lunes, 9 de mayo de 2022

Paz entre Rusia y Ucrania: sólo de un auténtico ecumenismo (4/4)

La guerra se prolonga a lo largo de la historia con altibajos, idas y venidas, avances y retrocesos. En todas las guerras siempre está en el fondo ese duelo radical entre Cristo y Satanás, entre la Mujer y el Dragón del cap.12 del Apocalipsis. Este choque de fondo es aquello que sustancialmente nos debe interesar, es aquello de lo cual nadie se puede sustraer, aquello en lo cual se decide para cada uno su eterno destino.

Una nación disputada entre Occidente y Oriente
   
----------Durante siglos Ucrania ha estado en un punto de fricción entre Occidente y Oriente, incierta entre el uno y el otro, objeto de la codicia y de las ofertas del uno y del otro, semejante a una bella mujer deseada por dos pretendientes en competencia entre sí, e incierta acerca de cuál elegir, pero también tentada a la duplicidad, de modo que ella ha parecido complacer a uno a expensas del otro. Pero esta doble actitud le ha hecho mucho daño, mientras que su verdadera vocación es la de ser mediadora entre Occidente y Oriente, favoreciendo el diálogo, el intercambio y el enriquecimiento recíproco.
----------En tanto (si nos queremos mantener en la metáfora de la bella mujer), podemos decir que uno de sus dos pretendientes (Rusia) reclama a esta mujer como suya, acusándola de haberlo traicionado, y la castiga con exagerada severidad (Putin). El otro pretendiente (la Unión Europea) condena con razón la violencia del rival, pero el objetivo secreto es que esa mujer se convierta en suya.
----------Esta bella y disputada mujer, por su parte, no es del todo lineal, sino que tiende a guiñar el ojo tanto al un pretendiente como al otro. Los dos se van a las manos (la guerra actual), esgrimiendo nobles pretextos y declarando que quieren liberarla de un hombre violento y seductor. Pero la que peor lo está pasando es ella, tirada de aquí para allá por los dos, con riesgo de que le disloquen un hueso.
----------En esta situación, Ucrania se encuentra partida en dos, quizás por una cierta duplicidad suya, pero quizás también porque se enfrenta a una prueba ya excesivamente grande para ella. Debe ser compasionada, debe ser ayudada, pero también se le debe recordar que, como una mujer disputada por dos pretendientes, ha estado incierta sobre la elección a hacer, poco leal y proclive a ambos, hasta el punto de empujarlos a litigar entre ellos, con el resultado de quedar en el medio al querer tomarlos a los dos.
----------¿Qué hacer? Es necesaria la intervención de un hombre de Dios sabio, desinteresado y juicioso, super partes, que proponga una sentencia con palabras de este calibre: querida Ucrania, tú estás llamada a ser amiga de ambos con un amor sinceramente casto, porque tú puedes dar amor tanto al uno como al otro, y el uno y el otro se pueden complementar y enriquecer mutuamente. Sin embargo, te recomiendo no coquetear con ambos, sino ser límpida, honesta y casta, porque de lo contrario los tres se estorbarían.
----------Ahora bien, ¿quién puede ser el juez de paz? Hay dos autoridades deputadas para esta difícil tarea: la autoridad política y la autoridad religiosa. La primera, encargada del bien común temporal de la humanidad, o sea la ONU, mientras que la segunda está representada por los dos personajes hoy más a la vista del mundo cristiano actual: el uno del área geográfica occidental, el otro de la oriental; el primero, Sucesor de Pedro, cabeza de los católicos, Vicario de Cristo, Quien es el príncipe de la paz; el segundo, sucesor del apóstol Andrés, el patriarca de Moscú, Cirilo, eminente entre los ortodoxos, aunque cristianos entre sí divididos. Pero ahora todos miran a Cirilo, con la esperanza de que le vaya bien, para no deshonrar a la Ortodoxia. ¡Que el Espíritu Santo suscite en ellos palabras que nos indiquen el camino de la paz!
----------Ucrania no ha logrado hasta la actualidad superar la citada prueba histórica y ahora se han desatado las divisiones que hasta 2014 estaban latentes entre Rusia y la Unión Europea y más evidentes entre católicos y ortodoxos, estos últimos a su vez aún divididos entre sí. En vano los rusos intentan reconquistarla con la violencia. Se trata de un choque terrible entre Occidente y Oriente.
----------Detrás de este conflicto se advierte la sombra del contraste mucho más grave entre los Estados Unidos masónicos y la China comunista, por el dominio sobre Europa, y en particular para extinguir ese cristianismo, del cual Europa es el centro. Fuera de este conflicto, están los inmigrantes fanáticos de Mahoma, en pleno acuerdo con la masonería y con el comunismo sobre la necesidad de eliminar el cristianismo, los cuales están a la espera de encontrar el momento adecuado para dar el golpe de gracia a la Europa cristiana y tener parte en el botín, tal vez transformando la basílica romana de San Pedro en mezquita.
----------Los Estados Unidos, que son parte en causa, en vano quisieran actuar como jueces en esta guerra, reemplazando a la Organización de las Naciones Unidas. Pero los estadounidenses, aunque todavía gozan de una autoridad moral internacional, hoy están sin duda moralmente decaídos (las acusaciones de Cirilo son justas), demasiado occidentales, influidos por aquella tríada masónica de 1789 que empujó a Napoleón a invadir Rusia con la ilusión de lograr abatir el poder del zar para hacer triunfar el universalismo iluminista-masónico, sutilmente anticristiano, bajo la aparente concesión de la libertad religiosa.
----------Para obrar una verdadera mediación de paz, es necesario que el pacificador haga referencia a una visión superior, verdaderamente universalista y cristiana, tal como para conjugar aquello que san Juan Pablo II, con sus documentos sobre los santos Cirilo y Metodio y sobre el bautismo de la Rusia en Kiev (me refiero a la encíclica Slavorum apostoli del 2 de junio de 1985; al mensaje Magnum bautismi donum, a los católicos ucranianos en ocasión del milenio del bautismo de la Rus' de Kiev del 14 de febrero de 1988; y a la carta apostólica Euntes in mundum en ocasión del milenio del bautismo de la Rus' de Kiev, del 25 de junio de 1988), llamaba los "dos pulmones" de Europa, el pulmón latino-germánico y el pulmón eslavo, incluida Rusia, aunque ésta se extiende más allá de los Urales hasta la inmensa Siberia, habiendo absorbido a lo largo de los siglos a otros pueblos y razas de esos lugares. La Unión Europea, por lo tanto, debe tener muy claro que mientras se excluya a la Rusia europea, Europa será como una persona que vive con un solo pulmón.
----------Por ende, aquí está en juego el concepto humanista de Europa. La comisión que ha redactado la Carta constitucional de la Unión Europea no ha aceptado la invitación hecha en su momento por san Juan Pablo II de incluir la mención de sus raíces cristianas. Ha surgido así una Constitución de perfil iluminista-masónico sutilmente anticristiana por el simple hecho de haber rechazado con desdén la propuesta de san Juan Pablo II de recordar en la Constitución el hecho de que Europa es un territorio y una entidad étnica, cultural, política y nacional innegablemente nacida y desarrollada en el signo de la fe cristiana.
   
Estado e Iglesia en la obra de evangelización
   
----------Este que es el problema central, el de la formación, o mejor reformación y re-evangelización de Europa por el redescubrimiento de sus vitales raíces cristianas, pone en juego la cuestión moral de la colaboración entre Estado e Iglesia en la difusión de la civilización y del cristianismo. Tal colaboración entre Estado e Iglesia, como demuestra la historia y cómo se plantea en línea de principio, produce efectos positivos en el campo de la evangelización, pero, si no está bien organizada según una sana autonomía recíproca, puede conducir tanto a politizar el poder religioso como a sacralizar el poder político.
----------Esto es lo que ha sucedido siglos antes en el Imperio bizantino y luego también ha sucedido en Rusia a partir del cisma de 1054. Y esto sucede precisamente porque el Patriarca, no dependiente del Romano Pontífice, pero necesitado de un sostén espiritual y también político, se apoya en el gobernante como representante de Dios. Pero el gobernante, por su propia naturaleza, apunta al poder político y nacional, por lo que tiende a difundir el cristianismo como medio de poder y de expansión de su propia nación.
----------Así sucede que el mismo Patriarca cristiano ortodoxo corre el riesgo de subordinar la evangelización a las miras e intereses nacionales del gobernante. Por eso, el patriarca Cirilo ve los intereses del pueblo ruso a la luz de la ideología de la "Tercera Roma", que esconde la idea de que Rusia está por encima de la Roma papal, y es la verdadera luz del mundo y señora de todos los pueblos.
----------Es interesante al respecto la imagen del águila bicéfala, que es el símbolo tanto del Patriarcado de Constantinopla como del Patriarcado de Rusia, como lo era del Sacro Romano Imperio austro-húngaro: los dos poderes político y religioso a la par, cuando en realidad el primero debería estar bajo el segundo, así como lo temporal debe estar subordinado a lo espiritual. Y en cambio, en la tradición política rusa, cuyo estilo cesaropapista se remonta al emperador Justiniano, el zar es sagrado custodio y promotor de la ortodoxia y el Patriarca es colaborador y garante del poder político del zar. Así hoy Putin se profesa cristiano, mientras que Cirilo apoya su política e incluso la guerra, escandalizando a muchos.
----------Esta simbiosis tiene una parte de verdad y de bondad, porque no se puede separar la salud física de la salud espiritual. La espiritualidad ortodoxa tiene este constante empeño y preocupación de hacer, sí, que el sacerdote y el rey estén unidos en el asegurar al pueblo el bien temporal y el espiritual. Después de todo, la evangelización, por su parte, se cumple conjugando el anuncio de la Palabra con la ayuda material, ayuda que induce al beneficiario, viéndose tan amado, a acoger el Evangelio. Pero el riesgo que corre el Patriarca es el de una cierta sujeción al poder político y de guiar una Iglesia nacional, la cual, bajo el influjo de una política de poder, se convierte en nacionalista, expansionista e imperialista.
----------Así sucede que el proselitismo sustituye a la evangelización. La Iglesia se expande no ya al servicio del reino de Dios, sino al servicio de la nación. Entre los pueblos a los que llega representa más al zar que lo que representa a Dios. Por otra parte, ¿no es el zar elegido por Dios como ministro de Dios?
----------Sin embargo, en la obra de evangelización pueden infiltrarse factores y elementos extraños, e incluso elementos nocivos y contraproducentes, si la intención evangelizadora no tiene una motivación suficientemente sobrenatural, si se vuelve demasiado humana, escondiendo una sed de dominio sobre el pueblo evangelizado o evangelizando. Esta desviación de la verdadera evangelización puede ser provocada o incentivada o favorecida por la política del País de origen del misionero, País que evidentemente, en virtud de su tarea específica, vela por intereses económicos y de afirmación nacional, pero que puede excederse en estos intereses, tal como para correr el riesgo de crear en la gente, por medio de misioneros poco atentos a la espiritualidad de su misión, una adhesión insincera a la Iglesia, dictada por exclusivos intereses económicos o humanos.
----------O bien en la obra evangelizadora puede infiltrarse un cierto estilo misionero condicionado por intereses expansivos o colonialistas del País de origen, lo cual puede generar en la gente más despierta la sensación de no ser atendida y ayudada por el misionero en su vida espiritual, sino que por el contrario, se siente explotada y oprimida por un cierto estilo imperialista del misionero, que deja transparentar en su modo indiscreto de exhortar a la conversión y a hacerse cristiano, la tendencia a mezclar el anuncio evangélico con la imposición de la política o de las costumbres de su País a la población local.
----------Es claro que sobre todo aquellos que se preocupan por la libertad política de su País, no pueden sino sentir disgusto, repugnancia y rebeldía y sentirse ofendidos por tal modo de actuar y se ven tentados a rechazar al mismo Evangelio, visto como una doctrina propia del pueblo que quiere dominar.
----------Aquí, por consiguiente, evidentemente no tenemos una verdadera evangelización, sino aquello que el papa Francisco repetidamente llama y condena como "proselitismo", que es una manera equivocada de evangelizar y expandir los límites geográficos de la Iglesia, una manera que, fruto del clericalismo, y contaminada por miras expansionistas o nacionalistas, crea en realidad falsos cristianos o provoca malentendidos, equívocos, reacciones de repudio o de repulsa en quien no quiere dejarse instrumentalizar y quedar finalmente sometido a la potencia extranjera, de la que proviene el misionero.
----------Por eso, en la historia del cristianismo ha habido por un lado, claro que sí, tantos verdaderos misioneros mártires, pero, por otro lado, lamentablemente también ha habido algunas duras oposiciones hasta el asesinato de misioneros, a veces debidas a haberse revelado como agentes de una obra misionera que no apuntaba a un fin puramente espiritual, sino que se subordinaba a la penetración invasiva y colonizadora de una potencia extranjera en la vida del País, en el que el misionero se encontraba trabajando.
----------Es cierto que en la actualidad, y desde hace décadas, muchos misioneros, conscientes de este defecto, se esfuerzan por evitar esta actitud hipócrita; pero hoy muchos de ellos corren el riesgo contrario de resolver la acción misionera en una simple acción social o sindical, fácilmente expuesta a esa facciosidad y litigiosidad, que, si son impropias en el laico, mucho más impropias lo son en el sacerdote.
----------En tal modo, estos misioneros politizados, descuidando la insustituible espiritualidad evangélica de su misión, y evitando exhortar a los evangelizados a abrazar la verdadera fe, en nombre de un mal entendido diálogo interreligioso de perfil relativista y de un falso concepto, de perfil buenista, de la voluntad divina de salvar a todos, producen un cristianismo superficial, que se derrumba miserablemente ante la llegada de las grandes pruebas de la vida y carece de la fuerza necesaria para extenderse por el mundo.
   
¿A quién le corresponde el dominio del mundo?
   
----------Debemos tener presente que hemos llegado hoy a un momento histórico en el cual nosotros podemos concretamente asistir a una competición entre las potencias políticas y religiosas que se disputan el dominio del mundo o aspiran a asegurar progreso, salvación y felicidad a toda la humanidad. Los modernos medios de información, los medios de comunicación y los medios de transporte, la expansión de la técnica, las modernas posibilidades del comercio y de la economía, los modernos medios de organización financiera, social y política, permiten actualmente a las potencias que tienen esas aspiraciones o esas pretensiones, mirar a esa posibilidad no ya como una perspectiva abstracta o puramente teórica, como se ha hecho en siglos pasados, sino desde una perspectiva que ahora parece concretamente realizable.
----------El problema es a quién le corresponde el dominio del mundo, quién tiene el derecho y la capacidad hoy de gobernar el mundo, pero gobernarlo no sólo políticamente (porque en este ámbito ya tenemos a la ONU) sino sobre todo gobernarlo espiritualmente, es decir, en relación con el fin último del hombre. Sobre ello el cristiano no tiene en absoluto ninguna duda: le corresponde a Jesucristo y a su Iglesia.
----------Sin embargo, en el mundo existen temibles y seductoras fuerzas satánicas, que se oponen al reino de Cristo y de su Iglesia, en una lucha implacable. Por lo tanto, es necesario que Cristo con sus soldados venzan estas fuerzas contrarias y las sometan. Según el Apocalipsis, la victoria decisiva se producirá sólo en el fin del mundo con el Retorno de Cristo, la resurrección de los muertos y el Juicio universal.
----------Pero la guerra se prolonga a lo largo de la historia con altibajos, idas y venidas. En todas las guerras siempre está en el fondo este duelo radical entre Cristo y Satanás, entre la Mujer y el Dragón del capítulo 12 del Apocalipsis. Este choque de fondo es aquello que sustancialmente nos debe interesar, es aquello de lo cual nadie se puede sustraer, aquello en lo cual se decide para cada uno su eterno destino.
----------Es a la luz de esta guerra, que surge desde nuestra propia intimidad y fluye hacia afuera, que debemos juzgar todas las guerras de este mundo y elegir de qué lado estar o bien si ser neutrales. Pero, como bien lo sabemos, ante la lucha entre Cristo y Satanás, no se puede ser neutrales. Quien pretende quedarse afuera, con ello mismo se pasa del lado de Satanás, porque quien no está por Cristo, está contra Cristo.
----------Por ahora nosotros nos encontramos en una situación, en la cual la Iglesia tiene que enfrentarse con otras potencias que aspiran a la universalidad y que se muestran mucho más fuertes e influyentes de lo que la Iglesia logra ser, más allá del hecho de que los cristianos están divididos y no todos obedecen al Papa, Vicario de Cristo. Ciertamente, existe el ecumenismo, pero vemos con qué frecuencia y de cuántas maneras viene a ser mal entendido y mal realizado. ¿Qué decir entonces? ¿Qué hacer? Hagamos un cuadro sintético de la situación. ¿Cuáles son las fuerzas en juego? ¿A qué apuntan? ¿Qué líneas siguen? Veamos.
----------Ante todo debemos considerar los continentes de la tierra. Cada uno de ellos tiene una identidad, tiene un rostro. Entre todos el continente que resulta mayormente caracterizado, perfilado, definido, es Europa; y también es el más influyente, precisamente porque es la patria del cristianismo.
----------A este respecto, es necesario distinguir al pueblo ruso de su territorio. Cuando san Juan Pablo II dice que Rusia es el otro pulmón de Europa, está claro que el Papa ve las fronteras de Europa en los montes Urales, mientras que es igualmente claro que el pueblo ruso ocupa un territorio que va mucho más allá de los Urales y que es Siberia, la cual en los siglos pasados ha sido ocupada y cristianizada por los rusos ortodoxos. Por consiguiente, el pueblo ruso es un pueblo euroasiático, pero de matriz u origen europeo.
----------Por tanto, el pueblo ruso es al mismo tiempo uno de los pueblos europeos, parte integrante de Europa, pero al mismo tiempo, aunque secundariamente, uno de los pueblos asiáticos. Por eso, la Unión Europea, si quiere ser plenamente europea, debe esforzarse por incluir a la Rusia europea. En cuanto a la asiática, al ser parte integrante de Rusia, podría ser considerada una dependencia de Rusia en Asia.
----------En segundo lugar, como concurrentes al dominio del mundo, debemos considerar a los pueblos, en cuanto fundadores de religiones. Tenemos entonces al pueblo de Israel, guía del judaísmo; tenemos a India, guía del hinduismo; tenemos a Arabia, patria del islamismo; tenemos a China, patria del confucianismo; tenemos Japón, tierra del budismo. En el ámbito del cristianismo, Alemania, patria del luteranismo; Grecia, patria de la ortodoxia. Mientras que entre los humanismos tenemos el comunismo, promovido actualmente por China; y tenemos la masonería, promovida por los Estados Unidos y por Inglaterra.
----------Estas potencias, en medio de errores, poseen ciertamente elementos de verdad y de bondad, pero en cuanto ellas se proponen a sí mismas de manera absoluta y obligatoria como dominadoras del mundo, está claro que estas potencias excluyen el primado del cristianismo, el cual o prevalece entre todos los poderes de la tierra o no es cristianismo. En efecto, los cristianos sabemos por fe que el gobierno del mundo está destinado únicamente a Nuestro Señor Jesucristo, el "rey de los reyes de la tierra". Quien aspira a dominar el mundo, debe ponerse en seguimiento de Cristo y de su Iglesia. Así, el cristiano es luz del mundo y sal de la tierra. Así en la Iglesia, bajo la guía de Cristo, vence quien con Cristo combate la guerra contra Satanás y los enemigos de Cristo. Pero la primera batalla es la lucha interior contra el pecado, los vicios y la carne.
----------Además, la Iglesia, para poder ser verdaderamente creíble a los ojos del mundo, y victoriosa sobre el mundo, debe liberarse de las herejías y de las disputas, que la dividen, que le nublan la vista, la entibian y le enfrían su caridad, la atormentan, la seducen, la corrompen y le debilitan su fuerza espiritual. La Iglesia está afligida y probada también en lo interno por luchas, sufrimientos y divisiones. Hecho este sincero diagnóstico, se advierte que el ecumenismo es sin duda un factor de reconciliación, de purificación y de paz.
----------En Ucrania es la Iglesia la que sufre y se purifica. En Ucrania es la Iglesia la que está luchando contra Satanás. La guerra no es tanto entre rusos y ucranianos, sino, como siempre, entre Cristo y Beliar, entre la Mujer y el Dragón. Saldremos de esta guerra si logramos hacer esta lectura de fondo.
----------En quien muere actualmente en Ucrania en paz con Dios, soldados, rusos, ucranianos, civiles, mujeres, ancianos, niños, enfermos, es Cristo quien combate contra Satanás, Cristo mismo muere y da su vida por la Iglesia, como dice san Pablo: "Cristo ha amado a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla. El la purificó con el bautismo del agua y de la palabra, porque quiso para sí una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga y sin ningún defecto, sino santa e inmaculada" (Ef 5,25-27).

2 comentarios:

  1. Sergio Villaflores13 de mayo de 2022, 6:05

    Estimado padre Filemón,
    después de haber leído y meditado su largo y perspicaz artículo, y de haber llegado a estar completamente de acuerdo con su tesis de que el ecumenismo auténtico es la única esperanza para una solución a la guerra en curso, me pregunto...
    ¿Cómo ven la guerra los cismáticos ortodoxos orientales (anclados en 1054) o los cismáticos lefebvrianos o filolefebvrianos (detenidos en 1962)? ¿Cómo ven, por lo tanto, la solución a esta guerra, cuando ambos grupos cismáticos rechazan el ecumenismo, como doctrina del Concilio Vaticano II?
    Me parece que los ortodoxos orientales están más abiertos a las directivas ecuménicas del Vaticano II, y los hechos de los encuentros, del diálogo, de las jornadas de oración, en estas décadas, son visibles.
    Pero no me parece lo mismo para los lefebvrianos, que tienen al ecumenismo como una de las doctrinas heréticas del Concilio Vaticano II...

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    1. Estimado Sergio,
      creo que tanto los ortodoxos como los lefebvrianos son sensibles a la polémica de Alexander Dugin contra el modernismo, el ateísmo, el liberalismo y la corrupción moral de Occidente, en nombre de la tradición, de la espiritualidad, de los valores morales y de la religión.
      Sin embargo, me parece que todos nosotros condenamos las crueldades cometidas por los rusos en Ucrania. El problema para los ortodoxos y para los lefebvrianos es su orgullo y su pasadismo, que les impide apreciar la verdadera enseñanza conciliar sobre el ecumenismo, que es lo que expongo en mi artículo. Esto les impide comprender cuál podría ser la vía de salida de esta guerra para alcanzar la paz.

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