miércoles, 25 de agosto de 2021

Cabos sueltos sobre liturgia, novus ordo y vetus ordo (4/8)

No será, por supuesto, la última vez que tratemos de este tema; pero al menos por ahora pongamos punto final a este elenco de respuestas a las habituales objeciones del extremo tradicionalismo contra la Misa Vetus Ordo.

----------Como lo prometí en mi nota anterior, centrémonos hoy en el último principio que hemos delineado como agenda indispensable para la armónica convivencia entre fieles que de modo normal y previsible viven la actual lex orandi en el Novus Ordo, y aquellos fieles que prefieren seguir arraigados al Vetus Ordo, y vivirlo en la medida que su Obispo lo permita. Es necesario que por ambas partes se tenga bien en claro que la Misa es sustancialmente la misma de siempre en entrambos casos, tanto en el Novus Ordo como en el Vetus Ordo, cambiando solo las formas ceremoniales y las rúbricas, por decirlo de alguna manera.
----------Precisamente respecto a "que la Misa es sustancialmente la misma de siempre en entrambos casos", un objetante comenzó por sugerir al parecer cautamente: "sí, pero eso debe ser precisado", para luego despacharse con argumentos de munición gruesa: "por consiguiente: distingo. Es cierto, si la afirmación se entiende en el sentido de que la Misa del Novus Ordo es válida, y que realmente allí se renueva el Sacrificio de Cristo y que en ella se consagra válidamente el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor. En este sentido, entrambas formas son sustancialmente idénticas. Los elementos esenciales para la validez de la Misa son el ministro ordenado, la intención del ministro, la materia (pan y vino), la fórmula de la Consagración".
----------"Si, por el contrario, la afirmación de que la Misa es esencialmente la misma, sostiene que la Misa tridentina y la Misa reformada sean iguales en cuanto a su contenido -que de alguna manera también constituye su esencia- entonces debo rechazar la afirmación. Solo una persona inexperta y completamente en ayunas de los rudimentos de la teología y de la liturgia puede sostener que la diferencia entre los dos ritos consista solo en las formas ceremoniales y en las rúbricas. De hecho, no es cierto que la única diferencia consista en las ceremonias, ya que es evidentísimo incluso a partir de una simple lectura rápida de los dos textos que muchísimas partes del Vetus Ordo han sido eliminadas del Novus".
----------Respondo: En la Misa debe distinguirse, por un lado, una estructura esencial o sustancial, que yo podría llamar como la llama el autor del comentario citado antes, el "contenido", inmutable; y un revestimiento accidental, contingente, variable y mutable, determinado por las ceremonias y por las rúbricas. Ahora bien, considero que la sustancia o estructura del rito de la Misa debe distinguirse de la validez de la Misa. La sustancia de la Misa no puede existir sin sus accidentes, porque ellos son su manifestación sensible. La sustancia de la Misa comprende en sí su validez; pero para la validez no es necesaria toda la sustancia con sus accidentes, o sea, una Misa completa, sino que basta la Consagración.
----------Por cuanto respecta a la validez, concuerdo con mi objetante en el definir las condiciones (el ministro ordenado, la intención del ministro, la materia -pan y vino-, la fórmula de la Consagración). En cambio, defino como "completa" la Misa -sustancia y accidentes- que resulta del conjunto de todas sus partes esenciales: 1. El acto penitencial; 2. Las lecturas bíblicas; 3. La ofrenda de las oblatas para consagrar; 4. La consagración de la Víctima; 5. La ofrenda al Padre de la Víctima consagrada; 6. La Comunión eucarística. Ahora le pregunto a mi interlocutor: si se reconoce que la Misa Novus Ordo es válida, ¿cómo entonces se viene a decir que el "contenido que de alguna manera también constituye la esencia de la Misa" no es el mismo en los dos Ordo? Si la Misa Novus Ordo es esencialmente diferente de la Vetus, que es ciertamente válida, ¿cómo puede ser válida también la Novus Ordo? Naturalmente me complace que el autor de las objeciones considere válida a la Misa Novus Ordo (al menos en esto se distingue de Lefebvre y de los lefebvrianos). Pero me pregunto: si es válida, ¿cómo puede ser ella esencialmente diferente de la Misa Vetus Ordo?
----------Naturalmente, no transcribo aquí todo el contenido de los mensajes que me ha enviado el autor de estas objeciones, pues él se explaya extensamente en multitud de detalles accidentales y contingentes de la Misa Vetus Ordo, que en definitiva siempre son accidentes, contingentes y mutables, aunque sean necesarios para que la Misa Vetus Ordo esté completa, pero que no son necesarios para su validez. Me detengo sin embargo, en otro pasaje de su crítica, cuando afirma: "Debo expresar mi indignación al ver que en una cuestión tan importante y vital para las almas sea posible pensar en combinar lo verdadero y lo falso, la fidelidad y la traición. O también solo un rito venerable y perfecto como el que ha sido custodiado durante milenios por la Iglesia, con su grotesca parodia, su diminutio hecha para favorecer ese diálogo interreligioso que constituye el alma del Vaticano II y que representa la lápida de la misión apostólica de la Esposa de Cristo. Hasta el punto de que se puede afirmar que el apostolado es 'un solemne sinsentido', como expresó el propio Bergoglio".
----------En este pasaje se pone en evidencia la incoherencia y contradicción de mi interlocutor con sus anteriores afirmaciones Pues si acababa de decir que reconoce la validez de la Misa Novus Ordo, entonces, ¿de dónde vienen ahora la "falsedad" y la "traición"? En cuanto a lo que él llama diminutio, ya he dicho anteriormente cómo y por qué el Novus Ordo no debe ser juzgado como una diminutio del Vetus, sino simplemente como Misa sustancialmente idéntica aunque accidentalmente diferente. Es decir, no debe ser medida en relación con el Vetus, sino con su propia regla intrínseca y constitutiva establecida por el Concilio. En definitiva, los extremos tradicionalistas deben comprender que no es precisamente el caso de litigar o de enfurecerse donde Nuestro Señor Jesucristo quiere que estemos unidos, aunque en la diversidad.
----------Todos los fieles, sanos tradicionalistas o sanos progresistas, debemos comprender que no se debe hacer cuestión de si una forma cultual es más perfecta o menos perfecta que la otra, así como, frente a un lirio o a una rosa, no nos preguntamos cuál es la flor más perfecta, sino que simplemente apreciamos el aroma de la una y de la otra. De modo similar, apreciamos los dos tipos de Misa, que nos ofrecen el aroma o perfume del Espíritu Santo, que ha inspirado a la Iglesia a instituir ambas Misas.
----------En cuanto a la afirmación del Papa, él no ha hablado de "apostolado", sino de "proselitismo", que es otra cosa bien distinta. El apostolado es expresión a nivel de la predicación evangélica de la apostolicidad de la Iglesia; por "proselitismo" el Papa entiende ciertamente un modo indiscreto e imprudente de difundir el mensaje evangélico, hecho de indebidas presiones, de medios desleales, de expedientes deshonestos, todas cosas que evidentemente deben descartarse como contraproducentes.
----------Por cierto, la manipulación hacia las palabras del Romano Pontífice no es sólo hábito de los extremos tradicionalistas, sino también de los modernistas. Y aprovecho la ocasión para recordar el importante principio de que en las contadas ocasiones en que el Papa puede expresarse de modo ambiguo, el buen católico debe esforzarse por interpretar sus palabras benévolamente, es decir, en el correcto sentido. Y este deber del católico está basado en una verdad dogmática: el Papa es infalible cuando nos enseña la verdad de fe y de moral, aun cuando pueda expresarse de modos inadecuados.
----------Ese principio hermenéutico, valga también la ocasión para recordarlo, es el que debe regir de algún modo (salvadas las distancias) en nuestro diálogo entre católicos. Aunque nosotros no gocemos de la infalibilidad en el creer ni en el enseñar la fe (pues sólo el Papa es el único entre los católicos que goza de ese divino carisma), sin embargo, debemos hacer el esfuerzo por interpretar siempre en el mejor sentido a nuestros interlocutores y, si en algún caso hay motivos para dudar o pensar que nuestro interlocutor se expresa con un sentido equivocado de las cosas, entonces preguntarle en qué sentido se ha expresado.
----------Al respecto, en el variado intercambio de emails mantenido con uno de mis interlocutores, mi frase citada líneas arriba, de que Nuestro Señor Jesucristo quiere que estemos unidos, aunque en la diversidad, fue entendida en el peor de los sentidos, pues se me objetó de inmediato: "¿Quién ha dicho alguna vez que 'Cristo nos quiere unidos, aunque en la diversidad'? La diversidad en la fe es herejía".
----------Respondo: cualquier católico de sentido común y de buena disposición puede entender fácilmente que al estar hablando en este caso de "diversidad", no me estoy refiriendo ciertamente a los contenidos de la fe (Dios no me lo permita y me libre de caer en ello) sino a esas diversidades accidentales que se encuentran entre el Novus Ordo y el Vetus Ordo. No es nada difícil comprenderlo.
----------En estas cuestiones hermenéuticas se detuvo también otro de mis interlocutores, recayendo otra vez en la cuestión de la infalibilidad pontificia, en la que los extremos tradicionalistas católicos suelen caer por instigación de los errores lefebvrianos. En tal sentido, mi interlocutor expresó: "Queda por comprender cómo a un Papa le sea permitido pecar contra todas las virtudes, con la excepción de la fe: me parece recordar que el Concilio Vaticano -el primero, obviamente- había definido que la infalibilidad de los Romanos Pontífices está garantizada por el Espíritu Santo sólo cuando ellos hablan ex cátedra, sólo en el ámbito de las cuestiones inherentes a la fe y las costumbres, y con la intención explícita de impartir una enseñanza vinculante para los fieles. Porque si un Papa pudiera ser infalible en materia de fe incluso cuando es interrogado por un periodista o hace una de sus declaraciones improvisadas, surgirían cuestiones muy delicadas".
----------Y sobre esta cuestión puntual termina diciendo mi interlocutor: "Hemos escuchado muchas herejías, dichas no solo por Bergoglio, sino también por sus predecesores. Pero por gracia de Dios, estos errores doctrinales han sido expresados ​​por ellos como doctores privados, y no impuestos para creer por todos los fieles en virtud de su Autoridad Apostólica, ni menos bajo la asistencia del Espíritu Santo. Sin embargo, reverendo padre, el ver que usted afirma semejante cosa me deja, por decir lo mínimo, consternado. Si yo lo hubiera dicho a mi profesor de Dogmática, me habría enviado de regreso al Seminario Menor".
----------Respondo con la doctrina católica: el Papa no puede pecar contra la fe, porque goza de la asistencia que Cristo ha concedido a Pedro: confirma fratres tuos. El Concilio Vaticano I no dice "sólo" ex cathedra, sino simplemente "ex cathedra", que es como decir que el Papa, cuando nos enseña el Evangelio, no se equivoca y no hace equivocar, incluso si concede una entrevista en el avión o emite un twitter. "Doctor privado" no quiere decir que pueda decir herejías, sino que se trata de opiniones personales, siempre, se entiende, en el ámbito de la ortodoxia. Un Papa puede expresar errores históricos, científicos o filosóficos, pero no puede enseñar herejías. El papa Francisco parece a veces herético por la ambigüedad o equivocidad o precipitación temeraria o imprudencia de algunas de sus expresiones. Pero si nos esforzamos por hacer una interpretación benévola, nos daremos cuenta de que no se equivoca y no nos engaña.

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