lunes, 27 de marzo de 2023

El Papado del postconcilio: un Papado crucificado

Ayudemos al Santo Padre, no lo dejemos solo para llevar la cruz, evitemos esas críticas acerbas, que nos son bien conocidas (incluso por provenir lamentablemente a veces también de ambientes y personajes que nos son personalmente conocidos), esas críticas presuntuosas, injustas y farisaicas, que al fin de cuentas no producen absolutamente nada, salvo odio, desconcierto y desobediencia; y, por otra parte, evitemos instrumentalizar, con una falsa interpretación aduladora, sus palabras para nuestros intereses mundanos, y recordémonos más bien la "suerte que los hipócritas se merecen" (Mt 24,51). [En la imagen: el papa Francisco en un momento de la entrevista de casi tres horas de duración concedida al periodista argentino Jorge Fontevecchia, de editorial Perfil, el jueves 9 de marzo de 2023 en Casa Santa Marta, en Ciudad del Vaticano].

"Sus cadáveres yacerán expuestos en la plaza de la gran ciudad, 
llamada simbólicamente Sodoma y también Egipto,
allí mismo donde el Señor fue crucificado" (Ap 11,8).
   
Las entrevistas al Papa
   
----------La cuestión del valor de las entrevistas que desde hace algunas décadas han comenzado a ofrecer los Papas al periodismo, es un tema sobre el que ya hemos tratado, y de modo extenso, en este blog. De modo que aquí, sin insistir en lo ya considerado, expresaré solamente un puñado de ideas, con motivo de que el papa Francisco, en semanas recientes, ha ofrecido varias entrevistas, especialmente a los medios de comunicación argentinos, y se rumorea que pronto ofrecerá nuevas entrevistas.
----------Las opiniones sobre el valor de las entrevistas de un Papa (de cualquier Papa) no son coincidentes. Ante todo surge la pregunta acerca de si es verdaderamente oportuno que el Romano Pontífice conceda entrevistas, sobre todo cuando se trata de reportajes televisivos o grabados en vídeo. Reconociendo siempre la mejor de las intenciones en el Papa, suponiendo sin ningún tipo de dudas que concede las entrevistas para aprovechar uno de los medios a su alcance para cumplir su oficio pastoral, su misión de evangelización, sin embargo, al quedar el Papa inevitablemente involucrado en el mecanismo implacable de los mass media, ¿no se arriesga en exceso a que su voz sea confundida con el caótico ruido de fondo de un mundo que suele banalizarlo todo, que parece convertirlo todo en espectáculo, y que, lejos de buscar la verdad y la sabiduría, pretende tan sólo amontonar opiniones contrarias e inacabables parloteos y charlatanerías sobre cualquier cosa?
----------Es sólo desde décadas recientes que los Sumos Pontífices de la Iglesia han abandonado el uso del plural mayestático, y estoy seguro que a los jóvenes católicos actuales les escandalizaría que hoy un Papa lo usara; sin embargo, los católicos de mi generación contábamos (quizás sin valorarla como era debido) con esa ayuda suplementaria para mantener nuestra devoción y lealtad al Romano Pontífice: el caso era que el Papa usaba el "Nos", y todos sabíamos que quien nos hablaba no era simplemente un hombre o un católico más, aunque no necesariamente reflexionáramos sobre ello. Por lo tanto, al considerar el modo como se desarrollan las actuales entrevistas al Obispo de Roma, desde aquella primera, en los comienzos de los años 90s. del pasado siglo, nos preguntamos también: ¿es oportuno que también el Supremo Pontífice de Roma, como tantos personajes y celebridades que aparecen todos los días en los mass media, se amolde él también al uso del "en mi opinión" en su diálogo con un periodista, abandonando el solemne "Nos" en el que resonaba para todos los fieles católicos y hombres de buena voluntad de todo el mundo la voz del milenario misterio de la Iglesia?
----------Otro problema implicado en las entrevistas al Papa, se produce cuando el Pontífice deja prácticamente plena libertad al cronista para hacer las preguntas que desee; problema que implica otro a la par: la fe o falta de fe del cronista, o bien, en cualquier caso, la clase y calidad de la cultura del entrevistador. Hoy nos parece un milagro el que ocurra que el entrevistador del Papa sea un Vittorio Messori, plenamente consciente de que su no leve responsabilidad de plantear una serie de preguntas al Romano Pontífice, lo obliga a descartar los temas políticos, sociológicos e incluso clericales, de burocracia eclesiástica, que lamentablemente constituyen hoy la casi totalidad de la información (o desinformación) supuestamente "religiosa", que circula por tantos medios de comunicación, incluso entre los medios sedicentes "católicos" y en los teclados de afamados "vaticanologos" actuales, de cuya fe mucho podríamos dudar y discutir.
----------Una última cuestión que plantean las entrevistas al Papa es el problema del valor magisterial que encierran o no encierran sus declaraciones periodísticas. Sería demasiado fácil y simplista hacer un corte tajante entre las expresiones de un Papa del tercer milenio y decir facilonamente: es magisterio lo que el Papa expresa en una encíclica o en una carta apostólica, y no es magisterio pontificio lo que el Papa expresa en una entrevista periodística. ¿Qué derecho tenemos para hacer esta necia distinción? ¿Acaso el Papa deja de cumplir su misión evangelizadora y catequética en una entrevista por televisión?
----------Por mi parte no tengo ninguna duda: si el Papa se propone enseñar la Palabra de Cristo, la Ley de Cristo, el valor autoritativo de su docencia puede estar tanto en una encíclica como en un video en Youtube, que nos ofrece las respuestas del Sucesor de Pedro a las preguntas de un periodista, aunque se trate de preguntas libres y de respuestas improvisadas. ¿O hay que negar valor autoritativo a la voz del Papa cuando la Palabra de Cristo viene expresada ante un micrófono del mundo y no está puesta por escrito en un papel timbrado del Vaticano? El papa Francisco, al igual que sus predecesores, es un Papa impaciente en su afán apostólico, un Pastor al que los caminos usuales le parecen siempre insuficientes, que busca por todos los medios a su alcance hacer llegar a los hombres la Buena Nueva, y que habiendo tratado de cumplir esta misión en estos diez años de pontificado, con sus claroscuros personales, con sus personales virtudes y defectos, sin embargo tiene derecho a repetir aquello mismo que dijo san Pablo: "Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos. Y todo esto lo hago por el Evangelio, para ser partícipe del mismo" (1 Cor 9,22-23).
   
La pasión de la Iglesia vivida hoy en un Papado crucificado
   
----------Ahora bien, me parece que en las recientes entrevistas ofrecidas por el papa Francisco en ocasión del 10° aniversario de su Supremo Pontificado, todas entrevistas en las que el Papa se ha mostrado vivaz, en permanente manifestación de su buena voluntad hacia el entrevistador, desplegando su natural bonhomía, puede pasárseles por alto a muchos observadores (¿quizás a la mayoría?) el trasfondo de incomprensión, de total ausencia de conciencia del misterio presente en su Interlocutor, que han revelado las personalidades y las preguntas de los periodistas (muy alejadas de la conciencia creyente), un pasar por alto totalmente la pasión que vive actualmente la Iglesia, y que late y se revela como telón de fondo en la personalidad del Entrevistado, se trate hoy de este Papa como antes de todos los Papas del período posterior al Concilio Vaticano II, y cada vez con tintes más dramáticos: el trasfondo de un Papado crucificado.
----------Y ese es precisamente el nudo del tema que deseo considerar, aunque sea brevemente, en el artículo de hoy. Y lo haré a impulsos de las intervenciones de dos lectores de este blog en días recientes. Días atrás los lectores hicieron un par de comentarios a mis notas acerca del tema Misericordia y Condenacion eterna. Los pasajes que más me impresionaron fueron los siguientes:
----------"Es a causa de las divisiones internas de la Iglesia Católica que se dan estos hechos y no llegan a denunciarse las herejías, como se debería hacer, salvo por parte de verdaderos pastores y teólogos, como el autor del artículo. Lo importante es estar en paz fraterna.
----------Ahora es más importante ayudar materialmente a la humanidad, en sus vicios y debilidades pecaminosas; la misericordia en los tiempos que vivimos es un río en crecida, que está inundando las orillas y me pregunto: ¿los líderes de la Iglesia Católica Apostólica Romana están listos para actuar en las esclusas para contener las inundaciones? Al ángel de la Iglesia de Laodicea Juan en el Apocalipsis escribe 'Estas cosas dice el amén, el testigo fiel y veraz, el principio de las cosas creadas por Dios. Tus obras me son conocidas, ya que no eres ni frío ni caliente: oh, si fueras frío o caliente: pero como eres tibio, y no frío ni caliente, comenzaré a vomitarte de mi boca' (Ap 3,14).
----------Nadie habla, todo el mundo está petrificado, sólo su blog informa, instruye y enciende discusiones y críticas realmente católicas, alejadas de cualquier ideología y de cualquier rebelión que no hacen más que alentar nuevos cismas y herejías. ¿Existe todavía la Congregación para la Doctrina de la Fe? Si es así, ¿por qué no interviene en estos casos, y corrige los errores que se vienen cometiendo, negándolos, y reiterando la verdad absoluta? Por casualidad... ¿no estarán usando también el lema "¿Quién soy yo para juzgar"?... ¡Cristo vence! ¡Cristo reina! ¡Cristo impera!"
----------Cito ahora lo que dijo la hermana Lucía de Fátima respecto al tercer secreto: "...vimos a un Obispo vestido de Blanco, hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre. También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones".
----------El comentario de los lectores me da la oportunidad de responder con un brevísimo artículo. Y ante todo mi pensamiento se dirige a la revelación del tercer secreto de Fátima que hizo el cardenal Tarcisio Bertone en nombre del papa Benedicto XVI hace algunos años. Tenemos el cuadro de una humanidad y de una Iglesia sufrientes y en los extremos de su existencia, y habría casi que decir destruida. Una de las obras de misericordia que encontramos en el Catecismo de san Pío X es: "Orar por los vivos y por los difuntos". Y eso es lo que el Papa, en la visión, está haciendo. Él junto a los pastores de la Iglesia, sube fatigosamente en medio de los cadáveres a un monte, donde hay una gran cruz. El Papa se arrodilla y es asesinado allí.
----------No se trata, evidentemente, de la visión ilusoriamente optimista de la Iglesia propuesta por el cardenal Carlo Maria Martini al final de su vida. Se trata en cambio del cuadro realista que, desde los tiempos del papa san Paulo VI, (el "humo de Satanás" penetrado en la Iglesia), nos han entregado los Papas hasta Benedicto XVI, quien ha hablado de una "crisis generalizada de la fe". El Papa actual no tiene esos tonos alarmados y dramáticos, para no crear más desconcierto y angustia. Semanas atrás, al cumplirse diez años de su pontificado ha brindado un puñado de entrevistas a periodistas argentinos, y en todas se lo ha visto lúcido, vivaz, inteligente en las respuestas, sobre todo en el prolongado reportaje de casi tres horas que le ha hecho Jorge Fontevecchia. De modo similar a la Iglesia, madre tierna, el Papa ha querido mostrarse, una vez más, sereno, confortante y optimista, para no desanimarnos. Pero él sabe mejor que nosotros lo que está sucediendo.
   
Lo que hoy está sucediendo en la Iglesia
   
----------El aspecto dramático de la situación puede ser mejor comprendido comparándola con la visión del tercer secreto de Fátima, y con lo redactado por san Juan en Ap 11,1-13, donde habla de "dos testigos" (símbolo de los pocos verdaderos católicos que permanecen fieles al Papa), los cuales serán martirizados junto con el Papa por una enorme multitud de apóstatas enfurecidos, pero que luego se levantarán victoriosos, ya que "portae inferi non praevalebunt" contra la Iglesia.
----------El papa Francisco hace denodados esfuerzos por captar los aspectos positivos de la modernidad, condenando ciertamente sus errores y sus pecados, pero sobre todo practicando la misericordia en todos los ámbitos, persuadiendo sin connivencias y corrigiendo a los errantes con amor, porque está convencido de que esta pobre humanidad, más que malvada, es desgraciada, es desafortunada. He aquí que está, pues, siguiendo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, para "no romper la caña partida ni apagar la mecha humeante" (Mt 12,20), frase que precisamente es el lema inspirador de este modesto blog: "harundinem quassatam non confringet et linum fumigans non extinguet". Para el Santo Padre, no se trata tanto de que el mundo deba ser enviado a prisión, sino de ser enviado al hospital.
----------Como le sucedía al papa san Juan XXIII, en su famoso discurso de apertura del Concilio Vaticano II, del 11 de octubre de 1962, al papa Francisco no le complacen las "sugerencias de ciertas personas, aunque ardientes de celo, pero no dotadas de un sobreabundante sentido de la discreción y de la mesura. En los tiempos modernos esas personas no ven más que prevaricación y ruina". También el papa Francisco "parece tener que estar en desacuerdo con estos profetas de desventura, que anuncian eventos siempre infaustos, casi como si el fin del mundo fuera inminente". Obviamente, el papa Francisco sabe que el fin del mundo tendrá que llegar alguna vez, pero no considera que el presente sea el momento de ello. Más bien se trata de llevar a cumplimiento la obra reformadora del Concilio Vaticano II.
----------Sin embargo, el papa san Juan XXIII, quien, como es sabido, esperaba una "nueva primavera" para la Iglesia, un "nuevo Pentecostés", no previó la incomprensión de su discurso, el malentendimiento en el que cayeron sus palabras. De hecho sucedió, desde los años del inmediato post-concilio, que el encuentro o confrontación con la modernidad, promovido por el Papa y por el Concilio, no fue entendido en el sentido correcto, es decir, como asunción crítica de los valores de la modernidad a la luz del Evangelio, sino como absolutización idolátrica y acrítica de la modernidad y eligiendo, en el Evangelio, interpretado a la manera protestante, sólo lo que es compatible con la modernidad así entendida.
----------Al mismo tiempo, y con perversa coherencia lógica, siempre por una incomprensión o malentendimiento de las palabras del Papa, se renunció a contrastar y rebatir los errores de la modernidad, los cuales en cambio, con incalificable ingenua credulidad o refinada astucia, eran llevados a las estrellas como si fueran profecías de los nuevos tiempos, como si la Iglesia del pre-concilio se hubiera equivocado al condenarlos. No se necesitaba nada más para que se produjera un renacimiento en gran estilo del modernismo, algo ya denunciado en 1966, aunque lamentablemente en vano, por Jacques Maritain, quien habló del modernismo actual cual "pulmonía", comparado al modernismo simple "resfrío" de los tiempos de san Pío X.
----------A estas alturas, el modernismo ha penetrado de tal modo en el campo de la teología y en la publicística católicas, en las diócesis, en los institutos religiosos, en los institutos académicos de la Iglesia, en la jerarquía, en la Santa Sede y entre los colaboradores del Sumo Pontífice, que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe se encuentra ahora frente a una alternativa dramática, nunca antes verificada en toda la historia de la Iglesia. Ha perdido el control de la situación, como si solamente diez policías de tránsito urbano, tuvieran que regular el tránsito en toda Roma. Para algunos teólogos de vanguardia, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe es un foco de reaccionarios, que debería ser cerrado y reemplazado por un organismo que motorizara un ecumenismo según aquel enfoque difundido años atrás por el hoy anciano cardenal Walter Kasper.
----------Por no haber intervenido a tiempo, hace ya casi sesenta años, a causa de imprudentes dilaciones, minimizaciones y tergiversaciones, por una excesiva indulgencia, falta de vigilancia, de perspicacia y de coraje, los obispos han permitido al modernismo invadir la Iglesia como una especie de metástasis. En la ya numerosa cantidad de artículos comprendidos en estos más de tres años de vida de este blog, he firmado varios escritos en los que explico e insisto sobre aquello que otros han llamado el "tumor con las metástasis esparcidas en el Cuerpo del Iglesia". Mi manera de expresarlo ha sido diferente pero con la misma sustancia de fondo, publicando numerosos artículos para explicar este problema. Y esto porque no dejo de ser perfectamente consciente de la presencia, de los efectos y sobre todo de los frutos de este cáncer.
----------Actualmente (y en esto quiero ser absolutamente claro) a mi entender solo habría dos alternativas: o proceder de acuerdo con el derecho canónico, pero entonces sería necesario procesar y censurar a decenas, por no decir a centenares de personas, entre prelados, docentes, teólogos, religiosos y sacerdotes en todo el mundo; o bien renunciar a intervenir confiando en la Divina Providencia.
----------La segunda opción es la de dejar que el trigo y la cizaña crezcan juntos en espera del Día del Juicio, o de tiempos mejores. "Que el pecador siga pecando, y el que está manchado se manche más aún; que el hombre justo siga practicando la justicia, y el santo siga santificándose" (Ap 22,11).
----------El Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en representación y mandato del Romano Pontífice, ha elegido este segundo camino. De ahí su ausencia de intervenciones durante estos años y décadas. Dado que la situación es humanamente insoluble, no queda más que confiar en la ayuda del Señor y en la intercesión de la Virgen y de los Santos, sobre todo de santo Tomás de Aquino.
----------No es casualidad que este blog dedicado a la filosofía y teología católicas, al análisis de la actualidad eclesial y de cuestiones de la cultura católica y de diálogo con el mundo, haya sido llamado Linum fumigans, recordando las palabras del profeta Isaías (Is 42,3) repetidas por Jesús según Mt 12,20, recordando así el pedido hecho por Nuestro Señor de no quebrar la caña cascada ni apagar la mecha aún humeante, lo cual implica un mensaje teológico y escatológico de esperanza, precisamente esa esperanza que tratamos de transmitir y contagiar ante una situación que se nos aparece como humanamente insoluble.
----------Como auténticos fieles católicos, ayudemos al Santo Padre, no lo dejemos solo para llevar la cruz de la Iglesia, sobre todo rechacemos la tentación de esas críticas acerbas, que nos son bien conocidas (incluso por provenir lamentablemente también de ambientes y personajes tal vez personalmente conocidos por nosotros, que parecen a veces sólo movidos por la bajeza de una mera antipatía humana), críticas presuntuosas, injustas y farisaicas, que al fin de cuentas no producen nada, salvo odio, desconcierto y desobediencia; y, por otra parte, evitemos instrumentalizar, mediante una falsa interpretación aduladora, sus palabras para nuestros intereses mundanos, y recordémonos más bien la "suerte que los hipócritas se merecen" (Mt 24,51).

10 comentarios:

  1. "Ayudemos al Santo Padre, no lo dejemos solo para llevar la cruz, evitemos esas críticas acerbas, [...] esas críticas presuntuosas, injustas y farisaicas"

    Filemón parece que me habla del Papa Francisco como un pobre ingenuo, bonachón... sin saber realmente lo que dice... porque está claro que no han sido pocas las veces que ha hablado de su ambigüedad, de que el Papa no predica integralmente la verdad del Evangelio, de sus imprudencias, de su falta de equilibrio frente a conservadores y renovadores, etc...
    No creo que Linum Fumigans esté realmente ayudando al Papa Francisco, ni que sea un blog comprensivo y tierno con el actual pontífice.

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    1. Le sugeriría a Fernando que revea su comentario, o incluso se pregunte si ha leído bien lo que se escribe en este blog. Yo lo sigo desde el principio, y puedo asegurarle que se defiende y se apoya al Papa, por norma, y a veces se lo critica. Claro que por razones distintas, y en campos distintos. ¿Se animará usted, Fernando a darse cuenta por usted mismo en qué campo en este sitio se lo defiende al Papa y en qué campo se lo critica? Si no se dá cuenta... le puedo ayudar.

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    2. Estimado Fernando,
      es necesario advertir diferenciales sustanciales en la actitud de este blog hacia el papa Francisco, respecto a otras publicaciones, ya sea de tipo pasadista o modernista. Y son las siguientes:
      Es de mi constante preocupación el venerar y obedecer siempre (a menos que exista una nada fácil prueba en contrario) al Romano Pontífice, y el defenderlo, si es necesario, como ha ocurrido en el curso de estos años, en que el Papa ha recibido muchos golpes e insultos de sedicentes "intelectuales" y "pensadores", autodenominados "católicos", los cuales han sido todo menos "tiernos" con él; sea para atacarlo al modo protestante (es el caso de los pasadistas), sea para adularlo para instrumentalizarlo (es el caso de los modernistas).
      Espero que usted no sea de aquellos, como los papólatras, que, en cambio, "elogia" sólo a su idea personal, enteramente subjetiva, que se ha hecho del Sumo Pontífice. Si ese fuera el caso, sería buena esta ocasión para recordarle que el Romano Pontífice no es ni su "equipo de fútbol favorito" ni su "pop star" preferida, sino que es el Sucesor de Pedro, a quien, ante el obispo y a través de la persona del obispo, he prometido obediencia devota y filial, y de ninguna manera he prometido ni "ternura", ni mucho menos adulación y culto a su personalidad humana.

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    3. ¡Venerar y obedecer siempre, prescindiendo de todo, ciertamente no es una virtud, y como Bergoglio no es Dios, a nivel humano diría que es servilismo puro! Amarra el burro donde dice el amo... ¡aunque sea por el cuello!

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    4. ¿Y usted, que juzga al legítimo Sucesor de Pedro, en qué clase de dios cree haberse convertido? ¿O qué clase de dios le ha dado a usted el mandato de juzgar al Vicario de Cristo en la tierra?

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  2. "Ayudemos al Santo Padre, no lo dejemos solo para llevar la cruz, evitemos esas críticas acerbas, presuntuosas, injustas y farisaicas..."

    ¿Y debo ayudar al que es el causante de la tontería y herejía cotidiana que se le ocurre a Bergoglio, sin faltar un día a su deber de decir cada día una tontería cada vez más grande, sobre la libertad religiosa, o sobre Lutero, o sobre los homosexuales, o sobre los divorciados vueltos a casar, o sobre la Misa tradicional, o sobre los indietristas...?
    Nunca he estado tan orgulloso de ser señalado como el de las "críticas acerbas, presuntuosas, injustas y farisaicas..."

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    1. Le sugeriría a Fabián que haga un exámen de conciencia y se pregunta ¿quién es el Papa para mí? ¿Un simple opinólogo? ¿Un simple miembro de las mesas de mediáticos que aparecen todos los días en TV y que opinan de todo sin saber casi de nada?
      Pero sobre todo le sugeriría a Fabián que se pregunte si se ha preocupado y se ha esforzado para saber qué piensa realmente el Papa Francisco acerca de la libertad religiosa, de Lutero, de los homosexuales, de los divorciados vueltos a casar, de la Misa "tradicional", o de los indietristas.

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    2. Estimado Fabián,
      teniendo en cuenta lo que usted comenta... por lo tanto, ¿está usted dispuesto a "ayudar al Santo Padre y no dejarlo solo para llevar la cruz", solo cuando las cosas van bien según lo que usted piensa?
      ¿Alguien le ha explicado alguna vez la sustancial y abismal diferencia que existe entre la fe católica y la ideología?

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  3. "Actualmente... solo habría dos alternativas: o proceder de acuerdo con el derecho canónico, pero entonces sería necesario procesar y censurar a decenas, por no decir a centenares de personas, entre prelados, docentes, teólogos, religiosos y sacerdotes en todo el mundo; o bien renunciar a intervenir confiando en la Divina Providencia. [...] El Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en representación y mandato del Romano Pontífice, ha elegido este segundo camino. De ahí su ausencia de intervenciones durante estos años y décadas. Dado que la situación es humanamente insoluble, no queda más que confiar en la ayuda del Señor y en la intercesión de la Virgen y de los Santos, sobre todo de santo Tomás de Aquino."

    Está bien confiar en la Divina Providencia, pero los Pastores de la Iglesia tienen la seria tarea de confirmar en la fe y defender del error a los fieles que les han sido confiados. Tres veces Jesús dirige este imperativo a Pedro: "apacienta mis ovejas". Desgraciadamente los Pastores del Concilio y del postconcilio, al decidir no denunciar el error y el mal con pronunciamientos autorizados, han permitido la difusión del modernismo, síntesis de todas las herejías, faltando al mandato divino, en detrimento de las almas.
    Lo que más necesita ahora la Iglesia y el mundo es un nuevo Syllabus, que condene las herejías y los errores de nuestro tiempo, corrigiendo algunos pasajes ambiguos y heterodoxos presentes en los textos del Concilio Vaticano II.

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    1. Estimado Athanasius,
      también para el romanticismo hay un límite…, o mejor habría que decir: también debe haber un límite.
      Para que se entienda mejor lo que intento decir: ¿usted piensa que hoy, para hacer entrar al establo vacío, después de que los bueyes ya han huido y corrido al monte, bastaría con enunciar un Syllabus, intercalando tras cada enunciado la fórmula del "anatema sit"? ¿Piensa usted acaso que eso podría asustar a alguien? ¿O acaso piensa usted que esto pueda traer de vuelta a los bueyes, en disciplinada fila india, y hacerlos entrar al establo?
      Si la solución que usted sugiere hubiera sido posible, ese Syllabus ya lo habría escrito san Paulo VI, o el beato Juan Pablo I, o san Juan Pablo II, o Benedicto XVI, o lo habría escrito Francisco I, actualmente reinante…
      Dado que ya no existe ni el Estado Pontificio, ni ya existen los poderes seculares que ponen en ejecución los procedimientos y disposiciones de los Tribunales eclesiásticos; dado que el reconocimiento de la autoridad y de sus medidas se basa únicamente en la libre aceptación por parte del obispo, del presbítero, del diácono, del religioso y del fiel laico... pues bien, ¿acaso piensa usted que a ciertos súbditos rebeldes, en el caso que fueran declarados herejes y difusores de herejías, realmente les asustaría un Syllabus y una eventual excomunión?
      Sin embargo, érase una vez que las cosas sucedían así: cuando ser excomulgados por la Autoridad Eclesiástica conllevaba toda una serie de gravísimas repercusiones a nivel civil y social. Pero hoy no es así. Hoy, el poder civil y la sociedad ultra-laicista, condecorarían a un excomulgado, lo harían pasar por mártir, y sus herejías se difundirían aún más por miles y cientos de miles de libros, y le pagarían un alto cachet por cada una de sus presentaciones o conferencias o reportajes en los programas de TV más populares.
      En el primer concordato estipulado en 1929 entre el Reino de Italia y la Santa Sede, se aplicaba toda una serie de duras restricciones a los sacerdotes afectados por la excomunión, incluso a nivel civil: no podían ocupar cargos académicos, no podían enseñar en las escuelas y en las universidades, no podrían ascender a ninguna clase de cargo público y de empleo público.
      Y hubo algunos casos de sacerdotes que vivieron su vida en la miseria y que murieron en condiciones de extrema pobreza. En fin, también se le negaron las exequias fúnebres y la cristiana sepultura. Los primeros en vivir su situación como una vergüenza fueron sus familiares, comenzando por sus propios padres, quienes consideraban a su hijo un traidor.
      Este, por ejemplo, fue el destino que le tocó al sacerdote Ernesto Buonaiuti, considerado uno de los padres del modernismo. Y si bien yo considero al modernismo, al igual que san Pío X, como la más perniciosa de las herejías, como la madre de todas las herejías, nunca habría hecho sufrir al pobre Buonaiuti un final de ese tipo, entre otras cosas porque, cuando la severidad termina rayando en la falta de caridad cristiana, entonces puede ocurrir que los hijos y nietos de ciertos herejes tienen más pretextos para llegar al poder y luego hacernos pagar un precio muy alto durante los siguientes cien años, como en cierto modo parece estar ocurriendo en la actualidad.
      Hoy, un sacerdote excomulgado sería cortejado y disputado por todos los partidos laicistas para ser candidato al cargo de senador.
      La cosa, lamentablemente, es mucho más complicada, como he tratado de explicar en este artículo, asumiendo, por su comentario, que lamentablemente usted no ha comprendido lo que he tratado de explicar en mi artículo. Quizás ha sido responsabilidad mía, por no darme a entender claramente.

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