domingo, 28 de abril de 2024

Guerra, legítima defensa y licitud del servicio militar (3/3)

¿Acaso es conforme a la dignidad humana, es verdadero amor por la paz, es dar prueba de disponibilidad y de coraje, de sentido del deber, de gratitud hacia la Patria, sustraerse a su llamado cuando la Patria está en peligro o es oprimida por el extranjero o está invadida por el enemigo? ¿O cuando sus connacionales oprimidos por el extranjero piden ayuda? [En la imagen: fragmento de "Juana de Arco entra en Orleans", óleo de 1887, pintado por Jean-Jacques Scherrer, conservado y expuesto en el Museo de Bellas Artes de Orleans, Francia].

Algo más sobre la relación entre guerra y religión
   
----------Hagamos algunas otras consideraciones sobre el tema de la relación de la guerra con la religión. Preguntémonos nuevamente: ¿por qué el lenguaje militar habla de "sacrificio"? ¿Qué tiene que ver la guerra con la religión? ¿El soldado que sacrifica la propia vida por la salvación de su patria no tiene nada que ver con ese amor más grande, del cual habla Cristo, de aquel que da la vida por sus propios amigos? Es verdad, Cristo no ha tomado en sus manos las armas, y Él ha advertido lo que debe esperar quien con espada hiere. Pero aquí Cristo se refiere a la guerra motivada por el odio y por la soberbia; no dice en absoluto que los reinos de este mundo no tengan el derecho de defenderse, y con las armas, de sus enemigos.
----------¿Por qué entonces no se podría guerrear o hacer la guerra en nombre de Dios? ¿Una guerra por motivos religiosos es siempre fanatismo e intolerancia, o bien puede ser testimonio de fe? ¿Luchar por la libertad o por la justicia no es luchar en nombre de Dios? Ciertamente no tiene sentido pecar en nombre de Dios. Pero ya hemos dicho y repetido que hacer la guerra no es por eso mismo pecado, sino que puede ser correcto y debido. Y si es así, ¿no significa que se actúa en nombre de Dios y en obediencia a Dios?
----------Es necesario decir entonces que la guerra legítima es precisamente aquella que se hace por motivos religiosos. Por el contrario, la guerra injusta es la que se hace contra Dios, por motivos egoístas, por dominio, por opresión o por explotación del prójimo. Después de todo, ¿no debería la vida del cristiano estar enteramente motivada por su fe? ¿Oponerse a quien con la guerra ofende la dignidad de Dios y del hombre, no es accaso un acto motivado por la fe? ¿No es acaso un acto religioso?
----------Combatir prescindiendo de nuestro amor a Dios, ¡esta sí que es blasfemia e impiedad, esta sí que es guerra sucia, odiosa y perversa! ¿En nombre de quién no queremos dejar la patria en manos del enemigo o a los oprimidos en manos de sus opresores y por eso combatimos para que esto cese?
----------Valores como los del honor y de la virtud militar, del sacrificio de sí por la salvación o liberación de la patria, la existencia de un código y de una ética militar sancionados por un tribunal militar, ¿acaso todo esto no nos dice nada? ¿No nos dice tal vez que también la guerra, a pesar de sus lamentables excesos y crueldades, puede ser precisamente una acción justa y legítima?
----------En este ámbito de la guerra, donde parecería imposible la afirmación de valores morales, donde parece que el homicidio esté institucionalizado y legalizado, precisamente en esta intrincada situación aparentemente refractaria a cualquier moralización, precisamente aquí, la Iglesia, madre y maestra de paz, de la justicia y misericordia, a lo largo de los siglos, se ha ocupado de la dignidad humana y de insertar valores de humanidad en la guerra, sin conformarse con la fácil exhortación a no hacer la guerra o a cesar los conflictos, como si esto fuera suficiente para persuadir a los combatientes a hacer la paz.
----------De aquí ha nacido la posibilidad y el deber del respeto de los derechos del hombre y de la dignidad humana incluso en las situaciones de conflictos bélicos. Sin desaprobar el uso razonable de las armas, la Iglesia, sobre todo en su legislación y en la práctica de muchos Santos Pastores, ha logrado a lo largo de los siglos enfocar las relaciones entre enemigos en un plano de lealtad y de recíproco respeto, más allá de la barrera constituida por la respectiva posición de los adversarios en bandos opuestos y enemigos. De aquí nacieron en el Medioevo las Órdenes religiosas militares de caballería, maestras en esta capacidad de conciliar la caridad cristiana y el amor de Dios con la práctica del arte bélico.
----------Por otra parte, es interesante la distinción que hacen actualmente algunos ordenamientos jurídicos de los Estados. Así, la Constitución argentina habla de "guerra" en varios artículos (aa. 75, 99, 126, 127), aunque en sentido neutro, sin hacer juicio de valor (como lo hace el Santo Padre cuando habla de guerra); mientras que nuestra Constitución usa el término "armarse en defensa de la patria" en el a.21.
----------A este respecto, vuelvo a citar aquí la Constitución italiana, pues hace una luminosa distinción entre guerra ofensiva y guerra defensiva. Por cuanto respecta a la primera, utiliza el término "guerra" y hace juicio de valor diciendo: "Italia repudia la guerra como instrumento de ofensa a la libertad de los otros pueblos y como medio de resolución de las controversias internacionales" (a.11). Por cuanto respecta a la guerra defensiva, no usa el término "guerra", sino que habla de "defensa" (a.52): "la defensa de la Patria es sagrado deber del ciudadano". Sin embargo, está claro que si nosotros llamamos guerra al uso de la fuerza militar por parte de un Estado contra otro Estado, se puede muy bien usar el término también para la guerra defensiva.
----------Ciertamente, el cese de las guerras para la fundación de una humanidad justa, pacífica y concorde, expresa una aspiración y un voto que todos podemos hacer nuestros. Pero la idea que algunos parecen cultivar de que para poner fin a las guerras sea suficiente nuestra buena voluntad o baste una adecuada y bien organizada campaña política, es una idea puramente utópica, que ignora las medidas necesarias para las condiciones de la naturaleza humana herida por el pecado original, por lo cual termina por favorecer a los prepotentes y a los opresores. El fenómeno de la guerra es mucho más complejo.
----------Creer que se pueda evitar la guerra resolviendo las controversias sólo y meramente a través del diálogo, es una pura utopía y también utopía peligrosa, porque el único resultado es el abandonar a los oprimidos en las manos de sus opresores, es la legitimación de las situaciones injustas, la tolerancia a la invasión de un nación pacífica o a las pretensiones de los Estados imperialistas.
----------La Iglesia sabe muy bien que mientras estemos en esta tierra, por mucho esfuerzo que hagamos por vivir en paz, siempre habrá belicosos de los que será necesario defenderse con la fuerza. Por tanto, la Iglesia ha tenido el mérito de inspirar un código militar, que regula deberes éticos de los militares: mostrar humanidad hacia los prisioneros, abstenerse de represalias, de venganza, del uso de armas excesivamente destructivas y de atacar a las poblaciones civiles, piedad hacia los vencidos, respeto por la dignidad humana del enemigo, evitar combatir movidos por el odio, imposición de condiciones razonables para la rendición del enemigo derrotado.
----------¿Acaso es conforme a la dignidad humana, es verdadero amor por la paz, es dar prueba de disponibilidad y de coraje, es dar prueba de sentido del deber, de gratitud hacia la Patria, sustraerse a su llamado cuando la Patria está en peligro o es oprimida por el extranjero o está invadida por el enemigo? ¿O cuando sus connacionales oprimidos por el extranjero piden ayuda?
   
Es necesario que todos los Estados del mundo se sujeten a la guía de la ONU
   
----------Hoy, la humanidad ha llegado a una hora decisiva de su historia, como nunca antes había tenido que afrontar: está en juego su propia supervivencia, seriamente amenazada por el riesgo de un conflicto atómico. Por lo tanto, se enfrenta a una decisión, sin la cual ella inevitablemente terminará dentro de poco tiempo, si los ánimos no cambian de dirección, en eliminarse con sus propias manos.
----------La situación actual es peligrosísima porque el mundo está sustancialmente dividido en dos bloques contrapuestos dotados de armamentos nucleares, dos mundos espirituales y culturales hechos de por sí para complementarse mutuamente, pero que desgraciadamente muestran preocupantes signos de incomprensión recíproca: el Occidente, encabezado por los Estados Unidos, con la América del Sur, Australia y Europa occidental, y el Oriente, encabezado por Rusia y la Europa oriental, flanqueado por el Oriente asiático. Cuestión aparte es África, que está disputada entre los dos bloques.
----------El grave error de Emanuele Severino [1929-2020] ha sido el de creer que el cristianismo sea expresión del Occidente nihilista contra el Oriente "patria del ser", como decía él, cuando en cambio en realidad el cristianismo es doctrina divina universal, fuente de salvación para toda la humanidad, vida divina que vivifica y abraza en sí los dos mundos y los hermana en unidad y en la recíproca complementariedad.
----------Otro grave error acerca de este problema de la unificación política del mundo, es el de la masonería, la cual no está privada de méritos acerca del establecimiento del catálogo de los derechos del hombre. Ella, sin embargo, con actitud gnóstica y racionalista, derivada del Iluminismo del siglo XVIII y de la ética kantiana, presume conocer e indicar el camino hacia la felicidad perpetua del hombre, en la posesión de un saber racional práctico universal y público, capaz de conjugar en unidad las religiones, contenidas en el horizonte de lo relativo, de lo privado y de lo opinable, así como factores de divisiones y discordias entre los hombres.
----------Con similar actitud, la masonería, si por una parte puede reconocer el derecho a la libertad religiosa, por otra su considerarse a sí misma guía suprema de la humanidad en su progreso hacia la felicidad, demuestra una actitud de arrogancia, que nos permite sospechar que su proclamado respeto por la libertad religiosa, encubra una oculta voluntad de destrucción de la religión en nombre de la ciencia y de la razón.
----------¿Y de qué lado está el mundo islámico? Tiene su origen en un mensaje, el de Mahoma, que sustituye con el ideal profético al ideal de la filiación divina, considerada una pretensión impía e idólatra. El Islam, a diferencia del judaísmo, aprecia la figura de Jesús, pero no llega al cristianismo, dejando a Jesús al nivel de un simple profeta, y por tanto juzgando la teología trinitaria como idólatra.
----------Si Israel está entre Occidente y Oriente, presagio de la universalidad del cristianismo, el islamismo también está entre Occidente y Oriente, pero no ha logrado alcanzar la universalidad del cristianismo: ha permanecido cerrado en los confines de los pueblos árabes en Oriente Medio, con ramificaciones en el sur de Europa, el sur de Asia y el norte de África.
----------¿Qué decisión tomar en esta situación que corre el riesgo de degenerar de momento a momento? No ciertamente la de prohibir las guerras. Sería una idea puramente utópica e irrealizable. En cambio, es necesario que la comunidad internacional llegue a un acuerdo en sede ONU para abolir el uso de las armas atómicas de alto poder y mantener el uso de las armas tradicionales de bajo poder. Es necesario que todos los Estados del mundo confíen en las fuerzas armadas de la ONU la defensa del orden público internacional, reservándose un cuerpo de policía para el mantenimiento del orden interno.
----------El Concilio Vaticano II ya se había dado cuenta de que en el presente estado de naturaleza caída, en el cual aún existen el egoísmo, la soberbia, la avaricia, la impiedad, la injusticia, la prepotencia, el odio y la violencia, creer resolver las controversias entre Estados y pueblos con el simple diálogo, las sentencias jurídicas, la diplomacia y la persuasión racionalmente argumentada, sería pura utopía que resultaría contraproducente en detrimento precisamente de los débiles, de los pobres y de los oprimidos. 
----------El Concilio dice: "Bien claro queda, por tanto, que debemos procurar con todas nuestras fuerzas preparar un época en que, por acuerdo de las naciones, pueda ser absolutamente prohibida cualquier guerra. Esto requiere el establecimiento de una autoridad pública universal reconocida por todos, con poder eficaz para garantizar la seguridad, el cumplimiento de la justicia y el respeto de los derechos. Pero antes de que se pueda establecer tan deseada autoridad es necesario que las actuales asociaciones internacionales supremas se dediquen de lleno a estudiar los medios más aptos para la seguridad común" (Gaudium et spes, n.82)
----------Es interesante constatar que el Concilio se hace eco, retoma y desarrolla los dictados de la Constitución italiana, donde ella declara que Italia "permite, en condiciones de paridad con otros Estados, las limitaciones de soberanía necesarias para un ordenamiento que asegure la paz y la justicia entre las Naciones; promueve y alienta las organizaciones internacionales encaminadas a tal propósito" (a.11).
----------Una organización de este tipo, que aspira a una unidad estatal federativa, es la Unión Europea, a cuya construcción a partir de su fundación en 1951 por obra de los franceses Monnet y Schuman, el italiano De Gasperi y el alemán Adenauer, la organización se ha ido fortaleciendo y ampliando progresivamente con el ingreso de nuevos Estados miembros, hasta alcanzar hoy el número de 32, y estando conectada con la OTAN, que es una alianza militar de la Unión Europea con los Estados Unidos.
----------Un problema hoy de actualidad, en el esfuerzo de los Estados por construir una comunidad internacional en plena regla y a pleno derecho, es el de la unidad política de Europa, ya unida hasta 1054 en la común fe católica, y luego afectada por el cisma de Constantinopla hasta nuestros días, y ulteriormente agravado en 1589 con la formación del Patriarcado de Moscú, autoproclamándose, como se sabe, "Tercera Roma".
----------La plena edificación de Europa requiere, como señaló varias veces el papa san Juan Pablo II, la unión de la Europa occidental con la Europa oriental, lo que exige un redimensionamiento de las fuerzas de la OTAN en concomitancia y colaboración con las fuerzas militares rusas, de modo tal que ellas desistan de su enfrentarse entre sí, lo que constituye un gravísimo peligro para la paz del mundo, por lo cual la ferviente esperanza que debemos formular es que ellas lleguen a un acuerdo de recíproco respeto, orientando su potencial millitar al mantenimiento del orden europeo interno, a semejanza por ejemplo de como todo Estado de los Estados Unidos, se ocupa del mantenimiento y de la custodia de su paz interna por medio de un adecuado cuerpo de policía. Naturalmente, esta operación tendrá que realizarse bajo la égida de la ONU.
----------Modelo de esta iniciativa para una mejor organización de la comunidad internacional, puede ser el modo como han nacido los Estados Unidos de América, es decir, el acuerdo entre las trece ex-colonias inglesas para federarse en una única entidad estatal superior, confiando al gobierno federal el uso de las fuerzas armadas para intervenir en caso de conflictos entre dos o más Estados, dejando a cada individual Estado un cuerpo armado para las intervenciones relativas al orden interno. Así, en el Estado federal, aquellos que antes eran Estados soberanos, pierden su soberanía para someterse al gobierno federal.
----------Si un Estado es agredido por otro o quiere recuperar territorios injustamente ocupados por otro Estado (véase por ejemplo la guerra israelí-palestinense), se le concederá como legítima defensa privada, pero bajo el control de la ONU dispuesta a intervenir con su servicio de orden para imponer la paz en el caso de que quien tienen razón no pudiera por la fuerza obtener el respeto de sus derechos.
----------La guerra es la ocasión en la cual el hombre puede dar muestra y prueba de un alto grado de virtud y de dignidad moral al afrontar valientemente a los enemigos de Dios y de la Patria en el combate y en el dejarse matar por los enemigos de Dios y de la Patria como testimonio de su fe, sin huir ante ellos.
----------Pero la guerra es también indudablemente, y desgraciadamente, siempre ocasión para que vuelvan a producirse las más graves ofensas a la dignidad humana, decayendo de la propia dignidad de hombres e hijos de Dios mediante la realización de las acciones más torpes y viles que imaginarse pueda, en las masacres, en los robos, en las violación de las mujeres, en el desfogue de la más bestial crueldad, en la opresión de los pobres, en la profanación de los lugares sagrados, en el asesinato sin piedad y sin razón.
----------Según la Sagrada Escritura, en la vida presente toda guerra presenta ya, aunque sea de manera imperfecta, el esquema apocalíptico de la lucha de los justos contra los impíos. Ahora bien, la diferencia es que ahora, en la historia humana presente, quien tiene razón, tiene también errores, y quien se equivoca también tiene razones. En cambio, la batalla final prevista por el libro del Apocalipsis es aquella conducida por los justos bajo la guía de Cristo contra los impíos bajo la guía de Satanás, que será derrotado con todos los malvados mientras los justos triunfarán en el cielo al son del canto eterno de la victoria.

11 comentarios:

  1. Permítame, Padre, insistir sobre el tema de la ilegitimidad del Estado. Por lo que yo recuerdo, la legitimidad de un Estado se da cuando ha nacido correctamente según el derecho, ahora bien, ¿cuántas son las naciones en el mundo que han nacido de maniobras ilegales o golpes de estado, o fraudes electorales?... Después, esos gobiernos, que dudo que fueran legítimos, habría quizás tenido legitimidad para ejercer su poder, mientras legislaran según la ley de Dios. Ergo, creo que cualquier gobierno que, pudiendo, dejando aparte de las decisiones de las cortes supremos, o tribunales constitucionales, apoyara el aborto, está violando la ley de Dios, y por lo tanto caería en la ilegítimidad incluso si la mayoría del pueblo consiente en la constitución donde no hay referencia a Dios y consiente en el aborto, esto se debe a que han aceptado doctrinas impías o son ignorantes.

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    1. Usted Dino, creo que está dando vueltas sobre el tema de la objeción de conciencia en caso de guerra. Permítame decirle que, en cualquier caso, en caso de guerra, incluso los objetores de conciencia deberían ser llamados a servir como auxiliares en el campo de batalla, tal vez capacitándolos para el servicio sanitario, etc.

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    2. así lo hicieron los ingleses en 1914

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    3. Estimado Dino,
      como ya le he dicho, la ley sobre el aborto, por más grave que ella sea, no reúne en torno a sí todos los intereses del Estado, sino que existen muchos otros valores que garantizan la legitimidad del Estado.
      Ya le he dicho cuáles son los verdaderos motivos que pueden minar o enfermar o corromper la legitimidad de un Estado.

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    4. Estimado Manuel,
      estoy de acuerdo con su opinión.

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    5. Estimado Padre: Respeto su opinión, pero, por lo que he leído creo que basta con permitir para que un Estado pierda su legitimidad.

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    6. Estimado Dino,
      no basta con leer cualquier opinión sobre un tema tan importante, para aceptarla como si fuera oro colado, sino que es necesario realizar una cuidadosa y ponderada verificación de la autoridad del que habla y opina sobre tema tan grave. Lo que yo le digo, no es mi opinión personal, sino una argumentación fundada en el buen sentido común.
      De hecho, para convertir en ilegítimo a un Estado, como ya le he dicho, no basta con la emisión de algunas leyes contrarias a la ley natural, sino que es necesario que sean inválidas las bases o los fundamentos mismos del Estado, como podrían serlo los de un Estado totalitario o uno fundado en el ateísmo o un Estado declaradamente anticristiano.
      Por otra parte, es necesario recordar que la base de un Estado no es necesariamente la fe cristiana, porque en sí mismo el Estado está simplemente fundado en la razón. Por esto un Estado es ilegítimo, no sólo si es anticristiano, sino también por el hecho de que su base socava los principios fundamentales de la razón práctica, como la promoción del bien de la persona y de la sociedad.

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    7. ¿No es entonces suficiente una ley del aborto libre?

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    8. Estimado Dino,
      como ya he dicho, no bastan algunas leyes injustas para destruir las bases de un Estado. Entonces, me gustaría preguntarle a usted: ¿qué debería decirse de la Unión Soviética bajo Stalin, de la Alemania nazi, de la Italia fascista, de la China comunista, de los Estados islámicos, o incluso de los gobiernos argentinos filo-fascistas como los que hemos tenido durante las décadas de 1960, 1970 hasta 1983, sin mencionar a los de los años '30, etc.?
      Sin embargo, la Iglesia, incluso viviendo con estos Estados, ha encontrado y encuentrra una manera de permitir a los católicos, aunque en condiciones difíciles, un mínimo de libertad y de vida humana.

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    9. pero entonces si la iglesia hace un concordato, ¿son legítimos el gobierno o el estado?

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    10. Estimado Dino,
      la historia demuestra que la Iglesia puede concertar Concordatos incluso con Estados totalitarios, que ciertamente podríamos llamar ilegítimos, en cuanto están fundados no en una sólida filosofía, sino, por ejemplo, en el idealismo de Hegel, como lo fue el Estado nazi alemán. Hoy podríamos poner como ejemplo el acuerdo que la Santa Sede ha pactado con la China comunista.
      La Iglesia es misericordiosa y busca siempre el bien posible, dondequiera que se encuentre. Por ello la Iglesia también estipula Concordatos con los Estados de este tipo, ya que logra concordar con ellos algún valor importante, renunciando a pretender más, con la esperanza de que este Estado pueda mejorar en el futuro.
      Esto no quita que luego podamos hacer un juicio histórico y moral acerca del comportamiento de las Iglesias locales, o, más en concreto, de las Conferencias Episcopales en el curso de la vida cotidiana de una Iglesia que convive en un estado totalitario.
      Al respecto, a los argentinos, nos viene el recuerdo de lo actuado por la Conferencia Episcopal Argentina durante los gobiernos militares de las décadas de los años '60 y '70, donde ciertamente ha habido, en mi opinión, mucho de reprensible en algunos representantes del Episcopado Argentino, con dignas excepciones.

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