jueves, 9 de marzo de 2023

El razonar sofístico: lógica de la doblez (1/4)

Así como la gnoseología realista de la ordenación y dependencia del pensamiento respecto al ser real proporciona el fundamento a la honestidad y a la corrección del razonar, el idealismo, que reduce el ser al pensamiento, está en la base de la sofística y del arte de enredar y engañar al prójimo: que es la lógica de la doblez. [En la imagen: fragmento de "Dos estudiosos que discuten", obra de 1628 de Rembrandt Harmensz van Rijn, conservada y expuesta en la National Gallery of Victoria di Melbourne].

La confrontación con los sofistas es todavía actual
   
----------Actualmente está muy difundido el prejuicio de que nosotros podemos hacer uso de nuestra razón como nos parezca o nos complazca, sin estar atados a particulares obligaciones o reglas de lógica o de moral: lo importante es tener razón nosotros y derrotar al adversario, lo importante es que los demás beban lo que les damos de beber, no importa por qué medio.
----------Es un continuo desprecio del sano razonar, un jugar sobre el equívoco, un navegar en la ambigüedad, un desvergonzado contradecirse, un centrarse en las apariencias, un escabullirse de las objeciones, un huir de la evidencia, un dialogar en el vacío, un callar para no reconocer el haberse equivocado, un silenciar las voces críticas, un dar espacio a los charlatanes, un promover a los mercachifles.
----------A decir verdad, poco falta para que en el frente de una Universidad católica aparezca el famoso dicho de Tertuliano "credo quia absurdum". Porque se predican absurdidades y disparates con el pretexto del "escándalo de la cruz" (Gal 5,11). Se polemiza a una con Lutero contra la razón sofística, y en nombre de una fe emotiva, irracional y atemática se usa la misma sofística para falsear la sana filosofía y la Palabra de Dios y rechazar el Magisterio de la Iglesia y las enseñanzas de los Santos.
----------Se ha perdido la conciencia de que es posible pecar moralmente en el uso de la razón, por lo cual hoy están en circulación en medio de la general indiferencia, como cosas normales, las ideas más sofísticas, absurdas, deshonestas, blasfemas, corruptoras, escandalosas, nocivas para las almas y para los cuerpos, sin que se oigan voces que sean realmente persuasivas y autorizadas, capaces de avergonzar a los impíos, de abatir a los ídolos que atraen y engañan a multitudes, y de dar paz y consuelo a las mentes enredadas en inextricables contradicciones y en una permanente e irresuelta conflictualidad.
----------Todo ello porque, a partir de Lutero y de Descartes, se ha querido sustituir la lógica aristotélico-tomista, garantizada por el Evangelio, por la lógica de la doblez. En efecto, la lógica cartesiana no está basada sobre un sí incondicionado de la razón a la evidencia de la verdad sensible, sino sobre la certeza de dudar de todo, duda que evidentemente no puede ser otra cosa más que la oscilación entre el sí y el no. Por eso, el sí cartesiano a lo verdadero es un sí que, si llega el caso que resulte necesario, siempre puede transformarse en un no, sin mayores problemas, si es que así le puede convenir al sujeto.
----------Asimismo, el razonar de Lutero es de tal manera irracional que nadie habla de la lógica de Lutero, ni podría hablar, pues Lutero en sus razonamientos no se preocupa en absoluto por respetar las reglas de la lógica, malinterpretando las palabras de san Pablo, cuando el Apóstol se pregunta: "¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el hombre culto? ¿Dónde el razonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sabiduría del mundo es una necedad?" (1 Cor 1,20), sin entender que evidentemente san Pablo se la agarraba precisamente contra los sofistas de su tiempo, ya que, si hay un autor bíblico que exalte tanto la razón y la sabiduría humanas, éste es precisamente san Pablo, con su exaltar a nuestro Señor Jesucristo, "en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia" (Col 2,3). Asimismo, ¿dónde encontrar una mayor apoteosis de la razón que en el Logos joánneo, ese logos con el cual, conservando las proporciones, Aristóteles define la esencia misma del hombre: zoon logon econ?
----------La persona doble es una persona sustancialmente indecisa, la cual, al momento de hacer su elección de vida y de determinar y elegir el sentido de su existencia o de comprender la identidad de su persona, ha pronunciado un sí a la verdad, es decir un sí a Dios, pero al mismo tiempo es una persona que no ha sabido resistir a decir también un sí a la falsedad, es decir, a la sugerencia del demonio de decir un no a Dios.
----------El sofista no ha resuelto la cuestión fundamental del origen de la verdad. Él no sabe decidirse entre Cristo, que acusa al demonio de ser un mentiroso, y la serpiente genesíaca, que acusa a Dios de ser un mentiroso. Para el sofista, más allá de decir sí al sí y no al no, existe una tercera posibilidad: decir sí y no. Para el sofista, "el resto" del cual habla Cristo, advirtiendo que viene del diablo, no es un resto, sino que es el acto de operar la síntesis, diría Hegel, entre el ser y el no-ser, entre lo positivo y lo negativo, entre la afirmación y la negación, entre el sí y el no, entre lo verdadero y lo falso.
----------Así, la lógica moderna, según Descartes y Hegel, ya no es la lógica rígida, abstracta y unilateral del sí, sino la lógica fluida, concreta y vital del sí y del no. Ya no un solo Maestro y Señor, el Verdadero, sino dos Maestros y Señores, el Verdadero y el Falso. Ya no la afirmación que nace de la adecuación del intelecto con la realidad, sino la contradicción, que nace de la desobediencia del intelecto a la realidad. Se trata de aquella que ya era la lógica de los fariseos, contra los cuales Cristo polemiza acusándolos de hipocresía.
   
La obra de Aristoteles
   
----------Aristóteles [384-322 a.C.], en su obra de fundación de la lógica, se encontró con el deber de combatir con los mercachifles o mistificadores de la filosofía, los sofistas, los cuales no usaban la razón para demostrar a la gente la verdad y para enseñar el método para llegar a la verdad, sino que desconcertaban las mentes con discursos embaucadores y disolventes, empujaban a la hipocresía y hacían la apología del absurdo y de la mentira por motivos exhibicionistas y de ganancia, para dar espectáculo, por el gusto de someter a los demás a las propias ideas y por deseo de fama y de éxito.
----------Aristóteles, por el contrario, verdadero temperamento de filósofo, sincero e inflexible buscador de la verdad, espíritu profundamente honesto y desinteresado, había empeñado su vida al servicio del prójimo en el camino de la sabiduría, por lo cual se había dado cuenta de lo importante que era, en la misión del filósofo, conocer y mostrar cuáles son las funciones de la razón, cuál es la energía de la razón, y cómo debe ser usada para encontrar y fundar la verdad y para hacer encontrar a los otros la verdad, para así volverlos capaces de protegerse de los engaños y de refutar a los impostores.
----------Para ello escribió sus famosas obras sobre lógica, para comprender las cuales es necesario conjugarlas con sus tratados de psicología, de ética y de metafísica, ya que el espíritu explica su vitalidad en estos cuatro poderes: la organización del pensamiento (la lógica), la animación del entender (la psicología), la fuerza del actuar (la ética) y la posesión cognoscitiva de lo real (la metafísica).
----------Aristóteles señaló la posibilidad racional de formar hipótesis, las cuales deben ser controladas, valoradas y verificadas mediante una confrontación dialógica, con el fin de que, como es de desear, aparezca la verdad. Llegados a ese punto, cesa el proceso dialéctico, y entonces aparece el saber, que puede ser demostrado con pruebas seguras reconectando con el principio de identidad y de no-contradicción.
----------Aristóteles, por otra parte, se dio cuenta que existe una dialéctica sana y productiva, que hace acercar a la verdad, y existe una dialéctica sofística y deshonesta, que bloquea la apertura a la verdad y enreda a los dialogantes en las apariencias subjetivas confundidas por verdad. Esta es la lógica hegeliana.
----------En cambio, como demostró Aristóteles, en el ámbito de la ciencia, en el ámbito del verdadero saber, se parte de una verdad objetiva, evidente e indiscutible, verdad del sentido o de la razón, comúnmente aceptada y, observando las reglas del razonar, es posible que en un cierto punto entrambos dialogantes lleguen al común y cierto conocimiento y demostración de la verdad.
----------Pero, prosigue Aristóteles, la condición fundamental para que se pueda tener la ciencia, es la aceptación del principio de no-contradicción, porque, si este principio no es aceptado por los dialogantes, es imposible que quien tenga razón pueda demostrar su error a quien está equivocado. En efecto, si el oponente niega el principio y asume el opuesto de la contradicción (lo cual habrá de ser hecho precisamente por Hegel), es decir, si considera que es verdad no lo que es, sino lo que me parece, el oponente siempre puede objetar y decir: no me convences, porque lo que es verdad para ti es falso para mí.
----------De tal modo, Aristóteles logró sacar a la luz los principios y leyes de la lógica, en primer lugar entre todos el principio de no-contradicción, que prohibe afirmar y negar simultáneamente de un mismo sujeto el mismo atributo. A la luz de este principio la razón forma todos sus actos, desde los actos más simples, como los conceptos, a los actos más complejos, el silogismo a nivel de la forma del razonamiento (lógica formal), y por tanto determina las condiciones de racionalidad de la materia del saber como base de partida del método que conduce a la ciencia (lógica material).
----------Es indudable mérito de Aristóteles el haber descubierto y tematizado las dos modalidades de la argumentación racional: la modalidad dialéctica, que procede por intentos mediante categorías lógicas y llega a conclusiones probables; y la modalidad científica, que al exhibir pruebas del qué (oti, quia) y del por qué (dioti, propter quid) llega a conclusiones apodícticas y ciertas, propias de la ciencia.
----------En el tratado sobre el alma, Aristóteles muestra la actividad de la razón por la cual ella aprehende la naturaleza de las cosas, es decir, la naturaleza del proceso cognoscitivo; en la metafísica trata del objeto más amplio y supremo de la razón, que es la realidad o el ente en su conjunto. En la ética trata de las virtudes morales necesarias para la razón práctica también en el campo de la lógica, sobre todo prudencia y justicia, para hacer buen uso de las propias fuerzas a fin de conseguir con certeza y fundamento la verdad, defenderla de los errores y comunicarla lealmente, sin subterfugios y sin ambigüedades al prójimo.
----------En tal modo, en Aristóteles, la lógica, que enseña el arte, la virtud y el método del razonar correcto y honesto, es el instrumento (organon) de la razón por medio del cual ella descubre la verdad y es capaz de mostrarla a los demás. En cambio, en cuanto a la metafísica, ella trata del ente en cuanto ente, que es el objeto propio de la razón, ente en base al cual la razón, en el acto del conocer, produce un ente interior, el ente de razón, es decir, los conceptos, que sirven a la razón para representar racionalmente cuando ha aprehendido del ente real, conceptos que la lógica relaciona entre sí según un orden racional a fin de conocer y fundar la verdad y de conducir a los demás a la verdad mostrándoles las razones para aceptarla.
----------Mientras que el objeto de la psicología gnoseológica y de la metafísica son entes reales, es decir, respectivamente, el alma (psicología) y el ente como ente (metafísica), el objeto de la lógica es lo real en cuanto pensado y conceptualizado, es decir, el ente ideal o de razón, no por tanto el ente objetivo externo al intelecto, independiente de él, sino el ente en cuanto representado en el concepto producido por el acto cognoscitivo.
----------Por el contrario, el hacer aparecer o el simular aquello que no es, el poner en duda lo que es cierto, la negación del principio de no-contradicción, el sostener que los contrarios se verifican juntos, la pretensión de demostrar aquello que es evidente, la confusión de lo opinable con lo cierto, el gusto por la contradicción, la discusión por sí misma, la refutación desleal del adversario o el hacerlo caer en un escollo mediante la reducción del ente real al ente pensado, observa Aristóteles, el reducir la metafísica a la lógica, es el arte odioso del sofista, por medio del cual él seduce y se burla de los ingenuos, favorece a los impostores, refractarios a las reglas de la lógica y víctimas de las apariencias, para darles a entender como verdad sus mentiras, haciéndoles parecer verdadero lo que es falso y falso lo que es verdadero.
   
La lógica es una ciencia y un arte
   
----------La razón, en su actividad cognoscitiva, construye por medio de su arte un mundo interior a la conciencia que reproduce y representa el mundo exterior de la realidad. La razón actúa, por tanto, en dos sentidos: por una parte, pretende conformarse a la realidad de las cosas para reflejarla fielmente en su intimidad, devenir de algún modo inmaterialmente, asimilarse, hacer propia, mediante los conceptos, los juicios y los razonamientos, la realidad misma que conoce; y por otra parte, a fin de alcanzar este objetivo, construye mediante leyes y principios, un sistema ordenado de medios cognoscitivos, los conceptos, los cuales son entes mentales, llamados entes de razón, que representan y corresponden, en la medida en que nuestra razón es capaz de ello, a los entes reales por nosotros inteligibles, que están a nuestro alrededor, distintos de nosotros, delante de nosotros, encima y debajo de nosotros, antes y después de nosotros, independientes de nosotros, presupuestos a nuestro conocerlos y pensarlos, por lo tanto no producidos por nosotros, sino por el poder creativo de Dios, así como Dios es el creador de nuestra razón.
----------En este segundo sentido, la razón cumple una obra de arte, entendiendo por arte la recta razón de una obra a cumplir. Por tanto, entendiendo en general por lógica la actividad de la razón funcional al saber, la lógica pasa a tener dos aspectos. En el primer sentido, es decir, en cuanto conjunto de principios y leyes, es objeto de ciencia; pero en cuanto ella enseña a la razón cómo conducirse, cuáles medios usar, cómo ordenarlos, y qué hacer para alcanzar la ciencia, la lógica es un arte y, como decía santo Tomás de Aquino, es el "arte de las artes", ya que de cómo organicemos nuestro pensar y razonar depende la edificación de todas las artes materiales exteriores del actuar humano. Y el mismo actuar moral, en cuanto organizado lógicamente, se presenta con el aspecto de una obra de arte del pensamiento.
----------Es importante no reducir la actividad lógica al simple hacer o producir conceptos, como si todo el problema del saber y del actuar se agotara en nuestro mundo ideal y en el mundo del ente de razón. Saber lo que hace la razón es ciertamente hacer ciencia. Pero la ciencia más importante es conocer esa realidad externa y trascendente y fundante de la razón, hacia la cual la razón misma tiende, esa divina realidad, "ubi ipsum lumen rationis accenditur", para decirlo con san Agustín de Hipona.
----------La sobreestima de la obra lógica de nuestra razón, proveniente de nuestra soberbia, es la que está en el origen del razonar sofístico, que conduce en el plano moral a la falsedad, a la simulación, a la doblez y a la hipocresía. Estos vicios tienen su origen especulativo en el reducir lo real a lo pensado, en reducir la cosa al concepto de la cosa, lo que nos da la ilusión de poder dominar la realidad a nuestro placer para la satisfacción de nuestros deseos, de nuestro egoísmo y egocentrismo, como si fuéramos nosotros los creadores de las cosas, y no lo fuera ante todo Dios, verdadero creador de ellas y de nosotros mismos.
----------De cuanto he dicho resulta evidente que así como la gnoseología realista de la ordenación del pensar al ser da fundamento a la honestidad y a la corrección del razonar, el idealismo, que reduce el ser al pensamiento, está en la base de la sofística y del arte de enredar y engañar al prójimo.
----------Por tanto, es necesario distinguir cuidadosamente el objeto de la lógica del objeto de la metafísica y, en general, de las ciencias de la realidad: objeto de la lógica es el concepto de lo real, el ente de razón; objeto de la ciencia de lo real es aquello mismo real exterior al alma, el ente real.
----------El objeto de la lógica es el ente de razón, inmanente a la razón porque es producido por la misma razón. Objeto del saber de lo real, de la ciencia de lo real, es el mismo ente real, trascendente a la razón porque no es producido por la razón, sino por Dios. El idealista, que reduce lo real a lo ideal, a lo racional y a lo lógico, termina por confundir sus propias ideas con la missma realidad, y por encerrarse en sus propias ideas en la convicción de que él mismo ha agotado el conocimiento de lo real.

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