sábado, 27 de mayo de 2023

El pueblo judío: identidad y misión (4/7)

La sabiduría de Israel supera a la de todos los demás pueblos, e Israel es de esto muy consciente porque Dios mismo se lo ha revelado. La historia de las culturas demuestra que la sabiduría hebrea es, por lo tanto, superior a la de todos los demás pueblos, incluidas las culturas más altas, como las de los griegos, de los romanos, de los persas y de los indios. [En la imagen: fragmento de "Vanitas vanitatum et omnia vanitas", de la segunda mitad del siglo XIX, óleo del ruso Isaak Asknaziy, reproducción tomada de una ilustración de la Brockhaus and Efron Jewish Encyclopedia, 1906-1913, representando al rey Salomón ya en su vejez].

Israel, pueblo de las Alianzas: Noé, Abraham, Moisés, David

----------Israel concibe la relación de su sujeción a Dios sobre el modelo de una alianza entre el súbdito y su señor. El súbdito pide seguridad, protección y bienestar. El señor se lo asegura y se lo promete a condición de que el súbdito cumpla un buen trabajo para el señor: he aquí la observancia de los mandamientos.
----------Noé, el justo, es comisionado por Dios para protegerse, para proteger a los suyos, y a los vivientes de la tierra, en un arca, que los cobija del castigo del diluvio que azota al mundo malvado: Dios salva a Noé y pide obediencia; a cambio, promete que el diluvio ya nunca volverá.
----------Abrahán es puesto a prueba con una obediencia dolorosa, a la cual Abrahán está dispuesto, pero se siente aliviado porque Dios está satisfecho con su disponibilidad, y en premio le promete una descendencia tan numerosa como la arena del mar y una tierra que mana leche y miel.
----------Moisés recibe la revelación del nombre divino, El Que Es; además recibe las tablas de la ley divina, instituye el sacerdocio y los sacrificios, y conduce al pueblo, liberado de la esclavitud en Egipto, en las guerras contra los enemigos de Israel y a la tierra prometida a Abraham, la Palestina.
----------Respecto a la revelación de su Nombre, que Dios le hace a Moisés, cabe señalar que en la terminología hebrea el "nombre" (shem) no es sólo la designación anagráfica de la identidad de una persona, sino que expresa también la identidad misma o la esencia de esta persona y corresponde al concepto filosófico aristotélico de esencia, usia. El nombre de una persona dice quién es esta persona. Por lo tanto, cuando Moisés le pregunta a Dios cuál es su nombre, pretende expresar el deseo de ver su esencia (cf. Jean Daniélou, Teología del Judeocristianismo, Ediciones Cristiandad, Madrid 2004, pp.253-273).
----------David funda el reino de Israel y la dinastía davídica, con sede en Jerusalén, y recibe la profecía de una duración eterna de su reino por obra de un hijo que será su señor, el mesías del Señor.
----------Un aspecto importante de la enseñanza de los profetas es el de llamar al pueblo a la fidelidad a la alianza, denunciando pecados e injusticias, incluso en los líderes y en los sacerdotes. Todo Israel está llamado a la salvación, pero no todo Israel corresponde al llamado. De ahí el tema del "resto de Israel", presente sobre todo en Isaías, Jeremías, Baruc, Amós y Zacarías, es decir, aquellos que se mantienen fieles a la alianza, que también pueden ser una pequeña minoría. Por ejemplo, leemos en Isaías: "aquel día, el resto de Israel y los sobrevivientes de la casa de Jacob dejarán de apoyarse en aquel que los golpea, y se apoyarán con lealtad en el Señor, el Santo de Israel. Un resto volverá, un resto de Jacob, al Dios Fuerte. Sí, aunque tu pueblo, Israel, sea como la arena del mar, sólo un resto volverá" (Is 10,20-22).
----------Una cosa importante, a la que deben prestar atención nuestros hermanos judíos, es el hecho de que los profetas, recordando las precedentes infidelidades de Israel, anuncian una nueva y definitiva alianza con Dios, de la cual Israel ya no se apartará (véase Ez 34,25; 36,25-27; 37,26; Is 42,6; 42,8; 54,10; 55,3; 61,8). Esta nueva y eterna alianza será la establecida por Cristo en su sangre, alianza por la cual Cristo funda el nuevo pueblo de Dios, el nuevo Israel según el Espíritu, es decir, la Iglesia.
----------Dice por ejemplo, Jeremías: "Llegarán los días -oráculo del Señor- en que estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá. No será como la Alianza que establecí con sus padres el día en que los tomé de la mano para hacerlos salir del país de Egipto, mi Alianza que ellos rompieron, aunque yo era su dueño -oráculo del Señor-. Esta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo del Señor-: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo. Y ya no tendrán que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: 'Conozcan al Señor'. Porque todos me conocerán, del más pequeño al más grande -oráculo del Señor-. Porque yo habré perdonado su iniquidad y no me acordaré más de su pecado" (Jer 31,31-34).
----------En estas palabras del profeta es evidente una característica de la nueva alianza: una presencia de Dios más íntima en su pueblo y en las almas individuales que la de la alianza mosaica, por la cual el fiel es puesto ante la ley como impuesta desde fuera y desde arriba de él por un Dios que domina con tono severamente imperativo y con la amenaza de castigos contra una voluntad humana tendencialmente rebelde. De ahí una visión del derecho como un deber fatigoso y casi repugnante.
----------En cambio, en la nueva ley, inscrita en el corazón, el deber aparece como un placer, la fuente ya no es el deber sino el querer, el amar; la obligación se transforma en necesidad y exigencia interior. Será lo que Jesús llamará presencia del Espíritu Santo, principio de lo que la teología cristiana descubrirá como inhabitación de la Santísima Trinidad en el alma, fuente de una inefable experiencia mística y beatificante, nacida del amor y principio de ese "amor ardiente", del cual hablará santa Catalina de Siena.
----------En base a lo dicho acerca de Israel según el Espíritu, se debe entonces decir que es en la Iglesia y sólo en la Iglesia que Israel encontrará un vínculo tan íntimo con Dios, y que Israel mismo, fortalecido por la fuerza sobrenatural que procede de esta alianza, no volverá a traicionar a su Señor. En efecto, es impensable que la Iglesia pueda ser vencida por el poder del infierno. Por el contrario, en el curso de los tiempos se ve cuán agitada y atormentada es la historia de Israel fuera de la Iglesia.
----------Ciertamente, Israel sigue manteniendo su identidad y la mantendrá, por gracia de Dios, hasta el fin del mundo. ¿Pero cómo negar el hecho tangible en la historia de que aquellos hebreos que se convierten a Cristo producen frutos de santidad, que no se encuentran en sus hermanos que quedan fuera de esa Iglesia en la que a ellos les espera el primer lugar? Por otra parte, es muy claro que si la Iglesia es santa, esto no es garantía automática de santidad para todos los que pertenecen a ella. Ni el hecho de que la Iglesia sea una, tampoco impide que el Divisor provoque cismas que formen Iglesias e Iglesias cismáticas o falsas Iglesias.
   
Israel, maestro de sabiduría
   
----------La sabiduría de Israel ha dado a la humanidad los más elevados conceptos de la teología natural. Ella completa, eleva y corrige lo que ya había sido conquistado por Aristóteles: Dios altísimo y eterno, purísimo espíritu, creador del cielo y de la tierra, El Que Es, sapientísimo, leal, omnipotente, providente, justo, clemente, fiel, "misericordioso y piadoso, lento para la ira y grande en el amor" (Sal 86,15); el hombre, varón y mujer, compuesto de alma espiritual y cuerpo, dotado de sentido y de intelecto, pasiones y voluntad, inclinado a obrar en obediencia a la ley moral natural para alcanzar el fin último, supremo bien, que es Dios.
----------El Dios del Antiguo Testamento es un Dios personal, es un Dios Padre. Sin embargo, sólo en el Nuevo Testamento Jesús nos lo revela como Padre del Hijo, por lo cual el Padre aparece como Relación subsistente de paternidad hacia el Hijo que es engendrado por el Padre, Hijo que procede o "sale" del Padre, como dice Jesús de sí mismo, por lo cual el Hijo, es decir, Jesús mismo, es Relación subsistente de Filiación al Padre. Padre e Hijo aparecen así dos Personas divinas distintas e iguales en la naturaleza divina, que es Dios mismo como sustancia espiritual, por tanto como persona.
----------Según la Biblia, la sabiduría (hokmáh) es perfección del intelecto (biná) y un don del Espíritu del Señor. Es el conocimiento (daát) de Dios por medio de las criaturas (Sab 13,5). Es esa virtud intelectual, esa operación de la razón, de la cual hablará san Pablo, por la cual el intelecto (biná) considera los atributos invisibles de Dios partiendo de la experiencia de las cosas que se ven, es decir, de las cosas creadas por Él (Rom 1,20).
----------La sabiduría estimula al temor (yireát) de Dios y nace del temor de Dios, en el sentido de que, haciéndonos conscientes de que somos sus creaturas, somos llevados a tomar en la máxima consideración su ley y sus mandamientos, sabiendo que el desobeder a ellos sería nuestra perdición.
----------El sabio es, por lo tanto, aquel que, sabiendo quién es Dios, se hace capaz de enseñar la verdad acerca de Él, es un maestro (rav), que habla de los atributos divinos, habla de Aquel Que Es, del Creador del cielo y de la tierra. Conoce los divinos mandamientos y por eso es un doctor de la ley. He aquí los libros llamados sapienciales: Proverbios, el Siracida o Eclesiástico y la Sabiduría.
----------Sabio es aquel que se conoce a sí mismo, sus buenas obras y sus propios pecados, se reconoce como creado a imagen de Dios y por tanto le rinde culto y debido honor, le reza, le invoca, le abre su corazón con confianza y esperanza. He aquí otro de los libros sapienciales, el Kohelet.
----------El sabio es quien conoce su propia dignidad y su propia posición ante Dios, es quien sabe hablar con Dios, escucharlo y obedecerlo, quien sabe tener de Él el debido temor, sabe implorar perdón por los propios pecados, sabe esperar en su misericordia. He aquí el Kohelet otra vez.
----------Sabio es el profeta (nabi), aquel que ve lo invisible, el vidente (roeh, hozeh), que por medio de las cosas visibles, ve las perfecciones invisibles de Dios, conoce lo que Dios ha obrado, conoce sus planes y su voluntad y por lo tanto predice lo que por voluntad de Dios sucederá. Conociendo esta voluntad de Dios, el profeta indica las obras a cumplir para secundar los planes divinos. Él, enviado por Dios y en nombre de Dios, anuncia la Palabra de Dios (dabár). Esta palabra es el pensamiento, el proyecto, la voluntad de Dios.
----------San Juan traducirá dabar con logos, es decir, razón, la razón latina, término tomado de la sabiduría griega. Por eso Juan, al anunciar que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, el hombre del Espíritu, dice que es el Logos del Padre, es decir, el Pensamiento y el Proyecto o Plan del Padre. Y la Carta a los Hebreos, como refuerzo, precisa que Jesús es el "esplendor de la gloria del Padre e Imagen de su Sustancia" (Heb 1,3).
----------El sabio es el profeta, el hombre piadoso, el hombre de Dios, dócil y pronto a escuchar y a seguir las inspiraciones divinas y a ponerse al servicio de Dios como su embajador y portavoz. Investido por el Espíritu del Señor (rúach), es raptado en éxtasis, es decir, su intelecto, abstrayendo de los sentidos, aunque todavía no goza de la visión de Dios, sin embargo ve oscura y analógicamente las cosas puramente espirituales. Se trata de una experiencia mística inefable o visiones expresables en palabras, concernientes a las intenciones humanas y divinas, los ideales morales, el estado de la propia conciencia, el destino de las almas, la condición de los bienaventurados y de los condenados, el sentido de la historia, la Jerusalén futura.
----------Fuerte en los profetas hebreos es la polémica contra la falsa sabiduría, que es la que aleja a Israel de su Dios y seduce con las ilusiones de dioses extranjeros, que son los ídolos de los otros pueblos. No parece que el Israel veterotestamentario haya sido influido por formas panteístas, que en cambio se habrían hecho sentir con el gnosticismo cristiano de los primeros siglos, procedentes del Oriente.
----------En los primeros siglos a.C. aparece una cierta influencia del politeísmo greco-romano. Los dioses que seducen a Israel son toscas divinidades asociadas al placer sexual o al culto de las riquezas. La magia está presente, conectada con el culto a Satanás, que es una plaga que acompaña toda la historia del judaísmo hasta nuestros días con la masonería esotérica. "Seréis como dioses" es la sutil tentación de la serpiente edénica que seduce al alma hebrea a lo largo de los siglos.
----------Jesús inicialmente se manifiesta como un rabbí, vale decir, un maestro del buen sentido común y de sabiduría humana. Desde este punto de vista, se podría hablar de una metafísica de Jesús, y también, como ha hecho san Jerónimo, de una lógica de Jesús. Después de todo, ¿no vio acaso Juan en él al Logos? ¿Acaso Jesús no nos enseña a razonar rectamente, con coherencia, honestidad, lealtad y limpidez? ¿No es él quien dijo que nuestro lenguaje debe ser sí, sí, no, no?
----------¿De qué cosa reprende Jesús a los fariseos, sino de ser sofistas, como siglos antes había reprendido Aristóteles precisamente a los sofistas? ¿Nos damos cuenta de lo verdaderamente necios y blasfemos que son los que afirman que ciertas palabras de Jesús son contrarias a la razón? Lo que sucede es que ciertas palabras de Jesús pueden parecer a primera vista paradojales, pero si las consideramos con atención y benevolencia, nos damos cuenta de que están marcadas por una infinita sabiduría y un infinito amor; ellas escandalizan a los hipócritas, no a las personas honestas que aman la verdad y la justicia.
----------En definitiva, la sabiduría de Israel supera a la de todos los demás pueblos, e Israel es de esto muy consciente porque Dios mismo se lo ha revelado. La sabiduría hebrea es, por lo tanto, superior a la de todos los demás pueblos, incluidos los griegos, los romanos, los persas y los indios.
----------Por cuanto respecta a la sabiduría griega, es entre todas la que más se acerca a la sabiduría bíblica. Por ello, sobre todo a partir del siglo III a.C. se nota en los libros sapienciales cierta presencia y asunción de la sabiduría griega, mientras que se rechaza su hedonismo y su materialismo.

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