En la homilía del Corpus Domini del 23 de junio del año pasado, el Papa ha hablado explícitamente de la "multiplicación de los panes" obrada por Nuestro Señor Jesucristo, pero ha dado esta explicación:
----------"Sorprendentemente, en la narración de la multiplicación de los panes nunca se habla de multiplicar. Por el contrario, los verbos utilizados son 'partir, dar, distribuir' (cf. Lc 9,16). En resumen, no se destaca la multiplicación, sino el compartir. Es importante: Jesús no hace magia, no transforma los cinco panes en cinco mil y luego dice: 'Ahora, distribuidlos'. No. Jesús reza, bendice esos cinco panes y comienza a partirlos, confiando en el Padre. Y esos cinco panes no se acaban. Esto no es magia, es confianza en Dios y en su providencia".
----------¿Qué intenta decir el Santo Padre? Evidentemente, no niega el famosísimo milagro. No niega que Jesús obtuvo de cinco panes 5.000, es decir, al menos uno para cada uno de los 5.000 hombres (Mc 6,44), por lo tanto ha creado, si así podemos decir, 4995 panes. Si los panes "no se agotan nunca", quiere decir que aumentan en número. Jesús los hizo aumentar en número. Por consiguiente, Jesús los ha multiplicado.
----------De hecho, todos sabemos que esa operación aritmética por la cual escribimos 5x1000 = 5000 se llama multiplicación. Ahora bien, Jesús no ha multiplicado en el concepto ni en la imaginación, como se hace en aritmética, operación que sabe hacer también un niño de escuela primaria, sino que ha multiplicado en la realidad, operación que solo Dios creador puede hacer, creando 4995 panes de la nada, ya que se agregaron a los cinco que estaban al principio. Y obviamente no ha sido una multiplicación natural, como así ocurre en la reproducción de la especie. Si los conejos aumentan en número, en eso no existe nada de milagroso; sino que se trata del efecto natural de la actividad procreadora de los conejos.
----------Prestemos por lo tanto atención, y tengamos cuidado, si alguno de los lectores pudiera quedar perplejo por las palabras del Papa, de que él no niega el hecho palmario de la multiplicación, que cayó ante los ojos asombrados y estupefactos de todos, y que permitió a cada uno de los 5.000 comer al menos un pan entero, para quedar satisfecho.
----------El papa Francisco está solo preocupado por darnos la correcta interpretación, a fin de que nosotros veamos en este milagro no un acto de magia exhibicionista, como hace el mago -aunque en realidad mejor deberíamos decir el ilusionista- que quiere, a través de la ilusión en la mirada del público, arrebatar el aplauso de los ingenuos extrayendo 20 palomas del sombrero, sino para que reconozcamos la potencia de la divina providencia, que no abandona en la necesidad, sino que va al encuentro de todos, si es necesario, incluso milagrosamente.
----------Es cierto que el relato evangélico no habla de "multiplicación", sino que utiliza el verbo "partir" los panes, gesto simbólico que prefigura la fracción del pan, que será propio de la mesa eucarística, la Santa Misa. Pero es evidente que este "partir" no debe ser tomado en sentido material, sino que representa el acto del multiplicar milagroso.
----------Si nosotros partimos una hogaza de pan no es que esta se multiplique en dos hogazas, sino que se divide en dos mitades. El "partir" de Jesús es un partir que multiplica, es un partir creador, cosa que solo Dios puede hacer. Y ni siquiera puede hacerlo un mago y mucho menos un ilusionista, porque el ilusionista en realidad en realidad no crea nada, sino que sólo nos ilusiona produciendo en nuestra vista un efecto fantasioso, valiéndose de su técnica habilidosa, mientras que el mago o hechicero tampoco crea nada, sino que solo transforma sorprendentemente la materia, valiéndose de un poder ilusorio y prodigioso obtenido del demonio.
----------Seguiremos con la explicación de estas palabras del Papa en próximos posts.
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