viernes, 6 de agosto de 2021

Traditionis custodes (7/9) Leamos la Sacrosanctum Concilium

El motu proprio Traditionis Custodes, del papa Francisco, no puede contar con mejor contexto de lectura e interpretación que la constitución Sacrosanctum Concilium, del Concilio Vaticano II, un documento que cumplirá su 60° aniversario el año próximo y que, en gran medida, permanece aún desconocido para muchos.

Lo canónico, lo católico, y los abusos del misal de san Paulo VI
   
----------El término "canon" se usa en la Iglesia en diversos ámbitos, tanto en teología (por ejemplo en dogmática sacramental) como en disciplina de los sacramentos (por ejemplo, específicamente en la forma establecida para celebrar la Misa), como en el ámbito litúrgico, en que también se aplica el significado general del término: regla fija o precepto no mutable o modelo de características perfectas, que debe ser seguido siempre mientras sea posible. Se trata, precisamente de la "lex orandi" en el segundo de los sentidos analizados en la nota anterior. Dicho esto, pasemos a un puñado de hechos o datos prácticos.
----------Es posible que si hoy entramos a diez iglesias donde diez sacerdotes celebran Misa en cada una, comprobemos que la celebran en diez modos diversos. Por ejemplo, es posible que algunos sacerdotes añadan frases que no están en el misal, o al revés, quiten del misal frases o palabras como si la Liturgia fuera un instrumento o herramienta de uso libre, del cual el celebrante puede disponer como mejor le parezca. Una pregunta surge de inmediato: ¿es posible que la Liturgia, fons et culmen totius vitae christianae, y siendo, como tal, el centro de la unidad fundado sobre el concepto de universalidad de la Iglesia, deba plegarse a los caprichos del celebrante o de los grupos o movimientos laicales que suelen reivindicar una "misa de ellos", una misa personalizada, que los pueda distinguir y caracterizar?
----------Nosotros somos fieles de la Iglesia Católica. Lo que nos caracteriza es el ser "católicos", vale decir, lo que nos distingue es la "catolicidad", del griego καθολικός, "universal", cosa que fue definida ya para el Credo o Símbolo de la fe en el​ Concilio de Constantinopla del año 381, en que se estableció que la Iglesia Universal se define por cuatro notas o improntas: una, santa, católica y apostólica. De hecho, el significado del término "católico" deriva de una categoría neo-platónica, más precisamente de Plotino, que significa "según el todo". No se trata de una categoría espacial, geográfica, sino cualitativa, que indica el elemento de la universalidad, siendo el elemento que rige la universalidad, precisamente la conformidad en la unidad.
----------Siempre han existido las particularidades litúrgicas, y de ahí la permanencia de algunos ritos particulares reconocidos por la Iglesia y comprendidos en el principio de universalidad, pues en efecto, es la particularidad la que debe ser sometida a la universalidad. De ahí que tanto el papa Benedicto XVI como el papa Francisco no han querido abrogar sino mantener vivo el misal de 1962, aunque siempre bajo condiciones, que someten a los fieles de ese rito particular a la universalidad católica. Si, por el contrario, debiera ser la universalidad la sometida a las diversas particularidades, se comprometería la unidad, precisamente como ha ocurrido en la Iglesia en el curso del reciente medio siglo con los abusos en el uso del misal de san Paulo VI, el novus ordo, y también con los abusos del misal de san Juan XXIII de 1962, el vetus ordo, instrumentalizado para rechazar el Concilio, los Papas del postconcilio y el nuevo misal.
----------Entre los muchos abusos litúrgicos del misal de san Paulo VI en las últimas décadas, podemos señalar la llamada "misa catecumenal" o la "misa carismática" o la "misa de curación", o la "misa de liberación en la renovación del espíritu", por citar solo algunos ejemplos. Pero llegados a este punto vale preguntarse: ¿en qué parte del misal de san Paulo VI en su versión actual se encuentra esa "misa de sanación" o esa "misa de liberación"? Esas misas no figuran en el misal. ¿Pero, entonces, cómo es posible que se inventen ritos de misas inexistentes en la liturgia católica mientras la autoridad eclesiástica calla negligentemente?
----------En algunas ocasiones no ha faltado algún fiel (no importa si con mentalidad conservadora o renovadora) que me preguntara si me agradaba o no el misal de san Paulo VI. Se trata de una pregunta ingenua. ¡El misal de san Paulo VI es el misal que la Iglesia da a sus sacerdotes! ¿Cómo puede un sacerdote decir que le agrada o no le agrada? De la liturgia el sacerdote es solo un instrumento, un alter Christus a través del cual Nuestro Señor Jesucristo renueva incruentamente el memorial de su Pasión, Muerte y Resurrección.
----------A partir de las pocas experiencias o hechos que he relatado puede llegar a comprenderse fácilmente, por lo tanto, el concepto de "rigidez del canon" aplicado a la lex orandi (en el segundo de los dos sentidos ya explicados en la nota anterior) rigidez canónica que de por sí caracteriza a todo misal establecido por un Romano Pontífice y, en concreto, el misal del novus ordo, establecido por el papa san Paulo VI y al cual el papa Francisco acaba de señalar como "única expresión de la lex orandi del Rito Romano".
----------Pero dicho eso, a la vez hay que decir que la rigidez canónica del novus ordo no excluye su cuota de flexibilidad. Vale decir, hablar de rigidez del canon no quiere decir rigidismo, pues solo significa que el canon litúrgico, la regla litúrgica, no es algo que pueda ser alterado, porque sirve pare recordar, ante todo al celebrante, que el centro de la Sagrada Liturgia es Cristo vivo y verdadero, que se vuelve presente en las especies del pan y del vino, en alma, cuerpo, sangre y divinidad; y que, por lo tanto, el centro de la liturgia no es el celebrante exhibicionista, o a veces el celebrante bufón, considerando que algunos han pasado ya de los abusos litúrgicos a otra cosa que parece aún más grave: a bufonerías, verdaderas payasadas, filmadas, grabadas, documentadas, y puestas en circulación a través de la red telemática, de lo cual ha habido sobradas pruebas durante esta pandemia, que muestran que estos tales han transformado lo sagrado en un teatro.
----------¿Y acaso alguno de estos sacerdotes ha sido suspendido a divinis por su Obispo, y enviado por un año a un monasterio de clausura con la obligación de estudiar los fundamentos de la sagrada liturgia, antes de volver a celebrar la Santa Misa? No que yo sepa. Más bien supongo que el Obispo se la tomaría conmigo, que estoy diciendo lo que digo. Pero lo cierto y lo justo es que los Obispos no pueden dejar a ciertos sacerdotes libres para que escandalicen como escandalizan al pueblo de Dios, transformando los sagrados misterios en un remedo del "misterio bufo" de la juglaresca medioeval, con la diferencia de que el "misterio bufo" era obra de arte, más allá de ciertos excesos satíricos, mientras que las bufonerías actuales realizadas en el altar por ciertos sacerdotes son desacralizaciones grotescas y con frecuencia ridículas.
----------Pero dejemos por un momento el ámbito de las constataciones concretas y pasemos al ámbito de los principios, y preguntémonos que es lo que se propuso el Concilio Vaticano II con la reforma de la liturgia.
   
¿Por qué el Concilio ha propuesto una reforma de la Misa?
   
----------¿Por cuál motivo y con qué propósitos los Padres del Concilio han reformado el rito de la Misa? ¿Qué han querido sustancialmente hacer? ¿Qué método han usado? ¿Qué criterio han aplicado? ¿A qué exigencias y necesidades han querido salir al encuentro y responder? ¿Qué esperaban? ¿Qué defectos han querido eliminar del modo como se celebraba la misa antes del Concilio?
----------La reforma litúrgica se encuadra en el propósito general del Concilio Vaticano II, que es el de comunicar y hacer vivir un Evangelio mejor conocido a los hombres de hoy asumiendo los valores de nuestro tiempo, usando argumentos que les sean persuasivos, tales como para satisfacer mejor su necesidad de verdad, de justicia, de paz y de espiritualidad, usando un lenguaje para ellos comprensible, para así facilitar su camino hacia Cristo y volver más atrayente la perspectiva cristiana, abandonando usos, costumbres, modos expresivos o ideas atrasadas y superadas respecto a aquellas legítimamente existentes en nuestro tiempo, para mostrar mejor a los hombres de hoy aquello que en el cristianismo es tradicional e inmutable presentándolo en una forma nueva de por sí mutable, pero adaptada para suscitar el respeto por lo tradicional y lo inmutable.
----------Por cuanto respecta a la concreta forma ritual de la Misa (segundo sentido de lex orandi), dejando obviamente intacta la esencia de la Misa (primer sentido de lex orandi) instituida por Cristo en la última Cena como ofrenda sacerdotal según una ritualización incruenta del sacrificio de Cristo por la remisión de los pecados y acto de acción de gracias al Padre por su misericordia, los Padres del Concilio Vaticano II han querido obrar un cambio de acento respecto a una doble serie de aspectos y finalidades de la Misa, presentes en toda Misa, pero entre los cuales la Iglesia puede elegir ya sea uno o ya sea el otro, a su discreción, según las diferentes necesidades pastorales o utilidades pastorales de los tiempos y de los lugares.
----------Así, los Padres conciliares han querido poner el acento o enfatizar sobre la inmanencia de Nuestro Señor Jesucristo en la comunidad de fieles, presidida por el sacerdote, más que en la orientación adoradora de la comunidad y del sacerdote hacia Dios Padre por mediación de Cristo.
----------En comparación al nuevo énfasis, el vetus ordo procuraba evidenciar lo sagrado, pero corría el riesgo de aislarlo de lo profano y, por tanto, de crear una brecha, una rotura, una grieta, entre el momento (sagrado) del encuentro con Dios, ciertamente bien hecho, y las consecuencias prácticas que se debían extraer en el momento del encuentro (profano) con el prójimo y del compromiso social. Viene bien aquí recordar que el padre Leonardo Castellani pensaba lo mismo acerca de este divorcio entre lo sagrado y lo profano en la Misa, cuando decía ya en 1943: "Actualmente... la Eucaristía, gananciosa en su carácter de ceremonia sacral, ha perdido en su carácter de simbolismo social. El sacerdote parte el pan actualmente en maquinal ceremonia...".
----------Los Padres del Concilio han querido conectar más estrechamente los dos momentos, y ha sido una idea feliz, que ha dado buenos frutos en el compromiso de los católicos en la familia, en el trabajo, en la cultura y en la sociedad. Pero también ha tenido defectos, pues una cierta profanidad parece haber entrado en el novus ordo, que ha empobrecido el momento del aura mística y de la sugestión sagrada.
----------Los Padres conciliares, al organizar el rito de la Misa en el novus ordo, han destacado o puesto en luz la memoria de la última Cena más que la referencia a la memoria del Calvario. Vale decir que, mientras la Misa vetus ordo estaba toda proyectada hacia el pasado del sacrificio de Cristo en el Gólgota, los Padres del Concilio han querido resaltar, poner en luz, en el novus ordo, el aspecto escatológico de la Misa, como banquete pascual, y su orientación hacia el futuro banquete celestial.
----------Otro punto que también manifiesta las intenciones de los Padres conciliares, es que ellos, sin por eso abolir el latín, han preferido que la Misa sea celebrada en una lengua profana comprensible para los simples, antes que en un lengua sagrada universal, pero conocida por muy pocos.
----------Han querido organizar un rito que, en lugar de acentuar la oposición a la Cena protestante, resaltara los puntos en común entre los dos memoriales de la última Cena.
----------Han querido organizar un rito donde, junto a la oración oficial y las fórmulas fijas, se diera adecuado espacio a una moderada espontaneidad y legítima creatividad en el celebrante y en los fieles.
----------Han preferido que el sagrado silencio fuera ejercido tanto por el sacerdote como por los fieles, después de la lectura de la Palabra de Dios y de la Santa Comunión, antes de que el silencio se debiera solo al hecho de que los fieles no escucharan las palabras del celebrante.
----------El silencio en el vetus ordo significa que no comprendemos y estamos atemorizados por el misterio de las palabras arcanas que el sacerdote, de modo similar a Moisés, pronuncia en nuestro nombre y por nosotros delante de Dios, ante el Deus tremendae maiestatis.
----------En cambio, el silencio en el novus ordo es el silencio místico que hacemos al experimentar la presencia incomprensible en nuestra mente de la Palabra de Dios y al experimentar en nuestro paladar y en nuestro corazón la dulzura inefable del alimento eucarístico.
----------Mientras que el vetus ordo subraya que la Misa es formalmente ofrecida por el solo sacerdote y el pueblo asiste a ella (de ahí la posibilidad de una Misa sin pueblo) los Padres del Concilio, para incrementar en los laicos la participación activa en la Misa, han querido resaltar el ejercicio del sacerdocio común de los fieles, lo que les ha llevado a subrayar que la Misa es ofrecida por todo el pueblo de Dios, por parte de todos los bautizados unidos en un solo cuerpo bajo la presidencia del sacerdote ministerial, que sigue siendo el único y cualificado actor del sacrificio de la Misa. Los Padres se han basado en las palabras de san Pablo: "Ofreced vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios" (Rom 12,1).
----------De ahí el cambio en cuanto respecta al oficio de la mujer en la celebración de la Santa Misa. Si en el vetus ordo, que subraya que el sacerdote es varón y solo varón, la mujer limitaba su participación en la Misa al rol de simple común fiel, los Padres conciliares han querido que, en base al sacerdocio común de los fieles, y en base a los dones espirituales propios de la mujer, a ella le fueran reconocidos algunos oficios o deberes o servicios o ministerios litúrgicos, como por ejemplo el acolitado, el lectorado, la recitación de las oraciones de los fieles o el ministerio de la distribución de la Santa Comunión.
----------Mientras que la Misa vetus ordo mantiene loablemente el patrimonio y la tradición cultural latina y europea, los Padres del Concilio han introducido en la liturgia, como en general en la evangelización, el principio de la inculturación, por el cual el contenido de fe y, por lo tanto, también el contenido dogmático de la Misa puede venir expresado en las categorías propias de las diversas culturas. El novus ordo posee una suficiente elasticidad y adaptabilidad, para permitir imaginar y realizar diversas modalidades del rito romano estructurado gracias al aporte de las diversas culturas de los diferentes pueblos.
----------Así, por ejemplo, se podría imaginar, no habiendo obstáculo a nivel de principios, una liturgia eucarística amazónica, para grupos específicos, que utilizara por ejemplo la imagen de la Pachamama, aunque depurada de su referencia idólatra, y entendida como símbolo de la madre tierra creada por Dios, de la cual extraemos el trigo y el vino que son necesarios para la preparación del pan y del vino eucarísticos.
----------La reforma litúrgica del novus ordo ha multiplicado las Misas votivas y las Misas para diversas ocasiones o intenciones, así como las Misas en honor a Nuestra Señora. Los tres ciclos del Año litúrgico abarcan una cantidad de lecturas bíblicas muy superior a las de la Misa vetus ordo. Es cierto que en el novus ordo no existen ya las órdenes menores; pero por otra parte ellas no eran esenciales para el sacramento del Orden. Sin embargo, se mantiene el servicio del diácono y, de hecho, es posible un diaconado de hombres casados, y además se mantienen los monaguillos o ayudantes en el altar.
----------Por otra parte, está claro que estaba muy lejos de la mente de los Padres del Concilio la invención de una modalidad del rito romano, que bajo el pretexto de la creatividad y de la escucha del Espíritu Santo, permitiera el espontaneísmo sensual, indisciplinado y frenético, por ejemplo de las conocidas Misas de Kiko Arguëllo, o que bajo el pretexto de que la asamblea eucarística es la asamblea del pueblo de Dios en lucha por su liberación, permitiera transformar la celebración de la Misa en una protesta contra los opresores o contra el imperialismo estadounidense o en una operación política de emancipación del pueblo oprimido, según el módulo marxista de la teología de la liberación, o bien que permitiera, a fin de atraer a la gente, transformar la Misa en un espectáculo circense o un show de feria.
----------De modo similar, los Padres del Concilio Vaticano II no tenían ciertamente en mente ciertas Misas descuidadas y sofisticadas, que dan ocasión a doctos impostores para exhibirse a sí mismos en elucubraciones o cavilaciones extraídas más de las filosofías opuestas a la fe cristiana o de las herejías de Lutero, que de la Sagrada Escritura, de los Padres de la Iglesia o de Santo Tomás de Aquino.
----------En fin, no he hecho aquí más que elencar en una apretada lista de enunciados algunas evidentes intenciones de los Padres conciliares; elenco que los lectores podrán ampliar o explicitar con más detalle con una serena y reflexiva lectura (o relectura) de la constitución Sacrosanctum Concilium.

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