domingo, 20 de junio de 2021

Amoris laetitia y modernismo: la infeliz expresión del card. Müller

En el artículo de ayer comenzábamos a examinar los puntos sobre los que criticaba el teólogo neo-modernista Andrea Grillo en su artículo del 1 de febrero de 2017 en Settimana News, al cardenal Gerhard Müller (por entonces todavía Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe). Vimos ya el primero, la cuestión de la abstinencia sexual de los divorciados vueltos a casar. Y ahora examinaremos el segundo, la cuestión de la "analogía" paulina entre la unión esposo-esposa y la relación entre Cristo y la Iglesia.

El significado analógico del matrimonio
   
----------En la entrevista que le hizo la revista Il Timone, en su edición de febrero de 2017, el cardenal Gerhard Müller, luego de responder a la cuestión de la continuidad doctrinal y disciplinaria entre la exhortación Familiaris consortio del papa san Juan Pablo II y la exhortación Amoris laetitia, tal cual vimos en el artículo anterior, recuerda la doctrina paulina sobre el matrimonio, que compara la unión del esposo con la esposa con la unión de Cristo con la Iglesia: "El marido es la cabeza de su esposa, así como Cristo es también la cabeza de la Iglesia (...) Este misterio es grande: lo digo de Cristo y de la Iglesia" (Ef 5,23.32).
----------Para nosotros los católicos, el matrimonio es, por lo tanto, la expresión de la participación de la unidad entre Cristo esposo y la Iglesia su esposa. Esto no es, como algunos habían dicho durante el Sínodo de la Familia anterior a la exhortación Amoris laetitia, una simple vaga analogía. ¡De ninguna manera! Se trata de la sustancia del Sacramento, y ningún poder en cielo y en tierra, ni un ángel, ni el Papa, ni un concilio, ni una ley de los obispos, tiene la facultad de modificarlo, como de hecho advierte el apóstol Pablo: "Pero si nosotros mismos o un ángel del cielo os anuncia un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡que sea expulsado! Ya os lo dijimos antes, y ahora os lo vuelvo a repetir: el que os predique un evangelio distinto del que vosotros han recibido, ¡que sea expulsado!" (Gál 1,8-9).
----------Sin embargo, debo reconocer que sobre este punto Andrea Grillo, en su artículo en Settimana News del 1 de febrero de 2017, que comenzamos a analizar en el artículo de ayer, parece dar en el clavo. Dice Grillo: "No sólo aquí se expresan algunas convicciones que no son en absoluto 'magisterio adquirido', sino más bien forzamientos recientes en la doctrina común, sino que se citan sólo las labores sinodales y se ignora el texto de Amoris laetitia. En efecto, no son 'algunos padres sinodales' los que han expuesto teorías extravagantes a propósito de la relación entre la Iglesia y el matrimonio, sino el texto mismo de Amoris Laetitia en los nn. 72-73 que hablan respectivamente de 'signo imperfecto' y 'analogía imperfecta' para definir la relación entre el sacramento del matrimonio y las nupcias entre Cristo y su Iglesia". Y cita el texto del Papa:
----------"El sacramento del matrimonio no es una convención social, un rito vacío o el mero signo externo de un compromiso. El sacramento es un don para la santificación y la salvación de los esposos, porque su recíproca pertenencia es representación real, mediante el signo sacramental, de la misma relación de Cristo con la Iglesia. Los esposos son por tanto el recuerdo permanente para la Iglesia de lo que acaeció en la cruz; son el uno para el otro y para los hijos, testigos de la salvación, de la que el sacramento les hace partícipes" (n.72). "El matrimonio cristiano es un signo que no sólo indica cuánto amó Cristo a su Iglesia en la Alianza sellada en la cruz, sino que hace presente ese amor en la comunión de los esposos. Al unirse ellos en una sola carne, representan el desposorio del Hijo de Dios con la naturaleza humana. Por eso en las alegrías de su amor y de su vida familiar les da, ya aquí, un gusto anticipado del banquete de las bodas del Cordero. Aunque la analogía entre la pareja marido-mujer y Cristo-Iglesia es una analogía imperfecta, invita a invocar al Señor para que derrame su propio amor en los límites de las relaciones conyugales" (n.73).
----------Grillo observa: "1. Nadie habla de 'vaga relación' [se refiere a la "analogía" del Cardenal], sino de 'analogía imperfecta'. Esto no excluye en absoluto una relación de 'representación real' y de 'eficacia' entre sacramento y vida eclesial, sino que distingue cuidadosa y precisamente esta representación de la 'representación eucarística'. Precisamente esta 'identidad' sería un forzamiento de la tradición, a la cual parece inclinar la interpretación maximalista expresada por los cuatro cardenales y que el Prefecto Müller parece compartir. 2. Hacer pasar por 'opiniones de algunos padres sinodales' las explícitas palabras de una Exhortación Apostólica puede complacer a los lectores de la revista Il Timone, pero no rinde ningún servicio a la verdad. Sobre este punto el ministerio de un Prefecto de la Congregación debería evitar crear confusión y registrar la evolución de una disciplina, ayudando a comprenderla, en lugar de fingir ignorarla".
----------Pero es necesario responder a las palabras de Grillo diciendo que el nudo de la cuestión es, ante todo, si el concepto cristiano del matrimonio es un concepto analógico. Y si es efectivamente así, ¿de qué tipo de analogía estamos hablando? La analogía en general es un parangón, una comparación entre dos términos, que se asemejan. Así por ejemplo decimos que hay una analogía entre la actividad creadora de Dios y el obrar artístico humano, o bien entre la sensibilidad animal y la sensibilidad humana.
----------Ahora bien, es necesario decir con absoluta franqueza que el concepto de matrimonio no es un concepto analógico, como si se tratara de un trascendental, que pudiera aplicarse analógicamente tanto a Dios como al hombre, de modo que entre el matrimonio humano entre marido y esposa por un lado, y el "esponsalicio" entre Cristo y la Iglesia, por el otro, pueda darse una analogía estricta, perfecta y completa. Esto ciertamente es lo que el papa Francisco quiere decir en Amoris laetitia con la expresión "analogía imperfecta".
----------Así, para ofrecer otros ejemplos, de modo similar, en el libro del Apocalipsis se habla de las "bodas del Cordero" (Ap 10,7). Por otra parte, Jesús ama presentarse como el "esposo" (Mt 9,15; Jn 3,29; 2 Co 11,2). En el Antiguo Testamento Dios es el "Esposo" de Israel, representado como la "esposa" de Dios (Is 61,10; 62,5: Jer 30,17; Ez 16, 15-63; Os 2, 21-22; Ap 21, 2; 22,17). En el Apocalipsis se habla de la Iglesia como la "esposa" de Cristo (19,7). La "mujer" de Ap 12,1-2 es claramente la Iglesia luchando contra el "dragón", es decir, contra el demonio. La Iglesia es "mujer" y está representada por la Santísima Virgen María.
----------En definitiva, el "matrimonio" de Cristo con la Iglesia no es un verdadero y propio matrimonio, sino que lo es sólo simbólicamente; se trata de una comparación indudablemente muy bella, ideada por san Pablo, a directa sugerencia del Antiguo Testamento, para hacernos apreciar por una parte la altísima dignidad del matrimonio cristiano, y por otra, para hacernos comprender que la Iglesia puede ser considerada de algún modo una persona, precisamente la "esposa" de Cristo. En efecto, la Iglesia, como una persona, cumple una rica serie de actos personales: cree, espera, ama, actúa, crece, obedece, contempla, recuerda, busca, adora, reza, se regocija, ofrece, sufre, soporta, enseña, juzga, corrige, gobierna, premia y castiga, predica, aprende, conserva, persevera, purifica, progresa, reconcilia, unifica, perdona, renueva, santifica. Y así como una esposa terrena engendra hijos del hombre, así también la Iglesia engendra hijos de Dios.
----------El cardenal Müller, lamentablemente, parece contradecir aquí al Santo Padre, algo que Grillo destaca con complaciente malicia y aire de triunfo, por haber puesto al cardenal Müller en contra del Papa. El problema grave, en efecto, es que parece que efectivamente existe un contraste entre el modo con el cual el papa Francisco entiende la analogía paulina y el modo como la entiende el cardenal Müller. Es posible, en mi opinión, que no se trate de un verdadero y propio contraste, sino de dos puntos de vista diferentes.
----------Me explico. El Santo Padre centra su atención sobre la analogía en sí misma y habla de una "analogía imperfecta", preocupado probablemente por la distancia infinita que existe entre la unión humana y el misterio trascendente de la relación Cristo-Iglesia, obviamente sin negar la existencia y el valor de la analogía. El cardenal Müller, en cambio, niega una simple "vaga analogía", porque está preocupado por destacar y evidenciar que la analogía toca la sustancia del sacramento.
----------Grillo, teólogo modernista de "transparentes" propósitos, que no aspira más que a encontrar un motivo de divergencia del Cardenal con el Papa, se lanza a la pesca de este punto delicado de la analogía con estas palabras: "(…) es el propio texto de Amoris Laetitia en los nn. 72-73 que habla respectivamente de 'signo imperfecto' y de 'analogía imperfecta' para definir la relación entre el sacramento del matrimonio y las nupcias entre Cristo y su Iglesia. Y de hecho, las palabras del Papa son las siguientes: Aunque la analogía entre la pareja marido-mujer y Cristo-Iglesia es una analogía imperfecta, invita a invocar al Señor para que derrame su propio amor en los límites de las relaciones conyugales".
----------Por consiguiente, el problema que debemos abordar es ver si la infeliz expresión del cardenal Gerhard Müller "vaga analogía" en la entrevista concedida a Il Timone, corresponde a aquella del papa Francisco: "analogía imperfecta". En cuyo caso, Grillo tendría razón al señalar un contraste entre el cardenal Müller y el Papa. Para aclarar el pensamiento de entrambos, creo que puede servir detenernos por un momento a considerar los dos tipos fundamentales de analogía metafísica, en referencia a la expresión escolástica "analogía incompleta" que, por ejemplo, ha sido usada por el padre Tomas Tyn OP [1950-1990].
----------Mientras que la analogía incompleta o imperfecta es la analogía de atribución, la analogía completa o perfecta es aquella analogía que agrega a la atribución la proporcionalidad. La analogía es perfecta, cuando la razón analógica pertenece propiamente y proporcionalmente a todos los analogados; mientras que la analogía es, en cambio, imperfecta, cuando la razón analógica pertenece propiamente sólo al sumo analogado y a los otros sólo por atribución extrínseca o por relación con él.
----------Por ejemplo, el ente es una noción de analogía perfecta, porque la razón de ente pertenece propiamente y proporcionalmente a todos los entes, por más diferentes que ellos sean entre sí. En cambio, la sanidad o salud pertenece propiamente sólo al viviente y puede ser atribuida extrínsecamente a la medicina, la cual puede ser llamada analógicamente "sana" no en sí misma, sino en cuanto procura la salud.
----------El padre Tomas Tyn muestra la diferencia entre los dos tipos de analogía con las siguientes palabras: "La proporcionalidad hace que el análogo esté, conceptualmente, por encima de los analogados e intrínsecamente proporcionado a ellos. En la atribución, en cambio, el análogo coincide con el sumo analogado y los otros analogados son proporcionales a él. En el primer caso, la forma misma es proporcional; en el otro, en cambio, está numéricamente determinada y los denominados por ella son proporcionales a ella y al sumo analogado, que solo la posee en la identidad numérica. La atribución es la analogía de los analogados mismos, porque es la relación entre uno y otro de ellos; la proporcionalidad es la analogía del análogo proporcionalmente conveniente a los analogados, los cuales pueden ser simplemente diferentes el uno del otro sin orden o, si se accede a la atribución virtualmente implícita, también proporcionados y jerárquicamente ordenados".
----------La analogía del matrimonio entre el marido y la esposa con las nupcias entre Cristo y la Iglesia, en el pensamiento del papa Francisco expresado en Amoris laetitia, parece ser, por lo tanto, una simple analogía de atribución o de proporción. En este sentido él habla de "analogía imperfecta". Vale decir que ella no supone que deba casi existir una única noción analógica de matrimonio, "conceptualmente, por encima de las analogías e intrínsecamente proporcionada a ellas". Como si, digamos, el matrimonio entre Cristo y la Iglesia fuera un verdadero y propio matrimonio, como lo es el de un hombre y una mujer. Por el contrario, la noción de matrimonio es unívoca, pero se vuelve analógica en virtud de la comparación que hace san Pablo del matrimonio con la unión entre Cristo y la Iglesia. Pero tal unión, de por sí, no es propiamente un matrimonio, así como no se puede predicar en sentido propio la sanidad o salud de la medicina.
----------Esto no significa que la comparación paulina no entre en la esencia del sacramento del matrimonio y que la gracia del matrimonio no sea la participación, como dice el cardenal Müller, del amor que une a Cristo con la Iglesia, algo en lo que, naturalmente, también el Papa está de acuerdo.
----------Observo, en conclusión, que efectivamente el cardenal Müller, al rechazar la "vaga analogía", según la desafortunada expresión que él usa (quizás por citar de memoria, olvidando la exacta expresión del Papa) parece rechazar la "analogía imperfecta", que es, en cambio la expresión del Papa en la exhortación Amoris laetitia. En este punto, la crítica de Andrea Grillo parece dar en el blanco. El único modo de salvar la infeliz expresión del cardenal Müller parece ser el de distinguir dos enfoques diversos de la cuestión de la comparación paulina marido-esposa y Cristo-Iglesia.
----------En conclusión: es posible que, mientras el papa Francisco, en Amoris laetitia, se sienta movido por la preocupación de no crear una analogía demasiado estricta (de proporcionalidad) entre las dos parejas de términos, para salvar la trascendencia de la relación Cristo-Iglesia respecto a la pareja humana, el cardenal Müller, en cambio, parece estar más atento a la altísima dignidad del matrimonio. De ahí la concepción de una analogía exagerada (¿de proporcionalidad?), demasiado estricta, como "sustancia" e "identidad" del Sacramento, y la acusación de "maximalismo" que le hace al cardenal Müller el teólogo modernista Grillo.
   
----------En la nota de mañana terminaremos nuestro exámen de los puntos en los que Andrea Grillo critica al cardenal Gerhard Müller, tarea que, como lo he dicho, es ofrecida solamente a modo de ejemplo de la actuación del actual modernismo en relación a la exhortación Amoris laetitia.

1 comentario:

  1. Después de cuatro años, he vuelto a leer la entrevista al cardenal Müller que hizo "Il Timone" en 2017.
    Me parece que, leyendo sin malicia y en su adecuado contexto la entrevista, se puede entender bastante bien la razón del uso de la expresión "vaga analogía".
    El contexto es el de las interpretaciones confusas, forzadas o simplemente facciosas de Amoris Laetitia. Dirigiéndose idealmente, y polémicamente, a los propagadores de tales lecturas sesgadas, es como si el cardenal Müller dijera: "Es cierto que AL habla de 'analogía imperfecta', pero esto no significa que sea una 'simple analogía vaga'...".
    El uso que hace Müller del adjetivo "simple" como función reforzativa del significado me parece elocuente. Que el cardenal al expresarse así fue un poco imprudente o inadvertido, puede serlo. Pero incluso la máxima prudencia no puede protegernos de aquellos que "no quieren entender". Como bien sabemos todos.

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