La memoria litúrgica del martirio de san Juan Bautista (cada 29 de agosto) tiene orígenes muy antiguos: se remonta a la dedicación de una cripta en Sebaste (Samaría), donde ya a mediados del siglo IV se veneraba la cabeza del Bautista; en el s. XII, el papa Inocencio II hizo trasladar la reliquia a la iglesia de San Silvestre in Capite de Roma. La celebración del martirio de San Juan ya estaba presente en Francia en el s. V, y en Roma en el siglo siguiente. Aunque este año no celebramos esta memoria, sin embargo dedicaré tres notitas a recordar la figura del Precursor de Nuestro Señor Jesucristo.
La misión de san Juan Bautista
----------Jesús mismo anuncia la grandeza de Juan el Bautista en estos términos: "Os aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él. Desde la época de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo. Porque todos los Profetas, lo mismo que la Ley, han profetizado hasta Juan. Y si vosotros queréis creerme, él es aquel Elías que debe volver" (Mt 11,11-14).
----------Está claro que esta referencia a la violencia no debe tomarse literalmente, sino que se refiere a la laboriosidad, al espíritu de iniciativa, al emprendimiento, al espíritu de sacrificio, al coraje, a la tenacidad, a veces al heroísmo, que son requeridos para obedecer a Dios en todo y, respondiendo al impulso de la gracia, para hacernos de méritos, que nos permitan conquistar el premio celestial.
----------Así define Jesús la misión de Juan: "¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Un profeta? Os aseguro que sí, y más que un profeta. El es aquel de quien está escrito: He aquí que envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. ... Todo el pueblo que lo escuchaba, incluso los publicanos, reconocieron la justicia de Dios, recibiendo el bautismo de Juan. Pero los fariseos y los doctores de la Ley, al no hacerse bautizar por él, frustraron el designio de Dios para con ellos" (Lc 7,26-30).
----------Juan ha sido el Precursor de Jesucristo en el sentido de preparar los caminos que a Él conducen, de prepararle un pueblo bien dispuesto, de indicarlo presente en el mundo como el Cordero que quita los pecados del mundo: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jn 1,29).
----------Llamando a Jesús "Cordero de Dios", Juan intuye que Jesús es la víctima sacrificial de la Nueva Alianza, el nuevo cordero pascual, que libera verdaderamente de los pecados. Juan es el símbolo del profeta que prepara el encuentro con Cristo, que hace pasar a Israel de la Antigua a la Nueva Alianza. Como vaticina Zacarías: "Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para hacer conocer a su Pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados; gracias a la misericordiosa ternura de nuestro Dios, que nos traerá del cielo la visita del Sol naciente, para iluminar a los que están en las tinieblas y en la sombra de la muerte, y guiar nuestros pasos por el camino de la paz" (Lc 1,76-79).
----------El arcángel Gabriel, apareciendo a Zacarías, su futuro padre, le anuncia que Juan "estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre" (Lc 1,15). Y esto hace que Juan sea iluminado por el Espíritu Santo acerca de la identidad de Cristo desde el seno materno, como testifica Isabel en su encuentro con María: "Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno" (Lc 1,44).
----------El mismo Juan dice de sí mismo: "detrás de mi vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Os he bautizado a vosotros con agua, pero Él os bautizará con el Espíritu Santo" (Mc 1,7-8).
----------Juan mismo se ha definido como el Precursor de Cristo y el preparador de su venida: "Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanad el camino del Señor" (Jn 1,23).
----------Lo extraordinario de su figura profética induce a muchos a preguntarse si él no es el Mesías, pero él los corrige: "Yo no soy el Mesías, pero he sido enviado delante de él. En las bodas, el que se casa es el esposo; pero el amigo del esposo, que está allí y lo escucha, se llena de alegría al oír su voz. Por eso mi gozo es ahora perfecto. Es necesario que él crezca y que yo disminuya" (Jn 3,28-30).
----------¿Cómo es que ha sido confundido Juan con el Mesías? Porque aparece como un profeta y un modelo de santo que supera el modelo del justo del Antiguo Testamento para prospectar una nueva humanidad, no ya solo sujeta a la ley mosaica, sino animada y movida por el Espíritu Santo. No ya el siervo de Dios, sino el amigo de Dios. "Ya no os llamo siervos... os llamo amigos" (Jn 15,15).
----------Juan representa las fuerzas de la razón y de la buena voluntad, que preparan la fe y la caridad, indican el camino de Dios que conduce a Cristo, es él quien introduce al hombre al encuentro con Dios encarnado. Como anuncia el evangelista Juan: "Será lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre, y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor, su Dios... para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un pueblo bien dispuesto" (Lc 1,15-17).
----------Juan enseña que no podemos sentir y gustar la paternidad de Dios, es decir, el verdadero ser hijos de Abraham, si primero no hemos "hecho dignos frutos de conversión" (Mt 3,8). Es de notar la severidad con la cual Juan apostrofa a los fariseos y a los saduceos que acuden a él para hacerse bautizar: "¡raza de víboras!" (Mt 3,7). Es la misma expresión usada por Jesús (Mt 12,34). Por lo tanto, puede darse la circunstancia en la cual sea necesario usarla para el bien mismo de la persona contra la cual la usamos.
----------Uno podría pensar de esta manera: pero al fin de cuentas, ¿qué han hecho de malo estos hombres, si desean ser bautizados? Y sin embargo Juan descubre su hipocresía y no vacila en denunciarla a pesar de los riesgos, pues por esa hipocresía ellos malinterpretan el bautismo de Juan, interpretándolo como un respaldo a su conducta perversa o pensando que el recibir ese bautismo los dispensaría de cumplir las obras necesarias para expiar sus pecados o que podrían estar exentos de los castigos divinos que merecían.
----------Juan prepara los caminos del Señor predicando las obras de la justicia, que son mandadas por la razón práctica (Lc 3,4-18). Ellas disponen al cumplimiento de las obras de caridad, que son dictadas por la fe. En otros términos: no es tan difícil advertir que en la predicación y en la obra de Juan Bautista se manifiesta la necesidad de la vigencia del orden natural, que dispone al orden sobrenatural.
----------Refiere el Evangelio de Juan: "Juan vio acercarse a Jesús y dijo: 'Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel'. Y Juan dio este testimonio: 'He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre él. Yo no lo conocía" (probablemente Juan quiere decir que ha encontrado a Jesús solo en el momento en que Jesús ha venido a ser bautizado por Juan, porque de hecho Juan ya había reconocido a Jesús desde el vientre de su madre, cuando María hizo la visita a Isabel), "pero el que" (es decir el Espíritu Santo) "me envió a bautizar con agua me dijo: 'Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo'. Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios" (Jn 1,29-34).
----------Nuestro Señor Jesucristo, dirigiéndose a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, defiende y confirma la misión de Juan el Bautista de este modo: "Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él" (Mt 21,32).
----------Y Nuestro Señor colma de alabanzas a Juan el Bautista diciendo: "Juan ha dado testimonio de la verdad. Juan era la lámpara que arde y resplandece" (lucerna ardens et lucens, Jn 5,33.35).
----------¿Qué pide Juan a sus discípulos? Juan no requiere de sus oyentes que estén dedicados al culto divino ni que sean doctores de la ley, sino que sean humildes, honestos y dispuestos al arrepentimiento, incluso si son pecadores. ¿Una prostituta, esclava del placer carnal, podría apreciar la virginidad de Juan? Sin embargo, él, con su palabra cálida, leal y persuasiva, con su sincera exhortación, con su fraternal advertencia, con paciencia, caridad y firmeza y no sin misericordia, sabe hacerla reflexionar y conducirla al arrepentimiento.
----------¿Acaso los publicanos, los miserables usureros, los extorsionadores apegados a sus intereses egoístas, podrían acaso apreciar la austeridad de vida de Juan? Sin embargo, él, con su honestidad y su caridad, sabe cómo tocar y sacudir su conciencia, disipar las tinieblas, evocar nostalgias de inocencia dormida, reavivar la fe, e inducirles al arrepentimiento. Por el contrario, su palabra honesta y leal, lineal y límpida, sin duplicidad o fingimientos oportunistas, es odiosa para quien finge ser ortodoxo y religioso y mientras tanto oscila entre el mundo y Dios, entre el sí y el no.
----------Así resume san Juan Evangelista la misión del Bautista: "Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la Luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era Luz, sino el testigo de la Luz" (Jn 1,6-8).
----------Naturalmente, con el término "luz" Juan Evangelista indica a Dios mismo en cuanto luz de las mentes, Verdad subsistente, que revela la verdad de Dios, la verdad del Padre, el Logos que ilumina a todo hombre.
----------Juan Bautista es firmísimo en su fe en Cristo. Sin embargo, su certeza se ve quebrantada momentáneamente en el momento de la prueba que sufre a causa del encarcelamiento por voluntad de Herodes, por lo que siente la necesidad de enviar a decir a Jesús por medio de sus discípulos: "¿Eres tú el que debe venir o debemos esperar por otro?" (Mt 11,3). Y Jesús hace responder enumerando todas las obras que él está cumpliendo, que eran signos claros de su misión mesiánica (vv. 4-6).
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