viernes, 25 de agosto de 2023

La paz: conquista humana y don de Dios (1/2)

¿Puede la paz ir acompañada de la guerra, o es pura ausencia de guerra? ¿Puede la guerra servir para hallar la paz, o la guerra siempre impide la paz? ¿Es siempre pecado querer la guerra, o Dios puede querer o mandar la guerra? ¿Bastan las fuerzas humanas para sofocar una guerra, o es necesaria la ayuda divina? ¿Existe una paz sobrehumana, otorgada por Dios, una paz superior a toda humana fuerza o capacidad humana, pero también superior a toda humana imaginación o aspiración? [En la imagen: fragmento de "Matanza de los inocentes", fresco de alrededor de 1302-1305, obra de Giotto, en la Capilla Scrovegni o de la Arena, Padua, Italia].

"¡Paz!, y en realidad no hay paz" (Ez 13,10)
   
----------Desde todas partes escuchamos hoy invocar la paz. Todos están contra la guerra. Los Ucranianos quieren la paz. Los Rusos quieren la paz. La UE quiere la paz. La ONU quiere la paz. Erdogan quiere la paz. Los Estadounidenses quieren la paz. Los Chinos quieren la paz. El Papa invoca la paz.
----------¿Quién es el que hoy hace la apología de la guerra? ¿Quién es el que hoy, como Hegel, defiende la necesidad de la guerra para la promoción del progreso humano? ¿Quién es el que hoy se declara de acuerdo con Nietzsche en los elogios del superhombre que aplasta a los débiles y elimina a los enfermos? "La guerra -se dice- es siempre algo horrible. No hay guerras justas".
----------Los propios Rusos, al lanzar la guerra contra Ucrania, no han querido que se usara la palabra "guerra", sino la expresión "operación militar". Mientras tanto, ¿se puede negar que ahora en Ucrania existe la guerra? Entonces, ¿qué significa esto? ¿Que todos los que ahora en Ucrania usan las armas son criminales? Cuando el Papa dice que no existe guerra justa, ciertamente no entiende decir esto, sino que se refiere al hecho de que no hay guerra en la cual no se involucre la injusticia, incluso si en ella vienen cumplidos actos heroicos y se debe estar dispuesto a defender la patria a riesgo de la vida.
----------Por eso ahora en Ucrania existe la guerra y no llegamos a encontrar el camino de salida. Las preguntas se agolpan. ¿Estamos tan seguros de que todos aquellos que invocan la paz la quieren verdaderamente? ¿Saben qué es la paz? ¿Saben cómo se la obtiene? ¿Cómo se la conserva? ¿Cómo se la defiende?
----------El egoísmo, la avaricia, el genderismo, la cultura del aborto, la disolución de la familia, el hedonismo, la soberbia, el afán de sobresalir, el ateísmo, la doblez, la mentira, el relativismo, el panteísmo, el modernismo, el pasadismo, la masonería, la concepción dialéctico-conflictual del pensamiento y de la existencia, el polemizar sistemático, la actitud constantemente confrontativa, el favorecer las divisiones, la incredulidad en Dios, el romper la unidad, la negación de los valores universales, el odio hacia el adversario, el sembrar las discordias, la desobediencia a la autoridad, la libertad desenfrenada, la negación del principio de no-contradicción y del principio del tercero excluido, ¿acaso favorecen, garantizan, fundan, aseguran, la paz? ¿Son testimonios de paz? Y sin embargo, si se interroga a todos aquellos que sostienen estas ideas y estas prácticas, veremos que todos nos dirán que están a favor de la paz y contra la guerra.
----------Ahora bien, una cosa ante todo debería ser clara: que la apreciación o valoración de la paz implica un fundamento teológico de la visión de la realidad, porque el concepto de paz trae consigo todos los valores fundamentales de la existencia: la valoración de la bondad y de la honestidad moral, la convicción de la existencia de la verdad, de su cognoscibilidad y de su comunicabilidad en el lenguaje, la idea de una felicidad eterna, de una concordia o armonía universal, de una tranquilidad absoluta, de un orden y de una justicia perfectos. El ateo, el escéptico, el subjetivista, el hipócrita, el agnóstico, el astuto, el egoísta, no son capaces de amar la paz, porque ellos mismos no están en paz.
----------Para aclarar la cuestión, es necesario que nos planteémonos algunas preguntas: ¿puede la paz estar acompañada de la guerra, o es la paz una pura ausencia de guerra? ¿Puede la guerra servir para encontrar la paz, o la guerra siempre impide la paz? ¿Es siempre pecado querer la guerra, o Dios puede querer o mandar la guerra? ¿Bastan las fuerzas humanas para sofocar una guerra, o es necesaria la ayuda divina? ¿Existe una paz sobrehumana, otorgada por Dios, una paz superior a toda humana fuerza o capacidad humana, pero también superior a toda humana imaginación o aspiración?
----------¿La paz implica la unidad, o es síntesis de opuestos? ¿La identidad excluye o incluye la contradicción? ¿Se debe decir sí y excluir el no, o se puede al mismo tiempo decir sí y no? ¿Se puede reducir el aut-aut al et-et? ¿Lo contrario es simplemente lo diferente? ¿El bien puede estar sin el mal, o tiene necesidad del mal para ser bien? ¿El mal está contra el bien, o es simplemente diferente del bien? ¿La herejía está contra la verdad, o es una verdad diferente? ¿La paz es armonía entre diferentes, o convivencia de contradictorios? ¿La paz es solución del conflicto, o legitimación del conflicto?
----------¿La realidad deriva de un único principio, o de un principio doble? ¿Deberíamos servir a un solo maestro, o conviene servir a dos? ¿No podríamos acomodarnos a los dos, para así poder pasar del uno al otro según nos convenga? ¿Lo verdadero es lo que me parece a mí, o es lo que es? ¿Entre Cristo y Beliar debemos elegir o podemos servir al uno y al otro? ¿O bien podemos considerarnos neutrales? ¿O bien podemos rechazar a ambos y arreglarnos por nuestra cuenta? Todas estas preguntas están estrechamente relacionadas con el problema de la paz y con lo que es la paz.
   
Las palabras del Papa
   
----------El Papa nos ha venido hablando una infinidad de veces sobre el tema de la guerra en Ucrania, repitiendo siempre las mismas fórmulas, que todos conocemos. Sobre ellas, ciertamente, todos podemos estar de acuerdo. Pero tal vez nos gustaría que el Papa entrara más en tema, más en el fondo de esta guerra terrible y complicadísima, para indicarnos con más precisión, con su palabra de Pastor universal de la Iglesia, ministro del Príncipe de la Paz, asistido por el Espíritu Santo, qué podríamos hacer, o qué deberían hacer los beligerantes, cómo explicar las causas de la guerra, dónde están los errores y dónde están las razones, dónde están las atenuantes y dónde las agravantes, cuáles son las tesis correctas y cuáles las incorrectas, dónde existe la violencia o dónde el uso justo de la fuerza, y cuáles podrían ser acaso los puntos de convergencia de los dos beligerantes, porque no existe paz sino en el acuerdo sobre valores comunes.
----------Algunos plantean una observación razonable: el Papa dispone de muchos canales de información sobre lo que está sucediendo. Por tanto, ¿no podría entrar en más detalles? Los principios abstractos en moral son ciertamente fundamentales, pero para saber qué hacer, tenemos necesidad de conocimientos concretos de parte de fuentes seguras y confiables. ¿O tal vez ocurre que el Papa no sea informado de lo que realmente está sucediendo y por qué está sucediendo? ¿O tal vez es mantenido en la oscuridad, y alguien está tratando de engañarlo? Ciertamente. ¿Pero pueden las tinieblas vencer a la luz?
----------Otros dicen: el Papa está favoreciendo en secreto tratativas entre las partes, con actos que está bien que no sean de dominio público, porque podrían causar perturbación en las negociaciones mismas. Entiendo. No se pretende que vengamos al conocimiento de noticias reservadas o de información confidencial; sin embargo, cuanto sucede en Ucrania es materia gravísima de interés común, que a todos nos angustia.
----------Y entonces, ¿es posible que el Vicario de Cristo, custodio y dispensador de la paz de Cristo, juez de justicia y de verdad, enemigo de Beliar el rey de la mentira, del homicidio, del odio, de la violencia y de la división, no pueda decir abiertamente a todo el mundo y a las dos partes: haced esto, haced esto y aquello? Pero puede ser que ni siquiera el Santo Padre esté en grado de entrar en tales materias.
----------En cualquier caso, el Romano Pontífice no escatima los adjetivos para suscitar en todos el horror hacia la guerra en su existencial atrocidad. Y esto lo sabemos todos. En su predicación exhorta a los gobiernos a renunciar a la guerra como medio de resolución de las controversias internacionales. Ha exortado a los propios beligerantes de la guerra en Ucrania a deponer las armas.
----------Sin embargo, podríamos preguntarnos: ¿es realista pensar que hoy la conciencia moral logre prohibir y desterrar como crimen cualquier práctica de la guerra? ¿Es hoy la humanidad capaz de desterrar para siempre el recurso a la guerra, capaz de dejar de hacer la guerra como se deja de fumar o de beber alcohol? ¿No es éste un pensamiento demasiado simplista? ¿Puede hoy una autoridad internacional intervenir entre dos países en guerra, intimándoles a que cesen las hostilidades, como una madre intima a sus dos hijitos que están litigando entre sí a que cesen inmediatamente, sin escuchar las razones del uno y del otro? La Escritura nos enseña que sólo en la Jerusalén celestial habrá esa paz perfecta que excluye todas las guerras.
----------Lo cierto es que la humanidad, en la vida presente, ciertamente siente una necesidad de paz; sin embargo, no es que alcance a vivir espontáneamente una vida tranquila, que la humanidad llevaría adelante tranquilamente, si no fuera por el permanente surgir de pueblos belicosos que se agreden entre sí. La maldad que está en el origen de la guerra no es un hecho incidental en una humanidad sustancialmente buena y pacífica, que quiere vivir en paz, sino que lamentablemente, en cada uno de nosotros, como consecuencia del pecado original, existe un impulso nunca totalmente dominable a dañar al prójimo, aunque exista a la vez una inclinación más radical a la sociabilidad y a la benevolencia.
----------Sea como fuere, mientras vivamos en esta vida que sufre las consecuencias del pecado original y de nuestros propios pecados, por muchos progresos que la humanidad haya logrado desde un pasado lejanísimo, hasta el presente, en el camino de la superación de la guerra por una convivencia justa y pacífica, y no obstante todo el aporte del cristianismo para la realización de una humanidad pacífica, permanece insuprimible este instinto de agresividad que es la causa de la guerra, y por lo tanto sigue siendo siempre necesario el uso de la fuerza, y por eso, nuevamente, la guerra, para frenar y hacer innocuo este instinto. Por lo tanto, la guerra, cuando la tratativa no produce resultados, se vence con la guerra. En este sentido, la guerra conducida con este propósito y dentro de estos límites, revela ser un medio para la consecución de la paz.
----------Ahora bien, el Papa sabe mejor que nosotros cuál es la condición de la humanidad consecuente al pecado original, por lo cual la invitación que hace a los Estados a prohibir para siempre el recurso a la guerra no debe ser interpretada según el modelo racionalista y pelagiano rousseauniano-masónico de lo que ha de hacerse, como cuatro y cuatro son ocho. El Papa no es tan ingenuo como para no conocer el peso de la malicia humana. Está claro entonces que su propuesta debe ser entendida no como un decreto gubernamental a aplicar de la noche a la mañana, sino como perspectiva escatológica en sentido bíblico.
----------El Papa, por lo demás, para lograar persuadirnos a renunciar a la guerra, ha exhortado repetidamente a "aprender de la historia", la cual enseña que las guerras son siempre calamidades. Sin embargo, retrocediendo en la memoria a acontecimientos decisivos para la supervivencia de la civilización cristiana o de la misma libertad de Europa, no podemos negar que la batalla de Lepanto en 1571 o la de Viena en 1682 o las cruzadas o el desembarco americano en Normandía en la segunda guerra mundial, sean acontecimientos bélicos que deben suscitar en nosotros gratitud por haber defendido la libertad y la existencia misma de la civilización europea formada por el cristianismo. ¿O tal vez habría sido mejor para Europa estar dominada por la Media Luna o por el nazismo? Por tanto, con sus palabras el Papa no pretende desconocer la utilidad de una guerra de defensa, como ha dejado bien claro también por cuanto respecta a la guerra en Ucrania.
----------El Santo Padre también ha denunciado con claridad la invasión militar rusa a Ucrania, dando claramente a entender la legitimidad de la defensa armada por parte de los Ucranios, destinada a hacer cesar la ocupación rusa. Al sostener la crueldad de la acción rusa, el Papa ha hablado del pueblo ucranio como "pueblo mártir". También estas palabras del Papa deben ser rectamente entendidas.
   
Cosas útiles que quizás el Papa podría recordarnos
   
----------Sabemos que en cualquier guerra, incluso cuando se debe distinguir, como en este caso, entre el agresor y el agredido, nunca se puede poner toda la razón de una parte y todo lo malo de la otra. También aquí es necesario evitar el simplisismo, que acabaría por poner al agresor en una luz demasiado desfavorable y hacerlo tan odioso que pondría en seria dificultad la aplicación del precepto cristiano del amor al enemigo, que por el contrario es un expediente eficacísimo para apaciguar al enemigo y favorecer la paz con él.
----------Una agresión militar no tiene la misma simplicidad que puede tener, por ejemplo, la agresión de un carterista a un transeúnte que pacíficamente va por la calle o se traslada con los demás en el autobús. El policía que tuviese conocimiento del percance que le ha ocurrido a la desafortunada víctima tendría que hacer una cosa muy sencilla: detener al ladrón y obligarlo a restituir lo robado.
----------Ahora bien, en las guerras las situaciones son mucho más complejas, y particularmente compleja e intrincada, mezclada en ambos lados, las razones y los errores, es la situación de la relación entre Rusia y Ucrania. De hecho, en la presente guerra salen a la luz dramáticamente o trágicamente, malentendidos, venenos, incomprensiones y rencores que se han ido acumulados en el pasado, que se remontan a lo largo de los siglos hasta el cisma de Oriente de 1054, cuando la cristiandad sometida a Constantinopla se separó de la obediencia al Obispo de Roma y surgió la así llamada Iglesia ortodoxa, que aún hoy existe.
----------Entonces la Iglesia de Kiev, madre de la Iglesia de Moscú, entrambas sujetas a Constantinopla, rompió la comunión con la Iglesia de Roma. Pero las cosas no terminaron ahí: en 1589 Moscú a su vez se separó de Constantinopla, de modo que Constantinopla sufrió a su vez esa misma rebelión de la cual se había manchado al separarse de Roma. Tras su rebelión contra Constantinopla, la Iglesia de Moscú, cada vez más orgullosa del famoso título de "Tercera Roma" que se le atribuyó en los siglos siguientes, empezó a dominar sobre Kiev de forma cada vez más humillante e insoportable.
----------De esta manera el pueblo ruso fue disminuyendo gradualmente la unión que tenía con el pueblo ucranio, y la fue sustituyendo progresivamente por una actitud de despotismo y de dominio. Esto, comprensiblemente, provocó una ola de intolerancia y de rencor de los Ucranios hacia los Rusos, que gradualmente les hizo olvidar su antiguo origen común en el siglo IX con el bautismo de san Vladimiro, rey de Kiev y de los Rusos.
----------Pero al mismo tiempo, no toda Ucrania aceptó la ortodoxia. En el siglo XVII con san Josafat muchos Ucranios del oeste se unieron a Roma, formando la así llamada Iglesia Uniata, todavía existente hoy. De esta manera Ucrania, desde que Kiev siguió al cisma de Oriente, estuvo siempre dividida entre católicos y ortodoxos, primero, hasta el siglo XVI, sobresaliendo sobre Moscú, pero luego, desde que Moscú decidió separarse de Constantinopla, sometidos a Moscú. De esta manera aquellos Rusos que en el siglo IX eran originarios de Kiev, con el surgimiento de la "Tercera Roma", ahora se consideraban dominadores de los Rusos de Kiev, quienes, por tanto, comenzaron a sentirse cada vez menos Rusos y cada vez más Ucranios, visto que ahora eran los moscovitas los que se jactaban de ser el modelo del ser ruso.
----------Con el surgir de la Unión Soviética, los Rusos, influenciados por los comunistas, acentuaron su arrogancia frente a los Ucranios, hasta el punto de que en los años 1932 y 1933 el régimen soviético impuso un plan económico de colectivización de la producción agrícola ucraniana con tal ciega violencia, que causó una terrible hambruna que provocó cerca de seis millones de muertos.
----------Podemos imaginar qué espantosa herida ha quedado en el pueblo ucranio desde entonces frente a los rusos, qué ardiente voluntad surgió en los Ucranios de liberarse del yugo soviético, aunque una parte de los Ucranios fueran comunistas y no rechazaban la pertenencia a la Unión Soviética.
----------El hecho fue que si ya había un motivo de división en el pueblo ucraniano, tras la división entre católicos y ortodoxos, ahora surgió uno nuevo. Ahora nacía el contraste entre comunistas y anticomunistas, estrechamente vinculado con el correspondiente contraste entre pro-soviéticos y anti-soviéticos. Al mismo tiempo emergía como nunca antes la postura nacionalista, cultivada en Ucrania desde el siglo XIX por poetas y escritores, en armonía con la difusión típica de los nacionalismos románticos del siglo XIX.
----------Desgraciadamente, la reivindicación nacional de Ucrania por impulsos de Stepan Bandera se desarrolló en la línea del nacionalismo nazi, que en ese momento pareció para muchos Ucranios, encabezados por Bandera, no solo como ejemplo de nacionalismo, sino también como ocasión para vengarse por el genocidio perpetrado por Stalin, llamado "holodomor", que significa "muerte por inanición". Así fue como Bandera apoyó la ocupación nazi de Ucrania, en la esperanza, luego decepcionada, de que los nazis fueran los liberadores del yugo soviético, e instó a las tropas ucranias a acompañar a los nazis en la campaña de Rusia.
----------Por consiguiente, se puede entender bien que hoy los Rusos tengan un mal recuerdo de Bandera, y es lamentable que en Ucrania todavía haya muchos nostálgicos de Bandera. Hoy en día, los ruso-parlantes habitantes del Donbass y de Crimea pueden lamentar una real condición de discriminación y de maltrato por parte del gobierno ucraniano, mientras que Bandera es considerado héroe nacional por los Ucranios del oeste, que conservan el recuerdo del "holomodor" y aspiran a la independencia de Ucrania. Los Ucranios del oeste, pro-occidentales, a la inversa, lo rechazan como nazi.
----------Bandera es odiado como nazi también por los Ucranios del este, vecinos de los Rusos, que ahora han vuelto a la democracia, aunque todavía con acentos de despotismo, defecto endémico del pueblo ruso. De hecho, es necesario recordar que hoy Rusia ha abandonado el régimen soviético y ha introducido la libertad política, religiosa y económica. Indudablemente Rusia mantiene una actitud imperialista, pero no debemos olvidar que ha llegado la democracia. Aunque sea parcialmente, la profecía de Fátima se ha cumplido.
----------Hoy se da el caso de que los nacionalistas anti-rusos no son nazis, como cree Vladimir Putin, aunque simpaticen con Stepan Bandera. En todo caso, son pro-occidentales, tanto católicos como no-católicos. Los ortodoxos ucranianos siguen siendo en parte fieles a Moscú y en parte a Kiev. Muchos se rebelaron a Moscú al constatar la crueldad de la invasión rusa, apoyada por el Patriarca Cirilo.
----------Los ortodoxos de Kiev se han rebelado contra Cirilo y se han acercado a Bartolomé, Patriarca de Constantinopla. De modo que podemos advertir así en qué medida es intrincada y contradictoria la situación que actualmente se vive. El pueblo ucraniano no está unido en sí mismo ni desde el punto de vista nacional, ni desde el punto de vista religioso. Los pro-rusos chocan con los anti-rusos.
----------Es un pueblo en conflicto consigo mismo, en contraste consigo mismo. Es un pueblo todavía a la búsqueda de su propia identidad y unidad. Como les sucede a los pueblos que se encuentran en medio de grandes imperios: al ser codiciados por entrambos, son pueblos disputados. Pero todo esto va en detrimento de ellos. Lo ideal sería que precisamente, por encontrarse en el medio, actuaran como mediadores. Las grandes potencias Rusia y Estados Unidos deberían estudiar juntos la situación de Ucrania, del mismo modo como dos médicos acuden al lecho de un enfermo para ver qué pueden hacer.
----------Lo que deseamos de todo corazón a Ucrania es que pueda mediar entre Oriente y Occidente, entre católicos y ortodoxos, entre creyentes y no-creyentes. Es un pueblo que ha padecido de una manera terrible en carne propia los horrores del comunismo y del nazismo. Hablamos también de "pueblo mártir", mártir de los Rusos, pero también mártir de sí mismo. En mi opinión no estaría mal que el Papa dijera estas cosas, para hacer entender el por qué de esta guerra, pues son cosas que pueden ayudar a encontrar el acuerdo y la paz.

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