martes, 30 de junio de 2020

Comprendiendo el sentido de la variedad de religiones (1/2)

Hice referencia en mi nota de ayer al debate siempre latente acerca del significado, el alcance, el propósito y los resultados del Concilio Vaticano II. Este debate surgió con renovada fuerza hace exactamente una década, cuando promediaba el pontificado del papa hoy emérito Benedicto XVI.

----------Ya dije que el papa Ratzinger ha tenido un rol protagónico de primer orden en este debate, pues puso todos los esfuerzos para mostrar cómo entre la doctrina del Vaticano II y la del Magisterio precedente, existe "continuidad y progreso", o "progreso en la continuidad", es decir, ni continuidad pura y simple, ya que el Concilio propone nuevas doctrinas, ni un progreso entendido en el sentido modernista, como "ruptura", sentido rupturista que también es el modo como interpretan el Concilio los abusivos tradicionalistas y los lefebvrianos que, en su actitud cismática, coinciden curiosamente con los modernistas.
----------Vale tener muy presente que el criterio hermenéutico de "continuidad y progreso" no es una mera opinión teológica del eximio teólogo Joseph Ratzinger, quizás el mayor teólogo de nuestro tiempo, sino una cabal y auténtica expresión magisterial del papa Benedicto XVI, quizás la expresión más importante de su Magisterio Pontificio, pues está dirigida a orientar la solución del mayor problema doctrinal contemporáneo: la recta interpretación de los documentos del Concilio Vaticano II.
----------Sobre la base del criterio hermenéutico del "progreso en la continuidad", son muchos los hilos que se logran descubrir, con los cuales el Vaticano II está conectado o reconectado con el Magisterio precedente, hilos que los modernistas y los lefebvrianos en estos últimos cincuenta años vana y desastrosamente han intentado romper, casi como pretendiendo que el Vaticano II -y he aquí otra observación de Benedicto XVI- habría querido ser una especie de "inicio absoluto" del cristianismo.
----------Uno de estos hilos, y entre ellos uno de los más importantes a reanudar, es la relación entre la encíclica Libertas, del papa León XIII y el propio Vaticano II, en particular la declaración Dignitatis humanae. Sobre este tema ya he tratado con alguna extensión en mis varias notas sobre Los católicos tradicionalistas y la política. Pero hoy quiero enfocar este tema a partir de la reflexión iniciada ayer, motivada por las declaraciones de mons. Athanasius Schneider, publicadas el pasado 1° de junio en la agencia LifeSite. Doy por supuesto que los lectores han leído con atención este texto, que aquí no voy a publicar.
   
Monseñor Athanasius Schneider y la diversidad de las religiones
 
----------Al comienzo dice Schneider: "Dignitatis humanae reitera la doctrina tradicional de la Iglesia, afirmando: 'Creemos que esta única y verdadera religión subsiste en la Iglesia Católica y Apostólica', y ratifica 'el deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo' (n.1)". Por supuesto, una afirmación como ésta del obispo auxiliar de Astaná (en la que reafirma la ortodoxia de la expresión conciliar "subsistit in", que también se utiliza en Lumen gentium) es la razón por la que hoy los lefebvrianos han puesto en su mascarón de proa, junto a su adorado Lefebvre, a mons. Carlo Maria Viganò y no a mons. Athanasius Schneider; y, por otro lado, es la razón por la que podemos decir que mons. Schneider no ha caído todavía por la pendiente en la que parece que va cayendo mons. Viganò.
----------Sin embargo, inmediatamente mons. Schneider critica el texto del n.2 de Dignitatis humanae, expresando que: "Apoyado en esta afirmación, el hombre tendría el derecho, fundado en la propia naturaleza (y por tanto positivamente querido por Dios) de elegir, practicar y divulgar, incluso colectivamente, el culto a un ídolo y hasta el culto a Satanás...". De aquí en más, el obispo auxiliar de Astaná extrae consecuencias inexactas llegando a conclusiones como las siguientes: "Se podría decir que en una misma frase se afirman la verdad y el error" (...) "Con toda justicia podemos creer y esperar que un futuro pontífice o un futuro concilio ecuménico corrijan las afirmaciones erróneas de la constitución Dignitatis humanae del Concilio Vaticano II. Es un error que ha desencadenado una serie de prácticas y doctrinas desastrosas...".
----------Ahora bien, dado que ningún fiel católico puede afirmar con recta conciencia que un Concilio Ecuménico de la Iglesia enseña errores en doctrinas de Fe y Moral, ¿cómo soluciona esta cuestión mons. Schneider para pretender mantenerse él en la ortodoxia? Simplemente con el simple pretexto usado también por los tradicionalistas abusivos y los lefebvrianos, de que el Concilio Vaticano II ha sido sólo un concilio pastoral, que no define dogmas de fe y moral y, por lo tanto, no es vinculante para los católicos. Dice Schneider: "¿Cómo se puede explicar esto, en vista de que la problemática afirmación arriba mencionada de Dignitatis humanae la hizo un concilio ecuménico? Lo primero y fundamental que hay que tener en cuenta es que (...) a diferencia de los anteriores, este concilio no tenía intención de expresar doctrinas de un modo tajante  e infalible". La extrema simpleza de esta excusa, debería hacer reflexionar seriamente al prelado kazako.
 
Las aclaraciones del papa Francisco después del documento de Abu Dhabi
 
----------En la Audiencia General del 3 de abril de 2019, el papa Francisco pronunció algunas palabras para aclarar en qué sentido Dios ha querido una pluralidad de religiones. En lo esencial, sus palabras fueron:
----------"Pero algunos podrían preguntarse: ¿Pero por qué el Papa va a ver a los musulmanes y no solo a los católicos? ¿Por qué hay tantas religiones? Con los musulmanes somos descendientes del mismo Padre, Abraham. ¿Por qué Dios permite que haya tantas religiones? Dios ha querido permitirlo: los teólogos escolásticos se refirieron a la voluntas permissiva de Dios. Quería permitir esta realidad: hay tantas religiones; algunas nacen de la cultura, pero siempre miran al cielo, miran a Dios".
----------"Pero lo que Dios quiere es la fraternidad entre nosotros y de manera especial -aquí está el motivo de este viaje- con nuestros hermanos hijos de Abraham como nosotros, los musulmanes. No debemos temer la diferencia: Dios lo ha permitido. Debemos temer si no trabajamos en fraternidad, para caminar juntos en la vida".
----------Observamos, en primer lugar, que la respuesta a la pregunta inicial que el Santo Padre se plantea ("¿Por qué el Papa va a ver a los musulmanes y no solo a los católicos?") es muy fácil: el Papa no va solo a los católicos, sino también a los fieles de todas las otras confesiones cristianas y de las otras religiones, porque Cristo lo envía in primis, como su Vicario, a anunciar el Evangelio y a conducir a Cristo y a la Iglesia Católica a todos los pueblos y a todas las naciones, hasta el fin del mundo, para que pueda hacerse un solo un rebaño, bajo un solo Pastor, Cristo, eliminando de ellos todos los obstáculos que se opongan a este camino, para que todos los hombres sean salvos.
----------El Papa responde brevemente, como si dijera con las mismas palabras: "Porque hay tantas religiones", como si dijera: porque no existe solo la religión católica, sino que existen también otras religiones cristianas y no cristianas, a las cuales Cristo me ha enviado. De hecho, él puede decir con Cristo: "También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas tengo que llevarlas" (Jn 10,16).
----------Enseguida Francisco plantea una pregunta más radical: "¿Por qué hay tantas religiones?". Comienza por notar que, en cualquier caso, entre las religiones existen características comunes: el hecho mismo de compartir la misma naturaleza de religión, aunque con sus diferencias y sus contrastes. Es, de hecho, inherente a la naturaleza humana como tal, por lo tanto inherente a todos los hombres, la exigencia de rendir culto a Dios, acto esencial y fundamental de la virtud de religión, aunque si bien no todos, de hecho, desafortunadamente, cumplen realmente con este deber, que es una necesidad vital del espíritu.
----------La práctica de la religión natural, fruto de la demostración racional de la existencia de Dios, incluso independientemente de las religiones reveladas o positivas, abarca a todos los hombres religiosos y los hace sentir a todos igualmente hijos de un Dios "Padre", aunque no necesariamente en el sentido del dogma trinitario.
----------Esta fraternidad, bajo la guía del mismo Dios creador y Señor del hombre, comporta luego como consecuencia sobre el plano moral la obediencia de todos a los mismos mandamientos divinos, promotores de la dignidad del hombre. Y el Papa da el ejemplo de esto en el hecho de que nosotros, cristianos y musulmanes, nos remitimos todos a Abraham.
----------Por lo tanto, el Papa se interroga por el motivo de la existencia de tantas religiones. En el Documento sobre la Fraternidad Humana de Abu Dhabi, del 5 de febrero de 2019, el Pontífice se había limitado a constatar el hecho atribuyéndolo a la voluntad de Dios. Ahora el Papa aclara cómo debe entenderse esta "voluntad de Dios" y dice que es una voluntad "permisiva". ¿Qué quiere decir con eso?...
----------Trataremos de explicarlo en nuestra próxima nota.

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