domingo, 12 de marzo de 2023

El razonar sofístico: lógica de la doblez (4/4)

La lógica diabólica corrompe todos los famosos adverbios del dogma cristológico calcedonense: las dos naturalezas humana y divina de Cristo están unidas en unidad de persona divina, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación, pero en la distinción, en la inmutabilidad, en la convergencia y en la correspondencia. A la inversa, la lógica del Evangelio vincula la razón a la certeza, sujeta la razón a la fe, distingue para unir sin separar y sin confundir, se opone a lo que es incompatible, acuerda lo que es compatible, resuelve las aparentes contradicciones, crea la conciliación y la paz. [En la imagen: fragmento de "La Escuela de Atenas", pintura al fresco de Rafael Sanzio, obra de 1509-1511, conservada en los Museos Vaticanos, Palacio Apostólico].

La lógica basada en el contradecir y en el contradecirse
   
----------Si el principio de no contradicción prescribe no contradecir lo verdadero y no contradecirse, la lógica de la contradicción se basa en el contradecir y en el contradecirse. El contradecirse, es decir, la incoherencia y contradictoriedad del razonar surgen de la oposición del juicio frente a la verdad; la razón niega lo que es verdadero y da por verdadero lo que es falso. Es el principio de la mentira. En cambio, lo debido en la lógica de la no-contradicción es contradecir lo falso, mostrando la razón por la cual lo falso es falso.
----------Ahora bien, se hace necesario distinguir con neta claridad el discurso contradicente del discurso contradictorio. Contradecir puede ser en ocasiones un deber, si se trata de oponerse a lo falso, pero el discurso contradictorio siempre debe ser rechazado porque no construye nada, sino que destruye por una parte lo que edifica por la otra, aunque se tratara de un tema en sí validísimo.
----------En el discurso contradictorio, en efecto, la razón afirma y niega simultáneamente del mismo sujeto el mismo atributo. Este juicio que se niega a sí mismo se refuta o se anula por sí solo y por lo tanto no tiene sentido. No es necesario refutarlo. Sería como si se dijera que el hombre es no es un animal racional. En cambio, el discurso contradicente tiene sentido porque afirma algo inteligible. Sin embargo, es falso porque contradice la verdad. Si, por ejemplo, dijera que el hombre es un espíritu, mi frase es inteligible: mi frase oculta una imposibilidad, pero ella no aparece inmediatamente. Debe ser demostrada mediante su refutación.
----------A la inversa, el método de la lógica hegeliana conlleva un concepto de verdad que sintetiza lo verdadero con lo falso, asumiendo lo uno y lo otro en un concepto de verdad que no supone la exclusión de lo falso, sino que lo asume como si fuera factor de verdad. Para Hegel quien pretende afirmar lo verdadero excluyendo lo falso asume una posición unilateral, no considera lo verdadero en su plenitud, en cuanto que lo falso según él no se opone a lo verdadero sino que concurre para su constitución.
----------De hecho, para Hegel, no es la afirmación, sino la negación el factor de la verdad. La afirmación está hecha para ser negada y en este negar la negación se niega a sí misma y reconstituye la afirmación. Esta es la famosa dialéctica hegeliana. Es la misma afirmación que se niega a sí misma poniéndose una antítesis a sí misma, la cual, por su esencia, se niega a sí misma y restablece la afirmación, de tal modo que la plenitud de lo verdadero es la síntesis de la afirmación y de la negación, es la síntesis del sí y del no, exactamente lo opuesto de la lógica evangélica de la afirmación del sí y de la exclusión del no.
----------Por consiguiente, para Hegel lo verdadero no es verdadero sin lo falso. Y lo falso es el lado negativo de lo verdadero. Nunca se debe pronunciar un sí absoluto con un no absoluto, sino que siempre se debe afirmar concediendo espacio también para la negación, porque lo negativo es simplemente un diverso, que concurre para la plenitud de lo verdadero. No hay nada ciertamente falso, porque lo verdadero puede ser siempre desmentido, por lo cual tiene necesidad de lo falso para existir como verdadero. La verdad es sólo la síntesis del sí y del no. Uniendo el sí con el no y reduciendo lo negativo a lo diverso, Hegel confunde lo que debe ser separado y confundiendo lo diverso con lo negativo, separa lo que debe ser unido.
----------Dice Hegel: "El circulo que descansa cerrado en sí y que, como sustancia, mantiene sus momentos es la relación inmediata, que, por tanto, no puede causar asombro. La potencia portentosa de lo negativo reside, por el contrario, en que alcance un ser allí propio y una libertad particularizada en cuanto tal, separado de su ámbito, lo vinculado; y que sólo tiene realidad en su conexión con lo otro; es la energía del pensamiento del yo puro.
----------La muerte, si así queremos llamar a esa irrealidad, es lo más espantoso, y el retener lo muerto lo que requiere una mayor fuerza. [...] Pero la vida del espíritu no es la vida que se asusta ante la muerte y se mantiene pura de la desolación, sino la que sabe afrontarla y mantenerse en ella. [...] El espíritu no es esta potencia como lo positivo que se aparta de lo negativo, como cuando decimos de algo que no es nada o que es falso y, hecho esto, pasamos sin más a otra cosa, sino que sólo es esta potencia cuando mira cara a cara a lo negativo y permanece cerca de ello. Esta permanencia es la fuerza mágica que hace que lo negativo vuelva a ser" (Fenomenología del Espíritu, Fondo de Cultura Económica, Mexico 1971, pp.23-24).
----------"El proceso que conduce hasta la ciencia de lo verdadero y que es en la figura de lo verdadero, fuese algo puramente negativo; y cabria pedir que se eximiera de lo negativo como de lo falso, exigiendo ser conducidos directamente, y sin más a la verdad, pues ¿para qué ocuparse de lo falso? Ya más arriba se ha hablado de que debiera comenzarse directamente por la ciencia, y a esto hay que contestar aqui diciendo cómo está constituido en general lo negativo en tanto que lo falso.
----------Las representaciones en tomo a esto entorpecen muy especialmente el acceso a la verdad. […] Lo verdadero y lo falso figuran entre esos pensamientos determinados, que, inmóviles, se consideran como esencias propias, situadas una de cada lado, sin relación alguna entre si, fijas y aisladas la una de la otra. Por el contrario, debe afirmarse que la verdad no es una moneda acuñada, que pueda entregarse y recibirse sin más, tal y como es. No hay lo falso como no hay lo malo. Lo malo y lo falso no son, indudablemente, tan malignos como el diablo, y hasta se les llega a convertir en sujetos particulares como a éste; como lo falso y lo malo, son solamente universales, pero tienen su propia esencialidad el uno con respecto al otro. Lo falso (pues aquí se trata solamente de esto) seria lo otro; lo negativo de la sustancia, que en cuanto contenido del saber es lo verdadero. Pero la sustancia es ella misma esencialmente lo negativo, en parte como diferenciación y determinación del contenido y en parte como una simple diferenciación, es decir, como si mismo y saber en general. No cabe duda de que se puede saber algo de una manera falsa.
----------Decir que se sabe algo falsamente equivale a decir que el saber está en desigualdad con su sustancia. Y esta desigualdad constituye precisamente la diferenciación en general, es el momento esencial. De esta diferenciación llegará a surgir, sin duda alguna, su igualdad, y esta igualdad que llega a ser es la verdad. Pero no es verdad así como si se eliminara la desigualdad. [...] En efecto, la desigualdad sigue presente de un modo inmediato en lo verdadero como tal, como lo negativo, como el sí mismo. Sin embargo, no puede afirmarse, por ello, que lo falso sea un momento o incluso parte integrante de lo verdadero" (Fenomenología del Espíritu, Fondo de Cultura Económica, Mexico 1971, pp.26-27).
----------"La filosofía no considera la determinación no esencial, sino en cuanto es esencial; su elemento y su contenido no son lo abstracto o irreal, sino lo real, lo que se pone a si mismo y vive en sí, el ser alli en su concepto. Es el proceso que engendra y recorre sus momentos; y este movimiento en su conjunto constituye lo positivo y su verdad. Por tanto, ésta entraña también en la misma medida lo negativo en sí, lo que se llamaría lo falso, si se lo pudiera considerar como algo de lo que hay que abstraerse.
----------Lo que se halla en proceso de desaparecer debe considerarse también, a su vez, como esencial, y no en la determinación de algo fijo aislado de lo verdadero; que hay que dejar afuera de ello, no se sabe dónde, así como tampoco hay que ver en lo verdadero lo que yace del otro lado, lo positivo muerto.
----------La manifestación es el nacer y el perecer; que por sí mismo no nace ni perece, sino que es en sí y constituye la realidad y el movimiento de la vida de la verdad. Lo verdadero es, de este modo, el delirio báquico, en el que ningún miembro escapa a la embriaguez, y como cada miembro; al disociarse, se disuelve inmediatamente por ello mismo, este delirio es, al mismo tiempo, la quietud translúcida y simple. Ante el foro de este movimiento no prevalecen las formas singulares del espíritu ni los pensamientos determinados, sino que son tanto momentos positivos y necesarios como momentos negativos y llamados a desaparecer. Dentro del todo del movimiento, aprehendido como quietud, lo que en él se diferencia y se da un ser allí particular se preserva como algo que se recuerda y cuyo ser allí es el saber de si mismo, lo mismo que éste es ser allí inmiediato" (véase: Fenomenología del Espíritu, op.cit., pp.31-32).
   
Observaciones críticas
   
----------La lectura de estas declaraciones de Hegel conduce a hacer las siguientes observaciones:
----------1. Hegel confunde la afirmación con la negación, por lo cual para él es lícito afirmar y negar un mismo atributo de un misma cosa. Por ejemplo, es verdadero decir tanto que Dios existe como decir que Dios no existe. Para Hegel, entonces, Dios existe y no existe, porque el ser es el no-ser y el no-ser es el ser. De aquí proviene la tesis de que Dios deviene, sobre la base del concepto hegeliano del devenir como "unidad del ser con la nada". De aquí la tesis hegeliana, mediada por Karl Rahner, del cardenal Carlo Maria Martini, según la cual el creyente tiene siempre en su conciencia la tesis del ateo que le contradice. Esto es lo que en lenguaje italiano vulgar se llama "cerchiobottismo" (oportunismo de no tomar una posición clara en un argumento, pretendiendo demostrar que la afirmación y la negación tienen razón).
----------2. Hegel confunde la negación con la contradicción. El negar sirve para distinguir, para identificar, para determinar, para ordenar, para dividir, para unir, para diversificar, para proporcionar, para asimilar, para conectar, para comparar, para diferenciar, para relacionar, para igualar, para oponer, para contraponer, para limitar, para anular, para incluir, para excluir, todas operaciones necesarias al proceder de la razón. La contradicción es una proposición que se niega y se refuta a sí misma, se anula a sí misma y deviene privada de sentido.
----------3. En Hegel la mediación se confunde con la negación. Para Hegel, la mediación no es un término que participa de los extremos, sino que es la oposición de los extremos. El concepto es la negatividad del sí mediada por la oposición del sí a sí; en el juicio sujeto y predicado están en contradicción, mediados por la cópula que identifica al sujeto con el predicado. En el silogismo el término medio opone la premisa a la consecuencia identificando su exclusión recíproca.
----------4. Hegel también confunde la distinción con la negación. Las determinaciones del ser suceden en Hegel sólo por medio de la negación, es decir, de modo dialéctico, no analógico. Por eso lo distinto, lo diferente, lo otro, lo diverso no están encuadrados en la analogía, sino que vienen interpretados sólo con la categoría de la negación, y no sólo eso, sino también de la contradicción.
----------De tal modo, en el pensamiento de Hegel desaparece toda forma de proporción, armonía, acuerdo, correspondencia, semejanza, afinidad, convergencia, reciprocidad y todo se reduce y viene explicado de modo dialéctico: posición, negación, negación de la negación. Así, no hay más elección que entre la oposición y la identidad, la separación y la confusión, la dualidad y la unidad.
----------5. La dialéctica hegeliana sustituye la oposición a la posición: el ser no existe sin la nada, lo verdadero no existe sin lo falso, el bien no existe sin el mal, la vida no existe sin la muerte, lo infinito no existe sin lo finito, etc. Estas parejas de categorías que se reclaman entre sí en la lógica, devienen necesarias también en la realidad reducida a ente de razón.
----------La dialéctica hegeliana afirma negando, disuelve lo que es estable, absolutiza lo que es relativo, confunde lo que es distinto, atiza el conflicto en lugar de resolverlo, pone el contraste donde hay proporción, legaliza la conflictualidad confundiéndola por una síntesis, unifica lo que debe ser separado, confunde la alteridad y la diversidad con la negación, quisiera conciliar lo que es incompatible, relacionar lo que no puede estar relacionado, disolver la contradicción real como si fuera sólo aparente.
----------Santo Tomás nos pone en guardia, seis siglos antes que Hegel, contra la impostura diabólica de la lógica hegeliana en un pasaje de alta sabiduría en el cual distingue al verdadero filósofo del sofista. De cómo el Aquinate describe al sofista, resulta un retrato del idealista, es decir, de aquel que reduce el ser al aparecer subjetivo, mientras que el verdadero filósofo resulta ser el realista, es decir, aquel que reconoce ser lo que es y no ser lo que no es. Se reconoce fácilmente en el sofista la lógica hegeliana.
----------Dice santo Tomás de Aquino: "Los dialécticos y los sofistas se visten con la ropas del filósofo, como teniendo semejanza con él: pero los dialécticos y los sofistas disputan acerca de las cosas predichas" (es decir, del ente, de sus propiedades y de los contrarios); "y por lo tanto también a los filósofos les corresponde considerar esas cosas. Para manifestar esto Aristóteles muestra como la dialéctica y la sofística se asemejan a la filosofía, pero también se diferencian de ella.
----------En esto están de acuerdo en que corresponde al dialéctico considerar todas las cosas (de omnibus). Pero esto no sería posible, si no considerara todas las cosas en cuanto ellas en una cualquier unidad, puesto que de una sola ciencia único es el sujeto y de un solo arte única es la materia, acerca de la cual ella opera. Dado, pues, que todas las cosas no convienen sino en el ente, está claro que la materia de la dialéctica es el ente y las propiedades del ente, de los cuales también se interesa el filósofo.
----------Similarmente, también la sofística tiene alguna semejanza con la filosofía. De hecho, la sofística es una sabiduría sólo aparente y no real. Ahora bien, lo que tiene la apariencia de algo, debe de algún modo asemejársele. Y por eso es necesario que el filósofo, el dialéctico y el sofista consideren las mismas cosas. Sin embargo, difieren entre ellos. El filósofo difiere del dialéctico por su especial poder. En efecto, el filósofo posee un poder de pensamiento superior al del dialéctico. De hecho, el filósofo, acerca de los antes mencionados valores comunes procede argumentativamente.
----------Por esto le es permitido alcanzar la ciencia acerca de esas cosas. Y las conoce con certeza. De hecho, el conocimiento cierto es el efecto de la demostración. En cambio, el dialéctico, respecto de todas las cosas predichas procede por medio de la probabilidad, por lo cual no produce ciencia, sino una cierta opinión. Y esto sucede porque el ente es doble, a saber, el ente de razón y el ente real (naturae). Ahora bien, ente de razón se dice propiamente de aquellas intenciones que la razón encuentra en las cosas que ella considera, tales como intención de género, especie y similares, que no se encuentran en la realidad (natura rerum), sino que se siguen de la consideración de la razón. Y este ente, es decir, el ente de razón, es el sujeto de la lógica.
----------Ahora bien, estas intenciones inteligibles son equiparadas a la realidad (entibus naturae aequiparantur), por el hecho de que todas las realidades (entia naturae) caen bajo la consideración de la razón. Y por eso el sujeto de la lógica se extiende a todas aquellas cosas de las cuales se predica la realidad (de quibus ens naturae praedicatur).
----------Por lo cual Aristóteles concluye que el sujeto de la lógica es equiparado al sujeto de la filosofía, que es el ente real (ens naturae). por lo tanto, el filósofo, partiendo de sus principios, procede a probar aquellas cosas que se han de considerar acerca de los accidentes comunes del ente. En cambio, el dialéctico procede a considerarlos valiéndose de entes intencionales (ex intentionibus) de la razón, que son extraños a la realidad (natura rerum). Y por eso se dice que la dialéctica va por tentativas, porque el intentar es propio de un proceder desde principios extraños.
----------En cambio, el filósofo difiere del sofista por una elección o por su placer o por un impulso vital. En efecto, el filósofo y el sofista ordenan su vida y sus acciones de modo diverso: el filósofo ciertamente hacia el conocimiento de la verdad; el sofista, en cambio, a parecer saber, cuando en realidad no sabe. […]
----------La sofística teórica enseña por medio de razones necesarias y demostrativas en un modo de argumentar aparente. Usada en la práctica, vale menos que el proceso de la verdadera argumentación. […] En cambio, el uso de la demostración consiste en el valerse de los principios de las cosas, acerca de las cuales se obra la demostración, que concierne a las ciencias de la realidad, no usando intenciones lógicas" (Comentario a la Metafísica de Aristóteles, libro IV, c.II, lect.IV, nn.572-576).
   
Conclusión
   
----------La lógica, cuyo curso académico suele desarrollarse al inicio de los estudios filosóficos en los seminarios y universidades, frecuentemente no suele ser valorada en su debida importancia. El uso de la lógica es algo sumamente serio, como lo demuestra el mismo Jesucristo al poner incluso en juego la acción de Satanás. Por lo tanto está en juego nuestra salvación. Es una advertencia para todo hombre que quiera razonar bien y de modo particular para nosotros los católicos, que con demasiada frecuencia usamos con ligereza nuestra razón, ignorando que acerca de su uso existe un grave deber de justicia y de honestidad.
----------El diablo emplea un estudio y un cuidado del todo particular en el tramar e inventar sutiles y peligrosos sofismas, que tienen la apariencia de la sabiduría, de la fe, de la piedad, de la mística, de la espiritualidad. Esto, indudablemente, no nos obliga a emprender estudios escolásticos, obligatorios sólo para los futuros sacerdotes, educadores y filósofos y teólogos. Cada uno de nosotros, salvo casos excepcionales de defectos psicológicos, posee una natural inclinación al recto razonar, advierte instintivamente cuando un razonamiento no funciona o cuando es un razonamiento sofístico, pero siempre es bueno escuchar a quien, sabiendo más que nosotros, nos guía en el recto razonar y nos advierte de los razonamientos erróneos.
----------Como hemos visto, el mismo Nuevo Testamento nos da preciosas indicaciones de fondo acerca del arte con el cual el demonio se esfuerza para alejar nuestra razón del camino de la verdad y por tanto del camino que nos lleva hacia Cristo. Propósito del demonio es sustancialmente hacernos desobedientes a Dios y por lo tanto procurarnos la perdición eterna induciéndonos a pecar. En tal modo el demonio se nos propone como nuestro maestro de pensamiento y de lógica, en oposición al Logos divino, y haciéndolo así, nos engaña y nos enseña a ser como él, mentirosos, hipócritas y homicidas.
----------El mecanismo de la lógica diabólica empuja, por una parte, a crear la conflictualidad contraponiendo en lugar de unir los diversos y los recíprocos, como por ejemplo la correspondencia entre hombre y mujer o entre Dios y el hombre, mientras que, por otra parte, empuja a la doblez y a la confusión, mezclando lo que debe estar separado y es irreconciliable, como la oposición entre bien y mal, verdadero y falso.
----------La lógica diabólica corrompe todos los famosos adverbios del dogma cristológico calcedonense: las dos naturalezas humana y divina de nuestro Señor Jesucristo están unidas en unidad de persona divina, asynchítos, sin confusión, atreptos, sin cambio, adiairetos, sin división, acoristos, sin separación, pero en la distinción, en la inmutabilidad, en la convergencia y en la correspondencia.
----------A la inversa, la lógica del Evangelio vincula la razón a la certeza, sujeta la razón a la fe, distingue para unir sin separar y sin confundir, se opone a lo que es incompatible, acuerda lo que es compatible, resuelve las aparentes contradicciones, crea la conciliación y la paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

En ciertas horas del días se permitirán comentarios sin moderación. Los comentarios no cónsonos con el blog serán removidos. Igualmente los que falten a las normas del respeto personal.