lunes, 30 de mayo de 2022

Caracterización psicológica de las comunidades pasadistas

Analizando psicológicamente el comportamiento de ciertos exponentes del actual pasadismo sedicente católico, podría quizás descubrirse lo que los especialistas llaman trastorno límite de la personalidad, borderline, o sea limítrofe o fronterizo. ¿Sería éste un diagnóstico justificable? Intentemos una aproximación al tema.

El cisma y la herejía pueden ser considerados desde diversas perspectivas
   
----------La herejía es "la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma", mientras que el cisma es "el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos", dicen el Catecismo de la Iglesia Católica (n.2089) y el Código de Derecho Canónico (n.751). Está claro que podemos distinguir ambos pecados, pues teóricamente la herejía y el cisma están ubicados en planos distintos y se refieren a objetos distintos, pero en la práctica es rarísimo que no se den juntos. "Aunque el cisma no se opone directamente a la profesión de fe, apenas quedarán ya cismáticos que no sean herejes sobre todo por negar el Primado del Romano Pontífice" decía un famoso vademécum de teología moral al que recurría la mayoría de los sacerdotes con cura de almas en Argentina a mediados del siglo pasado, el Compendio de Teología Moral, de los jesuitas Antonio Arregui y Marcelino Zalba (Bilbao 1951, n.125, p.116).
----------Tanto el cisma como la herejía, son realidades que (siempre en el ámbito de la Iglesia católica) pueden ser consideradas desde distintos puntos de vista epistemológicos, o sea estudiando la diversidad de sus causas, por ejemplo, en sus aspectos bíblicos o históricos o morales o dogmáticos o jurídicos o disciplinares o también desde las modernas perspectivas científicas sociológicas o psicológicas.
----------Dicho de otra manera, si le preguntamos por ejemplo a un historiador de la Iglesia que nos brinde una consideración sobre el cisma y la herejía desde su especialidad, la historia, su discurso será obligadamente distinto al que, sobre el mismo tema, nos ofrecería un especialista en teología dogmática o en teología moral, y también resultará distinto el discurso que nos haga un biblista a partir de la exégesis y hermenéutica de la Sagrada Escritura; y otro discurso diferente sobre el cisma y la herejía resultará el que nos brinde un canonista, y a la vez, serán distintos los discursos que nos brinden sobre el mismo asunto un sociólogo o un psicólogo desde sus respectivas especialidades o planos epistemológicos profesionales. Todas las realidades humanas son muy complejas y ninguno de los mencionados especialistas puede pretender abarcar desde su específica mirada o punto de vista la realidad integral del cisma y de la herejía.
----------Es cierto que ambos temas ya han sido tratados en este blog, y a ellos me he referido en sus variados aspectos. Pero hoy quisiera enfocarlos desde una perspectiva poco usual, precisamente desde el punto de vista de la psicología, aunque lo intentaré hacer de modo sencillo y sin pretensiones de profundidad científica. Por otra parte, no me referiré aquí al ámbito de las herejías modernistas, que constituyen el principal problema de la actualidad en la Iglesia, sino más bien al ámbito más reducido y minoritario de las herejías pasadistas, y lo haré señalando en concreto una elemento psicológico que parece delatar en ciertos exponentes de las corrientes pasadistas lo que en psicología hoy suele denominarse trastorno límite de la personalidad, borderline, también llamado limítrofe o fronterizo. Sin embargo, antes de llegar a este punto, considero necesario precisar en qué sentido las corrientes pasadistas son cismáticas y heréticas.
   
Cualificación cismática y herética del pasadismo
   
----------Como bien sabemos, desde hace más de cinco décadas, la Iglesia vive desgarrada interiormente por el amargo conflicto entre el modernismo y el pasadismo, dos movimientos afectados (aunque en diverso grado y gravedad) de las notas de cisma y herejía, ya sea formales o materiales, ya sea conscientes o inconscientes, ya sea formas culpables o formas inocentes. Ambos movimientos, los cuales no son auténticamente católicos, constituyen la extremización en formas heréticas y cismáticas de dos tendencias que son (en sus formas sanas) legítimas, naturales, y necesarias en la Iglesia: la tendencia al progreso y la tendencia a la conservación, ambas sensibilidades que se necesitan mutuamente, porque no hay verdadera conservación sin progreso que mantenga vivo lo conservado, y no hay verdadero progreso sin conservar lo que se intenta renovar.
----------Siendo corrientes cismáticas y heréticas nacidas con posterioridad al Concilio Vaticano II, ambas han sido tratadas por las autoridades jerárquicas, ya sea por los Obispos en sus respectivas diócesis o por los Romanos Pontífices a nivel universal, con esa misericordia y tendencia benevolente (a veces excesivamente benevolente o más bien buenista) que ha caracterizado la pastoral postconciliar y, en concreto, la obra ecuménica del post-concilio. Digo esto a modo de juicio general acerca del estilo pastoral y ecuménico del post-concilio, sin negar que se han dado y se siguen dando modalidades que de hecho pueden variar de diócesis a diócesis y de pontificado a pontificado. Por ejemplo, el actual pontificado del papa Francisco, meritorio en varios aspectos, se ve afectado sin embargo, en sus modos pastorales, de aquella misma tendencia buenista y misericordista de las directrices pastorales del Vaticano II, y, lo que ciertamente es peor, de un trato desequilibrado: demasiado contemplativo hacia los modernistas, y demasiado riguroso hacia los pasadistas.
----------Pero más allá de puntuales diferencias de detalle, se puede decir que en estos últimos cincuenta años, ambas corrientes han sido muy pocas veces cualificadas con las notas de cisma y herejía por parte de la Sede Apostólica o por parte de los Obispos en sus diócesis. Tal actitud benevolente de la jerarquía, por un lado, como nota positiva, ha beneficiado el diálogo, la permanencia de cierta comunión y unidad en la Iglesia y con el Sucesor de Pedro, pero por otro lado, como nota negativa, ha llevado a muchos exponentes de estas dos corrientes a pensar que siguen siendo plena y auténticamente "católicos", incluso obstinados en sus errores doctrinales (heréticos) y en su actitud de clara desobediencia (cismática) a la jerarquía.
----------Refiriendome específicamente a las corrientes pasadistas y, en particular, a la lefebvriana, sus notorias características cismáticas y heréticas sólo son negadas por sus miembros, aunque hayan sido puestas de manifiesto más de una vez por la máxima Autoridad docente y disciplinar. Consecuencia de ello es que los lefebvrianos, efectivamente, deben ser considerados como hermanos separados, o sea en el ámbito del ecumenismo, tal como por ejemplo la Sede Apostólica considera a los luteranos, o a los protestantes en general y en sus diversas denominaciones, o a los ortodoxos orientales. Pero, el diálogo con los lefebvrianos se vuelve particularmente difícil por el hecho de que tienen un tono de superioridad, como para pretender corregir a los Papas del postconcilio y al mismo Concilio Vaticano II, de supuestas herejías modernistas.
----------Naturalmente, a pesar de ello, creo que el buen católico, que desea la comunión y la paz en la Iglesia, debe hacer todo el esfuerzo posible por salir al encuentro de los cristianos que de un modo u otro forman parte de las corrientes lefebvrianas o filo-lefebvrianas, recoger los elementos positivos de su crítica, y no cesar de exhortarlos a la plena comunión con la Iglesia y, hoy, con el papa Francisco.
----------Ahora bien, buscando aclarar la cualificación cismática y herética de los hermanos cristianos separados (ortodoxos, protestantes, lefebvrianos, etc.), debe decirse que tal calificación tiene diferentes grados y matices: es precisamente aquello mismo a lo que se refiere el Magisterio de la Iglesia en estas últimas décadas, al hablar de "diversos grados de pertenencia a la Iglesia", o de "comunión no plena". En tal sentido, ciertamente podríamos llamar a los lefebvrianos "hermanos separados", considerando el diálogo con ellos correctamente planteado en el ámbito ecuménico. Sin embargo, por cuanto los lefebvrianos rechazan las doctrinas del Concilio Vaticano II y, por tanto, la pastoral pontificia que de esas doctrinas se deriva, se distinguen claramente de los demás hermanos separados, en cuanto los demás no reconocen la autoridad del Papa.
----------En cambio, los lefebvrianos pretenden ser católicos y reconocen (al menos en línea de principio) al Sucesor de Pedro. Por eso creo que no es conveniente ponerlos en relación con el Dicasterio para la Unidad de los Cristianos, y puedo entender que ellos hayan sido referidos a la Congregación para la Doctrina de la Fe, por el hecho de que su posición respecto a las doctrinas del Concilio se remonta al rechazo de la infalibilidad pontificia, que es ese carisma en base al cual el Papa aprueba las doctrinas de un Concilio.
----------Considero, al respecto, que los lefebvrianos podrían ser considerados en cierto modo "católicos", un título al cual ellos se siguen sintiendo todavía muy apegados. Aunque habría que especificar en qué sentido podría ser aceptable llamarlos "católicos". Por ende, si digo que ellos son "hermanos separados" (pues lo son, de hecho y de derecho) no me refiero a esta expresión en el significado usual que ella tiene al referírsela a otros no-católicos, como los ortodoxos orientales y los protestantes en general.
----------Pero es legítimo usar la expresión "hermanos separados" para los lefebvrianos, porque el papa Benedicto XVI, como sabemos, les ha dicho que, mientras no acepten las doctrinas del Concilio, no pueden considerarse en plena comunión con la Iglesia Romana y, por ende, se encuentran en cierto modo en estado de cisma. Por lo tanto, para hablar con precisión, ellos propiamente son cismáticos y, en cuanto rechazan las doctrinas de un Concilio Ecuménico, se pueden considerar en cuanto a tres o cuatro puntos doctrinales en "herejía", o al menos, como "próximos a la herejía". Esto no ha impedido al papa Francisco, como sabemos, el conceder a los sacerdotes lefebvrianos el permiso para administrar la Penitencia en ocasión del Año Santo de la Misericordia, o el asistir a Matrimonios en anuencia con los obispos diocesanos, etc.
----------Por cuanto respecta a la relación de los lefebvrianos con la institución pontificia, ciertamente ellos, en cuanto sedicentes "católicos", la aceptan como verdad de fe. Sin embargo, los lefebvrianos no tienen suficiente estima por la autoridad pontificia, como lo ha querido nuestro Señor Jesucristo, porque admiten la posibilidad de que un Papa sea verdaderamente Papa y a la vez pueda ser hereje. Así, reconocen que el papa Francisco es Papa, pero lo consideran un modernista, por lo cual se niegan a aceptar su magisterio. En este sentido se puede decir que aceptan al Papa de palabra, retóricamente, pero no en los hechos.
   
Caracterización psicológica del pasadismo
   
----------Tras haber expuesto de modo general las razones de la cualificación cismática y herética del pasadismo, vengamos ahora a considerarlo desde el punto de vista psicológico. Pues bien, psicológicamente, en el cismático y en el hereje pasadista, pueden identificarse ciertas características más o menos acentuadas, que varían de comunidad a comunidad, de secta a secta, y de individuo a individuo.
----------Dejando bien en claro que no pretendo aquí desarrollar todos los aspectos del tema en su enorme complejidad, resulta interesante presentar algunos aspectos psicológicos que resaltan en las relaciones y en el funcionamiento de las comunidades pasadistas que se hallan en mayor o menor medida alejadas de la comunión plena con la Iglesia. Existen así, de parte de los líderes de estas comunidades ciertas actitudes precisas, las cuales pueden ser resumidas en una actitud central: el prometer bienes salvíficos a los miembros de la comunidad, "bienes" que podemos sintetizar como el poder ser incluídos en el número de los elegidos. Tal promesa, aun formulada en esos términos tan simples y aparentemente ingenuos, no debe ser minimizada, pues es uno de los medios de atracción de que disponen estos grupos y comunidades.
----------Pero aparte de la actitud central de los líderes pasadistas, existen unos factores psicológicos que podrían ser considerados falseadores de las relaciones entre los líderes (usualmente clérigos) y los miembros laicos de estas comunidades o movimientos. Incluso podría pensarse que estos factores psicológicos deberían incluirse entre las principales motivaciones de su proselitismo como estrategia de acción. Menciono (nuevamente sin pretender expresarlo todo) solamente tres de esos factores psicológicos:
----------1) Uno de los principales elementos que nos permiten caracterizar psicológicamente a las facciones cismáticas pasadistas es la parcialidad. Consiste en la obstinación sobre una idea, obstinación que puede a veces advertirse como la fijación psíquica en las profecías de algún líder de la comunidad o frecuentemente del lejano fundador de la comunidad o iniciador del movimiento. Esta actitud de parcialidad también implica el exclusivismo en las relaciones humanas y la pertinacia en la repetición de las ideas. Junto a la parcialidad y a la par de ella, usualmente existe la prohibición de todo ejercicio de sana crítica racional.
----------2) Otro factor psicológico de las comunidades cismáticas y heréticas pasadistas, es el fanatismo. Un asunto complejo, pues aunque el concepto de "fanático" tiene sus orígenes en el culto greco-romano y significaba al que se encontraba en dependencia de un templo (fanum), hoy en día llamamos fanático al que recurre a cualquier medio para imponer sus ideas singulares por considerarse a sí mismo investido de poderes especiales o de una misión religiosa peculiar o de una visión inspirada privadamente.
----------Por supuesto, no es aquí el lugar ni la ocasión para estudiar el fanatismo en toda su complejidad y en las variadas perspectivas desde las que puede ser considerado, no sólo por la psicología y la sociología, sino también por la medicina, la historia y la ciencia de las religiones. Y no vacilo en incluir aquí la medicina psiquiátrica, porque frecuentemente el fanático es en realidad un paranoico que, basado en un cierto delirio de grandeza y en la auto-convicción de haber sido elegido por Dios para una supuesta misión providencial, incurre en graves errores de juicio racional que luego emplea sin control.
----------Lo más grave es que el fanatismo suele darse en estas comunidades mediante un fenómeno de contagio de aquellas personalidades paranoides (que algunos especialistas llaman los caracteres "pasionales"). Ese contagio hace que los miembros de estas comunidades se sientan invadidos por la idea o la misión, y suelen mimetizarse con el líder o el fundador de la corriente, e intenten actuar para hacer triunfar la idea o la misión (a veces de modos muy alejados de la ética). Este fanatismo origina, a su vez nuevas facciones en la comunidad sectaria. En este sentido, se puede caracterizar a los fanáticos como pseudo-profetas.
----------3) Un tercer factor psicológico que interviene en la formación y el mantenimiento de estas comunidades sectarias pasadistas, es la intransigencia. En los inicios de la comunidad, suele ser muy notoria la actitud intransigente del dirigente o del líder, pero más tarde, usualmente al final de un proceso que suele llevar años o décadas, la actitud intransigente es de toda la comunidad. Esta intransigencia se manifiesta en grandes dotes de convicción, pero también en apremiantes reclamos a las personas, inoportunidad de los pedidos, desatención a las normas elementales de convivencia, y un celo intempestivo por conseguir adeptos que no para mientes en los medios a utilizar. Este afán sin control interior o exterior suele llegar a no respetar las exigencias de las conciencias ajenas, creando a la larga en muchos adeptos una situación alienada.
----------Los tres factores psicológicos que he mencionado son, en general, actitudes más o menos constantes en líderes y miembros de todas las comunidades o sectas cristianas cismático-heréticas. Pero en este artículo, como ya lo he adelantado, quisiera solamente subrayar la presencia de esta caracterización psicológica en ciertas comunidades cristianas que, aún siendo claramente heréticas en sus creencias, y cismáticas en su modo de vivir, no obstante siguen llamándose a sí mismas "católicas". En concreto, basaré esta constatación en algunos hechos detectados en las comunidades pasadistas lefebvrianas.
   
El trastorno límite borderline en el pasadismo lefebvriano
   
----------El trastorno límite de la personalidad, denominado por los especialistas "borderline", también llamado limítrofe o fronterizo, suele ser definido como un trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente por inestabilidad emocional, experiencia emocional excesiva sujeta a frecuente variabilidad del estado de ánimo, pensamiento extremadamente polarizado y dicotómico, impulsividad y relaciones interpersonales caóticas. El perfil global de este trastorno también incluye típicamente una inestabilidad acusada y generalizada del estado de ánimo, que afecta las relaciones interpersonales, la imagen de uno mismo o del grupo, todo sumado a graves consecuencias patológicas que afectan tanto a la conducta como al sentido de identidad, que puede llevar a periodos de disociación. En sujetos que padecen borderline se ha constatado la tendencia a oscilar el juicio entre polaridades opuestas, resultando así formas de incoherencia reactiva y rechazo decidido de la realidad. Este tipo de patologías psíquicas forma parte del grupo de trastornos de la personalidad que se llaman "dramático-emocionales", y es, con diferencia, el más común de los trastornos de la personalidad.
----------La constatación experimental, en el plano psicológico, que aquí intento formular a modo de hipótesis, es que una patología similar podría ser descubierta en las reacciones oficiales de la comunidad pasadista (mal llamada tradicionalista) conocida como Fraternidad Sacerdotal San Pío X, incapaz de captar, aún cuando hayan transcurrido más de cincuenta años desde su fundación, su situación cismática y herética, lo cual conlleva a la vez la incapacidad de captar que la ruptura de la comunión con la Iglesia católica crea mecanismos en cadena, a través de los cuales se prosigue en la ruptura constante, cada vez más seriamente agravada, lo cual, en suma, consiste en destruir aquello que primeramente ha sido dañado y luego destruido, vale decir la invitación a ser perfectos en la unidad: "Padre... te pido que sean perfectamente uno" (Jn 17,23).
----------Abundan los hechos de experiencia sobre los cuales podemos basar la mencionada hipótesis. Comienzo por mencionar uno muy claro y significativo, ocurrido hace unos siete años, cuando el obispo lefebvriano Richard Williamson (ya cismático por haber sido consagrado ilícitamente, junto con otros tres, en 1988 por Marcel Lefebvre), una vez expulsado en 2009 de la primera comunidad lefebvriana, creó a su vez otra comunidad lefebvriana (una secta de la secta) consagrando obispo al padre Jean Michel Faure (y en años posteriores a otros), e invocando como justificación para la fractura de la fractura, como no podía ser de otra manera, el remanido "estado de necesidad", tal como lo había hecho Lefebvre por aquella, su fractura, que está en el origen del cisma lefebvriano en el ya lejano 1988. Todo, como no podía ser de otro modo, en el más exquisito espíritu herético protestante: téngase presente que luego de que Martín Lutero diera vida a la ruptura con Roma, a partir de entonces el protestantismo a su vez se fracturó en una miríada de denominaciones diferentes. Vale aclarar que el propio Lefebvre tuvo en vida la ocasión de reconocer la misericordia de la divina Providencia, al experimentar ya en los inicios de su Fraternidad, las fracturas y fracturas de las fracturas, al parecer sin que él advirtiera que el único principio de unidad en la Iglesia es la fe garantizada por Pedro.
----------Abundan los datos de hecho que sólo los lefebvrianos, y los filo-lefebvrianos que han surgido en sus suburbios, pueden negar, viviendo, como de hecho viven, arraigados patológicamente en un pasado que ya no existe, consecuencia de su lamentable sometimiento a un falso concepto de tradición, que han heredado de su fundador, vale decir, una falsa concepción de la tradición, en cuanto fuente de la divina revelación, que les impide ver ese progreso en la tradición, prometido por nuestro Señor Jesucristo y que es producto de la obra del Espíritu Santo en la Iglesia: "el Espíritu os guiará hasta la verdad plena" (Jn 16,13).
----------Obstinadamente arraigados como están los pasadistas en un pasado de ficción, pues incluso hasta llegan al extremo de modificar los hechos del pasado histórico a su gusto y placer, cuando los hechos del pasado no responden adecuadamente a su construcción ideológica, también modifican automática e instantáneamente los hechos del presente, siempre a partir de sus prejuicios. Sucede así con todas las ideologías.
----------Ahora bien, a partir del mencionado hecho, tratemos de advertir en qué podría consistir la dimensión psicológica borderline en la reacción oficial de los líderes de la comunidad lefebvriana al mencionado hecho de la fractura de la fractura. Pues bien, tras aquella ilícita consagración episcopal realizada en 2015 por Williamson (quien a su vez, como ya se ha dicho, había sido consagrado ilícitamente por Lefebvre en 1988), la Fraternidad Sacerdotal San Pío X emitió un sorprendente comunicado oficial, en el cual los líderes de aquella primera comunidad lefebvriana acusaban al obispo Williamson y al neo-obispo consagrado por él el 19 de marzo de 2015, nada menos que de "no reconocer más a las autoridades romanas".
----------En efecto, escribieron en el comunicado de prensa oficial: "La Fraternidad San Pío X denuncia la consagración episcopal del R.P. Faure, que, a pesar de las afirmaciones del consagrante y del consagrado, no se parecen en nada a las consagraciones de 1988. En efecto, todas las declaraciones de Mons. Williamson y del R.P. Faure demuestran constantemente que ellos ya no reconocen las autoridades romanas, salvo de modo puramente retórico. La Fraternidad San Pío X reafirma que el estado actual de necesidad en la Iglesia legitima su apostolado en el mundo entero, sin dispensarla de reconocer las autoridades eclesiásticas, por las cuales sus sacerdotes rezan en cada misa; y tiene la intención de continuar su obra de formación sacerdotal según sus estatutos". Increíble pero cierto, ¡como en la dimensión desconocida! (como solía decirse en viejas series norteamericanas). Nos preguntamos: ¿acaso los obispos lefebvrianos De Galarreta, Fellay, y Tissier, reconocen a los Papas del post-concilio de otro modo que no sea solamente retórico?
----------Efectivamente, en 2015 esos tres obispos lefebvrianos acusaron al obispo Williamson y al nuevo obispo consagrado por él, de no reconocer más a las autoridades romanas. Precisamente los acusaron de no reconocer a esas autoridades por las cuales ellos, en cambio, oran en cada Misa; lo que equivale a orar por aquel Papa definido como "verdadero modernista" por mons. Fellay cuando aún era superior general de la comunidad, y por lo tanto también a orar durante la Misa por los obispos de las diócesis en las que ellos desarrollan ilícitamente su ministerio, obispos diocesanos que son acusados ​​en el mejor de los casos de apostasía de la fe católica en cuanto "herejes modernistas" y "profanadores filo-protestantes de la sagrada liturgia" (todas ellas, expresiones usadas habitualmente por los clérigos lefebvrianos en sus predicaciones y publicaciones).
----------Al respecto, abundan los testimonios de voces lefebvrianas que manifiestan su carácter cismático y herético. Por ejemplo, su actual superior general, padre Davide Pagliarani, dijo a principios de año: "lo que hizo el Concilio Vaticano II y lo que constituye la columna vertebral del Concilio, el verdadero Concilio, es el Concilio de la nueva Misa, el Concilio del ecumenismo, el Concilio de la dignidad humana y el Concilio de la libertad religiosa. Estos elementos y errores son los que han cambiado a la Iglesia. ¡Tal es el verdadero Concilio real que ha trastocado a la Iglesia! Hemos de ser honestos: hay que rechazar este Concilio real. La Iglesia no puede regenerarse si no rechazamos esto". Estas expresiones, fragmento de una conferencia ofrecida por Pagliarani el pasado 15 de enero en París, podrían servir para extractar las tres o cuatro herejías que, como mínimo, son enseñadas hoy por los clérigos lefebvrianos en todas sus comunidades. Basta con leer sólo una vez esa conferencia para advertir la condición de cisma y herejía en la que se mantienen los lefebvrianos, condición que solamente ellos pueden todavía desconocer, obstinadamente.
----------Ahora bien, como nuevo hecho de experiencia que viene a sugerirnos el diagnóstico de trastorno borderline que siguen sufriendo actualmente los pasadistas lefebvrianos, el caso fue que apenas tres semanas después de su conferencia en París, en la que Pagliarani expresó de modo tan explícito y claro el estado de cisma y herejía en el que se encuentran los lefebvrianos, no vaciló en visitar al papa Francisco, y asegurarle al Romano Pontífice "que la Hermandad no tiene otro fin que servir a la Iglesia en medio de la crisis actual", tal como lo expresa el comunidado oficial de la Fraternidad acerca de este encuentro (ecuménico) llevado a cabo el pasado 8 de febrero. El mismo comunicado oficial expresa que Pagliarani "tuvo la oportunidad de dejar claro al Papa que todo lo que hace la Fraternidad tiene en mente sólo este servicio".
----------Cualquier persona en su normal ejercicio racional, no podría pasar por alto que el papa Francisco, por sí mismo o a través de sus asesores y colaboradores, no puede en absoluto desconocer que la Fraternidad de la que Pagliarani es superior general, acusa a este Papa de hereje modernista, tal como acusó Lefebvre a todos los Papas del postconcilio, y tal como los siguen acusando el propio Pagliarani y todos los sacerdotes lefebvrianos. Sin embargo, Pagliarani, seguramente sin rubor de rostro y "sin que se le moviera un pelo", como suele decirse, no vaciló en asegurarle al Santo Padre "que la Hermandad no tiene otro fin que servir a la Iglesia", aunque supongo que no le aclaró que ellos se auto-consideran la verdadera Iglesia, el "verdadero resto fiel", como dicen, la "única trinchera para resistir a la apostasía" como dijo no hace mucho un prior lefebvriano en Mendoza. La bipolaridad e incoherencia borderline salta a la vista en hechos como el que relato.
----------Es clarísimo signo de trastorno borderline celebrar la Santa Misa "una cum" un "papa modernista" o un "antipapa", como las distintas denominaciones lefebvrianas cualifican al papa Francisco y a sus predecesores del postconcilio. Ningún sacerdote católico que esté en su sano juicio, nunca jamás recordaría en el canon de la Misa, al patriarca de Constantinopla por ejemplo, ni al patriarca de Moscú, ni a los luteranos ni a los vétero-católicos, porque, aun con todo el debido respeto y las más prudentes aperturas ecuménicas, los sacerdotes católicos los consideran convictos de variadas herejías; precisamente así como Pagliarani, o Fellay o De Galarreta o Tissier de Mallerais, consideran al papa Francisco un verdadero modernista, aunque recordándolo con coherencia borderline en el Canon de la Misa, excepto para negar su magisterio y el de todos sus predecesores hasta san Juan XXIII, declarando a la Iglesia católica fuera de las verdades de fe a causa de las "graves apostasías" contenidas en el Concilio Vaticano II, siguiendo en todo ello el "magisterio infalible" de su fundador, Lefebvre, y todo ello con absoluta y manifiesta "coherencia" borderline.
   
Los pasadistas lefebvrianos dicen que no están unidos al Romano Pontífice
   
----------Como nuevo signo de incoherencia borderline, en el mismo sitio oficial lefebvriano de donde he copiado el pasaje del citado comunicado del 2015, también he hallado sintetizados en puntos precisos los motivos por los cuales ellos dicen precisamente: "no estamos unidos" con Roma y con el Romano Pontífice, quien, sin embargo, es devotamente recordado por ellos en el Canon de la Misa. Los puntos por los cuales los lefebvrianos dicen que no están unidos con Roma y con el Romano Pontífice son los siguientes:
----------"1. Porque la enseñanza de las actuales autoridades de la Iglesia no está en conformidad con la fe católica en muchos puntos. No tenemos el derecho a colaborar en la pérdida de la fe y en la autodestrucción de la Iglesia. Por el contrario, debemos trabajar por la restauración de la Iglesia en el sentido de la Tradición, para la gloria de Dios y la salvación de las almas.
----------2. Porque la experiencia demuestra que la reunión conduce al mutismo: todas las comunidades que han encontrado una solución canónica con la iglesia oficial guardan silencio frente a los escándalos y a los errores doctrinales de Roma. Ahora bien, según santo Tomás, los pastores tienen el deber ineludible de gritar alto y fuerte cuando la fe del rebaño está en peligro, aunque este peligro provenga de la autoridad. No tenemos derecho a permanecer en silencio.
----------3. Porque las ceremonias ecuménicas e interreligiosas constituyen graves ofensas a Nuestro Señor Jesucristo, único verdadero Dios; y nosotros queremos mostrar que no respaldamos tales escándalos.
----------4. Porque queremos enseñar a nuestros hijos el Catecismo del Concilio de Trento y el de san Pío X, y no el Catecismo de la Iglesia Católica, que está contaminado por el modernismo.
----------5. Porque la nueva Misa es malvada y por eso no queremos ni celebrarla ni asistir activamente, ni siquiera ocasionalmente, ni con nuestro silencio dar a entender que ella sea inofensiva.
----------6. Porque no queremos apelar a un obispo modernista para conferir el sacramento de la Confirmación a nuestros hijos.
----------7. Porque no queremos apelar a un obispo modernista para conferir el sacramento del Orden Sagrado a nuestros seminaristas."
   
A modo de conclusión
   
----------He mencionado tan sólo dos, de los abundantes hechos que honestamente considero podrían demostrar la existencia de un verdadero trastorno psicológico borderline en quienes hoy son los más notorios exponentes del pasadismo lefebvriano. Los dos citados hechos (los dos comunicados oficiales del 2015 y del 2022 y los hechos que los motivaron), si no fueran en realidad hechos cómicos, serían trágicos. Afortunadamente son hechos cómicos, y de una hilarante y extraordinaria (anormal) comicidad inconsciente, lo cual, de hecho dá más esperanza de curación para quienes sufren este trastorno dicotómico.
----------En el primero de los hechos citados, los líderes lefebvrianos acusaron en 2015 a uno de los suyos de ser responsable de haber dado vida a una ruptura (en la ruptura) y de no reconocer a las autoridades romanas, precisamente a esas autoridades romanas que desde hace cinco décadas ellos vienen considerando apóstatas, acusándolas de haber caído en el abandono de la fe católica a través del modernismo y del protestantismo, en razón del "diabólico" Concilio Vaticano II. A pesar de ello, estos auténticos campeones de la coherencia, sin embargo, siguen celebrando la Misa "una cum" estos Papas y Obispos que ellos dicen ser herejes "modernistas" y "filo-protestantes", reos de "apostasía de la fe".
----------En el segundo de los citados hechos, el actual superior general, en representación de toda la Fraternidad, dice haber ido a presentar su disposición de servicio al papa Francisco, Vicario de Cristo, Sucesor de Pedro, supremo Maestro de la Fe, y universal Pastor de la Iglesia, una Iglesia que, no obstante, ellos no dejan de considerar la "apóstata Iglesia conciliar" gobernada por "herejes modernistas" y por "papas modernistas". Lo dicho: si no fueran cómicos, estos hechos serían trágicos.
----------En este tipo de hechos no se puede ver otra cosa más que psicologías condicionadas por desórdenes borderline, y en tal sentido aprovecho la ocasión que me da este artículo, para invitar a los lectores a rezar por estos, que también son hermanos nuestros, cristianos separados, y también para renovar una cordial invitación a todos los fieles católicos a no asistir a las Misas y reuniones de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, donde obispos y sacerdotes, que no están en comunión plena con la Iglesia, no dejan de enseñar obstinadamente la herejía y de orientar a sus fieles al cisma, negadores como son de las doctrinas de un entero Concilio Ecuménico y del Magisterio Pontificio del último medio siglo de historia eclesial.
----------Estos sacerdotes no pueden administrar lícitamente los Sacramentos, por más que oren "una cum" el Romano Pontífice, recordándolo en el Canon de la Misa, pero después de haberlo calificado como "auténtico modernista", vale decir: herético, o parafraseando al papa san Pío X en la Pascendi Dominici gregis, calificándolo de "supremo receptáculo de todas las peores herejías que actualmente tienen su sede -según ellos dicen- en la Cátedra de Pedro por obra de los Papas del postconcilio", incluido obviamente el actual, que, por obra de la gracia, es el Vicario de nuestro Señor Jesucristo y sucesor del Principe de los Apóstoles.

10 comentarios:

  1. Ya estamos cerca del Domingo de Pentecostés. ¿No sería el caso que todos abandonaran cualquier forma de controversia, justa o equivocada, para recibir todos juntos el Espíritu de Cristo en Pentecostés, que es el Espíritu de la unidad?

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    1. Estimado Fernando,
      si por "controversia" quiere usted decir, disputa alejada de la virtud de la caridad, estoy de acuerdo. Pero no lo estoy si por "controversia" se incluye el legítimo y necesario diálogo a fin de descubrir la verdad o profundizar en ella, y reconocer errores a corregir y pecados de los que liberarse.
      No hay que olvidar que Cristo Verbo Encarnado, y por lo tanto camino, verdad y vida, también y sobre todo ha muerto por la Verdad, por tanto para salvarnos del pecado, un pecado que contiene en sí todos nuestros errores humanos y todas nuestras cerrazones a la acción de la gracia del Espíritu Santo de Dios.
      Si bastara solamente con una piadosa Cuaresma, si bastara un Triduo Pascual solemnemente celebrado, y si bastara la liturgia del tiempo Pascual hasta una brillante celebración el Domingo de Pentecostés, si bastara solo con todo ello -digo- para participar de su muerte y resurrección, las cosas serían mucho más sencillas.
      Sin embargo, no es así.
      La advertencia: "No penséis que he venido a traer paz a la tierra; no he venido a traer paz, sino una espada" (Mt 10), es uno de los principales motivos de la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

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  2. Filemón: sobre el hecho del 2015 que usted narra, habría que aclarar que, hasta donde tengo entendido, los temores en algunos sacerdotes de la fsspx de que fellay pudiera estar a punto de firmar la obediencia al papa, terminó por llevar a williamson a ordenar obispos que pudieran reunir a todos los disidentes opuestos a los acuerdos entre la fraternidad y la santa sede.

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    1. Estimado José,
      esa leyenda urbana que comenzó a rodar después de la "ruptura en el ruptura" de los lefebvrianos, realmente, al menos en mi opinión, no creo que se sostenga. Lo digo no con certeza científica, por supuesto, sino tan solo como un parecer personal. Porque firmar significa aceptar sin reservas las doctrinas del Concilio Vaticano II. Si el obispo Fellay hubiera hecho en su momento tal cosa, creo que apenas una semana después habría habido otras escisiones en las escisiones de las escisiones, y luego otras consagraciones episcopales cismáticas y así sucesivamente.
      En todo este asunto de los hechos del 2015 (nacidos del hecho cismático de 1988) no está en juego un discurso de estrategias políticas, como lamentablemente fueron tratado estos dolorosos hechos por muchos; sino que están en juego cuestiones doctrinales muy serias, incluída la fe en lo obrado por Cristo al instituir a Pedro como su Vicario.
      Firmar, como usted dice, hubiera significado en aquel momento, ante todo, que Fellay hace diez años se arrodillara penitente ante el Santo Padre y le pidiera perdón por haberlo definido públicamente como "un auténtico modernista", es decir, por haberlo acusado de ser el receptáculo de todas las peores herejías, porque eso es precisamente el modernismo: la síntesis de todas las herejías, como lo definió san Pío X a partir de criterios que siguen vigentes hoy, es más, quizás más actuales y más dramáticos que hace un siglo, porque mientras tanto, el modernismo, se ha desarrollado, fortalecido y solidificado incluso dentro de la misma Iglesia y de los estudios teológicos.
      Lo mismo trasladado al día de hoy: que Fellay, De Galarreta, Tissier, Williamson, y todos los obispos cismáticos lefebvrianos, además de su actual superior, padre Pagliarani, firmaran un hipótetico acuerdo de obediencia a Roma, significaría lo mismo: pedir humildemente perdón al Papa, y a través de Pedro, a toda la Iglesia, por las herejías en las que han caído, y los cismas que han producido.
      Por supuesto: el modernismo necesita ser solucionado. Pero la solución al modernismo, sin embargo, no es el lefebvrismo.

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    2. buen día, padre filemón, esta leyenda urbana como usted la ha llamado no empezó a rodar despues del "cisma en el cisma" del 2015, sino que desde hacía varios años que había sacerdotes de la fraternidad sobre todo franceses y americanos que se iban desmarcando, en lo personal no me gusta hablar de oidas pero una fuente mía muy confiable, me había adelantado, en aquel año, que williamson consagraba a fauré y le iba para ordenarle fundar un seminario (cosa que de hecho sucedió) y eso para recoger a todos los exiliados y a todos los que se irían después del acuerdo que firmaría Fellay.
      objetivamente lo que usted dice es verdad, es decir, es verdad que Fellay insultó al sumo pontífice llamándolo modernista y lo mismo ha hecho pagliarani estos años, pero los caminos del Señor son infinitos y nada impide que buena parte de la fraternidad vuelva a estar en plena comunión con la santa sede como ha ocurrido para la FSSP de diferentes maneras por supuesto......... es cierto, la firma no se dió, al parecer por disensiones internas entre los propios obispos de la fraternidad, que terminaron por hacer que fellay diera un paso atrás, pero los años pasan, los escenarios cambian, y quizás un nuevo escenario podría animarlos, personalmente rezo para que esto suceda.
      cordiales saludos

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    3. Estimado José,
      concuerdo con su última expresión. La posibilidad de que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X pueda retornar a la plena comunión con la Sede Apostólica, como lo estuvo en el momento de su fundación, hace cincuenta años, no sólo nos alegra, sino que esperamos y sobre todo rezamos para que así suceda un día, el día que la divina Providencia lo disponga, porque las fracturas de la comunión eclesial, vale decir, los cismas, como el que hoy viven los lefebvrianos, son siempre fracturas dramáticas, como lo prueba la historia, y tienen siempre el único y doloroso resultado de producir sólo otras fracturas en las fracturas, de mantenerse ellos en esta misma situación cismática.
      Ninguna ocasión más oportuna que la próxima fiesta de Pentecostés para implorar al Espíritu Santo, Espíritu que sostiene la Unidad en la Iglesia, que nos regale pronto la sorpresa de la ansiada unidad con los lefebvrianos.

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    4. buen día padre filemón, me parece que los tiempos y las formas no se vislumbran todavía, pero seguimos orando por el regreso de estos hermanos alejados, mientras que los inadaptados mentales seguiran siendo zelotes-nihilistas construyendo otra iglesia autocéfala.

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    5. Estimado José,
      no advierto a quiénes puedes estar llamando "zelotes-nihilistas", aunque con tu referencia a una "iglesia autocéfala" intuyo que te refieres a grupos que no están en comunión con el Papa. En todo caso, nadie puede ser "inadaptado mental", como tú dices, en sentido ontológico, sino sólo en cualquier caso psicológico, sociológico o moral, y ello nos indica que siempre puede haber aquí abajo esperanzas de corrección.

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  3. ¿Por qué es imposible un papa "hereje modernista"?
    Filemón, no me responda, por favor, con las habituales lecturas simplistas del Evangelio que quisieran que el papa sea algo así como un semidios que siempre y en todo momento disfruta de la infalibilidad (casi de forma mágica y supersticiosa).
    Es inconcebible que usted, Filemón, no hable de los modernistas específicamente como habla la encíclica Pascendi, cuando esta dice por ejemplo: "los modernistas se deben buscar en el seno de la Iglesia, más aún en Su cúspide". Y en cambio se pone a hablar de Psicopatología, y se pone a dar fantasiosos diagnósticos a distancia.

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    1. Estimado anónimo,
      ante todo, usted habla de "lecturas simplistas", y sin embargo menciona una frase, diciendo que pertenece a la Pascendi, pero en realidad no es así. ¿De qué clase de "lectura simplista" ha tomado usted esa frase? Honestamente no creo que esa frase provenga de ningún sacerdote lefebvriano, pues ellos, al menos saben citar literalmente las actas del magisterio. Repase la encíclica Pascendi, y verá que esa frase por usted citada no está en ningún lado, ni en la versión latina, ni en la española.
      En segundo lugar, la lectura católica de la Escritura, así como el entendimiento católico de la Tradición, son mediados por la enseñanza del Magisterio de la Iglesia, el cual en concreto nos enseña que la divina institución Petrina en la Iglesia, tiene las consecuencias dogmáticas y disciplinares que los lefebvrianos se niegan obstinadamente a aceptar, porque en cuanto las aceptaran desapareceria su actual leit motiv, en el que basan toda su vida, su actuar, y su razón de ser.
      Sin embargo, si lo hicieran, si reconocieran la institución de Pedro en la Iglesia tal como Cristo la ha querido, los lefebvrianos alcanzarían el preciado nombre de católicos, verdaderos discípulos de Cristo y plenamente miembros de la única Iglesia de Cristo, la católica, la que tiene en Pedro la garantía de la Fe.
      En tercer lugar, y respecto a los referencias psicológicas de mi artículo, son tan solo opiniones personales, como lo he dicho y repetido de modo explícito en el mismo artículo. Supongo que cualquier lector puede distinguir en mi blog, lo que digo en su valor de verdad, por estar fundado en la divina revelación o la sana razón, y lo que tan solo digo en su relativo valor de opinión personal, aún cuando sea razonada y fundamentada.

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