jueves, 16 de enero de 2020

¿Vive la Iglesia actualmente un tiempo de crisis?

Las declaraciones acerca del "tiempo de crisis" que supuestamente vive la Iglesia se repiten por doquier desde hace años. ¿Qué valor de verdad tienen tales declaraciones? ¿Son correctas o son exageradas? ¿O quizás habría que decir mejor que la actual crisis es la mayor que la Iglesia ha sufrido en su historia? ¿Qué se quiere expresar cuando se asegura que la Iglesia pasa por un tiempo de crisis? ¿Qué sentido tiene la palabra "crisis" aplicada a un tiempo de la Iglesia? Da la impresión que se supone mucho o, por lo menos que no todos los que hablan de crisis de la Iglesia quieren en realidad decir lo mismo.

----------De tanto en tanto, conviene ser breve y claro, sacrificar los detalles  priorizando la declaración formal y precisa, optar por la comprensión sacrificando la extensión. Pues bien, responderé a la pregunta del título mediante un puñado de breves párrafos que pretenden sentar mi parecer sobre el tema.
----------La Iglesia está viviendo un momento de grave malestar y decadencia doctrinal y moral, bajo el disfraz de una falsa modernidad, como nunca le ha sucedido en toda su historia. Como ya ha sido diagnosticado desde hace al menos cinco décadas, comenzando con los diagnósticos indicados por el papa san Pablo VI, mientras los documentos del Concilio Vaticano II ofrecían esperanzas de progreso teológico, moral y espiritual, se ha verificado un insospechado retorno masivo del modernismo, lo que el padre Cornelio Fabro [1911-1995] llamó el "sconquasso", es decir, una demolición en el edificio de la fe, una pulverización, efecto de un cataclismo, un modernismo mucho peor y peligroso que el de los tiempos del papa san Pío X, como se dio cuenta también Jacques Maritain [1882-1973] desde al menos el año 1966.
----------Por su parte, el papa Francisco, a propósito de la evangelización, ha dicho que no se trata de ocupar "espacios", sino de "iniciar procesos". Frente a esa afirmación del Papa actual, es curioso que los modernistas, por el contrario, están precisamente ocupando todos los espacios, incluso parece que ocupando los más importantes espacios de influencia tanto en las estructuras de la Iglesia como en las estructuras del mundo, sofocando la libertad de los pocos católicos normales que quedan, pero sin iniciar ningún proceso de real renovación, sino haciendo retroceder la teología a las herejías pre-nicenas y pre-calcedonianas, y la filosofía a los niveles de los naturalistas pre-socráticos y a los mitos de la Amazonia.
----------Pero al dar mi respuesta a la pregunta del título tomo debido cuidado en no acentuar las tintas. porque siempre la historia tiene sus matices, sus claroscuros. Por consiguiente, dicho lo anterior, sin embargo, noto agudeza de diagnóstico, noto energía y libertad espiritual, noto sabiduría, noto sensus Ecclesiae, presencia y parresía del Espíritu Santo aunque, francamente hablando, más en los laicos que en los pastores. El papa Francisco me da la apariencia de estar consciente de ser como un timonel sobre la barca de Pedro en gran tempestad. Sin embargo, mi impresión es que a duras penas logra sujetar el timón. Aún así, la guía es él. Debemos estar cercanos a él, aceptarlo, soportarlo, rezar por él, ayudarlo, aconsejarlo, liberarlo de los falsos amigos y de los aduladores, convocarlo con respeto a sus deberes, acoger todo el bien que hace.

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