viernes, 24 de enero de 2020

Misa del Novus Ordo: ¿malvada?

En algún lugar leí que algunos "tradicionalistas" se refieren a la Misa del Novus Ordo como "malvada". Frente a tal adjetivo les confieso que me cuesta no irritarme. Algo parecido me sucede cuando intercambiando opiniones, surgen referencias a la "Nueva Misa" (así la llaman), referencias que generalmente suelen ir acompañadas de gestos despectivos, o irónicas sonrisas que dicen más que las palabras, o bien ojos abiertos en señal de "alerta" o "peligro", que no hacen sino manifestar implícitamente que se menciona algo considerado al parecer "satánico" o algo por el estilo. Esas actitudes, esos gestos, es lo mismo que abrir los labios y decir que la Misa Novus Ordo es "malvada".  Repito, todo esto me irrita, y me resulta difícil mantener el control.

----------Pero no quiero que me malinterpreten. No estoy en contra de quienes discuten, con buenos argumentos, enérgica y racionalmente, acerca del proceso histórico por el cual la Misa del Novus Ordo surgió en 1969, hace cincuenta años, a partir de las orientaciones confusas y obscuras del postconcilio (claro que no de los documentos del Concilio Vaticano II), y de las escaramuzas sobre todo políticas, de los años posteriores al Concilio, y ha llegado a celebrarse como usualmente vemos que se celebra en el presente.
----------Me parece correcto que se hagan críticas, incluso severas críticas, sobre la forma en que comúnmente se celebra hoy el Novus Ordo Missae. Y me parece absolutamente bien que, si un sacerdote que entiende y siente las cosas con claridad y firmeza, y con actitud de plena obediencia al Magisterio de la Iglesia de siempre (un buen Párroco por ejemplo), decida instar a sus oyentes, con firme decisión, a que prefieran asistir a las Misa de Vetus Ordo, particularmente por el riesgo que para la fe, y para la integridad de la fe, implica el modo abusivo como usualmente se celebra hoy el Novus Ordo Missae en muchos templos.
----------Pero, dicho eso, también hay que decir algo que es fundamental, y es esto: como sea que se celebre la Misa, ella es siempre el Sacrificio de Cristo Nuestro Señor y Redentor; la Misa es Su Sacrificio, re-presentado aquí en la tierra y ante la Faz del Eterno Padre. Por su inherente naturaleza, la Misa es una maravilla ante la cual los ángeles caen en adoración y los demonios tiemblan. En el Sacrificio de la Santa Misa, el Señor de los siglos sale a nuestro encuentro, con los brazos extendidos, marcados con las heridas de su amor. De modo que ninguna celebración válida de la Misa podría considerarse "malvada".
----------Es frecuente que, en las actuales circunstancias, haya fieles que pregunten si la Misa celebrada de tal o cual manera es o no "válida". Hay que volverlo a afirmar claramente: la enseñanza tradicional de la Iglesia en este punto es muy firme y clara. Es extremadamente difícil para un sacerdote hacer que su Misa sea "inválida". Si él está ordenado válidamente, si usa pan verdadero, y vino verdadero, si usa palabras que claramente hacen referencia a las declaraciones del Señor: "Este es mi cuerpo", "Esta es mi sangre", y si tiene la intención de "hacer lo que hace la Iglesia", entonces su Misa es válida. Aunque su forma de celebrar puede ser profundamente poco edificante, y aún más, aunque de tal manera abuse en la forma del rito que pueda poner en peligro la recta fe de la comunidad a su cargo, aún así, ningún pecado, ninguna herejía, ningún abuso litúrgico por parte de cualquier celebrante, por malvado que sea, o por meramente tonto que sea, puede cambiar esto en un milímetro: ninguna celebración válida de la Misa podría ser "malvada".
----------La Misa no es esencialmente edificación, arte o recta doctrina, pues aunque también debe ser edificación, arte y recta doctrina, es esencialmente el Sacrificio del Señor. Y es muy difícil que cualquier sacerdote, por malvado o por tonto que sea, pueda impedir que la Misa siga siendo el Sacrificio del Señor. "¡Si tiene la intención de hacer lo que hace la Iglesia!". (Dicho sea sólo de paso, y a modo de adelanto de alguna nota que escribiré próximamente, este aspecto de la Misa como Sacrificio del Señor no aparece del todo claramente -aunque aparece- en el último libro de Benedicto XVI y el cardenal Sarah. Ya escribiré sobre este asunto).
----------Entonces, viene un fiel y te pregunta: ¿Se puede decir que un sacerdote herético "tiene la intención de hacer lo que hace la Iglesia"?... La pregunta es congruente, y me obliga a tratar el tema de la intención del celebrante, tarea que cumpliré, Dios mediante, en alguna próxima entrada.
----------Hasta entonces...

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