domingo, 7 de junio de 2020

Pequeño Compendio de Metafísica (3/4)


Continuemos hoy con la tercer parte de nuestro Pequeño Compendio de Metafísica.

Substancia y accidentes
   
----------El ente contingente está compuesto por SUSTANCIA (usìa) y ACCIDENTES (symbebekòn). SUSTANCIA es el ente en cuanto es lo que subsiste o existe en sí y por sí. Puede ser sujeto de la forma, de los accidentes, de la esencia o del ser. O bien puede ser una pura forma.
----------El ACCIDENTE (symbebekòn) es el ente accesorio, que sobreviene, que se agrega, que existe en la sustancia o se inhiere a la sustancia. No representa la intimidad del ente, como la sustancia, sino lo externo, su periferia o su emanación. No puede existir por sí o en sí, sino sólo en la sustancia. Por ejemplo, la sustancia es el cuerpo humano. Accidente el color de la piel, que existe solo en el cuerpo.
----------El accidente puede ser contingente o necesario. Es contingente el accidente que, sea que exista sea que no exista, no toca la esencia del sujeto, por ejemplo el hecho de que yo tenga calcetines blancos en lugar de azules.
----------En cambio, el accidente es necesario, si emana de la esencia, si es una potencia que sirve para completar y para determinar la esencia. Por ejemplo, la facultad de razonar, en el hombre, es un accidente de la sustancia humana en el sentido de que el hombre no es una razón subsistente, como creía Descartes, pero es un sujeto en el cual existe la razón.
----------El hombre no ES una razón, sino que TIENE la razón. Sin embargo, la razón le es esencial y necesaria; caracteriza lo que la naturaleza humana tiene de específico; de hecho, sería inconcebible un hombre que no estuviera dotado de la facultad, quizás inactuada, de razonar.
----------Aristóteles llama "accidental" (katà symbebekòn) al ente contingente, no porque lo identifique con el accidente, pues lo contingente, en efecto, también puede ser una sustancia, sino porque su ser no le es esencial, como ocurre en el ente necesario. Por lo demás, también un ente necesario puede ser contingente. Es necesario que mi alma sea inmortal; pero no es necesario que exista mi alma.
----------El ser del contingente no es un accidente del ente; al contrario, es su ser sustancial; sólo que este ser sustancial, sin el cual el ente no existiría, no es esencial o necesario a su esencia, la cual existe, al menos como posible, aun cuando no tuviera su ser. En cambio, el ser del contingente es accidental, en el sentido de que lo contingente existe accidentalmente, no necesariamente.
----------Sucede que existe, aunque habría podría también no existir. Esto no quiere decir que exista por casualidad. Todo lo contrario. Su existencia tiene una causa bien precisa: es el ser absolutamente necesario, al cual ella por necesidad refiere: de lo contrario no existiría.
   
Materia y forma
   
----------El ente o es compuesto de MATERIA (yle) y FORMA (morfè) o es pura forma, FORMA SEPARADA (usìa coristé), separada, se entiende, de la materia, o sea forma inmaterial.
----------Es necesario distinguir la materia como materia de la materia sensible. La primera es la MATERIA PRIMA (prote yle), es decir EL ENTE COMO POTENCIA (dynamis) para tener una FORMA (morfè). La materia prima no puede existir sola sin la forma. Por consiguiente no conocemos directamente la materia prima, pero deducimos su existencia para explicar la TRANSFORMACIÓN SUSTANCIAL (metamorfosis katà usìan), es decir, que un mismo sujeto cambia forma permaneciendo él mismo. Por ejemplo, la materia de la manzana se transforma en carne de quien la come.
----------En cambio, la MATERIA SEGUNDA (deutera yle) es aquella de la cual tenemos experiencia sensible, en cuanto materia formada, es decir, sínolo de materia y forma. La materia prima es objeto de la metafísica; la materia segunda es objeto de la física.
----------El SINOLO (synolón) es la sustancia material, compuesta de materia y forma. La forma actúa la materia, que está en potencia para la forma. Un mismo sujeto, esto es una misma materia, puede tener diferentes formas. Una misma forma puede sujetarse en diferentes materias.
----------El ENTE COMO FORMA (morfè, eidos, idea) o es el ente que informa o da forma a la materia para formar el sinolo, o bien puede ser pura forma subsistente por cuenta propia. Es la sustancia espiritual, que Aristóteles llama, como hemos dicho, FORMA SEPARADA (usìa coristé), se entiende separada de la materia, porque es independiente de la materia. Es aquella que la Biblia llama rùach en hebreo, pneuma en griego, spiritus en latín, espíritu en español.
   
Ser y pensar
   
----------Para Aristóteles el espíritu es el alma (psychè) o intelecto (nus), que es el principio del pensamiento (nòesis), de la razón (logos) y de la voluntad (bùlesis). El pensamiento es aquello por lo cual el intelecto o el alma, en el pensar, se asimila inmaterialmente a todas las cosas. Por lo cual el ente aparece al intelecto como verdadero. De ahí la convertibilidad del ente con lo verdadero y la noción de VERDAD (alètheia) como adecuación del pensamiento (concepto) a lo real o adecuación de lo real al pensamiento (idea). El ente se distingue entonces en ente como ente y ente como VERDADERO (alethès).
----------El PENSAR (noèin) es acto del espíritu o de la PERSONA (tode ti), distinto del SER (einai). Ellos se identifican sólo en el ente absolutamente necesario, el cual por lo tanto es PENSAMIENTO DEL PENSAMIENTO, pensamiento que se piensa a sí mismo (nòesis noèseos).
----------Severino, que admite solamente la existencia de lo necesario, en el cual y sólo en el cual el pensar se identifica con el ser, dice consecuentemente que no se da distinción entre ser y pensar, dado que tal distinción concierne al pensar humano, que es contingente. En tal modo identifica el pensar humano con el del ente necesario.
----------En efecto, en el ente contingente, el pensar es originalmente POTENCIA PARA PENSAR, la cual pasa al acto solo cuando se ofrece un objeto para pensar. Sólo en el ente necesario el pensar es PENSAR EN ACTO, precisamente porque el pensante, siendo necesario, no puede no pensar lo necesario, esto es, sí mismo.
----------De donde se ve lo absurdo de la concepción cartesiana del hombre, ente contingente, concebido como ente pensante de si mismo (res cogitans), cuando esto conviene solamente al ente absolutamente necesario. No es que yo soy porque pienso, sino que pienso porque soy, aunque sea verdadero que, si pienso, es signo de que soy.

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