Grandes cuestiones: el Sexto Mandamiento

A veces una cuestión es tan grande que, para muchas personas (por supuesto, siempre bien intencionadas) es demasiado grande para verla. Doy un par de ejemplos:

----------1) Una primera gran cuestión. Hoy vemos, particularmente en ámbitos eclesiales, que existe mucha preocupación por tener una actitud compasiva (se habla de "acompañamiento") hacia las personas que han quedado atrapadas en estructuras de adulterio; por ejemplo una pareja en la que uno de los "cónyuges" o los dos, son divorciados, y ahora tienen hijos en común y, por ende, se encuentran "atrapados" en una situación de adulterio que afecta su vida de fe cristiana.

----------Ante esa situación, la gran cuestión, la gran pregunta es: ¿Nuestra época actual es la primera época de la historia humana en que las personas se han sentido sexualmente tentadas y, a veces, han caído víctimas de esa tentación?

----------Si la respuesta a esa pregunta es negativa: no, no es la primera época en la que ha sucedido tal cosa, entonces: ¿por qué esta nuestra época, exige nuevas formas de eludir (ocultar, disimular, minusvalorar y... negar) la objetiva pecaminosidad del adulterio?

----------2) Por si no se han advertido bien las dimensiones de la gran cuestión anterior, haré ahora una segunda gran pregunta, plantearé una complementaria segunda gran cuestión:

----------Hoy, también en los ámbitos eclesiales por supuesto, se habla mucho sobre el discernimiento, el acompañamiento, el gradualismo, la conciencia... nociones y prácticas que se aplican precisamente a aquellos que viven en relaciones objetivamente adúlteras.

----------Pues bien, la segunda gran cuestión que deseo plantear es la siguiente: ¿Todo eso (el discernimiento, el acompañamiento, etc.) se aplica sólo a los adúlteros, o también se aplica a todos los pecadores, incluidos los malversadores, los pedófilos, los asesinos, los maltratadores, los traficantes de personas, los torturadores, los violadores, los explotadores económicos de los pobres, los chantajistas, los racistas, los explotadores de prostitutas, los perpetradores de genocidio, los narcotraficantes, los jueces venales, los gobernantes ladrones, los obispos simoníacos, etc.?...

----------Si la respuesta a esta pregunta es, también, negativa: no, no se aplica el discernimiento, el acompañamiento, etc. a todos los pecadores..., entonces surge la pregunta que la complementa lógicamente: ¿por qué no?

----------Concluyendo... y esperando que me hayan entendido el contexto de ironía en el que he planteado estas dos cuestiones... Existe una frase conocida: "No ver el bosque a causa de los árboles"... Hay personas que en nuestra época examinan minuciosamente y con un detallismo inmensamente sofisticado, los puntos más finos del discernimiento, el acompañamiento, el gradualismo y la conciencia. Claro que parecen tener siempre en mente los pecados sexuales, los pélvicos o, como dice el papa Francisco, "los pecados de la cintura para abajo", pecados... hoy transformados en más vanos, más "veniales", más cómodos para ellos: el adulterio disfrazado de "matrimonio" en los re-casados, y la homosexualidad activa, es decir expresada genitalmente y vestida de "matrimonio".

----------Me pregunto: al hacerlo así, ¿no están cometiendo el error de examinar cada hoja de un árbol en particular bajo el microscopio, con una tan decidida y focalizada concentración, que no se dan cuenta del bosque?...

----------Al menos prima facie, tales personas parecen personas que tienen una desesperada compulsión de encontrar, sea por las buenas, o sea por las malas, un by-pass que les permita cambiar la dirección del 6° Mandamiento que nos manda: "No cometerás adulterio".

----------Pero entonces... ¿Por qué no podemos también re-interpretar de ese mismo modo los otros nueve Mandamientos? ¿Por qué es necesario hablar acerca del pecado? ¿Qué sentido tiene hablar de pecado en nuestra época? ¿Por qué razón se debería ir en la actualidad al confesonario? O bien... ¿Por qué debe uno bautizarse?... O finalmente... ¿Por qué murió Cristo?...