con los sacerdotes. Dijo: si se quiere caminar por el recto camino, el punto de referencia para juzgar las ideas que circulan, es el Catecismo de la Iglesia Católica.

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