martes, 14 de enero de 2020

La pastoral inadecuada (3/4)

En nuestra nota anterior decíamos que no estamos hablando de las contaminaciones del catolicismo que surgen del hecho de mezclarlo con el pensamiento del Renacimiento italiano, de Descartes, de Lutero, del iluminismo, del empirismo, de Kant, Fichte, Schelling, Hegel, Marx, Freud, del existencialismo, de Husserl, de Heidegger, de Severino, del historicismo de Bonhöffer, del pensamiento indio, del budismo y de otros.

----------La falta de intervenciones correctivas o críticas por parte de obispos o institutos académicos u hombres de cultura católicos lleva a muchos a creer que todas estas teorías y estas ideas, después de todo, se han vuelto aceptadas y aceptables: la Iglesia, se piensa, ha cambiado de opinión o se ha corregido siguiendo estudios más críticos y más documentados. Si queremos ser modernos, aggiornados, actualizados y seguidores del Concilio -tal es el pensamiento de muchos- debemos seguir a estos publicistas, periodistas, filósofos, teólogos, moralistas, exegetas, obispos y cardenales que hoy han asumido posiciones contrarias a aquellas tradicionales presentadas aquí arriba. Se cree que el hecho de que Roma u otras autoridades eclesiásticas no intervengan es una señal de que Roma reconoce tácitamente haberse equivocado.
----------Esta crisis de fe al interior de la propia Iglesia y entre los mismos pastores, excluyendo, se entiende, al Papa, así como al mismo Magisterio, que gozan del carisma de la infalibilidad, puede ser caracterizada con cinco atributos: subjetivismo, buenismo, relativismo, modernismo, y secularismo.
----------Subjetivismo. La fe no viene concebida ya como escucha de una doctrina enseñada por Jesús Maestro, por el trámite de la Iglesia, sino como encuentro inmediato, existencial, afectivo y experiencial con Cristo, incluso sin pasar a través del Magisterio de la Iglesia: un concepto típicamente protestante de la fe, la cual aparece conjuntamente no como la adecuación de nuestro intelecto a una verdad objetiva -lo que san Pablo llama "obediencia a la fe"-, sino como libre expresión de la conciencia subjetiva, que se considera directamente iluminada por Dios, eventualmente por medio de la Escritura, pero en el sentido de sola Scriptura.
----------Buenismo. La fe, por lo tanto, no es virtud del intelecto, a la cual sigue la caridad como efecto de la voluntad, sino que la fe se resuelve en la caridad y con ella se confunde. La fe no es acto del conocer, sino que es implicación práctica de toda la persona, lo que en realidad pertenece a la caridad y no a la fe. La caridad de algún modo se sustituye a la verdad. No se funda sobre la verdad, no presupone la verdad, sino que aparece ella misma como fundamento de la verdad.
----------En la base de esta visión hay una disfunción y un desorden en la relación entre intelecto y voluntad. Hay que decir que en el pasado hubo falta de caridad en nombre de la verdad, véase por ejemplo el proceso a Giordano Bruno; hoy en cambio se falta a la verdad en nombre de la caridad, piénsese por ejemplo en el rahnerismo hoy a rienda suelta.
----------Relativismo. Dado que todo hombre tiene necesidad de verdad, se cree que de hecho todos están en la verdad entendida como caridad. Por consiguiente todos son buenos y están en buena fe, aunque cada uno de modo propio. De hecho, el respeto de la diversidad, de la libertad y del pluralismo exige que la verdad no sea un dato objetivo, universal, vinculante, uno para todos, sino que sea una cosa relativa a la conciencia subjetiva y creativa de cada uno, ya que cada uno es diverso de los demás..
----------De ahí surge un falso concepto de la libertad religiosa, que prácticamente es la absolutización de la conciencia individual, es el liberalismo e indiferentismo religiosos: ¿para qué molestarse en anunciar el Evangelio? En tanto todos ya conocen la verdad, todos se salvan, todos están en gracia, todos están perdonados, todos tienen buena intención y buena voluntad. Nadie hace el mal voluntariamente. Según ellos todos están en la verdad, aunque mi verdad contradiga la tuya. Sin embargo, Dios está en todos y salva a todos. No existe una oposición neta, absoluta, inmutable, universal y objetiva entre lo verdadero y lo falso: una misma cosa puede ser verdadera para mí y falsa para ti. Todos tenemos razón. Depende del punto de vista. Por consiguiente, no se deben condenar los errores y las herejías. Como máximo se puede expresar el propio parecer pero se deben respetar también las ideas de los demás, aunque sean contrarias a las nuestras.
----------Sería bueno, por lo tanto, que alguno cerrara la Congregación para la Doctrina de la Fe, organismo que todavía refleja una obsoleta mentalidad preconciliar, inquisitorial. La fe no es una certeza, sino una simple opinión entre otras, por su naturaleza es diálogo, encuentro, convive con la duda y con la misma incredulidad. Sólo así se es abierto y tolerante; de lo contrario, uno se convierte a los integristas y talibanes.
----------Finalizaremos esta tema en nuestra próxima nota.

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