domingo, 29 de agosto de 2021

San Juan Bautista y nosotros (2/3)

Son escasas tres breves notas para resumir la grandeza de Juan el Bautista y sus consecuencias para nuestra vida, pero lo intentaremos. Responderemos a algunas preguntas: ¿por qué Juan Bautista ha nacido de dos genitores ancianos? ¿Por qué su soledad en el desierto? ¿Por qué Jesús se hace bautizar por Juan? ¿Cuál es la gracia que ha recibido Juan? ¿Cuál es el grado de su santidad?, y otras, que dejaremos para mañana.

¿Por qué dos genitores ancianos?
   
----------¿Por qué Juan nace de dos genitores ancianos? ¿Qué sentido tiene? Hoy un suceso de este tipo nos pondría a reflexionar con desagrado sobre el hecho evidente de cómo una pareja de ancianos, marchita y debilitada en sus fuerzas, podría afrontar la ardua y prolongada tarea educativa de una familia normal.
----------Pero en la antigüedad el pensamiento se dirigía ante todo al hecho de la omnipotencia divina fuente de la vida, que hace fuerte lo que es débil, fecundo lo que es estéril, vivo lo que está muerto. Hoy concentramos más la atención en la pareja, en la dignidad del amor recíproco y en la complejidad de la obra educativa.
----------En el pasado, en cambio, la atención gravitaba más en la función generativa de la pareja y se le daba poca importancia al amor de pareja: lo importante era que supiera generar, hubiera o no hubiera atracción recíproca. La obra educativa, por su parte, parecía más simple que hoy y la atracción mutua pasaba a un segundo plano. Hoy el parto de la madre anciana no tiene ya ese valor apologético que alguna vez tuvo, mientras que parece estimable el parto de la mujer en edad adecuada porque parece cosa normal y razonable.
   
¿Por qué la soledad de Juan en el desierto?
   
----------A fin de atraer gente a la escucha de su palabra, y obtener aquella credibilidad y confiabilidad que Juan necesitaba para que la gente pudiera creer en él, el Bautista no pensó en abrazar la carrera sacerdotal, una carrera que sin duda le habría procurado prestigio, formándose además una familia, cosa que habría podido hacer muy bien, siendo hijo de un sacerdote. Por el contrario, elige una vida austerísima que tiene casi las características de milagrosa, en el desierto cercano a la ciudad de Jerusalén.
----------Por lo tanto, al irse al desierto, también llama la atención que Juan, habiendo renunciado al sacerdocio, no esté tampoco interesado en el cumplimiento de los sacrificios de la Antigua Alianza, que eran también pre-figurativos del sacrificio del Mesías (según el capítulo 53 de Isaías). Probablemente Juan, con esta renuncia a los sacrificios de aquella época, quería implícitamente significar que ahora estaban a punto de ser superados y sustituidos por el verdadero Cordero, que quita los pecados del mundo.
----------Este problema de cómo atraer a la gente es siempre actual en el evangelizador. De hecho, es necesario prestar atención a que el modelo del anunciador creíble cambia según los tiempos o los lugares y las categorías de personas, según el modo como la gente entiende y desea la relación con Dios, y los diferentes modos de concebir la felicidad humana. El predicador, si quiere tener éxito, debe ver cómo la gente concibe estas cosas y adecuarse a sus necesidades, deseos y sus ideas, suponiendo que sean correctas. Obviamente, si ciertos deseos o ciertos gustos están equivocados, también tendrá que corregirlos.
----------En la antigüedad, entre las religiones superiores, sobre todo las religiones orientales, el modelo del hombre creíble y admirable es el del asceta solitario, el del eremita o el del monje. Hoy, especialmente en Occidente, en cambio, es la persona razonable, honesta, laboriosa, comunicativa, dedicada al prójimo, sociable, atenta al bien común, justa y misericordiosa, abierta al valor de la comunión entre hombre y mujer sobre base de la igualdad en dignidad. La vida religiosa está siempre de actualidad, incluso de especial estima, si es auténtica y no una sistematización social como cualquier otra o una religiosidad conformista y oportunista, garantía de bienestar económico, más que una sincera convicción personal.
----------No es que Juan Bautista, con su elección celibataria pretendiera mostrar desestima o desdén por el matrimonio, todo lo contrario: lo demuestra el hecho de que su propio martirio no estuvo motivado sino por su defensa del valor de la fidelidad conyugal. En todo caso, puede ser válida la sospecha de que él, como todo el ambiente rabínico de entonces, como todos los profetas bíblicos y como todo el mundo antiguo, fuera víctima de aquella misoginia y de aquella repugnancia por el sexo, por las cuales todavía no había conciencia del hecho de que la sujeción de la mujer al hombre y la figura de la mujer tentadora no respondían en realidad al plan originario de la creación en el Paraíso del Edén, sino que eran una consecuencia del pecado original, el cual, además, no había sido un pecado de sexo, sino un pecado de soberbia.
   
Dos ideas originales fecundísimas
   
----------En cambio, Juan Bautista tuvo dos ideas originales muy importantes: la de inventar el bautismo y la originalísima idea de abrazar la vida eremítica en el desierto, un género de vida del todo ignoto para el Antiguo Testamento y que sin embargo en su tiempo comenzaba a suscitar gran interés y admiración entre las almas más piadosas y más amantes de la perfección y de la comunión con Dios.
----------Juan es el inventor del bautismo, entendido como lavamiento del cuerpo que simboliza la purificación del alma. Y esta invención de Juan tiene mucho éxito, tanto que mucha gente acudía en masa al lugar donde predicaba el Bautista, precisamente para hacerse bautizar. Es posible que Juan hubiera tomado inspiración de la Comunidad de Qumran, ella también, como Juan, residente en el desierto, porque había una tradición según la cual el Mesías se manifestaría en el desierto. Sea como sea, también se practicaban ritos lustrales en Qumrán. Juan estaba yendo al encuentro de una generalizada necesidad de purificación interior. Jesús retomará este rito y le conferirá la virtud de poner en comunión con el Espíritu Santo.
----------Lo que nos sorprende en Juan Bautista es el hecho de que Nuestro Señor Jesucristo le pida a él el bautismo. A la pregunta del por qué Jesús cumple tal gesto, Cristo responde de una manera vaga, sin dar explicaciones precisas: "conviene que así cumplamos todo lo que es justo" (Mt 3,15). ¿Cuál justicia? Es necesario entonces que seamos nosotros los que intentemos comprender. Jesús, haciéndose bautizar por Juan, quien con el bautismo quería significar la purificación de los pecadores, evidentemente acepta parecer un pecador como todos los demás, necesitado de purificación. Sin embargo, Juan había dicho claramente que solo el bautismo instituido por Jesús habría de quitar verdaderamente los pecados.
----------Probablemente el gesto de Jesús debe ser interpretado como una condescendencia divina a los esfuerzos humanos y de todas las religiones, para hacer algo para obtener la benevolencia y la misericordia de Dios y el perdón de los pecados. Los Padres de la Iglesia, por su parte, observan que Jesús, entrando en el agua, la convierte en instrumento de la gracia del bautismo del Espíritu.
----------El bautismo de Juan significa que solo una razón purificada puede ser capaz de someterse al bautismo del Espíritu, que no se limita a purificar la razón, sino que la eleva al conocimiento sobrenatural de fe, eleva la razón desde el conocimiento de Dios al conocimiento de Cristo, del Dios Trinitario. Juan es el heraldo de la espiritualidad natural, que prepara la espiritualidad sobrenatural de los dones del Espíritu Santo.
----------Ciertamente, en el bautismo de Nuestro Señor Jesucristo se oye la voz del Padre, y aparece el Espíritu Santo en forma de paloma, que desciende sobre Jesús Verbo encarnado: "Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección" (Lc 3,21-22).
----------Y de hecho, su elección fue acertada, porque, como relatan los Evangelios, a él acudieron multitud de personas piadosas o que en todo caso aguardaban al Mesías, tanto que en un momento determinado, siempre según los relatos evangélicos, muchos, impresionados por su vida austera, desde la perfecta adhesión de su enseñanza moral a la tradición mosaica, desde el coraje profético en el denunciar las injusticias y los pecados de los poderosos, tan excelente por santidad respecto a todos los anteriores profetas, comenzaron a creer que el Mesías fuera él (cf. Lc 3,15; Jn 3,28) y a Juan le fue necesario algo hermoso y bueno para convencerlos de que el Mesías no era él, sino un hombre inmensamente superior a él, quien habría de bautizar en el Espíritu Santo.
   
La gracia excelentísima recibida por Juan
   
----------Para estar habilitado al cumplimiento de esta altísima misión, Juan fue dotado por Dios de una altísima santidad, que lo coloca inmediatamente por debajo de la de Nuestra Señora y por encima de la de todos los otros santos, seguida solo por la de San José, cabeza de la Sagrada Familia y Custodio de la Iglesia.
----------Pero la santidad de Juan es superior a la de San José, porque mientras este, aunque el mismo Evangelio lo califica como un hombre "justo", y aunque ciertamente se haya beneficiado de la compañía santísima de Jesús y María, ha debido ser purificado de la culpa original en virtud de un bautismo de deseo y ha debido sentir las consecuencias del pecado original, Juan ha sido purificado de la culpa original en el vientre de su madre por la gracia del Espíritu Santo, que lo volvió cercanísimo a la santidad de Nuestra Señora.
----------La gracia que él recibió no le servía sólo para vencer la concupiscencia, como tampoco servía a Jesús y a María, siendo libres de las consecuencias del pecado original, sino que le servía para el perfecto ejercicio de todas las virtudes naturales, como en María, mientras que en lo que respecta a las virtudes teologales de la fe, de la esperanza y de la caridad, Juan desde el seno materno había tenido milagrosamente la visión de fe del misterio de Cristo, a diferencia de la Virgen, quien empezó a creer en su Hijo en el momento de la Anunciación.
----------Por eso la abstinencia sexual de Juan Bautista, sin tener las mismas motivaciones que las de Nuestro Señor Jesucristo y la Virgen María, del todo exentos ellos del estímulo de la concupiscencia, debía suponer en todo caso una victoria plenísima sobre ella, para distinguirse de la abstinencia ascética del común de los fieles, motivada por una mayor necesidad de espiritualidad en la lucha contra la concupiscencia. Así, el motivo de la abstinencia de Jesús, María y, en grado inferior, de Juan, fue su intimísima cercanía a Dios, purísimo Espíritu asexuado, Jesús en virtud de la unión hipostática, María en virtud de la inmaculada concepción, Juan en virtud de la plenitud del Espíritu Santo desde el seno materno.
----------La especialísima misión de todos ellos en cuanto mediadores de Dios, en el caso de Jesús como Hijo de Dios, en María como Madre de Dios, y en Juan como Precursor de Cristo, no podía implicar el ejercicio del sexo en la formación de una propia familia, sino que debía implicar una excelsa aparición de lo divino en lo humano según aquellas modalidades que han sido propias de Jesús, de María y de Juan.
----------Entonces, la pregunta: ¿qué gracia recibió Juan? ¿La gracia de la filiación en Cristo? No, porque Jesús afirma la pertenencia de Juan todavía al régimen de la Antigua Alianza, aunque él ya vaya más allá, hacia la Nueva, que corresponde a la condición de hijos de Dios. Por eso Cristo afirma que quien pertenece al régimen de la Nueva Alianza es más grande que Juan, no más grande en términos de santidad personal, porque en esto Juan es el más grande de todos, sino más grande porque se encuentra en un estado de vida superior: el de los hijos de Dios. Lo que quiere decir que Juan en vida no recibió la gracia de la adopción como hijo, aunque ahora en el cielo goce de la visión beatífica, que es la recompensa prometida a los hijos de Dios.
----------Y de hecho el Corán nutre admiración y veneración por Juan Bautista precisamente por su condición de profeta, que no implica esa filiación divina, que es anunciada por Cristo y que el Corán juzga imposible y blasfema, considerando impío el pensar que un hombre pueda ser hijo de Dios e imposible que Dios tenga hijos. En cambio, los musulmanes veneran a Juan porque anuncia un profeta más grande que él. Claro que, para los musulmanes, este profeta no es Cristo, sino que es Mahoma.
----------Aunque probablemente, a diferencia de la Santísima Virgen María, no haya estado exento del pecado venial, Juan Bautista fue purificado en el seno materno como para ser llenado del Espíritu Santo, que lo iluminó acerca del misterio de la Encarnación y de la Redención, de modo similar, si bien inferior, a como fue iluminada la misma humanidad del propio Cristo, y por eso Juan supo milagrosamente reconocerlo mientras aún estaba en el vientre de su madre y Jesús estaba en el vientre de la suya.

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