domingo, 11 de abril de 2021

Acerca de la herejía (4/7): las causas de la herejía

¿Cuáles son las causas de la herejía? ¿Qué es lo que hace que un fiel cristiano abandone la recta fe y se vuelva un hereje? ¿La herejía tiene siempre y necesariamente motivaciones religiosas? ¿O acaso las causas que llevan a un fiel a la herejía son frecuente y principalmente motivaciones inconfesables?

Las causas de la herejía
   
----------Acerca de las causas que conducen a la herejía, considero que lo primero que debemos recordar es que así como la razón conduce a la fe, así el error en la fe supone un error en la razón. Bien lo decía el papa Pío XI [1922-1939], que, si bien es misterioso y supra-racional lo que creemos, es decir, las verdades de fe, porque si no fuera así, la fe ya no sería fe, sin embargo, nunca debemos olvidar que los motivos que nos inducen a creer son racionales, evidentes y demostrables. Esto quiere decir que la recta fe supone la sana razón. Es imposible una recta fe sobre la base de una razón malsana. Por el contrario, una razón sana preserva de la herejía y protege la fe. Quien razona bien, si aplica su razón al dato revelado, no puede ser engañado por la herejía. O bien la fe corrige la razón o bien la razón destruye la fe. La razón corrige la herejía y la fe corrige la falsa razón. La razón alimenta la fe y la fe alimenta la razón.
----------Ahora bien, recordemos que el horizonte de la razón humana abarca una multiplicidad de objetos cognoscibles, jerárquicamente ordenados según su amplitud e importancia lógica y ontológica. Son los grados del saber racional, que vienen dados por el nivel gnoseológico, más o menos alto, al cual la razón se eleva (cf. Jacques Maritain, Los grados del saber. Distinguir para unir, Club de Lectores, Buenos Aires, 1983). El grado más bajo del saber lo encontramos en el conocimiento experimental de contenido físico o histórico, y aquí tenemos las ciencias experimentales y las ciencias históricas. La razón luego se eleva a un grado superior del saber, con el conocimiento matemático y lógico. Y en el vértice del conocimiento racional se encuentran las ciencias del espíritu, la filosofía, en sus variadas ramas: cosmología, antropología, ética, metafísica, etc.
----------El dogma católico, por su parte, objeto también de nuestro conocimiento gracias a la virtud infusa de la fe que eleva nuestra razón, tiene por contenido objetivo la explicación de la divina Revelación de Nuestro Señor Jesucristo, revelación que no se encuentra solamente en sus palabras, en sus obras y en sus gestos narrados por los Santos Evangelios, sino también implícitamente, por una parte, en toda la Sagrada Escritura (los demás libros del Nuevo Testamento, y también los libros del Antiguo Testamento) y, por otra parte, en la Sagrada Tradición apostólica, interpretadas ambas fuentes por el Magisterio de la Iglesia.
----------Ahora bien, todo cuanto Nuestro Señor Jesucristo nos ha revelado de parte del Padre, concierne o tiene relación sólo con algunas áreas epistemológicas que son de competencia de la razón, vale decir que se trata de verdades sobrenaturales y salvíficas, que conciernen a la existencia y los atributos de Dios, al plan divino de la salvación, al origen del hombre, a su naturaleza, a las normas de su conducta y a su fin último, así como a ciertos hechos históricos narrados por la Biblia, comprendida la vida de Cristo.
----------Pero hay que recordar que buena parte de estas verdades, teológicas, históricas, antropológicas, lógicas, morales o filosóficas, son ya de por sí obtenibles o demostrables por la sola luz natural de la razón mediante la experiencia, o por medio del razonamiento o el aprendizaje escolástico o por el testimonio histórico. Estas verdades racionales tienen, por ende, una relación necesaria, lógica o histórica con el dogma. Por lo cual, cualquier fiel que negara una de ellas, a la vez negaría o haría imposible en consecuencia el dogma conexo a ella y ese fiel caería, aunque sea indirecta o implícitamente, y tal vez involuntariamente, en herejía.
----------Tocamos con ello, otra vez, el punto indicado al principio de esta nota: la recta fe supone la sana razón, y es imposible una recta fe sobre la base de una razón malsana. Por mencionar un ejemplo entre tantos, creo que a esto se refiere Castellani cuando habla de las "herejías involuntarias" de Miguel de Unamuno [1864-1936], a quien el jesuita argentino consideraba "un teólogo nato de la raza de los grandes teólogos que por indisciplina (o sea, mal uso de la razón) no llegó  apenas ni a diletante de la teología".
----------Por el contrario, los errores que afectan a aquellas áreas del saber humano, que no son objeto de la Revelación o no tienen relación con ella, como en el campo de las matemáticas o de la química o de la física o de cualquiera de las ciencias experimentales, incluso en el de las más elevadas y complicadas, como la psicología científica o la ecología (mientras se mantengan estrictamente en el ámbito de sus objetos específicos y métodos particulares), no pueden tener ninguna relación con la herejía.
----------Tampoco las opiniones erróneas tienen relación con la herejía, siempre que se refieran a lo opinable. Pues en el caso que, por el contrario, un exégeta o un teólogo o un moralista o un científico o un filósofo o un sociólogo o un historiador o un político o un escritor o un poeta, expresaran una opinión contraria a un dato de fe o ciertamente conexo con la fe, está claro que tal opinión, si no es directamente una herejía, es al menos un error próximo a la herejía. En este mismo blog recientemente hemos vuelto a tocar un punto de la mariología que se mantiene en el campo de lo opinable: el título de María Corredentora.
----------Hay sectores extremistas que no comprenden (o más bien no quieren comprender) que en el ámbito de la teología debe distinguirse el concepto de corredención del término o título de Corredentora que suele atribuirse tradicionalmente a María. Nadie, ni el Papa, pone en duda el concepto de corredención (¡rectamente entendido!) que puede ser aplicado a cualquier cristiano y, por supuesto, ¡y en el máximo grado posible!, a María Santísima. En cambio, atribuirle a ella el título o nombre de Corredentora, hasta que no haya de parte del Magisterio una definición dogmática al respecto, se mantiene todavía en el campo de lo teológicamente opinable. Hay quienes (incluso el papa Francisco) opinan que este título no corresponde (y no es herejía opinar de este modo, aunque puede ser un error teológico), mientras que otros opinan que sí corresponde. Personalmente opino que llegará el día en que sea dogmatizado el titulo de María Corredentora.
----------Cuando una determinada cuestión que, incluso durante mucho tiempo, se ha mantenido en el campo de lo teológicamente opinable, sin embargo es asumida por el Magisterio de la Iglesia con una definición dogmática expresamente destinada a sacarla del ámbito de lo opinable, se terminan las discusiones y las opiniones. Así, por ejemplo, para hacer referencia a una verdad especulativa, quienes sostienen que la existencia de Dios se puede probar en base al simple concepto de Dios y no por causalidad, partiendo de las criaturas, como enseña el Concilio Vaticano I, se pondrían en contraste con la doctrina dogmática del Concilio.
----------Quienquiera sostuviera que la naturaleza humana o la inmortalidad del alma o la ley natural, verdades todas ellas de por sí demostrables racionalmente, no han sido inmutablemente establecidas por Dios, sino que son meramente teorías discutibles, dudosas, mutables o incluso falsas, ese fulano de tal iría contra la dogmática antropológica y moral de la Iglesia y, por consiguiente, caería en la herejía.
----------O bien, para hacer referencia a datos de hecho o a hechos históricos conexos con el dogma, los así llamados "hechos dogmáticos", está claro que el historiador que negara la historicidad de los Evangelios o el exegeta que negara la historicidad del relato bíblico del pecado original, vendría indirectamente a negar el dogma del pecado original y, por consiguiente, caería, aunque sea indirectamente, en la herejía.
----------Otro ejemplo: quien negara que el papa Francisco es verdadero Papa o quien lo acusara de ser hereje, sería como si no lo considerara Papa, porque un Papa no puede ser hereje. ¿La consecuencia? Vendría a negar la fe a la infalibilidad doctrinal del papa Francisco, invalidando su magisterio pontificio.
----------Ahora bien, hay que tener en cuenta que, en la realidad de los hechos, la herejía no tiene verdaderas motivaciones religiosas y no nace (como cuentan los relatos de los masones y de los propios herejes) de elevados ideales o de exigencias de libertad espiritual, sino de motivaciones simplemente humanas, políticas, de prestigio, nacionalistas y a veces bajamente o vilmente o sórdidamente económicas o carnales.
----------Así, por ejemplo, el rechazo del Filioque por parte del Patriarca de Constantinopla en 1054 no estuvo motivado por reales razones teológicas que, a decir verdad, no tienen sustento y de hecho prueban lo contrario, sino por el orgullo de aquella Iglesia que consideraba a su teología, la teología mística griega, superior al catolicismo romano basado en el -según ellos- tosco y rústico juridicismo romano.
----------El éxito en la enorme propagación de la Reforma luterana no se debió, como los luteranos quisieran hacernos creer, a una mayor necesidad de interioridad y de evangelismo del "reformador" Martín Lutero [1483-1546] contra el supuesto fariseísmo y legalismo de la Iglesia Romana, sino que se debió a la tradicional presuntuosa convicción de los alemanes de ser el pueblo más inteligente y con el pensamiento teológico más excelente y por encima del de todos los otros pueblos. A esto se sumó la acogida del luteranismo por parte de los Príncipes, tanto laicos como eclesiásticos, del Imperio, no por una sincera convicción interior, sino para tener un pretexto a fin de rebelarse contra el Emperador católico Carlos V y no pagar sus impuestos.
----------Enrique VIII [1491-1547], si queremos ir a la sustancia de las cosas y no detenernos en la superficie, no se rebeló contra el Papa porque -a su decir- no aceptaba la reforma del clero inglés y porque efectivamente no le había dado el permiso para divorciarse de su esposa, sino porque, ávido de riquezas, pretendía incautarse de las ayudas económicas que los católicos ingleses prestaban al Papa para su misión universal. También es cierto, sin embargo, que tras el cisma, la ética sexual de la Iglesia anglicana ha perdido el rigor propio de la Iglesia Católica para ceder al permisivismo, hoy evidentísimo. Piénsese en el fenómeno de la sodomía.
----------Pero también la ortodoxia puede ser instrumentalizada con fines políticos, como es por ejemplo el caso de Felipe II de España [1527-1598], quien, como se sabe, se excedió en el servirse del oficio de la Inquisición para eliminar opositores políticos. O bien como hizo Luis XIV de Francia [1638-1715] con los jansenistas: por una y por otra parte la fe cristiana fue explotada por la política. No se trató de una lucha de la fe católica del Rey galicano contra la herejía, sino un conflicto político entre él y los jansenistas, disfrazado de lucha religiosa.

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