Con lo que hasta ahora he publicado acerca de la declaración Fiducia supplicans, quien quiere entender ha entendido y ya está satisfecho, y quien no quiere entender no entenderá jamás, ni siquiera con mil respuestas dadas por Jesucristo. [En la imagen: fragmento de "Jesús y la mujer descubierta en adulterio", óleo sobre lienzo, del 1520, obra de Lorenzo Lotto, pintura conservada y expuesta en el Museo del Louvre, París, Francia].
----------Queridos lectores,
----------tras la publicación de la declaración Fiducia supplicans he recibido numerosas intervenciones, la gran mayoría de las cuales son críticas disidentes hacia el Documento, a menudo con un tono airado y escandalizado, que contienen acusaciones al Papa, al cardenal Fernández, y también hacia mí, de traición a la Tradición, de blasfemia, de falsedad, de doblez y de oportunismo.
----------Muchas intervenciones, honesto es decirlo, plantean objeciones que son razonables, a las cuales he respondido. Noto sin embargo en la mayoría de los comentarios en el foro de este blog, una gran repetitividad en las intervenciones, una testarudez obstinada, señal clara de que mis respuestas no son leídas o que se tienen posturas preconcebidas hacia mí y hacia el Documento o existe voluntad de no escuchar.
----------Ahora bien, por mi parte, estoy convencido de haber respondido más que a suficiencia a las objeciones, y agradezco a quienes las han planteado con honestidad e inteligencia y me han ayudado a aclarar el significado de la Declaración, a la cual por otra parte yo mismo he señalado que es escasamente clara en su lenguaje, tal como para provocar en parte la reacción que se está verificando y favoreciendo lamentablemente a los generistas, quienes se regodean al hacerle decir a la Declaración aquello que ella no dice.
----------Sin embargo, por mi parte, en un extenso artículo, he explicado con abundancia de razones y de aclaraciones el verdadero significado y el verdadero valor de la Declaración, con la que la Iglesia cumple un indudable paso adelante de alcance histórico en el camino de la misericordia.
----------El equívoco de fondo, desagradabilísimo por cierto, en el cual muchos han caído es el siguiente: el creer que la Declaración bendiga o legitime el pecado de sodomía y el adulterio, lo cual es absolutamente falso, mientras que el Documento bendice apropiadamente a las personas, a sus cualidades, a sus talentos, a su vocación ante Dios y a su esfuerzo por convertirse y purificarse de sus pecados, comprendido evidentemente el de la sodomía. Interpretar lo contrario es causar gravísima ofensa a la Santa Madre Iglesia que es maestra de santidad y no de corrupción y hacer semejantes acusaciones es absolutamente indigno del nombre católico. Católicos de este tipo se auto-excluyen de la comunión con la Iglesia.
----------Por este motivo, invito cordialmente a quien tuviera dificultades con la declaración Fiducia supplicans, a que deje de escribirme sobre este tema, porque las respuestas ya están presentes en mi artículo. Por lo tanto, advierto a los Lectores que, a partir de ahora, ya no responderé a intervenciones de protestas ni a objeciones sobre este tema, o en todo caso no las publicaré, porque no puedo repetir hasta el infinito las mismas cosas y existen otros temas que debemos abordar. Quien quiere entender ha entendido y ya está satisfecho, y quien no quiere entender no entenderá jamás, ni siquiera con mil respuestas dadas por Jesucristo.
Estimado Padre, entiendo sus razones. Y comprendo que a las parejas irregulares las debemos aceptar en cuanto parejas de personas y respetarlas en su dignidad de personas. Pero, me pregunto, ¿no será que son ellos (los adúlteros y los sodomitas) los que no se aceptan y crean el caos, pues los cristianos siempre los hemos aceptado. Nadie juzga su ser de personas, pero el pecado siempre debe ser condenado si queremos su salvación, de lo contrario, desde el Papa para abajo, los condenamos al fuego eterno. Me parece que últimamente la Iglesia ha perdido de vista la salvación de las almas.
ResponderEliminarEstimado Anonimo,
Eliminartengo más de cuarenta años de experiencia como confesor y desgraciadamente debo reconocer que los confesores suelen ser demasiado indulgentes. Lo noto en los propios penitentes, que se molestan si les recuerdo que ciertas cosas son pecado y que es necesario acceder al Sacramento con seria preparación y examen de conciencia.
En cuanto a las directivas de la Iglesia, siempre son sabias.
Lamentablemente, el problema es el de muchos sacerdotes que no tienen el celo suficiente para preocuparse seriamente por la salvación de las almas.
Padre Filemón: no me gusta decirlo, pero casi nadie habla ni se preocupa por la salvación de las almas. Los confesores están a disposición sólo de aquellos pocos que, manteniendo una sana doctrina, saben que sólo una santa confesión nos sana del pecado y nos da la gracia de "hijos de Dios". Todos los que predican el ecologismo practican el misericordismo (como se desprende también de esta santa Navidad, manchada por la inclusión de los pecadores de Sodoma, que, sin embargo, no deben ser excluidos en absoluto, como siempre lo ha hecho la Iglesia católica, pero no está claro si esta inclusión implica automáticamente la remisión de los pecados, dada la justificación de esa naturaleza, o si la inclusión significa una invitación a participar, pero en este caso el camino de la conversión no está dado y no surge como condición necesaria e indispensable y si estimula verdaderamente el deseo para no volver a pecar. Lo que yo veo es un gran caldero heterogéneo, donde se hace espacio para cualquiera sin condiciones, incluso renunciando y olvidándose del hecho de la Navidad y del por qué nació nuestro Señor y por qué se hizo hombre para este mundo. ¿Quizás su venida ha borrado definitivamente el pecado, sin más ni mas, sin necesidad de confesión, ni de arrepentimiento? O bien, si Jesucristo se hizo hombre para que el hombre emprenda su camino hacia la perfección que Él nos ha indicado, único camino con el que podemos adquirir la salvación del alma. No hay atajos de supuesta fraternidad, inclusiones, ecologismos, prácticas o misericordismos, buenismos que nos puedan salvar. Sólo Cristo nos salva siguiéndolo. El resto es simplemente una catástrofe.
EliminarAmbrosio: estoy de acuerdo... demasiada misericordia, demasiada acogida incluso cuando es intrusión o invasión, demasiadas palabras... Jesús, cuando fue necesario, tomó una cuerda, un látigo, y ahuyentó a los que no eran dignos, pero aquí aquellos que son ahuyentados son los que aman la sana doctrina. Hay demasiada confusión en la iglesia, pero todos responderán de sus acciones y que Dios nos perdone a todos... incluso a los que fingen no ver.
EliminarEstimado Ambrosio,
Eliminarusted indica un defecto que desgraciadamente está muy extendido en la Iglesia de hoy. Por un lado está el deseo más que legítimo de incluir a todos los hombres, porque todos están llamados a la salvación, y la Iglesia invita a todos al banquete del reino de Dios, pero, por otro lado, algunos olvidan que para participar en el banquete se necesita el vestido nupcial, es decir, se necesita la voluntad de aceptar las condiciones indispensables para pertenecer a la Iglesia, como se requiere en cualquier asociación o sociedad que se repete a sí misma, y la Iglesia es efectivamente una comunidad sobrenatural, pero basada en una correcta convivencia humana, como toda sociedad justa. Dicho en términos populares, no se puede almorzar gratis, sino que cada uno está obligado a dar su propia contribución según su disponibilidad. Se podría objetar: ¿pero adónde va a terminar la gracia? ¿No es gratis el almuerzo? Aquí nos encontramos ante una aparente paradoja: por un lado, la salvación es gratuita, pero, por otro, debe ser merecida. Para evitar las contradicciones, debemos referirnos a dos puntos de vista diferentes o dos factores diferentes que juegan en la obra de la salvación.
De hecho, por un lado la salvación es un don de Dios, pero por otro no somos salvos si no hacemos penitencia por nuestros pecados y no invocamos la misericordia divina.
Entrando en el fondo de nuestra cuestión, debemos decir, por tanto, que aquellos hermanos que tienen tendencia homosexual son los que más necesitan de la misericordia divina, precisamente por la gravedad de su pecado, así como una persona gravemente enferma tiene mayor necesidad de ser hospitalizado que una persona levemente enferma. De hecho, como dijo el Papa, la Iglesia es un "hospital de campaña".
Ahora bien, los buenistas podrían compararse con las personas que quisieran llevar a personas gravemente enfermas al hospital, pero sin tratarlas. ¿Cuál sería el sentido de semejante actitud buenista?
Estimado Padre Filemón: éste es precisamente el punto, es decir, queremos dar una justificación respecto del pecado, a priori, como si el enfermo del que usted habla no existiera, y que en la misma voluntad de incluir a cualquiera esté en realidad una aprobación del perdón que no pide necesariamente un arrepentimiento del propio estado, a menudo considerado por ellos como un camino natural que no exige correcciones de ningún tipo. En cambio, a un transexual parece que se le ha cohonestado: ¿acaso está bien seguir así?
EliminarEstimado Ambrosio,
Eliminarefectivamente, el punto que se debate hoy es precisamente este: ¿está bien o mal practicar la homosexualidad? ¿La tendencia homosexual es buena y normal, o bien es mala y anormal? ¿Es según naturaleza o contra naturaleza? De ahí la consecuencia: ¿es lícita y virtuosa o es ilícita y viciosa?
Esta es la cuestión de principio.
El otro aspecto de la cuestión es el lado subjetivo. ¿Debería corregirse esta tendencia o dejarse libre? ¿Se puede estar en buena fe? ¿Puede haber una ignorancia invencible? ¿Cuánto juega la fragilidad? ¿Podría haber factores atenuantes? ¿Es siempre una culpa grave?
Hoy por hoy la vertiente a la que debemos prestar más atención es el lado objetivo, basado en el ejercicio del razonamiento y de la demostración. De hecho, la ética sexual es una ética natural basada en la razón, por lo que la acción debe estar fundana en motivos racionales. Al mismo tiempo, la ética natural es confirmada por la ética sobrenatural, basada en los datos revelados y, por tanto, en la fe. Aquí entra en juego la autoridad del magisterio de la Iglesia.
En este caso específico es necesario demostrar que la naturaleza humana, en el ámbito sexual, está orientada al ejercicio de la procreación, a la recíproca ayuda y al amor sobre la base de la pareja varón-mujer. Este principio es confirmado por la revelación, la cual enseña que Dios creó al hombre, varón y mujer, con miras a la procreación y la ayuda recíproca. A este conocimiento del orden natural, la revelación añade la perspectiva escatológica, que consiste en una relación de amor entre varón y mujer en la futura resurrección, amor que ya no es procreativo debido a que ya no hay un aumento numérico en la especie humana.
Volviendo al lado subjetivo, aquí tenemos la materia para organizar la obra pastoral y educativa, la cual debe combinar sabiamente el lado objetivo, encaminado a demostrar el verdadero fin de la sexualidad y los defectos que la corrompen, con el lado subjetivo, consistente en un sabio acompañamiento de la persona, hecho de capacidad persuasiva, buen ejemplo, paciencia, perseverancia, comprensión, prudencia, misericordia, justicia, reclamos caritativos y advertencias saludables.
El famoso "sigue así" del Papa no debe entenderse en absoluto como un permiso para pecar, sino como un estímulo para perseverar en el camino de la conversión.
¡Bien dicho, reverendísimo Padre!
EliminarDIOS TIENE UN SOLO HIJO: NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
ResponderEliminar¿Entonces la humanidad entera no es hija de Dios?
EliminarEstimado Miguel,
Eliminara ver si podemos entendernos: ¿qué es lo que usted ha querido decir?
la humanidad en su conjunto es criatura de Dios y todos los seres humanos tienen entre sí una hermandad de tipo creatural.
EliminarEstimado Miguel,
Eliminares verdad que Dios creó a todos los hombres para que todos sean entre sí hermanos, hasta formar casi un solo cuerpo. Sin embargo, el ser hermanos en el sentido cristiano no es sólo un hecho natural, sino sobre todo un deber moral y una vocación divina, valores que desgraciadamente son desatendidos por parte de algunos. Esto tiene como consecuencia que algunos traicionen su vocación a la fraternidad, excluyéndose a sí mismos de la comunión con los demás y por tanto de la comunión con Dios.
Estimado Mauro,
Eliminartoda la humanidad es creada para ser hija de Dios en Cristo. Sin embargo, Dios deja a cada uno libre de hacer su elección, porque no todos aceptan esta llamada a la fraternidad y prefieren sustraerse a ella bajo diversos pretextos, teniendo que pagar luego las consecuencias.
Son personas humanas como las demás. La homosexualidad está presente en más de 600 especies animales. No veo por qué la especie humana no debería tener esta inclinación en el ADN de algunos individuos.
ResponderEliminarPersonalmente creo que la homosexualidad no es una anomalía ni mucho menos una enfermedad, para mí los homosexuales no actúan en absoluto contra la naturaleza sino según su naturaleza específica, por lo tanto son absolutamente normales.
¡El nuevo orden mundial! Los abortistas y los ideólogos del género, son los dioses de ustedes... ¿y la iglesia hoy no va a la cola de todo esto?... ...los radicales se irán al infierno con todos los abortos a los que han empujado...
EliminarDisculpe, Aldo, pero no intente hacer pasar por normal lo que no lo es.
EliminarDigamos que los sodomitas, los homosexuales no significan nada y la sodomía es un desorden físico y moral. Entonces cada uno es libre de vivir como crea o no. Por eso es condenable pero no digamos herejías.
Ana: para mi los no normales son ustedes! Son simplemente fundamentalistas, incapaces de aceptar la realidad de los hechos y también incapaces de razonar con su mente, a la que deliberadamente dejan de lado para "razonar" de acuerdo con una fría doctrina religiosa que no tiene en cuenta la psicología humana. En consecuencia, para mí los herejes son siempre y solamente ustedes. Claro que no por esto ustedes dejan de ser completamente libres de pensar como ustedes quieran, y yo también. Lo que me consuela es que al menos la gente de ciencia como los psicólogos y psiquiatras están muy seguros de que la homosexualidad no es una enfermedad ni una anomalía. Yo estoy con la ciencia, ustedes deberían estar con la teología, que no tiene base científica.
EliminarEs todo lo que quiero decirte. Que termines bien tu día.
Pedro: el primero en ir al infierno seguirás siendo tú porque te permites juzgar a los demás, olvidando que el juicio es sólo de Dios, ¡¡en consecuencia eres culpable de soberbia!! Y también te aconsejo que pienses en la salud de tu alma ya que de la mía me ocupo yo solo sin necesitar de pensamientos y juicios como los tuyos.
EliminarNo Aldo... yo hablaba de los líderes que hoy manejan el nuevo orden Mundial, los abortistas, los ideólogos del género... y el Papa que va a la cola de ellos... 4 compañeros de merienda que alaban el pecado... No hablaba de usted, que es víctima de una ideología que quiere sustituir a la fe y a la doctrina... pero la historia está llena de ideas y filósofos que hoy discuten sobre todo esto llenos de remordimiento... por haber hecho todo mal
EliminarSi, yo también cierro, claro, pero no sin antes decirte que el gen homosexual aún no ha sido descubierto, cuando se descubra tendrás razón pero no ahora. Los géneros son masculino y femenino, no hay nada más y no es un principio religioso. Incluso un ateo lo admite.
EliminarEl resto es una elección libre y debe respetarse.
Estimado Aldo María,
Eliminarpara determinar aquella que es la conducta moral normal, debemos referirnos a cuál es el plan creador de Dios, y lo encontramos expuesto en la Sagrada Escritura. De este plan se desprende que Dios ha creado al hombre, varón y mujer, con vistas a la procreación y a la ayuda recíproca en para el perfeccionamiento moral en esta vida, pero, después del pecado original y del advenimiento de Cristo, Dios ha propuesto una vida futura de resurrección, después de la muerte, en la cual el amor entre varón y mujer ya no será procreativo.
Por cuanto respecta a la cualificación de "contra natura", que es la que da san Pablo al pecado de sodomía, san Pablo pretende referirse a que la práctica homosexual es contraria a esa conducta que Dios ha querido sobre la base de la naturaleza humana creada por Él.
No pretendo estar a la altura de un diálogo adecuado, estimado padre, pero entiendo que la época en que se escribió la Biblia, al menos en términos de tiempo después de los escritos de San Pablo, la homosexualidad no podía analizarse desde un punto de vista científico, psicológico, etc., ya que tales ciencias aún no existían. ahora nosotros, entendidos como humanidad, somos capaces de dar un juicio científico y psicológico sobre la homosexualidad que en el pasado no pudimos dar. En mi opinión hay que tener esto en cuenta...
EliminarEstimado Aldo María,
Eliminarestoy de acuerdo contigo en reconocer que la posición de san Pablo hacia la práctica homosexual, puede hoy ser juzgada como caracterizada por una excesiva severidad, dado que entonces no teníamos el conocimiento psicológico sobre este fenómeno que tenemos hoy, un conocimiento que nos induce a a una cierta comprensión y justifica la actual pastoral de la Iglesia hacia los homosexuales.
En cualquier caso, el principio moral enunciado por san Pablo sigue siendo sustancialmente válido, independientemente de la relación que pueda tener en los casos individuales de personas homosexuales. ¿Por qué motivo sigue siendo válido? Porque la prohibición de la sodomía se fundamenta en esa concepción de la relación entre el varón y la mujer, que está delineada por el plan divino de la creación.
Queriendo hacer una comparación, con las diferencias necesarias, se podría comparar al Creador con un ingeniero que diseña una computadora. Cuando compramos una computadora, nos entregan un folleto con las instrucciones de uso. Ahora bien, la Sagrada Escritura, con sus normas morales, es como un libro en el cual leemos lo que debemos hacer para aprovechar bien nuestra vida y ser verdaderamente felices.
El criterio de moralidad, por tanto, no puede separarse de lo que encontramos en la Biblia en la interpretación que de ella hace la Iglesia, que tiene el mandato de Cristo de explicarnos su significado, sino que debe basarse en esta revelación divina, de manera similar a como lo hace cualquiera de nosotros cuando nos atenemos a las normas de uso que nos dan cuando compramos un ordenador. No nos hicimos a nosotros mismos, sino que nos ha creado Dios.
si ok reverendo padre pero creo que la iglesia en su magisterio, hoy que la ciencia médico psicológica está esclareciendo la homosexualidad, debe tener en cuenta que en la especie homo sapiens sapiens existe la naturaleza homosexual como existe en aproximadamente otras 600 especies animales. Las luminarias de la psicología humana han comprendido que los homosexuales nacen, no se convierten en homosexuales a través de un vicio capital. En consecuencia, la naturaleza humana en estas personas es una excepción. Ellos nacen y actúan según su naturaleza específica y excepcional. Por lo tanto no podemos decir que van contra la naturaleza sino según su naturaleza. Para los homosexuales sería ir contra la naturaleza si se unió a otras personas del sexo opuesto a ellos. En mi opinión hoy debemos tener esto en cuenta, es obvio que San Pablo, un hombre del siglo I d.C., no pudo saber estas cosas. Estoy seguro de que Dios nos conoce profundamente a cada uno de nosotros y por eso entiende la naturaleza particular de cada uno de nosotros, y por tanto también entiende a estos hermanos nuestros mucho más que nosotros los humanos.
EliminarEstimado Aldo María,
Eliminaraquí se plantea el problema de distinguir lo que es natural de lo que no es natural. Es necesario, por consiguiente, formarse un concepto de naturaleza como modelo de conducta, tal por el cual lo que falta en la naturaleza así entendida asume el aspecto de defecto y, en consecuencia, la acción que de ello se derive sea defectuosa o pecaminosa. Ahora bien, ¿cuál es el modelo de naturaleza que debemos proponer en el campo sexual? Basta considerar científicamente la naturaleza de la sexualidad para darse cuenta de que ella implica una dualidad masculina y femenina, finalizada o encaminada a la procreación y a la ayuda recíproca.
A esta finalidad natural, la revelación cristiana añade un dato ulterior, que consiste en la futura resurrección, en la cual sólo existirá el amor sin la procreación.
Que exista una tendencia homosexual innata, no existe duda, pero de la misma manera existen otras tendencias defectuosas, como puede la tendencia a la ira, a la pereza, a la gula, o similares, pero esto no es un motivo válido para legitimar estas tendencias, las cuales por el contrario deben ser corregidas mediante una obra educativa y un compromiso personal, que puede durar toda la vida.
La revelación cristiana explica estos defectos naturales como consecuencias del pecado original. En último análisis lo fundamental a hacer es la distinción entre la cualidad natural y el defecto natural, por lo cual se entiende que esto que es natural no es necesariamente una buena cualidad, sino que también puede ser una forma de corrupción de la naturaleza. Por eso la ética cristiana habla de naturaleza caída, que es aquella en la cual nos encontramos ahora, subsecuente al pecado original.
La redención obrada por Cristo nos permite sanar esta naturaleza, recuperando la inocencia originaria, pero sobre todo adquiriendo una naturaleza superior, que es la vida de gracia de los hijos de Dios, precursora de la futura naturaleza gloriosa de la resurrección.
yo le agradezco por su profunda explicación aunque le tengo que decir explícitamente que estoy de acuerdo con usted sólo en parte.pero siempre considero muy útil y provechoso discutir con personas eruditas como usted que piensan diferente a mí.muchas gracias desde el fondo de mi corazón.
EliminarLa iglesia de hoy se está volviendo demasiado permisiva. O se está conmigo o contra Mí. Las drogas son un problema diferente a la homosexualidad. El perdón proviene del arrepentimiento del pecado. No podemos ser buenistas con esta gente que incluso quieren adoptar niños. Tratemos de no hacernos demasiado asquerosos y respetemos el Evangelio, ¡¡¡echemos a los mercaderes del Templo!!!
ResponderEliminarEstimado Rubén,
Eliminarciertamente, después de un pasado de desprecio hacia los homosexuales, hoy, con el pretexto de la comprensión, se corre el riesgo de hacerles daño al no instruirlos sobre aquello que es la realidad de la sodomía, por lo cual se terminamos dejándolos en su vicio, del cual algunos ciertamente no se dará cuenta.
Tengan paciencia, padre Filemón, porque con tanta publicidad sobre el tema, los homosexuales han ganado superioridad sobre las personas normales. En los colegios de muchos países han quitado incluso la terminología "padre y madre", para sustituirla por "padre 1 y padre 2". Por eso, discúlpeme, pero no acepto que queramos dar justificaciones a esta gente y más aún a la iglesia que quiere encontrar compromisos, es mejor volver a las catacumbas y empezar de nuevo como los primeros Cristianos. Hagamos un examen de conciencia antes de justificar determinadas situaciones. Saludos.
EliminarEstimado Rubén,
Eliminarcomprendo su exigencia de coherencia moral conforme a nuestra fe cristiana. Sin embargo, es necesario hacer una distinción entre lo que es la pastoral oficial de la Iglesia hacia las personas homosexuales y las propuestas engañosas de los modernistas.
La Santa Madre Iglesia nos guía con sabiduría en la historia, enseñándonos lo que debemos hacer en el momento histórico en el cual vivimos para aplicar sabiamente los principios universales e inmutables de la moral. En este caso, del problema de los homosexuales, la referencia cierta, a la cual debemos referirnos como personas honestas y fieles católicos, no es otra que el VI Mandamiento. Sin embargo, para saber cómo se debe aplicar hoy este Mandamiento, debemos confiar en las directivas de la Iglesia de hoy, rechazando las falsas opiniones de los modernistas y de aquellos que dicen ser católicos, pero no lo son.
Si usted tiene en cuenta estas cosas, se dará cuenta de que la situación humana en la cual nos encontramos hoy y, en particular, la cuestión de cómo comportarnos con los homosexuales, junto a cosas que debemos rechazar porque son contrarias a los mandamientos divinos, también existen valores humanos que deben ser reconocidos y respetados. Me refiero a la persona del homosexual, el cual como usted bien sabe, es una creatura humana, creada a imagen de Dios y por cuya salvación Cristo ha dado su sangre. De aquí se desprende la necesidad de reconocer la dignidad de esta persona, al mismo tiempo que reconocemos la pecaminosidad de la sodomía. Las instrucciones que la Iglesia nos da a este respecto nos impulsan, pues, a reconocer las cualidades humanas del homosexual y al mismo tiempo nuestro deber de ayudarlo con caridad en la lucha contra ese pecado, con la ayuda de la gracia.
La conclusión me parece evidente. No se trata de volver a las catacumbas, porque hoy no nos enfrentamos a una situación que requiera una medida tan severa, por el hecho de que con la ayuda que nos llega de la pastoral iniciada por el Concilio Vaticano II es posible para nosotros los católicos tener una presencia digna y eficaz en nuestra sociedad, aunque ella esté afectada por diversas formas de corrupción, pero la Iglesia continúa hoy diciéndonos que el Espíritu Santo está presente para darnos a los católicos el valor de hacer un aporte eficaz en la construcción de la sociedad terrena, a fin de que ella sea un comienzo ahora de la futura Jerusalén.
Como demagogia va bien, pero Cristo ha dado Todo De Sí Mismo para redimir a los hombres. Ningún argumento puede hacer que Jesús baje de la Cruz. Los homosexuales son hijos de Satanás. ¡Punto y basta!
EliminarY una última reflexión: los homosexuales que se arrepienten y proponen redimirse, deben ser ayudados, pero hay que sacar afuera a los que quieren ser aceptados tal como son.
Estimado Rubén,
Eliminarincluso a los homosexuales, que no quieren ser corregidos, es necesario encontrarles, si lo desean, un lugar en la Iglesia, valorándolos allí donde estén dispuestos a realizar buenas obras. Que quede claro que debe pedírseles que no hagan propaganda de su vicio.
Si la iglesia de hoy quiere subvertir todas las leyes de Dios, que lo haga, nadie podrá impedirlo. Y que cada uno llore sus propios pecados. Quizás usted vive en un contexto social particular y quiere llegar a compromisos con quienes le rodean. Usted puede hacer lo que quiera, cada uno es responsable de sus propios actos y muchos saludos a los tantos Mártires que derramaron su sangre por la defensa de la Fe.
EliminarEstimado Rubén,
Eliminarel martirio consiste en decir claramente cuál es la verdad, sin temer a los poderosos, usando comprensión hacia los débiles. Si Ud. siguiera mis escritos, se daría cuenta de que yo no temo decir la verdad tanto a los modernistas como a los filo-lefebvrianos, los cuales me hostigan por igual, mientras que al mismo tiempo sé lo que es la caridad hacia el prójimo, al cual se le debe hablar con franqueza, pero también con misericordia, para que tenga presente que los homosexuales también son nuestros hermanos y, aparte de su pecado, en otros aspectos pueden tener virtudes incluso superiores a las nuestras.
"El equívoco de fondo, desagradabilísimo por cierto, en el cual muchos han caído es el siguiente: el creer que la Declaración bendiga o legitime el pecado de sodomía y el adulterio, lo cual es absolutamente falso, mientras que el Documento bendice apropiadamente a las personas, a sus cualidades, a sus talentos, a su vocación ante Dios y a su esfuerzo por convertirse y purificarse de sus pecados, comprendido evidentemente el de la sodomía".
ResponderEliminarEntiendo que en estas, sus palabras está implícita una clara distinción, que usted mismo ha expuesto en otros lúcidos anteriores artículos suyos:
1) Por un lado existe la hostilidad ("fobia"), que puede implicar odio y daño a las personas homosexuales, y
2) por otro lado existe la condena moral del acto homosexual tradicionalmente calificado como "sodomía" por la moral católica, pero no solo por ella, sino también por la ética natural, compartida también por el pensamiento laico sobre una base racional y también por otras religiones.
Por lo tanto, entiendo que todos aquellos fieles católicos (o quizás debería decir cristianos, porque sobre el tema de FS también se ha expresado ortodoxos orientales), se trate de cardenales, conferencias episcopales, obispos en particular, sacerdotes y laicos, que no alcanzan a advertir la diferencia entre la condena del pecado (adulterio y sodomía) y el respeto a la dignidad de toda persona humana, están cayendo en una sutil pero real forma de homofobia, homofobia que en sus formas más graves debe considerarse delito en la ley civil, pero no parecería excluirse que en sus formas más sutiles también podría ser considerada en el derecho canónico.
Estimado Fernando,
Eliminarestoy de acuerdo con lo que Ud. dice.
Lo único que me deja perplejo es la eventual prohibición de la sodomía planteada en el Derecho Canónico. De hecho, las disposiciones de este Derecho no afectan a la ética natural, sino a los deberes y derechos de los católicos en cuanto tales.
Si bien estoy de acuerdo en que el Derecho Civil tiene la obligación de encontrar de alguna manera un freno a la propagación de la sodomía, dejando al mismo tiempo la licitud de las uniones civiles, ya que al Estado le conviene aumentar y no disminuir la ciudadanía.
Estimado padre,
Eliminarveo que me he explicado muy mal.
Lo que he intentado (teniendo en cuenta sus publicaciones anteriores) es recordar qué es específicamente la "homofobia". Y que debe ser regulada y sancionada por el derecho civil.
Dicho eso, mi hipótesis es que esta actitud de algunos (sean cardenales, obispos o laicos) de no querer distinguir entre el respeto a los homosexuales", con dignidad como personas humanas (sin dejar de reconocer que ceder a su tendencia homosexual es un grave pecado), también puede ser considerada una forma sutil o menor de "homofobia".
Por tanto, mi referencia a la legislación canónica se refería a la actitud de los fieles laicos (incluidos los clérigos) que violan con sus actos de desprecio la dignidad de las personas homosexuales.
Estimado Fernando,
Eliminarestoy de acuerdo en que la ley debe proteger a los homosexuales como personas. Sin embargo, considero que, para promover este respeto y defensa de su persona, sea suficiente la ciencia moral o la teología pastoral, que evidentemente deben estar en posesión sobre todo de los Pastores y de los Educadores.
Reitero, en cambio, mi convicción de que esta ley contra la homofobia no puede ser materia de derecho canónico, el cual no tiene como objeto la moral natural, sino las leyes de la Iglesia católica.
Estimado padre Filemón,
Eliminarentiendo perfectamente su posición según la cual no debería haber ninguna disposición en el Código de Derecho Canónico que se refiera a los probables delitos de "homofobia" entre los fieles católicos (clero y laicos). Y, por tanto, comparto su posición.
Ahora bien, quisiera saber si podría comentar mi opinión, que quería expresar en mis comentarios anteriores, aunque no sé si la expresé correctamente.
Suponiendo aquí que la "homofobia" pueda definirse como la falta de respeto a la dignidad de los homosexuales como personas, es decir, no poder distinguir entre "homosexualidad" (que, de ser activa, sería pecado) y "homosexuales" (que como personas son dignos de respeto y pueden poseer valores)...
Y suponiendo que, en estas reacciones indebidas de los fieles (clero y laicos) a la declaración Fiducia supplicans, la incapacidad de distinguir el pecado de la "homosexualidad" y la dignidad y los valores de los "homosexuales" como personas...
Entonces, ¿no podría identificarse o calificarse esta actitud reaccionaria como una sutil reacción "homofóbica"?
Estimado Fernando,
Eliminarconcuerdo con su opinión, según la cual es necesario tener respeto y estima por las personas homosexuales, en cuanto portadores de valores ajenos a la tendencia homosexual, al mismo tiempo que es necesario desaprobar la práctica homosexual en sí.
Homofobia sería, por tanto, no la desaprobación de la sodomía (esta es la propaganda actual, que hasta se puede ver en el modo como wikipedia define homofobia), sino una actitud de desprecio o de desestima hacia la persona homosexual y los valores de los que es portadora.
Es necesario evaluar los verdaderos motivos que han impulsado a muchas personas a tener una reacción negativa hacia el Documento. Esos motivos pueden estar dados por una carencia teológica y filosófica o bien por un contexto socio-cultural que impide tener claridad en la mirada sobre este delicado tema y hace casi imposible la puesta en práctica del Documento.
Se nota en muchos la incapacidad de distinguir un estado de pecado de un acto de pecado.
No han sido LOS ortodoxos quienes hablaron, sino ALGUNOS ortodoxos. Y podemos tranquilamente responder que no nos importa, dado que los ortodoxos admiten el divorcio, las segundas nupcias y los sacramentos a los divorciados vueltos a casar. Yo diría que no tienen nada que enseñar cuando se trata de "parejas".
EliminarEstimado Anónimo,
Eliminarindudablemente la posición de estos ortodoxos, para nosotros católicos, no tiene carácter de autoridad.
Nosotros sabemos que estamos bajo la autoridad de la Iglesia Católica.
Estimado padre Filemón, tengo algunas dudas sobre este tema.
ResponderEliminarLos homosexuales católicos se han convertido en la plataforma sobre la que se apoyan los homosexuales y los LGBTQ, etc.
Ellos hoy están avanzando, haciendo progresos hacia el reconocimiento del matrimonio religioso, y dicen: "somos familia y tenemos derecho a tener hijos y criarlos". Es normal que utilicemos ciertas técnicas, y queremos que (nuestros) hijos reciban los derechos que le son justos también en la Iglesia.
Y a menudo están siendo justificados y contemplados y contentados incluso por sacerdotes y obispos.
Lo que me sorprende es que todos se estén alejando de la Iglesia. Pero luego afirman que, para ser MADRE, la Iglesia debe satisfacer las necesidades de la sociedad, que, cuando les viene bien, ellos definen como LAICA, para que puedan tener y hacer lo que quieran. Se están volviendo cada vez más populares en diversos campos.
Mientras seguimos atacando a aquellos fieles al Evangelio y a Cristo, y estos, que son auténticos católicos, no tienen ningún reconocimiento.
Nadia Márquez (Mendoza)
Estimada Nadia,
Eliminarestoy bastante de acuerdo con su análisis. Es cierto que hay personas que desean figurar o aparecer como católicos y ser admitidos a los sacramentos, a pesar de vivir una vida afectiva que no se corresponde con la ética cristiana.
Ahora bien, esta actitud objetivamente no es honesta, porque estas parejas deberían saber que para casarse en la iglesia su amor debe ser conforme a la voluntad de Dios.
Por otra parte, es lamentablemente cierto que ciertos católicos, que señalan estas cosas que no son buenas, son denigrados por aquellos modernistas que quisieran dar reconocimiento canónico o admitir en los sacramentos a parejas que no tienen intención de corregirse de una práctica de la homosexualidad.
Estoy de acuerdo en reconocer que hay sacerdotes que favorecen estas prácticas anticristianas. Sin embargo, tengamos en cuenta que estos sacerdotes evidentemente no cumplen con las expectativas del Santo Padre, quien ha dicho claramente que las uniones homosexuales no pueden ser homologadas a las legítimas uniones conyugales, según el sacramento del matrimonio, aún cuando se reconociera su derecho civil a tener una sistematización digna.
¿Y cuál sería esa sistematización digna dentro de la Iglesia? Gracias de antemano.
EliminarEstimada Nadia,
Eliminardebemos tener presente que estas personas son nuestros hermanos, llamados a la salvación, y también están en posesión de talentos, que les ha dado el Señor o que ellos mismos han conquistado. Considerando estas cosas, ellos tienen derecho a una sistematización digna tanto en la Iglesia como en la Sociedad civil. En la Iglesia, porque debemos permitirles expresar los dones que Dios les ha dado, según las indicaciones canónicas. En la Sociedad, en cuanto que tienen derecho a una vida digna desde el punto de vista económico, social y jurídico.
Saludos, Pater.
EliminarDoctrina de la fe publicó un documento hace ya tiempo en el que decía que no se podían aceptar las uniones civiles para personas del mismo sexo, porque no se puede aceptar una regulación que por analogía conceda derechos similares al matrimonio. Creo que se aprobó este documento cuando en Italia se discutían las uniones civiles. Mi opinión es que las leyes educan y maleducan, y las uniones civiles (sólo referidas a relaciones amoroso-sexuales entre personas del mismo sexo) , maleducan, además de discriminar convivencias amistosas o familiares entre personas del mismo sexo o diferente. Un legislador católico puede solventar esta cuestión permitiendo beneficios hereditarios o derecho a percibir una pensión a estas convivencias, sin distinguir qué sucede en la intimidad de cada convivencia. Por otro lado, ¿Por qué no aceptar también como unión civil el incesto entre dos personas que ya no tienen edad de procrear?
Muchas gracias por su blog.
Estimada Clara,
Eliminarla cuestión que usted plantea, si no he entendido mal, es la de la relación entre la legislación civil y la legislación canónica en materia de parejas irregulares.
Los dos roles son diferentes, porque, mientras la legislación civil se sitúa en un nivel de mayor tolerancia y está más atenta a las necesidades materiales de la pareja y de eventual prole, la legislación canónica se preocupa más por la corrección moral desde el punto de vista católico.
Bajo este amor y supuesta caridad hacia los homosexuales se esconde la industria de la fábrica de bebés probeta. Se trata de un negocio muy redituable. ¿Y qué dice la OMS?
ResponderEliminarAhora los curas también están involucrados. ¡Vamos por favor, aquí nadie es tonto...!
Estimada Nina,
Eliminartenga en cuenta que su sospecha es gravemente injuriosa hacia el Santo Padre. ¿Se da cuenta de ello?
Estimado padre Filemón,
Eliminarlo siento, no he querido decir que la Iglesia sea parte de este tráfico inhumano, pero que debe tener cuidado de no fomentarlo de ninguna manera.
Porque realmente hacen todo tipo de cosas (me refiero a la industria de las fábricas niños). Es el método habitual de Satanás que te hace creer que es una buena obra... ¡pero es horrible!
Estimada Nina,
Eliminarestoy de acuerdo en condenar las prácticas que usted denuncia, y aprecio el hecho de que Ud. no pretenda acusar al mismo tiempo a la Iglesia.
Estimado padre Filemón,
ResponderEliminarusted escribes que la nueva bendición sólo "bendice a las personas, sus cualidades, sus talentos, su vocación ante Dios y su esfuerzo por convertirse y purificarse de sus pecados, incluido evidentemente el de la sodomía". Bueno, si es solo esto y no se trata de otra cosa, ¿no podrían presentarse los interesados individualmente (uno a la vez) para seguir recibiendo en todo caso lo que usted describe? De esta manera no surgirían dudas ni malentendidos...
Sergio Villaflores (Valencia, España)
Estimado Sergio,
Eliminares necesario considerar que cuando dos personas se quieren bien, surge entre ellas un vínculo o ligamen moral, el cual se funda en la relación recíproca.
Ahora bien, este vínculo, en cuanto corresponde a la verdad de este amor, puede ser bendecido por Dios.
En cuanto, en cambio, este vínculo presenta un aspecto pecaminoso, no sólo no puede ser bendecido, sino que en cierto modo podría ser maldecido.
Sin embargo, es necesario tener presente que el propósito esencial de la bendición, además de ser el de fortalecer el aspecto positivo del vínculo, sirve para liberar del pecado.
No hay mal que por bien no venga. La lamentable falta de claridad de Fiducia supplicans (que de ningún modo implica error doctrinal, impensable en un documento que, como éste, depende directamente de la autoridad pontificia), ha tenido, al menos por ahora, un saludable efecto: ha puesto en evidencia el "tradicionalismo indietrista" (que no está incluido en el "sano tradicionalismo" del cual frecuentemente habla el padre Filemón).
ResponderEliminarY me estoy refiriendo al "indietrismo" de laicos, sacerdotes, Obispos, y hasta Cardenales, que han quedado expuestos en años recientes (sobre todo a partir de 2007) a las nocivas influencias de la FSSPX, pasando a ser, en su mayoría, indietristas con un claro perfil filo-lefebvriano.
Sin duda el partido modernista es el que mayor daño ha causado en estas últimas décadas a la Iglesia. Pero desde el 18 de diciembre de 2023 se ha puesto también de manifiesto el daño que ha venido produciendo en la Iglesia el filo-lefebvrismo.
Estimado Ernesto,
Eliminarconcuerdo plenamente con tus consideraciones.
Surge entonces urgente nuestro compromiso educativo, sobtre todo hacia los jóvenes, para colmar estas impresionantes lagunas, que se pueden ver tanto entre los modernistas como entre los filolefebvrianos (¡ni qué decir entre lefebvrianos!).
Usted dice: "Quien quiere entender ha entendido y ya está satisfecho, y quien no quiere entender no entenderá jamás, ni siquiera con mil respuestas dadas por Jesucristo".
ResponderEliminar"Dice el Señor: Este pueblo se acerca a mí con la boca y me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Su adoración es solo un mandamiento humano que le ha sido enseñado. Por eso, una vez más asombraré a este pueblo con prodigios maravillosos; PERECERÁ la sabiduría de sus sabios, y SE ESFUMARÁ la inteligencia de sus inteligentes" (Is 29,13s).
Creo que el pueblo de Dios está viviendo este pasaje de Isaías y, por tanto, que la apertura liberadora del sexto Sello es inminente.
Estimado José,
Eliminarla profecía de Isaías se puede aplicar muy bien a la arrogancia y a la hipocresía de los modernistas e indietristas, y no hace falta citar el Apocalipsis para resaltar el hecho de que una conducta semejante merece los castigos divinos, si Dios no quisiera ser misericordioso.
Usted, padre Filemón, ha hecho un análisis articulado y también ha escrito que "interpretar lo contrario es causar gravísima ofensa a la Santa Madre Iglesia", pero luego en sus respuestas subrayó que en estos tres años (transcurridos desde el último pronunciamiento de otro tenor) se ha desarrollado una visión que valora el "aspecto personalista". Esto no convence, estimado padre. Gracias.
ResponderEliminarEstimada Nina,
Eliminarlo que yo he dicho es que resulta perjudicial para la Iglesia un cierto lenguaje que carece de claridad. En estos tres años (desde el anterior documento de la CDF sobre las bendiciones, a este nuevo del DDF) los Colaboradores del Papa, en la Curia Romana, han dejado en claro que en la unión de los homosexuales no sólo es necesario ver el aspecto pecaminoso, que es la sodomía, sino también el aspecto positivo, que depende del hecho de que los homosexuales son personas, que poseen de parte de Dios buenas cualidades, que pueden ser bendecidas.
Lo que sigo sin entender es la necesidad y la importancia de bendecir a una pareja homosexual unida por vínculos sexuales.
EliminarAbsolutamente nada que decir sobre las bendiciones de los individuos, todos hijos del único Dios.
Estimado Marcos,
Eliminarel problema es el de potenciar en estas personas los aspectos positivos, ayudándoles a liberarse del pecado. La bendición cumple precisamente este doble propósito, pero ciertamente no es la obra principal a realizar por estos hermanos nuestros. Es necesario purificar su relación de modo que esa relación agrade a Dios, valorizando los aspectos positivos.
Éste es el profundo y terrible misterio de la libertad del ser humano: Dios no obliga a nadie y desea ardientemente ser libremente amado y adorado... Por lo tanto, ante determinadas elecciones de actitudes obstinadas y egocéntricas, ni siquiera Dios puede hacer nada, y menos aún figurémonos frente a discursos humanos por más verdaderos y convincentes y fundados que sean en la ciencia divina... Por eso el Buen Dios, caminando por nuestra alma en la brisa vespertina, busca incesantemente al hombre... Adán, ¿dónde estás?
ResponderEliminarEstimada Rosa Luisa,
Eliminarefectivamente, Dios nos ha dado la capacidad de tomar decisiones, que nos permiten determinar nuestro destino eterno: hacia la salvación, cuando Él nos da la gracia, y hacia la perdición, si nos obstinamos en contra de Su voluntad.
A nivel de experiencia personal puedo decir que si voy al médico y le digo que como demasiado, él no reacciona como mi confesor cuando le digo que cometo demasiados actos impuros.
ResponderEliminarEl confesor es mucho más indulgente que el médico.
Al final, la conclusión que saco es que comer demasiado es mucho más grave para mi salud que cometer actos impuros.
Estimado Anónimo,
Eliminarusted toma en consideración dos experiencias personales, que no se pueden generalizar. Sin embargo, tenga presente que existen también médicos muy comprensivos y confesores severos.
Por cuanto respecta a la comparación entre el vicio de la gula y el vicio de la lujuria, me parece que el segundo sea más grave, porque frecuentemente pone también en juego a otra persona.
Por otra parte, se podría decir que, mientras en el vicio de la gula aparece más evidente el egoísmo, en la lujuria puede aflorar el hecho del amor, que conlleva un cierto altruismo. Por consiguiente, desde este punto de vista se podría decir que es menos grave la lujuria que la gula.
Si queremos hacer una comparación desde un punto de vista general, es necesario decir que son más graves los vicios espirituales que los carnales. En efecto, mientras los primeros ofenden a Dios de modo directo, en cuanto el sujeto se sustituye a Dios, en los pecados carnales el sujeto falta al respeto por su propio cuerpo y el de los otros. Ahora bien, es evidente que es peor ofender a Dios que a la realidad corpórea.
Dice la FSSPX: "Se trata de un espíritu naturalista y derrotista que vilmente se alinea con el espíritu del mundo, enemigo de Dios. Es una mayor entrega y sumisión al mundo por parte de la jerarquía liberal y modernista, que a partir del Concilio Vaticano II está al servicio de la Revolución dentro y fuera de la Iglesia". Padre Davide Pagliarani, Superior General, Menzingen, 19 de diciembre de 2023:
ResponderEliminarEl carácter cismático de la FSSPX:
Es una mayor entrega y sumisión al mundo por parte de la "jerarquía liberal y modernista (!!!), que desde el Concilio Vaticano II está al servicio de la Revolución (!!!) dentro y fuera de la Iglesia. (!!!) ".
Estimado Anónimo,
Eliminarno es para extrañarse ni maravillarse que los Lefebvrianos den un tal juicio a la declaración Fiducia supplicans. Se ve cómo ellos son incapaces de percibir la madurez de juicio con la cual en FS vienen tomadas en consideración estas parejas, en base a los modernos conocimientos de la psicología sexual, los que nos hacen conscientes de que muchas de estas personas actúan no con plena deliberación, sino bajo el impulso de una inclinación innata de su psique. Aquí no se trata de modernismo, sino de sana modernidad.
Además, es dolorosa la obstinación con la cual los lefebvrianos quisieran ver los daños provocados por el actual modernismo, como surgiendo de las doctrinas del Concilio Vaticano II, cuando es precisamente este Concilio el que nos enseña cómo realizar una auténtica modernidad conforme al Evangelio, reiterando la condena del modernismo en su época hecha por San Pío X.
Sé con certeza que los "lefebvrianos" saben lo difícil que es mantener la castidad para los heterosexuales, basta con escuchar algunas conferencias del prof. Matteo d'Amico, por lo que no se entiende cuál sea la diferencia con los homosexuales, admitido y no concedido que su tendencia sea innata. Hasta ahora siempre se ha dicho que bastaba la Gracia, pero no quisiera que nos dejemos influenciar demasiado por los libros de card. Fernández sobre eso, más que sobre la ciencia.
EliminarEstimado anónimo,
Eliminarsi le he entendido bien, usted sostiene que como la gracia debe bastar para que nosotros, los heterosexuales, para contenernos, por qué motivo entonces no debería bastar también para los homosexuales. Sobre este principio, estoy de acuerdo.
Lo que me suscita efectivamente algún temor es que Fernández sea demasiado indulgente frente a los homosexuales.
También le diré que me parece que Fernández se mantiene demasiado sobre lo general, aunque hable de la necesidad de la conversión y de la penitencia.
De todos modos, creo que estos dos documentos emanados del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, sobreentienden que un acceso metódico a los medios de la gracia deba ser suficiente para que estas parejas irregulares se liberen, al menos gradualmente, de la tendencia malsana.
Quizás diré algo que no tiene ni pies ni cabeza, pero…
ResponderEliminarAsí como el fariseismo fue el principal enemigo de Jesús, y el que lo terminó por conducir a la muerte, ¿no será que también el fariseísmo será el último enemigo para la Iglesia, y el que "parezca" llevarla a la muerte..., quizás cuando ni el Papa ni los Obispos lleguen a sostener por sí mismos la batalla en esta tierra, lo cual determinará la Parusía, para que Cristo venza definitivamente al fariseísmo? No hace falta aclarar que, en mi modesta opinión, si bien se pueden ver muchas razones para esta actitud de rechazo a FS, dentro de la Iglesia, y fuera de ella (los lefebvrianos, que hablan de FS porque ellos se creen formar parte de la Iglesia), lo que a mi parecer más se ve es: fariseísmo.
Estimado Ernesto,
Eliminarestoy de acuerdo contigo al señalar la actualidad y relevancia del mal que proviene del fariseísmo. Sin embargo, en mi opinión, el fariseísmo no es sólo el vicio de los pasadistas, sino también de los modernistas, entendiendo por fariseísmo aquella actitud presuntuosa de sentirse mejores que los otros, con la intención de hacer siempre bella figura o causar siempre una buena impresión, mientras íntimamente falta el amor verdadero por Dios y por los hermanos.
Ahora bien, estando a esta definición, yo encuentro que el fariseísmo no consiste solamente en buscar los honores enfatizando la tradición, sino que encuentro que esta vanagloria se encuentra también en los modernistas, los cuales enfatizan el progreso, pero, si vamos y vemos qué quieren decir con progreso, en realidad se trata de la subversión de los valores y del retorno a formas primitivas de vida humana, que en realidad han sido largamente superadas por el progreso dogmático hasta nuestros días.
Considerando que Caifás era saduceo, ¿es correcto afirmar que los fariseos eran el movimiento más hostil hacia Jesús? Además, san Nicodemo también era fariseo.
EliminarEstimado anónimo,
Eliminarde los relatos evangélicos se desprende que la polémica más fuerte, Jesús la ha tenido con los fariseos. Los saduceos aparecen, sí, pero no me parece que tengan un papel especialmente particular o importante en la polémica contra Jesús, y el propio Jesús no parece polemizar mucho contra ellos.
Un episodio de este tipo emerge cuando se produce el problema de la resurrección. Ellos eran materialistas, que no creían en la resurrección.
Gracias, querido padre Filemón, por todos sus artículos, sobre todo por los últimos que ha dedicado a la declaración sobre las bendiciones. Necesitamos esta claridad suya!
ResponderEliminarQuerida Herminia,
Eliminarme alegra encontrarte nuevamente por aquí, y que des señales de vida.
Gracias por tu consenso con mis artículos. Pero no tengas reparos en manifestarme tus dudas y objeciones si las tienes, que me ayudarían a considerar desde otros puntos de vista los temas.
Que Dios te bendiga.
Jeje, Pater, la apostilla final para poder comentar, ¿no es una carga un poco pesada?
ResponderEliminarCordialmente.
Estimada Clara,
Eliminarsi usted lee cuanto he escrito desde el momento en el cual ha surgido la cuestión, se dará cuenta de que he dedicado decenas de páginas a explicar y motivar los documentos de la Iglesia y además desde hace algunas semanas he estado respondiendo a numerosísimas aportaciones de los lectores.
Por otro lado, he descartado muchas intervenciones que siempre plantean las mismas objeciones, porque no puedo repetir una y otra vez hasta el infinito las mismas respuestas, que los lectores pueden encontrar fácilmente consultando mis escritos precedentes.
Además, las intervenciones ofensivas hacia el Santo Padre, hacia quien suscribe, y hacia otras personas, son siempre inapropiadas.