viernes, 3 de marzo de 2023

Polemizando con el realismo, y sin embargo conservando la fe

Una vida que plantea interrogantes es la del católico Gustavo Bontadini, en quien hay que reconocer su deseo de proporcionar una prueba rigurosa de la existencia de Dios, en el contexto del diálogo con la filosofía moderna. Sin embargo, para un filósofo de su envergadura, sorprende la cantidad de tonterías idealistas por las que se dejó seducir en su polémica contra el realismo y contra lo que él entendía que era el dualismo escolástico, sin comprender que se trata de dualidad. A pesar de todo, Bontadini no perdió su fe.

----------El realismo es la concepción del pensamiento que sostiene:
----------1. que por un lado estamos nosotros con nuestro pensar, y por otro las cosas que pensamos;
----------2. que lo real existe antes de que lo pensemos;
----------3. que lo real es externo a nuestro pensamiento, es trascendente respecto a nuestro pensamiento y presupuesto en nuestro pensamiento, y no es por sí mismo pensado por nosotros, sino que es pensable antes de que lo pensemos;
----------4. que el pensar es relativo al ser, pero el ser no es relativo al pensar;
----------5. que el ser no es extraño o ajeno al pensamiento, sino que es distinto, proporcionado y asimilable por el pensamiento;
----------6. que el pensar es trascendido por el ser;
----------7. que el ser no coincide con el ser pensado;
----------8. que el ser es externo al pensamiento; y
----------9. que el pensar alcanza y capta el ser externo sin salir de sí mismo, sino en su propio fondo íntimo mediante el concepto.
----------El filósofo italiano Gustavo Bontadini [1903-1990] ha polemizado durante mucho tiempo, gran parte de su vida, contra el realismo, es decir, contra todas las proposiciones antes mencionadas.
----------Bontadini, profesor de Filosofía Teórica en la Universidad Católica de Milán entre los años 1951 y 1973, considerándose a sí mismo neo-tomista, ha negado todo el elenco de las nueve proposiciones anteriores, y ha declarado que la convicción de que "haya por una parte el ser y por otra el pensamiento, como dos esferas o dos órdenes de por sí", es un prejuicio y una mera imaginación (cf. Introduzione a Renato Cartesio, Discorso sul metodo, Sa Scuola Editrice, Brescia 1957, p.XVII). Luego Bontadini se pregunta "¿cómo las leyes de un orden -el orden del pensamiento- pueden valer para el otro, el del ser (que es el orden que importa mayormente), quién las pondrá de acuerdo?"; luego afirma que tal acuerdo es imposible; agrega que en tal visión "el pensamiento ha sido puesto en cuarentena" y que "debería venir el ser, precisamente él para decirnos que está de acuerdo con el pensamiento"; "si el ser nos habla, ese ser es siempre pensamiento".
----------Sin embargo, ¿cómo ha sido posible que Bontadini no se hubiera dado cuenta de cuántos despropósitos y tonterías había escrito en el espacio de tan sólo media página? En primer lugar, es perfectamente cierto que existe, por una parte, el ser y, por otra parte, el pensamiento, como dos esferas o dos órdenes de por sí. La distinción entre el ente real y el ente ideal o de razón, entre el pensamiento y el ser, entre el ens reale y el esse intentionale ya ha sido descubierta de una vez por todas por Aristóteles.
----------Una cosa, en efecto, es una determinada cosa, y otra cosa distinta es la representación o concepto de esa misma cosa. La cosa, el ente real, es objeto del saber ontológico o de la ciencia de la realidad, de la física, o de la metafísica, o de la teología, o de la antropología, o de la historia, o de la moral y de las diversas ciencias experimentales, tanto se trate de las realidades materiales como de las espirituales; el ente de razón es objeto de la matemática, de la lógica, de la mitología y de la creación artística y poética.
----------Bontadini se pregunta: "¿Cómo las leyes de un orden -el del pensamiento- pueden valer para el otro, el del ser (que es el que más cuenta), quién las pondrá de acuerdo?". ¿Y quién ha de ponerlas de acuerdo, sino nosotros, poniendo de acuerdo las leyes del pensamiento con las del ser? ¿O somos acaso nosotros los legisladores del ser? La lógica, en cambio, ciertamente, es un arte que hemos inventado nosotros para poner de acuerdo nuestro pensar con la realidad, pero no podemos pretender ser nosotros quienes ordenemos lo que sea lo real, que, habiendo sido creado por Dios, le pertenece sólo a Él ordenar.
----------Pero también el mismo funcionamiento lógico de la razón no está fijado por nuestra razón, sino que sus principios están radicados en la naturaleza misma de nuestra razón, por lo cual nuestra posibilidad y deber son sólo los de tomar nota de las inclinaciones naturales de nuestra razón y ponerlas en obra sabiamente, de modo de conducirlas a realizar, mediante la aplicación de las reglas de la lógica, aquello a lo cual Dios las ha destinado, es decir, el logro de la verdad y la expresión de la verdad. Mientras que Dios es el creador de la razón.
----------¿Cómo ha hecho Bontadini para no ver este doble orden del ser? ¿No se ha dado cuenta Bontadini de que el ente de razón depende del ente real y está fundado en él, es funcional a él, es un sustituto de él, un representante de él, una reproducción de él producida por nuestra mente? Al ente de razón lo producimos cada uno de nosotros, pero al ente real lo crea Dios. ¿Cómo se puede no ver la diferencia? ¿Y qué es nuestra razón sino un ente real, que no hemos creado nosotros, en cuanto que la razón es un sujeto que ya existía antes de que cada uno de nosotros lo pensara y reflexionara sobre él?
----------En otros términos: nuestra razón nos ha precedido en nuestro pensar, nuestra razón existía antes de que nosotros la pensáramos, ha sido un presupuesto a nuestro pensarla, y por lo tanto no existe porque la pensemos, sino que podemos pensarla porque existe independientemente de nuestro pensarla. Por tanto, una cosa es nuestra razón en cuanto pensada por nosotros, y este pensamiento lo formamos nosotros, y otra cosa distinta es nuestra razón en sí misma y ésta la ha creado Dios.
----------Bontadini afirma luego que el mencionado acuerdo entre pensamiento y ser es imposible; que en la voluntad del acuerdo "el pensamiento ha sido puesto en cuarentena" y que "debería venir el ser a decirnos que está de acuerdo con el pensamiento"; "si el ser nos habla, ese ser es siempre pensamiento".
----------Aquí Bontadini afirma en unas pocas líneas una serie de necedades, de tonterías. De hecho, en primer lugar, si el acuerdo es imposible, es imposible la verdad del conocer. En segundo lugar, el pensamiento es anulado no en la tesis de que él es verdadero si está de acuerdo con el ser, sino precisamente si se declara impracticable su acuerdo con el ser. En tercer lugar, no es nuestro pensamiento el que tiene el derecho de estar de acuerdo con el ser -este es exclusivo derecho del pensamiento divino-, sino que es nuestro pensamiento el que tiene el deber de estar de acuerdo con el ser. En cuarto lugar, el ser será pensamiento, si lo hemos pensado, pero no puede ser pensamiento antes de pensarlo o si no lo pensamos. El ser es pensamiento sólo en la mente divina. Y aquí nuevamente Bontadini usurpa un poder divino.
----------Bontadini debería haber moderado sus pretenciones. Debería haber agradecido a Dios y debería haberlo alabado por haberle concedido la capacidad casi divina de pensar, pero sin querer reemplazarle o igualarse con Dios en el poder del pensamiento. Debería haberle dejado a Dios el pensamiento creador, y contentarse con el pensamiento reproductor, que es ya grandísima cosa, pues nos asimila al creador.
----------Podemos, claro que sí, ordenar de algún modo lo real a nuestro pensamiento en la actividad moral y en el obrar artístico, pero la materia de nuestro obrar moral y artístico no es efecto de nuestro pensamiento, sino sólo del pensamiento y del querer de Dios, Quien es el creador de la materia. ¿"Si el ser nos habla, ese ser es siempre pensamiento", como dice Bontadini? Será pensamiento, en cuanto pensado, pero en sí mismo, fuera de nosotros, permanece distinto de nuestro pensamiento y es pensamiento sólo en la mente divina.
----------¿Acaso Bontadini quieres resolver todo en lo pensado? ¿Y cómo hace Bontadini para considerar pensada una realidad antes de que él la piense? No puede pensarla y no pensarla al mismo tiempo. Ciertamente puede Bontadini pensarla como no pensada, pero ella en sí misma no puede ser a la vez pensada y no pensada por él. Por tanto, que no me diga Bontadini que la piensa y no lo piensa, porque no tiene sentido. A menos que Bontadini se considere omnisciente, pero él sabía bien que este es un atributo propio solamente del pensamiento divino. ¿Acaso todo el ser está en el pensamiento de Bontadini? ¿No parece un poco demasiado?
----------Bontadini ha negado que la verdad del conocer dependa del hecho de que nuestro pensamiento, siendo medido y regulado por la realidad externa sensible que nos circunda, se adecua, al concebirla, a la realidad misma, y ha sostenido en cambio que nuestro pensamiento es verdadero por sí mismo y desde sí mismo, mediante la simple reflexión sobre sí mismo o autoconciencia, como ya antes lo decía Descartes, sin el deber de medirse con algo fuera de sí o delante de sí o por encima de sí, que no existe. Según Descartes y Bontadini, el pensamiento no debe fundarse sobre nada externo o trascendente a él, sino sólo sobre sí mismo. Bontadini ha dicho, por tanto, que "el pensamiento no tiene necesidad de garantías: él es ya para sí mismo la garantía de su propio valor, de su propia medida, de su propia fundación" (Ibid.).
----------Cuanto aquí dice Bontadini es completamente falso. Nuestro pensamiento no se sostiene de por sí, no es regla y principio para sí mismo, no está fundado sobre sí mismo, no es verdadero por sí mismo y desde sí mismo, éste es sólo el pensamiento divino, ideador y creador del ser, sino que nuestro pensamiento es verdadero sólo a condición de que acepte humildemente la realidad a él externa, de él independiente y a él presupuesta, y se adecue a ella reproduciéndola fielmente y objetivamente en sí mismo en el concepto.
----------Si Bontadini no hace esto, entonces no está en la verdad, sino en el error. Entonces sí, que el ser está separado de su pensamiento. Entonces sí, que el ser le es extraño y ajeno a su pensamiento. Entonces sí que Bontadini cae en el dualismo, tan aborrecido por el propio Bontadini y contra el cual ha polemizado. Entonces Bontadini debería darse cuenta de que el ser no coincide con el ser pensado. Bontadini debería haber recordado que su pensamiento no es infalible. Y que también es limitado.
----------Ciertamente que en el pensar, nosotros inmanentizamos e interiorizamos lo real en nuestra alma. Pero siempre algo de ello queda fuera. No podremos jamás decir que el objeto está totalmente comprendido y entendido por nuestro intelecto, no podremos dejar de reconocer que algo de él no hemos entendido y que nos es oscuro, a menos que sea un ente matemático o lógico o un dato de conciencia, en cuanto en ese caso, siendo un ente producido por nuestra propia razón, siendo interno a nuestro espíritu, en contacto directo con él, no puede dejar de ser totalmente comprendido y claro para nuestra razón.
----------Pero el caso es que Bontadini no podía de ninguna manera fingir tener siempre razón. Podría, como dice el mismo Descartes, estar cierto de tener ciertas ideas, pero no podría estar siempre cierto de que ellas se correspondieran con la realidad. Porque el hecho es que no siempre está dicho que el ser pensado que tenemos en mente corresponda al ser real fuera de la mente.
----------Bontadini debería haber advertido que el realismo no conlleva ningún dualismo, sino sólo una dualidad: el sujeto y el objeto, yo y las cosas, yo y el mundo, yo y Dios, yo y los demás, yo y tú. Puedo decir también: yo y mí mismo, cuando he hecho objeto de mi pensamiento, en la autoconciencia, mi mismo yo o mi propio ser. Ser, que, de nuevo, no existe porque lo pienso, sino que lo pienso porque existe, por lo cual no es producto de mi pensamiento, sino de la voluntad de Dios que lo ha creado. Ciertamente, de mi toma de conciencia de que estoy pensando, puedo deducir que existo, como ha dicho Descartes. Pero cuando yo me digo a mí mismo: yo soy, no pienso en el ser absoluto, como harán luego los idealistas alemanes, con su invención del Yo trascendental, que no creo que Descartes tuviera en mente, aunque se lo pueda derivar de su sum. Se lo puede derivar si al sum se lo entiende como cogito-sum, vale decir, si al ser se lo hace depender del pensamiento. El yo entonces se diviniza y deviene el Yo trascendental de los idealistas.
----------El caso es que Bontadini ha querido encontrar dualismo donde en verdad no lo hay, es decir, en el realismo, y no se ha dado cuenta de cuánto peor dualismo existe en verdad en el idealismo de Descartes, al cual Bontadini ha empeorado y agudizado, llegando al idealismo de Parménides a través de Giovanni Gentile [1875-1944]. En efecto, ¿cómo puede hacer Bontadini para poner de acuerdo la natural adaequatio intellectus et rei con la pretensión del yo que se identifica con el ser?
----------¿Qué cosa es la que experimenta aquella famosa "unidad de la experiencia", de la que tanto habla Bontadini repetidamente, si todo es uno y uno es todo, si pensar es ser y ser es pensar, si no hay distinción entre ser necesario y ser contingente, entre yo y Dios, entre experiencia sensible y experiencia espiritual y por tanto, si no hay distinción entre espíritu y materia? 
----------Así y todo, Bontadini ha querido abordar el problema de la metafísica del ser, de Dios y de la creación. Salvo que ha pasado del yo soy de Descartes al ser parmenídeo saltándose Bontadini el Tú eres de los Salmos de la Escritura. Es decir, Bontadini ha comprendido el valor de la identidad del pensamiento con el ser, pero no ha comprendido que Dios es Pensamiento y Ser subsistente, en cuanto es Persona con la cual nosotros entramos en diálogo en la escucha de su Palabra, en el culto y en la oración.
----------Conviene que recordemos que el yo y el Tú divino de san Agustín de Hipona no implica dualismo, sino dualidad, y en la dualidad no hay nada de conflictual, nada de falso o de malo; ella dice en cambio armonía, reciprocidad y amor. En cambio, Bontadini ha oscilado entre el yo divinizado y un ser parmenídeo uno, necesario, eterno, inmutable y panteísta. Evidentemente, no tiene sentido querer sustituir el dos con el uno. No se debe confundir, sino unir lo que es distinto. Hay espacio para entrambos. Está bien unificar lo múltiple en torno al uno. Al mismo tiempo, es necesario evitar el conflicto allí donde debe haber relación y acuerdo. ¿Cómo entonces encontrar la contradicción en el devenir, que son esos "ea quae facta sunt", desde los cuales san Pablo asciende para contemplar los "invisibilia Dei", captados por el intelecto? (Rom 1,20).
----------El ser no es objeto inmediato de la autoconciencia, y mucho menos lo es el ser absoluto, como si fuera el único ser, visto luego como ser pensado, sino que es el ser, analógico por su esencia, ser que es percibido y afirmado en la predicación del ser en la cópula del juicio, abstrayendo del ente sensible individual, del ente físico mutable y sensible y del ente cuantificado de la matemática.
----------Es necesario reconocer y apreciar en el pensamiento de Bontadini su deseo de proporcionar una prueba rigurosa de la existencia de Dios, pero ¿acaso sobre una base idealista, qué ha creído él poder concluir? Porque la cuestión de la existencia de Dios concierne al fundamento de la realidad física que nos circunda, realidad perceptible por los sentidos, de la cual advertimos la contingencia y el devenir, y por eso planteamos una Causa primera necesaria e inmóvil, que es precisamente Dios. Pero esta prueba, en conformidad con la Escritura (Sab 13,5 y Rom 1,20), ya la ha producido santo Tomás de Aquino.
----------Esa prueba dada por santo Tomás ya es bastante rigurosa y no podría serlo más. En cambio, Bontadini ha querido asumir el concepto parmenídeo del ser, creyéndolo que fuera mejor que el tomista, y en cambio se trata de un concepto panteísta, y no da espacio al ente contingente, además de ser un concepto idealista del ser como ser pensado. Por consiguiente, ha sucedido que Bontadini ha querido dejar de lado el principio de causalidad interpretando el problema de la existencia de Dios como si se tratara de disolver una contradicción, es decir, de mostrar que el devenir sería contradictorio si Dios no existiera. En tal modo Bontadini se ha quedado dentro del horizonte de la lógica, mientras que el problema toca la física y la metafísica.
----------Sin embargo, a pesar de toda su obstinada e inútil polémica contra el realismo y su sorprendente incomprensión de la cuestión del dualismo (que brevemente aquí hemos expuesto), es también de apreciar la larga, paciente, y fatigosa discusión que Bontadini tuvo con su discípulo Emanuele Severino [1929-2020], que quería arrastrarle a perder la fe, como la había perdido él. Pero Bontadini, aunque impresionado por los argumentos severinianos aparentemente sólidos, pero en realidad sofísticos, resistió y conservó la fe.

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