miércoles, 6 de abril de 2022

La Pascendi más allá de las ideologías (3/4)

La verdadera victoria sobre el modernismo, no viene del pasadismo (en todas sus eventuales variantes: pseudo-tradicionalismo, lefebvrismo en todos sus variadísimos colores, filo-lefebvrisno, viganismo, minutellismo, bene-vacantismo, sede-vacantismo, o las especies que puedan surgir en el futuro), sino de la sincera adhesión al Magisterio conciliar y postconciliar, el cual nos enseña qué cosa en el pensamiento moderno debemos aceptar y qué cosa debemos rechazar para liberar a la Iglesia de los males que hoy la amenazan, y para asegurar al pensamiento católico un verdadero progreso en la fidelidad a la Tradición y a la Palabra de Dios.

Cómo fue que Laberthonniere ordeñó una langosta
   
----------Lucien Laberthonnière [1860-1932] se equivoca por completo cuando se la toma con el "idealismo griego" para pretender sostener el "realismo cristiano". Vale recordar que la filosofía griega no tiene sólo el idealismo platónico, sino que alcanza su vértice más alto de sabiduría en el realismo aristotélico, que santo Tomás de Aquino ha utilizado oportuna y apropiadamente para interpretar el realismo bíblico.
----------En realidad, si Laberthonnière hubiera querido hacer una operación inteligente, habría tenido que tomársela con el idealismo de René Descartes [1596-1650], que es precisamente el idealismo verdaderamente peligroso y anticristiano y no el idealismo del pobre Platón, que inspiró la gnoseología agustiniana, y que san Agustín, que no conocía a Aristóteles, juzgó el más alto de los filósofos paganos.
----------El idealismo platónico es sustancialmente un realismo sublime, porque (¿y acaso esto Laberthonnière no lo sabía?) hasta los estudiantes de secundaria saben que la idea platónica nada tiene que ver con el concepto cartesiano de la idea innata en la conciencia humana, sino que es la Idea divina, subsistente, inmutable y eterna, modelo y ejemplar del mundo de la realidad material y de la conducta moral.
----------Al respecto, recordemos que, según las enseñanzas de Platón, la idea formada por la mente humana no es más que una imagen, una representación, una imitación y una participación falible e imprecisa de la Idea divina subsistente en el Hyperuránion, objeto de la beatífica contemplación del filósofo, principio de virtud y guía segura de la vida moral, como lo fue para Sócrates.
----------Es el idealismo cartesiano el que sustituye lo ideal por lo real e intercambia la idea con la realidad, como si el objeto del conocer fueran nuestras ideas y no las cosas extramentales, según cuanto oportunamente el papa Francisco nos ha hecho notar al describir el error del idealismo.
----------Laberthonnière llega a caer luego incluso en el absurdo cuando considera al propio Aristóteles como idealista, como si fuera un precursor de Descartes o de Hegel, sólo porque Aristóteles habla de Dios como Nóesis Noéseos, Pensamiento del Pensamiento, sin tener en cuenta que el "pensar" divino no es una idea simple, sino que coincide con el mismo Ser divino.
----------Para Dios pensar quiere decir ser y ser quiere decir pensar. ¡Pero Dios no es un puro pensar sin ser! En efecto, ¿cómo podría un pensante ser pensante de sí mismo, si no fuera subsistente, y por lo tanto no fuera ser subsistente, cómo es conveniente que Dios y sólo Dios sea?
----------En cuanto al realismo cristiano, no tiene nada que ver con la gnoseología concretista de Ockham, sino que, como ha demostrado santo Tomás, es síntesis del idealismo platónico de la Idea divina modelo del ser, doctrina esencial para explicar la creación y el actuar práctico, con el realismo aristotélico, fundamento de la doctrina de la verdad, realismo del concepto como representación abstracta mental de la cosa, según el famoso dicho del Estagirita: "No es la piedra lo que está en el alma, sino la imagen de la piedra".
   
El panteísmo de Loisy
   
----------Alfred Loisy [1857-1940] es el exponente principal y más famoso de la exégesis bíblica modernista, contemporáneo del Siervo de Dios padre Marie-Joseph Lagrange [1855-1938], de la Orden de Predicadores, gran biblista católico. Es extremadamente interesante comparar a estas dos grandes figuras de estudiosos bíblicos, ambos sacerdotes; y sin embargo ¡qué abismo entre el uno y el otro!: el primero, caído en la herejía; el segundo, muerto en concepto de santidad, tanto que está en curso la causa de su beatificación. Y es igualmente interesante cómo el padre Lagrange, como verdadero dominico, siguió con sincero interés la triste historia de Loisy, ciertamente con el propósito de devolverlo a la fe.
----------Lagrange ha tenido el indudable mérito de recuperar las instancias válidas de la exégesis histórico-crítica protestante, que los modernistas como Loisy asumieron acríticamente en contraste con las exigencias de la sana razón y descuidando la interpretación de la Tradición y del Magisterio de la Iglesia. De tal modo, Lagrange ha precedido en exégesis bíblica a la recuperación de las instancias modernistas, hechas por el Concilio Vaticano II, sobre las huellas de las cuales la Pontificia Comisión Bíblica publicó en 1993 la Declaración La interpretación de la Biblia en la Iglesia (en la elaboración de este documento pontificio trabajó el recordado padre Armando Levoratti, uno de los mayores estudiosos argentinos de la Biblia).
----------El mencionado documento, sin embargo, a decir verdad, se muestra carente en el evidenciar la necesidad de que el exégeta se acerque al texto bíblico no sólo provisto de las ciencias bíblicas, sino también de una docilidad al pensamiento de santo Tomás de Aquino, a la luz sólo del cual, por expresa secular advertencia de la Iglesia, el estudioso de la Sagrada Escritura puede ser capaz de captar los principales temas de la revelación bíblica sin el riesgo de quedarse en la superficie o de dispersarse o de caer en penosos y peligrosos equívocos o malentendidos. En tal sentido, el padre Lagrange fue ejemplar en esta fidelidad al Doctor común. Él mismo cuenta sobre sí mismo: "El fondo de la enseñanza era la Summa de santo Tomás, estudiada en su texto, cuestión tras cuestión, artículo tras artículo. Nada vale más que este contacto diario con la palabra del más grande de los teólogos" (citado por Claude Tesmontant, op.cit., p.37).
----------La Pascendi, con respecto a los modernistas, habla de exégesis "racionalista" y tiene razón al referirse a la exégesis de Baruch Spinoza [1632-1677], David Friedrich Strauss [1808-1874], Hermann Samuel Reimarus [1694-1768] y Ferdinand Christian Baur [1792-1860]. Pero igualmente habría podido hablar de exégesis fideísta e irracionalista o historicista en relación a la del protestantismo liberal de Friedrich Schleiermacher [1768-1834], Albrecht Benjamin Ritschl [1822-1889], Ernst Tröltsch [1865-1923] o Wilhelm Dilthey [1833-1911].
----------El padre Lagrange pinta este breve retrato de Loisy, sumamente identificativo: "Loisy se olvida de decir que su punto de llegada, ya previsto y revelado en 1886, era la duda entre deísmo y panteísmo, con una inclinación muy neta hacia el panteísmo, que pronto prevaleció, la negación de la inmortalidad del alma, de la divinidad de Jesucristo, de la institución divina de la Iglesia" (ibid.p.50).
----------La trágica historia intelectual de Loisy tiene inicio desde la época de sus estudios como seminarista, cuando se encuentra con la teología de santo Tomás, por la cual siente un irrefrenable desagrado, lo que deja entender un espíritu no abierto a la verdad, sino a la afirmación de sí mismo.
----------En efecto, aunque la Iglesia recomiende a santo Tomás como Doctor communis Ecclesiae con preferencia a cualquier otro Doctor, la Iglesia también aprueba a otros maestros o doctores, como por ejemplo san Agustín o el beato Duns Scoto o san Buenaventura o san Bernardo, o san Anselmo. Sin embargo, queda claro que el eventual rechazo del Aquinate por otro Maestro será legítimo si se produce dentro del horizonte de la ortodoxia y no por un espíritu de rebelión contra la sana razón o la fe católica.
----------Porque si uno rechaza a Tomás de Aquino en nombre de Ockham o de Lutero o de Descartes o de Hume o de Kant o de Hegel o de James o de Comte o de Marx, es evidente que esta elección no puede considerarse en consonancia con la recta razón filosófica, y todavía menos en consonancia con la fe católica. Y este, lamentablemente, fue el caso de Loisy, a quien le desagradó el Aquinate no porque prefiriera a algún otro autor católico, sino porque sentía antipatía hacia el mismo catolicismo.
----------No obstante todo esto, Loisy llegó a decidir ser ordenado sacerdote, no sabemos con cuánta sinceridad o con cuánta convicción, teniendo en cuenta sus ideas sobre el catolicismo, y se dedicó con pasión a los estudios bíblicos, pero sirviéndose de un método crítico meramente racionalista, que no tenía en cuenta el dato revelado y por lo tanto el carácter divino de la Sagrada Escritura, con particular referencia a la interpretación que hace el Magisterio la Iglesia de la Biblia. De aquí la oposición que encontró tanto de parte de la autoridad eclesiástica como de sus colegas católicos fieles a la Iglesia.
----------Veamos algunos ejemplos de su mentalidad modernista, llevada a acusar al Magisterio de la Iglesia de estar apegado a una vieja concepción de Dios que ya no se adapta a los tiempos modernos. Con estas palabras Loisy finge dirigirse directamente a la Iglesia. Escribe en 1883:
----------"¿Sabes tú que la necesidad de un Dios autor del mundo y también distinto, tan independiente como tú lo presentas, no es evidente para mí y para muchos otros? […] Tu idea de Dios nos parece así tan mezquina como las fantasías mitológicas del paganismo les han parecido ridículas a tus doctores. En vano multiplicas las expresiones bárbaras, las distinciones sutiles; cuanto más afirmas, más te alejas de la realidad. Tu Dios se ha convertido en una inmensa abstracción o ante todo en la síntesis de todas las abstracciones del espíritu humano; haz hecho la apoteosis de la metafísica, haz divinizado tus propias ideas. [...] De las oficinas de la escolástica no podía salir sino un Dios-silogismo. Pero hoy los fieles de la metafísica son extremadamente raros. Todo el esfuerzo de nuestros mejores espíritus es aplicado al estudio de la naturaleza, de sus leyes y de sus fuerzas. La astronomía crea un mundo mucho más vasto de lo que tú jamás hubieras pensado" (ibid., p. 51).
----------Escribe Loisy en 1892: "Parece imposible que Dios exista. Pero es imposible que Dios no exista. El Dios antropomórfico, propietario de un mundo que él gobierna como gran Señor, arbitrariamente y con malicia, ese Dios no existe. Sin embargo Dios existe: Dios es el lado interior, eterno, inmutable, simple y uno, del mundo exterior, temporal, mutable y múltiple" (ibíd., p. 53).
----------Escribe más tarde, en 1903: "La evolución de la filosofía moderna tiende cada vez más a la idea de un Dios inmanente, que no tiene necesidad de intermediarios para actuar en el mundo y en el hombre. ¿Acaso el actual conocimiento del universo no sugiere una crítica a la idea de creación? ¿El conocimiento de la historia no sugiere acaso una crítica a la idea de revelación? ¿Y acaso el conocimiento del hombre moral no sugiere una crítica a la idea de redención?" (ibid., p. 54).
----------Escribe en 1904: "Ya no creo en la divinidad de Jesucristo y considero la encarnación personal de Dios como un mito filosófico. […] Si yo soy algo en religión, soy más bien panteo-positivo-humanista que cristiano. […] Desde hace mucho tiempo no puedo orar a Dios como si orara a un hombre del cual se espera un favor. Mi oración consiste en recogerme en mi conciencia para decidir lo que creo que es bueno y lícito. Yo creo que Dios asiste a esta operación y que está involucrado en ella" (ibid., p. 55).
----------Escribe en 1906: "¿Propendo hacia el monismo, o hacia el panteísmo? Lo ignoro. Esas son palabras; y yo quiero hablar de cosas. La fe quiere el teísmo; la razón tendería al panteísmo. Sin duda ellos consideran dos aspectos de lo verdadero, y la línea de acuerdo se nos oculta" (ibid., p. 57). "Me parece evidente que la noción de Dios no ha sido nunca otra cosa más que una proyección ideal, un desdoblamiento de la personalidad y que la teología no ha sido nunca más que una mitología cada vez más refinada. Dios es como un yo superior, que vigila un yo inferior, al cual seguimos identificados" (ibid., p. 58).

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