viernes, 19 de junio de 2020

"Tu es Petrus", Qué significa ser católico?

Las palabras "católico" o "católicos" se usan muchísimo, siempre con mucha facilidad y soltura, hasta con demasiada desenvoltura. Se habla muchísimo, y desde muchos sectores, de "los católicos". Pero  es necesario que nos preguntemos: ¿Quiénes son exactamente los "católicos"?

----------No hay ninguna duda, son muchos los que usan este término con soltura, con tanta soltura como suele usarse la palabra "cristianos". Sin embargo, es más sencillo, aparentemente, definir a un "cristiano", pero no lo es tanto seguramente el definir a un "católico". Muchos son los que usan la palabra "católicos" muy seguros -al menos así lo parece- de usarla bien, en el sentido correcto, queriendo a veces alabar, o queriendo a veces refutar o rechazar el "catolicismo", o queriendo sentirse "católicos", o bien queriendo sentirse contrarios o extraños a todo lo que tenga que ver con los "católicos". Muchos se sienten a gusto con que los tomen por muy "católicos" o, aunque sea, como "más o menos católicos", y otros desean poner bien a las claras que no son "católicos", y hasta llegan a unirse a masivas campañas de apostasía del catolicismo. Pero tantos los unos como los otros parecen tener siempre muy en claro lo que significa ser "católico".
----------Sin embargo, si bien se ve, hay usos paradójicos del término "católico". Por ejemplo, un simple caso: en Mendoza hay dos comunidades religiosas, apenas separadas por unas pocas cuadras, que en el frente de sus templos han tenido la necesidad de colgar un cartel que los identifique como "católicos". "Pertenecemos a la Iglesia Católica Apostólica Romana", de algún modo te gritan esos carteles, con esas u otras palabras; "¡No se confunda, somos católicos!" es lo que te quieren explicar. Pero uno no puede menos que preguntarse cómo es posible que suceda eso, porque si fuera tan claro lo que significa ser "católico", si el sentido del término fuera tan unívoco, no debería ser necesario colgarse un cartel al frente para que los demás sepan que uno es "católico". Y al menos yo no puedo menos que comparar lo que hoy sucede con lo que sucedía con los modernistas durante y después del Vaticano II (y en décadas anteriores, por supuesto), esos herejes que no tenían necesidad de andar diciéndole a nadie que eran católicos: simplemente hacía rato que se habían apartado de la fe católica, pero se quedaban en la Iglesia, mimetizados, sin formar una iglesia aparte, y aparentaban ser "católicos" sin que nadie se diera cuenta de la mentira y sin necesidad de que ellos tuvieran que andar proclamando su condición de católicos. Es más o menos lo que también pasa hoy con ciertos abusivos tradicionalistas, que aprendieron muy bien de esa táctica de los modernistas, y siguen haciéndose pasar por católicos.
----------Todos usan el término "católicos". Pero si luego indagamos, si vamos a ver lo que se esconde, lo que está oculto, detrás de este término, si tratamos de entender lo que intentan decir quienes lo usan, nos daremos cuenta de que el significado ya no es unívoco y preciso, sino que a la palabra "católico" le han hecho entrar contenidos muy dispares e incluso contradictorios. De modo que surgen dos grupos de problemáticas o cuestiones:
----------1°) Existe primero el problema de saber si dos tesis entre sí contrastantes pueden coexistir en el Catolicismo. Lo que debemos preguntarnos es: ¿pueden llamarse verdaderamente "católicos" quienes profesan y viven tesis doctrinales y reglas morales tan contradictorias entre sí, verdades y costumbres tan contrastantes?... Para tratar de explicarme, ofrezco a continuación algunos ejemplos de estos casos.
----------Hay quien considera que uno sigue siendo "católico" tanto sosteniendo que Dios es inmutable como diciendo que Dios cambia; tanto afirmando la infalibilidad del Papa como negándola; tanto afirmando la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo como negándola; tanto afirmando la inmortalidad del alma como negándola; que es católico tanto quien sostiene el evolucionismo de Darwin como quien lo rechaza; que es católico tanto quien afirma la inmutabilidad del dogma como quien la niega; tanto quien cree en la posibilidad de los milagros como quien no cree en ella; tanto quien cree en la realidad de los milagros de Cristo, como quien los niega explicando las maravillas que narran los Evangelios de modo meramente natural; que se puede ser católico tanto afirmando la virginidad de Nuestra Señora, como negándola; que son católicos tanto quienes dicen que el diablo existe como quienes lo niegan; tanto los que afirman que no nos salvamos todos como los que lo niegan y afirman a su vez que todos se salvan; tanto los que afirman que el infierno existe como quienes lo niegan; tanto los que afirman la existencia de una ley natural inscripta en la conciencia de todo hombre como los que la niegan; tanto los que declaran ilícitos los anticonceptivos o las relaciones sexuales extramatrimoniales como quienes los declaran lícitos; que son católicos tanto los que afirman la intrínseca pecaminosidad del adulterio o la homosexualidad, como los que la niegan; que son católicos tanto los que afirman que los Papas postconciliares son verdaderos Papas como quienes lo niegan; que son católicos los que obedecen el Concilio Vaticano II en cuanto auténtico Magisterio de la Iglesia como los que lo desobedecen; y que se es católico tanto defendiendo la Misa de Pablo VI como rechazándola como falsa, etc.
----------2°) Luego está la cuestión de saber si ciertas concepciones o cosmovisiones, como por ejemplo el espiritismo, la masonería, el comunismo, Lutero, el budismo, la reencarnación, el panteísmo u otras ideas, son conciliables o no con el Catolicismo. Para algunos son conciliables, para otros son irreconciliables. Al respecto, inmediatamente surgen preguntas muy graves: ¿Se pueden discutir estas cuestiones libremente dentro del catolicismo? Para algunos sí, para otros no. Para algunos son cuestiones debatibles, para otros de ninguna manera. Pero el caso es que llegados a este punto de nuestra reflexión, nos damos cuenta entonces que nos gustaría preguntarles tanto a los unos como a los otros: ¿Cuáles son los puntos esenciales e irrenunciables del catolicismo, rechazando los cuales uno ya no es católico? Y frente a esa pregunta fundamental, nos damos finalmente cuenta que aquí existe una gran confusión, aún cuando nos haya tocado vivir en un tiempo en que se ha terminado formando grosso modo un catolicismo modernista filo-protestante que tiene apariencia (sólo apariencia) de una cierta coherencia, aparentemente difícil de deshacer. Sin embargo, esto último no es cierto, no es difícil borrar las apariencias de la orgullosa modernidad (o posmodernidad) desastrada de falta de lógica y coherencia. Como tampoco es difícil, si reflexionamos, saber lo que significa ser católico.
----------En primer lugar recordemos el significado etimológico de la palabra "católico". Ella proviene, como es sabido, del griego kath-olikòs, o sea katà òlon = sobre todo, es decir, "en todo el mundo", según el mandato de Cristo: "Id por todo el mundo", lo que significa que el contenido del catolicismo es universal, es necesariamente el mismo para todos los hombres en todos los tiempos, de acuerdo con lo que Cristo ha dicho: "Mis palabras no pasarán".
----------Llego entonces al punto central de mi reflexión de hoy. Y estoy absolutamente seguro (por Fe) que nadie podrá contradecirme si ahora defino ser católico de este modo: escuchar al Romano Pontífice como "roca" sobre la cual Cristo ha fundado su Iglesia ("Tu es Petrus"), intérprete en última instancia de la revelación cristiana ("confirma fratres tuos") y como suprema guía humana de la conducta cristiana ("pasce oves meas"), Pastor de esa Iglesia "católica" de la cual habla el Credo que recitamos en la Misa, Credo que está expuesto en el Catecismo de la Iglesia Católica y que es vivido ejemplarmente por los santos. La Iglesia está fundada en la Fe de Pedro y sus sucesores, y el Señor ha garantizado que esa Fe permanecerá incólume en Pedro y sus sucesores. Pedro no puede perder la Fe, y Pedro es la firme garantía para que nosotros no la perdamos. En esto se basa la fe del católico.
----------Y téngase bien presente que estoy hablando de Pedro y de todos sus Sucesores, sin mencionar en particular a ninguno de ellos, porque absolutamente todos han sido constituidos por Nuestro Señor Jesucristo para cumplir con las funciones indicadas. Se llamen Pío, Alejandro, Gregorio, Julio, Pablo, Juan Pablo, Benedicto o Francisco. Todos ellos son la "roca" sobre la que Cristo ha fundado su Iglesia, antes y ahora. Tenerlo bien presente es lo primero y fundamental para ser católico. Después vendrá, si nos toca la prueba, armonizar esa verdad con la frecuentemente escandalizadora realidad humana del que cumple la misión de Pedro; y ese puede ser el problema más acuciante en esta hora de la Iglesia que nos ha tocado vivir, en la que algunos se sacan de encima el problema diciendo que desde hace sesenta años el Papa no es Pedro, y otros vivimos en la angustia de explicar cómo es posible que este Papa sea Pedro, y no tenemos tampoco bien en claro que lo sea el que ha quedado en Roma o el que se ha ido a Ratisbona...
----------Siendo así las cosas, es evidente que la definición del término católico no puede ser dejada de derecho al arbitrio de ningún privado o de ningún reagrupamiento religioso por fuera de la Iglesia Católica Romana. La definición de "católico" no puede dejarse al capricho de ningún individuo privado.
----------Por consiguiente, la regla definitiva y cierta de la fe católica no nos ha sido dada ni de parte de los teólogos, ni de los filósofos, ni por los exégetas, ni por los historiadores, ni de parte de los profetas, ni de los poetas, ni de los carismáticos, ni por parte de los videntes, ni de los comunes cristianos, autores de libros o de blogs como éste, por mucho que cualquiera de ellos esté en posesión del Espíritu Santo y por experto que sea en la Sagrada Escritura. Tampoco nos ha sido dada por los Obispos, por los Cardenales o por las conferencias episcopales o por el Concilio Ecuménico, sino cum Petro y sub Petro.
----------Lo que al fin de cuentas quiero decir en esta nota de hoy es que ser católico resulta así de un conjunto preciso y orgánico de elementos o factores doctrinales y morales, un conjunto al cual, como dice el Apocalipsis, no se puede añadir nada ni se puede quitar nada: "Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro" (Ap 22,18). Quienes hacen esto, lo sepan o no lo sepan, caen en ese error que se llama "herejía". Ese tal, ya no es más católico sino hereje; o bien, moderando un poco las tintas, se puede decir que sigue siendo católico en aquello en que permanece fiel a los principios antes mencionados, pero es hereje en relación a los falsos principios en los que cae.
----------Por lo tanto, nadie está autorizado a definir qué es y quién es católico en última instancia y con certeza, si no el Sumo Pontífice y los órganos de magisterio y de gobierno de los cuales él se sirve, en particular la Congregación para la Doctrina de la Fe, la cual tiene precisamente del Papa la misión de ayudarlo a discernir lo que es conforme y lo que es contrario a la doctrina y a las costumbres católicas.
----------Ser cristiano no quiere decir entonces ser católico. También los protestantes y los ortodoxos son cristianos, pero no son católicos. Como es sabido, ellos carecen del reconocimiento de la autoridad del Sucesor de Pedro, entre otras cosas. Y hoy existen otros, sedicentes católicos, que tampoco conservan ese reconocimiento.
----------Un defecto del catolicismo de hoy es la facilidad o superficialidad, la presunción y el criterio subjetivista y, por consiguiente, falso, en base al cual se define el ser católico o se nos considera o nos consideramos a nosotros mismos "católicos". Por otro lado, aquellos que se preocupan por determinar la identidad católica con exactitud y espíritu de obediencia a la Iglesia, son designados con epítetos ofensivos, difamatorios o considerados tales como "fundamentalista", "cerrado", "talibán", "fanático", "integrista", "rígido", "papista", "tradicionalista", "atrasado", "preconciliar". Por otro lado, existen en realidad verdaderos católicos -desafortunadamente una minoría- los cuales con todo derecho y de hecho, laudablemente, pueden ser considerados, por ejemplo, "tradicionalistas".
----------¿Cómo explicar este abuso del término "católico"? ¿Por qué tantos se consideran a sí mismos o son considerados "católicos" a pesar de haber caído, quizás sin darse cuenta, en herejías? ¿Por qué mantener el nombre de "católico" cuando en realidad no se someten o no se quieren someter a las reglas para serlo verdaderamente? ¿Cómo es que ciertos verdaderos católicos son denigrados, conmiserados, despreciados, marginados o ridiculizados por otros sedicentes católicos que en realidad no lo son? ¿Por qué ellos no reconocen más bien que en realidad son semi-protestantes o semi-ortodoxos o semi-masones o semi-comunistas, etc.? ¿Por qué no abandonan el nombre católico para reconocerse abiertamente por lo que son en realidad? ¿Para qué? ¿Con que ventajas?
----------Hoy se ha perdido en gran medida el deseo de acoger todos los elementos del catolicismo rechazando lo que con él es incompatible. No nos preocupamos de la coherencia y amamos el sincretismo, no queremos tener en cuenta la autoridad legítima que ha sido puesta para establecer lo que es católico y lo que no lo es, y se cree que podemos establecer ser católicos por cuenta propia, en base a los propios gustos o siguiendo al teólogo o al exegeta de éxito.
----------Algunos creen que es imposible saber cuáles son los elementos esenciales del catolicismo, y que todo sea opinable: de ahí la convicción de que cada uno es libre de creer aquello que se prefiera en base a criterios construidos por cuenta propia o siguiendo tendencias emergentes y de éxito. Se teme estar en minoría y se sigue la corriente. O bien se siguen las creencias más cómodas y más agradables.
----------Otros piensan que catolicismo o protestantismo u ortodoxia son modalidades igualmente legítimas de ser cristianos, entre las cuales uno puede escoger libremente. Se confunde la diversidad con la contrariedad, y se toma ésta por aquella. Se pretende sustituir a las autoridades en el determinar lo que quiere decir ser católico.
----------¿Cómo explicar este fenómeno? ¿A quién culpar? ¿Cómo remediarlo? Las autoridades, los últimos Pontífices particularmente, han dejado correr demasiado, especialmente a partir del inmediato postconcilio, y la situación se está siempre agravando más y más, con efectos devastadores, efectos cada vez más evidentes, por cuanto respecta a la pureza y la honestidad de las costumbres morales, civiles, religiosas y políticas. ¿Cuánto tiempo todavía tiene que seguir adelante este proceso de corrupción antes de que decidamos -pienso sobre todo en las autoridades- tomar medidas?

8 comentarios:

  1. Gracias, padre Filemón. No hay ninguna duda: la unión en la Fe con Pedro y sus sucesores es lo que identifica al católico.
    Su nota es sencilla y meridianamente clara. Pone de manifiesto lo que desde otros puntos de vista se viene hablando desde hace tiempo: el cisma interior en la Iglesia, lamentablemente fomentado en gran medida por los pontífices que no han tomado claras medidas disciplinarias contra los brotes de herejías o herejías desarrolladas. Pongo un solo caso, inicial: el de Pablo VI frente a Karl Rahner.

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  2. Ángel del Castillo19 de junio de 2020, 16:11

    Estimado Fr Filemón:
    Ud., como al pasar, se refiere a la incertidumbre en buena parte del pueblo fiel, aunque seguro que una minoría, pero una parte al fin, acerca de quién es el verdadero Papa, si Francisco, o Benedicto. La incertidumbre viene apoyada incluso por las formas en que Benedicto se ha expresado sobre su renuncia: que sí, ha dicho, que él ha renunciado; pero también ha expresado, de varios modos, que sigue siendo Papa.
    Lejos de acallarse la incertidumbre con su viaje a Baviera, creo que se ha agravado. Para una persona de 93 años, ese debe ser un viaje definitivo, no volverá a Roma, yo personalmente lo doy por descontado, aunque, por supuesto, me puedo equivocar.
    Suponiendo que se mantenga el actual contexto, con el papa Francisco algo más "libre" en Roma, teniendo lejos a Benedicto. ¿Podrían hacerse más profundas sus afirmaciones provocativas, a veces confusamente dudosas sobre la Fe, hasta el punto de hacernos imposible a los fieles interpretar sus expresiones en sentido ortodoxo?...
    En tal caso... creo que tendríamos un criterio para discernir la Verdad de la situación planteada por los dos papas, y la confusa supuesta "renuncia" de Benedicto.
    Me explico:
    Ud. dice, como es correcto, en su nota, hablando en general, que un Papa no puede perder la Fe, pues eso entra en la promesa del Primado, por parte de Cristo. Por lo tanto: si se advierte claramente que Francisco se expresa, repito, claramente, contra la Fe, ¿eso no podría significar que en realidad ha perdido la fe y que, por ende, nunca ha sido verdadero Sucesor de Pedro, con el carisma de la Fe indefectible?

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  3. Gracias, Fr Filemón. Excelente nota, y muy clarificadora. Tranquilizadora también. ¿Cuál es sino Pedro, y la Fe de Pedro, la roca sobre la que Cristo ha querido fundar su Iglesia? ¿En qué nos basaríamos de lo contrario? Seríamos plumas volando al soplo del viento, de cualquier gurú que nos venga supuestamente inspirado vaya a saber por qué espíritu... los muchos "Luteros" que hubo en la historia, y que hoy los sigue habiendo.
    Los católicos estamos con el Papa.
    Los católicos sufrimos al Papa, en su realidad carnal, humana.
    Los católicos estamos firmes en Pedro Romano, como Ud. padre Filemón sabe decir, en el Magisterio bimilenario de la Iglesia de Pedro.
    Gracias nuevamente, padre.

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  4. Padre Filemón, estoy muy angustiada por papa Benedicto. Se lo ve muy débil y enfermo. Su lejanía de Roma me hace pensar en su partida definitiva hacia el Señor. Qué será de nosotros, padre. No se avecinan buenos tiempos en la Iglesia, para nada.

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  5. Por supuesto que Benedicto no volverá a Roma. En el Vaticano estaba preso.
    Recemos por su salud, y para que nos siga cuidando de los excesos de Francisco.

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  6. Fr Filemón,
    Respeto completamente la doctrina que Ud. transmite en su nota. La Fe de Pedro es la Roca sobre la que se funda la Fe de la Iglesia.
    Pero le confieso que para mí es sumamente difícil ser fiel a esa doctrina de Fe con lo que estamos viendo en el actual pontificado de papa Francisco.

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  7. Resulta angustiante congeniar la Fe en el Primado con las palabras y acciones del papa Francisco.

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  8. El cardenal Newman tiene maravillosos textos acerca de la Fe como acto de obediencia: gracia infusa en la voluntad que impera el acto de la inteligencia a creer en Dios que revela, por la sola autoridad de Dios que revela.
    La rebelión del hombre contra Dios se inició con la modernidad, con aquel giro rebelde de Martín Lutero, que inició todos los inmanentismos y subjetivismos, del Iluminismo racionalista, que fructificaron en la Revolución Francesa.
    Ahora que lo veo, resulta paradójico que alguien tan combativo contra todo lo que significó a Revolución Francesa, como fue mons. Lefebvre, terminara sucumbiendo a un inmanentismo subjetivista, al rebelarse a la autoridad del Magisterio Petrino.

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