domingo, 1 de octubre de 2023

El Papa y los jóvenes rusos

Una vez más, las palabras del Romano Pontífice nos incitan a todos los cristianos, católicos y no-católicos, a encontrar en la santidad cristiana esa luz y esa fuerza espirituales que poseen el secreto de la paz, de la luz y de la fuerza que, si son seguidas y experimentadas, plenifican nuestro espíritu de una energía invencible de ardentísima caridad, de modo tal de volvernos incansables, pacientes, persuasivos e irresistibles fautores y mediadores de la paz, venciendo las fuerzas diabólicas lanzadas por los caminos del odio y de la muerte. [En la imagen: una fotografía de la videoconferencia del papa Francisco, el pasado 25 de agosto, durante el X Encuentro Nacional de Jóvenes Católicos en san Petersburgo, Rusia].

Palabras del Papa que originaron ciertas polémicas
   
----------Sabemos cómo el Santo Padre el pasado mes de agosto se ha conectado mediante una video-conferencia con los jóvenes rusos reunidos en San Petersburgo, en ocasión del décimo encuentro nacional de jóvenes católicos de Rusia. El tema elegido para el evento fue el mismo tema que había tenido la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Lisboa a principios de agosto, y el discurso del Romano Pontífice, aparecido en el sitio web oficial del Vaticano, es un resumen de lo ya dicho en Portugal.
----------Antes de la bendición final a los jóvenes reunidos en San Petersburgo, el Romano Pontífice pronunció las siguientes palabras, que luego fueron publicadas en el portal de la Arquidiócesis de la Madre de Dios, en Moscú: "Nunca olviden el legado. Sois los herederos de la gran Rusia: la gran Rusia de los santos, de los gobernantes, la gran Rusia de Pedro I, Catalina II, ese imperio, un país grande, ilustrado, de gran cultura y de gran humanidad. No renuncien nunca a este legado, ustedes son los herederos de la gran Madre Rusia, sigan adelante. Y gracias. Gracias por vuestro modo de ser, por vuestro modo de ser rusos".
----------Posteriormente, durante el regreso de su viaje apostólico a Mongolia, el 4 de septiembre pasado, en el avión, el Papa fue interrogado por un periodista sobre este episodio:
----------Fausto Gasparroni (de ANSA), le preguntó: "Santidad, le hago esta pregunta en nombre del grupo de lengua italiana. Recientemente han suscitado debate ciertas declaraciones suyas dirigidas a jóvenes católicos rusos sobre la gran madre Rusia, el legado de figuras como Pedro el grande y Catalina II. Unas declaraciones que, digamos, han irritado mucho, por ejemplo, a los ucranianos, han tenido también consecuencias en el ámbito diplomático y se han visto casi como una exaltación del imperialismo ruso y una especie de aval a las políticas de Putin. Quería preguntarle a usted, ¿por qué sintió la necesidad de hacer estas declaraciones, si consideró oportuno hacerlas, si las repetiría; y también, en aras de la claridad, si puede decirnos qué piensa de los imperialismos y, en particular, del imperialismo ruso?".
----------El Papa respondió: "Tomemos en consideración donde se hizo: fué en un diálogo con jóvenes rusos. Al final del diálogo les di un mensaje, un mensaje que siempre repito: que se hagan cargo de su herencia. Esto primero: que se hagan cargo de su herencia. Lo mismo digo en todas partes. Y con esta visión también intento hacer el diálogo entre abuelos y nietos: que los nietos se hagan cargo de la herencia. Esto lo digo en todas partes, y este ha sido el mensaje. Un segundo paso, explicitar la herencia: he dicho lo de la gran Rusia, porque la herencia rusa es muy buena, es muy hermosa. Piensen en el campo de la literatura, en el campo de la música, hasta llegar a un Dostoievski que hoy nos habla de un humanismo maduro; se ha asumido este humanismo, que se ha desarrollado, en el arte y en la literatura.
----------Este sería un segundo plano, de cuando hablé de la herencia. El tercero, tal vez no ha sido feliz, pero hablando de la gran Rusia en el sentido no tanto de la geografía, sino de la cultura, me acordé de lo que nos enseñaron en la escuela: Pedro I, Catalina II, y ha sido este tercer aspecto, que quizá no sea del todo correcto, no lo sé, que nos lo digan los historiadores, pero fue un añadido que se me ocurrió porque lo había estudiado en la escuela. Pero lo que les dije a los jóvenes rusos es que se hicieran cargo de su propia herencia, que tomaran su propia herencia, lo que significa no 'ir a comprarla' a otra parte, ¿saben? hacerse cargo de la propia herencia. ¿de cual herencia? La de la gran Rusia: la cultura rusa es de una belleza, de una profundidad muy grande, y no debe borrarse por problemas políticos. Han tenido años oscuros -políticos- en Rusia, pero la herencia siempre ha permanecido así, disponible.
----------Luego, usted habla del imperialismo. En realidad, no estaba pensando en el imperialismo cuando dije eso, estaba hablando de la cultura, y la transmisión de la cultura nunca es "imperial", nunca; siempre es un diálogo, y estaba hablando de eso. Es cierto que hay imperialismos que quieren imponer su ideología. Me detendré aquí: cuando la cultura se “destila” y se transforma en ideología, ése es el veneno. Se utiliza la cultura, pero destilada en ideología. Esto hay que distinguirlo: cuando se trata de la cultura de un pueblo y cuando se trata de las ideologías que surgen de algún filósofo, de algún político de ese pueblo.
----------Y esto lo digo para todos, también para la Iglesia: a veces se instalan ideologías dentro de la Iglesia, que separan a la Iglesia de la vida que surge de la raíz y va hacia arriba; separan a la Iglesia de la influencia del Espíritu Santo. Una ideología es incapaz de encarnarse, es sólo una idea. Pero cuando la ideología toma fuerza y se convierte en política, suele convertirse en dictadura, se vuelve incapaz de dialogar, de avanzar con las culturas. Y los imperialismos hacen esto. El imperialismo siempre se consolida sobre la base de una ideología. Hay que distinguir también en la Iglesia entre doctrina e ideología: la verdadera doctrina nunca es ideológica, nunca; está enraizada en el santo pueblo fiel de Dios; en cambio la ideología está desvinculada de la realidad, desvinculada del pueblo. No sé si he respondido".
   
La paz se construye con el ecumenismo
   
----------Sabemos cómo el Papa, desde el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia, habló de "guerra fratricida" con evidente referencia a uno de los temas fundamentales de su pontificado: la fraternidad humana universal, qué es, en qué se funda, qué ventajas procura, cómo se la rompe y cómo se la repara.
----------En su diálogo con los jóvenes rusos, sin desconocer la injusticia de la agresión rusa y la legitimidad de la defensa por parte de Ucrania, el Papa, como Pastor universal de la Iglesia, se situó inmediatamente en su propio plano espiritual como padre común de los cristianos, promotor de la paz de Cristo y, por tanto, como juez super partes de los conflictos, que inevitablemente surgen en nuestra pobre humanidad y en la misma Iglesia como consecuencia del pecado original y de nuestras propias culpas.
----------La guerra en Ucrania no debe ser interpretada simplemente en los términos de la tradicional voluntad del expansionismo y el imperialismo rusos. Si nos limitáramos a esto, no veríamos otra solución más que la militar, la cual, como ha denunciado varias veces el Papa, no sólo no conduce a la paz, sino que agrava el riesgo de un conflicto atómico. La solución vendrá de la recuperación por parte de las dos partes del espíritu de paz procedente de sus comunes raíces cristianas.
----------Así en las guerras: aunque un bando tenga razón y el otro esté equivocado, somos todos pecadores, todos hermanos, todos hijos de Dios, todos llamados a la salvación. Por este motivo, hay errores incluso en aquellos que tienen razón y hay aciertos incluso en aquellos que están equivocados. El fenómeno de la guerra es un fenómeno extremadamente complejo, efecto de una multiplicidad de causas, materiales y espirituales, ideológicas y morales, políticas y religiosas, económicas y sociales, nacionales y humanitarias, históricas y actuales. Juzgar quién tiene razón y quién no, no es tan simple como en el caso del transeúnte que es agredido y le roban la cartera o de la mujer violada por un bruto.
----------Por eso mismo, para llegar a pacificar a dos beligerantes, es necesario, mediante un paciente, tenaz, confiado y sabio trabajo, reparar las desavenencias recíprocas, reconciliar y calmar los ánimos, iluminar la situación en base a elevados criterios de juicio, conocer a fondo el corazón humano, tener en cuenta todos los factores concurrentes en el conflicto, motivantes o desencadenantes del desacuerdo, de los derechos y de los deberes de las dos partes, recordando a ambas partes los valores e intereses comunes, promoviendo en entrambas los lados buenos y corrigiendo los malos.
----------El Papa ha intuido de inmediato que un elemento que juega rol determinante en la guerra de Ucrania, aunque ciertamente no es el único, junto con antiguos rencores y gangrenosas divisiones, sed de venganza, crueldades ancestrales, intereses económicos, impulsos autonomistas o nacionalistas y apetitos imperialistas, es la dolorosa división desde siglos entre católicos y ortodoxos, de algún modo conectada con la oposición entre cultura occidental y cultura oriental, aunque obviamente catolicismo diga universalidad en teoría y de hecho, sin tener en cuenta el interés que tienen los grandes poderes mundiales anticristianos masónico, islámico, hinduista, sionista y comunista, para mantener dividida a la Iglesia con el objetivo de destruirla.
----------El Santo Padre sabe que en este dramático acontecimiento que está poniendo en riesgo la supervivencia de la humanidad entera, él, como Vicario de Cristo, tiene una carta importante que jugar, que nadie puede jugar mejor que él, una carta que luce ineficaz sólo para aquellos que, con la mirada de la gallina, no saben pensar más que en términos mundanos: la carta del ecumenismo católico-ortodoxo, que, como sabemos, ha tenido una autorizada consagración en el Concilio Vaticano II, y desde entonces no ha cesado de florecer, produciendo abundantes frutos de reconciliación, de mutua comprensión y de caridad, aún cuando este camino sólo pueda concluirse cuando Moscú renuncie a la doctrina de la Tercera Roma y Constantinopla reconozca el Filioque, y juntos, Moscú y Constantinopla, alcancen así la plena comunión con la Iglesia Romana.
----------Lamentablemente, Ucrania no ha sabido apreciar el impulso ecuménico dado por el Concilio en sus propios intereses de unidad nacional. Después de que la Iglesia de Kiev, fundada con el bautismo del rey San Vladimiro en el 988, llevara el cristianismo a Moscú en el siglo IX, la Iglesia de Kiev, tras haber seguido a Constantinopla con Moscú en el cisma del siglo XI, con el crecimiento de la grandeza del principado de Moscú, de ser madre de la Iglesia de Moscú, poco a poco acabó quedando bajo la sujeción de Moscú, que en el siglo XVI se había proclamado Tercera Roma, por tanto por encima de Constantinopla.
----------En ese momento, el Patriarcado de Moscú inició una actitud despótica de supremacía humillante hacia la Iglesia de Kiev, que había sido también la Iglesia que había generado la de Moscú. Desde entonces, por tanto, comenzó a extenderse en Ucrania una no convencida obediencia al Patriarcado de Moscú, obediencia que, sin embargo, todavía existe en Ucrania, donde la mayoría de los cristianos son ortodoxos.
----------Para complicar las cosas, en el siglo XVII nació en Ucrania un movimiento de acercamiento a Roma liderado por el obispo San Josafat, convertido de la ortodoxia al catolicismo, fundador de la así llamada Iglesia "uniata", un hombre valiente que devino humo en los ojos para los ortodoxos, los cuales llegaron tan lejos como para matarlo, por lo que es recordado por la Iglesia católica como Mártir.
----------De tal modo ha surgido en Ucrania una profunda división entre los católicos residentes en la zona oeste del país y ligados a la Europa occidental y los ortodoxos de la zona este de Ucrania, ligados a Rusia y al Patriarcado de Moscú. Desgraciadamente, el movimiento ecuménico iniciado por el Concilio Vaticano II no ha tenido ninguna influencia en Ucrania, donde han persistido rencores y antagonismos desde hace siglos entre católicos y ortodoxos, ahora instrumentalizados por el antagonismo-competencia entre Estados Unidos y Rusia, ambos deseosos de someter a Ucrania a sí mismos.
----------Ucrania, lamentablemente, en esto amarguísimo acontecimiento bélico que pone en verdadero peligro su propia seguridad y su unidad nacional, no logra hacer comprender, a quienes aspiran a su mano, de qué lado quiere estar; mientras que de por sí, dada su propia posición geográfica de frontera entre Occidente y Oriente, podría convertirse en un centro internacional de ecumenismo de primer orden, ejemplo para toda la Iglesia. Pero está claro que existen fuerzas poderosas que quieren impedir ver realizado este hecho, que traería unidad, poder y prestigio a la Iglesia que, en cambio, quieren destruir.
----------Por otra parte, para empeorar aún más las cosas, como sabemos, recientemente ha surgido en Kiev un Patriarcado autocéfalo (independiente del Patriarcado de Moscú) aprobado por Constantinopla y rechazado por el Patriarca de Moscú, Cirilo. Al mismo tiempo, el mismo Cirilo, tras la agresión rusa contra Ucrania, ha perdido muchos fieles, y esto se puede entender bien.
----------Rusos y Ucranianos han nacido como un solo pueblo y siempre han formado parte del imperio zarista. Ucrania significa simplemente "territorio de frontera". Sólo a partir del siglo XVII, cuando nació la Iglesia Uniata, mientras Rusia permanecía ortodoxa, comenzó a surgir entre rusos y ucranios una cierta división y una cierta fricción, que Stalin aprovechó astutamente para aplicar el principio divide et impera, de modo que llegó al punto de declarar a Rusia y Ucrania estados autónomos e independientes, ganándose así la fama de soberano liberal y respetuoso de las autonomías locales. Pero esto sólo favoreció los viejos resentimientos nacionalistas y religiosos, que, llegados a la exasperación, produjeron la guerra actual.
----------Respecto a la tesis del origen de Rusos y Ucranios como un solo pueblo, es la tesis sostenida no sólo por san Juan Pablo II, sino también por Putin, que es doctor en leyes y ha escrito un libro específicamente sobre este tema. Rechaza la artificiosa disposición de Stalin de una contraposición legal entre Ucrania y Rusia, sacando provecho del conflicto entre católicos y ortodoxos. Sin embargo, la nueva Constitución de la Federación Rusa del año 1990 reconoce la distinción estatal entre Ucrania y Rusia. Introduce el derecho a la libertad religiosa en lugar de la persecución deseada en los tiempos de Stalin.
----------De este modo, desde el año 1990 hemos venido asistiendo al resurgimiento en Rusia de sus antiguas tradiciones cristianas, lo cual se ha manifestado en la reapertura o construcción o reconstrucción de iglesias y de monasterios, el resurgimiento de la cultura cristiana y de la piedad popular, el recuperado esplendor de la liturgia, el apoyo a los valores de la familia, la promoción del bien público, la limitación del aborto y de la sodomía, la justicia social, y el sistema democrático. Lo que obviamente no quita los defectos del pueblo ruso, el endémico despotismo y hoy el ascenso de una reducidísima clase de ciudadanos riquísimos y egoístas. También este renacimiento religioso se nota en el exterior: una mayor afluencia de peregrinos rusos al Santuario de San Nicolás en Bari, al cual el propio Putin, en su visita al lugar, ha donado una estatua de san Nicolás. Y no se olvide el renacimiento de vocaciones al monasterio ruso de San Pantaleón en Monte Athos.
----------El Romano Pontífice ha entendido que debía seguir el camino del ecumenismo. En este contexto, ha sido óptima la iniciativa del Papa de enviar al cardenal Matteo Zuppi como su representante para un encuentro con el Patriarca Cirilo, que ha sido por cuanto parece todo un éxito. Esta es la vía correcta. Es mejor que el Papa deje las negociaciones diplomáticas, las iniciativas humanitarias y las reuniones con gobernantes o jefes de Estado, en manos de fuerzas laicas y políticas de su confianza.
----------El Santo Padre debe hacer lo que nadie más que él, Vicario de Cristo, puede hacer: trabajar por la reconciliación y pacificación de los cristianos en Ucrania y por sus buenas relaciones con los cristianos rusos, ya sean católicos u ortodoxos. En este marco se inscribe el óptimo gesto del papa Francisco al encontrarse con los jóvenes católicos rusos que participaron en el X Encuentro Nacional de la Juventud.
----------Juega un papel importante en la búsqueda de la paz la relación del Papa con el Patriarca Cirilo. Este goza hoy de un prestigio religioso y político del que no gozaba en los días de la Unión Soviética. Al mismo tiempo debemos recordar que Putin no es Stalin. Disponemos de una amplia documentación sobre las relaciones amistosas y la estima recíproca entre Cirilo y Putin sobre la base de la común fe ortodoxa.
----------He aquí entonces que reaparece la carta del ecumenismo. Esta será sin duda la carta vencedora. No olvidemos que el ecumenismo es la escuela suprema del compartir, de la mansedumbre, de la paz, de la mutua comprensión, de la aceptación y de la reconciliación. Es cierto que la Iglesia ortodoxa, heredera del cesaropapismo de los emperadores bizantinos, influenciados a su vez por el modelo del emperador romano pagano, pontifex maximus, y, por otra parte, privada del apoyo del Sumo Pontífice, es víctima de una debilidad congénita, que la hace depender del poder político, a causa de una mala interpretación del sostén y de la defensa temporal de la Iglesia a los cuales está obligado el Emperador cristiano.
----------Y Putin es efectivamente cristiano. ¿Pero cómo lo es realmente? ¿Lo es sinceramente o quiere someter a la Iglesia ortodoxa a un concepto de la "santa" Rusia como dominadora de los pueblos? ¿Quizás influenciado por Dugin? ¿Tantas crueldades cometidas por las tropas rusas en Ucrania van de la mano con un testimonio cristiano de un gobernante que ha ordenado la expedición militar?
----------¿Quizás los soldados le han ganado la mano, manifestando esa crueldad que desgraciadamente, según reconocen los mismos implicados, está presente en la misma naturaleza eslavo-rusa, aunque también embargada con acentos de exquisita nobleza de alma y de espiritualidad? El trágico final de Prigozin ¿acaso significa la voluntad de Putin de frenar tales excesos en el desarrollo de la guerra? ¿Era necesaria tanta violencia para reivindicar los derechos de la minoría rusa del Donbass y de Crimea?
----------Cualquiera que sea la difícil respuesta a estas preguntas inevitables, que tal vez ni siquiera el Romano Pontífice pueda responder, una cosa él puede y debe hacer: necesita insistir más en la línea del ecumenismo caminando por el camino que ya le ha abierto san Juan Pablo II con sus históricos documentos conmemorativos del bautismo de la Rusia de Kiev en la persona del rey san Vladimiro y la evangelización de los Eslavos por obra de los los santos Cirilo y Metodio en el siglo IX.
----------Es en estos acontecimientos, que sonen verdad decisivos para la historia cristiana de Ucrania y de Rusia y de la propia Europa, donde el Papa encontrará las ideas, las razones, los principios, los caminos y los métodos para pacificar y reconciliar a Ucrania y Rusia. El problema de fondo es el que ha señalado varias veces el papa san Juan Pablo II: Europa debe redescubrir sus raíces cristianas.
----------Es necesario que el Papa, con toda sabiduría y prudencia, pero también con valentía, trabaje o encuentre la manera de aprovechar los recursos morales cristianos del pueblo ruso, de los cuales ha hecho elogio, sin anular a sus autoridades civiles y religiosas, debe ir directamente al corazón de la gente. Desde este punto de vista, lo que les ha dicho a los jóvenes rusos es excelente. Debe proceder en esta línea. Asimismo, también fue excelente la idea de consagrar a Nuestra Señora de Fátima a Rusia junto con Ucrania y hacer llevar la cruz en la procesión del Viernes Santo a una mujer rusa y una mujer ucraniana. Esta es la manera correcta.
----------Pero son precisamente estas cosas lo que las potencias antes mencionadas desprecian o no quieren. Por tanto, no podemos esperar suficientes mediadores de Paz de potencias como los Estados Unidos, o China, o India o o Turquía, que no tienen una visión de la humanidad y de su bien común capaz de indicar los caminos de la paz, porque de un modo u otro se basan sólo sobre las fuerzas del hombre. Sólo la Iglesia de Cristo, plenamente presente en la Iglesia católica y parcialmente presente en la Iglesia ortodoxa.
----------Las Iglesias protestantes se pueden asociar a esta obra de paz, en cuanto que ellas también pertenecen, aunque no con la plenitud de la Iglesia católica, a la Iglesia de Cristo. Este es el banco de prueba del verdadero ecumenismo. El resto son charlatanerías. Por último, es necesario recordar la responsabilidad de las Naciones Unidas por encima de todos los Estados de la comunidad internacional.
----------A la clase dirigente del máximo organismo jurídico y político mundial le compete, por derecho de gentes, la tarea suprema y soberana de garantizar la coexistencia justa y pacífica entre las naciones, indicar las vías hacia la paz, la superación de los conflictos y la reconciliación entre los pueblos de la tierra según los principios del derecho internacional y valiéndose de los oportunos instrumentos y sanciones disciplinarias, excluyendo de la manera más absoluta para sí y para todos los Estados el uso de las armas atómicas, y limitándose únicamente al uso de las fuerzas de policía internacional.
   
La lamentable reacción de Zelensky
   
----------Siendo así las cosas, el Papa ha tenido una óptima idea (una idea que por lo demás le habría venido en mente a cualquiera): la de exhortar a los jóvenes católicos rusos a conservar la herencia de la cultura rusa, a dejarse educar por la cultura y por la santidad rusas, a hacerse cargo, a convertirse en discípulos, y también transmisores y divulgadores para formar a las nuevas generaciones. Por lo tanto, sorprende y entristece la reacción de Volodimir Zelensky, quien también debería reconocer el valor, también para Ucrania, de las raíces cristianas históricas de Rusia en sus vínculos originales con Ucrania.
----------Zelensky debería haberse complacido por el hecho de que el Papa haya recordado un pasado de práctica común de la vida cristiana. Su temor de que el Papa quisiera justificar de algún modo el imperialismo ruso, como ha explicado posteriormente el Papa el 4 de septiembre pasado, era completamente infundado, aunque el Papa, para recordar las glorias pasadas de Rusia, habría hecho mejor en recordar a los santos, como también hizo con algunos, hace un tiempo, rindiendo homenaje a San Sergio de Rádonezh.
----------En cambio, poco felíz ha sido el recordar a Pedro el Grande, a quien Putin ha querido compararse, y a Catalina II, aunque ésta tuvo la buena previsión de acoger en su Estado a algunos Jesuitas dispersos después de la supresión de la Compañía. El Santo Padre habría podido recordar a santos, políticos, artistas, literatos y hombres de cultura mucho más meritorios, como lo hizo por ejemplo, san Juan Pablo II, quien en la encíclica Fides et Ratio recordó y recomendó los grandes nombres de Soloviev, Florensky, Ciadaiev y Lossky. Pero desgraciadamente sucede que las entrevistas en el avión encuentran al Papa impreparado, por lo cual no hay necesidad de dar a estas declaraciones un peso excesivo.
----------Zelensky, presidente de Ucrania, ha entendido que el Papa simpatizara con el imperialismo ruso. Y así, en su respuesta a la pregunta del periodista, el Santo Padre aprovecha para aclarar la relación que existe entre imperialismo e ideología. Dijo el Romano Pontífice: "El imperialismo siempre se consolida en base a una ideología", pues los imperialismos quieren imponer su ideología. "Una ideología es incapaz de encarnarse, es idea solamente. Pero cuando la ideología gana fuerza y ​​se hace política, normalmente deviene dictadura, deviene incapacidad de diálogo, de avanzar con las culturas".
   
El papa recuerda la santidad de la Iglesia rusa
   
----------Un último punto ha querido recordar el Papa: la santidad de la Iglesia rusa. El tema de la santidad es de común interés para la Iglesia católica y para la Iglesia ortodoxa, a diferencia de los protestantes, para quienes el presentar un modelo de conducta moral y sobre todo ascética no sirve de nada y podría incluso favorecer el fariseísmo. Para ellos basta el ejemplo del pecador que sin embargo confía en la misericordia de Dios haciendo el bien, pero en la forma altruista del compromiso social, sin austeridad ni ascetismo.
----------En cambio, tanto la Iglesia católica como la ortodoxa tienen en su máxima consideración el valor de la santidad como efecto de la acción del Espíritu Santo. También para ellos, como para nosotros, la Iglesia es santa. Y nosotros y ellos rendimos culto a los mismos Santos canonizados antes del cisma de 1054.
----------Sin embargo, mientras la Iglesia católica, asistida por el Espíritu Santo, tiene el don de cambiar su juicio sobre un Santo canonizado, la Iglesia ortodoxa, al no tener esta comunión con el Papa, que vuelve infalible el juicio, no prevé la posibilidad de eliminar a alguien ya canonizado del catálogo de los Santos.
----------En cualquier caso, es evidente que el recordatorio que el Romano Pontífice ha hecho de los Santos rusos nos incita a todos a encontrar en la santidad cristiana esa luz y esa fuerza espirituales que poseen el secreto de la paz, de la luz y de la fuerza que, si son seguidas y experimentadas, plenifican nuestro espíritu de una energía invencible de "ardentísima caridad", para usar una expresión de santa Catalina de Siena, de modo tal de volvernos incansables, pacientes, persuasivos e irresistibles fautores y mediadores de la paz, venciendo las fuerzas diabólicas lanzadas por los caminos del odio y de la muerte.

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