sábado, 2 de abril de 2022

Benedicto y Francisco: ¿continuidad o discontinuidad? (2/2)

En lugar de discutir, fastidiosamente y sin ninguna utilidad práctica, acerca de la continuidad o discontinuidad de los dos pontificados, aquello que más bien podríamos preguntarnos, si cabe, es por qué y a causa de qué acontecimientos o por cuales motivos, la Iglesia se encuentra teniendo contemporáneamente dos Papas y cómo podrían y deberían ser consideradas y reguladas las relaciones entre ellos. 

Benedicto y Francisco se complementan entre sí
   
----------Lo que ha estado a los ojos de todos en estos nueve años del actual pontificado, son las buenas relaciones externas y los testimonios de recíproca estima entre los dos Papas, relaciones que ellos incluso han expresado públicamente en varias ocasiones. Esto es ya una buena base para afrontar y resolver la cuestión de un cierto contraste con mayor profundidad. A mi modo de ver, siempre me ha parecido que el papa Francisco debía hacer bien en recoger y hacer fructificar el rico y precioso legado de Benedicto XVI, y de hecho, la encíclica Lumen Fidei, de compartida redacción, ha sido de ello mismo una primera señal. El papa Francisco ha querido dar impulso a la reforma promovida por el Concilio Vaticano II hace sesenta años, pero ¿acaso podemos decir que esto no estaba también en las intenciones de Benedicto?
----------Sólo que hay un matiz: a Benedicto le preocupaba defender el Concilio de la interpretación modernista rahneriana. Por el contrario, el modo con el cual Francisco exalta el Concilio hace posible que a veces él dé la impresión de acercarse a la interpretación modernista, y esto se ve por el hecho de que evita evidenciar la oposición, de la cual hablaba Benedicto XVI, entre continuidad y ruptura acerca de la cuestión de la relación del Concilio con el Magisterio anterior. Parece que para Francisco los problemas vengan sobre todo del fariseísmo, del conservadurismo y de la "rigidez", mientras que es demasiado indulgente hacia las mucho más graves desviaciones historicistas, relativistas, mutabilistas, subversivas y modernistas. Por otra parte, él acentúa una cierta tendencia misericordista de la pastoral conciliar, que Ratzinger había intentado frenar.
----------Desde el inicio del actual pontificado pensé que era necesario que los dos Papas supieran sostenerse y complementarse entre sí, y a la distancia de estos nueve años transcurridos es mi parecer que quizás pudieran haberse sostenido mejor mutuamente y colaborar mejor, en la utilización de las cualidades propias de cada uno: Benedicto XVI hubiera bien podido ayudar al Pontífice reinante junto al Prefecto de la Fe en la promoción y defensa de sana doctrina, corrigiendo por ejemplo el ecumenismo oportunista, inconcluyente y relativista llevado a cabo desde la época del cardenal Walter Kasper. Al papa Francisco, por lo tanto, le queda todavía la ardua tarea de trabajar duramente para la consecución del objetivo último del decreto Unitatis redintegratio, todavía desatendido por la línea de Kasper y del cardenal Kurt Koch, objetivo que prevé, habiendo eliminado "obstáculos" y "carencias", "el acceso de los hermanos separados en la plena comunión con la Iglesia católica" (n.3). Francisco se ha esforzado por los "preambula fidei", pero aún queda mucho por hacer.
----------Asimismo, en el ámbito del diálogo interreligioso con el Islam, el papa Francisco ha hecho mucho, como bien sabemos, pero todavía es necesario que el Francisco, fiel a la enseñanza conciliar sobre el Islam de Nostra aetate, que evidencia los puntos de contacto entre la teología islámica y la cristiana, a fin de ofrecer a la Iglesia una visión completa de la teología islámica, integre la enseñanza conciliar con la del papa Benedicto expresada en la famosa lectio magistralis de Ratisbona, que destaca el aspecto irracional y fatalista del Dios coránico (algo que Grillo debería tener presente antes de acusar a Benedicto de irracionalismo).
----------También en el ámbito ecuménico, y en referencia a las comunidades cismáticas pasadistas, corresponde recordar que en la historia de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, el papa Francisco ha mostrado benevolencia, concediendo a sus sacerdotes permiso para confesar y celebrar matrimonios, pero aún subsiste la oposición de la Fraternidad a las doctrinas del Concilio señaladas por Benedicto XVI y el juicio de filo-protestantismo dado por el obispo Marcel Lefèbvre a la Misa novus ordo, cosas que, como ha advertido el predecesor del Pontífice reinante: "impiden a la Fraternidad estar en plena comunión con la Iglesia" (palabras que indudablemente hacen referencia a su condición cismática y herética o sospechosa de herejía).
----------El papa Francisco compensa y pone remedio a la limitada sensibilidad social del papa Benedicto -por él reconocida humildemente-, con la incansable predicación de la apertura al prójimo, con la enunciación de los principios de la justicia social y económica, con intervenciones concretas en este campo, con la promoción de la misericordia, de la conversión, del perdón, de la paz y de la reconciliación, respecto a las grandes cuestiones humanitarias de cómo afrontar la degradación moral en las familias y en la sociedad, la educación de los jóvenes, la obra de pacificación a realizar entre los beligerantes, la corrupción política y de las costumbres, la oposición a los fundamentalismos y al terrorismo, los problemas de la alimentación y de la salud, los que plantean las desigualdades y desproporciones económicas, la explotación del trabajo de los menores y de las mujeres, el drama de la inmigración y el problema de la supervivencia de inmensas masas humanas privadas de lo necesario, la urgencia del cuidado y del respeto por la naturaleza, el problema de los cambios climáticos, con las consecuentes consecuencias nocivas de ello en las poblaciones pobres.
----------Otro ámbito en el que se puede advertir continuidad entre ambos Papas es en la delicada cuestión de la teología de la liberación. El cardenal Müller, siendo aún Prefecto de la Fe en el actual pontificado, ha puesto luz, con la citación de algunas declaraciones del padre Gustavo Gutiérrez, sobre los elementos positivos de dicha teología, elementos positivos que ya había destacado el entonces cardenal Joseph Ratzinger, como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en la Instrucción Libertatis nuntius de 1986.
----------Por otra parte, escribió el cardenal Müller en un libro suyo que fue publicado en 2016: "En un discurso pronunciado a mediados de los años noventa en presencia del cardenal Ratzinger, Gustavo Gutiérrez subrayó que 'es importante que en su pasaje final la opción por los pobres sea una opción por el Dios de ese reino anunciado por Jesucristo', y añadía: 'el motivo último para el compromiso a favor de los pobres y de los oprimidos no reside por tanto en un análisis de la sociedad, ni en la experiencia directa que podamos tener de la pobreza, ni en nuestra compasión humana. Todas estas cosas son motivaciones útiles, que sin duda juegan un rol muy importante en nuestra vida y en nuestras relaciones humanas. Ello no obstante, nuestro compromiso de cristianos se fundamenta sobre la fe en el Dios de Jesucristo. Se trata de una opción teocéntrica y profética, que extiende sus raíces en la gratuidad del amor de Dios, que la hace necesaria'...".
----------Es sabido cómo el papa Francisco simpatiza precisamente con esos aspectos positivos de la teología de la liberación, lo cual obviamente no quiere decir que pueda ignorar el riesgo que ella se vea contaminada por la ideología del marxismo, riesgo ya señalado claramente por la Congregación para la Doctrina de la Fe en la conocida Instrucción sobre algunos aspectos de teología de la liberación, publicada en 1984.
----------Por otro lado, la publicación de la exhortación apostólica Amoris Laetitia ha hecho pensar a algunos en un contraste entre el Magisterio del papa Francisco y el del papa Benedicto, con particular referencia al permiso de la Comunión para los divorciados vueltos a casar. Como ya he explicado en varios artículos en este blog, la eventualidad de que Francisco conceda en casos especiales, como por ejemplo los indicados por el cardenal Francesco Coccopalmerio, dicho permiso, entra dentro de su facultad de disciplinar la administración de los Sacramentos, por lo cual queda a salvo la continuidad magisterial entre los dos Papas en campo dogmático, como por lo demás no podía ser de otra manera a nivel del Romano Pontífice, indefectible en su fe. Más bien, quienes han creado y crean confusión en este campo con su historicismo situacionista y relativista son el cardenal Kasper y el profesor Grillo. Por cierto, por si hiciera falta recordarlo, indico una vez más que el verdadero intérprete de este documento papal, indicado precisamente por el mismo Romano Pontífice desde el inicio, ha sido y es, en cambio, el cardenal Christoph Schönborn.
----------El mayor éxito de eco en el pueblo que obtiene el papa Francisco en sus viajes en comparación con el papa Benedicto, no es tanto debido a una mejor evangelización o a una propuesta cristiana más elevada, sino a una mayor atención a los aspectos antropológicos y sociales. El elevado número de no-creyentes o de ex-enemigos de la Iglesia, que siguen siendo tales, pero que expresan exagerados elogios al papa Francisco no parece mayormente motivado por el hecho de que vean ante todo en el Papa al hombre de Dios o al testimonio del reino de Dios o quizás al Vicario de Cristo, sino que parece en parte influenciado y motorizado por los poderosos mass-media controlados por la masonería, que hábilmente presentan al público un Papa liberacionista, modernista, populista, filo-luterano y misericordista, laxista y permisivo.
----------Los mencionados, son todos defectos que el Santo Padre parecería tener, pero que en realidad no tiene, porque en tal caso la cosa sería demasiado grave, aunque debe decirse con franqueza que su lenguaje no siempre claro, la imprudencia de algunas de sus opciones pastorales, la dureza de ciertas intervenciones que saben a autoritarismo, la parcialidad de ciertos juicios que logran dividir antes que unir, y la ambigüedad de su conducta moral, que sabe a oportunismo, parecen favorecer esta interpretación.
----------El éxito popular no es siempre signo de que el predicador haya anunciado el Evangelio en su integralidad escandalosa e irritante para el mundo. Si el predicador agrada al mundo, no está dicho necesariamente que sea un buen signo. El mensaje evangélico, a decir verdad, se sitúa en dos niveles de contenido, que aparecen claramente desde el ejemplo mismo de Jesús: uno, atinente a las necesidades y a los derechos del hombre, sobre todo de los pobres, de los que sufren y de los oprimidos. En efecto, Jesús inicia su predicación llamando a la conversión y exhortando a las buenas obras, y anunciando la próxima venida del reino de Dios, reino de la misericordia, de perdón, de libertad, de justicia y de paz, y realizando milagros.
----------Al recibir ese tipo de predicación, las multitudes, comprensiblemente, están muy complacidas con un tal benefactor y acuden a seguir al Señor, cantando sus alabanzas. Pero luego Jesús, en un momento determinado, después de haberse hecho creíble con estas obras de caridad y de misericordia y enseñanzas de común sabiduría humana, pasa a anunciar el corazón o núcleo del mensaje evangélico, que es el misterio de la cruz y los misterios propios de la salvación y de la vida eterna, misterios aparentemente hostiles a la razón y a los intereses humanos, pero en realidad fuentes de la verdadera bienaventuranza, como por ejemplo, cuando habla de la Eucaristía (Jn cap.6) o anuncia a Pedro su pasión, por no hablar de cuando anuncia ser el Mesías Hijo de Dios juez de los vivos y de los muertos. Es precisamente en este punto que las multitudes se diluyen, Jesús queda solo y encuentra una oposición tal, que lo conducirá a la cruz.
----------Pues bien, hay que decir, francamente, que el papa Francisco se ha detenido sobre todo en el primer nivel, y ha hecho bien. Pero los buenos católicos y verdaderos evangelizadores, y no las masas manipuladas por los astutos y los aduladores del Papa, esperan que él pase al segundo nivel de la predicación, dando el Papa la impresión de que se demora demasiado en el primero, casi como si fuera por respeto humano o por temor a las amenazas de la oposición que viene del mundo, hoy sobre todo de la masonería, que ha penetrado en la Iglesia desde los tiempos de san Paulo VI, por medio de los modernistas y de los rahnerianos. Ciertamente, el Papa tendrá ante los ojos aquello que le ha sucedido a Benedicto XVI por haber anunciado a Cristo Crucificado, sobre todo en su bellísima y doctísima trilogía cristológica. Francisco actúa muy cauteloso para no atraerse la agresión de los modernistas, de los rahnerianos, de los comunistas, de los luteranos y de los islámicos. Él busca todo posible punto de contacto y de diálogo; y eso ha estado y está bien.
----------Pero a veces ha tenido y tiene expresiones de doble sentido, bidireccionales, que pueden tener un sentido ortodoxo, pero también heterodoxo, por lo tanto fácilmente instrumentalizable por los enemigos de la Iglesia. Y este defecto, apto para generar equívocos, defecto que le ha sido reprochado repetidamente por muchos, incluso por buenos cardenales, no es bueno; por consiguiente, es necesario que se corrija. Por otra parte, Francisco no podrá permanecer en silencio al infinito acerca de los errores de los enemigos de la Iglesia. Y luego, según me parece, haría bien en poner en mayor luz cuál es la sustancia original del Evangelio, de la cual habla demasiado poco. Pidamos entonces al Espíritu Santo y a la intercesión de Nuestra Señora que obtengan para el papa Francisco la fuerza para resistir a estos enemigos y vencerlos.
   
¿Cómo y por qué se ha llegado a esta situación? ¿Y cómo se puede salir?
   
----------En lugar de discutir, fastidiosamente, y al fin de cuentas sin ninguna utilidad práctica, acerca de la continuidad o discontinuidad de los dos pontificados, aquello que más bien podríamos preguntarnos, si cabe, es por qué y a causa de qué acontecimientos o por cuales motivos, la Iglesia desde hace nueve años se encuentra teniendo contemporáneamente dos Papas y cómo podrían y deberían ser consideradas y reguladas las relaciones entre ellos. Porque a decir verdad, las intervenciones de Andrea Grillo sobre este tema, dan la impresión, como se suele decir, de un elefante entrando en una cristalería.
----------De hecho, no se podría imaginar nada más grosero y ofensivo hacia el papa Benedicto XVI, ni tan descaradamente adulatorio y cortesano hacia el papa Francisco. Es evidente la incapacidad de Grillo para mitigar, como debería, el indudable aunque no grave contraste existente entre la pastoral elitaria ratzingeriana y la pastoral populista bergogliana. Por el contrario, es necesario trabajar con todos los medios disponibles para seguir favoreciendo, si fuera posible, la colaboración entre los dos Papas por el bien de la Iglesia.
----------Por otra parte hay que notar que ya desde la época del papa san Paulo VI ha comenzado a aparecer siempre más claro, hasta llegarse a la evidencia palpable de nuestros días, que el papado es objeto constante, por parte de la masonería, de una sistemática operación de cercamiento y aislamiento respecto  del resto de la Iglesia, operación encaminada a conservar la institución tributándole aparente respeto, pero en realidad convirtiendo en inoperante su acción de gobierno, a fin de vaciarla de su valor propio, querido por Cristo, para rebajarla a una simple función simbólica o de representación, sobre el tipo de la monarquía británica o de la presidencia de la O.N.U. o de los patriarcados ortodoxos o de los pastores protestantes, mientras que el gobierno efectivo de la Iglesia vendría a ser encomendado a un grupo de poder modernista, longa manus de la masonería, surgido en el seno del episcopado y del colegio cardenalicio.
----------Y el instrumento teológico del cual la masonería se ha servido y todavía se sirve para llevar a cabo esta operación, es la teología de Karl Rahner, la cual, haciéndose pasar por teología del Concilio Vaticano II, gracias a una metódica perseverancia y a una excelente organización, profusamente financiada por la masonería, ha sido hecha penetrar sutilmente en los institutos educativos de la Iglesia, sin que el papado pudiera llegar a impedirlo, de modo de obtener un episcopado y un cardenalato rahneriano, sujetos no al papado, sino a la masonería. Esta colosal operación diabólica, hoy por hoy, ha sido en gran medida exitosa. Ha surgido así una Iglesia masónica (la Iglesia modernista) en el interior de la Iglesia católica. Algunos la llaman "neo-iglesia". Usemos entonces la expresión correcta: es una falsa iglesia.
----------A propósito de Rahner, algunos podrían recordarme que al fin de cuentas Ratzinger y Rahner colaboraron juntos en las labores del Concilio Vaticano II. Es verdad. Pero cuando Ratzinger fue elegido para el Sacro Solio, mucha agua había pasado ya bajo los puentes. En efecto, como narra el propio Ratzinger en la mencionada entrevista a Seewald, y como se desprende de la historia de la teología post-conciliar, finalizado el Concilio, Ratzinger se dio cuenta de que Rahner, bajo la máscara del progresista (en lo cual, por cierto, no existe nada de malo) en realidad era un modernista, lo que es claramente herejía. En ese momento, Ratzinger, que pretendía mantenerse fiel al magisterio de la Iglesia, comenzó no sólo a tomar la distancia de Rahner, sino a atacarlo severamente, como se lo merecía. Por toda respuesta, Rahner y sus compañeros küngianos emprendieron la guerra contra Ratzinger, una guerra que todavía continúa.
----------San Juan Pablo II, por su parte, reconoció el coraje del arzobispo Joseph Ratzinger haciéndolo en 1981 Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El cónclave del 2005 lo reconoció ulteriormente con su elección como Sumo Pontífice. Pero mientras tanto, los poderosísimos rahnerianos que habían penetrado en el sacro colegio, alcanzaron a obtener el favor de los filo-rahnerianos, por lo cual revirtieron de favorable a desfavorable la orientación hacia Benedicto. Así se llegó al acto de renuncia de Benedicto XVI, después de haber sido empujado a una situación insostenible. Poco después Benedicto XVI fue sucedido por el papa Francisco, quien en la mente de los rahnerianos debía ser su instrumento dócil para maniobrar a placer. Pero el caso es que no han hecho bien las cuentas. Han dejado escapar el hecho de que el papa Francisco, a pesar de todas sus limitaciones humanas, es Vicario de Cristo. Por ello el papa Francisco ha mantenido y mantendrá firme el timón de la Iglesia, no obstante su aparente maniobrabilidad.
----------El libre acto de renuncia del papa Benedicto XVI, que se llevó a cabo como él mismo ha declarado, en plena libertad y sin coacción alguna, se explica, por consiguiente, como voluntad de no prestarse a esta abyecta operación, de no ceder a esta imposición y al mismo tiempo supone la convicción de no poder hacerles frente. Quien se encuentra combatiendo contra un enemigo demasiado fuerte, se rinde, negándose a ceder a sus exigencias o a adherirse o a tener parte en sus malvadas intenciones y a dejarse utilizar por el enemigo. Esta ha sido la elección de Benedicto, dictada por una plena y consciente libertad.
----------Sin embargo, con franqueza debemos reconocer que en esta elección hay un aspecto laudable y un aspecto reprochable. Existe el aspecto loable, en cuanto que, como finísimo teólogo que era, Ratzinger era muy consciente del engaño y la seducción del modernismo, por lo cual se negó absolutamente a ser cómplice. Existe el aspecto reprobable, en cuanto Benedicto razonó demasiado en términos humanos, pensó excesivamente en su debilidad humana (como resulta del motivo oficial de su acto de renuncia) y demasiado poco en términos de fe, es decir, pensó demasiado poco en la fuerza sobrenatural del carisma de Pedro.
----------¿Acaso no se han encontrado muchos Romano Pontífices en situaciones similares en los precedentes siglos? Sin embargo, no han hecho acto de renuncia, han resistido hasta lo último y algunos han afrontado el martirio. El jefe de cualquier empresa humana no posee un carisma divino que le permita permanecer siempre en su puesto, pero la Cabeza de la Iglesia sí, lo posee por la promesa y la voluntad de Cristo que lo asiste a través de la obra y las acciones de gracia del Espíritu Santo (Lc 22,31-34; Jn 20,19-29). Benedicto XVI, sin embargo, no lo ha hecho. Es difícil saber si por límites objetivos insuperables, independientes de su voluntad, por humildad o por falta de coraje y fe en el carisma de Pedro. Dejemos a Dios el juicio sobre su conciencia y sobre sus responsabilidades. Pero el hecho en sí mismo quedará en la historia. Benedicto ha sido para nosotros un ejemplo de fidelidad a la doctrina, pero no un ejemplo de coraje.
----------El papa Benedicto XVI ha hecho acto de renuncia porque se ha dado cuenta de haber sido traicionado incluso por sus colaboradores más cercanos, como quedó claro en la historia de Paolo Gabriele. Y dado que la cruz se estaba haciendo demasiado pesada, no se ha sentido capaz de seguir trabajando con colaboradores sospechosos. "El Papa", dice Benedicto en el libro citado, "encuentra cotidianamente la cruz [...] Si un Papa recibiera solo los aplausos, se debería preguntar si no está haciendo algo equivocado [...] El Papa será siempre signo de contradicción, ...pero esto no significa que deba morir bajo la cuchilla". No le está prohibido sustraerse a una carga demasiado pesada. Benedicto se ha encontrado en un cierto momento rodeado, y hasta sitiado, por colaboradores traicioneros, modernistas y rahnerianos. Y se dio cuenta de que en aquellas condiciones ya no podía gobernar la Iglesia, obstaculizado por quienes mayormente debían ayudarlo.
----------El papa Francisco, por su parte, quien como bien sabemos es un carácter más enérgico y más coriáceo, consciente del hecho de que la Iglesia debe tener un guía, aunque consciente de la situación, se ha puesto con confianza en las manos del Espíritu Santo, iniciando una acción dificilísima, con la cual por un lado salva lo esencial del ministerio petrino; pero por otro lado debe ceder en puntos secundarios para evitar lo peor. Pero él ya ha dicho que, por por amor de Cristo, está dispuesto a afrontar el martirio.
----------Mientras tanto, la operación de los masones y de los Judas ha llegado a tal punto de maduración que, tras décadas de ascenso al poder, y de concesiones del papado, ahora han llegado a las inmediatas cercanías del trono de Pedro, en el interior de la misma Curia Romana. La olla está lista. Falta la tapa. Pero esta nunca estará ahí, ya que, como dice el refrán, el diablo hace las ollas, pero no las tapas (il diavolo fa le pentole, ma non i coperchi). La verdadera Iglesia resistirá, bajo la guía del Romano Pontífice, no obstante la obra que actualmente la masonería está intentando para convencerlo, entre adulaciones y amenazas, rodeándolo de falsos colaboradores, para ceder a su concepción del papado no como guía de la Iglesia sino simplemente como representante y expresión de la colegialidad de los creyentes.
----------Puesto que Dios quiere que todos se salven y da a todos los medios para salvarse, debemos junto al Papa, tener más confianza, como siempre la Iglesia ha tenido confianza, para poder conducir, bajo el impulso del Espíritu Santo, con la predicación y el buen ejemplo, todos los pueblos de la tierra a la Iglesia católica, cualquiera que sea la cultura o religión a la cual pertenezcan. Este es el sentido de la Evangelii gaudium, en línea con el impulso evangelizador del Concilio y de todos los Papas del post-concilio.
----------En particular, contra el buenismo de hoy, que es una verdadera y propia droga del espíritu, y por una auténtica concepción de la misericordia, sobre la cual tanto insiste el Papa, es necesario recordar que la predicación de la misericordia y de la confianza en Dios debe ser sin embargo acompañada del amor por el pecador, pero al mismo tiempo del odio por el pecado, y por lo tanto de la advertencia de que Dios castiga el pecado, por lo cual debe suscitar el temor de Dios y la voluntad absoluta de no ofenderlo. De este modo la Iglesia, suscitando en los corazones el sentido de su responsabilidad delante de Dios, volverá a proponer de manera persuasiva el verdadero camino del Evangelio y de la santificación de los hombres, liberándose de un falso misericordismo que la conduce a la ruina.

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