lunes, 8 de enero de 2024

La verdadera mística. Y la falsa mística de Karl Rahner (2/4)

Si Dios fuera algo que no se puede concebir, ni siquiera analógicamente, y de lo cual por lo tanto no se puede decir nada, como afirma Karl Rahner, entonces sería mejor callar, hacer silencio de Dios, como hace el agnóstico o el indiferente, para no decir tonterías ni hacer discursos vacíos. Si Dios fuera inconcebible, sería para nosotros la oscuridad absoluta de quienes "caminan en tinieblas" (1 Jn 1,6), que nada tiene que ver con las tinieblas luminosas de la mística, sino que son las tinieblas que preludian la condenación eterna. [En la imagen: fragmento de "Jesús despidiéndose de sus once discípulos restantes" ("quien me ha visto, ha visto al Padre"), témpera sobre tabla, obra de Duccio di Buoninsegna, pintura producida entre 1308 y 1311, conservada y expuesta en el Museo dell'Opera del Duomo, Siena, Italia].

Cristo nos revela el misterio de Dios
   
----------Cristo nos revela el misterio de Dios, pero al mismo tiempo éste, por su infinitud, permanece envuelto en las tinieblas, tanto porque nuestro ojo aquí abajo nunca está suficientemente purificado, como porque la esencia misma de Dios, por más que haya sido revelada por Cristo, sigue siendo siempre infinitamente trascendente respecto de nuestra razón, incluso iluminada por la visión beatífica.
----------Nosotros, en realidad, incluso con la luz de la fe, llegamos a un cierto límite que no podemos superar. Es como encontrarnos en un paisaje nocturno y utilizáramos una linterna. Sin duda ella nos muestra lo que está cerca de nosotros. Pero sabemos que más allá del rayo de su luz hay muchas otras cosas que no podemos ver. Podemos conseguir una linterna más potente. Pero tampoco ella puede iluminarlo todo.
----------El progreso teológico y la evolución del conocimiento dogmático es algo similar. Hace avanzar nuestra mente hacia el centro del misterio, pero a cada paso el misterio siempre nos trasciende. Y no puede dejar de ser así, ya que es imposible que lo finito sea igual a lo infinito.
----------El concepto es un ente vital, con una dinámica similar a cuanto ocurre en el plano biológico. De hecho, es tal que de un concepto surgen otros conceptos, y así también ocurre mediante el acoplamiento de conceptos adecuados. Esto sucede en todas las ciencias, incluidas la teología y el dogma. La diferencia está dada por el hecho de que, mientras que en el nivel biológico lo generado es corruptible, el concepto, que pertenece al mundo del espíritu, una vez generado, es inmutable e incorruptible.
----------Ahora bien, la finitud de nuestros conceptos no quiere decir que ellos no sean capaces, sobre todo a la luz de la fe, de conocer lo Infinito. En los conceptos su finitud es finitud en el modo de conocer, no en el contenido. Pero esta finitud no quiere decir ni siquiera -como cree Rahner con los historicistas- que nuestro saber no sea capaz de certezas definitivas (cf. Y. Tourenne, La théologie du dernier Rahner, Les Editions du Cerf, Paris 1995, pp.19, 117,183, 294, 329, 369, 380).
----------No está dicho en absoluto que para estar abiertos a lo nuevo y a lo diferente, y manteniéndonos siempre modestos en nuestras ideas, y para progresar en el saber, nunca debamos dar nada por descontado y debamos rechazar todo concepto estable, y estar siempre prontos a poner en discusión nuestras convicciones. Lo ridículo, entonces, es que esta lección nos llegue precisamente de un Rahner, quien a lo largo de su vida jamás ha soñado con poner en duda un solo aspecto de su trascendentalismo.
----------Rahner, que se consideraba "teólogo eclesial", confundía en sus acusaciones, sin excluir de ellas al mismo Magisterio de la Iglesia, el apego a los principios con el fundamentalismo, la fidelidad doctrinal con el conservadurismo, la firmeza con la rigidez, la tenacidad con la obstinación, la obediencia al Magisterio con la renuncia a la libertad, el amor por la precisión con la puntillosidad, la necesidad de claridad con la utopía, las amplias visiones con la abstracción, la refutación del error con la intolerancia a las ideas de los otros.
----------Es evidente que en base a estas ideas rahnerianas, se debe decir que, cuando Cristo ha dicho "mis palabras no pasarán" (Mt 24,35), se ha engañado, y cuando san Pablo recomienda a Timoteo "conservar el depósito" (1 Tim 6,20), lo cierra a lo nuevo y lo convierte en custodio de un museo. Además, está claro que desde esta perspectiva las definiciones dogmáticas devienen imposibles.
----------De aquí se desprende que la constante preocupación de la Iglesia a lo largo de los siglos, soportando calumnias y ataques de todo tipo, por precisar, aclarar, distinguir, delimitar, explicitar, explicar y definir con nuevos dogmas el significado y el contenido de los datos de la Revelación, certificando en la verdad, condenando errores, disipando equívocos y ambigüedades, eliminando prejuicios y desmintiendo leyendas (los Evangelios apócrifos), corrigiendo falsas interpretaciones, y eliminando malentendidos e incomprensiones, todo esto para Rahner es esfuerzo y tiempo perdido. En compensación, en la época actual de "pluralismo insuperable" y de "concupiscencia gnoseológica" (el citado libro de Tourenne informa ampliamente sobre estos dos conceptos rahnerianos), es decir, del deseo de abrumar a los demás con las propias ideas, ha pensado él en exponer lo esencial del cristianismo en su Curso fundamental sobre la fe.
----------San Pablo y en general la Escritura están muy lejos de este agnosticismo e historicismo conceptuales. Ya en el Nuevo Testamento vemos un enérgico pero dúctil ejercicio de guía doctrinal y de vigilancia (¡epískopos!) practicado por los apóstoles sobre el pueblo de Dios.
----------Pablo, sólo para dar un ejemplo, es muy celoso al condenar los conceptos teológicos erróneos y al afirmar los correctos. Ciertamente, él enseña que los juicios divinos son "incomprensibles" (anexeráunetos, Rm 11,33), o "inscrutables" (anexicníastoi, Rm 11,33), pero Dios es "conocible" (ghnostón, Rm 1,19).
----------Pablo insiste sobre la posibilidad de conocer (ghighnosko) el misterio divino (Rm 11,25; Ef 1,9; 3,3; 6,19; Col 2,2), en cuanto ha sido revelado (Rm 16,25; Ef 3,5). De hecho, "misterio" (mysterion) en san Pablo corresponde al hebreo sod o raz, que significa "secreto", "oculto". Pero el secreto puede ser revelado.
----------Así, Dios puede ser conocido mediante los conceptos de razón o los conceptos de fe; pero los dos tipos de conceptos, cuya comprensión es finita, no son capaces de comprender exhaustivamente la infinita riqueza de la esencia divina. En tal sentido, Dios es un misterio, el Misterio por excelencia. Dios, aunque conocible, nos sigue siendo incomprensible. San Pablo usa a este propósito dos verbos diferentes: ghighnosko, para decir conocer, y katalambano, para decir comprender.
---------Mientras que para Hegel Dios se puede comprender en el concepto racional, en cambio, para Rahner Dios no se puede conocer ni siquiera racionalmente, es inconcebible (cit. por Tourenne, op.cit., p.439). Por consiguiente, en Rahner tenemos un retorno del Aghnoston de la misteriosofia pagana y hermética (se trata precisamente de ese gnosticismo que el papa Francisco ha condenado repetidas veces). Hegel en cambio dice que, dado que en el cristianismo existe la revelación del Misterio, en el cristianismo no tenemos misterios, sino que todo es claro, demostrable y lógicamente necesario.
----------La tarea de esclarecer, según Hegel, corresponde a la filosofía, es decir, a la razón, al concepto. Y por eso la filosofía, según Hegel, es superior a la religión, es el "saber absoluto", porque la religión cree en el misterio sin explicarlo. La religión se detiene en la imagen, en el mito, en la "representación" (Darstellung). La filosofía, en cambio, capta a Dios en el pensamiento (denken), o sea en el concepto (Begriff), en la oposición dialéctica, porque el concepto coincide con la cosa, lo racional es lo real.
----------Ahora bien, Dios es real y por tanto Dios es racional. Esto supone, en Hegel, la identidad de la razón humana con la razón divina. Para Hegel, por tanto, Dios no sólo es cognoscible por la razón, sino que es también comprensible. Por esto Maritain define apropiadamente como "gnosis" la teología de Hegel.
----------Rahner sostiene, contra Hegel, la superioridad de la fe sobre la razón y de la teología sobre la filosofía. Sin embargo, debemos advertir que el concepto rahneriano de la razón y del hombre llega al de Hegel. De hecho, tanto en Rahner como en Hegel, el hombre y la razón misma aparecen al mismo tiempo finitos, como fenómenos en el tiempo; e infinitos, como el yo trascendental.
----------En Rahner la finitud del hombre viene exagerada (influencia luterana), ya que se niega la posibilidad de que la razón demuestre la existencia de Dios partiendo de la experiencia. Pero, por otra parte, la relación de la razón con lo infinito y por tanto con el Misterio divino es a priori y demasiado estrecha (influencia cartesiana), porque se plantea una autoconciencia originaria e inmediata de la esencia divina.
----------La diferencia entre Rahner y Hegel está dada por el hecho de que Rahner admite el Misterio porque según él la razón es "reductio in Mysterium" (Tourenne, op.cit., p.436), mientras que Hegel niega el misterio, es decir, no lo juzga necesario, porque la razón es ya de por sí divina. Por consiguiente, tanto en Rahner como en Hegel tenemos una asociación de agnosticismo y de gnosticismo. Agnosticismo, a causa de la historicidad y mutabilidad del concepto (Tourenne, op.cit., pp.192, 246); gnosticismo, porque el hombre es infinito y confina con Dios (Tourenne, op.cit. pp.107, 112, 216, 227, 228, 240, 251, 262, 263, 265, 270, 271, 274, 303, 333, 334, 336, 337, 344, 368, 379). Para él, Dios es el "horizonte" del hombre. En realidad, Dios está más allá del horizonte del hombre. Si fuera el horizonte, Dios sería el cumplimiento del hombre. Lo que es panteísmo.
----------Rahner confunde la esencia del hombre con el fin último del hombre. Ahora bien, es necesario notar que la esencia del hombre es inmanente al hombre; el fin, en cambio, lo trasciende. Si situamos el fin (Dios) en la esencia del hombre, como hace Rahner, caemos en el panteísmo. Esencia del hombre es simplemente el hecho de ser un animal racional, hecho para razonar bien. Aquí reside la perfección y el fin esencial del hombre.
----------Que luego la razón humana sea conducida a establecer una causa primera y un fin último, esto es cierto. Pero esto todavía no nos autoriza a decir que el hombre como tal, y por tanto todos los hombres, tiendan esencialmente y necesariamente a Dios. Y menos aún estamos autorizados a decir que todos seamos creados en estado de gracia, porque la gracia pertenecería a la esencia del hombre, como cree Rahner.
----------Por el contrario, todos nacemos con la culpa original y sólo con el bautismo adquirimos la gracia. Es cierto que el hombre, por su esencia, no puede no actuar por un fin último. Pero esto no quiere decir todavía que cada hombre actúe efectivamente para Dios, incluso si Él es el verdadero fin último para todos. De hecho, el hombre, en virtud del libre albedrío, tiene la facultad en cada momento de su vida consciente de considerar como fin último no a Dios, sino a sí mismo o a una creatura; en virtud de esta facultad de elección, hay, por tanto, quienes eligen por Dios y hay quienes eligen contra Dios; y no por esto pierde su esencia de hombre.
   
La noción del misterio divino
   
----------Lo mismo dígase para el misterio divino. Cada uno de nosotros tiene la facultad de acogerlo o de rechazarlo. Pero es necesario precisar ulteriormente que el ser misterio no es un sustantivo, como parece entender Rahner, sino un adjetivo; el misterio no es una sustancia sino una propiedad; por lo cual, propiamente hablando, Dios no es un misterio o el misterio, sino que es, sin embargo, un ente misterioso, o sea, escondido, oculto, como dice la misma Sagrada Biblia (Is 45,15).
----------Por lo tanto, definir a Dios con la simple categoría de "misterio", añadiendo incluso, como hace Rahner, el atributo de "sagrado", no es suficiente para calificar lo que es propio de Dios a diferencia de cualquier otra cosa, porque incluso el sacramento, incluso la gracia, incluso la Iglesia, incluso la predestinación, son todos ellos misterios sagrados, pero está claro que ellos no son Dios.
----------Peor aún, entonces, es limitarse a hablar, como hace Rahner, de "misterio" simpliciter: término del todo equívoco, ya que, como enseña san Pablo, existe también un "misterio de iniquidad" (2 Tes 2,12). Por lo tanto, lo primero que hay que hacer en teología, como hace santo Tomás en la Summa Theologiae, es establecer los atributos de Dios, lo que evidentemente requiere una robusta capacidad de conceptualización.
----------La misteriosidad de Dios desciende o deriva de su infinitud. Y esto desde su trascendencia de causa primera. Una vez aclarados estos atributos, es evidente también que Dios es misterioso. Rahner se limita a decir que Dios es "misterio"; pero no explica por qué Dios es misterio.
----------Sólo después de haber aclarado estas cosas y de haber aclarado de qué estamos hablando, entonces se podrá sensatamente decir que es un misterio. Recuerdo haber leído hace muchos años una observación de Benedetto Croce en su Breviario de la Estética: "El místico -decía- se contradice a sí mismo, porque pretende hablar de aquello de lo cual él mismo dice que no se puede hablar". Por lo cual no se entiende de qué esté hablando y no tiene ningún derecho ni razón para hablar.
----------Esto, sin embargo, no vale para la verdadera mística, sino para la falsa mística de Rahner. Si Dios fuera algo que no se puede concebir, ni siquiera analógicamente, y de lo cual por lo tanto no se puede decir nada, entonces sería mejor callar, hacer silencio de él, como hace el agnóstico o el indiferente, para no decir tonterías ni hacer discursos vacíos. Si Dios fuera inconcebible, sería para nosotros la oscuridad absoluta de quienes "caminan en tinieblas" (1 Jn 1,6), que nada tiene que ver con las tinieblas luminosas de la mística, sino que son las tinieblas que preludian la condenación eterna.
----------Por supuesto, no es necesario esperar hasta tener una claridad matemática para hablar de Dios. Un concepto oscuro no es necesariamente falso. La noche es oscura; pero la noche existe. El fondo del mar es oscuro; sin embargo existe. Lo importante es que el concepto de Dios no sea contradictorio, porque entonces su contenido sería imposible. Después de todo, lo que es oscuro puede ser iluminado. Cristo precisamente ha venido para desentrañar el Misterio de Dios, aunque éste, siendo infinito, sigue siendo Misterio.
----------Sin embargo, es evidente que con la venida de Cristo el Misterio no es tan oscuro como parece a los ojos de la simple razón. Cristo, Dios Él mismo, de hecho nos hace saber cosas de Dios que, si no nos las hubiera dicho Él, nunca hubiéramos podido saber con nuestra simple razón. Por tanto, Cristo ha añadido a las nociones de la teología natural otras nociones superiores sobre Dios, nociones que, reflejando la misma esencia divina, sólo Él podía enseñarnos. Son los dogmas de la fe.
----------Luego, por cuanto respecta a hablar de Misterio "absoluto", como también hace Rahner, ni siquiera parece conveniente, porque el término "absoluto" da la idea de un misterio tan denso e impenetrable, como para no poder ser de ningún modo cognoscible ni revelable, como está dado en las misteriosofías paganas. A Dios se le puede llamar "Misterio absoluto" en el sentido de que Él es efectivamente el Absoluto por excelencia, pero no en el sentido de que de Él no sepamos absolutamente nada o sepamos sólo cosas vagas, confusas, inciertas, discutibles, cambiantes y opinables, como cree Rahner.
----------El misterio divino en Rahner es a un tiempo demasiado lejano y demasiado cercano. Demasiado lejano, porque no puede ser conceptualizado; demasiado cercano porque la autocomunicación divina deviene para él incluso un constitutivo de la esencia del hombre (Tourenne, op.cit., p.251).
----------Ahora bien, debemos decir que el misterio es ciertamente la cualidad de lo incomprensible, de lo ulterior o de lo ignoto. Pero para decir que una cosa es incomprensible o ignota, primero es necesario conceptualizarla, definirla o hipotetizarla o saber que existe. De algo que no concibo o que no puedo concebir, ni siquiera me planteo la cuestión de si es o no es un misterio. Me deja completamente indiferente, no estimula mi sed de saber y no perturba mis sueños. El indiferentismo religioso es el efecto lógico en personas razonables, que escuchan la apologética rahneriana del "misterio". Dirán: si no entiendo nada, ¿en qué debería creer?
----------Por tanto, antes de decir que Dios es misterio, se debe dar una definición al menos nominal de la esencia de Dios, o se debe al menos precisar de qué estamos hablando. Decir, por tanto, bajo el pretexto del "misterio", que Dios es inconcebible e indefinible, es contradictorio, porque es un intentar concebir lo inconcebible y definir lo indefinible.
----------De por sí no está prohibido en un sentido absoluto decir que Dios es innombrable e inconcebible. Pero en cualquier caso, para poder atribuir predicados a un ente es necesario que previamente aclaremos de qué ente estamos hablando. Y para ello es evidente que primero debemos conceptualizarlo.
----------Por eso es contradictoria la pretensión de Rahner de hablar de Dios y de formar y expresar conceptos sobre Él, para decir luego que Él es innombrable, indecible, indescriptible e inconcebible. De hecho, en el momento en que lo concebimos y hablamos de Él, con ello mismo refutamos nuestra tesis de que Él es inconcebible e innombrable.
----------Dios en realidad, aunque altísimo, trascendente e infinito, es un misterio inteligible y conceptualizable para nuestro intelecto, aunque imperfectamente, por negaciones, por eminencia y por analogía (cf. santo Tomás, Comentario al De divinis nominibus de Dionisio el Areopagita, cap.I, lect.I, nn.29-30, Edizioni Marietti, Torino-Roma, 1950, p.9). Dios no es para nosotros, como cree Rahner, oscuridad ni tiniebla absoluta. No es total ininteligibilidad o incognoscibilidad. Y por tanto no es totalmente indecible e inexpresable, sino que puede ser expresado por la razón y más aún por la revelación.
----------De hecho mysterion proviene de myo, que significa "callo", "estoy en silencio". El misterio como secreto es aquello de lo cual no se puede o no se debe hablar. Sin embargo, el misterio divino añade a la simple idea de "secreto" el hecho de ser una verdad que supera la comprensión que le es posible al intelecto humano. Una razón más para estar obligados a callar.
----------El misterio es aquello de lo cual se calla, pero que puede ser revelado. El misterio es alguna cosa ignota, desconocida (Lc 10,21), pero que puede ser conocida (Col 2,2). Es algo oculto, escondido (Col 1,26; Ef 3,9), pero que puede ser manifestado, es decir, conceptualizado (Rm 10,20; Col 4,4; Jn 2,11; 14,22, etc.).
----------El misterio está inexpresado, pero puede ser expresado (Rm 2,20). En cualquier caso, es cierto que para Pablo también existen misterios "inexpresables" (alalétos Rm 8,26), "inefables", "inenarrables" (anekdieghétos, 2 Cor 9,15) e "indecibles" (árretos 2 Cor 12,4). No hay palabras para expresarlos. Por eso, del misterio, también se calla, se guarda silencio. He aquí la mística.
----------Pero existe también un misterio divino revelable y revelado, que Pablo anuncia: el "misterio de Cristo" (Col 4,3). Al mismo tiempo, Pablo también habla de una sabiduría divina mística o misteriosa (sofia en mysteríu), "que ha permanecido oculta" (1 Cor 2,7), pero que también ha sido revelada "por medio del Espíritu" (v.10).
----------Otro defecto en la concepción de Rahner del misterio cristiano es su negativa a admitir una pluralidad de misterios de fe (cf. la obra clásica de Matthias Scheeben, I misteri del cristianesimo, Morcelliana, Brescia 1949), porque según él esto conduciría a la reducción del único Misterio divino a una multiplicidad de "entes finitos". Y lo finito -dice Rahner- no puede constituir misterio (Tourenne, op.cit., pp. 440-441).
----------Rahner no comprende que los misterios de la fe, que son los artículos de fe y los dogmas, no tienen nada que ver con lo "finito", al menos en su contenido. Sino que sólo se refieren a la finitud del modo humano de conocer, que tiene necesidad, para conocer una realidad, incluso si fuera Dios y su Revelación, de muchos conceptos. El fundamento de la distinción y pluralidad de los misterios de la fe es la pluralidad de las palabras, con las cuales Cristo nos ha revelado el misterio de Dios.
----------Se trata, por lo tanto, de aserciones o verdades misteriosas, cada una de las cuales puede ser investigada sin fin, no porque en Dios existan distinciones reales, sino según distinciones de razón (S.Tomás, Contra Gentes, l.I, c.35; Summa Theologiae, I, q.13, a.4; De Pot., q.7, a.6). Esto de la negación de la multiplicidad de misterios es otro escamotage de Rahner para negar valor a las distinciones y explicitaciones conceptuales en materia de fe. Pero es claro que cada uno de estos conceptos tiene por objeto el mismo Misterio divino, es decir, Dios mismo, considerado sin embargo bajo diferentes aspectos de su divinidad.

4 comentarios:

  1. Y la mística de Tucho Cardenal Fernández???

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    1. Estimado Anónimo,
      ¿podría usted precisar su pregunta?

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    2. ¡Fuerza, padre Filemón! No se deje intimidar por estas chicanas. Como la del anónimo éste.
      No tienen argumentos para discutir seriamente de nada, y sólo tienen una idea fija: socavar la credibilidad del Papa, con menudencias que no hacen más que demostrar la mediocridad y corrupción de sus pensamientos. Son anticristos que el Señor vencerá cuando vuelva, con sólo el soplo de su boca...

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    3. Estimado Dino,
      sí, parece que sólo ha sido una "chicana", como dices.
      Gracias por tus ánimos, pero no te preocupes, estoy acostumbrado a esa clase de cosas. Aunque no creo que debamos ser tan duros en el juzgar este tipo de exteriorizaciones: vaya uno a saber que fronteras son las que coartan sus pensamientos.

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