Una nota breve, en alguna medida casuística, acerca de un caso de humanos desórdenes sexuales, en rápida respuesta a una consulta por email de un lector, a quien mantenemos en el anonimato. [En la imagen: "La paz y el arco iris", óleo sobre lienzo, obra de 1910, del pintor noruego Edvard Munch].
----------Los términos de la consulta, en su esencia fueron los siguientes: "Querido Padre Filemón... pero, ¿he entendido bien que la masturbación podría ser más grave que el adulterio? A primera vista parecería lo contrario. En mi caso: me masturbo desde cuanto tenía 11 años. Solía hacerlo, pero experimentaba gravísimos sentimientos de culpa. Durante muchos años he intentado por todos los medios detenerme, sin lograr nunca nada, excepto retrasar el acto una o dos horas. Al final, hacia mis 50 años, me he dado cuenta de que mis intentos por dejar de hacerlo estaban condenados al fracaso, por lo cual he aceptado y metabolizado que la masturbación es parte integral de mi vida; desde entonces cada vez que me viene el deseo lo hago inmediatamente sin detenerme a pensarlo. Actualmente tengo 61 años y como mis ansias no han disminuido hasta ahora, lo hago en promedio tres veces al día. En este punto quisiera saber si definitivamente debo considerarme en pecado mortal o si, dado el fracaso de mis muchos intentos anteriores de no volver a hacerlo, se podría mitigar la gravedad de la culpa. Olvidaba decirle, estoy soltero y no he encontrado mi alma gemela, por lo que no hay posibilidad de satisfacer al menos parcialmente mis impulsos con relaciones sexuales lícitas".
----------Y mi respuesta, también en lo sustancial, fue la siguiente:
----------Estimado ... La masturbación voluntaria -salvo el caso en el cual ella esté justificada por la exigencia de controles médicos del esperma- es un uso del órgano sexual que frustra su natural finalidad procreativa y que no puede expresar el amor hacia la mujer, dado que en la hipótesis ella está ausente.
----------Ahora bien, el pecado es acto consciente y voluntario contrario a la ley moral natural dada por Dios al hombre como regla de su actuar. Por tanto es acto contrario a la voluntad de Dios Legislador de la conducta humana. La masturbación es acto que frustra voluntariamente la consecución del fin del uso del órgano sexual. Es por tanto desobediencia a la ley moral, por tanto es desobediencia a la voluntad divina, por tanto es pecado.
----------La masturbación es menos natural que el adulterio, en cuanto que aquí se da la relación hombre-mujer, y por tanto el acto sexual completo. En cambio, desde el punto de vista de la culpa, la masturbación es menos grave, porque involucra sólo al individuo, mientras que el adulterio, además de ser pecado en sí mismo, en cuanto unión ilegítima, es también injusticia hacia el cónyuge legítimo.
----------Ahora bien, debe tenerse presente que la materia de la masturbación es de por sí grave, porque implica la supresión, aunque sea preter-intencional y sin embargo objetiva, de ese principio orgánico vital (el esperma) que permite la concepción del hombre. En efecto, se trata de la supresión, ciertamente no de la vida humana ya constituida (desde el cigoto en adelante, donde la materia es aún más grave), sino de un principio biológico que está esencialmente ordenado a la generación.
----------Es mortal aquel pecado que atenta contra la vida humana y lo que a la vida humana se ordena inmediata y esencialmente. Pero el caso es que la masturbación tiene precisamente esta característica. Y por lo tanto en ella se encuentra la materia del pecado mortal. Sin embargo, el pecado, en su completitud moral (la culpa) no está constituido sólo por la materia, sino también por la forma, la cual implica la plena advertencia (es decir: yo sé que es pecado) y el deliberado consentimiento (yo quiero hacerlo).
----------Si uno no sabe que ese acto determinado es pecado; o bien lo sabe, pero tiene precedentes, o sea, ya tiene el vicio, no lo ha buscado, no se ha puesto en la ocasión, sino que el impulso viene por sí, y entonces el sujeto es vencido o desbordado por la pasión o por la concupiscencia, o el sujeto no llega a controlarse o a contenerse, entonces la culpa de mortal se rebaja a venial.
----------Ahora bien, si consideramos el caso de quien no tiene un cónyuge (es decir, el caso de los solteros, los viudos, los jóvenes, los religiosos), tal sujeto debe, con la disciplina y la ayuda de la gracia, poder igualmente controlarse, porque el matrimonio no está hecho para aquellos que no pueden controlarse. La teoría paulina del matrimonio como remedium concupiscentiae, como he escrito en un artículo del 17 de junio de 2021 en este blog, ha sido superada por el actual Magisterio de la Iglesia. No se casan los que no pueden contenerse, sino por el contrario los que saben contenerse tan bien, que saben transformar el impulso de la pasión en un libre acto de amor. Todos deben saber controlarse, casados o no casados.
----------La producción de esperma es fisiológicamente sobreabundante. Por esta razón, de vez en cuando, durante el sueño, el órgano sexual entra en orgasmo por sí y emite el exceso de esperma. Dado que no se trata de un acto voluntariamente provocado, sino fisiológico, no hay en ese acto ningún pecado.
----------Ahora bien, en una situación como la suya, en base a los principios expuestos, usted tiene atenuantes. En mi opinión, sin embargo, aun aceptándose en su debilidad, necesita hacer un mayor esfuerzo de autocontrol, aunque los fenómenos permanezcan. El esfuerzo moderado, constante y metódico, sostenido por la gracia, fortalece la voluntad. Pero se debería tratar de reducir estos fenómenos. Tres veces al día es demasiado. Trate de llegar a una vez por semana, con la esperanza de poder ulteriormente reducir aún más. De hecho, me parece que usted se lo toma demasiado a la ligera y no pone toda su voluntad en ello. Por ahora está al nivel de lo venial. Pero si no pone más empeño en ello, arriesga ser mortal.
----------Existen muchos medios, métodos y expedientes ascéticos tradicionales, muy experimentados y eficaces para el autocontrol, que sería demasiado largo enumerar aquí. Infórmese mediante un buen tratado de ascética y póngalos en práctica con perseverancia. Es necesario saber esperar los resultados y no tener prisa. Dios, sin embargo, se contenta y está satisfecho si estamos en camino y no nos acomodamos ni nos resignamos.
----------En cualquier caso, brevísimamente, estos son los medios:
----------1. escapar de las ocasiones;
----------2. mantenerse ocupado;
----------3. frecuentes jaculatorias, especialmente cuando surge la tentación;
----------4. confesión y comunión frecuentes;
----------5. santo Rosario;
----------6. control de los sentidos y de la imaginación;
----------7. después de la caída, levantarse inmediatamente, obteniendo el perdón divino con actos penitenciales personales. No es necesario confesar cada vez.
----------Tenga presente que si se deja llevar por los impulsos, se vuelve aún más sujeto a las pasiones, como dice nuestro Señor Jesucristo: "Todo el que comete pecado, es esclavo del pecado" (Jn 3,34).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios sin debido respeto hacia la Iglesia y las personas, serán eliminados. Se admiten hasta 200 comentarios por artículo.