lunes, 19 de abril de 2021

Cristianismo, Islamismo, Fraternidad Humana (1)

El Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común, firmado por el papa Francisco y el gran imán de al-Azhar, Ahmed el-Tayeb, en Abu Dhabi, en 2019; la tercera encíclica del Santo Padre, Fratelli tutti, sobre la Fraternidad y la Amistad Social, del 2020; y el reciente viaje apostólico del Papa a Irak, en este año 2021, son los más recientes e importantes jalones de la acción pontificia en orden a incentivar el diálogo con el Islamismo, además de aspirar a otros objetivos más amplios. En estas notas, sin embargo, pretendo enfocarme solamente en la concepción religiosa musulmana, particularmente en lo referido a los obstáculos y dificultades que ella plantea para la aceptación del misterio cristológico.

El Islamismo frente al misterio cristológico
    
----------Mahoma [570-632] y el Islamismo surgieron en el siglo VII, en un período de fuertes tensiones en el interior de la Iglesia, entre Roma y Constantinopla, a propósito de la grave cuestión de si en Cristo existe una sola voluntad, la divina, como sostenían los orientales, el así llamado "monotelismo", consecuencia del "monofisismo", o bien dos voluntades, una humana y la otra divina, como sostenía la tradición romana, siguiendo el dogma del Concilio de Calcedonia [451] acerca de las dos naturalezas.
----------El monofisismo se había hecho sentir también en Roma, o al menos en Roma existía una corriente cristológica, la cual consideraba una inútil sutileza distinguir dos voluntades, o en todo caso consideraba que no era el caso ni oportuno discutir sobre este punto. Lo importante era admitir que Cristo era una sola persona, Dios y hombre. De aquí se concluía que su operación era una sola: humano-divina. Y eso parecía suficiente. Por el contrario, en Constantinopla, el partido monotelita se enfrentaba con el duotelita.
----------Pero el caso fue que Sergio [565-638], Patriarca de Constantinopla, que era cripto-monofisita, presionó sobre el papa Honorio I [625-638] para que el Romano Pontífice negara las dos voluntades. Y lamentablemente el Papa, con grave imprudencia o ligereza de su parte, se dejó persuadir por el astuto arzobispo y le escribió en el 634 una Carta (Denz. 487), en la cual afirmaba que el preguntarse si "en base a las obras de la divinidad y de la humanidad de Cristo se deba decir o entender que se deducen una o dos operaciones, son cosas que no deben preocuparnos" (ad nos ista pertinere non debent).
----------En la declaración del papa Honorio se notan los rastros de la mentalidad romana, menos apta que la griega para la especulación, y para seguir las sutiles distinciones de la teología bizantina, distinciones que, sin embargo, en este caso, eran fundamentales y tocaban el dogma cristológico.
----------El papa Juan IV [640-642], sucesor del Papa Honorio, en una Carta al emperador Constantino III (Denz. 496), trató de justificar a su predecesor Honorio, diciendo que él intentaba excluir en Cristo dos voluntades entre sí contrarias, lo que efectivamente debería ser excluido, en cuanto Cristo fue evidentemente obedientísimo al Padre. Por lo tanto, no es que haya en Cristo una sola voluntad en sentido ontológico, sino en sentido moral, gracias a su uniformarse o conformarse con la voluntad del Padre.
----------El hecho fue, sin embargo, que ya el Concilio Lateranense del 649 (Denz. 500), aunque sin mencionar el nombre de Honorio, condena el monotelismo. En cambio, el nombre de Honorio aparece en el Concilio Constantinopolitano III del 681, bajo el papa san León II [681-683], quien, al confirmar los decretos del Concilio, usó palabras que no ponían en duda la ortodoxia de Honorio: el Concilio, dice el Papa, "quería condenar a Honorio no por haber cometido una herejía, sino por su negligencia" (Honorum propter suam neglegentiam, non ob haeresim commissam condemnatum esse voluit, Denz. 561-563). Y así se cerró la polémica.
----------Pero nosotros comprendemos cual fue el drama que había vivido la Iglesia de aquel tiempo, un drama precisamente en torno al misterio central de la fe, el misterio de Nuestro Señor Jesucristo. Ahora bien, sorprende el hecho de que apenas diez años antes, en el 622, Mahoma en Medina había dado inicio, con sus primeros compañeros, a su religión, que había madurado en los años precedentes en La Meca y que estaba destinada a tener tanto éxito a lo largo de los siglos, hasta nuestros mismos días.
   
Los comienzos de Mahoma y su religión
   
----------Mahoma, con anterioridad, había tenido contacto con el refinado pero sofisticado, litigioso y complicado cristianismo bizantino, que estaba a la cabeza de un rico y vasto imperio, que presionaba con su arrogancia y su fascinación a las puertas de los territorios de su vasta patria, constituida principalmente por una gran masa, variada y dispersa, de pobres tribus y poblaciones, todavía dadas al politeísmo pagano.
----------Mahoma, hombre de espíritu enérgico y emprendedor, sensible a las necesidades de su pueblo humillado y explotado por los bizantinos, de ánimo religioso, aunque no inclinado a la especulación, de una mente intuitiva y capaz de síntesis, aunque fácilmente inclinada al sincretismo, descubrió desde joven la belleza sublime del monoteísmo, probablemente a través de contactos con rabinos o monjes del desierto, herederos de los antiguos Padres, y creyéndose inspirado por Dios, sintió que predicar el nombre de Dios era su misión a favor de su pueblo. El propio término Allàh tiene la misma raíz hebrea El, que significa "Dios". Es posible que se haya inspirado en el ejemplo de Moisés, que en todo caso reviste un rol importante en el Corán.
----------En las novelescas Cartas del otro mundo, el padre Leonardo Castellani imagina a Mahoma escribiéndole a Adolf Hitler, y diciéndole: "...Yo fui el hijo de un camellero, cristiano por crianza, hombre de cuna humilde y mente tempestuosa, arrebatado orador, ánimo profundamente religioso y hombre de guerra. Yo fundé una herejía cristiana, con una moral más floja y una dogmática más humana, y la llevé a un pueblo pobre, altivo, sufrido, desunido, sobrio, hambriento, apto para la guerra. Y les prometí el Mando del Mundo si recibían la Al-Hughura, que es la síntesis y compleción de lo que creían judíos y cristianos...". Como es habitual, no es raro encontrar en la siempre afiebrada pluma del jesuita argentino intuiciones verdaderas.
----------Mahoma inicialmente pensaba que cada pueblo tenía su dios. Y así como los bizantinos adoraban a Cristo, y los judíos adoraban a Yahvé, así también los árabes habrían podido tener su Dios, Allàh. Feliz fue la idea del Dios único, porque, además de ser metafísicamente exacta y profunda (la teología islámica del siglo XII, por ejemplo la de Avicena, sirvió de estímulo a santo Tomás y al beato Duns Scoto para una visión metafísica de la naturaleza divina), la referencia a un solo Dios podía ser factor de formación, de coagulación y de organización para todas aquellas poblaciones hasta ese momento dispersas y desorganizadas.
----------Mahoma se acercó a los judíos en el rechazar la divinidad de Cristo, aunque les reprochase haber dado muerte a un profeta tan grande, que para Mahoma es modelo de santidad para toda la humanidad, también para él mismo, y que retornará al fin del mundo a hacer justicia.
----------Sin embargo, como he dicho, Mahoma aceptó de los judíos la negación de la divinidad de Cristo. Concibió un cierto respeto por Él, pero prestó oídos a aquellas fábulas mentirosas que sobre él contaban los judíos, descuidando o negando hechos esenciales de su historia, como la muerte en la cruz. Lo cual no le impidió reprochar ásperamente a los judíos por haber querido matarlo.
----------Los judíos, sin embargo, según pensaba Mahoma, habrían crucificado a un sosias de Jesús, mientras que el verdadero Jesús habría ascendido al cielo sin pasar por la muerte. Se puede notar aquí un probable influjo del docetismo, herejía cristológica de los primeros siglos, según la cual el Verbo habría asumido un cuerpo aparente, pero no real, hoy diríamos un cuerpo fenoménico, pero no ontológico.
----------Sea como sea, Mahoma rechaza desdeñosamente, en el Corán, la idea de Jesús Hijo de Dios, con una explicación de increíble ingenuidad, que todavía después de catorce siglos sigue siendo dada por sentada, tomada por buena, por los fieles musulmanes: "Dios debería tener una esposa para tener un hijo".
----------Es cierto que Mahoma admite que Jesús tuviera una especial comunión con Dios, pero eso como simple hombre, como simple criatura, a lo sumo como gran profeta, pero Mahoma negó absolutamente el homooùsios del Concilio de Nicea, la consustancialidad de Jesús con el Padre. Por lo tanto, juzgó imposible que Jesús fuera una persona divina, de naturaleza divina, porque esto, según él, habría implicado a otro Dios al lado de Dios, mientras que en cambio Dios es uno solo. Según Mahoma, Jesús ha tenido un pensamiento impío al considerarse igual a Dios e impíos han sido sus discípulos al hacerlo un dios.
----------A propósito de Castellani, ya que lo he citado líneas arriba más bien como novelista, quiero aclarar que en otro de sus textos, Los Papeles de Benjamín Benavidez, en el capítulo 8 de la segunda parte, confirmando lo dicho sobre su fiebre literaria, termina por presentar a Mahoma, en cierto modo (modo potencial, modo hipotético) como creyente en la divinidad de Cristo; una hipótesis ciertamente muy difícil de sostener, o imposible. Sea como sea, sin olvidar nunca que en Castellani termina pesando siempre mucho más su vena literaria, que la filosófica o teológica, sus textos siempre son inspiradores, pues no carecen de intuiciones verdaderas. Pero en este punto, no. Debe decirse y repetirse: según Mahoma, Jesús ha blasfemado al considerarse igual a Dios y blasfemos han sido sus primeros discípulos al terminar haciéndolo un dios
----------Mahoma admite una sola persona divina, y esa persona divina coincide con la naturaleza divina, Dios. Por lo tanto es imposible una sola naturaleza divina en dos o tres personas, porque según Mahoma eso multiplicaría las divinidades. Mahoma no alcanza a distinguir naturaleza y persona. Para él, por lo tanto, no tiene sentido hablar de dos personas divinas, el Padre y el Hijo, como creían los cristianos.
----------Por tanto, para él hay una sola persona divina, Dios, que no es "Padre" de un "Hijo", porque Dios es puro infinito Espíritu y el Espíritu no tiene sexo y no genera como los hombres y los animales.
----------Jesús, para Mahoma, es una simple persona humana, aunque habitada por Dios. Se trata probablemente de un influjo de la herejía nestoriana, que niega la unión hipostática de la naturaleza humana de Cristo con la persona divina del Verbo, definida en el Concilio de Calcedonia del 451.
----------Probablemente Mahoma estaba desconcertado y escandalizado por las polémicas cristológicas, que llegaron a sus oídos; y probablemente no tuvo tampoco el modo de escuchar a un buen teólogo que le explicara el dogma cristológico. Según él, el verdadero respeto por Jesús está precisamente en evitar todas aquellas discusiones sobre si es o no es Dios, si es o no persona divina, y discusiones de ese tipo.
----------Y el caso fue que llegó un cierto momento en que Mahoma, quien ciertamente no era un genio filosófico, se indignó sobremanera, y creyendo estar siendo inspirado por Dios mismo, ya no quiso saber absolutamente nada de los dogmas cristianos, contra los cuales, considerándolos blasfemias, comenzó a arremeter sistemáticamente con una irracional y obstinada presunción y violencia, sin escuchar más los argumentos de razón. Y todavía desafortunadamente los musulmanes están firmes y estancados en este punto, hasta hoy.

2 comentarios:

  1. Marino O. Napolitano20 de abril de 2021, 9:20

    Fr Filemón, una pregunta: ¿es legítimo (incluso a la luz de lo que usted ha escrito), sostener que el Islam es una religión falsa? ¿O bien, en cambio, es correcto (lógicamente usted diría que no..., pero teológicamente, en este punto, bien podría tener algún fundamento desconocido para mí... dado, además, mi ignorancia sobre el tema) decir que quien considera al catolicismo la única verdadera religión... no es católico? Se lo pregunta solo para poder responder con certeza (a propósito de las dudas que surgen en cada vez más fieles desorientados) a un conocido mío que "me acusaba" (de forma respetuosa, bondadosa, pero seria y explícitamente, fuera de toda broma) de no ser yo un verdadero católico si considero que todas las religiones son falsas con excepción precisamente de la religión católica... Obviamente, si él tuviera razón, aceptaré la excomunión y dejaré de llamarme católico (visto que mi razón de todos modos todavía se rehúsa a creer que no son falsas todas las religiones contemporáneas a la católica).

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  2. Estimado Marino,
    la comparación entre las religiones no es una cosa simple. No se puede comparar una religión con otra de la misma manera que se compara un billete de banco verdadero con un billete falso. Cada religión implica un conjunto de creencias y de prácticas de diferente valor y peso, lo que hace que la comparación sea bastante ardua.
    Fácilmente en el conjunto de elementos que componen una religión se dan verdades y errores, virtudes y vicios. Existen grados de verdad y de bondad, así como existen grados de falsedad y de vicio. En tal modo, una religión puede ser superior a otra. Pero ninguna puede ser completamente falsa, porque lo falso solo existe donde también existe lo verdadero. Si lo falso se distrajera o se alejara totalmente de lo verdadero a lo que se aferra y apoya, se destruiría a sí mismo. En este sentido, no se puede decir que la religión islámica sea falsa. No es tan verdadera como la católica.
    Lo verdadero, por su parte, puede estar totalmente libre de lo falso. Y este es precisamente el caso de la religión católica. Esta es la única completamente verdadera, por encima de todas las demás, porque es la única fundada por Dios, es decir, por Jesucristo, Hijo de Dios. Las otras religiones, como por ejemplo, la judía y la islámica, han sido fundadas por simples criaturas, por grandes que sean, la primera por Moisés, la segunda por Mahoma.
    Un buen criterio para comparar la religión católica con la islámica nos ha sido dado por la Declaración Nostra aetate, del Concilio Vaticano II. Esta declaración nos recuerda el primado del cristianismo sobre las otras religiones, pero al mismo tiempo se reconoce en el Islam la presencia de valores y verdades importantes, como por ejemplo el monoteísmo, valores que derivan de Dios y conducen a Dios.
    En conclusión, en base a cuanto he dicho, no es aconsejable decir que el catolicismo es la única verdadera religión, como si todas las otras fueran falsas sic et simpliciter. Sino que es mejor decir que el catolicismo es la más verdadera de todas, para así dar a entender o sugerir que también en las otras religiones hay verdades, pero mezcladas con errores, y por lo tanto no existe esa plenitud de purísima verdad, que solo existe en el catolicismo.

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