En nuestra eventual relación con hermanos cristianos no-católicos o con hermanos no-cristianos, con quienes dialogamos, y a quienes con razón queremos transmitirles y hacerles comprensible el dogma de la virginidad de María Santísima, Virgen antes, durante y después del parto, puede producirse un problema que debemos resolver, respondiendo a sus objeciones con una apologética que no signifique dispararnos en los pies y exponernos al ridículo. Estamos llamados a usar sabiamente nuestra razón reconociendo francamente lo que ha sucedido: Jesús ha dejado el vientre de su madre, ha atravesado la puerta no obstante cerrada, y ha salido a la luz. Demostraremos que en este milagro, en un aspecto, han sido superadas las leyes de la naturaleza, y en otro aspecto, han sido respetadas. [En la imagen: fragmento de "La Virgen amamantando al Niño", óleo sobre lienzo, del siglo XVII, obra de Ludovico Trasi, conservado y expuesto en la Pinacoteca Cívica de Ascoli, Italia].
La visión de santa Brígida de Suecia
----------Con motivo de una peregrinación a Belén en 1372, santa Brígida de Suecia [1303-1373] tuvo una visión del parto de María, que ella describe con estas palabras:
----------"Con las manos levantadas y los ojos vueltos al cielo, María estaba de rodillas como raptada en dulcísimo éxtasis de contemplación, embriagada de divina dulzura. Mientras ella estaba así absorta en la oración, vi moverse a Aquel que estaba en su seno e inmediatamente, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, dio a luz a su Hijo. Del Recién Nacido emanaba tanta luz y esplendor indescriptibles, que el sol no podía soportar comparación; y la antorcha que el anciano había traído a la gruta ya no alumbraba, porque aquel divino esplendor había anulado la luz material de la candela.
----------Pero el modo de dar a luz fue tan repentino y rápido que no se pudo ver ni distinguir de qué manera y en qué parte del cuerpo se había producido el parto. Sino que inmediatamente se vió al glorioso Niño tendido en el suelo, luminoso, desnudo pero limpísimo".
----------A tales palabras me permitiría el siguiente comentario. Se trata de una narración muy edificante, que denota un alma piadosísima, como no podía ser de otra manera, tratándose de una Santa. Lo que dice santa Brígida es muy útil para comprender lo que pudo haber sucedido en aquella especialísima circunstancia, que marca una etapa en la obra divina de la salvación, hasta donde nuestra mente humana pueda comprender de este esplendísimo milagro, único en toda la historia de la humanidad.
----------Sin embargo, recordemos que se trata de una revelación privada, donde juega inevitablemente su rol la imaginación de la vidente. Baste señalar que santa Brígida, en otros pasajes de sus visiones, habla de los "cabellos rubios" de la Virgen, que sin embargo era de etnia judía. Brígida tiene delante el modelo de belleza nórdico y lo aplica a María, pensando así rendirle homenaje.
----------En cuanto al modo con el cual nuestro Señor Jesucristo ha salido del seno de María y ha venido a la luz, aquí santa Brígida muestra que se ha dejado atrapar hasta tal punto por la sobrenaturalidad del hecho, que no se atreve a reconocer la experiencia evidente que tienen todas las madres: el ver a su hijo salir de su propio vientre y venir a la luz, aunque ciertamente sólo María era consciente de que su carne había permanecido intacta e incorrupta no obstante el parto. Tal como confesamos en la Iglesia: Virgo in partu.
----------Santa Brígida dice (o parece quizás hacer decir a la Virgen): "yo no pude ver ni distinguir de qué manera y en qué parte del cuerpo se había producido el parto". De hecho hay versiones de las "Revelaciones a Santa Brígida", que narran estas palabras como efectivamente pronunciadas por María.
----------Ahora bien, debemos reconocer honestamente que estas extrañas palabras de Nuestra Señora no pueden ser en manera alguna auténticas, sino que santa Brígida las ha creado inconscientemente para expresar al mismo tiempo, por una parte su renuencia a hablar sobre el aparato sexual de María, y por otra para expresar el carácter misterioso del hecho milagroso ocurrido.
----------Pero para imaginar tal cosa, no hay necesidad de recurrir a esas palabras increíbles. ¿Acaso Nuestra Señora no sabe en qué parte del cuerpo el parto ha ocurrido? Brígida evidentemente padece una educación rigorista a la cual repugna reconocer y apreciar el aparato sexual femenino.
----------Ahora bien, el problema a resolver se produce en nuestra eventual relación con hermanos cristianos no-católicos o con hermanos no-cristianos, con quienes dialogamos, y a quienes con razón queremos transmitirles y hacerles comprensible el dogma de la virginidad de María Santísima, Virgen antes, durante y después del parto. Por lo tanto, en ámbito apologético, responder con tales palabras a las objeciones de los incrédulos significa dispararnos en los pies y exponernos con razón al ridículo. Es necesario encontrar otra respuesta y, si no hemos tenido la gracia de escuchar una revelación de la Virgen, estamos llamados a usar sabiamente nuestra razón reconociendo francamente lo que ha sucedido: Jesús ha dejado el vientre de su madre, ha atravesado la puerta no obstante cerrada, dada su virginidad, y ha salido a la luz.
¿Qué es lo que verdaderamente ha sucedido?
----------¿Pretendemos que María no haya entendido lo que ha sucedido? Demostraremos que en este milagro, en un aspecto, han sido superadas las leyes de la naturaleza, y en otro aspecto, han sido respetadas.
----------Vale decir, queda el problema de cómo este hecho milagroso haya podido haber ocurrido sin la pretensión de comprender la omnipotencia divina y sin que sea lesionado el principio de no-contradicción en base al cual sabemos que cada cuerpo tiene su lugar y que no es posible que en un solo lugar se encuentren dos cuerpos simultáneamente, porque el lugar es accidente de ese cuerpo y el mismo accidente de un cuerpo no puede ser accidente de otro cuerpo, de lo contrario desaparecería la diferencia entre individuo e individuo, cosa que puede faltar sólo abstractamente, en el pensamiento, pero no en la realidad concreta, porque el individuo físico y real se define precisamente como aquello que es irrepetible y diferente de cualquier otro.
----------Ahora bien, parece que el atravesar la carne de María por parte de Jesús en su nacimiento, vale decir, en salida hacia el exterior, viole el principio de un lugar para un cuerpo. Por consiguiente el parto virginal parece una cosa absurda. Ahora bien, sin embargo, se trata de un milagro, que no viola en absoluto el principio de no-contradicción, sino que hace hacer a la naturaleza algo que supera sus naturales posibilidades, sus fuerzas o sus capacidades, en el pleno respeto a la identidad de la naturaleza.
----------El hecho es que el milagro del parto virginal supone la posibilidad no de la única ubicación de dos cuerpos simultáneamente, sino de la compenetración recíproca de dos cuerpos. Ahora bien, esto siempre ha parecido posible en ciertos fenómenos que desde siempre se han observado: la luz que atraviesa el vidrio, el sonido que atraviesa los muros, el calor que atraviesa las paredes del radiador, el pájaro que vuela en el aire, el pez que nada en el agua. No hay ningún problema para la materia gaseosa o luminosa. Antiguamente la dificultad aparecía para los cuerpos gruesos, densos y compactos. ¿Puede un cuerpo atravesar el mármol? ¿Una carne puede atravesar la carne? La respuesta fue: por supuesto, naturalmente que no, a menos que Dios quiera hacer un milagro. Y es precisamente el milagro del parto virginal.
----------Por otra parte, sabemos que ha sucedido que la moderna física atómica y cuántica ha descubierto que también la materia que en la experiencia común aparece densa, compacta e impenetrable, en realidad, al estar compuesta de partículas pequeñísimas en continuo movimiento y distanciadas las unas de las otras, nada impide que alguna energía o corporeidad, llamada software, la atraviese. Por eso hoy conocemos, por ejemplo, los rayos Röntgen, la resonancia magnética, los rayos láser, y la TAC, como se abrevia la tomografía axial computarizada. La compenetración se vuelve posible por la existencia del espacio entre las partículas, espacio que puede ser ocupado y atravesado por las partículas de otro cuerpo que penetra desde el exterior.
----------Por supuesto, esto es tan sólo una comparación. Sólo Dios sabe qué es lo que ha hecho Él exactamente al hacer pasar a Jesús a través del claustrum virginitatis de María. La física moderna nos ayuda de alguna manera para comprender cómo esto ha sido posible. Y sin embargo, permanece el aspecto formal del milagro, que consiste en la superación de las leyes de la naturaleza, leyes que en el caso del parto natural de una mujer exigen que la puerta no esté cerrada y que el pasaje sea libre.
¿Por qué un parto virginal?
----------¿Qué sentido tiene el parto virginal? ¿Cuál es el punto de que María sea vigen durante el parto? El Verbo encarnado ¿no habría podido ser parido como son paridos todos los niños de este mundo? Ciertamente. En ese caso, sin embargo, esto habría significado que María había tenido otros hijos antes de Jesús. Pero tampoco esto hubiera impedido la realidad del Verbo encarnado.
----------En línea de principio, nada impide que María Santísima, fecundada por el Espíritu Santo sin ningún concurso de José, para concebir al Verbo encarnado, pudiera haber tenido otros hijos con su esposo José. La virginidad antes del parto ha sido necesaria para la concepción de nuestro Señor Jesucristo. Pero nada impide que Jesús no haya sido hijo único, sino que hubiera tenido hermanos.
----------Sin embargo, ha sido conveniente que nuestro Señor Jesucristo naciera de una Virgen y que, por consiguiente, fuera hijo único, aunque sabemos muy bien lo aconsejable y educativa que es la existencia de una familia numerosa. Ha sido conveniente la virginidad de María porque ha sido conveniente que el Hijo de Dios naciera de una virgen, cuya virginidad representa la excelentísima unión de María con Dios, purísimo Espíritu, completamente exento de sexualidad, aunque Dios sea el creador de la sexualidad.
----------El parto virginal, precedido por la concepción virginal, quiere decir también que el útero de María ha sido ocupado sólo por Jesús, significando ello que María, ciertamente Madre de la humanidad y de la Iglesia, ha querido por disposición divina concentrar y agotar toda su potencia generativa sólo en Jesús, en quien toda la humanidad y la Iglesia misma encuentran su origen y su creador.
----------Si Jesús hubiera tenido hermanos o hermanas, ellos, hijos de María inmaculada y de José, pareja excelentísima en toda la humanidad, esos hermanos de Jesús podrían haber aparecido como pertenecientes a una humanidad superior, dispensatos del partir desde ese pie de igualdad que es propio de la común condición de los hijos de Adán. Se habría podido decir que partían con ventaja y no en pie de igualdad de condiciones como todos los demás hijos del Adán manchado por el pecado original.
----------Ciertamente, Dios no habría hecho daño a nadie, porque Él es libre de dar cuanto quiera a quien quiera. El hecho es que Dios no ha querido que existan estos privilegiados, mientras que ha querido que toda la humanidad pecadora y arrepentida se pusiera indiscriminadamente a los pies de María Virgen para implorar igualmente su omnipotente intercesión de Madre ante el Hijo por la salvación de todos y cada uno.
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