Cualquiera que considere que para él la bendición se da por descontada y se le debe, porque la suya es una pareja regular, mientras que no se le debe dar a quien peca de sodomía o es un adúltero, se parece a aquellos fariseos de los cuales habla nuestro Señor Jesucristo, que "se consideraban justos, mientras condenaban a los otros". El fariseísmo es un peligro siempre latente en nuestra vida de cristianos.
Homosexualidad y sodomía
----------Es necesario prestar mucha atención y tener mucho cuidado en no confundir la homosexualidad con la sodomía. La homosexualidad en cuanto tal, es la simple inclinación de un instinto sexual anormal o antinatural, inclinación que puede ser innata o puede ser adquirida, tendencia de por sí desprovista de toda culpa, aunque se trate de un estímulo al pecado. La sodomía es un hábito moral vicioso, que conlleva la práctica habitual e intencional, por lo tanto voluntaria y culpable, de la relación homosexual.
----------El homosexual, por tanto, debe afrontar dos problemas. El primer problema es el problema psicológico de una reorientación y normalización del instinto sexual, que en lugar de dirigirse hacia el mismo sexo, debe ser dirigido, en la medida de lo posible, hacia el otro sexo. El psicólogo debe asegurarse o hacer de modo que el sujeto pueda ser atraído y estimulado por el sexo, es decir por el sexo opuesto, potenciando con adecuadas estimulaciones que actúen en el aparato natural originario, psico-emotivo del paciente, de modo que al menos se reduzca, aunque sea imposible extinguir, la formación anómala superpuesta.
----------El segundo problema es el problema de una adecuada educación de la voluntad, para así reorientarla desde la tendencia a la satisfacción homosexual a la satisfacción heterosexual, en respuesta a la tendencia sexual auténtica originaria, querida por Dios. De hecho, el sujeto homosexual se percibe a sí mismo como si fuera sexuado según el sexo opuesto, consecuencia, ésta, del pecado original, no advirtiendo, salvo muy vagamente o débilmente, su verdadero sexo, que ha sido creado por Dios.
----------Con el ejercicio constante y metódico de la voluntad, eventualmente sostenido por un acompañamiento psicoterapéutico, el sujeto aprende gradualmente a hacer emerger su verdadero sexo, mientras el postizo homosexual disminuye su fuerza. Esto produce gradualmente como efecto la inclinación según naturaleza de la voluntad hacia el sexo opuesto, abandonando la inclinación homosexual.
Bendición ritual y bendición espontánea
----------La bendición ritual es la que se refiere al rito del sacramento del matrimonio. Se trata de bendecir la voluntad de los esposos, los cuales se administran a sí mismos el sacramento del matrimonio. Esta bendición conlleva una fórmula fija, canónica, ritual, oficial y repetitiva establecida por la Iglesia en cuanto a ella le corresponde, por mandato de Cristo, la disciplina de la confección y de la administración de los sacramentos. Tal bendición compete sólo al obispo, al presbítero y al diácono.
----------La bendición espontánea se refiere a la convivencia irregular de dos personas o de diferente sexo (divorciados vueltos a casar o concubinos) o del mismo sexo (pareja homosexual). Esta bendición no conlleva una fórmula litúrgica, como en el caso de los sacramentos, y también puede ser impartida por un laico, varón o mujer. Es un sacramental, en cuanto confiere la gracia actual no por la obra realizada por el ministro (ex opere operato), sino por la obra de aquel que la recibe (ex opere operantis), el cual puede estar ya en gracia, de modo tal que la bendición le aumenta la gracia en proporción al fervor con el cual la recibe. En cambio, la gracia del sacramento, como el de la penitencia, puede restituir la gracia a quien la ha perdido a causa del pecado.
¿Cuál es el objeto de una bendición y por qué motivo se la imparte?
----------El objeto de la bendición puede ser un individuo o una pareja. Cada pareja está formada por creaturas frágiles y pecadoras. Al mismo tiempo, no existe pareja, por más deshonesta que sea, no existe unión, por más pecaminosa que sea, que, estando compuesta de personas creadas a imagen de Dios, no tenga algún lado bueno, alguna buena cualidad moralmente loable.
----------Toda pareja tiene valores y defectos. También los mejores tienen defectos e incluso los peores tienen méritos. En la vida presente nadie debe ser aprobado totalmente y sin reservas y nadie debe ser desaprobado totalmente, sin misericordia. Sólo en el día del juicio final de Dios algunas parejas serán totalmente aprobadas por misericordia y otras absolutamente reprobadas por justicia.
----------Entonces, ¿qué es lo que bendice el sacerdote, cuando bendice? No ciertamente los defectos y los pecados, sino que bendice las buenas intenciones, los lados positivos, los aspectos de bondad y honestidad.
----------¿Y por qué bendice el sacerdote a parejas, tanto regulares como irregulares? ¿Con qué propósito las bendice? Está suficientemente claro: para incrementar el bien que existe en la pareja, aunque sea pareja irregular o pecaminosa, y para ayudar a la pareja a liberarse de los pecados, aunque sea santa y ejemplar.
----------La bendición se da a los pecadores para que hagan crecer el bien que hay en ellos, y se da a los justos para que se liberen de sus pecados. Porque en esta vida nadie es completamente santo, ni es pecador irredimible. En sustancia, la dinámica de la conversión es una especie de movimiento cíclico, hecho en varias etapas: pecado, arrepentimiento, confesión, penitencia, perdón, recuperación de la gracia. Para cada cristiano, este ciclo debe repetirse continuamente a lo largo de toda la vida, hasta que, es de esperar, una vez que el alma haya llegado al momento de la muerte al tribunal divino, esté dispuesta para ir al paraíso del cielo.
----------Cualquiera que considere que para él la bendición se da por descontada y se le debe, porque la suya es una pareja regular, mientras que no se le debe dar a quien peca de sodomía o es un adúltero, se parece a aquellos fariseos de los cuales habla el Señor, que "se consideraban justos, mientras condenaban a los otros". El fariseísmo es un peligro siempre latente en nuestra vida de cristianos.
----------Podríamos definir al fariseísmo como la actitud presuntuosa de sentirse mejores que los otros, con la intención de dar siempre buena apariencia, mientras íntimamente falta el verdadero amor a Dios y al prójimo. Esto mismo, con palabras similares, es lo que ha enseñado tantas veces el padre Leonardo Castellani, cuando en sus libros ha tratado tantas veces de este tema.
La bendición es una medicina y un corroborante
----------La bendición es especialmente apropiada para las parejas irregulares: para las parejas sodomitas y para las parejas de divorciados que se han vuelto a casar, porque están gravemente enfermas. Y una cura médica, puede durar años. Está claro que la bendición sirve para evitar y para quitar el pecado, pero el buen pastor no puede pretender que los dos se separen de la noche a la mañana, ni puede condicionar la bendición a la promesa de que los dos se separen inmediatamente o purifiquen inmediatamente su relación, con un simple acto de voluntad, instantáneo, como si fuera la cosa más fácil del mundo, como si se tratara de dejar el hábito de tirar colillas al suelo y ponerlas en el cenicero o el hábito de dejar la puerta del baño abierta.
----------De hecho, razonar así significaría no darnos cuenta de cuánta fuerza impulsiva, apremiante y cohibitiva, tienen en nuestra vida de aquí abajo ciertas tendencias psíquicas innatas, y no darnos cuenta qué sea la concupiscencia. Quitar el pecado no significa quitar la concupiscencia y sanar de un solo golpe ciertas distorsiones psíquicas que hemos tenido desde que nacemos, contra un mal que siempre renace y siempre debe ser eliminado, hasta que sea eliminado para siempre en el paraíso del cielo.
----------Pero ahora, aquí abajo, todavía no estamos en un paraíso. Aquí el mal podemos hacerlo disminuir, pero nunca podremos eliminarlo por completo. Quitar el pecado es el trabajo metódico que debe durar toda la vida, así como todos los días debemos lavarnos la cara.
----------Martín Lutero sabía bien todo esto y lo padeció muchísimo, espíritu religioso y escrupuloso como era. Pero, engañado por una concepción fatalista del pecado y pensando que la concupiscencia fuera invencible, su tremendo y nefasto error fue que, renegando de su voto de castidad, acabó institucionalizando la lujuria, en lugar de luchar continuamente contra ella, aunque fuera durante toda la vida.
La prudencia pastoral del sacerdote
----------Dado que actualmente los generistas, modernistas y rahnerianos, difunden la tesis de que la bendición supone que la Iglesia ya no considera la sodomía un pecado, es bueno que el sacerdote, cuando se le presenta una pareja de homosexuales para pedirle la bendición, trate de verificar con cuáles ideas y con cuáles intenciones la pareja está pidiendo la bendición. Si la pareja muestra ser víctima de aquel error, el sacerdote debe explicar cuál es el verdadero sentido y propósito de la bendición y se la podrá impartir solamente si la pareja comprende y acepta la explicación dada por el sacerdote.
----------El sacerdote podría, por comodidad, redactar por cuenta propia y de su propia autoridad, en coherencia con las disposiciones del Dicasterio de la Fe, una fórmula fija de bendición para uso privado, según su prudencia pastoral, reservándose cada vez, según el caso, decir algunas palabras improvisadas y espontáneas, invocando al Espíritu Santo y del modo cómo el Espíritu se lo inspire en ese momento.
----------En la fórmula debería tratar de evitar dos excesos: por una parte, el de minimizar y ser demasiado blando al mencionar los pecados de la pareja y su deber de practicar el sacramento de la penitencia y de hacer penitencia, y por otra parte, una referencia exagerada y demasiado severa a su situación de pecadores, como si ellos fueran pecadores especiales y por antonomasia y no fueran pecadores también los heterosexuales. Recordemos que los Mandamientos son diez.
----------Queda claro que la declaración Fiducia supplicans condiciona la bendición al empeño por un camino perseverante de penitencia y de conversión. Ahora bien, ¿penitencia para qué? ¡Penitencia por todos los pecados, incluido el adulterio o la sodomía! ¿Conversión en qué sentido? ¿Conversión de qué a qué? ¡De los pecados, comprendido el de sodomía y adulterio, a la justicia!
----------Es por lo tanto deseable que el sacerdote, teniendo las posibilidades, la preparación y la competencia, encuadre la bendición en una precisa acción pastoral finalizada a persuadir a las parejas irregulares a regularizar, en la medida en que a ellos les sea posible, su unión con una metódica obra de purificación de su relación a la luz de Dios, en una perseverante vida de gracia y en el uso fructífero de los dones y talentos recibidos de Dios. Claro que esto como meta, la cual nunca debe perderse de vista, pero bien sabido que aquí estamos hablando de la bendición pastoral, que bien puede ser espontánea, esto es, dada rápidamente, acaso como finalización de una charla o una visita allí donde la pareja habite, o a modo de saludo de despedida.
----------El educador en las virtudes morales, el sacerdote, el maestro, el pastor, deben saber hacer leva sobre los recursos de la razón práctica del educando o del discípulo, porque el fundamento de la ética, como ha comprendido Aristóteles siguiendo a Sócrates, es la razón práctica, propia del hombre como tal. Los propios libros sapienciales de la Escritura están llenos de razonamientos morales aptos para persuadir a cualquier espíritu honesto y amante de la verdad. Por eso, si un razonamiento moral está bien conducido y bien motivado, todos aquellos que razonan correctamente, lo hacen propio y quedan convencidos de él.
----------El fanatismo, el dogmatismo, el integrismo y el fundamentalismo de ciertos espíritus o sectas religiosas y políticas o de regímenes dictatoriales pueden asemejarse, por su firmeza, al de una convicción racional, pero en realidad están a mil millas de ella, porque aquí la razón no entra para nada en juego, sino que se trata sólo de una cuestión de auto-exaltación, de voluntad de poder, de obstinada voluntad de afirmación del propio yo individual o colectivo (el "yo trascendental" de los idealistas), elevado a norma absoluta del actuar moral. Es manifestación de espíritus frustrados e inquietos, los cuales, al no encontrar bases y certezas en la metafísica, las buscan en la voz fuerte del líder o en las promesas del falso profeta.
----------Las bases de una fidelidad absoluta a los compromisos asumidos y al deber, se ven comprometidos y no brindan seguridad cuando el sujeto, por una mentalidad escéptica o empirista o existencialista o subjetivista o relativista o historicista, es incapaz de procurarse una convicción realista y objetiva, fundada en razón, acerca de la razonabilidad de la ley moral o del objetivo moral que se le propone.
----------Pero una vez que la razón ha comprendido el razonamiento que se le ha dado, nada puede apartarla de esta convicción, como quien ha comprendido que 2+2=4, está seguro de haber aprendido una verdad inmutable. De aquí proviene la fidelidad a los compromisos asumidos y la firmeza heroica de la conducta moral de los hombres virtuosos, de los mártires y de los santos. Ciertamente, esto es necesario, pero no es suficiente, porque también se necesita el empeño personal constante y, sobre todo, el socorro de la gracia.
----------Por tanto, el educador debe saber persuadir al educando, y para ello debe hacerle razonar correctamente, debe demostrarle el por qué ciertas acciones son buenas y lícitas y por qué otras ciertas acciones son malas y prohibidas. El hombre llega a ser firme, estable, coherente, fiel, confiable, perseverante y valiente en el actuar honestamente, cuando está racionalmente convencido de que aquello que la ley le impone está motivado de modo racional o al menos conforme a razón, como son los preceptos revelados de la ética cristiana.
----------Si luego la revelación divina le prospecta finalidades sobrenaturales y deberes que superan la capacidad de comprensión de la razón, el cristiano los acepta por fe y así se eleva a una conducta moral que ya los antiguos paganos juzgaban como propia no de un hombre, sino de un dios. Esto vale tanto para el ejercicio del sexo como de todas las facultades que Dios ha dado al hombre para su felicidad.
Gracias, querido Filemón, por esta sencilla, esquemática, pero sumamente útil herramienta para entender el sentido de los documentos emanados de la Santa Sede.
ResponderEliminarPor una parte, entiendo que tales documentos, en su aspecto doctrinal, nos garantizan con seguridad, la inequivocidad (infalibilidad) que brota de la participación de estos textos en el Magisterio petrino.
Por otra parte, tus respetuosas críticas, me han ayudado a comprender sus falencias, debidas a las condiciones humanas (¿excesivo respeto humano?), sobre todo en lo que respecta a no querer llamar a las cosas por su nombre, y dejarlas solamente insinuadas.
Por otra parte, la reacción adversa a FS entiendo que debe ser clarificada. No se trata sólo de una reacción adversa de tipo filo-lefebvriano. Ante todo es reacción adversa por parte de los modernistas, que dicen complacerse con FS, pero en realidad la instrumentalizan a favor de su ideología. Por otra parte, es reacción adversa por parte del pasadismo católico, en el cual ciertamente hay que distinguir: por un lado hay un pasadismo filo-lefebvriano, contagiado de ideas heréticas lefebvrianas, y por otro lado hay un pasadismo en buena fe (es de suponer), de aquellos que no han logrado actualizarse en el desarrollo de la doctrina y de la moral en estas últimas décadas. Ambas reacciones adversas, modernista y pasadista, pone más de manifiesto lo urgente que es una renovación en la formación sacerdotal, en orden a la aplicación de la doctrina del Concilio Vaticano II y del Magisterio postconciliar hasta el papa Francisco.
Estimado Berengario,
Eliminarmis felicitaciones por tus sabias consideraciones, que comparto plenamente.
Estimados Padres. Como simple creyente que soy, digo que, en todo caso, estos bellos y elevados discursos que ustedes están haciendo deberían haberse pronunciado aguas arriba, a puertas cerradas, entre ustedes, antes de la Declaración que no es más que un deseo visceral del papa Francisco al cual se ha querido poner un vestido de oficialidad a toda costa sin siquiera darse cuenta de que era Navidad.
EliminarComo simple creyente puedo confirmar que ya ahora, a través del sacramento de la reconciliación, la confesión, se ven y se oyen todo tipo de cosas, de todos los colores. ¿Creen ustedes que con estas "sub-bendiciones", digamos "de tercer tipo", pastorales-improvisadas, realmente se ayudará a la Iglesia a abrirse a todos, todos, todos, que es el objetivo declarado que quiere alcanzar el papa Francisco? ¿Como si a partir de mañana hubiera un río de parejas irregulares arrepentidas pidiendo ayuda porque ya no quieren estar juntas como antes pero no pueden hacerlo?
Los pobres obispos africanos hablaron en nombre de todos, diciendo que "el lenguaje de Fiducia supplicans sigue siendo demasiado sutil para ser comprendido por la gente sencilla".
No sólo los africanos, son gente sencilla, también en Europa, en Buenos Aires, y en el mundo lo somos.
Con todo mi más sincero respeto, para mí, están ustedes persiguiendo una quimera. Jesús ha elegido a simples pescadores como apóstoles para ir entre la gente.
Estimado Pablo,
Eliminarla bendición especial propuesta por los dos Documentos recientes del DDF, tiene una función muy precisa: es como una medicina específica, que sirve para curar esa determinada enfermedad. Es una bendición hecha especialmente para los homosexuales. Se trata de un acto providencial de la Santa Madre Iglesia, que con su misericordia toma cuidado de los diversos males de las almas.
De modo más preciso debemos decir que esta bendición sirve por un lado para potenciar sus energías sanas, tanto personales como relacionales, mientras que por otro lado es una ayuda a fin de que, con el socorro de la gracia y el continuo empeño penitencial, sean capaces de al menos disminuir el vínculo pecaminoso.
Por cuanto respecta a las argumentaciones, que he utilizado en mis artículos, sí, entiendo que no sea siempre fácil comprenderlas. Sin embargo, un católico honesto y deseoso de conocer la verdad no debería sentir repugnancia ante estos razonamientos y ante estas argumentaciones, porque este problema de los homosexuales no es en absoluto simple, sino que refleja una situación humana compleja, donde, como siempre, lo positivo se mezcla con lo negativo, el pecado se mezcla con la justicia, la fragilidad se alterna con la malicia.
Al querer reducir por la fuerza a cosas simples los problemas, que son complejos, no se resuelve nada, sino que debemos tener la paciencia para escuchar a los expertos en la materia y, en particular, en esta delicada materia moral debemos escuchar la guía de la Iglesia, que Cristo ha instituido a propósito para ayudarnos a resolver nuestros problemas morales, ofreciéndonos la ayuda de nuestros Pastores y también de los teólogos.
Por cuanto respecta a los obispos de África, su reacción no parece encomiable ni elogiable. Se puede comprender su dificultad para aplicar inmediatamente los recientes Documentos, dado que en ciertos Estados existe una verdadera y propia persecución contra los homosexuales. Pero mi temor es que no haya sido comprendido el significado de esos Documentos, que no pretenden en absoluto condescender al vicio, sino promover la virtud.
Estimado Sr. Pablo M.,
Eliminarya que usted ha tenido en consideración mis observaciones, me siento obligado a darle algún parecer a lo que usted me ha pedido que reflexione.
Poco más, y nada mejor, que lo que le ha respondido el padre Filemón, podría ahora agregar de mi parte. Pero al menos siento que debo hacerle tres aclaraciones:
1. Mi anterior intervención se ha referido en general a las "parejas irregulares" (divorciados vueltos a casar, concubinos, parejas de homosexuales, etc.). El padre Filemón, en su respuesta sólo ha citado a las parejas de homosexuales; pero entiendo que sólo se ha tratado de una distracción de su parte, ya que lo que él ha dicho vale no sólo para los homosexuales, sino también para las demás parejas irregulares.
2. Respecto a su crítica de complejo intelectualismo de nuestra parte, distante de los simples y de la gente simple, estoy en un todo de acuerdo con la respuesta que le ha dado el padre Filemón.
Sólo agregaría que, en base a mi personal experiencia de trato con otros sacerdotes y también con religiosos/as y laicos, en los cuales he visto esa misma inclinación a buscar los simples lemas, o frases ideológicas simples, para rebatir cualquier tipo de argumentación un poco más compleja, o el recurso a las frases ad litteram del Evangelio (evidente fundamentalismo) para pretender refutar cualquier argumentación sanamente teológica, mi opinión personal es que se trata de el conocido cartesianismo que necesita siempre "ideas claras y distintas" para todo, en un afán idealista de no admitir la realidad tal como es, la cual no es siempre tan simple, sino en la mayoría de los casos muy compleja. Este vicio de buscar lo "claro y distinto" es típico del fundamentalismo lefebvriano.
3. Por último, permitáme decirle que me sorprende que usted se manifieste crítico acerca de la explícita intención del papa Francisco acerca de "la Iglesia en salida", y de que la Iglesia "debe ir en busca de todos, de todos, de todos". ¿Acaso no es ése el mandato de Jesús? ¿No es lo que nos ha pedido Él?
Recurriendo nuevamente a mi experiencia personal de párroco (y sin querer por eso generalizar), en los casos de sacerdotes, religiosos y laicos, que yo conozco que se han opuesto a este explícito deseo de una pastoral en salida, una pastoral verdadera popular, como debe ser, se verifica el caso de sacerdotes, religiosos/as y laicos de perfil preconciliar, encerrados en el templo la mayoría del tiempo que dedican a su vida religiosa, entendiendo a la liturgia no como fuente y culmen de la vida cristiana (como nos enseñó el Concilio), sino como "la" vida cristiana, o sea, como si en la sola liturgia consistiera toda la vida cristiana. Estos cristianos encerrados en tal "burbuja", son incapaces de comprender una "bendición espontánea", que acaso un sacerdote regala casi sin pensarlo, mientras se despide de una casita hecha en cartón y chapa en una villa miseria, tratando de llegar a todos, a todos, a todos...
Estimado Berengario,
Eliminarte agradezco esta integración, que refleja la rica experiencia de un sacerdote que con celo y competencia se dedica al bien del prójimo y, sobre todo, de los más necesitados.
Todavía existimos cristianos que tenemos necesidad de palabras sencillas y no ríos de palabras y alta filosofía.
ResponderEliminarEstimado Anónimo,
Eliminarusted debería darse cuenta, sin ningún esfuerzo, que una cuestión tan compleja y complicada como ésta, no puede ser resuelta en pocas palabras, sino que requiere la intervención de especialistas y de la propia Santa Sede, precisamente para ayudar a los fieles. Sería bello resolver los problemas más difíciles con cuatro palabras y un chasquido de dedos, pero esto no es posible, salvo en las películas de Harry Potter, porque es sólo con un serio empeño intelectual y de inteligencia de la fe, un empeño de profundización y de clarificación, que se pueden resolver los problemas más importantes de la vida.
Qué lindo sería ver que existe una única teología, y no tal vez una teología para adultos y otra para niños; sobre todo si tenemos en cuenta el hecho de que la condición primera para entrar en el Reino de Dios Padre es hacerse pequeños y sencillos como niños. En otros tiempos, por ejemplo, se decía que si una película no era apta para menores, lo más probable es que tampoco lo fuera para adultos. Pero tal vez soy un soñador...
EliminarEstimado Anónimo,
Eliminarquisiera que usted reflexionara un poco más en profundidad acerca de lo que quiere decir Jesús cuando nos pide ser como niños. Pues bien, el valor de la infancia evangélica está dado por la virtud de la humildad. Pero no debe entenderse como culto a la ignorancia. La doctrina católica requiere ser aprendida mediante un estudio diligente y metódico. El verdadero teólogo está entre esos pequeños que son alabados por Cristo, no por el hecho de que no se proponga estudiar e instruir a los fieles, sino porque aprende y profundiza en la verdad con dedicación y espíritu de servicio.
¿Pero dónde es que se ven aquí, en este tema, los problemas difíciles? No he leído todo lo que por allí se comenta sobre todo este embrollo causado por Fiducia s., pero lo que sé es que las uniones regulares son entre varón y mujer, todo lo demás es perversión. Si la iglesia quiere aceptar tales situaciones así, sin que tenga esta gente propósitos de arrepentimiento, por parte de los pecadores, entonces debemos volver a los orígenes. Y debemos volver pero avergonzados ante tantos mártires que dieron su vida por la defensa de la Fe en el Evangelio.
ResponderEliminarEstimado Rubén,
Eliminarquienes apoyan a los sodomitas y no sólo niegan que ellos tengan la obligación y la necesidad de hacer penitencia, sino que los exaltan como si fueran quienes saben disfrutar verdaderamente de la vida, no son el Papa ni sus inmediatos colaboradores, sino que son los generistas y los modernistas, que quisieran instrumentalizar las enseñanzas de la Iglesia, pero que en realidad son sus peores enemigos.
Pero, los escritos del cardenal Fernández me dan la idea de ir en otra dirección, son escritos suyos, no invención de modernistas o tradicionalistas. El Evangelio no es tan complicado, al contrario simplicísimo: "Yo tampoco te condeno, ve y de ahora en adelante no peques más..."
ResponderEliminarEstimado Felipe,
Eliminarla simplicidad evangélica, que es una grandísima virtud, no debe ser confundida con el simplismo de quienes, quizás por pereza o quizás por presunción, simplifican forzadamente aquello que es complejo, para no hacer el esfuerzo de aprender lo que se necesita hacer para resolver el problema. Es un poco como si alguien que tiene un tumor cerebral tomara una bayaspirina para curarse. Eso no es la simplicidad evangélica, sino que esto es la falta de buen sentido común, que en estos casos no le deseamos a nadie.
Lo siento mucho, pero, al igual que usted, soy mendocino y católico con toda la vida encima, a punto de emprender el último viaje. Pero..., ¡¡¡ya no le sigo!!!
EliminarEstimado Pedro,
Eliminar¿pero acaso a usted no le interesan las almas? Piénselo detenidamente.
Precisamente porque las almas interesan, no se les puede engañar convenciéndoles de que el bien que hacen está de algún modo ligado a su unión inmoral.
EliminarEstimado Mario,
Eliminar¿Pero usted cree que el Papa quiere hacer eso? No se trata de convencerles de que tienen razón en pecar, sino que se trata de animarles a reconocer el bien que en ellos queda, a pesar de ser tentados por el pecado.
Disculpe, pero ¿por qué el Papa ha dado su consentimiento a las conferencias episcopales africanas para no aplicar fiducia supplicans? ¿No es esto confusión? ¿En ciertos lugares se aplica y en ciertos lugares no? ¿No tiene usted nada que decir? ¿Acaso no se da cuenta del drama que está viviendo la iglesia? cuando no se tiene el valor de decir sí sí no no y se razona en sofismas, este es el resultado. Ah!, la conferencia francesa también dijo que hay que bendecir a los individuos, no como pareja.
ResponderEliminarEstimado Nicolás,
Eliminarel Papa ha tenido que resignarse a la resistencia que le han opuesto los obispos africanos, también porque ellos le dieron buenas razones, teniendo en cuenta las legislaciones persecutorias contra los homosexuales, existentes en los países africanos. Conviene recordar también que la FS es un documento pastoral, que como tal no es obligatorio en todas partes, como si se tratara de una declaración doctrinal, sino que es característico de las directrices pastorales que pueden aplicarse en determinadas circunstancias y en otras no.
Usted exagera ofensivamente un cierto defecto lingüístico, que se encuentra en el Santo Padre. Pero no debemos aprovechar algunas de sus formas de expresarse impropias o poco claras para hacer una comparación tan despiadada con los Papas anteriores. En cualquier caso, lo esencial es decir que el papa Francisco, como Papa, está en perfecta continuidad con los Papas anteriores, hasta San Pedro.
¿No le parece divertido que desde que Bergoglio existe, todo razonamiento un poco complejo se convierte en un "sofisma" y por tanto... cuándo va a decir "sí, sí, no, no"?
ResponderEliminarEstimado Esteban,
Eliminaren una cuestión en la cual la Iglesia se ha pronunciado, el buen católico se atiene a lo que la Iglesia ha dicho, por lo cual, si hay Obispos disidentes, expresarán sus motivos al Papa.
Querido padre, cuando Ud. escribía al servicio de la Verdad su razonamiento, por complejo que fuera, era siempre lineal y simple (como la Verdad). Ahora su complejidad no es ni agradable ni hermosa. Porque sirve al Papa (no para el Bien) y a ese Tucho abusivamente en el lugar en el que estuvieron Merry del Val, Ottaviani y Ratzinger. Espero (y rezo a todos los santos) que esta enfermedad que como una locura colectiva se está extendiendo entre casi todos los clérigos deje lo antes posible de llevar al infierno a tantas almas de sacerdotes, con todas las almas que están siendo desviadas por los propios sacerdotes, del verdadero Bien. ¡Quizás las profecías de los últimos siglos sobre la apostasía generalizada de los clérigos, reconocida por la Iglesia, no estuvieran equivocadas! Me pregunto, finalmente, por qué "Tucho bésame mucho" (solo el hecho de que hoy se pueda hablar del mismo prefecto en estos términos, dice mucho del nivel intelectual de los actuales líderes de la Iglesia) no cambia, en consecuencia, también el texto de FS. Respóndame: ¿por qué "huir de las próximas ocasiones de pecado" si esas mismas ocasiones son bendecidas? La caja de Pandora ya está abierta. De ahora en adelante toda condición "irregular" puede pretender ser bendecida. Si existieran un hermano y una hermana viviendo juntos y en pecado de incesto, ¿se les podría negar la bendición con todo el disgusto que esto conlleva? Y de nuevo, ¿por qué detenerse en dos personas? Hoy en día el poliamor se está extendiendo: ¿por qué negar a estos otros tipos de asociaciones, las santas bendiciones? No arrastre a Dios y a la Iglesia su soberbia intelectual. Ustedes, hombres de Iglesia, no son más buenos que Dios. Sólo el diablo pretende ser más bueno que Dios. No lo imite, de lo contrario estará descaradamente a su servicio. Normalmente me quedo callado, ¡pero escribí precisamente porque no puedo soportarlo más!
ResponderEliminarEstimado Maximiliano,
Eliminarle comprendo en su sufrimiento, que también es el mío. Sin embargo, estoy seguro de que, si lee las explicaciones que he dado a la declaración FS, no podrá dejar de estar de acuerdo con la seriedad de mis consideraciones y por tanto en estos escritos míos con esa credibilidad doctrinal, que antes atraía tu atención y tu estima hacia mí. Se dará entonces cuenta de mi coherencia en mi comunión con la Iglesia y con el papa Francisco. Mis distinciones son esclarecedoras y tranquilizadoras. Toda la sustancia del discurso consiste en el deber de ordenar el pecado y tener misericordia del pecador. Así que estamos en el pleno estilo del Evangelio.}Reflexione sobre estas cosas y verá que retornarán a usted la serenidad y la estima, que en el pasado me ha demostrado y por las que le estoy muy agradecido.
En un estado de ánimo de comprensible angustia, que también es el mío, ante la propagación de todas las formas posibles e inimaginables de corrupción moral, se pregunta si la Iglesia podrá bendecir todas las formas de vida escandalosas que se están extendiendo. Recuerde que Dios perdona todos los pecados con la sola condición de que el pecador esté arrepentido y tenga la intención de convertirse.
Ahora bien, este estado de ánimo es posible en cualquier pecador, cualquiera que sea su pecado. Al mismo tiempo no existe condición humana ni comunitaria, no existe individuo o pareja que no sea una realidad creada por Dios y como tal orientada al bien. El pecado, que existe en la vida de cada uno de nosotros, incluso en los más buenos, presupone siempre un fondo de bondad, sin la cual el pecado ni siquiera existiría, porque el pecado no es una sustancia, sino el accidente de una sustancia creada, que en este caso es la persona, llamada a la vida eterna y salvada por la Sangre de Cristo. Entonces, ¿a quién se le da la bendición? Si existen estas condiciones, a todos les es dada la bendición para crecer en la bondad y liberarse del pecado. Esta es la misericordia que la Iglesia ofrece a todos aquellos que están creciendo en una cultura, una sociedad y una legislación generista ahora global, que tantos obstáculos plantea al Reino de Dios.
Querido Padre, ayer de mañana he leído parte de su artículo a mis alumnos... especialmente el pasaje sobre el libre albedrío. Comenté lo que entendí, obviamente, refiriéndome al día a día de los niños, a su experiencia cotidiana... ya sabe, padre, soy una docente de Madrid, y estoy en el umbral de la jubilación, y haciendo balance admito que no tengo vocación de docente en absoluto, sin embargo, siempre he sentido que tenía el deber de mostrar a los jóvenes y a mí misma la verdad, incluso si soy muy ignorante en filosofía... por eso esta mañana intenté hablar sobre los límites de la libertad, el peligro del subjetivismo, etc. etc. Había dos chicos en particular (de unos 15 años) que me escuchaban con los ojos bien abiertos mientras leía su artículo... Realmente creo que estos adolescentes comprendieron muy bien su esclarecedor ensayo.
ResponderEliminarEstimada María Luisa,
Eliminarme complace el servicio que ha prestado a los niños y adolescentes al tratar de explicarles qué es el libre albedrío y cuáles son los límites y reglas de nuestra libertad.
Usted me consuela en un momento muy oscuro para mi, Dios le bendiga.
EliminarSi se bendice a la persona, ¿de qué ha servido hacer esta Declaración y luego la siguiente peor explicación del documento, en el Comunicado de Prensa? La persona siempre ha sido bendecida.
ResponderEliminarEstimado Joaquín,
Eliminarse bendicen a estas personas precisamente porque tienen necesidad de un cuidado y una cura especiales y por eso hay una bendición particularmente eficaz que les ayuda en su camino de conversión. La Iglesia es Madre y está tomando cuidado de sus hijos más necesitados de misericordia.
Me parece que Fr Filemón no ha entendido la pregunta.
EliminarEstimado Anónimo,
Eliminarsalvo error de mi parte, no veo que sea tan difícil entender la pregunta de Joaquín.
He explicado en mis varios artículos sobre este tema, y está implícito en mi respuesta a Joaquín, que la distinción entre bendecir a las personas individualmente o bendecir a la pareja irregular, es sólo una distinción de palabras, que no hace a una distinción en la realidad, y he explicado argumentativamente esto que ahora repito.
No se trata de que la persona (abstractamente considerada, aparte de sus relaciones) tenga aspectos buenos o valores a ser bendecidos; y que la relación con otras personas (aún las irregulares) no los tenga. Toda vida humana es una mezcla de valores y disvalores, lados buenos y lados malos. No debemos substancializar el pecado ni confundirlo con la persona o con la relación. Esto es uno de los puntos explicados en mis artículos sobre esta temática.
Es fácilmente comprensible que siempre lo que se bendice, no son los errores y pecados, sino que son los aspectos buenos de la vida de una persona, incluyendo también sus relaciones, regulares e irregulares.
Y, repito, se bendice a estas personas y a toda su vida precisamente porque tienen necesidad de un cuidado y una cura especiales y por eso (en el caso de las parejas irregulares) hay una bendición particularmente eficaz que les ayuda en su camino de conversión.
Querido padre Filemón, me parece un motivo de confusión (si no de escándalo) haber dejado "a todos libres". Los sacerdotes serán atacados si se niegan a bendecir, o bien podrán sin problemas exceder los límites y condiciones que se indican, por lo que será fácil para cualquiera exceder y obtener todo tipo de bendiciones. La ambigüedad y la confusión parecen haber sido asumidas como método. ¿Se podría estandarizar una bendición con todas las aclaraciones necesarias para evitar la anarquía y la impresión de que estamos ante la presencia de un despacho de aduana?
ResponderEliminarEstimado Juan,
Eliminarla bendición de la cual hablamos no debe ser entendida como una liberalización de ningún pecado. Es cierto que no menciona la sodomía, pero, leyendo con serenidad y sin prejuicios el Documento, no se tarda mucho en comprender que la sodomía está condenada cuando el Documento dice que la doctrina de la Iglesia no ha cambiado y que la pareja se debe comprometer en un camino de penitencia y de conversión. Por consiguiente, no hay ambigüedad en el Documento, aunque es cierto que podría haber sido un poco más explícito. Sin embargo, incluso si habla implícitamente, no es difícil entender a qué se refiere cuando habla implícitamente. Probablemente quería tener un lenguaje respetuoso hacia las personas, para no incomodarlos demasiado.
Gracias por la respuesta, todavía tengo la duda puntual de que la salus animarum sea más importante que las molestias que se pueden provocar (como si un médico omitiera consejos o advertencias para no provocar molestias). La duda más general es en cambio que asistimos en general a demasiadas "omisiones" o silencios o ambigüedades (ver Amoris Letizia). Padre: continúo siguiendo sus escritos con mucho interés.
EliminarMe parece que con tantas hermosas palabras la intención de Fiducia supplicans es la de legitimar las uniones irregulares, en particular entre personas del mismo sexo, cuyos actos sexuales FS no dice que sean gravemente pecaminosos, allanando así el camino para su aceptación. En esencia, las puertas al pecado se están abriendo de par en par, distorsionando la fe católica. Las conferencias episcopales africanas han dejado claro que no aceptan el documento no sólo por motivos culturales, sino sobre todo porque es contrario a la sana doctrina católica. Por las mismas razones, cardenales y obispos nombrados antes por el propio Papa Francisco en altos cargos en la Curia han declarado que no aceptan FS. De hecho, se está produciendo un "golpe" en materia de fe por parte de los líderes de la iglesia.
ResponderEliminarEstimado Silvio,
Eliminarprecisamente hace un par de días el Santo Padre, hablando a 800 miembros del clero romano, ha reiterado que no son bendecidos el pecado o las asociaciones, sino la persona. Si usted lee bien y atentamente los Documentos, verá que allí no se afirma lo que usted dice.
Estimado Padre, Usted sabe muy bien que con Fiducia supplicans no se bendice a la persona, sino por el contrario, a la pareja como tal, y aquí para la iglesia radica la triste "novedad" que legitima tales uniones. Art. 38 de Fiducia supplicans: “Bendición de PAREJAS en situación irregular”.
EliminarEstimado Silvio,
Eliminarya he dicho muchas veces, y lo he explicado de diferentes modos, que en una pareja humana siempre hay lados buenos y y también hay lados negativos. Una bendición bendice los lados buenos para animarlos y para hacer capaces a estas personas de alejarse de los lados negativos. No se bendicen los lados negativos (como lo ha dicho el Papa: "no se bendice el pecado"). Le encarezco que lea mejor los Documentos de la Iglesia, y mis artículos de comentarios a ellos.
Lo que decimos como simples católicos muchas veces es considerado una crítica por parte de los moralistas porque no estamos capacitados para pronunciar un discurso articulado. Pero Jesús hablaba con un lenguaje propio del pueblo y no usaba un lenguaje sólo para los eruditos y fariseos de la época… excepto cuando usaba parábolas que quería que sólo algunos entendieran. Un documento como el que comentamos es comprensible para ambos y el hecho de cuestionar el lenguaje utilizado en el texto no es motivo para señalar a personas como moralistas... Entonces, mi pregunta...la Iglesia con estos documentos ¿habla sólo a los teólogos o a todo el pueblo de Dios? Y entre los obispos sudafricanos, franceses y otros... que han expresado dudas sobre el lenguaje de FS... ¿no hay también algunos teólogos? ¿Son todos moralistas? ¿O es mejor escuchar a todos... escudriñar todo y quedarnos con lo bueno... evitando al máximo los prejuicios... A mí personalmente no me gusta la palabra moralistas. Especialmente cuando nadie ha juzgado a otras personas, y menos aún a los homosexuales. Una cosa se está juzgando... la unión civil sin importar si se firmó en el Municipio o no. También porque quien lo firmó lo llama matrimonio...
ResponderEliminarEstimada María Virginia,
Eliminarlos documentos de la Iglesia siempre se elaboran para el católico común. Sin embargo, normalmente se necesita la intervención de expertos, para que ellos expliquen al pueblo común el significado de los Documentos. Así ocurre en la vida común: por ejemplo, un medicamento que la gente común compra en la farmacia, viene con un documento, el prospecto; pero no siempre la gente común puede entender sus anotaciones y prescripciones; por lo cual debe recurrir a los expertos, es decir, los médicos, para que se lo expliquen. Lo mismo pasa con los Documentos de la Iglesia. Por eso, cuando un fiel encuentra dificultades ante ciertos Documentos de la Iglesia, o le surgen dudas o incluso llega a quedar escandalizado, lo mejor es que recurra a un teólogo, pero un teólogo que esté en plena comunión con la Iglesia (como es mi caso, que hago este blog y ofrezco este foro de comunicación a los lectores), para que se puedan obtener explicaciones satisfactorias.
Multis lingua nocet, nocuere silentia nulli.
ResponderEliminar…creo que la mejor respuesta es la ofrecida por el cardenal Robert Sarah. Personalmente observo entonces que la doctrina es sólida y definida al respecto por San Juan Pablo II y sobre todo por Benedicto XVI sin necesidad de defender posiciones engañosas.
Estimado Demetrio,
Eliminarnadie, excepto los generistas y modernistas, cuestiona estas altas enseñanzas de san Juan Pablo II y Benedicto XVI. Cuando el Cardenal Fernández habla de Tradición y dice que la enseñanza de la Iglesia no ha cambiado, se refiere exactamente a estas enseñanzas.
Gracias, reverendísimo p. Filemón, sus posts son siempre sumamente explicativos y exhaustivos. ¡Usted siempre es capaz de aclarar mis ideas y resolver todas mis dudas!
ResponderEliminarCreo que el nudo del discurso reside precisamente en sus palabras, reverendo padre Filemón: Fiducia supplicans bendice al pecador, pero no al pecado. Eso dice claramente que la doctrina tradicional sobre la sodomía no ha cambiado. Quienes rechazan Fiducia supplicans deben pensar que ellos mismos, todos nosotros, somos pecadores, y que todos necesitamos de la bendición de Dios, pero en mi opinión estas personas pecan de soberbia (que es un vicio capital): al no querer compartir la bendición con los pecadores (en este caso pecadores "carnales") parece que pretenden condenar sólo a este tipo de pecadores y pecados, ¡¡¡sin pensar que los pecados de ellos (los que rechazan FS) y los de todos nosotros, ciertamente no son menos graves!!!!
Querida Herminia,
Eliminarestoy de acuerdo con tus palabras.
Herminia: el nudo de la cuestión no es ese en absoluto, sino que intenta desviar la discusión. Todos somos pecadores, pero muy pocos pecadores acuden a un sacerdote para que les bendiga su pecado.
EliminarEn una pareja homosexual sólo se puede bendecir individualmente a los dos miembros de la pareja, no ciertamente a la pareja sodomita que no tiene absolutamente nada bueno para ser bendecido (prueba de ello es que el Padre Filemón enumera entre los aspectos positivos sólo las virtudes de cada uno de los miembros de la pareja, y nada de lo que surge de la propia unión en sí).
Estimado Esteban,
Eliminardebería darse cuenta usted que su hipótesis de que algún fiel acuda a un sacerdote para pedirle que bendiga su pecado, es una hipótesis totalmente fuera de la realidad.
Si luego usted deseara ejemplos que se refieran a la relación entre las dos personas, se pueden poner muchos ejemplos: la colaboración en una misma actividad comercial; o bien en alguna actividad eclesial; o bien en un determinado ambiente de trabajo o en el ámbito artístico o en la asistencia recíproca.
Estimado padre, me parece haber escrito claramente que sería una hipótesis completamente inverosímil que un fiel pidiera la bendición de su pecado, por eso no entiendo el sentido de su observación.
EliminarDisculpe, pero ¿cómo se relacionaría la colaboración en una casa de comidas, por ejemplo, o en la tarea de limpieza de los salones de reuniones de la parroquia con una relación sentimental? Lamentablemente usted ha decidido defender a capa y espada y con todas sus fuerzas una cosa que es ambigua, y lo entiendo, pero hasta ahora está dando todos ejemplos que sólo demuestran que los elementos de verdad son todos individuales y ninguno de ellos se refiere a la pareja (como sucede en cambio en un matrimonio, en el que el varón se enriquece con lo femenino y la mujer con lo masculino, y en el que los dos se convierten en una sola carne, lo cual es únicamente posible en esta relación).
Esteban, estoy de acuerdo con usted. La bendición pretende ser una ayuda para hacer la voluntad de Dios, que en este caso va en contra de su voluntad al no aprobar la unión de la pareja sodomita. Muy diferente sería si la bendición solicitada fuera sanar y liberarse de este grave pecado, mostrando que los miembros de la pareja son concientes de una unión sin sentido y sin futuro.
EliminarEstimado Esteban,
Eliminarsi dos homosexuales trabajan juntos en una casa de comidas o limpiando los salones parroquiales, con espíritu de colaboración y en el respeto recíproco, perdonándose mutuamente y animándose entre sí en el hacer bien su trabajo, se trata de una forma de unión entre los dos, diferente de dos simples empleados o trabajadores o colaboradores de la parroquia, y una unión agradable a Dios. Es obvio que esta forma de unión puede ser bendecida.
Estimado Roberto,
Eliminarusted no tiene en cuenta los condicionamientos y las limitaciones que la cultura o los hábitos viciosos anteriores imponen a la solución del problema. Está claro que el propósito de la bendición es el de ayudarlos a detenerse, pero cuando hay un vínculo precedente, con responsabilidad recíproca, es una utopía, un forzar las cosas, y una exageración pretender que ambos dejen el vicio de inmediato. Basta con que avancen y se muevan en la dirección correcta. La corrección de los vicios se produce sólo gradualmente. Por el contrario, yo he ilustrado de diversas maneras cómo también en el caso de los homosexuales hay un aspecto positivo en su unión, que puede y debe ser potenciado por la bendición. Recuérdese que el pecado presupone al pecador, que como tal es criatura de Dios y llamado a la salvación eterna.
Gracias por responderme tan pronto, padre Filemón.
EliminarSí, ciertamente, pero como simple cristiano, digo que sería deseable que en la pareja de homosexuales existiera conciencia del abominable error en el que viven, y existiera el deseo de cambiar sanando de una relación contra natura y contra Dios. De lo contrario, creo que la bendición se convierte en algo mágico, en mi humilde opinión.
Estimado Roberto,
Eliminarlo he dicho y lo he explicado en mis artículos: la práctica homosexual es pecaminosa y es evidente que el sacerdote que bendice debe aclarar, debe discernir, debe verificar, con qué propósito los dos quieren tener la bendición.
Estimado padre... pero la práctica dice y hace ver de modo diferente a la enseñanza de la Tradición.
ResponderEliminarEstimado Pablo,
Eliminarlos verdaderos traidores de la Tradición no son aquellos que siguen la pastoral del Santo Padre Francisco, sino que son los modernistas, los cuales se jactan de favorecer el progreso y de realizar el Concilio Vaticano II, cuando en realidad, con su modernismo, confunden, crean nuevos problemas y distancian a los católicos de la fe. Fingen ser devotos del Papa y en cambio lo instrumentalizan para satisfacer sus propios intereses.
El Papa, naturalmente, es ajeno a todo eso, es una pobre víctima.
EliminarQuerida Herminia,
Eliminardecir que el Papa sea víctima de los modernistas es demasiado. Digamos mejor que no tiene la fuerza suficiente para tenerlos a raya, aunque también ha dado muestras de saberlos dominar.
Bueh... después de todo esto, creo que esta noche podré dormir tranquilo...
EliminarEstimado Anónimo,
Eliminar¿tiene otras sugerencias?
Así pues, como usted ha confirmado, son los modernistas los que crean problemas al Santo Padre, aunque se haya rodeado de ellos para las tareas importantes, quitándoles todas las tareas a los prelados que usted define como pasadistas. ¿No cree que se trata de una contradicción que revela hacia dónde tiende el viento de Bergoglio, que, le guste o no le guste a usted, se sirve de actos litúrgicos e incluso doctrinales para recorrer sólo un camino, y es un camino que no es católico sino ecuménico y sinodal, que parece, aunque a veces con pequeños gestos llenos de ambigüedad, que agrada a los modernistas y crea estragos y confusión para aquellos que son estrictamente fieles a la doctrina y al depósito de la fe, es decir, los verdaderos católicos? Al Papa a veces le interesan cosas muy marginales, pero que causan mucho revuelo, como un pseudo beneficio para las parejas homosexuales (creo que una iniciativa así será un completo fracaso y no puedo explicar por qué), y no le interesa el objetivo de la Iglesia, al que conoce muy bien, porque sabe muy bien no estar de acuerdo porque se trata de actos litúrgicos contrarios y contra la doctrina católica.
ResponderEliminarEstimado Bruno,
Eliminaraquellos católicos frente a los cuales el Papa se muestra severo no son plenamente católicos, sino que se acercan a Lefebvre y son contrarios al Concilio Vaticano II.
Por otra parte, incluso entre los modernistas hay valores, y el Papa se esfuerza por utilizarlos.
Por cuanto respecta a la sinodalidad y el ecumenismo, no deben contraponerse al catolicismo, porque son aspectos de la Iglesia católica. El hecho de que usted los contraponga al catolicismo, significa que usted no tiene un concepto correcto del catolicismo.
¿Me puede decir en qué se acerca el obispo Strickland a Lefevre? ¿Me puede poner algún ejemplo de alguien más (que no sea Viganò, cuyos errores no voy a juzgar aquí, pero que por lo menos tuvo el mérito y la valentía de denunciar el bochornoso caso McCarrick hasta el final) que pertenezca al rebaño de los que aquí, abundantemente, se califica de lefevristas?
EliminarDefina, por favor, Fr. Filemón a qué se refiere con ser "contrario(s) al Concilio Vaticano II" ¿No estar de acuerdo con algunos de los detalles o enseñanzas del Concilio, pero acatarlos y cumplirlos? ¿Considerar que ha habido errores en los documentos, ya conteniendo ambigüedades, ya omitiendo condenas importantes? ¿Considerar después de un estudio concienzudo de los documentos, actas conciliares, publicaciones de noticieros de la época, etc. la influencia perniciosa de estrategias manipuladoras por parte de grupos cerrados compuestos por padres conciliares, para conseguir determinados resultados en las votaciones, o imponer sus propias ideas?
EliminarEstimado Anónimo,
Eliminaren ocasiones suelo indicar como apostilla para los lectores, los cuales, tal vez demasiado apresurados, desean comentar en este foro, que lo hagan, pero habiendo leído antes el Evangelio, el actual Catecismo de la Iglesia Católica, y mis artículos en este blog, al menos los artículos referidos a la temática sobre la cual el lector quiere comentar. Me da la impresión (corríjame si me equivoco) que usted no ha leído todos mis artículos en los que trato el tema del lefebvrismo y del filo-lefebvrismo.
Ante todo, son relativamente pocas las veces que me he ocupado de los lefebvrianos (en las diversas sectas en las que se ha dividido la fundación de Lefebvre). Ellos son cismáticos (separados de la Iglesia, o de la plena comunión, de modo similar a ortodoxos orientales y a protestantes) y sospechosos de herejías en puntos bien específicos.
Con mucha más frecuencia me he referido a los filo-lefebvrianos, que son aquellos fieles católicos que, alejándose en diverso grado y medida de un sano tradicionalismo (lícito y necesario en la Iglesia) caen en el extremo de un pasadismo o "indietrismo", como dice el Papa, por comulgar con posturas afines a las de los lefebvrianos.
Supuesto lo que acabo de decir, nunca podría haber cualificado al obispo Strickland de "lefebvrista", como usted sugiere. En todo caso, por las notorias acciones que ha tenido durante el pastoreo de su grey, podría ser cualificado, sí, de filo-lefebvriano. Al respecto, y respondiendo a su pregunta, si bien no conozco en detalle la trayectoria de Strickland como ordinario en una diócesis texana, por cuanto sé, han sido actitudes filo-lefebvrianas suyas, por ejemplo, insistir obstinadamente, pese a las claras directivas del Papa, en mantener la vigencia del Misal de 1962, al cual precisamente el Concilio Vaticano II ha querido reformar. Otro punto filo-lefebvriano es la actitud contestaria frente al Papa en nombre de una Tradición mal comprendida y supuestamente conocida por él sin la mediación del Magisterio pontificio. Y esto, sin duda, acerca a Striclkand a Lefebvre, para quien el criterio de lo cristiano era el "sola traditio" (tal como para Lutero, era el "sola scriptura").
Por último, por cuanto respecta al obispo Viganò, no hay duda que ha sido valorable en 2018 su intervención en pro de la solución de un caso notorio de corrupción eclesiástica. En este blog yo he tratado el tema (no será difícil para usted encontrar mis artículos), incluso, respecto a ese tema, he tratado explícitamente la cuestión teológico-moral, acerca de si le es lícito al Romano Pontífice mentir en ámbito del gobierno pastoral de la Iglesia.
Pero, habiendo dicho eso, ahora, a un lustro de aquel hecho, debe reconocerse el carácter cismático de la actitud del obispo Viganò (cisma al que se refirió el Papa el año pasado, en una entrevista), y cisma que parece haberse corroborado recientemente si son ciertos los rumores de que Viganò ha sido re-consagrado Obispo por el obispo lefebvriano Williamson. Naturalmente, ás allá de las fuertes sospechas de herejía que caen indudablemente sobre Viganò en razón de su actual predicación.
Estimado Basilio,
Eliminarrespondo punto por punto a su interesante y rica intervención o aporte.
1. Por "oponerse al Concilio Vaticano II" entiendo el rechazo de algunas doctrinas, como por ejemplo las relativas al ecumenismo, a la libertad religiosa, al diálogo interreligioso y a la Revelación divina.
Como dijo Benedicto XVI, a los lefebvrianos les es lícito, en cambio, discutir la parte pastoral del Concilio. Sin embargo, les ha dicho que "para estar en plena comunión con la Iglesia, deben aceptar las nuevas doctrinas del Concilio".
2. Ciertamente, en base a lo que he dicho, estoy de acuerdo con cuanto enseña el Concilio en campo doctrinal, porque enseña un progreso doctrinal respecto al Magisterio precedente en conformidad con la Tradición.
Le doy un ejemplo simple. La tradición es como un conjunto de piedras preciosas conservadas en un cofre. El Magisterio es ese escriba sabio, del cual habla Jesús, el cual continuamente extrae de este tesoro nuevas piedras preciosas.
3. Como ya he dicho, en cuanto católicos estamos obligados a aceptar las nuevas doctrinas, a la vez que somos libres de discutir la parte pastoral, por lo cual está también permitido al buen católico disentir con algunas enseñanzas pastorales; disenso que, por supuesto, no impide su deber de aceptarlo.
4. No existen errores doctrinales en los documentos finales del Concilio Vaticano II. Eventualmente algunas fórmulas poco claras tienen necesidad de ser interpretadas. Existen doctrinas que requieren ser profundizadas y mejor comprendidas, como por ejemplo la escatología.
Pueden existir eventualmente disposiciones pastorales que hoy se revelan inadecuadas. Por ejemplo, existe una cierta tendencia buenista que ha permitido un cierto laxismo moral, por lo cual aparece la necesidad de recuperar una cierta severidad.
5. Durante las labores conciliares parece que se han producido algunas irregularidades. Sin embargo, dada la presencia del Espíritu Santo y del Santo Padre, a estos desórdenes se les ha puesto remedio, de modo tal que al momento de la votación de los Documentos su contenido ha estado libre de interferencias dañosas.
En cualquier caso debemos estar convencidos de que las doctrinas de cualquier Concilio Ecuménico son infalibles, como afirmó León X en la Bula de excomunión de Lutero en 1520.
Me inspiro en el diálogo que tuvo lugar entre Fazio y el Santo Padre y al que se ha dado tanta importancia en los medios de comunicación; "La Iglesia acoge a todos" y partiendo de este tema Fazio pasó inmediatamente al tema candente y muy debatido en los últimos días: la bendición de las parejas irregulares y de las parejas del mismo sexo; para confirmar la acogida de la Iglesia a todos, se propuso con razón la invitación a la "fiesta o comida nupcial": "Ve al cruce de caminos y trae aquí a todos los que encuentres..." Sin embargo, en mi opinión, falta lo esencial (¿tal vez omitido para no desilusionar a Fazio?): presentarse vestidos con "el traje de nupcias", que no es otro que "el deseo de conversión"; está bien acoger y bendecir a todos, pero el deseo de conversión es fundamental; y me parece que se ha hablado poco al respecto, de hecho nada.
ResponderEliminarEstimado Claudio,
Eliminarrepropongo mi respuesta. La parábola de la invitación a las nupcias quiere significar el hecho de que todos están llamados a entrar en la Iglesia, que es la comunidad de la salvación y el inicio del reino de Dios en esta tierra. El banquete de bodas representa la plenitud escatológica de la Iglesia, que sólo se realizará con la parusía de Cristo en el fin del mundo.
El vestido de novia o el traje nupcial representa las condiciones morales y jurídicas necesarias para pertenecer a la Iglesia y para obtener de la Iglesia todos aquellos beneficios que son necesarios para nuestro camino hacia la salvación.
El hecho de que aquel invitado estuviera sin el traje nupcial representa la posibilidad de que alguien ingrese a la Iglesia sin las condiciones necesarias de pertenencia a causa de una intención que no corresponde a la finalidad de la Iglesia. Este individuo representa a ciertas personas que viven en la Iglesia sin la debida sinceridad y, de hecho, obran en detrimento de ella.
El dueño de casa representa la autoridad eclesial, que tiene la tarea ya sea de acoger a quienes desean entrar en la Iglesia, ya sea de gobernar a los miembros de la Iglesia, ya sea la de expulsar mediante la excomunión a quienes le causan daño.
También hay que recordar que pertenecer a la Iglesia es necesario para la salvación, por lo que la expulsión de ella corresponde a una condición moral del expulsado que no correspondiera a las condiciones necesarias para pertenecer a la Iglesia.
Por otra parte, en mi nota de hoy he publicado mi comentario sobre la entrevista al Papa.
Estimado Padre: Parece que, como dice el buen sentido común, la "unanimidad" en las decisiones de las conferencias episcopales de la actualidad no siempre es una unidad de convicciones. Hoy ha circulado la noticia de que los obispos del Norte de África se distancian del cardenal Ambongo y conceden bendiciones a "personas en situación irregular".
ResponderEliminarSergio Villaflores (Valencia, España)
Estimado Sergio,
Eliminarcreo que lo importante sea comprender bien el significado de los documentos de la Iglesia y favorecer una aplicación sabia y prudente en nuestro contexto eclesial concreto.
Por cuanto respecta a la posición de las distintas Conferencias Episcopales, cada una tiene su propia responsabilidad y un legítimo espacio de libertad en un camino sinodal promovido por el Santo Padre Francisco.
Una cosa a tener en cuenta es la siguiente. Una cosa es tener dificultades en cuanto a la aplicación de la declaración FS en el propio ámbito pastoral, y otra cosa muy distinta es la que puede ser una oposición doctrinal.
Está claro que, si bien las dificultades pastorales pueden ser legítimas en cuanto a la aplicación de los documentos, no es admisible en los obispos ninguna eventual oposición doctrinal.