jueves, 24 de marzo de 2022

El papa Francisco y su condena del gnosticismo

Tanto el actual modernismo como el actual pasadismo han sido permeables, en sus respectivas básicas teorías del conocimiento, a los presupuestos del gnosticismo, el cual ha recibido una aguda crítica y una dura condena del Santo Padre en la exhortación apostólica Gaudete et exultate, de 2018.

El papa Francisco y su crítica al gnosticismo
   
----------El papa Francisco ha hecho una severa crítica al gnosticismo moderno en su exhortación apostólica Gaudete et exsultate del 19 de marzo de 2018. Es muy significativo que el Papa haya incluido esta crítica en un documento dedicado a la promoción de la santidad, para significar que la cuestión del gnosticismo, incluso antes de ser una cuestión doctrinal, es una cuestión moral de honestidad intelectual, de humildad delante de la verdad, de sincera preocupación por la salvación del hombre, de vigilante atención a las tentaciones de la soberbia, de la correcta impostación de la relación del hombre con Dios.
----------La idea del Santo Padre de publicar en nuestros tiempos un documento como la Gaudete et exsultate es oportunísima y providencial, como la lluvia estival que viene a saciar la sed de la tierra que se ha vuelto árida por la sequía. Y ello es así porque no se puede negar que la influencia del gnosticismo en el interior de la Iglesia es el problema doctrinal más grave de la Iglesia hoy. En tal sentido, la condena del gnosticismo, hecha efectiva por el papa Francisco, está en perfecta línea de continuidad con la condena del modernismo, hecha efectiva por el papa san Pío X hace más de un siglo en la encíclica Pascendi, porque en su aspecto gnoseológico y doctrinal, aquel modernismo de 1907 era una forma de gnosticismo.
----------Sabemos bien cómo los últimos Romanos Pontífices han evitado hacer uso del término modernismo, y esto probablemente para no dar espacio a los pasadistas, que se han apoderado de ese término, en parte de modo legítimo, en cuanto se refieren a Pío X y en cuanto critican a Rahner, pero en parte de modo ilegítimo, en cuanto encuentran modernismo en las doctrinas del Concilio Vaticano II, lo cual es herejía. De ahí que el término gnosticismo es usado por el papa Francisco para referirse al modernismo de hoy, en el sentido de que el gnosticismo es un aspecto del modernismo. Pero debe considerarse que el modernismo es un fenómeno más vasto que el gnosticismo, en cuanto que el gnosticismo es una doctrina gnoseológica y epistemológica, del conocimiento y de la ciencia, mientras que el modernismo es un complejo más amplio de doctrinas que tocan la filosofía, la teología, la moral, la exégesis bíblica y la espiritualidad.
----------Ahora bien, dado el hecho de que los Papas del postconcilio han condenado muchas desviaciones teológicas modernas, no puede verse en ello sino una renovada condena al modernismo, aunque utilizando otros términos: el papa san Paulo VI hablaba de secularismo; san Juan Pablo II hablaba de subjetivismo; Benedicto XVI hablaba de relativismo; y el papa Francisco condena el gnosticismo y recientemente ha rechazado el pensamiento único, para significar el hecho de que los modernistas han adquirido hoy un tal poder en el campo filosófico y teológico al punto de imponer de algún modo su pensamiento. Por lo tanto, y siempre en cuanto respecta al papa Francisco, debe reconocerse que ha asestado un fuerte golpe al modernismo, condenando el gnosticismo. Desafortunadamente, sin embargo, el Santo Padre es, a nivel pastoral, un tanto indulgente hacia el modernismo, corriente que tiende a instrumentalizarlo.
----------Pero la condena doctrinal al gnosticismo, cumplida por el papa Francisco, es oportunísima, pues no se puede negar, repito, que la influencia del gnosticismo en el interior de la Iglesia es el problema doctrinal más grave de la Iglesia hoy. A este respecto puede consultarse por ejemplo, el libro del padre Ennio Innocenti, Influssi gnostici nella Chiesa di oggi (Sacra Fraternitas Aurigarum in Urbe, Roma, 2000). Sin embargo, vale la pena señalar en referencia a esta obra, el gravísimo equívoco de poner al pobre Jacques Maritain entre los gnósticos, porque si hay un filósofo que hoy nos sabe defender del gnosticismo, ¡este es precisamente Maritain! ¡Otros son los nombres de gnósticos que habría podido citar Don Innocenti!
----------De todos modos, esta imprevista embestida del Santo Padre, este blitzkrieg, casi se podría decir, sin embargo, al monstruo gnóstico nos ha tomado a todos por sorpresa, aunque desde hace al menos dos siglos, desde que apareció la filosofía de Schelling y de Hegel, los observadores más lúcidos y más atentos ya habían comenzado a denunciar la reaparición en gran estilo del antiguo gnosticismo, que tanto había puesto a prueba a los primeros cristianos y que había parecido que ya estaba vencido para siempre.
----------No era así, porque el gnosticismo estuvo ardiendo bajo sus propias cenizas durante toda la era cristiana. Una campanada de alarma debió haberse escuchado cuando surgieron Descartes y la masonería. Sin embargo, lamentablemente, debe decirse con franqueza que los Papas de aquel tiempo, y los Papas posteriores, no estuvieron inmediata y suficientemente vigilantes y enérgicos, para advertir al pueblo cristiano que el monstruo se estaba despertando bajo seductoras apariencias de alta espiritualidad.
----------De hecho, las obras de Descartes fueron incluidas en el Índice en 1663. ¿Pero, a quién le importaban? La medida pontificia casi no logró efecto. Sólo los teólogos dominicos fueron los que señalaron el peligro. Pero muchos, en el mundo católico, como por ejemplo el cardenal Pierre de Bérulle [1575-1629], estaban fascinados por las ideas de Descartes, confundiéndolo con un riguroso espiritualista y un fuerte razonador, y no se dieron cuenta de la insidia gnóstica, no advirtieron la trampa cartesiana.
----------¡Había nacido la "filosofía moderna"!, pregonaban los cartesianos. Por eso, en esa época, quien quisiera ser "moderno", debía ser cartesiano. En esta mentira creyeron los modernistas, los cuales, aún en su justa instancia de rejuvenecer la teología católica y modernizarla al incorporar los valores del pensamiento moderno, sin embargo cometieron un estrepitoso error al creer que para ser modernos ya no había que remitirse a santo Tomás de Aquino, como había advertido León XIII, sino a Descartes.
----------De ahí se explican las herejías en las cuales cayeron los modernistas, justamente condenadas por el papa san Pío X en la Pascendi. ¿Pero, a decir verdad, de qué servía esta condena? Ellos se quedaron en silencio por el momento, pero no se dieron por vencidos. Continuaron conspirando en la sombra, esperando el momento favorable, que llegó con el ingenuo optimismo que se extendió inmediatamente tras el Concilio Vaticano II, con la persuasión general de los Obispos de que las herejías ya no existían.
----------Los modernistas mientras tanto, que durante las labores conciliares fingiéndose progresistas, ya se habían preparado secretamente para el asalto, aprovechando la fama que habían logrado como protagonistas del Concilio, salieron arrogante y audazmente al descubierto, hábiles simuladores y seguros de su impunidad, y para obtener éxito y hacerse escuchar, se hicieron pasar hipócritamente por paladines y heraldos de la reforma conciliar, pero con la verdadera intención de sepultarla o deformarla en sentido modernista. ¡Y cuánto éxito han alcanzado! He aquí, por lo tanto, que los modernistas están presentes hoy en gran número entre nosotros, henchidos de engreimiento y, a menudo, en puestos importantes; y el caso es que han retornado hoy más agresivos que nunca, con los rahnerianos a la cabeza. ¿Y cómo se hace para liberarnos?
----------Lo que estoy diciendo significa que hoy el problema del gnosticismo es más grave y actual que nunca, pues la así llamada "filosofía moderna", a la cual los gnósticos modernistas se refieren, no es otra que la filosofía de Descartes con sus epígonos idealistas alemanes. Y he aquí, sin embargo, que el papa Francisco, con sabiduría y coraje de verdadero Pastor, ha intervenido con poderosa energía y eficacia.
----------Cabe señalar que en toda la historia de la Iglesia, ningún Papa jamás había condenado el gnosticismo. En los primeros tiempos del cristianismo las intervenciones pontificias al respecto no habían sido necesarias, porque los teólogos fueron tan agudos, oportunos y combativos, que lo derrotaron en poco tiempo. Hoy, cuando en cambio tenemos un ceto de teólogos ablandados y cobardes, particularmente los modernistas, oportunamente el papa Francisco ha pensado en intervenir él mismo en persona.
----------Obviamente el Papa no se adentra en los meandros, complicadísimos y atormentadores, de la inmensa masa de la literatura de los autores gnósticos. Sin embargo, con intuición segura, indudablemente inspirada en el carisma petrino, el papa Francisco denuncia en el espacio de sólo diez números en la Gaudete et exultate, los ganglios vitales del monstruo y lo abate con cuatro certeros golpes, como hizo David con Goliat. Los teólogos, sin embargo, tenemos la tarea de ilustrar, explicar y desarrollar estas sentencias condenatorias del gnosticismo, para hacer llegar a los fieles los ríos de sabiduría que brotan de las palabras del Papa.
----------Ante todo, observamos que, al consistir esencialmente el gnosticismo en la presuntuosa pretensión de obtener por medio de la razón el saber absoluto, un saber que es propio de Dios, se dan entonces dos géneros de gnosticismo: por un lado, un gnosticismo experimental y, por otro lado, un gnosticismo conceptual. El gnosticismo experimental es el de la "experiencia preconceptual del ser" de Heidegger. Es ese tipo de gnosticismo que, como dice el Papa, "al mismo tiempo que indebidamente exalta el conocimiento o una determinada experiencia, considera que su propia visión de la realidad es la perfección" (n.40). En efecto, para Heidegger no se dá un saber superior a su "experiencia del ser".
----------Ahora bien, en segundo lugar, el gnosticismo conceptual es precisamente el de Hegel, el cual, resolviendo la cosa en sí en el concepto de la cosa, lo real en lo racional, lo ontológico en lo lógico, como dice el papa Francisco "se disfraza de una espiritualidad desencarnada" (n.40). Transforma el pensamiento en "una lógica fría y dura que busca dominarlo todo" (n.39), y así, prosigue el Papa, "el gnosticismo por su propia naturaleza quiere domesticar el misterio" (n.40). Y de hecho Hegel dirá que para la razón no existen misterios, porque ella revela el misterio, incluso si se tratara del misterio de Dios.
----------El gnosticismo, que identifica el ser con el pensamiento y el pensamiento vive en lo abstracto, sustituye lo concreto por lo abstracto. La acción también pierde su concreción y se convierte en acción pensada. Por eso el papa Francisco dice que el gnosticismo es "una enciclopedia de abstracciones" (n.37).
----------El papa Francisco señala, siempre en la exhortación Gaudete et exultate, las dos modalidades literarias, lingüísticas o estilísticas de los gnósticos: su estilo oscila entre una falsa claridad o racionalidad y una oscuridad esotérica hecha de grandes y extrañas palabras y términos filosóficos mal digeridos, neologismos inventados por el autor, de los cuales no dá nunca la definición, términos aptos para suscitar sugestión en los ingenuos y hacerles creer que están frente a vaya a saber qué misterios impenetrables (l'aghnoston). Para darnos cuenta, basta con que nos remitamos al estilo literario de Rahner, típico ejemplo de esto.
----------Por una parte, señala agudamente el papa Francisco, las "elucubraciones psicológicas y mentales", que nos hacen olvidar que "Dios nos supera infinitamente" (n.41); por la otra, el Papa indica la pretensión de "quien lo quiere todo claro y seguro con la pretensión de dominar la trascendencia de Dios" (n.41), como si la esencia de Dios se resolviera en un teorema de la autoconciencia. Y en esto, recordémoslo, se nota como modernistas y pasadistas son hermanos, típicamente cartesianos, pretendiendo con su permanente afán de encontrar "ideas claras y distintas", poder encerrar en ellas el inefable misterio de Dios.
----------"El gnosticismo -dice el papa Francisco- supone una fe encerrada en el subjetivismo, donde... el sujeto queda finalmente clausurado en la inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos" (n.36). Por cierto, recordemos que el subjetivismo, como dijimos líneas arriba, es el nombre que el papa san Juan Pablo II daba al modernismo. En el subjetivismo el propio yo se convierte en lo absoluto. Nada está fuera del yo, sino que todo está  en el yo. Todo está en el yo por el yo y para el yo. La fe no es acto por el cual el yo sale de sí y se abre a la alteridad, no, porque la fe para el gnóstico es acto de autoconciencia, ella se resuelve en el conocimiento racional de sí mismo, en el cual toda la realidad es inmanente.
----------Ese "subjetivismo" del que habla el Papa en Gaudete et exultate, es el mismo subjetivismo que está en la corriente que pasará desde Lutero, a través de Descartes, tanto a los luteranos como a los modernistas, con su pretendido subjetivo contacto inmediato con la Escritura (en realidad un falso concepto de Escritura), o bien a los pasadistas, con su pretendido subjetivo contacto inmediato con la Tradición (en realidad una falsa idea de Tradición). Lo subjetivo prima tanto en modernistas como en pasadistas, unos y otros pretenden tener un contacto inmediato y directo con las fuentes de la Revelación (la Escritura en el caso de los modernistas, la Tradición en el caso de los pasadistas), sin la necesaria mediación del Magisterio.
----------Recordemos cómo Fichte habla del yo: "El Yo se determina a sí mismo, se atribuye al Yo absoluto la totalidad de la realidad: el Yo no puede determinarse sino como realidad, ya que está puesto como realidad absoluta y en él no está puesta en absoluto ninguna negación. Sin embargo, debía ser determinado por sí mismo: esto no puede significar que el Yo anule en sí una realidad, porque esto lo pondría inmediatamente en contradicción consigo mismo; sino que debe significar que el Yo determina la realidad y, por medio de ella, a sí mismo. Pone toda realidad como una cantidad absoluta. Fuera de esta realidad no hay en absoluto otra. Esta realidad está puesta en el Yo. El Yo, por lo tanto, está determinado en cuanto está determinada la realidad" (La doctrina de la ciencia, Editorial Aguilar, 1975, p.104). El Yo se conoce a sí mismo como realidad total. Este autoconocimiento de la totalidad por parte del Yo es la gnosis.
----------Leamos cómo Schelling habla del yo: "Del Yo no se puede decir que existe, porque es el Ser mismo. Ese acto de la autoconciencia, acto eterno y no concebido en ningún tiempo, que nosotros llamamos Yo, es lo que da la esencia a todas las cosas; lo que, por lo tanto, que no tiene necesidad de ningún otro ser que lo porte, sino que portándose y sosteniéndose por sí mismo, aparece objetivamente como el eterno devenir, subjetivamente como el infinito para producir" (Sistema del idealismo trascendentale, Editorial Anthropos, Barcelona 2005, p.47). El Yo es el acto eterno autosubsistente de la autoconsciencia, eterno devenir e infinito producir, "que da la esencia a todas las cosas". Es el Yo del gnóstico, que es ser pensante y productor absoluto.
----------Leamos ahora cómo Husserl habla del yo: "Todo existente es en última instancia relativo a la subjetividad trascendental. Sólo esta última es 'en sí y por sí'; y lo es en un orden gradual correspondiente a la constitución, que conduce a los diversos grados de la intersubjetividad trascendental. Por lo tanto, ante todo, como yo, yo existo absolutamente existente en mí y para mí. ...
----------La fundación última de toda verdad es una ramificación de la toma de consciencia universal que, llevada a cumplimiento en modo radical, es absoluta. En otras palabras, es una toma de consciencia que yo inauguro con la reducción trascendental y que me conduce al absoluto auto-aferramiento, y a ese mi yo trascendental. En cuanto, como terreno de base temático exclusivo, me considero ahora como este yo absoluto, yo realizo todas las tomas de consciencia ulteriores, aquellas específicamente filosóficas, es decir, puramente fenomenológicas. Yo tomo consciencia solo de lo que puedo encontrar 'en' mí mismo" (Lógica formal y Lógica trascendental, Editorial de la UNAM, Ciudad de México, 2012, p.337).
----------Todo está en el yo. No existe nada fuera del yo, porque lo que existe es sólo lo que está en mí, aquello de lo que soy consciente. Objeto del saber absoluto, es decir, de la gnosis, es por tanto el yo absoluto.
----------Como dice el Santo Padre: "es propio de los gnósticos creer que con sus explicaciones ellos pueden hacer perfectamente comprensible toda la fe y todo el Evangelio" (n.39). Y se sabe que para Hegel la filosofía conoce a Dios mejor que la religión, mejor que el mismo cristianismo.
----------La conclusión del papa Francisco es muy severa: "El gnosticismo es una de las peores ideologías, ya que, al mismo tiempo que exalta indebidamente el conocimiento o una determinada experiencia, considera que su propia visión de la realidad es la perfección. Así, quizá sin advertirlo, esta ideología se alimenta a sí misma y se enceguece aún más" (exhortación apostólica Gaudete et exultate, n.40).

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