La actual guerra por Ucrania entre Oriente y Occidente pone en el foco del debate al concepto de Europa y de la cristiandad europea, su realidad, sus raíces, su composición, su cultura. Una mirada sobre el sentido de la cristiandad europea en Santa Catalina de Siena puede ayudarnos indudablemente a la comprensión de la cuestión. [En la imagen: Santa Catalina de Siena, fragmento de la pintura del veneciano Giambattista Tiepolo realizada alrededor de 1746 y conservada en el Kunsthistorisches Museum de Viena, Austria].
¿Qué es Europa?
----------Partamos de una pregunta: ¿cuál es el motivo que condujo a san Juan Pablo II en 1999 a proclamar a Catalina, ya Doctora de la Iglesia, Patrona de Europa (junto a santa Brígida de Suecia y santa Teresa Benedicta de la Cruz)? Es el hecho de que Catalina todavía hoy tiene cosas importantes para enseñar a Europa. Está claro entonces que, para poder comprender lo que significa Catalina, Patrona de Europa, es necesario comprender qué se debe entender por Europa, qué es Europa. Meses atrás hemos intentado en un artículo (en dos parte: aquí y aquí) responder a la pregunta acerca de la identidad católica de una nación (Italia para el caso de Catalina), y ahora corresponde aclarar cuál es la identidad de Europa. En el mencionado artículo ya he tratado acerca del concepto de patronato y por lo tanto no voy a volver aquí sobre ese tema.
----------Respecto al concepto de Europa, sin embargo, comenzamos por constatar que se suele hablar de Europa continuamente, pero es difícil saber con cuanto fundamento se habla y con qué claridad de ideas o solo por una moda literaria o pseudofilosófica, creyendo que se dice quién sabe qué.
----------Pero hay que decir que también la palabra "Occidente", que suele ser asociada a la palabra Europa, hace referencia a una entidad de por sí puramente geográfica, que se presta mal para representar, como muchos quisieran, a una entera civilización; es un concepto confuso, vago y equívoco, además del hecho de que muchas veces también se le atribuye a los Estados Unidos de América, que tiene una identidad sociológica, política, cultural y moral diferente a la de Europa, por lo cual el concepto todavía deviene aún más confuso y prácticamente inservible desde el punto de vista científico.
----------Y es extraño, por tanto, que un concepto de este género, como el de Occidente, válido como máximo para debates televisivos o para campañas electorales, sea utilizado en tono solemne casi como categoría filosófica o sociológica por muchos famosos pensadores. No me detendré, por tanto, en este confuso aunque difundido concepto, que además nos desviaría del tema.
Origen del término y de la realidad "Europa"
----------El término Europa es de origen griego (Europe) y significaba las fascinantes y misteriosas vastas tierras al oeste de Grecia, circundadas por el mar, precisamente Europa, simbolizada por la figura mitológica de una bella mujer, Europa, hija de Océano, nombre entonces dado a esa vastísima extensión de agua, que es precisamente el océano, y de Teti, diosa de la humedad de la cual nace la vida. Por lo tanto, una diosa o una reina deificada con excelentes credenciales, tanto amable como venerable.
----------Y en efecto, según el mito, nada menos que Júpiter, Padre de los dioses, se enamoró de Europa y de su unión nació Minos, figura legendaria, más mítica que histórica, recordada también por Homero, venerado como rey, legislador y sacerdote, juez de los muertos en el Hades y señor de los mares.
----------Todo esto nos ofrece claro testimonio, desde los tiempos más antiguos, del respeto que los Griegos, aun siendo ellos tan orgullosos de su cultura y enemigos de los extranjeros, a los que ellos llamaban "bárbaros", tenían por Europa, actitud que casi presagia lo que, a partir del Imperio Romano y luego por el cristianismo, habría de ser la influencia cultural de Grecia sobre Europa, como hubo de decir un autor romano, cuando Roma conquistó Grecia: "Graecia capta ferum victorem cepit".
----------Europa también aparece indirectamente en el Nuevo Testamento a través del dominio romano sobre Israel; pero esta vez, evidentemente, claro que no bajo una luz favorable. Sin embargo, el interés y el respeto de los judíos por Europa, no obstante las invectivas del Apocalipsis contra "Babilonia", se manifiesta en la fundación misma de la Iglesia, cuando san Pedro, obedeciendo el mandato de Cristo de evangelizar a todos los pueblos, decide valientemente establecer su propia sede en Roma, donde ya estaba presente una comunidad judía, a la que san Pablo dirigirá la Carta a los Romanos, es decir, a los Judíos de Roma.
----------Y en este punto, cabe señalar que esta comunidad entre los pueblos, Roma, es la más antigua, que ha perdurado ininterrumpidamente desde el comienzo del cristianismo hasta nuestros días, no obstante la persecución fascista de 1938 y de otras innumerables adversidades. Y esto casi como un presagio profético de la futura conquista de Europa por parte del cristianismo.
----------También por cuanto respecta a los Judíos, aunque presentes en Italia en los tiempos de Catalina, no podemos a ella pedirle aquella atención que hoy les reservamos en el diálogo interreligioso. Ella ciertamente no muestra ningún desprecio hacia ellos, sino que simplemente los ignora, de acuerdo con los hábitos de aquel tiempo, que implicaban la tendencia católica, salvo pocos eruditos, a mantener las distancias de las comunidades hebreas, aunque después de todo, si en Europa se ha difundido inicialmente el cristianismo, se lo debe a la actividad de las comunidades judeo-cristianas guiadas por los apóstoles Pedro y Pablo.
----------No causa demasiada dificultad, por otro lado, el concepto de Europa como área geográfica, que se extiende hasta los montes Urales, frontera relativamente reciente, que data de los siglos XVII-XVIII, cuando los Ortodoxos rusos llegaron a los montes Urales y más allá, hasta Siberia, en la obra de expansión del cristianismo hacia Oriente y, en consecuencia, ampliaron hasta aquellas tierras los confines de su área político-nacional. Pero Europa acaba en los Urales; y lo que está más allá es Asia.
----------Por eso, si actualmente Rusia se sintiera atraída por el deseo de entrar en la Unión Europea (cosa que es deseable), debería distinguirse de la Rusia asiática: en tal modo ella podría formar ese "pulmón oriental" de Europa, oportunamente auspiciado por el papa san Juan Pablo II.
----------El papa Wojtyla, en efecto, al tratar de las raíces cristianas de Europa, ha destacado en algunos importantes documentos (la Slavorum Apostoli del 2 de junio de 1985 y la Ecclesia in Europa del 28 de junio de 2003) el hecho de que la cristiandad europea respira y debe respirar con sus dos "pulmones", el occidental y el oriental. Ahora bien, este último se extiende sólo hasta los Urales, porque estos son los confines naturales de Europa, aunque claramente la Ortodoxia y con ella la nacionalidad rusa en el curso de los últimos siglos también se han vuelto hegemónicas en Siberia y en las repúblicas asiáticas.
----------En efecto, el papa san Juan Pablo II ya había destacado estas dos almas o dimensiones espirituales de Europa en la Carta Apostólica Egregiae virtutis del 31 de diciembre de 1980, con la cual proclamaba a los Santos Cirilo y Metodio, Patronos de Europa. En ese luminoso documento el Papa da incluso una definición cultural-espiritual de Europa. De hecho dice que:
----------"Europa, considerada geográficamente y en su conjunto, es de algún modo el fruto de la acción de dos corrientes de tradición cristiana, a las que hay que añadir dos formas de cultura diversas, pero al mismo tiempo profundamente complementarias. San Benito, con su influencia, abarcó en un primer momento la Europa Occidental y Central. Pero, a través de los centros benedictinos, llegó también a otras partes de la tierra. Se sitúa, pues, en el centro mismo de la corriente que parte de Roma, de la Sede de los Sucesores de San Pedro. Por su parte, los Santos hermanos de Tesalónica ponen de relieve no sólo la aportación de la antigua cultura griega, sino la irradiación de la Iglesia de Constantinopla y de la tradición oriental, tan profundamente enraizada en la espiritualidad y en la cultura de tantos pueblos y naciones de la parte oriental del continente europeo" (n.3).
----------El gran Papa polaco en la encíclica Ecclesia in Europa del 2003 luego subrayó como mérito de la cristiandad europea el "reconocimiento del valor de la persona y de su dignidad inalienable, del carácter sagrado de la vida humana y el papel central de la familia, de la importancia de la educación y la libertad de opinión, de palabra, de religión, así como también a la tutela legal de los individuos y los grupos, a la promoción de la solidaridad y el bien común, al reconocimiento de la dignidad del trabajo. Tales raíces han favorecido que el poder político esté sujeto a la ley y al respeto de los derechos de la persona y de los pueblos. A este propósito se han de recordar el espíritu de la Grecia antigua y de la romanidad, las aportaciones de los pueblos celtas, germanos, eslavos, ugrofineses, de la cultura hebrea y del mundo islámico" (n.19).
----------Y aún más: "No cabe duda de que, en la compleja historia de Europa, el cristianismo representa un elemento central y determinante, que se ha consolidado sobre la base firme de la herencia clásica y de las numerosas aportaciones que han dado los diversos flujos étnicos y culturales que se han sucedido a lo largo de los siglos. La fe cristiana ha plasmado la cultura del Continente y se ha entrelazado indisolublemente con su historia, hasta el punto de que ésta no se podría entender sin hacer referencia a las vicisitudes que han caracterizado, primero, el largo periodo de la evangelización y, después, tantos siglos en los que el cristianismo, aun en la dolorosa división entre Oriente y Occidente, se ha afirmado como la religión de los europeos" (n.24).
----------Y luego: "En efecto, a lo largo de los siglos, la Iglesia ha mantenido lazos muy estrechos con nuestro Continente, de tal modo que la fisonomía espiritual de Europa se ha ido formando gracias a los esfuerzos de grandes misioneros y al testimonio de santos y mártires, a la labor asidua de monjes, religiosos y pastores. De la concepción bíblica del hombre, Europa ha tomado lo mejor de su cultura humanista, ha encontrado inspiración para sus creaciones intelectuales y artísticas, ha elaborado normas de derecho y, sobre todo, ha promovido la dignidad de la persona, fuente de derechos inalienables" (n.25).
----------En la encíclica Slavorum Apostoli, el Papa recuerda también que el papa san Paulo VI, en precedentes actos dedicados a la memoria de la obra evangelizadora de los Santos Cirilo y Metodio, "quería avivar la conciencia ante estos solemnes actos de la Iglesia e intentaba llamar la atención de los cristianos y de todos los hombres de buena voluntad, que buscan el bien, la concordia y la unidad de Europa, a la actualidad siempre viva de las eminentes figuras de Benito, de Cirilo y Metodio, como modelos concretos y ayuda espiritual para los cristianos de nuestra época y, especialmente, para las naciones del continente europeo, que, desde hace ya tiempo, sobre todo gracias a la oración y a la labor de estos santos, se han arraigado consciente y originalmente en la Iglesia y en la tradición cristiana" (n.2).
----------En todo caso, es evidente que estas realidades, relativas a la historia moderna, son completamente ajenas a los intereses europeos de Catalina, miembro de la Iglesia católica de su tiempo, por entonces sin contacto con las Iglesias Ortodoxas, a diferencia de lo que sucede hoy, gracias al ecumenismo. Sin embargo, recordemos estas cosas, porque no hay duda, por otra parte, que, si Catalina viviera hoy, partícipe como era de los intereses de la Iglesia, habría abrazado plenamente el movimiento ecuménico.
----------Catalina de Siena no habla nunca de los disidentes o cismáticos de Oriente, los así llamados "Ortodoxos", que por entonces eran llamados los "Griegos", ya que es evidente, para un católico, que compete a Roma el primado en la enseñanza de la fe ortodoxa, es decir de la recta fe. En tiempos de Catalina estaba completamente ausente lo que hoy llamamos "diálogo" entre católicos y ortodoxos, aun cuando entre ellos tenemos, precisamente en el siglo XIV, el rarísimo caso de los dos hermanos griegos Procoro y Demetrio Kydones, admiradores y estudiosos de santo Tomás de Aquino.
----------De cualquier modo, podemos estar seguros de que, si Catalina viviera en nuestros tiempos, después del Concilio Vaticano II, indudablemente no dudaría en hace suyo el diálogo con los hermanos separados del Oriente, y así como ella exhortaba a los cismáticos a permanecer con el papa Urbano, así también exhortaría hoy a los Ortodoxos a someterse al Papa de Roma.
La dignidad de Europa
----------Por otra parte, es interesante, al respecto, notar cómo en Europa, a lo largo de los siglos, se irá produciendo la maravillosa síntesis entre tres universalismos, o quizás mejor dicho, tres humanismos: el romano, el griego y el cristiano. Y también es interesante notar la diferencia de actitud hacia Europa entre la de los griegos y la del Israel cristiano, es decir, la actitud de la Iglesia. En uno y otro caso, una actitud de estima y de respeto; pero en el primer caso, tal actitud se expresa en una especie de temor reverencial, que llega a deificar a Europa, y ésta será la futura Europa concebida y mitificada por el iluminismo del siglo XVIII y por la masonería, y posteriormente por el romanticismo alemán, hasta nuestro días.
----------También hay que recordar que, si el Islamismo, desde su surgimiento y aún hoy en día es causa de preocupaciones para Europa, por otra parte, sobre todo en el Medioevo -pensemos por ejemplo en España y en Sicilia- también ha dejado en cierto modo una huella positiva en la formación de la cultura europea. Y si Catalina, conforme a la sensibilidad de su tiempo, exhorta reiteradamente a los príncipes cristianos a que dejen de guerrear entre ellos y se unan para la realización de lo que ella llamó el "santo pasaje", es decir, la Cruzada, contra los "perros infieles", que serían los musulmanes, podemos creer que hoy ella aprobaría de todo corazón el acuerdo de Abu Dabi entre el Papa y el Gran Imán de Al-Azhar.
----------En cambio, en el caso de Israel, es el cristianismo originado de Israel, que, sintiéndose depositario de un humanismo superior al de las otras religiones y visiones paganas, comprendida la greco-romana, advierte el deber, por el bien de la misma Europa, de evangelizarla, utilizando cuanto de bueno existe en la cultura y en la religión greco-romana. Tal evangelización, como es sabido, constituyó la Europa cristiana en el siglo XIII.
----------Por cuanto he recordado, se hace evidente la función y la misión de Europa, madre de la civilización cristiana, donde se encuentra la sede de Pedro: irradiar en el mundo la fe cristiana, sirviéndose, como ha señalado el papa Benedicto XVI, de la cultura greco-romana, la cual, por su solidez y por su valor universal, ha sido utilizada por la Iglesia para la formulación de los dogmas de la fe y para la organización jurídica y jerárquica de la Iglesia y la disciplina del culto católico.
----------El Concilio Vaticano II ha puesto en luz el valor de la pluralidad de las culturas y de las religiones de la humanidad y ha recomendado que la evangelización se haga utilizando sus propios lados buenos como camino de comunicación al mundo de la universal verdad del Evangelio; ese método misionero, que san Juan Pablo II luego habría de llamar "inculturación del Evangelio".
----------Ha ocurrido, sin embargo, en el postconcilio, que en algunas partes se dieran equivocaciones acerca de la verdadera naturaleza de la inculturación, exagerando los límites de la cultura greco-romana, como si ella fuera simplemente una particular cultura entre otras o incluso inferior a otras, y en todo caso reservada y restringida sólo a la cristiandad europea. De ahí la acusación a la evangelización hecha a los pueblos no europeos a base de cultura greco-romana de ser una imposición y una violencia colonial.
----------No se percibía en tales equivocadas concepciones el vínculo esencial entre el catolicismo y esa cultura, donde "Cristo es romano", como decía Dante Alighieri, aunque es necesario reconocer que la obra misionera, antes del Concilio Vaticano II, caía en un fácil desprecio por las culturas y las costumbres del lugar, imponiendo usos e ideas adecuadas a Europa, pero frecuentemente no adecuadas a aquellos lugares.
----------Pero el remedio de esos defectos no corresponde en absoluto a la verdadera mente del Concilio, el cual, al tiempo que los condena, recomienda como modelo de teólogo a santo Tomás de Aquino, Doctor Communis Ecclesiae, tan admirado por Catalina de Siena. El Aquinate se distingue precisamente por haber puesto en luz el vínculo indisoluble entre el dogma católico y la cultura greco-romana, la cual, transmitida a los no-europeos, precisamente por su universalidad, no implica ningún colonialismo, sino que se desposa muy bien con las más diversas culturas locales. Esta es la verdadera inculturación.
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