lunes, 2 de agosto de 2021

El buenismo (3/4) Barzaghi y su explicación de la Redención

Ya hemos indicado que siendo el buenismo, en sus raíces, panteísmo, las actuales sistematizaciones del buenismo deben ser halladas en el historicismo de Karl Rahner, basado en el panteísmo hegeliano, o en el eternalismo de Giuseppe Barzaghi, basado en el panteísmo severiniano. Como en otros artículos ya hemos tratado extensamente del primero, de ahí que trataremos aquí del segundo.

----------Giuseppe Barzaghi [n.1958] es un sacerdote dominico, filósofo y teólogo, nacido en Monza, discípulo del filósofo italiano Gustavo Bontadini [1903-1990], y un particular interlocutor del filósofo también italiano Emanuele Severino [1929-2020] acerca de las cuestiones sobre Dios y el cristianismo.
   
El buenismo barzaghiano
   
----------El padre Giuseppe Barzaghi, aporta un fundamento metafísico y cristológico al buenismo proponiendo una interpretación de la teología de santo Tomás de Aquino y, por ende, del cristianismo, que se sirve del eternalismo de Emanuele Severino, el cual se funda en una concepción parmenídea del ser, que en realidad es incompatible con la concepción tomista de tipo analítico y participativo, por lo cual el resultado de esta operación no es el de una verdadera interpretación del pensamiento del Aquinate, sino su reducción y, por lo tanto, una falsificación del pensamiento de Tomás en términos de la concepción severiniana, para la cual desaparece la contingencia de la criatura humana, la cual explica la posibilidad del pecado y de su castigo, así como de su redención por obra de Cristo, y el hombre deviene una aparición del Ser.
----------Algunos axiomas metafísicos barzaghianos se prestan óptimamente para dar fundamento al buenismo, como por ejemplo: "todo es así como es, porque es", como dice en Soliloqui sul divino. Meditazioni sul segreto cristiano (Bologna 1997). Todo está auto-justificado. Por lo tanto todo está bien así como está. No hay nada que cambiar; no hay nada que corregir ni se puede cambiar nada. El mal no existe. El  actuar humano es solo el revelarse de aquello que existe desde la eternidad y es para la eternidad. El hombre actúa en este horizonte donde todo es bueno y por tanto solo puede actuar bien.
----------Si hablamos de pecado y de sufrimiento, se trata siempre de cosas buenas, que son buenas por el simple hecho de que existen. Por tanto, el pecado no corrompe nada, no daña a nadie, no hace ningún daño, sino que es sólo un acto que nos parece malo, pero que en realidad sirve al orden del Todo. Nosotros actuamos en Dios y Dios no comete pecados. Pecamos solo si olvidamos que Dios está con nosotros y nosotros estamos en Dios porque todo es Dios. Pero también nuestro pecar entra en el orden divino y lo que sufrimos entra en el orden divino. Todo es orden. El desorden no existe. Barzaghi dice que todas las cosas están tan lógicamente conectadas entre sí, que si se cancelara una, todas desaparecerían. Sería como quitarle a Dios uno de sus atributos. En efecto, el universo es Dios.
----------"Todo es eterno" (Philosophia. Il piacere di pensare. Padova 1999). Dios es eterno. "El Absoluto ve al Absoluto en cada criatura. Ve a cada entidad como absoluta. El Absoluto capta a cada entidad como sí mismo, es decir, como Absoluto y absolutamente. Desde el punto de vista de Dios, toda criatura es absoluta porque es Dios. Y, siempre en este sentido, todo es eterno y cada individual ente es eterno: si viéramos las cosas como las ve Dios, también nosotros las captaríamos así". Habiendo mencionado ya dos libros de Barzaghi, prefiero de aquí en más, no indicar más detalles de las citas, para no hacer más engorrosa la lectura.
----------Ahora bien, nos preguntamos: ¿por qué motivo Dios debería ver el mundo idéntico a Él, mientras que nosotros lo vemos distinto de Él? ¿Dios es panteísta mientras el hombre es teísta? ¿Qué tiene que ver la forma de ver un objeto con el objeto mismo? Una realidad objetiva no puede no ser la misma para dos personas que la ven, Dios y yo, aunque la vean desde dos puntos de vista diferentes. Pero el punto de vista no crea el objeto, sino que lo supone. Una cosa es el modo de ver y otra cosa es lo que se ve.
----------Para Barzaghi el mundo es, por lo tanto, Dios: "Dios es la conciencia absoluta del mundo". Y por lo tanto, como Dios, todo siempre ha sido y todo siempre será. Todo, por consiguiente, está firme, protegido, todo está bien. El devenir, la historia, la corrupción, la generación, el tiempo no existen, sino como aparición sucesiva para nosotros de diferentes aspectos de Dios.
----------"El tiempo no existe", ha dicho formalmente Barzaghi. "No se puede permitir que el ser exista en el tiempo". ¿Cómo? Porque Barzaghi asume la concepción parmenídea del ser, por la cual "el ser no puede no ser". Existe solo el ser necesario. Lo contingente no existe. ¿Pero por qué? Porque para Parménides sería contradictorio, porque Parménides no es capaz de comprender, como comprenderá Aristóteles dos siglos después, que para no encontrar contradictorio el devenir del ente contingente, basta con comprender que su devenir es un pasaje de la potencia al acto.
----------Ahora bien, el tiempo es precisamente la medida del devenir del ente contingente según la sucesión del antes y del después. Dado que Barzaghi no logra captar la entidad de lo contingente y, en consecuencia, la realidad del tiempo, por esto su conclusión es que "el ser en cuanto ser es eterno", mientras que, si hubiera tenido en cuenta la definición aristotélica del devenir y hubiera dejado de lado a Parménides y a Severino, que sólo le crean confusión, habría comprendido que el ser no es sólo el ser eterno, sino también el ser temporal.
----------Entonces, para Barzaghi, las cosas y la historia son solo apariciones fugaces sucesivas, que vienen de lo eterno y regresan a lo eterno. Y son custodiadas en lo eterno. Ver las cosas como generables y corruptibles es ponernos desde nuestro punto de vista limitado y subjetivo, dice Barzaghi. En cambio, debemos ponernos desde el punto de vista de Dios, quien ve todas las cosas en Sí mismo y, por lo tanto, eternas como Él.
----------Barzaghi se niega a explicar el devenir como pasaje de la potencia al acto o de lo posible a lo actual, porque para él el ser es sólo acto, como para Parménides. Por otra parte, el devenir como pasaje del no-ser al ser, para Barzaghi como para Severino, es contradictorio, porque pondría juntos o combinaría el ser con el no-ser. No hay un antes y un después de un mismo ente, porque todo es eterno. Solo queda el develarse de lo que ya está ahí y el desaparecer de lo que quedará.
----------El crear divino para Barzaghi no debe entenderse como si Dios produjera algo externo a Dios, haciéndolo pasar de la nada o del poder ser al ser, sino como un hacer depender en sentido formal la criatura del creador, así como el triángulo equilátero hace depender de sus tres lados iguales y de sus tres ángulos iguales. Pero no decimos que el triángulo equilátero produce activamente sus tres ángulos iguales como si fueran el efecto de una causalidad eficiente o de una acción del triángulo sobre su superficie. No podemos, ciertamente, dibujar un triángulo que sea de este modo causa eficiente de sus ángulos dibujados por nosotros. Sino que sería absurdo concebir la figura geométrica y abstracta del triángulo como causa eficiente de sus ángulos.
----------Por consiguiente "Todo es ahora". No existe un pasado, no existe un futuro. No existe un pasado para remediar o para hacer avanzar o progresar. No hay pecados para reparar. No hay méritos que comprar ni cosas que descubrir. No tengo nada que pedir. Nada a lo que tenga que renunciar. Nada me falta. No existe una felicidad que esperar. "No hay nada que esperar, porque todo está cumplido".
----------"La escatología está realizada, perfectamente cumplida, no hay nada más que esperar, no hay cosas que se agreguen, solo existe la progresiva manifestación de aquello que ya es, pero que no está todavía plenamente manifiesto. Dios no actúa por adiciones. Todo ya está cumplido". No existe un castigo que temer. No existe un premio que esperar. El fin del mundo, la Parusía y la resurrección de los muertos no son eventos que deban todavía realizarse, sino que son hechos eternos, presentes, existentes desde la eternidad. Ahora poseo a Dios, de hecho, como ha dicho Barzaghi, "soy Dios".
----------"Todo está en todo". Por consiguiente, no existe sustancialmente diferencia entre las cosas. Toda cosa es todas las otras, cada cosa se identifica con las otras. El bien y el mal son la misma cosa. El mal no se puede eliminar, sino que es tan necesario como el bien. Todo lo que existe es bueno. ¿Existe el mal? Entonces, el mal también es bueno. El bien y el mal no se excluyen entre sí, porque el uno y el otro son seres. Solo el no-ser no existe. El mal es un no-ser y, por lo tanto, no existe. Barzaghi, en línea con Parménides, no entiende por lo tanto el mal como privatio boni debiti, porque este concepto supone la ausencia de algo que debería existir, pero que no existe. Ahora bien, como para Barzaghi todo está bien así como está, no existe un deber que no sea cumplido, lo cual es como decir que no existe el pecado.
----------Sin embargo, Barzaghi, como los buenistas, reconoce la existencia del sufrimiento. Pero no lo reconoce como castigo del pecado. El sufrimiento simplemente existe y basta. Es un absoluto. Barzaghi habla más bien de un sufrir injustamente, como inocente. Reconoce que Cristo mismo ha sufrido de esta manera. Pero no reconoce que Cristo nos libera del sufrimiento y nos hace justicia con el castigo de los malhechores. ¿Y por qué esto? Porque también ellos son buenas personas, excusables y de buena fe.
----------Al mismo tiempo, si Dios está en compañía del sufrimiento, tanto más a nosotros nos parece excluida, para Barzaghi, la posibilidad de liberarnos del sufrimiento. Al respecto él tiene algunas frases: "El Absoluto nunca está separado del sufrimiento, aunque no esté involucrado en él. El Absoluto está siempre felizmente cerca del sufrimiento: de ahí el verdadero pensamiento que se expresa en una melancolía que no es abstracta, sino comprensiva""La cruz vuelve a entrar en la sustancia de la gloria, no porque constituya la gloria, sino porque es simple y sustancialmente impregnada de la gloria". Ciertamente, para san Juan la cruz es la gloria de Cristo. Pero Cristo en la gloria está libre de la cruz.
----------De hecho, según el principio de Parménides, el ser es uno, no es múltiple; es, por lo tanto, unívoco, no diversificado, sino siempre él, igual, siempre idéntico a sí mismo y, por tanto, uno solo: Dios, que es el único Ser existente. "El Absoluto no es el primero, sino el único""Nada está dentro del Absoluto porque nada está fuera del Absoluto". "Dios no ve al mundo como un otro respecto a sí, como algo distinto a sí mismo, sino como sí mismo". Por lo tanto, todo es Uno. Todo es Dios. Pero Dios es bueno. Y por lo tanto todo está bien, todo es bueno. El mal también está bien. Este es el principio metafísico fundamental del buenismo.
----------Todas estas tesis están sostenidas por la tesis fundamental de Barzaghi de que "existe solo Dios", porque el ser es Dios. Si existe solo Dios, quiere decir para Barzaghi que el mundo no existe fuera de Dios, sino en Dios. Así se explican todas las tesis anteriores. Ellas no son más que la consecuencia lógica de esta tesis.
   
La explicación buenista de la redención
   
----------Por cuanto respecta a la Redención, Barzaghi da una interpretación en base a la cual el buenismo recibe una perfecta explicación o de la cual deriva con lógica necesidad (siempre, por supuesto, en una visión eternalista a lo Severino). Para Barzaghi, de hecho, la Redención no ha sido una obra cumplida por el Verbo encarnado hace 2000 años, por la cual Cristo inocente ha cargado con el peso de nuestras culpas y, como dice el Concilio de Trento, "con su santísima pasión sobre el leño de la cruz nos ha merecido la justificación y satisfizo por nosotros al Padre" (Denz.1529).
----------Barzaghi se burla de este sacratísimo misterio de justicia, de misericordia y de salvación con palabras impías hablando de "modo mítico", "Dios en sucesión" y "escenificación", rechaza el concepto de reparación y llama a la obra redentora con disgustosa ironía un "poner en su lugar las cosas que se han desordenado" o "reconstituir los fragmentos del vaso roto". Niega que la Redención se haya producido en el tiempo, es decir, que sea un hecho histórico, por lo cual hay un antes y un después de la Redención.
----------Para Barzaghi "la historia es el proceso manifestativo de lo que es ab aeterno". Ella, por tanto, no implica el sucederse de hechos nuevos, que nunca antes han existido, sino que es el aparecer en el presente a nuestra experiencia de lo que ya existe ab aeterno. Por eso, según Barzaghi "la Encarnación no tiene un cuando ni un tiempo, porque si todo está expresado en el Verbo, entonces todo es simultáneo, es decir, sin tiempo""La Encarnación no está limitada cronológicamente a un acontecimiento"; sino que significa simplemente la eterna presencia de Dios "próximo a la carne sufriente inocente".
----------Para Barzaghi, la expresión bíblica "plenitud de los tiempos", para indicar los tiempos propicios o que estaban maduros para acoger la venida del Verbo a la tierra, no hace referencia al hecho de que el Verbo se ha encarnado precisamente en aquel momento en el cual los tiempos estaban ya maduros, sino que cuando el Verbo encarnado apareció en la tierra, no es que estuviera encarnado entonces, sino que ya lo estaba desde siempre. Esto conlleva una consecuencia gravísima, que si toda la existencia humana histórica de Cristo en realidad es eterna, será también eterna su pasión. Y entonces no es verdad lo que dice san Pedro, que "Cristo murió una vez y para siempre" (1 Pe 3,18), sino que su sufrimiento es eterno, ab aeterno y en eterno. Y entonces, ¿cómo nos libera Jesucristo del sufrimiento?
----------Por eso Barzaghi, para sostener su tesis, tiene la audacia de contradecir las mismas palabras formales de Nuestro Señor, cuando, en la oración al Padre en Jn 17, por dos veces, al v.5 y al v.24, se refiere a su existencia de Verbo antes de la creación del mundo.
----------Dice Barzaghi: "La eternidad no quiere decir 'antes de que el mundo fuera', sino que quiere decir así es desde siempre". Sí, pero si el Verbo existía antes de la creación del mundo, ¿qué cosa significa si no que el Verbo es eterno? El caso es que estas palabras de Jesús, a Barzaghi no le van bien, porque para él también el mundo es eterno, por lo cual no tiene sentido hablar de algo que está antes de lo que es eterno.
----------Otro forzamiento del texto bíblico en bien de su tesis, Barzaghi lo opera sobre el pasaje de Ap 13,8, siempre para sostener su eternalismo cristológico. El texto habla de la adoración hecha a una de las "bestias", que es expresión de una potentísima fuerza demoníaca. La traducción correcta del pasaje (tomado de la traducción del padre Armando Levoratti) es la siguiente: "la adoraron todos los habitantes de la tierra cuyos nombres no figuran, desde la creación del mundo, en el Libro de la Vida del Cordero que ha sido inmolado". Claramente, Juan se refiere a la pasión de Cristo. En cambio, Barzaghi traduce: "Cordero inmolado desde la fundación del mundo", por lo cual Cristo no habría subido a la cruz hace 2000 años y hoy y para siempre está en la gloria, sino desde la eternidad y por la eternidad.
----------Ahora bien, el texto griego dice "Cordero inmolado" seguido de "desde la fundación del mundo". Dice: "Tu arnìu tu esfragmènu apò katabolès kosmu". Sin embargo, está claro que después de "esfragmenu" hay que poner una coma. A Juan, que enfatiza con fuerza la realidad histórica del Verbo venido en la carne -y no una carne abstracta, sino precisamente esa carne concreta y mortal nacida de María- para evitar las mentiras de los anticristos (1 Jn 4,2) ciertamente no le pasa ni mínimamente por la mente una fantasía gnóstica como la de Barzaghi, y menos que menos a Juan, que con tanta intimidad y confianza ha tocado con sus propias manos al Verbo de la vida. Por el contrario, Juan pretende referirse a aquellos que desde la fundación del mundo Dios no ha escrito "en el libro de la vida del Cordero inmolado", vale decir, los réprobos.
----------Barzaghi rechaza también la idea del castigo del pecado. De hecho, refiriéndose al hombre que sufre, afirma: "se podría pensar que es justo que sufra, porque la culpa es suya. Pero es así". Según Barzaghi, la obra de la Redención no consiste en el hecho de que Cristo haya padecido para rescatarnos del pecado y liberarnos del sufrimiento, sino que consiste en el hecho de que "dado que el sufrimiento del que sufre es padecer injustamente, por consiguiente a modo de inocente, Dios, para mostrar su presencia absoluta en la carne sufriente, se presenta en una carne sufriente inocente". "La Encarnación debe ser entendida como la manifestación o expresión del hecho de que Dios está eternamente en la carne sufriente inocente".
----------Por lo tanto, Dios en Cristo no nos libera del pecado y del sufrimiento, sino que simplemente tiene compasión de nosotros, está cerca de nosotros en el sufrimiento, nos excusa y nos perdona en nuestra debilidad, no nos reprocha, no nos castiga, no nos obliga a reparar ni a expiar, no nos quita el sufrimiento, sino que, así como también Él odia el sufrimiento, sólo aprueba que combatamos el sufrimiento, y que ayudemos a los demás en la lucha. Él está con nosotros en esta lucha, pero Él mismo no es capaz de liberarnos del sufrimiento, porque el sufrimiento no proviene y no depende de Él, y por lo cual no es capaz de dominarlo. De hecho, para el parmenídeo Barzaghi, el sufrimiento no es un suceso accidental y contingente, un hecho histórico y temporal, que, como ha surgido en el tiempo, está destinado a desaparecer en el futuro.
----------Por lo tanto, no podemos esperar liberarnos del sufrimiento en un futuro feliz. En este sentido, la "vida eterna" no existe. Según un principio que recuerda al esoterismo masónico, la vida siempre va con la muerte y la muerte siempre va con la vida. Es lo que Severino llama el "anillo del retorno". Nos recuerda siempre que todo es eterno y por tanto todo retorna, como en Nietzsche.
----------La salvación, para el buenista, si el buenista es coherente con sus premisas, no implica en absoluto la ausencia del sufrimiento. En efecto, la salvación es la conciencia de que todo es ahora, todo está bien como está, la felicidad es ahora, pero no entendida como liberación del sufrimiento, sino como conciencia de que el sufrimiento, como el bienestar, es eterno, tanto el mal como el bien son eternos.
----------La alegría es inseparable de la tristeza. Y al respecto, es interesante que Barzaghi haga un elogio de la melancolía. Como la famosa escritora existencialista francesa Françoise Sagan [1935-2004], de finales de los años '50, también el buenista, que no quiere dejarse aturdir por los placeres de este mundo, dice: "¡bonjour, tristesse!". El sufrimiento y el mal también son buenos por el simple hecho de que existen y no pueden no existir, porque el ser no puede no ser.
----------Por cómo Barzaghi concibe la obra redentora de Cristo, vemos que no tiene idea de qué es el pecado. De hecho para él Cristo con su pasión no se hace cargo, Él inocente, de los castigos que nosotros merecemos, no paga nuestros pecados en nuestro lugar, no los quita como víctima de expiación, no compensa al Padre por ellos, no merece nuestra justificación, sino que simplemente sufre una muerte injusta para compadecerse de nuestro sufrimiento, como hizo el Buda con los miserables que encontraba por la calle. En la formulación literal de estas ideas no hay ninguna diferencia con las literales expresiones de las dos predicaciones buenistas de los dos Obispos argentinos que hemos citado en los dos artículos anteriores.
----------Para Barzaghi, el pecado no es hacer el mal consciente y voluntariamente, sino que concibe el pecado como lo entendía Sócrates: el hombre hace el mal, sí, pero lo hace por ignorancia, de buena fe, sin quererlo. No lo hace a propósito. Por eso no debería ser castigado, porque sería como castigar a un inocente.
----------Barzaghi, por otra parte, recuerda el artículo de fe que enseña que Cristo vino a sufrir por nosotros: "propter nos et nostram salutem descendit de caelis", pero en lugar de expresar gratitud y adoración ante este inmenso acto de amor, de reparación y de misericordia, se atreve a apostrofar a Cristo de este modo: "Esta idea de Encarnación reparadora -a modo mítico- implica por reflejo afirmaciones del tipo: '… ¿Ves que vengo a padecer por ti?"; y consecuentes disputas del tipo: "pero mira, amado Dios, que si no me hubieras hecho, no hubiera sucedido nada, ¿te lo ha preguntado alguien? Por lo tanto…' ".
----------Observamos, en primer lugar, que la concepción de la Encarnación como reparación no es en absoluto una forma "mítica" de concebirla, sino que es la forma dogmáticamente enseñada en el Concilio de Trento, bajo pena de anatema (Denz.1529).
----------En segundo lugar, ¿cómo es posible responder con tal descaro a las palabras de Cristo que nos hacen presente que ha sufrido por nosotros para liberarnos de la esclavitud del demonio, del pecado de muerte, mereciéndonos el perdón de los pecados, la filiación divina y la vida eterna?
----------Ante esas conmovedoras palabras de Cristo, mal citadas por Barzaghi (tienen una pálida referencia a las Lamentaciones de Jeremías que se leen el Viernes Santo), lo único que Barzaghi sabe hacer es salir con una broma tontísima y ofensiva hacia Dios que lo ha creado y en lugar de agradecerle, se atreve a descargar en Dios la responsabilidad de esos pecados para quitar los cuales Cristo ha muerto en la cruz. Como si dijera: dado que me has creado, ¿de qué te lamentas si he sido hecho como he sido hecho? ¡Podrías haberme no creado!
----------Barzaghi distingue la Encarnación "por parte de Dios" y la Encarnación desde el punto de vista humano y sostiene que desde el primer punto de vista de Dios ella es eterna, pero desde nuestro punto de vista habría tenido lugar en el tiempo. Para demostrar su tesis hace referencia al hecho de que el acto divino de la asunción de la naturaleza humana de Cristo es un acto eterno, idéntico a Dios mismo. De acuerdo.
----------Pero se debe tener presente que aquí no se trata de considerar el acto divino, sino el efecto de este acto en la historia, efecto que ha sido precisamente la Encarnación, que tuvo lugar hace 2000 años en el seno de María, y no en la estratosfera del ser parmenídeo. Por lo tanto, aquí el distinguir un punto de vista humano y un punto de vista divino no sirve absolutamente para nada. Por eso hay que decir que el Verbo se ha encarnado hace 2000 años tanto para nosotros como para Dios. Por consiguiente, Barzaghi no puede en absoluto decir que "Dios ha asumido eternamente la naturaleza humana". Ninguna naturaleza humana, ni siquiera la de Cristo, ha existido desde la eternidad.
----------¿De qué depende esta confusión de Barzaghi entre el objeto del conocer y el modo del conocer? Se ha equivocado al interpretar una tesis de santo Tomás, que a primera vista parecería darle la razón, pero en realidad dice otra cosa. De hecho, Tomás habla de las ideas divinas (Sum. Theol., I, q.15), es decir, de las ideas en base a las cuales Dios concibe, proyecta y piensa las cosas que quiere crear.
----------Pues bien, Tomás demuestra que la idea de una cosa creable en la mente divina es Dios mismo, es decir, coincide con la Esencia de Dios, dado que en Dios, siendo Él simplicísimo, su Ser coincide con su Pensar e Idear. Por lo tanto, la criatura, en cuanto está en Dios, pensada por Dios, es Dios. Ahora bien, sin embargo, una vez que la criatura es creada, por lo tanto no sólo ideada sino realizada, ella comienza a existir por cuenta propia en sí misma, fuera de Dios, distinta de Dios. Por lo cual es necesario distinguir la idea de la criatura en Dios de la misma criatura existente fuera de Dios. Salvo que Barzaghi, que es un panteísta que confunde a Dios y el mundo, confunde la criatura en Dios y la criatura fuera de Dios. De aquí su absurda y herética idea de un Verbo divino encarnado desde la eternidad.

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