lunes, 15 de junio de 2020

El culto al Santísimo Sacramento (2/3)

Aportemos otros datos acerca del desarrollo histórico del Culto del Santísimo Sacramento fuera de la celebración de la Santa Misa, para completar y matizar lo que decíamos en la nota anterior de esta misma serie.

----------Ya mencioné una frase de Edmund Bishop: "durante toda la Edad Media (...) el Santísimo Sacramento reservado fue comúnmente tratado con una especie de indiferencia que en la actualidad se consideraría de la naturaleza de la 'irreverencia', no diré indignidad". Para que los lectores no interpreten mal la información, hay que decir, sin embargo, que Bishop exagera cuando habla de esa manera sobre el culto del Santísimo Sacramento como si estuviera casi ausente a lo largo de toda la Edad Media. De hecho el siglo XIII es el que corona la Edad Media Cristiana, y ese siglo muestra el amanecer de una conciencia de algo más profundo. Respecto a las referencias "sepulcrales" que citábamos ayer acerca de la reserva de la Eucaristía, casi asimilándola a una Reliquia, hay que mencionar, como contrapeso, que un ordinarium de Zúrich fechado en 1260, considera necesario explicar que es "contrario a la razón... totalmente absurdo" que "la Eucaristía, que es el verdadero y viviente Cuerpo de Cristo, represente a su Cuerpo muerto". En el mismo siglo XIII un ordinal conventual conservado en Dublín ordenó que el sacramento fuera "honorablemente reservado para el uso de los enfermos" ("honourably reserved for the use of the sick"), pero menos de un siglo después otra mano siente que es necesario añadir al manuscrito "y para la devoción del coro" ("and for the devotion of the choir").
----------Pero no fue necesario esperar hasta el siglo XIII para que se vislumbrara el sol del amanecer eucarístico; pues ya hacia el final del primer milenio cristiano se despertó gran entusiasmo por la devoción al Sacramento del Altar reservado. Ello se debió también, en parte, a la defensa que los teólogos tuvieron que hacer frente a ciertas doctrinas en torno al misterio eucarístico, difundidas por la herejía albigense. Fue así que fue incubándose un ambiente muy propicio al establecimiento de una fiesta litúrgica en honor del Santísimo Sacramento. Para ello, y como bien lo sugería un lector en el foro, a la nota de ayer, el motivo inmediato parece ser que lo dio la revelación que tuvo santa Juliana de Mont Cornillón, cerca de Lieja [1193-1298], en la que se le apareció un disco luminoso, la luna llena, con una franja oscura. Tras dos años le fue revelado, y ella así lo entendió, que el disco luminoso significaba la Iglesia de su tiempo, y que la franja oscura que faltaba era un vacío en el año litúrgico, debido a la ausencia de una fiesta en honor del Santísimo Cuerpo de Cristo.
----------Santa Juliana dio cuenta de tal visión a su confesor, quien a su vez manifestó lo sucedido a varios teólogos con el fin de indagar su parecer, entre los que se encontraban dos que luego habían de tener gran importancia en la institución de tal fiesta en la Iglesia universal: el provincial de los dominicos, Hugo de Thierry y el arcediano de Lieja, Jacques Pantaleón [c.1195-1264]. El ultimo insistió ante el obispo Roberto de Thourotte [† 1246] para que la estableciese en la diócesis de Lieja, y así lo hizo en 1246, fijando su celebración el jueves después de la Octava de Pentecostés.
----------Años más tarde Hugo de Thierry fue creado cardenal y legado en las Fiandrias, donde confirmó y prescribió esta fiesta. Por su parte, Jacques Pantaleón fue elevado al trono pontificio con el nombre de Urbano IV [1261-1264], y, cosa paradójica, quien antes había intercedido ante el obispo de Lieja para que la extendiese a toda la Iglesia universal, ahora puso algunos reparos y no se determinaba a hacerlo.
----------Por aquella época tuvo lugar el hecho milagroso sucedido en Bolsena, según el cual un sacerdote peregrino sintió grandes dudas acerca de la presencia eucarística al celebrar la Misa en la iglesia de Santa Cristina, y de la hostia consagrada salieron algunas gotas de sangre que mancharon el corporal. Al conocer el papa Urbano IV tal suceso, quiso ver los corporales, y mandó traerlos a Orvieto, donde se encontraba, y allí se han conservado desde entonces, en un relicario de metales preciosos y esmaltes, obra del escultor Ugolino de Vieri y sus alumnos [1338], en una capilla de la magnífica catedral.
----------Aquel prodigio determinó al Papa a establecer en la Iglesia universal la fiesta del Corpus Christi, y así lo hizo por medio de la ya mencionada bula Transiturus de hoc mundo, firmada en Orvieto. Pero Urbano IV murió en seguida, y la bula no tuvo el efecto apetecido. Cincuenta años más tarde, Bertrand de Got [1264-1314] papa Clemente V [1305-1314] confirmó la bula de Urbano IV y la introdujo en las Constituciones Clementinas, publicadas en 1317 por Juan XXII [1316-1334], y de este modo la bula Transiturus tuvo pleno valor práctico, y con ella la institución de la fiesta del Corpus Christi, que tanto había de entusiasmar en los siglos posteriores a toda la Iglesia, especialmente en los países europeos meridionales.
----------En la nota anterior de esta serie mencioné al benedictino anglicano Gregory Dix [1901-1952]. Un dato interesante es que a Dix, comprometido en cortar las alas a los obispos que intentaban a mediados del siglo pasado emitir "reglamentos" que prohibían las procesiones de Corpus Christi, le encantaba señalar que los primeros registros de procesiones del Sacramento estaban en procesiones del Domingo de Ramos, en Canterbury. Dix tenía bastante razón; y los obispos anglicanos de su época, que incluían un buen número de intolerantes, se merecían lo que obtenían de su pluma versátil y despiadada. Pero, como bien lo afirma el padre John Hunwicke, Dix en realidad perpetraba una confusión de género. El Domingo de Ramos, los cristianos de gran parte del Occidente latino deseaban actualizar ritualmente la entrada del Señor en la Ciudad Santa de Jerusalén; y para ello usaban, a veces, una estatua de madera del Señor en un burro, o bien el Libro de los Evangelios, o a veces... el Santísimo Sacramento. De modo que el género en que quedaba adscripta la Procesión de Ramos era el género Drama, o sea, era una dramatización. Por lo tanto surge la siguiente cuestión: estamos haciendo una representación dramática de un acontecimiento histórico, la entrada del Señor en Jerusalén; por lo tanto, ¿cómo representaremos a la Figura de Jesús? Pero el género de la Procesión del Corpus Christi no es Drama sino Adoración. Por consiguiente, la verdadera pregunta que hay que hacer aquí es: si poseemos el verdadero y viviente Cuerpo de Cristo, ¿cómo debemos adorarloLe?
----------Por consiguiente, una vez que dejemos de pensar en el Sacramento Reservado como el verdadero pero muerto (como se pensaba frecuentemente en el primer milenio cristiano) Cuerpo de Cristo, que los Fieles necesitan recibir cuando están enfermos o moribundos, y comencemos a verlo como el Cuerpo viviente del Cristo viviente, no lo veremos como una Reliquia supremamente potente pero muerta, sino como el locus para una relación directa, vivida, entre creyente y Señor. Vemos esta transición en el desarrollo de algunas de las muy raras, tempranas, procesiones de la Hostia Consagrada antes de finales del siglo XIII. La Sagrada Hostia era portada en procesión junto con las otras reliquias, las más poderosas que quizás tenía la Iglesia que llevaba a cabo el rito procesional. Pero, en los siguientes cincuenta años, tales prácticas se volvieron mucho menos comunes, y finalmente desaparecieron.
----------Y esta evolución litúrgica (o revolución, llámenla como quieran) condujo a un cambio en los vasos utilizados para la Reservación. Ya no estaban hechos de marfil o de piedra, sino de metales preciosos. Ya no fueron diseñados para representar al Sepulcro en Jerusalén. Y sobre todo, el Santísimo Sacramento ya no debía ser reservado en el mismo recipiente que los Sagrados Óleos. En el primer milenio -notablemente, en nuestra opinión- el recipiente bendecido para ser un contenedor para el Sacramento, a menudo se llamaba... ¡Chrismale!

14 comentarios:

  1. Padre Filemón, lo que ud. menciona en estas notas acerca del desarrollo del Culto Eucarístoco es un buen ejemplo de desarrollo doctrinal, o de "Tradición viva" como gustaba repetir papa Benedicto XVI, es decir, el crecimiento en la fe, el desarrollo de una comprensión más profunda de la Fe. Supongo que podríamos ver todo esto que aquí se describe, como un verdadero desarrollo orgánico de la doctrina, una comprensión más profunda de la Presencia Real. Un desarrollo lento, reflexivo, pero desarrollo de la comprensión creyente de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.
    Es lo que no entienden los tradicionalistas, que entienden a la Tradición como algo fijo, cerrado en sí mismo, y acabado. Una posición ilógica, incomprensible en sí misma, ajena a la realidad. Y aclaro que estoy usando la palabra "tradicionalistas" no en el sentido de "conservadores". Ser "conservador" es una postura absolutamente legítima en la Iglesia, pero no ser "tradicionalista", que es el extremo conservadurismo llevado al fijismo de la Tradicion, es decir, falsear la Tradición, falsificarla convertirla en un fósil de museo.
    Es paralela la diferencia entre ser "progresista", que es una postura legítima en la Iglesia, si se quiere opuesta a la legítima posición de los "conservadores". El "progresista" en la Iglesia es el que acepta la Tradición bimilenaria de la Iglesia, pero la entiende como lo que es, el acto de transmisión de la Revelación, de Cristo a los Apóstoles, y de éstos a sus sucesores a través de los siglos, hasta ahora. Pero si bien ser "progresista" en la Iglesia es legítimo, y un teólogo, por ejemplo, no puede sino ser "progresista", en el sentido de que su tarea es profundizar en la comprensión de la Tradición; no es legítima la postura "modernista", que niega la Tradición.
    Estas notas suyas, padre Filemón, ayudan a comprender todo esto.

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  2. Estimado Cristero:
    Apunte bien las diferencias. Pero tiene Ud. razón.
    Ser "conservador" es legítimo, ser "tradicionalista" no.
    Ser "prrogresista" es legítimo, ser "modernista" no.
    Entre cada uno de los términos de estas dos parejas existe tanta distancia como existe entre la ortodoxia y la herejía.
    Es lo que se dió en el debate conciliar. En el Concilio Vaticano II existieron los Padres conciliares conservadores, y existieron también los extremos tradicionalistas. Existieron también los Padres conciliares sanamente progresistas, y existieron también los modernistas.
    Esas diferencias son las que no alcanzó a advertir Mons. Lefebvre, y es la misma ceguera que mantiene todavía ciegos a los lefebvristas.

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  3. Berengario de Tours15 de junio de 2020, 6:44

    Padre Filemón: Gracias. Se trata de un maravilloso misterio para explorar.
    Por un lado: Abbott Vonier en su obra "La clave de la doctrina de la Eucaristía", explicando -a través de Tomás de Aquino- que el Sacramento es el cuerpo de Jesús "in passus": la sangre está separada de su cuerpo sin vida. Y luego responde a la cuestión: "¿Qué pasa con Su alma y su divinidad en la Eucaristía?" Está presente, según Tomás de Aquino, en razón de la unión hipostática.
    Y sin embargo, Mons. Gamber, en su obra sobre La Misa, señala que Jesús ofrece el sacramento de la Santa Eucaristía en la última cena ("ningún hombre me quita la vida, sino que yo la entrego..."). Y a ningún hombre -profetiza Isaías- se le permite romper mis huesos. Y Gamber recuerda una antigua formulación de las palabras de la consagración en el antiguo Rito Romano: "este es mi cuerpo, ROTO por ustedes". Yo, el Cristo viviente, rompo mi cuerpo y lo comparto.
    Realmente, todo esto es un hermoso cofre de tesoros, piedras preciosas, y bellezas... para ser abierto por nosotros los niños... un regalo del Divino Artista.

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  4. Gracias por estos posts Padre, muy informativos, aunque provocadores. Desgraciadamente, no tengo a mano mi 'Omnibus of Franciscan Sources' ni mi 'Francis and Clare', pero, citando de memoria, creo que la devoción de san Francisco de Asís al Santísimo Sacramento fue muy focalizada hacia el Señor como viviente y presente en el Santo Sacramento. De hecho, dio instrucciones estrictas sobre la condición y la calidad de los vasos sagrados y lienzos sagrados. Habría que investigar algo más, pero quizás podría decirse que el despertar eucarístico en los siglos que Ud. menciona, el despertar (entre la población general de la Iglesia) a la realidad de la presencia viviente del Señor en el Sacramento reservado se haya debido a la predicación de los frailes franciscanos, entre otros.

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  5. Recordé ahora un libro: "Medieval Piety from Relics to the Eucharist: A Process of Mutual Interaction", de Godefridus J.C. Snoek, el volumen 63 de la serie de estudios sobre las Tradiciones Cristianas, editadas por Brill, Para los que quieran profundizar, y sepan inglés.

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  6. Vergara: ¿ser tradicionalista es ser herético?...

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  7. Anónimo 07:43
    Independientemente de lo que Vergara le responda, creo que Vergara se está refiriendo a los tipos de "tradicionalistas" a los que se ha referido Fr Filemón en sus notas. Debería leerlas.

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  8. Cristero: ¿Hay evolución en la liturgia católica? ¿En qué sentido?

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  9. Anónimo de las 7:43.
    Es muy simple: depende de lo que se entienda por "ser tradicionalista". Si Ud. entiende que "ser tradicionalista" es defender la Tradición Católica tal como la Iglesia por su Magisterio enseña que es la Tradición, está perfecto, Ud. es un católico tradicionalista ortodoxo. Aunque yo preferiría decir que Ud. simplemente es un defensor de la Tradición. Porque hoy por hoy, autodenominarse "tradicionalista" es generar equívocos.
    Bajo la etiqueta de "tradicionalista" se colocan muchos, algunos ortodoxos, como Ud., si es el caso de un recto defensor de la recta Tradición Católica, y otros heterodoxos o cripto-heréticos, como los sedevacantistas, los cripto-sedevacantistas, los lefebvristas, y un montón de sectas que no obedecen al Magisterio actual, entendido rectamente, y entendido como el único modo por el que nos es posible a los cristianos conocer la Revelación de NS Jesucristo.

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  10. Anónimo 8:10:
    Por supuesto que hay evolución, y en el sentido lógico, de una mayor clarificación de los simbolos litúrgicos, de acuerdo a la conciencia creyente de cada época, sin cambiar lo esencial de cada Sacramento, por supuesto.
    Hay algunas sectas tradicionalistas que le dirán que ellos, sólo ellos!!!, celebran "LA MISA DE SIEMPRE", así es como dicen. Pero lo que celebran es liturgia con siglos y siglos de evolución. Claro que esas sectas tradicionalistas (en el mal sentido fijista de "tradicionalistas") cortan esa evolución hasta Pío XII y sus reformas de la Semana Santa, o hasta 1962, y por la ideología tradicionalista que defienden, considera que todo lo demás, la Misa de Pablo VI y todo el discernimiento litúrgica posterior, es MODERNISTA, dicen.
    En otras palabras: son evolucionistas hasta Pio XI o Juan XXVIII, pero son fijistas con todo lo que ha sucedido después de ellos.
    No hace falta decir que es una posición del todo irracional, ilógica, ridícula.

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  11. Buenos días, y disculpen que me meta en el diálogo, pero...
    Creo que será imposible cambiar la terminología, por mejor intención que tenga el padre Filemón, Cristero Argentino, y Vergara.
    Seguirán llamándose "tradicionalistas" unos y otros, los que en realidad son católicos, y los que hay dudas que lo sean.
    Cuando un lenguaje se difunde, es difícil cambiarlo.

    Ahora bien, es cierto lo que aquí se ha dicho: que durante las sesiones del Concilio Vaticano II estas confusiones han sido muy evidentes. Ya en la preparación misma del Concilio se notaron las dos corrientes, la de aquellos "conservadores" que pensaban que el Concilio simplemente tenía que repetir la doctrina de siempre y, a lo menos, condenar a los comunistas, como error propio del tiempo; y la de los "progresistas", que entendían, con toda lógica, que por algo Juan XXIII y Pablo VI convocaban el Concilio, es decir, para desarrollar la doctrina y explicarla según el sentir de los tiempos.
    Lamentablemente, a esas dos tendencias legítimas, conservadores y progresistas (aunque con muchos grados y niveles y matices en ambas corrientes) se sumaron enseguida las corrientes heréticas, de los "modernistas" y de los "tradicionalistas", alejadas ambas de "lo católico".

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  12. 100% de acuerdo con Carlos Daniel.
    No podrán cambiar la terminología, y seguirá habiendo tradicionalistas, buenos y malos, católicos y de los otros.

    Creo que a lo que dijo Carlos Daniel habría que decir que el llamado "espíritu del Concilio" (del que Valli hoy habla en su blog) nació de los modernistas. Los modernistas (heréticos) crearon el "espíritu del Concilio", que se difundió por toda la Iglesia como "la" interpretación del Concilio. Fracasó en este sentido Pablo VI cuando condenó esa interpretación como "magisterio paralelo" al católico, es decir, al de la Cátedra de Pedro, paralelo y diferente a Su Cátedra Petrina. Y el "espíritu del Concilio" (espíritu modernista) se propagó irrefrenable.
    Lamentablemente, en contraste, y como combate, se difundió un tradicionalismo malsano, no realmente defensor de la Tradición, que es el que ahora también sufrimos.

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  13. En mi comentario anterior, donde escribí "hasta Pio XI o Juan XXVIII",
    quise decir: "hasta Pio XII o Juan XXIII".

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  14. Y...cómo les fue con la comunión en la mano??

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