miércoles, 4 de mayo de 2022

¿De qué surge la guerra? (1/2)

En la presente situación de guerra, cuyas eventuales derivaciones son difíciles de prever, se vienen produciendo debates que dan la impresión de ser diálogos entre sordos que no logran comunicarse ni siquiera con signos. Al utilizar la palabra "guerra", urge dar su significado, y determinar el concepto que se quiere expresar con ese término. ¿Qué es la guerra? ¿El término "guerra" puede tener diferentes significados? ¿Existen diferentes tipos de guerra? ¿La guerra como acto humano tiene por ámbito proprio de reflexión el de la ética o moral?

¿Qué es en general la guerra?
   
----------Dos citas bíblicas bajo cuya luz de fondo puede sernos útil presentar las reflexiones que ahora emprenderemos: "El Señor miró con agrado a Abel y su ofrenda, pero no miró a Caín ni su ofrenda" (Gén 4,4-5). "Los deseos carnales combaten contra el alma" (1 Pe 2,11).
----------La guerra, en el sentido más amplio, es un conflicto entre dos fuerzas vitales colectivas contrarias. No se trata de un choque o una confrontación cualquiera. No decimos que un choque entre dos cuerpos celestes sea una guerra. Se necesita la actuación de dos fuerzas vivientes, por lo cual pueda verificarse la muerte de uno de los dos contendientes, o bien el sometimiento del vencedor sobre el vencido. Sin embargo, no se puede todavía hablar de guerra en el mundo animal: no decimos que propiamente se hagan guerra dos leones machos por la posesión de la hembra, pues no hacen más que aplicar una ley de la naturaleza.
----------La guerra es propiamente un conflicto a nivel humano, lo que quiere decir que se trata de un conflicto que pone en juego la voluntad, sobre todo la coalición de un conjunto de voluntades contra otro, o bien el choque voluntario entre dos formaciones humanas; o en el significado más estricto y preciso del término, la guerra es el conflicto armado entre los ejércitos de dos Estados.
----------Es necesario decir, con absoluta franqueza, aunque tal vez con ello podamos escandalizar a algún lector ignaro o ingenuo, que la guerra, en sí misma, entendiendo el término en el sentido tradicional, tal y como se encuentra en el diccionario (por lo tanto, no como pecado, homicidio, crimen o violencia cruel, como hoy ha entrado en el uso y se encuentra también en la Sagrada Escritura), es una compleja obra de la razón práctica, que empeña, en la autoridad estatal, que es la única que tiene el derecho a dirigirla, todas las virtudes cardinales: la prudencia, que organiza la dirección, la estrategia, la táctica y la logística; la justicia, que fija el objetivo y los propósitos; la fortaleza, necesaria para vencer al enemigo; la templanza, necesaria para disciplinar la acción y para dominar la pasión de la ira, a fin de evitar excesos como la crueldad, la violencia, el odio, las masacres, la tortura, las represalias, las órdenes injustas, las cobardías, el robo, los daños a los civiles, los malos tratos a los prisioneros, el uso de armas prohibidas, las destrucciones innecesarias.
----------Al emprender la guerra contra otro Estado, un Estado se prefija alcanzar un cierto objetivo o finalidad por él considerada justa y vital para la existencia del Estado o su defensa. La guerra tiene terminación cuando el objetivo ha sido logrado. Y para obtener esto el Estado debe poder disponer de fuerzas armadas suficientes para derrotar al adversario. El objetivo viene alcanzado si el adversario es derrotado. Pero no está dicho que la victoria sea para el agresor: la defensa del agredido puede ser lo suficientemente fuerte como para vencer al agresor, de modo que el conflicto puede terminar con la derrota del agresor.
----------Es necesario también señalar que la agresión puede ser moralmente lícita si se reconduce a una defensa. Por ejemplo, la agresión que las fuerzas aliadas en la segunda guerra mundial realizaron contra las tropas alemanas en Europa, se puede reconducir a la defensa y liberación de Europa de la invasión alemana. Otro ejemplo: la conquista de Trento y Trieste que hicieron los italianos en la primera guerra mundial se puede considerar la liberación de las dos ciudades del dominio austriaco.
----------La guerra, así, es a un tiempo una prueba de fuerza y ​​realización de un determinado fin, que motiva la guerra. Puede suceder que un Estado emprenda guerra por un fin justo, pero que debido a la inferioridad de sus fuerzas, pierda la guerra. Por ejemplo, Polonia o Francia durante la segunda guerra mundial, emprendieron guerra contra la invasión alemana, pero desde un primer momento estos Estados fueron derrotados y debieron quedar sujetos a Alemania, si las tropas aliadas no hubieran llegado para liberarlos.
----------Por consiguiente, hay que decir que el Estado vencedor no tiene, por el hecho mismo de haber vencido en la guerra, la razón, sino que merece vencer en la guerra el Estado que está del lado de la razón, como lo estuvieron los Aliados en la segunda guerra mundial. Por el contrario, merece perder la guerra aquel Estado que la ha provocado por un injusto motivo, como fue el caso de la Alemania nazi en la segunda guerra mundial. Debe decirse a clara letra que la victoria pertenece a la fuerza del derecho, no al derecho de la fuerza. La victoria del derecho es justicia; la victoria de la fuerza es homicidio y violencia.
----------Puede suceder, y de hecho sucede casi siempre, que en el curso de una guerra alguna alta autoridad moral exhorta a los Estados guerreantes a deponer las armas. Pero fácilmente el agredido responderá que lo hará si hace otro tanto el agresor. En cuanto al Estado agresor, fácilmente responde  que ya tiene en sus manos la victoria y está a punto de alcanzar el objetivo que se ha prefijado. En ese momento depondrá las armas. Sucede también, como ahora está sucediendo en Ucrania, que los dos beligerantes reciben refuerzos para continuar la guerra. Pero esto no resuelve el problema y en lugar de acercar la paz, la aleja. Es mejor ver quién vence, y luego se podrá tratar de paz. Mientras tanto, no está mal iniciar negociaciones.
    
El término "guerra" tiene tres significados, y existen varios tipos de guerra
   
----------En cuanto al término "guerra", debe hacerse una triple distinción terminológica, salvando a la vez una importante distinción conceptual. Desde el punto de vista terminológico parece conveniente distinguir: 1) "guerra" entendida como fenómeno de violencia destructiva moralmente reprochable, aquello que en otro tiempo se llamaba "guerra injusta"; de 2) la "legítima defensa armada", aquello que antes se llamaba "guerra justa"; y de 3) "operación militar", entendida como el uso de las fuerzas armadas por parte de la autoridad del Estado, aquello que en otro tiempo se llamaba simplemente "guerra". En base a esta terminología, si este uso de las fuerzas armadas de un Estado sirve a la justicia y a la paz, tenemos la justa operación militar o legítima defensa; si el uso es injusto, violento y cruel, tenemos simplemente la guerra.
----------Pero en un sentido amplio y más profundo, la guerra es también un conflicto sobre el plano de las ideas, del pensamiento, de la palabra y de la acción o a nivel interpersonal o en lo interno de la misma persona, entre dos fuerzas contrarias, el espíritu y la carne: la guerra espiritual. Existen también conflictos interiores, que no conducen a un resultado positivo, como por ejemplo el dominio de las pasiones, sino que crean personalidades disociadas o esquizofrénicas, porque el sujeto no es capaz, quizás no por culpa suya, de encontrar los medios para una reconciliación o unificación interior de la personalidad.
----------En tal sentido, puede existir también lo que podría ser llamado una guerra contra Dios, como lo es la impiedad, el sacrilegio, la blasfemia, el ateísmo o el panteísmo. En tal sentido, la Sagrada Escritura habla de una guerra contra el pecado, contra el vicio, contra el mundo, contra Satanás.
----------Nuestro Señor Jesucristo está en guerra con el demonio y suya será la victoria. Es la guerra espiritual. En tal sentido, para la Biblia, el guerrear no es de por sí pecado. Es necesario ver contra quién, por qué, cómo, con cuáles medios y con qué fin se emprende guerra y se combate. Para la Biblia, quien no hace guerra al pecado, al mundo, a la carne y al demonio, no puede agradar a Dios. Quien se niega a combatir sobre este plano, permanece vencido y está perdido. Quien no toma partido por Cristo es vencido por el demonio. Esta, para la Biblia, es una guerra justa y obligante, es un deber, una guerra querida por Dios.
----------Ahora bien, de modo diferente debe hacerse el discurso de la guerra entre individuales hombres y entre ejércitos. Para la Sagrada Escritura, la guerra es una triste e inevitable consecuencia del pecado original, por la cual el hombre, en vez de querer la paz, el acuerdo y la comunión con el otro, sordo a la voz de Dios y de la conciencia, por egoísmo, por soberbia, envidia, avaricia o por sed de poder y de dominación, favorecido por la ira y por la lujuria, es conducido al odio, a la violencia, a la agresión y al homicidio.
----------Evidentemente, la guerra en este sentido es netamente deplorada y condenada por la Biblia; aunque es, sin embargo, inevitable aquí abajo, dada la permanencia de la inclinación a pecar, propia de la naturaleza humana herida por el pecado original. La guerra en tal sentido constituye un pecado mortal colectivo contra el Quinto Mandamiento. Debe distinguirse de la masacre y del genocidio, que es el asesinato de un pueblo inerme, porque la guerra en sentido negativo es el asesinato injusto del enemigo armado.
----------Digo injusto, porque, a fin de que exista el pecado de homicidio, la condición es que el homicidio sea cometido por el injusto agresor o también por el agredido por exceso de defensa. El homicidio es el asesinato injusto. Por consiguiente, el guerrear no puede ser dejado a la espontaneidad de los guerreantes, como puede ocurrir en una lucha entre dos manadas de bisontes por la posesión del territorio.
   
El guerrear es un acto humano que tiene relación con la ley moral
   
----------Debemos tener siempre presente que el guerrear es un acto humano, que es efecto de la voluntad y está dictado por la razón práctica, por lo cual puede tratarse de un acto bueno o de un acto malo. En el primer caso podemos hablar de justa operación militar, vale decir, aquello que tradicionalmente se llama "guerra justa". Dicho de manera más precisa, la operación militar o en general la guerra, es ordenada y organizada por un Estado contra otro Estado y directamente dirigida por la autoridad militar.
----------La guerra, así considerada, está regulada y disciplinada por dos principios prácticos: uno de carácter técnico y otro de carácter moral. El primero, que forma el arte militar, dicta las reglas del combate, la estrategia y la táctica; el segundo está improntado por normas de humanidad y de derecho natural, que deben asegurar un moderado uso de la fuerza estrictamente dirigido a la derrota del enemigo, evitando siempre toda forma de odio, inhumana violencia, crueldad e ira descontrolada, mientras que las autoridades militares, a conflicto terminado y con el retorno a la paz, a norma del código de honor militar, tienen la tarea de premiar a los valerosos y castigar a los traidores, desertores, cobardes y criminales de guerra.
----------La justa operación militar o la guerra considerada en general, dejando por supuesto de lado el hecho de que en la guerra está en juego la vida, se puede comparar a una competición deportiva, a la lucha o al pugilato, donde los adversarios no pueden en absoluto estar movidos por la ira o por el odio, sino que deben estar muy lúcidos y controlados, porque de lo contrario tendrían la derrota asegurada. Igualmente, en la guerra, la acción irracional y puramente pasional favorece la derrota y si existe victoria, ésta no asegura una verdadera paz, porque en tal caso no es el triunfo del derecho sino de la fuerza, por lo cual, como demuestra la historia, se logrará sólo una paz fingida, que prepara nuevas guerras.
----------Por el contrario, el asesinato del injusto agresor (lo cual no constituye homicidio) es lícito y puede también ser un deber, si no hay otros medios para detenerlo, y el soldado que cae en batalla puede, por su coraje y entrega a su deber, merecer también la calificación de héroe. Por eso se llega también a hablar, obviamente en un sentido profano, pero no sin relación con la religión, de sacrificio por la salvación de la patria. En tal caso, repito, el asesinato del enemigo ya no es homicidio, sino acto de justicia que, eliminando con la fuerza un poder enemigo, que impide la justicia y la paz, reconstituye una situación de justicia y de paz.
----------Según la Sagrada Escritura, la guerra, en ese sentido, en cuanto ella está conectada con el pecado o constituyendo pecado ella misma, como efecto de la envidia, de la soberbia, del odio, de la violencia y de la infracción de la ley de la hermandad humana, estará ausente únicamente en la Jerusalén celestial, donde habrá una humanidad finalmente unida y concorde en la plena obediencia a la voluntad divina, la cual no quiere en absoluto la guerra en ese sentido, sino sólo la vida, la concordia, la alegría y la paz.
----------Una ocasión de guerra puede ser dada por ejemplo, por el hecho de que a causa de una injusta determinación de las fronteras geográficas de un Estado, una parte del pueblo de ese Estado se encuentra en el territorio del Estado vecino, siendo eventualmente tratado injustamente o incluso diezmado por ese Estado. Es comprensible por tanto que el Estado, privado de esa parte de su pueblo, se sienta impulsado a invadir el Estado vecino para castigar a los enemigos de aquella parte de su pueblo que se encuentra más allá de sus fronteras, y tal vez para favorecer una secesión de esa parte del pueblo, de modo tal que se constituye Estado por sí, independiente, separándose de ese Estado en cuyo territorio antes residía.
----------Pero hay que decir que esta solución es usualmente desaconsejable, porque puede provocar una reacción bélica por parte del Estado vecino, que de ese modo se ve privado de una parte de su territorio. Esto es lo que está sucediendo ahora en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Lo que sería necesario hacer, según parece, es preguntarle al pueblo mismo si permanecer con el Estado actual o se constituye en un Estado autónomo o bien se agrega al Estado cuyo pueblo es el mismo de ese pueblo.
----------Como bien sabemos, la Biblia nos hace conocer guerras de defensa y guerras de conquista, y las valora a entrambas. En referencia a las guerras de Israel, la Sagrada Escritura justifica, como querida por Dios mismo, una moderada defensa militar contra un Estado agresor o el abatimiento de reinos paganos fundados ​​sobre la desobediencia a la ley divina y sobre la idolatría y enemigos de Israel.
----------Sin embargo, es igualmente claro que, consideradas las armas modernas, las cuales son capaces de destruir a la entera humanidad, un Estado en posesión de esas armas, incluso si tuviera derecho a defenderse de otro Estado igualmente poseedor de esas armas, no sería capaz de vencer al enemigo, porque está privado de una adecuada defensa atómica. Es evidente que una guerra de tal género debe ser absolutamente prohibida, mientras que, en cambio, puede continuar siendo lícito el uso de las armas convencionales, a condición de que ellas se utilicen sólo cuando los medios pacíficos se revelen inútiles.

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